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Escena Política Día 2: ser la utopía

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Con toda la energía de preguntas que venían del día anterior,  llegó un segundo encuentro de Escena Política. Artistas, docentes, investigadores y periodistas se juntaron a poner el cuerpo una vez más en una jornada de caminatas performáticas y talleres que buscaban contestar una nueva pregunta desde la sensibilidad: ¿Cuáles son los futuros posibles?
La mañana comenzó con la videoconferencia del  periodista e investigador español Amador Fernández Savater. Editor de Acuarela Libros, bloguero eldiario.es, activista del movimiento de indignados en España y una de las miradas más interesantes sobre el 15M, abrió el segundo día del Congreso Transversal Escena Política, bautizado Futuros posibles. Paradigmas del habitar, paradigmas de gobierno y comunidades sensibles.

Escena Política Día 2: ser la utopía

Amador Fernández Savater. Foto: Lina Etchesuri para lavaca


La entrevista con Fernández Savater partió de la pregunta: ¿Cómo se piensa lo común? A continuación, algunos apuntes.
 Categorías: “Mi pensamiento tiene que ver siempre con una cierta implicación en aquello en lo que escribo. Soy bastante inseguro para relacionarme con categorías. Toco suelo firme debajo de los pies cuando hable de algo y siento que, de alguna manera, estoy en contacto con ella. Una experiencia, un movimiento. Me siento más seguro. Esa inseguridad con el pensamiento, al mismo tiempo, me paree una potencia, porque te obliga siempre a ese contacto. Hay un filósofo francés, Jean-François Lyotard, que hace una distinción interesante entre la relación con los signos y los tensores. El signo es una señal que interpretamos, porque hay un código preestablecido: nos pasamos la vida relacionándonos con signos, presuponiendo cosas, aplicando códigos a las relaciones que vivimos, personas que nos encontramos. Pero Lyotard dice que podemos encontrar otra cosa, que llama tensor, y es lo que no cabe en ningún código previo. Es lo que interrumpe y nos empuja a una creación de sentido. Puede ser una crisis, una pregunta, una pasión, un encuentro, pero es algo que nos pasa por el cuerpo, una vibración”.
Definiciones de lo político: “Hay una definición de la política de Jacques Ranciere que me parece muy justa: la política no consiste en el enfrentamiento de un grupo con otro, que es como vemos la política día a día, en los medios, en el Parlamento. Es más el conflicto de un mundo contra otro. Mi vivencia del 15M verificó un poco esta idea: lo más interesante que nos pasó en la plaza es que entramos en contacto con un mundo en conflicto con el mundo neoliberal. Lo más importante del 15M no era solamente aquello que queríamos, una democracia mejor o el fin de los recortes o la corrupción, sino también el cómo queríamos eso que queríamos, qué mundo nos estábamos dando a nosotros mismos”.
Crear terreno común: Fernández Savater recordó un debate con el teórico y activista Franco Bifo Berardi (quien participó en el Congreso el viernes, por videoconferencia): “A mi regañó una vez, me dijo: ´Amador, hablas mucho de política´. Le pregunto cómo llamaría entonces al 15M. Me dijo: ´Un fenómeno de amistad´. Hay un gran problema en la palabra política. Por inercia, automatismo, desplaza nuestros deseos, la mirada, las prácticas al horizonte de ese teatro representativo que es la política de los partidos, del Parlamento, sin entender que la política no es algo que pasa entre nosotros para pensar que es algo que pasa ante nosotros. Nos convertimos en opinadores de un espectáculo que se ofrece ante nosotros y la intervención política para estar en una opinión. Tenemos que ponernos nosotros como centro de gravedad de la política. En la plaza era preguntar cómo queremos vivir juntos, y en ese contexto la palabra tuvo una tensión muy positiva, porque creaba un terreno común”.
Cambiar para dura: Una de las preguntas fue qué problemas o desafíos enfrenta ese terreno común. “En la dimensión del campamento en la plaza, el problema era la duración. Hay efervescencias creativas, muy ricas, fogonazos, pero no dura, y lo que dura es esa dimensión dura del partido, Estado. Esto son chispazos en la noche que alumbran pero luego, no son suficientes. ¿Cómo hacemos durar esta política, que tiene que ver con la vida?”. El pensador español señaló como una posible respuesta la creación de transformadores: “Pensar instituciones como transformadores de la energía. Cambiar para durar, no estabilizarse. Hay que encajonar esa energía a los moldes previos ya establecidos, sino pensar cómo podríamos crear transformadores para relanzar la energía de modos distintos”.
Escena Política Día 2: ser la utopía

Foto: Lina Etchesuri para lavaca


Segunda parada: mirar el pasado para pensar el futuro.
Luego de unir el Centro Cultural Paco Urondo con el Caras y Caretas con una caminata sonora, de 15 a 18, se  desarrollaron los talleres. Uno de ellos, con un nombre tan complejo como su contenido, fue Genealogías de una subversión utópica, en el que se habló de historia y política en el arte argentino. Investigadores del arte y la sociología, el  GAC (Grupo de artes Callejeros) y el artista Roberto Jacoby compartieron lecturas de épocas e hipótesis de acciones futuras.
En este taller se armó un espacio de discusión sobre experiencias históricas de prácticas estéticas y políticas. Se recordó el activismo de los 60 y 70 para pensar el hoy. La consigna era llevar a la puesta en común una propuesta de acción.
Escena Política Día 2: ser la utopía

Roberto Jacoby. Foto: Lina Etchesuri para lavaca


En ese contexto, Jacoby señaló como idea de utopía, al propio Congreso y detalló sus fortalezas: “Creo que la utopía hoy se construye desde la negación de lo existente. Hacer una propuesta que niegue el orden existente es más posible que pensar algo nuevo desde cero. Veo esa marca de  discutir lo existente en formas distintas, tanto el miércoles con Ni una menos  como en este Congreso. No sé si son ambas acciones importantes por lo que van a  conseguir, pero sí lo son por su existencia y su forma. Este Congreso lo veo significativo en su trayectoria, por las acciones que proponen desde el inicio. Son propuestas que no existían antes de hoy. Desde los títulos de las actividades hasta la  forma de hacer las alianzas entre colectivos. La idea de trabajar en red y aprovechar lo que cada uno sabe. Todo eso es lo utópico. No es un espacio puramente de artistas como trabajadores, ni exclusivamente como activistas políticos: también es un espacio de pensamiento crítico”.
La propuesta de Jacoby: “Hay que estudiar cómo funciona el Macrismo porque no solo es un grupo de descerebrados. Es importante estudiarlo para saber hacia dónde nos van llevando las acciones que hacen y también las que vamos haciendo nosotros”. Concretamente, Jacoby propone crear un observatorio de la acción política gubernamental y un inventario de los recursos culturales creados desde la sociedad.
Inspirado en un artículo de la artista alemana Hito Steyerl -que Jacoby tradujo para el colectivo Escena Política con el título Si no tienen pan, coman arte– en el cual se propone el seguimiento de las obras de arte cómo forma de análisis del capital financiero: cómo son las adquisiciones, cómo se especula con los precios, quiénes las tienen en su poder, etc. “Hito nos plantea así el uso de la tecnología, el procesamiento de datos y el acopio de información, que son herramientas que maneja el capital financiero, para ponerlas a disposición de la sociedad y en contra del mercado. Juntar información es muy valioso”, resalta.
Escena Política Día 2: ser la utopía

Foto: Lina Etchesuri para lavaca


Juan Laxagueborde, sociólogo, expresó en tres escenas un cuadro de situación. La primera está contenida en los diarios del escritor Ricardo Piglia: una forma de vivir la cultura –describe, por ejemplo, cómo un amigo le tocaba timbre a cualquier hora para charlar- pero también un ideario utópico. “Piglia cuenta un encuentro en Cuba con León Rozitchner, gran defensor de la revolución. Rozitchner le pregunta: “¿Vos vivirías acá?” y en la pregunta está la respuesta, que se intuye espantada. Dirá Laxagueborde: “La utopía de esa generación de intelectuales era vivir en la calle Corrientes”, que por entonces incluía un bar como La Paz, informal tribuna de debate de esos primeros ‘70.
La segunda escena es sobre dos lugares emblemáticos de los 80: El Parakultural y Bolivia. Contará que el creador de Bolivia, Sergio De Loof, definió su proyecto por contrapunto con Einstein, creado por Omar Chabán y escenario de Los Redondos, Soda Stéreo y Sumo, entre otros grupos emblemáticos.  “En sólo se emborrachan y vomitan. Nosotros por lo menos les damos de comer”, le dijo de Loof. Vomitar y nutrir: dos formas de poner en acto la cultura quedaron así contrapuestas por Laxagueborde.
La tercera es un cuadro que colocó arriba de la puerta del aula que reúne a este taller. Es una imagen tranquila, que recorta un rincón de Parque Lezama. Su autor es Mauro Cruz, un muchacho de 25 años que llegó desde Mar del Plata a esta ciudad, vive en una pensión y se dedica a pintar paisajes tranquilos, con un estilo clásico, armónico, “ingenuo”, admite el sociólogo. “Es lo contrario al activismo, un regreso a un origen perdido, un no sé para qué, un silencio”, dirá Juan Laxagueborde. El silencio que transmite ese cuadro no es de pausa, sino una forma de recortar el ruido. De tiempos de callar para hacer, o de hablar a través de lo que se hace. “La creatividad necesita silencio”, nos propone pensar Laxagueborde.
La posibilidad grupal
Luego de los talleres, la puesta en común fue tan delirante como armónica. Las consignas incluían pasar al centro de la ronda cuando querías tomar la palabra, autocronometrarse y dibujar algo después.
Escena Política Día 2: ser la utopía

Foto Lina Etchesuri para lavaca


Uno de los talleres más mencionados en la puesta en común fue Entrismo en la Escuela, coordinado por el Proyecto Secundario Liliana Maresca, un grupo de artistas docentes que trabaja dentro de la escuela secundaria N° 43, de Villa Fiorito.
El taller comenzó con un ejercicio muy práctico y efectivo: en parejas, y sin bajada de línea previa, uno contaba un proyecto personal o idea, el otro lo escuchaba, escribía y se lo devolvía para que complete, subraye o corrija el narrador. Ida y vuelta. Luego, los resultados pasaban a otro grupo de cuatro personas que hacían el mismo ejercicio. Y así hasta llegar a un solo proyecto final.
Las conclusiones que surgieron de ese espacio fueron resumidas por uno de los participantes:

  • Lo posible se define a partir del encuentro entre dos o más personas.
  • Reconocer el egoísmo para poder escuchar.

Mariano, de Radio Sur, aportó una tercera: “Si existe el deseo existe la posibilidad. Para mover los posibles tiene que haber deseo. Como nos dijo Amador Savater esta mañana: la política no es la atención entre dos ideas opuestas sino entre dos visiones del mundo distintas. El mundo se corrió de eje desde el miércoles, como dijo Marta Dillon, gracias al movimiento de las mujeres. Creo que Ni Una Menos y este Congreso son dos espacios que ya se mueven hacia un futuro distinto y posible”
En el medio de la puesta en común un grupo de participantes se pusieron pasamontañas en la cabeza y comenzaron una performance. Lo que hacían era tocar los cuerpos de los demás y moverse al ritmo de las palabras que se habían dicho en la ronda. El resultado: descontracturó aún más la palabra puesta en común.
Un ejemplo cortito y al pie: abrió la posibilidad de pensar en el culo y la concha como espacios de revolución.
Otro de los talleres fue coordinado por La Dársena, un colectivo interdisciplinario de arte. A partir de la creación de una mesa de arena se trató de crear “Un dispositivo material para generar intervenciones” en ese territorio que llamaron “la arena macrista”. Siguiendo con esa idea de la materialización, concluyeron que un colchón Suavestar alcanzaría para representar los últimos años de creación cultural: “cómodo, hegemónico, confortable para algunos y muy poco interesante”.
“La intención fue encontrar una perspectiva geográfica crítica, porque los procesos sociales se desarrollan en lugares. Y nuestras prácticas las tenemos que pensar teniendo en cuenta esos lugares físicos que queremos afectar. Además, pensamos que tenemos el derecho de habitar los lugares desde nuestras propias historias e intereses. Por eso la idea central  fue pensar en términos espaciales para la acción.”
Ese pensar territorialmente permite:
1) Tomar posición: el espacio le da una perspectiva física a la idea, desde dónde uno ve, habla, intenta incidir.
2) Germinar: permite pensar en hacer crecer algo.
3) Provocar un giro: No hay texto sin contexto. ¿Dónde queremos intervenir? En ese sentido, citó el ejemplo de la propuesta del colectivo Hiedrah, que el día anterior en el taller que coordinaron, plantearon la noche y el baile “no como una cualidad temporal, sino como un mundo”. Hiedrah había así conseguido politizar una práctica que sólo el mercado percibe política.
Otras ideas que se fueron desgranando en la ronda:
“El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es una opción”.
“No hay pensamiento colectivo cuando los egos están estallados”.
“Démonos tiempo, El tiempo que va a llevar que surja otra cosa va ser largo. La agresión es el apuro”.
“Estamos imbuidos por la velocidad del capital financiero y la especulación. Es la velocidad con la que nos están capturando la vida.”
“Desarmar aparatos, cuestionar no sólo qué, sino cómo lo estamos haciendo”.
“El primer espacio para hacer política es la crianza”.
“El deseo es una posibilidad o probabilidad”.
“No podemos dedicarnos sólo a observar las políticas públicas. Tenemos que generarlas”.
“Tenemos que ocuparlas”.
“Construir aliados es construir encuentros, sin subestimar ni sobrestimar”.
“El futuro es el acá: lo que nosotros hacemos construye el mañana”.
Los resultados de ese pensamiento colectivo se van a ver en la acción callejera de hoy domingo. Mirá cómo y dónde: escenapolitica.org/cronograma.html
El cierre es fiesta: a partir de 21 y hasta las 2, en Mu.Punto de Encuentro, Hipólito Yrigoyen 1440.

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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

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A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.

Por María del Carmen Varela

El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.

La propuesta reza:

El Teatro está Abierto: ENTRÁ.

La historia no se repite igual, pero rima.

El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.

La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.

Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».

El texto poético que acompaña el mitín:

Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada

Ayer fue incendio, hoy es apagón

Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito

Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva

Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital

En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.

Entrá porque es urgente

Entrá porque es ahora.

El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.

Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)

[email protected]

Instagram: @festivalentra

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Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

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Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.

Por Francisco Pandolfi

Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra). 

La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.

La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.

Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra. 

Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran: 

• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.

• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.

• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.

• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.

• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.

• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.

Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:

• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.

• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.

• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.

La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.

Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.

¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?

Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.

¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?

Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.

¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?

Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.

La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.

Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.

Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.

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Marcha de jubilados: balas y bolitas

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Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales. 

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.

Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.

Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.  

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.

Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.

Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla. 

  • “Vacas gordas, jubilados flacos”.
Marcha de jubilados: balas y bolitas

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.

Números y un café

Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca  mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.

Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.

De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.

Abus en la calle 

Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.

En la marcha hubo muchos carteles al respecto: 

  • No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
  • Ni veto ni represión: fuera el FMI
  • No al veto a las leyes en jubilaciones
  • No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei). 

Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.

Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.

Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Jubilado hablándole a la pared.

Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”. 

Vallas a donde vayas

El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.

Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.

Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.

La violencia y las bolitas

Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar). 

La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

¿Qué escudan los escudos?

Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”. 

Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.

Sin embargo, la gente no se fue.

La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió. 

“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.

Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.

De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.

Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:

–Juguemos a las bolitas.

Todos se rieron, por el absurdo de la situación. 

De nuevo, frente al horror, la creatividad social. 

Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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