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Hacer la noticia: periodistas y comunicadoras por #AbortoLegalYa

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En un día histórico, más de 600 periodistas, comunicadoras y trabajadoras de prensa firmaron su Carta Abierta a diputadas y diputados a favor del proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. Desde la TV a radios cooperativas, de diarios comerciales a revistas autogestivas, veteranas y jóvenes del periodismo argentino estamparon con su cuerpo la exigencia por una demanda social que no se detiene. Nuestra crónica y reportaje fotográfico. El video del grito colectivo #AbortoLegalYA

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Fotos: Martina Perosa para lavaca


Son las 12 en punto del mediodía y la primera en llegar es la periodista Luisa Valmaggia. “Llegás temprano “, le dice una colega. “Hace 30 años que estoy esperando este momento”, responde. Sale y la que ingresa es la joven cronista de Telenoche, Cata Bonadeo. Son las dos de la tarde y las periodistas y conductoras Maju Lozano y Tatiana Shapiro llegan juntas con el pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito al cuello. Atrás de ellas está Mona Moncalvillo, también Liliana Hendel y Myriam Lewin; también Any Ventura, la editora de Kiné, Julia Pomiés, la conductora radial Nancy Pazos, la conductora del noticiero de Telefé, Gisela Busaniche, las periodistas del diario Página 12, Irina Hauser, Adriana Meyer y Aillin Bullentini, las representantes del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba)i y la fundadora de Barricada TV, Natalia Vinelli.
Llegan.
Y llegan.
Y siguen llegando: nunca para.
Nombrar a algunas es decir poco.
En total y a lo largo de la tarde 341 periodistas llegaron hasta Mu para dejar su firma y al momento de la foto grupal ya sumaban 271.
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Fotos: Martina Perosa para lavaca


“Todas las mujeres estábamos esperando que sucediera algo así”, dice a lavaca Lozano, periodista en FM 100 y Canal 9. “Hay mucha gente trabajando hace muchísimos años y en algún momento tenía que pasar. Es alucinante. Todo estaba como estancado, pero se alinearon los planetas y sucedió. Y creo que tiene que ver con un despertar, con algo que nos fuimos dando cuenta, que era que a todas nos estaba pasando lo mismo, nomás que no lo hablábamos en voz alta. Y, entonces, nos empezamos a escuchar. Ahí se armó todo”.
Shapiro  -Infobae, Canal 9 y Radio Nacional y Rivadavia- está convencida que la ley tiene que salir. “El cuerpo es de la mujer. Podemos discutir un montón de cosas, pero hay mujeres que se mueren por abortos clandestinos. Hay un momento mundial importante y eso favorece que esté pasando esto. Muchas no se animaban a decir lo que pensaban. Muchas quieren sumarse y aplaudo que suceda. La instancia del Senado es complicada, pero vamos para adelante. Festejo el debate, a los que van cambiando de opinión y a los indecisos que se van sumando”.
Mientras, las periodistas no paran de llegar.
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Maju Lozano y Tatiana Schapiro. Fotos: Martina Perosa para lavaca


Otras enviaron su firma por mail o por whassap: Magdalena Ruiz Guiñazú, María Laura Santillán, Mónica Gutiérrez, Nora Veiras, Cinthia García, Liliana López Foresi, Camila Hadad. Hinde Pomenariec, Natasha Niebieskikwiat, Soledad Barruti, Josefina Licitra y así 450 más. Las firmas también llegaron desde Usuhaia, Córdoba, Salta y en los próximos días, por correo, de varias provincias más.
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Soledad Vellejos, Valeria Sampedro, Ingrid Beck, Noelia Barral Grigera y Marcela Ojeda. Fotos: Martina Perosa para lavaca


La madurez joven
Mona Moncalvillo es una de las históricas referentes que se acercó a firmar la Carta Abierta. Integrante del mítico staff de la Revista Humor, hoy está en las madrugadas de Radio Nacional y dice que este es un compromiso que tuvo en toda su vida. “Pertenezco a una generación en la que era un pecado hablar del aborto. Era como un blasón, una mancha, un estigma. Te sentías absolutamente sola, desprotegida, expuesta a cualquier cosa que te podía pasar, porque las mujeres que apelaban a un aborto lo hacían en la clandestinidad. No tenían apoyo de nada ni de nadie y eran como grandes pecadoras. Afortunadamente los años no han pasado en vano. Siempre hubo lucha. De grupos minúsculos hoy hay una alta madurez en la que veo muchísimas chicas jóvenes. Y me parece fantástico que así sea”.
Las chicas jóvenes que pasan a su lado son, también, periodistas. “Me encanta. Desde los medios olvídate que pudiéramos hablar del aborto. Y, además, ellas colegas, tal vez con menos experiencia y años, lo bueno es que puedan difundir desde muy temprano y desde tan jóvenes este tema. Que deje de ser oscuro y de hablarse a escondidas”.
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Fotos: Martina Perosa para lavaca


En la calle y en la Matrix
Cata Bonadeo –hija del periodista Gonzalo y nieta del periodista Diego- trabaja en Canal 13 y TN. Está favor de la legalización del aborto y dice por qué: “Porque es para mí, para mis hermanas, para todas las mujeres que conozco, para las que no tuvieron la chance de seguir con los derechos que tenemos las mujeres y que tendríamos que tener. Sobre todo por mi hermanita, que tiene 9 años y es chiquita, y que todavía no sabe de qué se trata todo esto: me gustaría que todo lo que sufrimos nosotras a lo largo de años no lo tenga que pasar. Como dijo la periodista Luciana Peker, es la revolución de las chicas, de las jóvenes, de las pibas de 12 y 13 años, y así, todas juntas, aportando nuestro pequeño granito de arena vamos a poder cambiar las cosas. Es el momento de que la gente que tiene la responsabilidad o la chance de votar algo tan importante cambie la historia de una vez por todas”.
Noelia Barral Grigera, periodista parlamentaria de El Cronista, C5N y Radio Con Vos y Metro: “Además de que todo lo que está sucediendo es sorprendente y nunca lo hubiéramos imaginado, me parece absolutamente necesario para empujar el debate en el Congreso. Hay legisladores que todos los días están repensando sus posiciones, hay muchos indecisos, y la movilización social y el debate en la calle suma mucho para lograr la ley”.
Barral Grigera también activa mucho el debate a través de otra herramienta de esta época: Twitter. “La presión popular está en la calle, pero también lo ves en las redes. Hoy por hoy nadie está ajeno de lo que pasa allí: los diputados, durante el debate, miran Twitter todo el tiempo y hasta contestan lo que escribimos. La discusión se sigue y con mucha tensión. Es un ámbito más donde hacer valer nuestra voz y hacerle saber que esto tiene que ser ley”.
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Fotos: Martina Perosa para lavaca


El deseo no se impone
Cecilia Laratro es periodista, locutora y durante muchos años fue el rostro del noticiero de la TV Pública. “Hoy estoy sin empleo: ese fue mi último trabajo junto a Radio El Mundo, que también están vaciando”. ¿Por qué vino? “No se puede no ser feminista y no querer equidad. Hay un empuje maravilloso de las nuevas generaciones y de las mujeres más jóvenes que han llevado este tema a este lugar hoy, con semejante nivel de compromiso,  masividad y concientización. Es un tema que hoy se habla entre amigos, entre familias, y la causa por la que hay que legalizarlo ya la tenemos muy en claro. Sinceramente, cada mujer tiene que tener derecho a decidir si quiere ser madre o no. Es como dijo Muriel Santa Ana: es el deseo de ser madre. No se puede imponer eso, y cuando se impone todo sale peor. Cada una tiene que hacer lo que le parezca, y ahí no tiene que meterse ni la religión ni el Estado”.
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Fotos: Martina Perosa para lavaca


El sexto elemento
Julia Pomiés es editora de Kiné y presidenta de la Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA), organización que nuclea a más de 200 publicaciones autogestivas de todo el país. “Quiero firmar con todas mis hermanas periodistas, más hermanas hoy las que están en la misma lucha por aborto legal ya. Y estoy con esperanza. En un momento tan desesperante me parece que el movimiento de mujeres es un punto distinto que nos lleva a un camino distinto. No lo digo sólo por las periodistas de las revistas culturales, que somos muchas, sino por todas las mujeres y laburantas que firmaron, como artistas, escritoras, músicas, y todas las ramas de la cultura. Pero también por las otras, las que estuvieron en las calles el 8 de marzo. Esa es la esperanza. Nuestro elemento”.
Ingrid Beck, de Barcelona: “Es la demostración de que la sociedad civil no sólo está preparada sino que está a favor del aborto legal. Nosotras solo somos las voces y las caras de algo que es muchísimo más profundo y masivo, y que va a seguir y crecer. Lo más importante es que los encargados de legislar nuestra salud miren, escuchen y lean todo lo que está pasando”.
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Fotos: Martina Perosa para lavaca


La organización colectiva
Luisa Valmaggia, de Radio Cooperativa: “La ley llegó felizmente al parlamento con mucha más potencia y fuerza porque las mujeres seguimos insistiendo para tratar una ley que nos permita por un lado no ser discriminadas, tener igualdad de derechos, decidir sobre nuestos cuerpos, decidir si queremos o no ser madres. Y por eso necesitamos que el Estado garantice el derecho de todas las mujeres  a interurmpir un embarazo por los motivos que sea. No solo por una violación -cosa que no siempre se cumple- o por los motivos que ya está contemplado en el Código Penal, sino sencillamente por una mujer que no quiere ser madre”.
Miriam Lewin: “De esta manera estamos salvando vidas y estamos eliminando un negocio ilegal, de la policía y de los médicos aborteros. Acompañé a una amiga por primera vez a hacerse un aborto a los 17 años: salió 2500 dólares, en un consultorio de Recoleta, tapizado de diplomas, y en una tarde de sábado se hacía 10 abortos. Se tiene que terminar con la hipocresía. Quienes pueden, abortan, y lo hacen de la manera más segura. Y la que no saben cómo, terminan con grandes infecciones y hasta la muerte”.
Valeria Gantman, asesora de prensa: “Nadie puede legislar sobre nuestros cuerpos. Hoy las mujeres estamos más unidas que nunca y es importante continuar con esta lucha hasta que esto sea ley y todas tengamos el mismo acceso. La organización colectiva es la única forma de lograr todos estos reclamos y necesidades básicas que necesitamos las mujeres”.
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El puente feminista
Ana Torrejón es una referente del mundo de la moda, directora editorial de L´Officiel y una de las impulsoras de esta Carta Abierta. “Nosotras, que somos las encargadas de ser el puente entre las noticias con las audiencias y el público lector, conocemos este problema, somos parte de este problema y consideramos que desde 1983 en adelante es una deuda que tiene la democracia para las mujeres. Creo firmemente en lo que dice la Campaña: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.
¿Cómo describiría ese puente hoy?
Mi sensación es que durante muchos años fue controversial decir que éramos feministas y que buscábamos construir a partir de un movimiento derechos y oportunidades para todas en un mundo que no es equitativo. Hoy la sociedad está tres pasos adelante. Y nos enfrentamos a un sistema muy patriarcal y muy corporativista, que el sistema político, con sus excepciones. Estoy segura que el dictamen va a salir. Y después será una ardua tarea para el Senado. Pero la sensibilidad de las nuevas generaciones impone otra agenda a la hora de mirar la realidad. El camino no fue sencillo. Hoy es un día muy particular porque  venimos a firmar periodistas, comunicadoras, trabajadoras de prensa y comunicadoras visuales. Y nosotras podemos lograr un espacio para discutir más allá de nuestras filiaciones políticas, armar un lugar donde podamos discutir cuestiones inherentes en el oficio. Recordemos que hasta el año 60 no firmábamos las notas, que somos minoritarias, que se establece una agenda informativa donde en la mayoría no hay equidad de fuentes, que estamos trabajando en un lenguaje que para ser inclusivo necesita de muchos cambios. Es fundamental lograr estos principios, acuerdos, y visibilizar que atrás de las noticias y en las noticias somos muchas y estamos unidas. Es un registro país.
¿Cómo es ese puente entre un oficio en mutación y una sociedad tres pasos adelantada?
-En principio no se comunica igual ahora que hace 30 años, pero sí hay voluntad de construir ese puente. Hoy estamos haciendo medios en 360 grados, que hablando de audiencia y de lectoras y lectores, apostamos al ejercicio de socialización de las noticias. Las personas tenemos el derecho a ser informadas y quienes ejercemos este rol tenemos el deber de informar. Esto no es negociable, lo haremos desde donde podamos, desde la primera persona del singular en las redes o desde los medios donde estamos, del establishment o autogestivos, pero si algo no se han acabado son las noticias. Siguen existiendo, y depende mucho de nosotros cómo vamos a hacer este puente y cómo vamos a llegar.
¿Hoy cuál es la noticia?
Es que al minuto fuimos y somos más de 600 comunicadoras, trabajadoras de prensa y periodistas que firmamos y adherimos esta carta. Y vamos a hacer muchas más. Y eso es hermoso.
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Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Ana Torrejón. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Cata Bonadeo. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Cecilia Laratro. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Miriam Lewin y Liliana Hendel . Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Luisa Valmaggia. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Julia Pomiés, presidenta de AReCIA. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Las representantes de Sipreba. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Valeria Gantman. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Marcela Rubini. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Gisela Busaniche y Any Ventura


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Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Teresa Napolillo, ana Torrejón, Claudia Pasquini.
Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Las representantes de Barricada TV.


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Fotos: Martina Perosa para lavaca



 
 El texto de la Carta Abierta y la lista (incompleta) de las que firmaron:
Carta Abierta de Periodistas a diputadas y diputados de la Nación:
Nosotras, periodistas y comunicadoras argentinas, escribimos esta Carta Abierta con la esperanza de ser escuchadas.
Tal como cada dos años lo hacen ustedes, esta vez nosotras les pedimos su voto.
Les pedimos su voto para terminar con la muerte, la cárcel y el silencio.
Porque estamos a favor de todas las vidas, también de las de aquellas mujeres y personas con capacidad de gestar que arriesgan sus cuerpos en manos de un negocio siniestro y clandestino. Porque estamos a favor de todos los derechos: del derecho a decidir sobre el propio cuerpo y del derecho a la vida. Por todo eso, estamos a favor de que el aborto sea legalizado.
Les pedimos que voten el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito porque estamos convencidas de que el aborto legal –acompañado de políticas públicas de educación, prevención y contención para evitar el embarazo involuntario- nos convertirá en una sociedad más justa, más moderna y definitivamente menos hipócrita.
Se los pedimos también para que honren el sistema representativo que simboliza, justamente, el derecho a elegir.
Les pedimos su voto, finalmente, porque tenemos fe en la democracia.
Llegó la hora.
Hagan historia y salden su deuda con las mujeres.

  1. Magdalena Ruiz Guiñazú
  2. María Laura Santillán
  3. Liliana López Foresi
  4. Mónica Gutiérrez
  5. Maju Lozano
  6. María O’Donnell
  7. Nancy Pazos
  8. Ana Torrejón
  9. Silvia Martínez
  10. Natasha Niebieskikwiat
  11. Miriam Lewin
  12. Débora Plager
  13. Mariel Fitz Patrick
  14. Silvia Naishtat
  15. Josefina Licitra
  16. Soledad Barruti
  17. Lorena Maciel
  18. Olga Wornat
  19. Teresa Pacitti
  20. Claudia Acuña
  21. Silvia Mercado
  22. Romina Manguel
  23. Soledad Vallejos
  24. Hinde Pomeraniec
  25. Marcela Ojeda
  26. Valeria Sampedro
  27. Ingrid Beck
  28. Nora Veiras
  29. Natalia Vinelli
  30. Ailin Bullentini
  31. Valeria Gantman
  32. Julia Izumi
  33. Liliana Franco
  34. Camila Hadad
  35. Any Ventura
  36. Adriana Meyer
  37. Florencia Halfon Laksman
  38. Teresa Napolillo
  39. Ana Gerschenson
  40. Cata Bonadeo
  41. Cynthia García
  42. María Julia Mastromarino
  43. Anabella Messina
  44. Sonia Lifschitz
  45. Sofía Barruti
  46. Florencia Etcheves
  47. Camila Barral
  48. Bárbara Pereira Corvalán
  49. Laura Yanella
  50. Florencia Monfort
  51. Carolina Arenes
  52. Carla Rebello
  53. Mercedes López San Miguel
  54. Anabella Arrascaeta
  55. Cecilia Fumagalli
  56. Irina Hauser
  57. Deborah Lapidus
  58. Gabriela Cerioli
  59. Dolores Curia
  60. Ana Correa
  61. Silvia Itkin
  62. Victoria Ginzberg
  63. Mariana Iglesias
  64. Mariane Pécora
  65. Julieta Roffo
  66. Alejandra Peñalva
  67. Fiorella Sargenti
  68. Sabrina Roth
  69. Debora D’Amato
  70. Dora Becher
  71. Mariana Mactas
  72. Natalia Carcavallo
  73. Patricia Valli
  74. Claudia Pasquini
  75. Mariana Carbajal
  76. Julia Pomiés
  77. Emilia Delfino
  78. Luciana Peker
  79. Virginia Trombetta
  80. Ximena Pascutti
  81. Florencia Canale
  82. Clara Uranga
  83. Gisela Busaniche
  84. Luisa Valmaggia
  85. Milva Castellini
  86. Érica Fontana
  87. Cecilia Laratro
  88. Bernarda Llorente
  89. Florencia Scarpatti
  90. Valeria Shapira
  91. María Ana Mandakovic
  92. María del Carmen Varela
  93. Sofía Benavides
  94. Mona Moncalvillo
  95. Patricia Surano
  96. Fernanda Nicolini
  97. Fernanda Kobelinsky
  98. Myriam Mohaded
  99. Patricia Kolesnicov
  100. Agustina Paula Heb
  101. Silvina Darago
  102. Malena Baños Pozzati
  103. Sol Tiscornia
  104. Florencia Cunzolo
  105. Sabrina Faija
  106. Sandra Commisso
  107. Lucía Entín
  108. Carolina Allen
  109. Sandra Igelka
  110. Dolores Cardoner
  111. Ana Prieto
  112. Liliana Caruso
  113. Lucía Aita
  114. Nadia Fernández
  115. Florencia Coll
  116. Estafanía Cámera Da Boa
  117. Sibila Camps
  118. Nadia Fernández
  119. Paula Marussich
  120. Silvina Martínez Porta
  121. Romina Mohr
  122. Anabelia Cerezo
  123. Silvana Zanelli
  124. Lucila Trujillo
  125. Mercedes Mora
  126. Stella Maris Campos
  127. Laura Efron
  128. María Guadalupe Rodríguez
  129. Adriana Bruno
  130. Laura Durán
  131. Ana Vainman
  132. Natalia Marino
  133. Gabriela Carchak
  134. Gabriela Zagordo
  135. Verónica Furlan
  136. Claudia Kaufman
  137. Claudia Salto
  138. María Sol Musa
  139. Jimena Sánchez
  140. Agustina Bassi
  141. Cecilia Insinga
  142. Silvia Fernández
  143. Mariana Montero
  144. María Sucarrat
  145. Agustina D’Elía
  146. Natalia Blanc
  147. Paula Bernini
  148. Ariana Budasoff
  149. Marta Del Pino
  150. Catalina De Elía
  151. Eliana Braier
  152. Claudia Marengo
  153. Gaby Grosso
  154. Fabiana Scherer
  155. Carola Birgin
  156. Liliana Samuel
  157. Clara Roucco
  158. Sandra Acosta
  159. Cecilia Fogliatti
  160. Sol Lopatin
  161. Norma Madeo
  162. Agustina Larrea
  163. Julieta Elgul
  164. Carolina Muzi
  165. Fabiana Fondevilla
  166. Ana Laura Pérez
  167. Mercedes Funes
  168. Marina Abiuso
  169. María Marta García Scarano
  170. Valeria Satas
  171. Valeria López
  172. Rocío Bravo
  173. Irina Sternik
  174. Débora Slonitsky
  175. Luciana Soria Vildoza
  176. Romina Barbalace
  177. Luciana Arias
  178. Dionisia Fontán
  179. Lara Krimeniuk
  180. Patricia Verónica Serrano
  181. Marisol Ambrosetti
  182. Jesica Fabbaro
  183. Lucrecia Gallo
  184. Paula Gullini
  185. Silvina Rossi
  186. Lorena Toso
  187. Inés Gordon
  188. Mariana Verón
  189. Ana María Torres Castro
  190. Mariana Carpovich
  191. Viviana Toledo
  192. Lucía Agosta
  193. Macarena Reynolds
  194. Valeria Dotro
  195. Eugenia Perrella
  196. Eliana Masci
  197. Mariel Lesnichevsky
  198. Silvana Catarazzuolo
  199. Carina López Monja
  200. María Florencia Guerrero
  201. Gabriela Pepe
  202. Natalia Gelós
  203. Tatiana Schapiro
  204. Paula Rodríguez
  205. Laura Cukierman
  206. Noelia Barral Grigera
  207. Juli Schulkin
  208. Mayra García
  209. Paula Bistagnino
  210. Julieta Tarrés
  211. Virginia Porcella
  212. Mariana Sturniolo
  213. Maru Rafaelli
  214. Lulu Benegas
  215. Rocío Olivera
  216. Flor Bidabehere
  217. Zelmira Kroselj
  218. Agostina Maggiani
  219. Verónica Rubi
  220. Emilse Pizarro
  221. Cecilia Boufflet
  222. Valeria Sorin
  223. Gaby Tijman
  224. Celeste Nasimbera
  225. Cecilia Conde
  226. Natalia Páez
  227. Victoria de Masi
  228. Einat Rozenwasser
  229. Paulina Cossi
  230. Carolina Salvini
  231. Karina Micheletto
  232. Natalia Zuazo
  233. Gabriela Navarra
  234. Irene Haimovichi
  235. Ana Espinoza
  236. Marta Salinas
  237. Alicia Lipovetzky
  238. Florencia Ure
  239. Silvina Rouvier
  240. Daniela Yaccar
  241. Sofía Zoffoli
  242. Belén Croce
  243. Vanesa Spaccavento
  244. Belén Lescano
  245. Laura Palau
  246. Tatiana Scorciapino
  247. Maia Romano
  248. Grabriela Krause
  249. Rocío Rodríguez
  250. Julieta Sanow
  251. Ferni Moreno
  252. Lola Monteiro
  253. Amelia Álvarez
  254. Clara Sirvén
  255. Soledad Itria
  256. Eugenia Zicavo
  257. Mariana Rapoport
  258. Silvina Alonso
  259. Silvana Barrera
  260. María del Pilar Ayuso
  261. Luz de Sousa Quintas
  262. Sofía Bustamante
  263. Ana Clara Pedotti
  264. Maricel Spini
  265. Elizabeth Peger
  266. Marina Giacometti
  267. Belén Papa Orfano
  268. Florencia Lendoiro
  269. Graciela Moreno
  270. Cecilia Camarano
  271. Belén Escobar
  272. Gabriela Oprandi
  273. Laura Yawien
  274. Paula Boente
  275. Paula Etchegoyen
  276. Mariel Fuentes
  277. India Molina
  278. Mariana Percovich
  279. Clara Loustaunau
  280. Fabiana López
  281. Julieta Abusier
  282. Nuria Rebón
  283. Gabriela Vulcano
  284. Paula López
  285. Soledad Navarro
  286. Adriana Lazzeretti
  287. Florencia Maccione
  288. Melina Manfredi
  289. Micaela Levitt
  290. Maria José Vitale
  291. María Emilia Rebollo
  292. Eugenia Baliño
  293. Marianela Insúa Escalante
  294. Marina Caldarelli
  295. Cecilia Díaz
  296. María Boccanera
  297. María Iglesia
  298. Belén Fernández
  299. Guadalupe Rivero
  300. Bibiana Ricciardi
  301. Estela Nesci
  302. Ivana Szerman
  303. Cecilia Delatorre
  304. Maria Zentner
  305. Julieta Habif
  306. Maia Ciavatta
  307. Belén Andreozzi
  308. Andrea Vulcano
  309. Ana Papadópulos
  310. Mariana Roveta
  311. Gabriela Bruzos
  312. Andrea Basconi
  313. Paola Florio
  314. Pía Shaw
  315. Mercedes Barradas
  316. Cecilia Labate
  317. Julia Alperowicz
  318. Ronith Gitelman
  319. Nadia Koziner
  320. Norma Loto
  321. Laura Santos
  322. Liliana Podestá
  323. Martina Rúa
  324. Flavia Pittella
  325. Virginia Quiroga
  326. Mariana Rolleri
  327. Guadalupe Carril
  328. Cecilia Toledo 
  329. Cristina Galasso
  330. Andrea Recúpero
  331. Agustina Conte
  332. Mariana Stizza
  333. Sofía Rey
  334. Candela Crevatini
  335. Alejandra Páez Triviño
  336. Guillermina Riva Carretti
  337. María de los Ángeles Alemandi
  338. Marcela Repossi
  339. Celina Abud
  340. Romina Coluccio
  341. Inés Marquevich
  342. Liliana Belforte
  343. Belén Tenaglia
  344. Daniela Morán
  345. Rocío Isaurralde
  346. Jessica Fabaro
  347. Débora Ruiz
  348. Mariana Leiva
  349. Paula Galloni
  350. Lola Cordero
  351. Ayelén Cisneros
  352. Martina Matusevich
  353. Victoria Yornet
  354. Sonia Ávalos
  355. Florencia Hipoliti
  356. Ana Laura Pace
  357. Julia Spina
  358. Julieta Tommasone
  359. Verónica Roselló
  360. Ana Markarian
  361. Gabriela Setton
  362. Jose Bugallo
  363. Marou Rivero
  364. Mariana Schurink
  365. Silvana Grosso
  366. Emilia Setton
  367. Bárbara Arcuschin
  368. Belén Baldelomar
  369. Lucía Levy
  370. María Cruz
  371. Marcela Rubini
  372. Paula Galloni
  373. Analía Rivas
  374. Sabrina Carrasco
  375. Silvina Quintans
  376. Constanza Ojeda
  377. Valeria Lungarini
  378. Ana Markarian
  379. María Jimena Acevedo
  380. Daniela Lucía Lichinizer
  381. Mercedes Ezquiaga
  382. Jesica Cassan
  383. Cristina Mahne
  384. Cecilia Devanna
  385. Aneris Cassaus
  386. Mariela Mayer
  387. Sofía Oviedo
  388. Pamela Atayra
  389. Silvana Minué
  390. Agostina Giorgio
  391. Luz Scarpati
  392. Laura López Entable
  393. Yamila Pichuman
  394. Constanza Ojeda
  395. Valeria Vargas
  396. Natalia Caso
  397. Carolina Masdeu
  398. Agustina Faure
  399. Nancy Pititto
  400. Mirta Kaszuba
  401. Mónica Lemus
  402. Verónica De María
  403. Myriam Azcurra
  404. Alejandra Saldivia
  405. Micaela Cantero
  406. Florencia Palumbo
  407. Pilar Domínguez
  408. Marcia García
  409. Gabriela Bersier
  410. Adriana Cabrera
  411. Florencia Basso
  412. Antonela Obando
  413. Roxana Barth
  414. Natacha Sandoval
  415. Lorena Uribe
  416. Fernanda Rossi
  417. María Schlieter
  418. Verónica Portillo
  419. Elida Rechi
  420. Carla Ricciotti
  421. Maru Ludueña
  422. Caro Ozán Fernández
  423. Clarisa Busemi
  424. Liliana Díaz
  425. Valeria Tontogi
  426. Lucrecia Paris
  427. Marina Céspedes
  428. Florencia Arce
  429. Carla Czudnowsky
  430. Graciana Magdalena
  431. Itati Meyer
  432. Yael Varela
  433. Ana López
  434. Ana Ruarte
  435. Deolinda Carrizo
  436. María Daniela Yaccar
  437. Melanie Berardi
  438. Nahir Escobio Buono
  439. Virginia Robetto
  440. Natalia Blanc
  441. Caterina Quintieri
  442. Victoria Belén Bertonasco
  443. Cecilia Kafka
  444. Florencia Cerchiara
  445. Verónica Chelotti
  446. María Victoria Cuomo
  447. Julieta Urdinola
  448. Noemí Romero
  449. Noelia Seguí
  450. Daniela Yaccar

…y siguen las firmas
 
 

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Contra los incendios y la desinformación: sobre la caza de brujas en la Comarca Andina

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La policía provincial, fogoneada por el gobierno local y nacional, detuvo a 12 personas al voleo y sin pruebas como supuestas responsables de los incendios que ya consumieron más de 25 mil hectáreas en la zona. Se trata de vecinas y vecinos que se encontraban conteniendo las llamas o que tienen apellidos mapuche. Frente a la comisaría, una movilización que reclamaba la liberación de estas personas sufrió además el amedrentamiento de una patota ligada al magnate Joe Lewis (uno de sus integrantes, empleado del municipio y cercano al intendente). La policía los dejó actuar sin hacer nada. Lo que hay detrás de esta operación político-mediática: fake news para romper la organización, persecución social, proyectos de extractivismo y entrega de territorios. “El miedo que nos quieren infundir no va a ser un obstáculo para seguir organizándonos, en los territorios y en las calles”, dicen algunas personas que prefieren no dar el nombre pero testimonian en esta nota, explicando todo lo que pasó y sigue.

Por Francisco Pandolfi

Mientras se queman los bosques y la montaña y los valles y las casas, y los animales, empezó una caza de brujas en Chubut y en Río Negro. Una caza de personas que justamente combaten a un fuego que sigue ardiendo en cinco grandes incendios. Que ya quemó más de 25 mil hectáreas. Que ya se llevó una vida: Ángel Reyes, de 84 años. Que ya arrasó con más de 200 viviendas en la Comarca Andina. Y que ya tuvo por lo menos 12 detenidos, al voleo, sin pruebas, y con el cargo de “incendio doloso” (dos de esos detenidos fueron inmediatamente liberados por falta de pruebas).

La persecución que en las últimas horas escaló al extremo, con el Estado sembrando en la población un estado de terror.

Frente a esto: la autogestión. El poder de las comunidades organizadas, ante todos los otros poderes.

Miente, que algo queda

Para entender este presente basta con hacer memoria a no tan largo plazo para comprender un mismo modus operandi. 

“La historia se repite”, decía Hegel. “La historia ocurre dos veces: la primera como tragedia y la segunda como farsa”, dijo Marx.

Todos los años ocurren enormes incendios forestales, y según estadísticas oficiales más del 95% son provocados por la acción humana. En enero de 2024 se quemaron casi 7 mil hectáreas en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut. A las horas de su inicio, el gobernador Ignacio Torres responsabilizó a la comunidad mapuche Paillako, tomando la línea de Patricia Bullrich, es decir del gobierno nacional. Pasó un año y no se encontró ni una sola prueba en contra de la comunidad, pero el ataque allanó el terreno que derivó en el desalojo de la lof a comienzos de este 2025. El déjà vu aparece cuando el último miércoles el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, informó que habían sido detenidas tres personas. Este jueves, se sumaron por lo menos 9 detenciones más, según el registro de distintas asambleas que ya no solo deben contar la hectáreas quemadas. 

La patota

Iván González es docente de biología, comunicador en la FM Radio Alas y vecino de Lago Puelo. Ahora está en El Bolsón, combatiendo el fuego y la desinformación. “Las personas a quienes están deteniendo son las que arriesgaron su vida por apagar los incendios. Ni bien nos enteramos de las primeras excarcelaciones nos movilizamos a la puerta de la Comisaría 12, de El Bolsón, para exigir su liberación, cuando de repente llegó una patota montada en caballos que vino directamente a agredirnos. Vimos peligrar nuestra vida, rodeados por mucha gente armada, con cuchillos, palos, amenazándonos de muerte todo el tiempo, aplaudiendo y gritando ‘viva la patria’, ‘mátenlos’. Fue una situación muy violenta”. La policía se destacó por su sospechosa inacción.

Iván explica que, ante las persecuciones, tienen dos estrategias: salir a hablar sin dar nombres propios, o hacer lo opuesto y que sea la exposición el paraguas que los proteja. El anonimato es la opción que elige un vecino de la localidad chubutense de Golondrinas, por una cuestión vital: “Quiero seguir viviendo”. Pone en contexto esa tremenda frase: “Están haciendo un operativo cazando gente; ayer a una amiga que lo único que hizo fue apagar llamas, le allanaron su casa; a otro flaco que por su apellido es del pueblo mapuche, lo levantaron de la puerta del supermercado y se lo llevaron, montando pura espectacularidad”. Agrega un dato clave sobre el grupo parapolicial que el miércoles llegó a caballo a amedrentar en la puerta de la comisaría: “Responde a Joe Lewis (magnate británico dueño de una estancia de 8 mil hectáreas que rodea el Lago Escondido). Lewis, Pogliano (intendente de El Bolsón) y Weretlineck son la misma cosa”. Uno de los integrantes de la patota es empleado del municipio encabezado por Pogliano.

El relato

Nelson Ávalos integra la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), región Noroeste de Chubut. La conversación con lavaca se pospone una y otra vez porque las detenciones aumentan con el correr de las horas. Entre audiencia y audiencia de la formulación de cargos a los detenidos, finalmente explica: “Mientras la gente arriesga su vida y encima la detienen, los gobernadores de Río Negro y Chubut, junto a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, están creando un relato sobre que los incendios (Mallín Ahogado, Epuyén, Trevelín, la comunidad Nahuelpan y el Pedregoso) son producto de una sola causa: una organización que se dedica a realizar actos terroristas para incendiar todo, vinculando siempre al pueblo mapuche tehuelche. Y ahora intentan sumar a gente que voluntariamente busca apagar el fuego”. 

Nelson dice que es muy complejo lo que están viviendo, que es muy difícil de sintetizar. Y subraya lo que cree fundamental poner en evidencia: “El relato de los gobiernos busca justificar que se instale en la región un estado de militarización. Hace unos días, Torres y Bullrich presentaron el Comando Unificado para combatir a ‘las fuerzas terroristas de la Comarca Andina’, y para eso desembarcaron las policías provinciales, la Federal, la Gendarmería, la Prefectura y el Ejército, además de los servicios de inteligencia”. Avalos deduce qué hay detrás: “Proyectos de extractivismo y entrega de territorios a la voracidad de capitales nacionales e internacionales”.

Sobre las detenciones: “La investigación la lleva el fiscal (Francisco) Arrien y se están llevando a cabo las audiencias de formulación de cargos por incendio doloso. Yo creo que mañana estarán todos liberados, porque esto forma parte de un circo de la Justicia y del poder político, para no ir hacia las verdaderas causas que originaron el fuego”.

El Estado de las cosas

“Estamos muy preocupados”. Del otro lado del teléfono habla Viviana Moreno, referente histórica de la Asamblea por el No a la Mina de Esquel. “Hay incendios locales en todos lados, todos los días. Se logran apagar enseguida porque estamos atentos. Son intencionales, porque son de madrugada”, dice. La voz se pone más tensa: “Estamos desesperados, anoche hubo otro incendio en un barrio. Esto que ocurre es una locura. Ya se están haciendo planes de evacuación de los barrios más inmersos en el bosque nativo”. 

Para Viviana, el fuego es el resultado final de una combinación explosiva de factores: un abandono del Estado de los bosques comunales, que deben ser limpiados, raleados sistemáticamente y no sucede; las plantaciones de pinos como monocultivo, altamente combustibles; el cambio climático: altas temperaturas impensadas años atrás, sequía y vientos fuertísimas; y la falta de equipamiento y la precarización laboral de los brigadistas que combaten los incendios forestales”.

Hernán Mondino integra la Brigada de Incendios, Comunicaciones y Emergencia (ICE) del Parque Nacional Los Alerces. Da un marco de la situación: “Pedimos 15 compañeros para reforzar la temporada e ingresaron solamente seis. Y encima, por la política general de gobierno renunciaron cuatro. A esto se suma que los brigadistas tenemos contratos laborales de tres meses. O sea, los números son siempre negativos y de esa política hay responsables concretos que se llaman a silencio. El Servicio Nacional del Manejo del Fuego ahora depende de Patricia Bullrich y en este contexto que vivimos Parques Nacionales sigue despidiendo gente. Estas responsabilidades se quieren ocultar buscando chivos expiatorios o culpables efímeros para desviar lo que realmente pasa”.

El vecino de Golondrinas que pide reserva de su nombre recuerda que desde el catastrófico incendio de 2021, aún hay gente que sigue sin agua, cuatro años después. También dice que sólo en enero, ya debió apagar cuatro veces el fuego iniciado por el chisporroteo de cables y por la quema de transformadores. “Cuando hay viento, están cortando la electricidad, porque saben que eso puede generar más incendios, lo que refleja la falta de inversión. Como no pueden resolver los problemas de infraestructura, por no haber inversión estatal, acusan al pueblo de terrorista, cuando son los gobiernos quienes están generando políticas de terror a favor de sus negociados”. 

Agrega Nelson Ávalos, de la APDH: “Acá se juegan intereses que trascienden a los incendios y se está utilizando el desastre para allanar el camino. Queda demostrado la complicidad estatal con lo que pasó el miércoles con esa patota y la impunidad con la que se movieron: cometieron un delito en flagrancia, a los ojos de la policía, que no hizo nada. Es evidente que su accionar fue avalado y que busca, generando desconfianza, romper un tejido social, una solidaridad de hermandad construida en toda la Comarca”.

La autodefensa de la autogestión

Hay dos movimientos que están sucediendo al mismo tiempo: la persecución, por un lado, y la organización popular que crece cada día un poco más. Iván González, vecino de Lago Puelo, reflexiona: “Todas las acciones que se están haciendo desde los gobiernos son conducentes a desarticular la red comunitaria que se formó para luchar contra los incendios y crear enemigos internos como el pueblo mapuche. El crecimiento inmobiliario en El Bolsón hace que la ciudad casi ya no tenga dónde crecer, porque es un valle encajonado, y entonces se pretende avanzar con loteos inmobiliarios hacia los lugares rurales, justamente como es la zona de Mallín Ahogado”. Iván suma un elemento: “La aprobación del RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) vino a acelerar la realización de proyectos mega turísticos hoteleros y mineros, en un territorio donde hay una resistencia importante a que no talen los bosques, donde hay muchos productores apostando a la agroecología, donde en definitiva existe un obstáculo importante para sus proyectos urbanizadores”.

Y suma otro más: “A ellos les molesta que haya gente organizada contra sus planes, todos articulados por Joe Lewis. De hecho, es muy sospechoso que el incendio en Mallín Ahogado haya empezado pocas horas antes de lo que iba a ser la novena marcha hacia Lago Escondido, que año tras año visibiliza que se trata de un lago usurpado por un empresario”.

Iván pide no desviar el foco principal: apagar el fuego. “Intentan meter miedo y romper nuestra organización, mientras las llamas siguen descontroladas en la montaña, en las laderas, y ayer ya ni había aviones hidrantes volando. Entonces, si esperamos que 100 brigadistas de los servicios estatales –en un estado de cansancio total, con unas viandas deplorables y casi sin nafta para el uso de motobombas–, apaguen estos incendios no va a ocurrir hasta dentro de varios meses. El desfinanciamiento se traduce en la poca capacidad operativa del Estado para apagar el fuego. Ni hablar cuando hay varios fuegos en simultáneo, como ahora, que son cinco. Los mismos jefes del SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales) y todas las brigadas, reconocen que están con una frazada corta, que sacan de un lado y ponen en otro, que mueven aviones de un incendio al otro y no logran apagar ninguno. Por eso, no nos queda otra que las brigadas de vecinos voluntarios estemos de pie, que hoy cuadriplicamos en cantidad a quienes conforman los servicios estatales. La organización es muy grosa, hay muchísima gente participando”.

Existen roles bien marcados. Están quienes van al frente de la batalla contra el fuego; quienes organizan las viandas –hay un montón de cocinas y en cada una hay siete personas en cada turno–; están quienes se encargan de distribuir la comida; hay gente que organiza los animales; otro equipo ya pensando en la reconstrucción de las casas; uno más, imaginando cómo hacer las estufas para las nuevas viviendas; y otro, ideando cómo volver a reforestar, si con bolitas de arcilla o semillas. Plantea Iván: “La organización de autodefensa es enorme. Y apuntan a derribarla. Por eso estamos repitiendo un versito, que no es ningún verso, y es que a la represión, a su cacería y a los incendios, los combatimos con apoyo mutuo, con cuidados, con autogestión. El miedo que nos quieren infundir no va a ser un obstáculo para seguir organizándonos en los territorios y en las calles”.

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Lohana Berkins: recuerdos del futuro

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Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

“Salteña, comunista, brava, decidida, organizadora de miles de microrevoluciones y megamanifestaciones, Lohana Berkins desarrolló en las calles de Flores una capacidad única, algo así como un super poder capaz de desarmar con pocas palabras la situación más peligrosa, incómoda, violenta. Porque justito ahí, en el momento del temblor, Lohana nos hacía reír. La lección, entonces, es que a partir de ahora tendremos que aprender a producir esa risa destituyente, rebelde, cómplice, conjugadora del miedo. La lección, también, es que a partir de hoy tendremos que leer a Lohana para dimensionar, entre otras cosas, todo lo que representa la práctica en la creación de teoría, eso de poner el cuerpo, para luego poner la cabeza y así, desde la anatomía sensible, inteligente, alerta, voraz, crear políticas. La lección, además, es recordar ahora una de esas creaciones teóricas tan Lohana: todo cuerpo travesti es un cuerpo político”.

Con estas palabras la escritora y periodista Claudia Acuña despidió a Lohana, fallecida el 5 de febrero de 2016. Nueve años después recordamos esta conversación cada vez más actual, publicada en la revista MU 11 bajo el título Anatomía política del cuerpo travesti: “El travestismo primero rompe de cuajo con las certezas, desmantela esta cosa de la binaridad, de la creación divina, porque cuestiona las esencias. El travestismo pone de manifiesto el deseo”.

Lohana Berkins: recuerdos del futuro
Foto: Subcoop.

Salteña, comunista, brava, decidida, organizadora de miles de microrevoluciones y megamanifestaciones, desarrolló en las calles de Flores una capacidad única, algo así como un super poder capaz de desarmar con pocas palabras la situación más peligrosa, incómoda, violenta. Porque justito ahí, en el momento del temblor, Lohana nos hacía reír.

La lección, entonces, es que a partir de ahora tendremos que aprender a producir esa risa destituyente, rebelde, cómplice, conjugadora del miedo.

La lección, también, es que a partir de hoy tendremos que leer a Lohana para dimensionar, entre otras cosas, todo lo que representa la práctica en la creación de teoría, eso de poner el cuerpo, para luego poner la cabeza y así, desde la anatomía sensible, inteligente, alerta, voraz, crear políticas.

La lección, además, es recordar ahora una de esas creaciones teóricas tan Lohana: todo cuerpo travesti es un cuerpo político.

El suyo fue castigado, ignorado, intervenido, encarcelado, explotado. Y en consecuencia, Lohana Berkins murió.

Nos queda, entonces, la gran tarea de cuidar los cuerpos de quienes sufren hoy violencias. Las machistas, las institucionales, las sociales, las culturales, las que nos hacen llorar hoy.

Anatomía política del cuerpo travesti

Conversación con Lohana Berkins con Claudia Acuña, publicada en MU 11, diciembre de 2007.

De mujer a travesti te pregunto ¿cómo puedo hacer una lectura política de tu cuerpo?

Una de las cosas que no ve esta sociedad es el cuerpo travesti. Es decir, ve la identidad, la apariencia, la parte performativa de la travesti, pero lo que a esta sociedad le produce un pánico moral y sexual es el cuerpo de la travesti. Si yo, en cualquier contexto cultural y socioeconómico, pronuncio la palabra “mujer” o “varón” inmediatamente todas y todos pueden referir un cuerpo, con variaciones de a cuerdo a la cultura, pero un cuerpo anatómicamente definido. En cambio, cuando decís “travesti” no imaginan ese cuerpo de acuerdo a sus características físicas. Negado el cuerpo travesti, lo que se lee es su apariencia. Entonces se empieza a encasillar: si tiene barba, se lo encasilla en lo masculino, te remiten al origen al cual -según la sociedad- no se puede escapar. O te remiten al otro extremo, colocándote en lo femenino: te veo como mujer, las travestis son mujeres, y a la hora de la articulación de la lucha y la palabra que pasen al lado de las mujeres. Entonces, la travesti no se puede posicionar como un cuerpo propio. Y, por lo tanto, al negarle la existencia a ese cuerpo, tampoco se le concede ningún derecho. Porque en definitiva, lo único que tenemos es ese cuerpo. Y si hay algo inocente es la representación anatómica del cuerpo desnudo, pero el cuerpo desnudo de la travesti es subversivo, totalmente peligroso. Es intolerable.

Justamente, ese cuerpo desnudo de la travesti te confronta con la posibilidad de pensar por fuera de los esquemas establecidos: no es hombre, no es mujer. ¿Qué es? ¿Es un cuerpo creado? ¿Es un cuerpo que expresa violencia? ¿Abuso? ¿Mentira?

Creo que no es un cuerpo creado, porque en realidad tendríamos que discutir la naturalidad. Yo creo que la naturalidad, en su esencia más profunda, no existe. Cualquiera fuera nuestra orientación sexual, nuestra identidad de género, de por sí hemos sido y somos atravesadas por la superficialidad del mercado. Se nos han creado necesidades que nada tiene que ver con nosotras y nosotros. Y ahí me parece que viene una de las cuestiones profunda que quizás el cuerpo travesti le arranca de manera muy fuerte al patriarcado y al capitalismo mismo: el hecho de qué pasa cuando uno/una es artífice de su propio cuerpo, no ya de su propio destino. Después podemos leer por qué hay esa necesidad de esa construcción del cuerpo, si esas construcciones son deseadas, pero lo que la travesti pone en evidencia es eso de ser arquitecta de su propio cuerpo y a partir de qué lo construye. Otra cosa siniestra que pone en evidencia es cómo la sociedad te pide la evidencia de esa corporeidad. ¿Esto que significa? A nosotras no solo nos piden que tengamos tetas, sino que seamos la evidencia de esa teta.

De alguna manera el mercado llenó ese vacío de representación del cuerpo travesti con sus propios íconos: decís travesti y pensás en Florencia de la V. ¿Es la representación del cuerpo travesti como mercancía?

Yo diferenciaría dos cosas. La primera es que el mercado históricamente cotiza la belleza de la mujer como moneda de cambio: vende la belleza impecable del cuerpo de Florencia de la V. No sólo su cuerpo, a secas. Lo que se le exige a ese cuerpo es la belleza. La segunda cuestión es con respecto al cuerpo travesti en particular: cuando esos cuerpos están en el mercado de la prostitucion son deseados y cotizados. Ahora cuando esos mismos cuerpos abandonan la prostitución, no son deseados por nadie. Porque hasta la misma Florencia está atrapada en esa trampa: para mantenerse en su estatus debe ser un cuerpo despolitizado, que es lo mismo que nos pasaba a nosotras en la prostitución. Un cuerpo a disposición del tipo que no va a comprar conflictos, sino sumisión.

Desde ese punto de vista, no existe cuerpo más politizado que el de la maestra travesti.

Claro: imaginate ese cuerpo puesto ahí, al frente de un aula, para que las niñas y los niños empiecen a romper con la binariedad y empiecen a imaginar un mundo posible donde el diálogo se habilite más allá de ser hombre o mujer. No solo que la vea como un cuerpo construido, sino también que la pueda ver como objeto de deseo en ese mercado de los deseos. Porque ¿qué pasa si el niño o la niña se enamora de la maestra travesti? ¿qué pasa si la quiere, si la admira?¿qué pasa si aprende de esa maestra lo que ella es y lo que no es?

¿Lo que vos estás diciendo es que hoy el cuerpo travesti no puede pensarse sino en función de la prostitución?

Totalmente: no puede pensarse sino es en función del mercado. Ese cuerpo, en cuanto se mantenga en esos márgenes, digamos, de utilidad de un mercado, por supuesto que está cotizado. Siempre digo que las travestis somos el deseo oculto de la burguesía capitalista, pero ¿cuándo seremos el deseo lícito de la izquierda revolucionaria? Porque está bien que Lohana Berkins y determinadas travestis participemos de los partidos de izquierda, pero ¿qué pasaría si el secretario general de un partido de izquierda dice “te presento a mi compañera, Lohana Berkins”, con el mismo orgullo que yo he visto diciendo “te presento a mi compañera dirigente obrera, que luchó en Zanón o en Brukman”? No. Nosotras seguimos estando como ícono de la particularidad. Nosotras quedamos atrapadas en esa cosa del mercado. Y ahí se genera algo bien peligroso que la sociedad no quiere debatir y que en ese sentido se marca más en las travestis: eso de generar genotipos de personas solo para algo. Cuando, por ejemplo, se dan debates sobre la prostitución, ahí se ve lo que realmente la sociedad piensa. Lo primero que surge en torno a la prostitución es si la legaliza o no. Más allá de que este tema merece otro capítulo, lo que señalo es que nunca esos pedidos fueron propiciados por organizaciones de mujeres y travestis en situación de prostitución. Nunca fuimos nosotras a decir “queremos una zona roja”. Siempre lo dicen los otros. Y lo que expresan es algo bien concreto: porque así como en su momento la negritud era sinónimo de esclavitud, las travestis son para esta sociedad un genotipo de esclavitud sexual.

Lección de anatomía

¿Qué pasa con el cuerpo travesti cuando llega a un hospital?

Te contesto con una anécdota concreta. Un día, por un dolor de panza, voy al hospital, al servicio de gastroenterología. Como yo ya había hecho un escándalo en admisión para que me anotaran como Lohana, el primer diálogo con la doctora fue así:

-¿Tuvo abortos? ¿cómo es su menstruación?
-Perdón doctora, acá hay un problemilla: yo mujer no soy.
-¿Cómo que no es mujer? ¿Usted no es Lohana?.
-Sí, soy yo. Pero soy una travesti.
-¡Ahh! Entonces, ¡usted es un hombre!

Me lo dijo levantándose de la silla, como sentenciándome. Ahí le apareció lo policíaco de la medicina. Y aunque le expliqué que estaba equivocada, en la historia clínica escribió: “se niega a dar su nombre”. Y no me estaba negando a dar mi nombre, porque mi nombre es Lohana. La que se estaba negando a ver la realidad era ella. Ahí mismo me fui a hablar con el director del hospital, que me propone consultar la lista de médicos de esa especialidad así elegimos a la doctora más “simpática”. Le digo: “Perdón doctor. A mí me va atender la misma doctora que me atendió, pero bien. Si cuando yo me vaya se pone azufre y se rocía con agua bendita, es problema de ella, pero me tiene que atender. Porque sino le estamos resolviendo el problema a ella, no a mí.

¿Y tu dolor de estómago?

Tuvo que seguir esperando, porque me pasan a otra médica, divina, canchera, pos moderna, pero que no me revisó nunca. No podía relacionarse con el cuerpo de una travesti. Así que pasé a un tercer médico al que le dije:” Si no me vas a revisar, me voy ya”. Nunca indagaron la historia de mi cuerpo, si el haber estado presa influyó en mi salud, si las siliconas me las puse ilegalmente y en qué condiciones, si tomaba hormonas… Mi cuerpo era una cosa tirada ahí, seguía siendo violentado, invisivilizado, porque verlo era para esos médicos alterar, confrontar e interpelar todo un orden de lo aprendido. Es tan fuerte el pánico que producen nuestros cuerpos que absolutamente cancela cualquier diálogo.

¿Qué pone en evidencia el cuerpo travesti? ¿La inseguridad, la ignorancia, lo desconocido?

Creo que el travestismo primero rompe de cuajo con las certezas, desmantela esta cosa de la binaridad, de la creación divina, porque cuestiona las esencias. El travestismo pone de manifiesto el deseo. Cuando las vecinos sensibles de Palermo reclamaron que saquen a las travestis de la puerta de sus casas, ¿a quién realmente querían sacar de la puerta? Al deseo de sus esposos. No pueden admitir que nosotras le pongamos el deseo en la puerta. Cuando una persona ve a una travesti, en realidad, no le molesta la diferencia sino la igualdad: qué me refleja, qué me está sacando a mí que me pone tan loca. Pensemos que una travesti nos enfrenta, incluso, a pensar en nuevas formas de reproducción. ¿Podríamos decir, por ejemplo, que un hombre ha parido un hijo? Sí, si pensamos que una persona que nació mujer y se convirtió en hombre sigue teniendo sus órganos reproductivos. Yo he visto una foto de un tipo de barba pariendo. Algunos dirán que está pariendo una mujer, pero su identidad es masculina. ¿Qué respetamos entonces para referirnos a esa persona: su identidad masculina o su anatomía femenina?

¿Cómo podríamos definir la subjetividad travesti?

Si yo me comparo con una mujer de mi edad, cruce racial y origen social, es evidente que la construcción de los cuerpos y las vivencias fueron absolutamente distintas y que esa diferencia nos van dando un tamiz sobre la vida absolutamente distinto. Es cierto que toda la sociedad, por ejemplo, está atravesada por la violencia. Pero si vos comenzás a hacer un trabajo empírico sobre esa violencia social, podés sectorizarla: los jóvenes pasan por esto, los ancianos por esto otro, las mujeres por aquello. Lo que hace sumamente grave en esta sociedad el tema de las travestis es que todas esas violencias juntas atraviesan sus cuerpos. Si a una travesti le preguntas ¿te encarcelaron?, te responde: sí. ¿Te pegaron? Sí. ¿Te violaron? Sí. ¿Te echaron de tu casa? Sí.¿Se te murió una amiga? Si. ¿Tenés Sida? Sí. Todas esas violencias juntas hacen muy pesadas estas historias. Nosotras somos identidades clocalizantes: toda la mierda debe ser puesta en nosotras. Pero no vemos esta historia de genocidio. Son generaciones enteras que están desapareciendo y la gente y funcionarios siguen pensando en función de que toda esa miseria no es real, es simbólica. ¿No hay mayor crimen que quitarle la niñez a alguien? En las travestis es lo primero que se hace. Una niña travesti es siempre alguien expulsado de su hogar, que a los 13 años ya vive en una comunidad con adultas que tenemos la vida hecha mierda.

¿Otra forma de violencia más sutil, que desactiva la rebeldía, no es la victimización?

Esto de la victimización termina siendo rasgo identitario muy fuerte, porque si vos perdés el discurso de la víctima perdés todo. Es otra de las consecuencias de la exclusión: la victimización termina siendo un rasgo identitario único. Un paso más fuerte es cuando esa misma víctima se convierte en sujeta de derecho. Nunca se nos puede quitar el derecho a denunciar que somos víctimas, pero no nos tenemos que quedar ahí. Vos tenés que revolucionar no solo tu propio sentido, sino también el sentido común de la sociedad. El Derecho debe ser interpretativo de la realidad. Si alguien dice “ya he sido puta y no lo quiero ser más”, el Estado automáticamente tiene que interpretar esa realidad. Lo que pasa acá es que no se lee esa realidad, se ignora. Nosotras tenemos que discutir nuevos derechos civiles y políticos, nuevas constituciones. Debemos participar generar, debatir, no permitir que el sistema siga funcionando así.

Modelos de mujer

¿Se podría decir que una de las características de lo travesti es esa visión performática de sus cuerpos?.

En realidad, la estética de todas las mujeres no es creación de las propias mujeres: es una creación de los varones.

¿Y la estética travesti no es una creación de los varones?

Es la estética que se impuso a las mujeres, sobre la cual las travestis hacen después su propia interpretación. La sociedad genera esos íconos. Lo travesti, entonces, no hace más que dejar en evidencia, bien demostrado, cuáles son esos íconos. En mi época, nuestro modelo era Moria Casán. A lo mejor si hoy una adolescente travesti tuviera que hacer una lectura de qué es ser una mujer, pondría de ícono a Pampita. Ahora, el porqué Moria Casan o Pampita son la estética de una trava no es un tema del trava, sino de la sociedad. Eso te da la clara evidencia de cómo el sistema capitalista genera iconos fuertes que atraviesan a cualquier adolescente y, por supuesto, también a las adolescentes travestis. Esos modelos van cambiando, pero forjan una identidad sobre lo femenino de la que nadie está a salvo. El agravante que tiene esta identificación es que ése cuerpo travesti sólo es valorizado en el marco del a prostitución. Y la prostitución es un condicionante muy fuerte. Por ejemplo, en cuanto a las prótesis. Si la que sube más (a los autos) tiene una de 400 es lógico que la otra se quiera poner una de 500. Ahí el que está definiendo ese cuerpo es el prostituyente.

Algo que llama la atención es que desde hace relativamente poco tiempo la sociedad está pensando a las travestis como una población. Inclusive para moverlas del Rosedal, ya no se las trata individualmente, sino como a una población a la que hay que destinar un sector concreto de la ciudad para que allí sean prostituídas.

Hay que diferenciar la prostitucion de las mujeres y de las travestis: lo único que nos une es que para una y otra el primer fiolo es el Estado. Otra cosa en el sistema prostitucional de Argentina y ahí sí hay diferencias: las travestis no somos atravesadas por el fiolismo, como sí lo son las compañeras mujeres. La explotación sí que es la misma. La otra vez compañera me dijo una cosa que me hizo ver la luz. Ella marcaba la contradicción del Estado argentino: por un lado, el Ministerio nos da los forritos para que nos cuidemos y, por el otro, ese mismo ministerio manda a la policía para que nos reprima. A mí me impactó su manera de señalar estas contradicciones en las políticas de Estado. Porque si el Estado te dice “cuídense del sida”, la pregunta siguiente es: ¿cuídense para qué? ¿Qué posibilidades de vida digna tiene esa compañera?, ¿puede ir al a escuela , cambiar de trabajo? Cuando nosotras vamos al gobierno con estos problemillas, nos dicen: “bueno, las vamos a capacitar”. Perfecto. Pero mientras se produce la capacitación, ¿yo le puedo exigir a alguien que se prostituyó hasta las 6 de la mañana que venga a las 10 a tomar el cursito de peluquería? Es indigno. Y esto habla a las claras del destino de muerte que rodea a la travesti. Esta cosa de la muerte, no solo real, sino de muerte cotidiana. Porque los modelos de identificación que encuentra en el día a día siguen siendo el de la puta. ¿O acaso cuando vas a una tienda o a un bar sos atendida por una travesti? Para ejercer los derechos los tenés que conocer, vivir, incluso para exigirlos tienen que ser una cosa posible. ¿Y qué es lo posible para una travesti más allá de la prostitución? Muchas travestis activistas somos altamente capacitadas, pero no somos contratadas. Un ejemplo: en el campo especifico del sida, donde hay mayor cantidad de dinero destinado a las travestis, esos recursos son manejados por las oenegés y sus técnicos, que después agarran a las travestis y le tiran unos pesos por mes para que salgan a la calle, repartan los forros y les recojan la información que ellos luego presentan para justificar sus trabajos. Nosotras somos llamadas para dar testimonio o para el cotillón. No somos vistas como fuerza productora de trabajo.

Como fuerza de trabajo son vistas en cuanto putas.

Exactamente. Cuando destrabemos eso, vamos a poder decir: “Mirá cuánto avanzó la sociedad”.

La sexualidad travesti

¿Podemos pensar el cuerpo travesti como un cuerpo en rebeldía?

Ojalá las travestis lo pensáramos al cuerpo como una cuestión revolucionaria. Nosotras no estamos a favor de ningún tipo de institucionalidad, pero también no se puede obviar los impactos negativos que produce la no institucionalización, ya sea por no tener acceso a un hospital, a la escuela, ni siquiera tampoco a ningún orden barrial, la salitas del barrio o el grupo de la cooperativa “El trapito feliz” de la villa. Los impactos negativos que produce la ignorancia también afectan la capacidad de rebelarse. Para entender, por ejemplo, que la identidad no puede ser construida solo a partir de un cuerpo. El creer que ser mujer es tener una súper teta. Por ejemplo, cuando nostras hacemos los talleres damos una silueta de una modelo divina, ninguna discute ese cuerpo. Y cuando les decimos “vístanla”, todas la visten como puta, con medias caladas, botas bucaneros, polleras cortas. Yo les digo: chicas, las mujeres tiene sabor, olor , color, dolor.

Cuando ustedes están construyendo ese cuerpo ¿qué pasa con el pensamiento, con el alma, con el lenguaje? Va en conjunto con la transformación del cuerpo, o primero va el cuerpo, y después el pensarse, mirarse, decirse?

Absolutamente esa es la parte más fuerte que pasa con el travestismo. Generalmente, por cuestiones económicas y técnicas, comienza con el cuerpo, que muchas veces es modificado aun en la más tierna niñez. Esta exigencia de la corporalidad, de la definición corporal, es prioritaria porque la sociedad todo el tiempo te está pidiendo que te definas. Ellas acceden entonces a esta cuestión de transformar el cuerpo y no se pueden pensar a sí mismas, qué es lo que son y qué quieren ser. A mí me pasó que, tras mucho años de ser portadora de este cuerpo, recién empecé a pensar hace relativamente poco sobre lo que esa transformación significa. Si este pensamiento se hubiese producido al inicio de mi vida nada de lo que me hice, nada, lo hubiese realizado. Lo hubiera hecho en otras circunstancias, con otros cuidados, sin duda. Pero aun si no hubiese podido acceder a esa transformación, lo mismo yo seria Lohana Berkins. Hoy sé que si yo mañana me saco las tetas, me corto el pelo, sigo siendo Lohana Berkins. No podemos creer que solo puedes ser travesti con ese cuerpo. Eso es lo fuerte que nos ha pasado. Y no estoy siendo moralista: que cada una se haga lo que quiera, pero porque lo quiere, no porque se lo están exigiendo o por esta tremenda creencia que sin ese cuerpo no hay nada.

Algo de cruda realidad hay en esa elección: sin ese cuerpo no hay destino en la prostitución.

Eso es algo que se ve en los propios deseos. Cuando le preguntas en un taller qué quieren ser, te contestan: travesti. O mujer. Quedan tan atrapadas en esa ficcionalidad, y en esa cosa de ser solo travestis. Recién después de mucho trabajo, salen otros deseos: maestra, bailarina, médica. Nosotras lo que le tratamos de lograr es que las travestis comiencen a aceptarse a sí mismas. Y en ese sentido, una cosa muy particular es el truqui.

¿Qué es el truqui?

Es el arte de esconder el pene. Algo tortuoso, que te lastima, pero que se transformó en una exigencia para crear la ficción de que somos mujeres. Y no: somos travestis.

Eso lleva a un tema clave: ¿cuál es la sexualidad de la travesti en cuanto a su propio deseo? Porque a las mujeres, por ejemplo, una llave muy preciosa para nuestra propia conquista del deseo es la masturbación. ¿Esto es algo que forma parte de la sexualidad travesti?

Es algo que no puede formar parte en tanto te digan: sos mujer. Eso inhabilita no sólo tu realidad, sino tu posibilidad de goce. El aceptar nuestro cuerpo, y decir que tenemos un pene es maravilloso, porque eso es ser una travesti. Aceptar el cuerpo como es y las funcionalidades de ese cuerpo es algo muy difícil si estás atrapada en el universo de la prostitución. Si te obligan a hacer veinte cosas para que el tipo no se de cuenta de que vos tenés un pene, entonces, ¿porqué no buscan a una mujer? Si venís conmigo, deseame en mi integridad, gózame y déjame disfrutar a mí, porque sino me estás obligando a seguir siendo la geisha de la prostitución. Y esto no tiene nada que ver con la orientación sexual o la identidad de género. Esto es poder amar su propio cuerpo.

La cooperativa

Para pensar esos cuerpos como cuerpos productivos, más allá del mercado del sexo, se están organizando en una cooperativa. ¿Cuál fue el origen de ese proyecto?

Una de las crisis que nos agarró era ver que si bien nosotras habíamos avanzado en mucha cosas, la gran mayoría sigue viviendo de la prostitución. La gente ya ve bien que nosotras nos sentemos en una mesa de debate, pero no le importa de dónde secamos el dinero para sobrevivir, a cuántos tipos tuvimos que aguantar, a qué violencia nos expusimos. Así que les dije a las chicas: ¿qué está pasando? O estamos transmitiendo algo mal, o no se nos está entendiendo. Paremos y veamos cómo nosotras nos hacemos cargo de nuestra entrada económica, de empezar a debatir en esta cultura totalmente patriarcal porqué no se nos ve como productora de fuerza de trabajo. Y se nos ocurrió esto de la cooperativa. Así comenzaron a aparecer las ideas. Un día Hebe de Bonafini me invita a su programa de radio, se enteró del proyecto y nos dijo que nos amadrinaba. A partir de ahí todo el proceso fue sumamente interesante para ambos lados: para nosotras y para cada funcionario ante el cual teníamos que hacer un trámite.

¿Cuáles son tus miedos frente a esta nueva experiencia?

Yo le tengo miedo al Estado. A mis compañeras no. Toda la vida conviví con compañeras mujeres en calabozo y el conflicto siempre estuvo a punto caramelo y, sin embargo, siempre encontrábamos la forma de resolverlo. La ética de la puta a mí me conduce en toda la vida, por eso nunca tomo una discusión en términos personales. Una crece, y el crecimiento produce mucho miedo, pero no me asusta ese tipo de tensiones porque todas aprendimos a rescatar el valor de la convivencia y el afecto.

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Nota

El gobierno en una foto: los dueños de la Argentina

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La foto y las sonrisas podrían ser un emblema de la época. Ocurrieron el 17 de diciembre de 2024 en el hotel Palacio Duhau-Park Hyatt. (Por Sergio Ciancaglini)

De creerse en los trascendidos a la opinión pública, el ministro Luis Caputo, alias Toto, dio cuenta en ese almuerzo de un pollo al horno con puré. Es un plato difundido en estas curiosas tierras, que tal vez Caputo no encontró en fugas anteriores, desparramado en playas cariocas tras “fumarse” 15.000 millones de dólares de reservas “irresponsable e ineficientemente”, según lo denunciaba el entonces panelista televisivo Javier Milei.  

En la foto se ve al actual ministro de Economía junto una serie de personas que en cualquier otro ámbito podrían ser confundidas con jubilados salvo por los trajes, las cuentas bancarias y las prótesis: Luis Pagani de Arcor (primer productor mundial de caramelos y otros productos que no aplican como alimentos); Héctor Magneto de Clarín (que definió a la presidencia de la Nación como “cargo menor”, aunque luego lo desmintió sin éxito ante la versión original del maestro Chiche Gelblung); Sebastián Bagó de los laboratorios ídem; Federico Braun de La Anónima (quien reconoció que lo suyo es  “remarcar todos los días” como actitud ante la inflación); Alejandro Bulgheroni (de Pan American Energy); Cristiano Rattazzi (reconoció que gracias a las actuales políticas la gente come menos carne, pero él también, mezclando pobreza con tips vegetarianos); Carlos Miguens del grupo ídem; Paolo Rocca de Techint, instalado financieramente en la guarida-ducado de Luxemburgo para no pagar impuestos; y Jaime Campos de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) promotora del encuentro y diversas actividades cobijadas en una metódica penumbra. No estaba el presidente: no hacía falta.  

Había otras mesas que reunieron un  total de treinta y tres comensales, tres de ellas mujeres. Había un Blaquier, un Roggio, un Pérez Companc, un Roemmers, y hasta un Duhau (no Park Hyatt), entre tantos. No estaba el más rico, Marcos Galperín, un Elon Musk all uso nostro, emigrado al Uruguay para aliviar impuestos, quien de todos modos fue designado en la Mesa Ejecutiva de AEA junto a Magneto, Pagani y Rocca, por ejemplo. 

Había allí más riqueza reunida que la que posee en conjunto gran parte de las millones de personas del país que intentan seguir aferradas a una supuesta pirámide social que no derrama hacia abajo dinero y bienestar sino escombros y residuos. Afuera del hotel, cuentan, había gente ansiosa por ver qué pasaba dentro. No por AEA, sino por la posible aparición ante sus fans de Luis Miguel, huésped del lugar e intérprete de canciones que entre estos adultos mayores podrían haber encontrado coro. Por ejemplo, “Dame”.   

Antiguamente se mencionaba a este tipo de personas como dueños del país, capitanes de la industria y otros epítetos menos glamorosos. Hoy muchas de esas empresas están trasnacionalizadas y los ex dueños mutaron a CEOS. Había en otras eras emblemas como Franco Macri y Carlos Bulgheroni. Este último, fallecido en 2016 a los 71 años tras convivir desde los 28 con un cáncer de ganglios, es un símbolo: negoció con todas las dictaduras, con gobiernos democráticos, con Occidente, con China y hasta con los talibanes por un gasoducto de Las Mil y una noches, que jamás llegó a construir. Se le conocen pocas frases: “Somos los cortesanos del poder”, y “Los gobiernos pasan, nosotros quedamos” entre las icónicas.  

Los comensales del Duhau tomaron lo que Bulgheroni y también el Macri originario enseñaron. Al menos desde los tiempos de la dictadura lograron que los gobiernos les entregaron todo o casi. Muchos se enriquecieron inoxidablemente gracias al Estado, y supieron enriquecer a militares y funcionarios con los porcentajes correspondientes. Pero a estos empresarios nada, nunca, les resultó suficiente: “Será que no me amas” cantaría el huésped del Duhau. Los gobiernos pasan, ellos quedan. Para la población los resultados de tanto poder acumulado por estos señores en las últimas décadas están a la vista. 

Según las crónicas más serias (La Nación, por ejemplo, que tenía entre los convidados a Julio Saguier, presidente del directorio del diario), el ministro Caputo “contó que la genialidad fue bajar la tasa de interés”. 

En el marco del autopercibido mejor gobierno de la historia, las palabras de ese coloso rock star trasuntan cierto nerviosismo oficial, un trastorno obsesivo compulsivo de alabarse a sí mismo. Pueden parecer reacciones diagnosticadas por un conocido refrán español: “Dime de qué presumes, y te diré de qué careces”. El gobierno presume de un éxito económico inigualable, de un apoyo social inédito, de un crecimiento económico deslumbrante. Lo mismo ocurrió en su momento con otras experiencias como las de Martínez de Hoz, Menem y Macri, por poner una letra. 

El autoelogio oficialista deberá confirmarse o no más adelante, de acuerdo a los designios a veces astrológicos de la familia gobernante y su entorno, que evocan también a otra etapa que se autopercibía como exitosa, comandada por José López Rega (a) el Hermano Daniel, promotor de la idea de Argentina Potencia, del Rodrigazo y recordado, además, por la creación de la Alianza Anticomunista Argentina (o Triple A).   

Volviendo al Duhau, los invitados dijeron a Caputo a través del señor Campos lo que repitieron de distintas formas a todos los gobiernos anteriores:  

“La AEA, conformada por empresarios que lideran empresas muy importantes de nuestro país, quisiera expresarle hoy el compromiso de todos sus miembros de trabajar para que la Argentina deje atrás décadas de estancamiento y se encamine definitivamente en la senda del desarrollo económico y social”. 

La pregunta podría ser: ¿quién les pide tanto? ¿O será como tantas veces, un oficialismo producto del viento a favor, para finalmente descartarlo? Por ahora, solo sabemos que terminó una parte del juego que continuará en este 2025. Tiempo para desearnos un feliz año, aunque esta vez –con todo tan dado vuelta– podría ser prudente plantearlo al revés: que todos tengamos un zilef oña.  

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