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La Asamblearia: otra forma de consumir

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Una cooperativa formada por asambleístas de Núñez y Saavedra, se dedicará a vender en un local de la calle 3 de Febrero -barrio de Belgrano- productos y alimentos de movimientos campesinos, cooperativas agrarias, fábricas recuperadas y socioemprendedores urbanos. Piensan distinguir a su idea con un logo, Economía Solidaria, para pasar a distribuir algunos artículos a mercados y supermercados. ¿Se trata de un proyecto capitalista, o no capitalista? ¿En qué se diferenciará de los mercados y supermercados convencionales? Ideas sobre el nuevo cooperativismo, la toma del poder, y cómo establecer el valor de los pollos.

¿Existe alguna alternativa económica, a la vez social y solidaria, y a la vez eficiente? ¿Existe semejante cosa en tiempos de crisis, pobreza y mediocridad? Los integrantes de algunas asambleas vecinales parecen considerar que sí, y empezarán a demostrarlo en pocas semanas al inaugurar una iniciativa sin antecedentes donde -entre muchos otros proyectos- están dispuestos a poner huevos.

Huevos agroecológicos, sin hormonas, antibióticos ni contaminantes, empollados en cooperativas de Florencio Varela.

Y pollos (no los de supermercado sino los verdaderos, esos que son criados naturalmente y tienen un inesperado gusto a pollo).

Y yerba Tietrayjú del Movimiento Agrario Misionero (heredero de las Ligas Agrarias; el nombre de la yerba sintetiza las palabras Tierra, Trabajo y Justicia).

Y carbón del Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero).

Y verduras orgánicas (que también tienen la rara cualidad de ser verdura verdadera).

Y pan francés posiblemente insuperable, de empresas recuperadas. Budines y bizcochos de grasa. Y prepizzas de otras recuperadas. Esta restitución del pan puede ir acompañada con toda clase de embutidos, quesos y muzzarella (para las prepizzas) de una cooperativa flamante. Y habrá tapas de empanadas y de pascualina. Y grisines.

Y envases plásticos fabricados por otra cooperativa.

Y calzado, alpargatas, pañales, trapos de piso, dulces y multitud de productos de altísima calidad -algunos decididamente artesanales- realizados por socioemprendedores, a los que en esta cooperativa no llaman “microemprendedores” porque sus proyectos están sintonizados con la idea de economía social, y porque “micro” parece hacer alusión a capitalistas petisos.

Teoría y práctica

Este proyecto quedará inaugurado en los primeros días de junio, en la calle 3 de Febrero al 3200, por la cooperativa La Asamblearia. La cooperativa reúne a unos 50 socios, y es consecuencia del trabajo de dos grupos vecinales. La Asamblea Barrial de Núñez, y la Asamblea Popular de Núñez-Saavedra.

La idea -que ya es mucho más que una idea- está desarrollada en un documento finamente escrito. No es casual: el autor, asambleísta e inspirador de algunas de las ideas que la cooperativa acordó aplicar como teoría y práctica, es un escritor fantasma. O escritor en las sombras, que redacta para otros tesis doctorales y presentaciones varias. Tal el oficio de Lucio Salas, un hombre que ha pasado por la izquierda de los ’70, por el exilio en Suecia, por el ahogo cultural que representó la sombría década menemista, y que asegura que encontró en estas iniciativas vecinales una forma de resignificar su propia vida (ver nota aparte).

Las asambleas de Núñez y Núñez-Saavedra empezaron por intentar ayudar a empresas recuperadas como la imprenta Chilavert, de libros de arte, o a Zanón, a vender sus productos. Por otro lado, hacían compras comunitarias, sobre todo de verdura, para luego vender en el barrio.

“En un momento, comenzamos a ligar las dos cosas -cuenta Salas- la venta comunitaria de verduras, con la idea de sumar a las empresas recuperadas como Panificación 5, que ahora es la Cooperativa El Aguante y Grisinópolis, que ahora es la Cooperativa La Nueva Esperanza, Limitada”. Alto ahí.

Salas se ríe: “Quedó medio mal el nombre porque al poner cooperativa, al final tiene que decir ‘limitada’: así son las cosas, no hay que andar exagerando”.

Sin esperanzas ilimitadas, pero con las suficientes, comenzaron a aprender sobre alimentos, sobre su elaboración, distribución y comercialización, hasta que se les hizo visible la asombrosa idea de que podían intentar poner en red a toda esa cadena a través de una cooperativa.

“Habíamos empezado a comprar las cosas en el Mercado Central. Después entramos en contacto con productores quinteros de la zona del Parque Pereyra. Aprendimos lo que era la producción orgánica. Dentro de lo orgánico hay otro grado: ¿cómo es la organización social de esa producción? Hay cooperativas, hay cooperativas medio truchas, y hay productores que son empresarios capitalistas. Nosotros buscamos a los que contienen un proyecto de gestión social más interesante, que por lo general tienen origen en comunidades cristianas de base.”

La red siguió creciendo por el contacto con productores agrarios y campesinos del interior, como los misioneros que elaboran la yerba Tietrayjú. “Es interesante para los que somos más viejos porque son los herederos de las Ligas Agrarias, que sucumbieron por la represión en la dictadura y se reorganizaron como cooperativas agrícolas. Y dieron después origen a este movimiento agrario misionero que está relacionado con el Mocase, entre otros de los que van a enviar sus productos para que vendamos aquí”.

La estrategia se completa con los propios socioemprendedores de la asamblea. De allí surgirán muchos de los productos que se venderán en el local de La Asamblearia. “Es todo un submundo económico, que es parte de la economía informal, pero con esa característica adicional: lo social. Habíamos empezado a desasnarnos”. Encontraron libros y experiencias previas en lo que se suele llamar Economía Solidaria o Economía Social, o economía vinculada a sectores populares, o como se la quiera llamar.

Una sociedad distinta

El origen de esta historia está en el cooperativismo que surgió en la primera mitad del siglo XIX y que fue quedando diluido por la sociedad salarial -recapitula Lucio Salas- y las luchas sociales en defensa del salario que no cuestionaban la propia relación asalariada.

Otra cosa que jugó en contra de las ideas cooperativas fue la siguiente, según Salas: “La perspectiva que muchos hemos compartido de una construcción de una sociedad distinta a partir de una toma del poder del Estado es un poco contraria al hecho de ponerte hoy mismo a construir una forma de relación social alternativa. La idea de que cuando conquistes el poder del Estado vas a resolver desde arriba los problemas de la sociedad, en un grado u otro te inhibe de concentrarte ahora en hacer algo para transformar la vida que vamos viviendo”.

Pero esa visión, al no plantearse una estrategia de poder, suele ser acusada de puro reformismo:

“Es real que son iniciativas dentro del marco del capitalismo. No es que lo aceptemos: es lo que hay. Uno trata de desenvolverse en un modo de producción capitalista pero tratando de desarrollar una forma de producción y de gestión que no es capitalista. Para nosotros lo distinto es que las formas de producción , distribución y relaciones sociales que establecemos en el plano económico, no son capitalistas. Hay una cita de Lenin del año 23 que dice más o menos: ‘bueno, ahora que hicimos la revolución, tenemos que hacer cooperativas’. ¿Cuál era la forma de organizar la producción y distribución en el socialismo? No había modelo. Los bolcheviques se oponían al cooperativismo por su concepción revolucionaria de la toma del poder. Pasan por una guerra civil y aplican una política capitalista a ultranza, la Nueva Política Económica. Y luego Lenin dice que, llegados a ese punto, la única forma de organizar al socialismo es a través de cooperativas. Se ha olvidado, pero es una cita interesante. De alguna forma el desprestigio y achanchamiento en que fue cayendo el movimiento cooperativo ensombreció esa imagen original que tenía, como propuesta auténticamente anticapitalista. Sigue siendo una forma de producir, distribuir y consumir que rechaza el lucro y pone el acento en la forma de decisión igualitaria y democrática”.

La cura del neoliberalismo

Para Salas el valor de todo esto frente a la otra idea, la de la toma del poder, es que esta puede funcionar -en la vida que vamos viviendo- y la otra ha demostrado no ser muy exitosa.

La evolución del cooperativismo y de la Economía Solidaria, según Salas, es la contracara de la infección neoliberal de los últimos 25 años.

Y va produciendo cambios acaso históricos: “La crisis ha hecho mucho. Si el capitalismo argentino funcionara de un modo más o menos estable, esto no hubiera sucedido. Pensá que hace 4 ó 5 años, cuando quebraba una fábrica, los trabajadores cobraban la indemnización y ponían un quiosco, o compraban un remis. No se les hubiera ocurrido asociarse para conservar el trabajo”.

Otro cambio es que el cooperativismo actual no es como el anterior que -simbolizado en la Cooperativa El Hogar Obrero- se volcó a un manejo de lógica capitalista, venta de cualquier cosa, casta gerencial dominante, y mala administración dentro de esa lógica. “No hay una teoría muy cerrada. Por principio en una cooperativa no debería haber asalariados, pero algunas los tienen porque la situación los ha llevado a eso”.

El ejemplo que más atrae a Salas es el del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil. “Es que además incorporaron esta idea de la Economía Solidaria, tienen hasta un logo que identifica sus artículos para que exista la relación más directa posible entre los productores campesinos y los consumidores”.

La forma de la cooperativa fue otro tema de debate. Se resolvió integrarla como cooperativa de Vivienda, Crédito y Consumo: “A diferencia de una cooperativa de trabajo, así pueden participar los que trabajan, y también los que no vamos a estar con un trabajo específico con horario, pero sí con trabajo voluntario. Eso se hizo para evitar que, por necesidad, y en todo su derecho, los que están trabajando terminen vendiendo cocacola si eso responde a una necesidad puramente económica. Sería perder todo sentido de autogestión y vínculos solidarios. Para los que la creamos, es importante que esta cooperativa esté al servicio de la Economía Solidaria”.

Sociedad en movimiento

Una punta de este asunto es la producción de movimientos campesinos, fábricas recuperadas y socioemprendedores. En el otro extremo aparecen los hipotéticos clientes. Para La Asamblearia, hay un sector de lo que llaman “consumidores responsables” que está gestándose y que aspiran a ayudar a crear. El problema es que algunos pocos productos (pollos y huevos, fundamentalmente) tendrán un precio mayor que el que cobran los supermercados por sus pollos y huevos plásticos. “Claro, una producción orgánica es diferente que una industrial, como es diferente también la calidad del producto. El huevo orgánico es más grande, con yema roja, con otro sabor. Te dicen que le des un huevo por día a tu hijo por las proteínas, pero si es un huevo orgánico, le podés dar uno cada dos días y son las mismas proteínas, y encima sin antibióticos ni hormonas”.

Por eso en la cooperativa más que de precios caros y baratos, prefieren hablar de un precio justo. El que considera el valor del producto, el trabajo y la distribución. Y agregan otro elemento: “Además, en esa producción no media la explotación de nadie, ni el lucro capitalista. Ese es otro valor adicional”.

De todos modos, ¿no podrá convertirse la cuestión en un área de consumo para un nivel adquisitivo alto?

Dice Salas: “Sabemos que esto tiene que ver con la capacidad adquisitiva en algunos casos, pero sólo algunos productos van a ser más caros, y no mucho más que en los supermercados. El pollo orgánico, por ejemplo, es un 50% más caro pero hay bastante conciencia, más de lo que uno cree, acerca de que los pollos de supermercado son un paquete de hormonas de consecuencias imprevisibles”.

Un dato: los futuros clientes y vecinos, podrán asociarse por 10 pesos anuales, y tener un descuento del 5 % en todas sus compras.

La cooperativa va a colaborar (como lo viene haciendo la asamblea) con el comedor popular Padre Mujica del barrio, “y eso nos permite que estos productos lleguen también a sectores marginados que ni van a los supermercados, y que compran poco y caro, las veces que pueden. Esa es la realidad un poco pavorosa de la Argentina”.

Otra diferencia de la cooperativa, como administración, será su transparencia económica. “La apuesta a una gestión popular económica en el contexto capitalista, para que vaya siendo asumida por cada vez más personas, debe tener criterios muy estrictos de transparencia”.

Transparencia. Entonces, ¿de donde obtuvieron el dinero para comenzar a moverse? Salas cuenta que 40 pintores argentinos que viven en Paris donaron sus cuadros: “4.000 euros”. Hubo donaciones de integrantes de Znet, donde colaboran el propio Lucio y su esposa, la escritora Cristina Feijóo. Otro aporte (1.000 dólares) fue de la fundación Vallas y Ventanas, de los canadienses Naomi Klein y Avi Lewis. Y hubo una colecta en los Estados Unidos, a través de relaciones personales, y ayudados porque los traductores de Znet difundieron una versión en inglés del proyecto.

Salas cree que todos estos participantes del proyecto funcionaron como el crédito que no existe en la Argentina. “Como pensamos que nuestra idea es perfectamente sustentable y razonable, cualquier banquero honesto nos debería dar un crédito. Pero no hay. Ni crédito ni banqueros honestos, pero sobre todo crédito”.

Hasta ahora reunieron 7.500 dólares, y piensan conseguir otro tanto para comprar un vehículo: “Un utilitario con caja para conservar la cadena de frío”. El detalle, dice Salas, no es menor, y representa una maduración de los que asumieron el proyecto para hacer las cosas bien. No romper la cadena de frío es un criterio de calidad central. “Cuando surgió, el cooperativismo decía que debía ofrecer productos puros. Cuando asumís esta responsabilidad no te podés permitir fallar en esas cosas. No se puede defraudar al consumidor”.

Autogestión y después

De los 50 socios de La Asamblearia, 30 ó 35 pertenecen a las asambleas, y el resto llegó por esta propuesta en sí misma. Creen que el número de asociados crecerá mucho. Se formó hace 45 días: “Somos optimistas sobre sus posibilidades, pero como pasa con las asambleas, lo importante no es cuántos miembros tenga, sino cuán expandidas puedan ser sus relaciones. La cantidad de colectivos, consumidores sociales o asociados, con los que podamos establecer una relación y llegar con los productos autogestionados” dice Lucio.

El local tendrá más de 200 metros cuadrados, y esperan instalar allí un área para actividades culturales, y también una Escuela Popular de Economía Solidaria.

“Queremos salir de la pura práctica que es común en el movimiento social, y generar un conocimiento que sea aprovechable para la construcción de otras experiencias”. También aspiran a que exista allí una matriz o incubadora de emprendimientos económicos, algo tomado de las universidades brasileñas. “Se concentran personas, se concentran saberes, se resuelven cosas y se ponen proyectos en marcha” sintetiza Salas.

Otro proyecto es que toda esta producción salte también a las cadenas convencionales de comercialización, incluyendo a los supermercados, para lo que imaginan un logo (por ejemplo, Economía Solidaria). En Brasil ya lo aplican los Sin Tierra para sus productos.

Salas cree que ni siquiera Naomi Klein pondrá objeciones al logo: “Es un logo que es un no-logo, un logo contracultural”.

Los vendedores del futuro emprendimiento serán tres desocupados del barrio. “Por ahora no tenemos plata para más. Pensemos que son tres nuevos puestos legítimos de trabajo, y ojalá que los dupliquemos en poco tiempo. Además, al multiplicar la distribución de los productos de empresas recuperadas y cooperativas, estamos ampliando las posibilidades que tienen ahora. Ojo, que en una planta recuperada donde hoy hay 30 trabajadores, llegó a haber 70. Los otros 40 probablemente se reincorporarían si hubiera trabajo. Apostamos a poder hacer más sólida la economía de muchas de las fábricas recuperadas que están en condición endeble”.

No falta demasiado para comprobar a cuántas de estas esperanzas se las puede ir aliviando de la palabra “limitadas”.

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Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases

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Detenciones ilegales y acusaciones falsas. Patadas, palazos y balas de goma. Mujeres esposadas 15 horas en camionetas y pasillos, humilladas al ser desnudadas en celdas abiertas. Carceleros que tiran gas pimienta a los varones estando presos. Estas son algunas de las denuncias que exdetenidxs en la Ley Bases comunicaron en conferencia de prensa en el Serpaj, donde pidieron por la liberación de las cuatro personas detenidas, el rechazo a las apelaciones del fiscal federal Carlos Stornelli y el pedido de cierre de todas las causas. Además convocaron para este viernes una concentración con un festival en Plaza de Mayo, a un mes de la cacería, de 15 a 19.30 horas. Cómo viven hoy quienes estuvieron presos y qué dicen los abogados: “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad”. Y la voz de Emilia, pareja de Daniela, detenida: “Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

Por Lucas Pedulla

Gabriel Famulari tiene 41 años y está sin documentos. Saca de su bolsillo el papel que le dieron en los tribunales federales de Comodoro Py para su reemplazo: una hoja A4 doblada en cuatro partes que dice “Acta de excarcelación”. Hace casi un mes fue detenido en la cacería que el Gobierno desplegó con cinco fuerzas de seguridad distintas durante las protestas de la Ley Bases, y fue liberado por falta de mérito -es decir, por falta de pruebas- cinco días después por decisión de la jueza María Servini. Sin embargo, es una de las siete personas a quien el fiscal federal Carlos Stornelli apeló la excarcelación. No se enteró por su abogado -un letrado de la Defensoría oficial- sino por un mensaje de WhatsApp. 

“Stornelli apeló mi libertad”, dice Gabriel a lavaca una vez concluida la conferencia que la Coordinadora Por La Libertad de lxs Presxs de la Ley Bases convocó en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), para exigir la liberación de las cuatro personas que siguen detenidas: Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Cristian Valiente y Roberto de la Cruz Gómez. Piensa Gabriel sobre esa apelación, que pesa sobre otras seis personas exdetenidas: “Somos nosotros como podría ser cualquiera, pero puntualmente somos gente que no está enrolada en organizaciones. Así hay más saña y por ahí piensan que, quizá, no tengas gente que salga a defenderte”.

Cuenta que, cuando lo llevaron al penal, en uno de los “interrogatorios ilegales” le preguntaron si estaba en alguna “orga”, de dónde era, en qué partido militaba. “Me rodearon un montón. Ese maltrato fue sistemático, porque te preguntaban siempre que podían. Y les dije: ‘Sabés que soy un perejil, porque si militara en algún lado ahora habría 500 personas afuera’”. Gabriel no milita en ninguna organización o partido, y el 12 de junio había ido tarde porque sabía que la ley se votaría de madrugada. “No estuve ni cuando tiraron los piedrazos. Sólo filmé una persona que estaban deteniendo en situación de calle. De hecho me subo a la vereda, tal como ordenaron los policías que estaban por la zona, y cuando me doy vuelta, sobre Callao, a media cuadra del Molino, escucho que dicen ‘ahora, ahora’, y me agarran por la espalda”. 

Desde entonces no recuperó su DNI. En el penal le dijeron que estaba en la comisaría 28 y en la comisaría 28 le dijeron que estaba en el penal. “En la 28 protesté y, a los 10 minutos, vino alguien que me dio mi tarjeta de débito y mi SUBE, que estaba todo junto en la billetera junto con el documento. Ya no sé qué pensar”, dice, y es tan sólo una de las historias cuyas vidas cambiaron para siempre hace un mes, tras 33 detenciones al voleo.

Cuatro de ellas todavía siguen detenidas. 

Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases
El flyer de convocatoria para el festival del viernes.

La barbaridad jurídica

La última persona liberada fue Facundo Gómez, el vendedor de cafés de Plaza Serrano (Palermo), a quien detuvieron mientras estaba hablando con su mamá. La noticia se conoció el jueves pasado, minutos antes de que comenzara la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que fue masiva. Al mismo tiempo las partes se notificaron de los rechazos de las otras cuatro excarcelaciones. La decisión la tomó la Cámara de Apelaciones con los votos en contra de Martín Irurzun y Eduardo Farah. “Los votos tienen nulo fundamento técnico-jurídico”, dice a lavaca Daniel Vázquez, abogado de Daniela. “El fallo dice, en líneas generales, que tanto ella como los que quedan presos podrían entorpecer la investigación estando libres. Planteamos que es una barbaridad. Los detenidos están en un penal, la totalidad de la prueba instrumental y documental son de cámaras del Gobierno de la Ciudad y medios masivos. No hay ningún elemento de prueba que pueda ser entorpecido por los detenidos”. El único juez que votó a favor fue Roberto José Boico.

Las partes tienen 10 días para apelar ante la Cámara de Casación Federal. “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad -sostiene Vázquez-. Es la expresión de un gobierno ultraderechista con prácticas violatorias de la Constitución y los tratados internacionales. Lo estamos afrontando en las calles y, jurídicamente, en los tribunales”. El abogado también defiende a Sofía Ottogali, la primera de las liberadas, otra de las apeladas por Stornelli. “La fiscalía no fundamentó absolutamente nada. No hubo ningún planteo nuevo, ni siquiera un adorno”. Todos los abogados ya presentaron los memoriales por sus represantados y representadas, que fueron elevados a la Cámara. “Podría y tendría que resolver hoy, pero tiene la potestad de tomarse cinco días”, dice Claudia Leaños, abogada de Sasha Lyardet, la joven estudiante de la UNSAM, otra de las apeladas. 

Estos atropellos fueron presentados por familiares y exdetenidxs en el Serpaj, acompañados por organismos, legisladores y diputados de la izquierda y del peronismo. Otra de las que habló fue Emilia, pareja de Daniela y compañera en el MTR-Votemos Luchar (Movimiento Teresa Rodríguez): “Tuvimos la posibilidad de verla, y a pesar del contexto de mierda, la compañera está fuerte, entera, pero lo que principalmente la sostiene es que está organizada. Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

A Daniela la acusan de quemar bicicletas del gobierno de la Ciudad, aunque Emilia explicó a lavaca que esta acusación es falsa y dio su versión de los hechos. David Sica está en situación de calle, y lo acusan de pegarle a una policía, cargos que él negó. Roberto de la Cruz Gómez es empleado de una panadería, lo acusan de tirar piedras, delito que también negó. El último es Cristian Valiente, trabajador de una verdulería, a quien denunciaron por tener una granada de mano, pero en realidad era un aerosol químico de los que usan las fuerzas para gasear manifestantes. Su hermano Jonathan dijo a lavaca: “Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

Las familias convocaron a una concentración con festival este viernes 12 de julio, a cumplirse un mes de las detenciones, en Plaza de Mayo. La cita es a las 15 horas y se extenderá hasta las 19.30. Habrá música en vivo con Sudor Marika, Paula Maffia, El príncipe idiota, La piba berreta, Saga.hfk, Flopa Lestani, Julio y Agosto (banda de Santiago Adano, uno de los exdetenidos) y La perra que los parió.

Compartimos el comunicado redactado por exdetenidxs y familiares, leído este miércoles en el Serpaj. 

Somos un grupo de liberadxs de los 33 detenidxs el 12 de junio en la movilización en contra de la votación de la Ley Bases.

Nos detuvieron ilegalmente, mediante acusaciones falsas y violencia brutal de la policía, con patadas, palazos y balas de goma en algunos casos. Nos llevaron a distintas comisarías y alcaldías sin decir en ningún momento cuál era la causa de detención, sin poder hablar con un abogado/a, sin poder usar los celulares, sin ver a ningún familiar, mucho menos a un médico. Desoyendo pedidos de Habeas Corpus, vulnerando nuestros derechos más básicos.

Las mujeres estuvieron/estuvimos 15 horas en una camioneta y pasaron/pasamos la noche ahí esposadas, para luego pasar el segundo día en el pasillo de una comisaría sin agua y donde la policía no les/nos dio ni un plato de comida. Cuando la causa pasó a fuero federal, las/nos trasladaron a la Unidad 29 en el edificio de Comodoro Py, las/nos desnudaron una por una en una celda a puertas abiertas donde había tránsito de gente, en lo que fue una situación de humillación más para ellas/nosotras. Las que no fueron/fuimos excarceladas el viernes 14, terminamos en el Complejo Penitenciario de Mujeres de Ezeiza.

Los varones fuimos/fueron a tres cárceles de máxima seguridad: Devoto, Ezeiza y Marcos Paz. Algunos fueron puestos contra una pared y les tiraron gas pimienta en la cara. Convivimos con ratas, cables de electricidad sueltos en habitaciones inundadas habiendo riesgo de quedar electrocutados.

Cabe destacar que en todo momento, tanto en las comisarias como en los penales, se nos preguntaba insistentemente si formábamos parte de alguna agrupación política, que habíamos hecho o si tirábamos piedras, lo que constituye interrogatorios extrajudiciales que las fuerzas de seguridad tienen prohibido por ley hacer.

Queremos remarcar la situación de ilegalidad de todas las detenciones y el contexto de violencia institucional por el que pasamos porque creemos que tiene que ver directamente con una estrategia política de este gobierno, que no somos lxs primerxs ni vamos a ser lxs últimos, pero nos preocupa ver como la criminalizacion de la protesta está en escalada. Y al mismo tiempo que aumenta la represión, nos entristece ver como vacían los espacios de memoria y de DDHH tan necesarios para nuestra historia y el fortalecimiento de la democracia.

2)

Desde que nos detuvieron sufrimos incontables delitos llevados a cabo por las fuerzas policiales y el personal del Servicio Penitenciario Federal pero ello no es nada comparado con el sentimiento indefensión que genera las irregularidades procesales de la causa por que:

No son peores las lesiones y amenazas, que los procesamientos que aún sufren David Sica, Cristian Valiente, Daniela Arredondo y Roberto De la Cruz Gomez, que siguen detenides después de casi un mes, y Facundo Gómez, excarcelado el pasado jueves.

No es peor ver las actas de detención ser llenadas horas después de las mismas y firmadas por el propio personal policial en lugar de ser firmadas por testigos, que las apelaciones de Fiscalía de las faltas de mérito de 7 personas de las que no hay ni una sola prueba.

No son peores los apremios ilegales, que la confirmación por parte de la sala del rechazo de las excarcelaciones de nuestros 4 compañeres. Todo este despliegue ilegal y antijurídico tiene un solo fin: amedrentarnos, hacernos creer que pueden hacer con nosotrxs lo que quieren.

Hoy en día toda esta estigmatización por parte del poder, desde que nos llamen terroristas que queríamos hacer un golpe de Estado hasta la privación de la libertad que aún continua en 4 casos, nos ha dejado secuelas. Muchxs de nosotrxs sufrimos persecución policial, política, laboral y mediática. Nos han amenazado y hostigado por redes sociales. Nos ha parado la policía para verdugearnos y hacernos requisa solo por mostrar el dni. Muchxs estamos con estrés post traumático que nos impide hacer nuestra vida normal, por lo que les pedimos que nos sigan acompañando hasta que se cierre este armado judicial.

Creemos que somos un ejemplo para mostrarle al pueblo que seas quien seas, hagas lo que hagas, si vas a protestar contra las políticas de hambre de este gobierno, sos un terrorista que puede terminar en un penal de máxima seguridad sin siquiera estar procesado. Tenemos claro que no fue contra nosotres, sino contra todes los que quieren seguir viviendo en libertad y democracia.

3)

Por último, queremos agradecer la solidaridad de las redes humanas tejidas por distintas personas y organizaciones de todo el arco político, que se nuclearon en la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases. Aprovechamos para que se amplíe la convocatoria y se sumen más organizaciones porque entendemos, ahora más que nunca, que la unión hace la fuerza.

Vamos a seguir con solidaridad, amor, lucha y trabajo, mucho trabajo, teniendo el objetivo principal de la Liberación de Cristián, David, Roberto y Daniela y el sobreseimiento de lxs 33 imputadxs.

Como dijo nuestro compañero Facundo: nuestras convicciones están intactas y seguimos defendiendo el derecho a la protesta y luchando por nuestro lugar en las calles.

Para ello, queremos invitarlos el próximo viernes 12 de julio, a un mes de las detenciones, a concentrarnos en Plaza de Mayo a partir de las 15 y compartir el Festival Solidario #Faltan 4, organizado por la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases.

¡Libertad a todos lxs presxs politicxs!

¡Cierre de todas las causas !

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Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia

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420 trabajadoras y trabajadores (de 700 al inicio del conflicto; alrededor de 300 tomaron retiros voluntarios) volverán a trabajar en una agencia dividida: el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., específicamente para el tema de la pauta oficial; y creó RTA Noticias bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina. “Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”, dice a lavaca una de las delegadas del sindicato SiPreBA, que repasa la situación. El desgaste, las presiones, las y los compañeros que no están; la histórica agencia, que tampoco. Lo que se logró con la lucha: reconocimiento de antigüedad, del estatuto del periodista profesional, de los convenios colectivos y de la representación sindical. Y volver a trabajar. Lo que falta, y lo que empieza a partir de hoy.

Por Francisco Pandolfi

“Si se calla el periodismo, también se calla la vida”.

Esa inscripción pintada en un corazón de madera estuvo colgada durante cuatro meses en una de las carpas montadas en la puerta de la Agencia de Noticias Télam. Un medio público fundado el 14 de abril de 1945, que en sus 79 años intentó ser cerrado, privatizado y vaciado por gobiernos variopintos: peronistas, radicales, macristas y militares. Una agencia que se encargaba de dos actividades: por un lado la pata publicitaria, que distribuía la pauta oficial; por el otro la pata informativa, a través de una agencia de noticias federal con un alcance de punta a punta del país.

En la apertura de sesiones legislativas, el viernes 1º de marzo pasado, el presidente Javier Milei anunció por cadena nacional la promesa de “cerrar la agencia Télam”. Y cumplió, en un pestañear: el lunes 4, las dos sedes porteñas amanecieron valladas. Los trabajadores desde entonces no pudieron entrar a sus edificios y fueron “dispensados” de cumplir tareas.

Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia
La postal del conflicto: la sede de Bolívar, vallada por la Policía. Al lado, los trabajadores montaron uno de los acampes. Foto: somostelam

Un paso importantísimo

La resistencia estuvo a la altura de los acontecimientos: ese mismo día, las y los trabajadores junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), instalaron dos carpas en las puertas de los edificios de las calles Bolívar 531 y avenida Belgrano 347. La lucha colectiva se mantuvo, indeclinable. E instó a que cuatro meses después, el 1 de julio, el gobierno decretara la reconversión de Télam en APE S.A.U. (la Agencia de Publicidad Estatal Sociedad Anónima Unipersonal), que se encargará del eje publicitario. Las funciones periodísticas continuarán dentro de Radio y Televisión Argentina (RTA), en una agencia de noticias pública. Anteayer se sacaron las vallas y se levantó el acampe. El corazón de madera fue descolgado, cuidadosamente. 

Hoy, 130 días después, los trabajadores de Télam vuelven a trabajar.

Un empleado de la agencia desde hace más de 15 años cuenta que el lunes, ni bien quitaron el vallado, entró al baño del edificio de Bolívar y se le “explotaron los ojos de tanto llorar”. Dice que prefiere no dar su nombre hasta firmar el nuevo contrato. 

Andrea Delfino es una de las delegadas de Télam e integrante del SiPreBA. Le cuenta a lavaca que hace 34 años trabaja en la agencia, que es periodista en la sección economía. Ella fue una de las que anteayer ya firmó el nuevo contrato que la une a RTA Noticias. Detalla la situación: “Con la vigencia del DNU 70/2023, el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., que va a funcionar en el edificio de la calle Bolívar específicamente para el tema de la pauta oficial. Allí irán un centenar de compañeros, que ya trabajan en ese rubro. Cambia el nombre de la empresa, pero las condiciones laborales no se modifican”. 

Sobre el eje informativo, explica: “Todos los demás, o sea periodistas, camarógrafos, reporteros gráficos, infografistas, empleados de administración, recursos humanos, comercialización, pasamos a formar parte de RTA Noticias, una nueva unidad de negocio que funcionará bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina, igual que Radio Nacional y la Televisión Pública. Nosotros trabajaremos en el edificio de Belgrano”. Al margen de los datos, abre el corazón: “Estamos dando un paso muy importante al volver a trabajar. Muy importante –remarca Andrea, con la u del “muy” extendiéndose en el aire por un par de segundos–. Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”. 

Radiografía de un vaciamiento

Como la relación de dependencia es con una nueva empresa, el lunes pasado se inició la firma de contratos, que continuará hoy y los próximos días. “Las condiciones son las mismas que teníamos hasta el 3 de marzo: se nos reconoce la antigüedad, el estatuto del periodista profesional, los convenios colectivos y la representación sindical de la Comisión Interna del SiPreBA para quienes somos delegados”.

Sin embargo, cambiaron muchos otros aspectos. Dice Andrea: “Dieron de baja el portal, la cablera y nos achicaron un montón en lo periodístico. En total éramos más de 700 trabajadores y quedamos 420 entre las dos empresas. O sea, hay 300 personas menos. Por lo tanto, habrá que hacer todo un reordenamiento de secciones, porque hay algunas que quedaron desmanteladas”.

Sergio Arboleya hace 30 años que trabaja en Télam, donde empezó como colaborador. Hace 15 que es editor de la sección Espectáculos. “Vengo usando la idea del milagro, porque en este contexto de ajuste salvaje, de recorte, de persecución en todo lo estatal, es una alegría haber sostenido el trabajo y en breve ya arrancaremos a producir noticias para la cablera de RTA. El aspecto milagroso se dio a partir de la resistencia, con tantos días de acampe, con una organización que realmente funcionó muy bien, con un manejo del SiPreBA que ha sido eficaz para lograr lo que parecía imposible: conservar los puestos de trabajo de aquellos que finalmente decidimos quedarnos”.

Respira profundo: “Esto resulta muy impresionante, pero no disimula la pérdida de un montón de colegas de enorme valor que se fueron un poco asustados por la política expulsiva de los retiros y que dejan un hueco enorme en la estructura periodística. Y también entender que la marca Télam, con esa simbología, con esa carga, ya no existe más. Hablábamos el otro día con un compañero sobre si podremos recuperar un poco el sentido de la agencia, en este nuevo lugar. Aún con las críticas que podía tener a sus gestiones y a nuestra propia falencia para plantarnos como colectivo de trabajadores a hacer realmente la agencia federal, plural, sabíamos que Télam funcionaba en una dimensión, con sus abonados en todo el país, con su red de corresponsalías que ahora han quedado prácticamente todas afuera”.

La gente que se fue lo hizo mediante retiros voluntarios que, semana tras semana, el gobierno nacional renovaba por decisión del ahora ex interventor de los medios públicos Diego Chaher (la semana pasada tomó su lugar el ingeniero aeronáutico y espacial Eduardo González). La delegada Delfino retoma: “Este conflicto tuvo mucho de psicológico, porque no hay nada peor que tener a la gente sin tareas; fue destructivo. Nos jugaron en contra muchas presiones, tanto externas como internas. En cuanto a las externas, la empresa extendió cada semana el programa de retiro voluntario, a la par que algunos medios publicaban notas que buscaban generar miedo: si no agarrabas el retiro, parecía que se venía el apocalipsis”.

Trabajar para volver a trabajar

Las presiones también las hubo internas y “bien intencionadas”. Describe un aspecto neurálgico de la resistencia: “Los fines de semana eran momentos clave y por eso los lunes o martes hacíamos las asambleas. En el fin de semana es común encontrarse con los seres queridos, que con la mejor intención te decían ‘pero te parece seguir yendo’; ‘hace frío y llueve’; ‘¿por qué estás haciendo una cobertura si en realidad estás dispensado de trabajar?’. Esa presión bien intencionada fue la más difícil de vencer y superar. Con el paso del tiempo, notamos que si nos hubiésemos quedado dispensados y tranquilos en nuestras casas viendo Netflix, esta resolución no hubiese pasado. Me parece importante resaltarlo, porque en una época en que se habla tanto del individualismo y que te hacen creer que solo te salvás por tu mérito, el resultado de esta lucha colectiva muestra lo contrario”.

Desde el 4 de marzo hasta la reconversión de Télam, cada semana se renovaba la dispensa a cada uno de las y los trabajadores. “El presidente que dice que en el Estado somos todos ñoquis, nos está haciendo ñoquis, porque nos está pagando sin trabajar”, solían repetir desde los acampes, como una manera de desarticular el relato oficial. Con la agencia fuera de funcionamiento, decidieron lanzar el sitio web somostelam.com.ar e informar desde ahí. Al frente del portal estuvo Andrea Delfino: “Decidimos arrancarlo con el fin de que la sociedad sepa que nosotros estábamos trabajando para volver a trabajar. Nos enfocamos mucho en cubrir los despidos en el sector público y en el privado. Era difícil mantener esperanza, pese a que en Télam finalmente no hubo despidos. Hubo días muy difíciles y las asambleas parecían terapias de grupo. Las reuniones nos contuvieron y nos organizaron; las conducciones de SiPreBA y de FATPren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) siempre estuvieron poniendo el cuerpo, al igual que delegados de otros medios de comunicación. Cuando hablo de los lazos de la base, me refiero a los lazos sociales que se fortalecen en estas instancias, al contrario de lo que esperan quienes generan estas acciones para desorganizar a los trabajadores”.

¿Qué no pudo lograr el gobierno?

Andrea: Callarnos, cerrarnos. Nos silenciaron durante cuatro meses y hoy estamos volviendo a laburar. Si logramos un resultado positivo dentro de este contexto es porque fuimos muy tozudos. Y porque tuvimos bien claro lo que queríamos, que se resume en algo hermoso que dijo un compañero en una asamblea: “Yo no quiero ser el último que apague la luz; quiero ser el primero que prenda la computadora cuando volvamos”. Ese es el espíritu del colectivo Télam.

Hoy, algunas luces se volvieron a encender.

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Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

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“Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”, dice el hermano de Cristian Valiente. Familias de personas que continúan presas realizaron ayer un encuentro para organizarse y desarmar las mentiras con las que se sostienen sus acusaciones. El caso de Cristian y el de de Facundo Gómez, que hablaba con su mamá cuando lo detuvieron: la justicia no tiene filmado sus supuestos “disturbios”, pero lo encarceló igual. Las causas armadas sobre los más vulnerables, mientras nunca se detuvo a quienes causaron los destrozos, por ejemplo, del auto de Cadena 3. Además, el fiscal Stornelli insiste con meter presas a siete personas que ya fueron liberadas por la jueza Servini por falta de pruebas. El terror que continúa, los ataques de pánico, las condiciones de detención: se puede colaborar económicamente con las personas detenidas (el alias: LIBRESYA) y existen 5 puntos de acopio de mercadería detallados en esta nota. Qué necesitan: abrigo, frazadas, comida. Las familias llaman al 10 de julio a una nueva conferencia y al 12 a una concentración en Plaza de Mayo.

Por Lucas Pedulla

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

Jonathan dice que está un poco nervioso porque nunca habló en público, y ahora hay un aula llena de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio porteño de Constitución, dispuesto a escucharlo. Tiene 34 años y es el hermano de Cristian Valiente, una de las cinco personas -junto a Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Facundo Gómez y Roberto María De la Cruz Gómez– que sigue detenida en Ezeiza tras la cacería del Gobierno durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado, hace ya tres semanas.

Todavía no pudo ver a su hermano porque no tenía su documento; espera hacerlo el próximo fin de semana.

Vino con su compañera, su hija y un perrito desde Moreno, oeste profundo del conurbano, a pedir por favor que lo liberen: “No tiene justificación. La gran mayoría están detenidos solamente por protestar. Y mi hermano, mientras estuvo detenido, le hicieron un desalojo en la casa: cuando salga ahora no tiene dónde estar”.

El lugar de donde desalojaron a Cristian era una pieza de un hotel céntrico. Allí había trabajado tres años como portero: “Uno con todos los derechos y dos, en negro”, cuenta el hermano. Denunció la situación y fue a juicio, que determinó que debía vivir allí hasta que le pagaran lo que debían. Casualmente, un derecho que la Ley Bases barrió en su capítulo de reforma laboral.

A Cristian -41 años, dos hijos- lo acusan por provocar “disturbios”, “arrojando piedras y otros objetos contundentes” contra la policía, pero sobre todo por haberle “secuestrado entre sus pertenencias” una granada de mano. En su indagatoria, él aclaró que no se trataba de una granada sino de un aerosol químico de los que usan las fuerzas de seguridad para gasear en las manifestaciones; y que lo encontró en las propias inmediaciones del Congreso, y se lo guardó para mostrarlo a un canal de televisión porque había vencido en 2022. “Decían que lo vendía en el mercado negro -dice Jonathan a lavaca, y no lo puede creer-. Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808269566549622911

Este encuentro, motorizado por la Comisión de Solidaridad de la coordinadora por la liberación de lxs detenidxs y el cierre de todas las causas, fue el ámbito para que Jonathan pueda, por primera vez, dimensionar esa locura.

También pudo hacerlo Elena, la mamá de Facundo Gómez, 31 años, cuyo trabajo era ir con su carrito por Plaza Serrano, en Palermo, vendiendo cafés: “Lo detuvieron mientras hablaba por teléfono conmigo -dice mientras muestra un cartel con el rostro de su hijo, sonriente-. La causa debería caerse porque lo ponen arriba de una valla, diciendo que arengaba y tiraba piedras, pero la comunicación con mi hijo se detiene en el momento en que lo están deteniendo. Intenté llamarlo, hasta que me atendió una persona que supongo que era un policía, y me dice que le estaban haciendo averiguación de antecedentes. Le pregunto por qué, y me dice porque estaba en un lugar que no debía estar. Mi hijo grita bien fuerte: ‘¡Yo no estaba ahí!’”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808262187380588878

Elena remarca que no hay registro fotográfico ni fílmico de Facundo, y su otra hija, Micaela, dice a lavaca que al fotógrafo que registraba su detención le rompieron la cámara: “Lo presentamos como testigo. Dijo que le pidió a Facundo que gritara su nombre, y cuando iba a hablar le pegaron una piña en el estómago”.

Elena dice que su hijo no aparece en los videos: “Ellos (la justicia) dicen que han mirado 100 horas, pero Facundo no aparece”. Y agradece la convocatoria: “Es una causa totalmente ilegal y armada para amedrentar y que no salgamos a protestar para que aceptemos todo lo que ellos quieren. Quiero la libertad de los cinco”.

El aula, llena, la abraza con un aplauso.

Crueldad sin paz

Una mesa afuera del aula junta donaciones (galletitas, paquetes de yerba, azúcar, latas de arvejas, jugos en polvo, lavandina, shampoo, toallitas) mientras otras personas de la coordinadora pasan con una caja de cartón para juntar dinero. Adentro, sobre la pared, una gigantografía de Rodolfo Walsh recuerda su Carta abierta de un escritor a la junta militar.

En bancos de madera, mientras tanto, se van sentando, entre otras personas, exdetenidos como Gonzalo Duro, Fernando Leone, Sofía Ottogali y Santiago Adano -liberadxs en las primeras 17 excarcelaciones, el viernes 14 de junio-, o Juan Spinetto y Camila Juárez Oliva, liberadxs en una segunda tanda de 11 faltas de mérito dictadas por la jueza María Servini, el martes 18.

Es que, además de las causas abiertas y la solidaridad por las cinco personas que aún siguen presas, la alerta continúa, porque el fiscal federal Carlos Stornelli apeló y pidió nuevamente la prisión preventiva sobre siete personas: Ottogali, Spinetto, Juárez Oliva, Sasha Lyardet, Nicolás Mayorga, Gabriel Famulari y Brian Ortiz.

“Nos siguen criminalizando cuando la jueza ya dictó la falta de mérito”, dice Camila a lavaca. La falta de mérito se dicta cuando se considera que no hay elementos suficientes para acreditar el hecho que se imputa. La propia Servini habló de la “orfandad probatoria” en las acusaciones de Stornelli. Camila, junto a Sasha y Nicolás, es una de lxs tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) detenidxs: “Es una crueldad, porque todos los días me acuesto y miro la ventana porque no sé si un policía va a venir a decirme ‘agarrá tus cosas’, y ya en mi cabeza pienso que no tengo que agarrar ropa oscura para entrar al penal. Así está funcionando mi cabeza. Hasta que la Cámara no se expida, no estoy en paz”.

La sala II de la Cámara de Apelaciones, conformada por Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun, tiene ahora la palabra.

El docente Spinetto, otro de los “apelados” por Stornelli, dice lavaca: “Es ridículo, porque no aporta nada nuevo para apelar e insiste sobre algo que jurídicamente está zanjado. Básicamente lo que está haciendo Stornelli es continuar con la maquinaria de armado de causa. No tiene ningún sostén jurídico”.

Donaciones, acopio y concentración

La Comisión de Solidaridad abre el encuentro. Sus integrantes recuerdan que hay un alias (LIBRESYA) para contribuir a un fondo solidario común con montos de $500, $1000 o $2000. También subrayan que lxs detenidxs necesitan ropa de abrigo clara (no gris, sin capucha), frazadas de una plaza, y elementos de almacén. Los puntos de acopio:

  • ATE / INCAA: Lima 319, 1er piso, oficina 101.
  • SUTEBA Tigre: Santa Fe 11028, General Pacheco.
  • Mutual Sentimiento: Av. Lacroze 4181.
  • ATE Sur – Lomas de Zamora: Boedo 120.
  • ATE Alte Brown – Pte Perón: Somellera 481.

Luego habla Gonzalo Duro, trabajador judicial, uno de los exdetenidos: “En ese pabellón éramos 15 personas desconocidas y ahora somos amigas. Es una realidad y habla de la transversalidad del problema”. A continuación, Camila recuerda a Daniela Calarco Arredondo: “Le estamos tratando de juntar plata porque tiene que pagar el alquiler. También para pagarles el transporte a sus padres, que viven en Mar del Plata”. Grisel, hermana de Sasha, suma la preocupación por las apelaciones de Stornelli, y pide asistencia psicológica porque muchxs continúan con ataques de pánico. Valora la importancia de estos encuentros y pide, también, monitorear las trabas que les están poniendo los penales a las visitas familiares, para que el Sistema Penitenciario no siga “vulnerando derechos”.

Luego, y por un largo rato, pasan voces de diversos partidos y agrupaciones que hacen caracterizaciones del Gobierno. Algunos traen reclamos urgentes, como los trabajadores despedidos del Hospital Posadas o de la fábrica de neumáticos FATE, pero otros gritan pedidos de paro a la CGT. El músico Santiago Adano, otro de los exdetenidos, agradece con sensibilidad la solidaridad y el acompañamiento, pero sugiere avanzar en lo operativo del encuentro. Algunos no parecen escucharlo, y siguen. Otros sí, y piden acompañar, por ejemplo, la ronda de las Madres de este jueves en Plaza de Mayo para continuar la visibilidad por los detenidos. La propuesta es aceptada.

Las familias y exdetenidos, a su vez, proponen una nueva conferencia de prensa en el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para informar sobre la situación de las detenciones y las causas. En asamblea votan realizarla el miércoles 10. También votan, para el viernes 12, a un mes de la protesta, realizar una nueva concentración en Plaza de Mayo, con posibilidad de festival, buscando la convocatoria del amplio abanico político que movilizó la última vez, el día de las últimas excarcelaciones. Silvia, la mamá de Camila, recuerda que la urgencia de esos días fue lo que juntó a sindicatos, organismos, referentes de la izquierda y del peronismo: “Vengo a reforzar la idea de unidad, como lo hice desde el día uno”.

Cerca de las diez de la noche, la asamblea concluye.

Los ejes que se refuerzan:

  • Libertad a las cinco personas que siguen detenidas.
  • Pedir el rechazo de la Cámara a las siete apelaciones de Stornelli.
  • Cierre de todas las causas.

Leé la nota de tapa de la nueva MU: Qué es la libertad.
Sasha y su hermana, dos caras de lo que se vivió adentro y afuera tras la cacería policial el día de la votación de la Ley Bases. Sus reflexiones sobre la estigmatización, la persecución, y la vida en ¿libertad? Las redes y la calle. El ego y lo colectivo. Hablan Ramona y Santiago, también detenidos sin pruebas, con torturas. La organización entre familias. Y el reclamo por los que todavía están adentro.

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LA NUEVA MU. No podrán

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