Nota
La descomposición y la luz
Trump, Venezuela, Brasil, Maduro, Macri, Paraguay violento, el Ni Una Menos, el capitalismo actual, la autogestión: Raúl Zibechi conversa con lavaca sobre estos tiempos densos. Habla sobre polarización, cinismo, descomposición social, derecha, izquierda, doble discurso, corrupción y grieta. Sobre lo que ocurre en nuestras regiones territoriales y mentales. Y plantea qué cosas son las que le permiten pensar en un mundo nuevo.
Periodista, escritor, pensador e investigador uruguayo, integrante del grupo que edita la revista Brecha en Uruguay, Raúl Zibechi ha recorrido cada recoveco del continente para comprender e informar sus realidades y sus misterios: “Hoy lo que se ve es una creciente polarización social, económica y política en toda la región. Una polarización que arranca durante los gobiernos progresistas, y en la que el 1 por ciento de la población sigue concentrando más y más riqueza. El lugar donde todo eso se hace más visible es en Brasil: bajan las muertes de blancos tanto por la policía o por violencia entre las personas, y no para de crecer la cifra de muertes de negros”.
Corrupción con un solo ojo
Pobres más pobres y ricos más ricos: “En todo el continente eso significa que unos y otros tienen cada vez menos cosas en común, cada vez se pueden ver menos, cada vez hay más odio. Eso quiere decir lo siguiente: desintegración de lo social”.
La polarización política también tiene un punto emblemático en Brasil: “Hace un año Dilma fue destituida con miles de personas en las calles acusándola de corrupción. El domingo pasado los mismos movimientos convocaron manifestaciones porque la corrupción también es muy fuerte en el gobierno de Temer, pero a ese acto fue muy poca gente. Quiere decir que los que se movilizaron el año pasado lo que querían era derribar a Dilma, no les interesaba realmente la corrupción”.
Por lo tanto, un diagnóstico: “Lo que se nota es un cinismo muy fuerte, un doble discurso, que además no es patrimonio de la derecha. Abarca también a la izquierda. Y ese es el telón de fondo: polarización y cinismo”.
Lo que muestra el caso venezolano: “El Tribunal Superior decidió quitarle los poderes a la asamblea del Parlamento. Si esto lo hubiera hecho un gobierno de derecha, estaría toda la izquierda en la calle denunciando un golpe, porque están usurpando las tareas parlamentarias, con una oposición que podría vetar las decisiones de Maduro. Pero la izquierda mira para otro lado y dice que no hay golpe. Y bajo cuerda, todos negocian con la gran burguesía venezolana y con los norteamericanos”.
Otro eslabón: Paraguay: “El presidente Horacio Cartés, de derecha, lleva al Parlamento la idea de la reelección. El partido liberal, que fue gobierno con Lugo, se opone. Hubo violencia, un muerto, muchos heridos, pero lo curioso es que el Frente Guazú, de izquierda que propone a Lugo, apoya la reelección porque beneficiaría al propio Lugo más adelante”.
¿Qué era la ética?
¿Qué enlaza los casos de Dilma, Venezuela y Paraguay? Muestran el doble discurso de unos y de otros. Nadie de la derecha dijo que la destitución de Dilma era un golpe, pero ahora dicen que es un golpe lo de Venezuela. Y se calla con lo de Paraguay. Y del lado de la izquierda es lo mismo. Son simétricamente opuestos, pero no distintos”.
La consecuencia: “Ninguna de las dos, la derecha sin duda, y creo que la izquierda tampoco, está guiada por un razonamiento ético. Uruguay sería un caso diferente: no hay reelección, pero ni a Pepe Mujica ni a Tabaré Vázquez ni a la derecha se les ocurre plantear la reelección porque les dan bien los sondeos para candidatearse. Eso es hundir al sistema político. Porque dejás de razonar en torno a una lógica coherente, para razonar a partir de lo que te conviene en cada momento. Si tuviera que mirar más allá de los discursos, diría que estamos en un proceso de descomposición del sistema democrático en América Latina, y de desintegración de las sociedades”.
Off side y grieta
La descomposición del sistema político se puede pensar en términos de fútbol: “Si en cada momento cambio las reglas según lo que me venga bien, no hay posibilidad de hacer nada lógico. Es como si yo dijera en un partido: tengo delanteros rápidos, entonces anulo el off side. Hago unos goles, y después restablezco la ley del off side. El fútbol sería imposible. Pero esa descomposición es acompañada por la desintegración de lo social, la brecha cada vez mayor. Ricos que mandan a sus hijos a la educación privada, y los pobres que mandan a sus hijos a donde pueden. Entonces esa mezcla de descomposición y desintegración no se arregla con un cambio de gobierno. Es una tendencia que se ha ido profundizando tanto con gobiernos de uno como de otro lado”.
Pero entonces, ¿qué significa la grieta?
La grieta verdadera empieza cuando las clases dominantes deciden abandonar el estado de bienestar. Si tomamos el caso argentino, el 17 de octubre de 1945 estaban los que decían que los cabecitas negras eran un aluvión zoológico. Y por otro lado los cabecitas que se sublevaban contra los gorilas. Pero a partir del peronismo, y luego durante décadas hubo procesos de industrialización, pleno empleo, ascenso social de los de abajo que no perjudicaba la ganancia de los ricos. Los odios se fueron limando pero eso se fue terminando entre fines de los 60, y totalmente tras el golpe de 1976. Las clases dominantes renunciaron a integrar a las clases para ellos peligrosas. Empezó un gran proceso de desindustrialización, de concentración de lo industrial en la producción de países asiáticos, de robotización de las industrias que quedaron y así se eliminaron muchísimos puestos de trabajo.
Zibechi cree que ese proceso continúa hasta hoy, y se hizo mundial. “Falta el trabajo, se precariza el que hay y crece la desintegración económica política y social. Pero lo vemos en Grecia cuando ganó la izquierda, en España donde se creó Podemos, pero también crece la derecha en Francia con Marie Le Pen, que hoy es votada por los que hace 30 años votaban a los socialistas o a los comunistas”.
El escenario abarca también a Estados Unidos: “Aparece Donald Trump, cuya base social es ese sector de entre 40 y 60 años, hombres y mujeres a quienes les bajó hasta la esperanza de vida. ¿Por qué? Porque es el sector más afectado por desempleo, precarización, pierden empleos de calidad y pasan a Wal Mart o McDonald’s ganando chirolas, o ni eso. Tienen problemas de alcoholismo, drogas, depresión, angustia y esa base, incluso los demócratas, votaron a Trump. Y ahora el conflicto es que muchos sectores de poder no lo quieren a Trump y eso se nota hasta en los grandes medios donde hay toda una línea que querría verlo preso. No porque sean más progresistas que Trump, sino porque él es un mal ejemplo de que la clase dominante puede perder el timón. Y la salida es alentar más guerras, más militarización para que la economía les funcione mejor”.
Extractivismo & Mirtha
Volviendo a la Argentina, cuando se habla de grieta parece ser un tema remitido a kirchnerismo y macrismo, por ponerlo en nombres. Zibechi: “Para mí son distintas formas de clientelismo hacia los sectores populares, apoyándose en alguna facción de la burguesía. Pero tanto Cristina antes como Macri ahora se apoyaron en China. Y al sector financiero argentino parece que le da lo mismo quien gobierne. Si mañana lo tienen que tirar a Macri lo harían sin problema mientras sus negocios funcionen. Lo que quiero decir es que hay cada vez menos diferencia entre izquierda y derecha, porque estamos en una crisis del sistema-mundo moderno occidental y capitalista, donde los estados deciden cada vez menos y donde las diferencias de fondo entre izquierda y derecha, o conservadores y progresistas, son mínimas”.
El punto de unión entre los dos lados, según el planteo de Zibechi, es lo que ha denominado sociedad extractiva: “No es sólo un modelo de producción No es sólo hablar de contaminación de la naturaleza, cáncer, concentración económica. La sociedad extractiva además desarticula la unidad de una nación, de una sociedad”.
Un ejemplo: “Si uno piensa en burgueses y proletarios, tienen muchos conflictos pero tienen muchas cosas en común: entre ellas, seguir siendo burgueses unos y proletarios los otros, porque son dos identidades muy potentes. Pero en esta nueva situación ya no hay muchas cosas en común en un sistema en el que no hay economía, sino especulación, no hay rumbo sin tapar baches. No hay proyecto de largo plazo. Entonces son sociedades que se están autodestruyendo. Si un presidente ya ni puede contestar lo que gana un jubilado, y Mirtha Legrand lo corre por izquierda… y lo mismo con lo que pasa en Brasil. Como si se hubiera elegido presidentes para navegar sin rumbo hacia un desastre, con una sonrisa en los labios”.
Sin embargo mucha gente ve una diferencia abismal entre ambos modelos, plantean que el kirchnerismo, o el PT en Brasil, son la representación de una política integradora, popular, redistributiva: “Diría que es parcialmente cierto, pero en el fondo, cuando las papas queman, vuelven todos a apoyarse en el sistema financiero y corporativo. Siempre hay unos que estacionan el auto del lazo izquierdo y otros del lado derecho, pero la diferencia es menor. No se ha avanzado. Incluso si se toma el caso de Venezuela, estos gobiernos perdieron el tiempo, no fueron a lo fundamental que es crear alternativas frente a la sociedad extractiva, buscar otro modelo económico y político. Lo que hicieron fue repartir algo a los sectores populares, y llenarse los bolsillos. Eso es lo dramático. Se perdió un tiempo precioso y ahora se entró en otra etapa”.
Otros lugares
El ADN de todo este problema: “En el fondo está ocurriendo algo que hace poco planteaba la economista Ann Pettifor (de la City University de Londres). El sistema financiero y los bancos controlan al sistema político, y a todo ese sector ya no le importan los seres humanos. Ya no cuentan en la ecuación”.
Para Zibechi hay que poner la mirada en otro lado:
- “Los únicos que rompen con el sistema, desde mi punto de vista, son aquellos sectores populares que por quedar relegados, o porque toan la iniciativa, construyen al margen del sistema, o con otras lógicas. Los indígenas, algunos campesinos, sectores populares urbanos. Yo creo que no alcanza con resistir al sistema sin que hay que construir algo diferente”.
- “Eso no quiere decir que no se reciba apoyo de la política social, o aislamiento. Quiere decir construir con otra lógica, crear espacios diferentes”.
- “No se trata de discursos ni manifestaciones. Las manifestaciones son muy importantes, como las que hubo en Buenos Aires en las últimas semanas, pero no cambian realidades salvo casos especiales como el 17 de octubre o el 19 y 20 de diciembre que no fueron manifestaciones, fueron otra cosa”.
En lugar de mirar el cambio en los llamados “escenarios políticos”, Zibechi intenta detectar qué está creando la sociedad.
Un ejemplo: “Estamos en una situación en la que no es tan importante quién gobierna, sino cómo la gente se organiza para hacer las cosas y autoprotegerse. Eso es Ni Una Menos, el gran fenómeno de este período. La irrupción masiva del movimiento de mujeres. Cualquier manifestante del Ni Una Menos sabe que por más que cambie el presidente, los problemas de femicidio, de violencia, de discriminación, seguirán siendo exactamente los mismos, porque forman parte de los problemas sistémicos que estamos describiendo, y que no dependen de quién tiene el timón del Estado”.
Otros ejemplos: “Estuve en Mosconi, Salta, y allí los integrantes de la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD-Mosconi) tienen emprendimientos productivos en los que producen alimentos sanos, tienen un trabajo digno que crearon ellos mismos, sobreviven de ese trabajo y ya no dependen de los planes sociales. Ese tipo de experiencias para mí son la luz para pensar un futuro”.
Los trabajadores de la UTD han sido de los primeros piqueteros argentinos, como resistencia a la desocupación masiva: “Y a esa pelea, le han agregado su propia construcción. Me anima ver eso, me anima ver que las publicaciones que forman ARECIA (Asociación de Revistas Culturales Independientes) tengan millones de lectores, que haya 400 fábricas recuperadas y autogestionadas por los trabajadores, que haya más de 100 bachilleratos populares, escuelas de gestión social, espacios culturales, cooperativos. Ese es un camino”.
Izquierdas y liderazgos
Muchas veces no se percibe el significado de esas experiencias y se reclaman liderazgos políticos de izquierda o progresistas: “Yo digo que por más que cambien la cúspide, eso no va a resolver ninguno de los problemas de fondo los problemas vamos a resolverlos nosotros mismos creando cosas nuevas”.
¿Cómo se diferencia este pensamiento del de la izquierda partidaria? “La izquierda tradicional creo que no tiene idea de lo que está pasando en el mundo. No se da cuenta de que hay un mundo nuevo funcionando. Y esa izquierda tiene un ego tan grande, un ego masculino tan tremendo, que solo cree que las cosas pueden cambiar cuando ella –la izquierda- lo decida. Es un tipo de pensamiento que hace un daño enorme”.
Según este razonamiento, esas experiencias pueden no ser masivas, o siendo grandes tal vez no son visibles: “Pero es un mundo que ya tiene una masa crítica, ya tiene un poder. Es como una bola de nieve, demorará un tiempo, pero no es algo marginal, es algo que ya está funcionando. Es muy fácil decirle al gente que vaya a votar cada dos años. Pero lo más complejo y políticamente profundo, y que ya existe, es que cantidad de gente todos los días está gestando formas de organizarse, de trabajar, de estudiar, de informarse, de protegerse de otros modos. La política tradicional todavía tiene mucho peso en la cabeza de la gente, pero creo que hay que discutir muy agresivamente que, frente a lo que pasa en el mundo, en estas otras experiencias es que está la posibilidad de un futuro”.
Nota
Lucía Pérez: dos responsables del femicidio y una perpetua

El segundo juicio por el caso de Lucía Pérez confirmó que la menor (16 años) fue víctima de un femicidio en octubre de 2016. El fallo de los jueces del Tribunal Oral Federal 2 Roberto Falcone Alexis Semaz, y Gustavo Fissore, leído por este último lo decribe así: “abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida, por el suministro de estupefacientes y en el marco de un contexto de violencia de género, en concurso ideal con femicidio” por lo que dictaminó la perpetua para Matías Farías.
La sentencia llegó 44 días después de iniciado este nuevo proceso. Los padres de Lucía, al salir, plantearon que seguirán impulsando la perpetua para Juan Pablo Offidani. En su caso, estos 8 años de condena como partícipe secundario del femicidio sumados a la condena previa por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo” le significan 15 años de prisión.
Marta Montero, la madre de Lucía, dijo en la calle, rodeada de mujeres: “Yo les puedo asegurar que con esta perpetua que conseguimos todo cambió”. Sus referencia a los narcos, las fake news y lo que llamó “perversión” en sectores académicos y mediáticos.

(Desde Mar del Plata)
Miles de mujeres en la calle miraban con ansiedad en sus celulares el streaming de la sentencia, y escucharon en silencio cuando el juez Gustavo Fissori leyó: “Se resuelve condenar a Matías Gabriel Farías por ser autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexcual con acceso carnal agravado, con el suministro de estupefacientes y por resultar la muerte de la persona ofendida en concurso ideal con femicidio (…) ocurrido el 8 de octubre del 2016 en la ciudad de Mar del Plata, del que resultó víctima Lucía Pérez Montero, e imponerle la pena de prisión perpetua, accesorias legales y costas del proceso”. La calle fue una ovación, un desahogo hecho de lágrimas y abrazos, y la confirmación de la legitimidad de un recamo de justicia.
Un día antes del 24 de marzo empezó a escucharse la consigna que armoniza también con las luchas de las mujeres: “Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.
La sentencia consideró luego a Juan Pablo Offidani “partícipe secundario” del mismo delito, por lo cual se le impusieron 8 años de prisión. El juez Fissori aclaró que por lo tanto se impone a Offidani la pena de 15 años, al unificarse la presente condena con la del juicio anterior (2018) en el que junto con Farías había sido condenado por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”.
Pocos minutos después, al culminar la lectura del fallo, bajó de la sala Guillermo Pérez, el padre de Lucía y dijo en medio de la multitud: “Es injusta la pena de Offidani. Vamos a apelar para que tenga perpetua, lo que le corresponde. Pueden comprar voluntades donde quieran, pero a nosotros no nos va a comprar nadie: van a tener que pagar lo que tengan que pagar. Son cul-pa-bles. Y no pueden tener ningún privilegio. Ahora vamos por Offidani”.

La voz de Marta
Cuando llegó Marta desde la sala las lágrimas y los abrazos se multiplicaron al infinito.
Dijo Marta:
“Yo no les puedo decir lo que les agradezco a todos por habernos acompañado, aguantado, bajo el agua, el viento, lo que miércoles fuese. Pero estábamos juntos. A veces menos, a veces más, pero es importante estar unidos y seguir una lucha. Si estamos solos, separados, como cuando nos dicen muchas veces ‘no hagan eso, no hagan lo otro’…. No. Decimos que hay que hacer estrategias como lo hemos hecho. Porque si no hubiésemos hecho todo lo que hicimos hoy Lucía no tendría justicia”.
“Y les puedo asegurar que con esta perpetua que conseguimos para Farías hoy todo cambió. Porque hasta ayer no sabíamos si hoy se iba a hacer o no esta audiencia. No sabíamos si esta sentencia se iba a dar”.
Luego, conmovida, agregó:
“Pero ¿Por qué cambió para nosotros? Porque ahora ningún narco, ningún dealer, le va a romper el culo a ninguna piba más como se lo hicieron a Lucía”.
“A Lucía la destrozaron, a Lucía la destruyeron internamente, la violaron hasta 15 minutos antes de su muerte. La violaron hasta que su cuerpo terminó muriéndose. ¿Por qué lo decimos? Hay internamente nódulos, células que se rompen y hematomas que quedan ahí. Pero tenías que escuchar una defensa que decía “todas las mujeres somos violadas”. Yo estoy casada, estuve siempre con el mismo hombre, nadie me violó ni fui lastimada”.
“¿De donde sale esa perversión, que nos quiere hacer creer también un grupo de gente que se creen que porque le pagan a unas antropólogas y vienen a hablar pelotudeces, y sacan en una revista Fem disparates? ¿Nosotros tenemos que creer esos disparates?

Las fake news del caso Lucía
Marta continuó profundizando su mirada sobre estos días.
“Mujeres: estuve todos los días del juicio, el que lo pudo ver sabe de qué hablamos, qué es lo que le hicieron a Lucía. Ahora esta gente, estas feministas, estas antropólogas que dicen ser, académicas… Claro, nosotras somos las brutas, las de la calle. Por intuición vamos viendo lo que hicieron y lo que no hicieron, y también vamos deduciendo. Pero no somos ningunas ignorantes, ni van a venir a vendernos pescado podrido como esta gente quiso hacerlo”.
“Vieron las fake news que están tan de moda? Algunos no sabemos ni qué diablos es eso. Yo ni sabía ni me importaba cuando escuchaba esa palabra. Pero esa palabra es eso: armar un discurso, venderlo, que la gente compre ese discurso, y que la gente crea que a Lucía no le pasó nada”.
“Y que fue Lucía con su consentimiento y les dijo ‘cójanme hasta matarme’. Eso nos quisieron hacer creer esas dos mujeres, perversas como si las hay, eso es una perversión. Lucía era una criatura de 16 años, jamás hubiese dado un consentimiento. Un menor, con lo que significa un adulto, ¿hasta donde tiene el dominio ese adulto de ese menor? Y todo el fin de semana se ocuparon de mandar a los medios que Lucía había consentido su propia muerte. A Lucía no la mató nadie. Cuando escuchábamos eso, cuando leíamos eso, no podíamos creer que mujeres llamada feministas actúen de esa manera. Todas tenemos que decir y saber quiénes son. Porque si no parece que una está loca y habla cualquier pelotudez que se le ocurre”.
“Y lo que le pasó a Lucía es lo que hacen con todas las pibas. Estos jueces gracias a Dios tuvieron esa certeza de poder leer todo, ver todo lo que le hicieron a Lucía, lo que tanto la querella como el fiscal mostraron, la cantidad de pruebas… Que hayan podido ver eso, y darse cuenta de la realidad que quisieron ocultar en el juicio anterior: que esto era un femicidio”.

Un día de justicia
Dijo también Marta: “Cuando hablamos de Farías, hablamos de Offidani. La diferencia es que uno tiene el poder. Los dos son culpables. Offidani no tiene derecho a tener esa condena. Lo vamos a apelar y vamos a llevarlo a la perpetua que tiene que ir”.
A la salida habló también Eduardo Carnicero, que siguió el juicio en representación de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires: “Por un lado entendemos que es un antes y un después. Está bueno que se aplica la figura que solicitó la acusación. No pudimos ver los fundamentos todavía, pero sí tenemos la confirmación del delito. Sabemos que hay una pequeña disidencia entre los jueces en cuanto a la calificación, pero de hecho la pena es la misma. La condena se hace por mayoría por las dos figuras, eso es bueno”.
“Con respecto a Offidani se da esta situación de que el fiscal (Arévalo) pide la pena de 20 años porque es una participación secundaria. La querella se apartó de eso. Los jueces receptan lo que pide la fiscalía aplicando en la escala una pena inferior, para saber el por qué hay que ver los fundamentos”.
Entre los familares de otras víctimas se encontraba Gerardo Mellman, el papá de Natalia: “Es una lucha por la familia y por el movimiento feminista. En este nuevo juicio se ha mostrado la verdad. Lo importante: han tomado esta sentencia como una sentencia de femicidio. Está creando un precedente para miles de casos, sin ninguna duda”.
Cristina, la mamá de Eliana Gómez analizó así lo ocurrido: “Fue muy importante haber conseguido una perpetua. Deberíamos haber conseguido las dos, pero habrá que seguir luchando. Sin embargo, repito, lo de hoy fue muy importante, un alivio para la familia, por haber luchado tanto. También es una puerta para el jury también. El fallo sirve para lo que viene, todo lo que hacemos sirve, sea poquito o mucho lo que se logre, todo sirve. Juntarnos, marchar, acompañar a las familias. Y vamos a seguir por todas las familias que aún no tienen justicia”. Tal cual lo que dice Cristina, aun está pendiente el jury o juicio político a los jueces que llevaron adelante el primer proceso por este femicidio, con un fallo que tuvo que ser anulado por la Cámara de Casación por su parcialidad, prejuicio y misoginia, lo cual dio lugar a este segundo proceso.
Daniel, el papá de Cecilia Basaldúa: “Estamos luchando por lo mismo: que se castigue a los culpables y que no se tape nada. Que la justicia se dé cuenta que no estamos solos y que vamos a luchar siempre. La gente no está sola”.
Susana, la madre de Cecilia Basaldúa fue otra muestra de cómo sintieron el fallo las familias de otras víctimas: «Todos los casos de la muertes de nuestras hijas son de la misma manera. Están la policía, la fiscalía, los jueces. Nos alegra mucho ver en el caso de Lucía Pérez que hay dos jueces en el banquillo. Y además, con esta perpetua que se obtuvo, ahora vamos a seguir por Offidani. Sabemos que todos juntos somos la fuerza y vamos a seguir acompañando, como también nos acompañan con el caso de nuestra hija. Muchos años pasaron, parece eterno esto. Nos ponemos al lado de Marta y Guillermo y es una cruz bastante pesada la que tuvieron que cargar todos estos años. Queremos festejar con ellos este fallo. Y con esto, queremos que vayan saliendo todas las perpetuas, que el poder judicial vea que estamos todos unidos y que vamos a luchar siempre. Y que no le tenemos miedo».
Alfredo, papá de Carla Soggiu: “Primero es importante para que Lucia pueda descansar en paz, y para que los padres sientan fuerza para seguir porque todavía falta. Y a nosotros nos marca un precedente para que la justicia no pueda defender más a los narcos, a los que tienen poder, a la misma justicia, a la policía, a los políticos… es importantísimo. Aparte Marta y Guillermo son un faro para nosotros. Marta tiene la fuerza de todos los mares juntos, nos la transmite a todos los demás. Nuestras hijas merecen justicia y descansar en paz”.
Marisa, la mamá de Luna Ortiz, sumó su sensación este jueves: “Hoy se pudo marcar un precedente, hoy es un día de felicidad para nosotros porque para estos femicidios en los que está entrelazado el narcotrafico nunca podíamos llegar a hacer justicia”.
En pocas palabras Marisa expresó lo que la calle estaba sintiendo: “Hoy llegó el día compañeras. Hoy llegó el día de justicia para Lucia”.


Nota
Agrotóxicos: la Corte Suprema avaló las fumigaciones que sufren 1.021 escuelas rurales en Entre Ríos
La prohibición de fumigar a menos de 1.000 metros de escuelas fue reducida a 100 metros por decreto del gobernador de Entre Ríos, y ahora la Corte avaló esa decisión. La apelación de vecinas y vecinos fue rechazada por sus cuatro integrantes basándose en el artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial, que admite el rechazo de la Corte “cuando las cuestiones planteadas resultaren insustanciales o carentes de trascendencia”. La fumigación con productos cancerígenos sobre niños y docentes quedan en ese ámbito según el fallo que será apelado esta vez ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La falta de acceso a la justicia, la burla al derecho, el desamparo de las comunidades en una provincia donde reinan el lobby del agronegocio, la contaminación y el ambiente tóxico, en la voz de las y los afectados.

Por Francisco Pandolfi
El 28 de febrero pasado el máximo tribunal del país falló en contra de las 1.021 escuelas rurales de toda la provincia de Entre Ríos. Hasta el momento, tenían un resguardo de las fumigaciones de agrotóxicos a una distancia de 1.000 metros en aplicaciones terrestres y de 3.000 en aéreas. Ahora la resolución posibilita el uso de venenos a sólo 100 y 500 metros respectivamente, límites establecidos por el decreto del Poder Ejecutivo impulsado por el gobernador Gustavo Bordet, alineado con el agronegocio.
¿Qué es lo “insustancial”?
La Corte, conformada por los jueces Horacio Rosatti –presidente–, Carlos Rosenkrantz –vicepresidente–, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, se tomó desde febrero de 2020 –cuando se elevó la apelación– hasta febrero de 2023 para responder un puñado de palabras: “El recurso extraordinario, cuya denegación origina la presente queja, es inadmisible (art. 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación). Por ello, se desestima la presentación directa. Notifíquese y archívese”.
El artículo 280 aclara el porqué de la negativa al amparo presentado por el Foro Ecologista de Paraná y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER): “La Corte, según su sana discreción, y con la sola invocación de esta norma, podrá rechazar el recurso extraordinario, por falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones planteadas resultaren insustanciales o carentes de trascendencia”.
A esta última instancia se llegó luego de varios años de denuncias, enfermedades, resistencias y muertes. Aldana Sasia es abogada especialista en lo ambiental, integrante de la Coordinadora Basta es Basta y del Foro Ecologista, y quien presentó el recurso de queja. El panorama: “Es una lucha que viene desde hace muchos años; antes del proceso judicial, desde distintas organizaciones y a través del gremio docente AGMER, se había iniciado la campaña Paren de Fumigar las Escuelas, porque había muchos casos en que se pulverizaba al lado, en horario de clase. Hubo un montón de sintomatologías en los niños y situaciones en las que tuvieron que suspender las clases. Las organizaciones nos unimos y acudimos a la Justicia en 2017, cuando presentamos el primer amparo para que se establezca una distancia de resguardo, ya que no había ninguna legislación que protegiera a las escuelas. Así obtuvimos la primera sentencia que fijó una distancia de 1.000 metros terrestres y de 3.000 aéreos, fundados a partir de estudios científicos que acompañamos en el reclamo. Ese fallo fue confirmado en todas las instancias, hasta que en enero 2018 el gobernador provincial Gustavo Bordet sacó un decreto reduciendo esas distancias a 100 y 500 metros”.
¿En qué se basó el decreto para reducir las distancias? “No se fundó en ningún estudio científico, ni en investigaciones epidemiológicas, así que pedimos su anulación y la Justicia nos dio la razón”.
En aquel momento, abril de 2019, el entonces presidente Mauricio Macri visitó la provincia y –con evidente desconocimiento de lo que decía– planteó que el fallo judicial era “una ley absurda que no se basa en ningún rigor científico”. Mezcló fallo judicial con ley, con una única intención intención obvia: favorecer el agronegocio.
Continúa la abogada: “Sin embargo, a mediados de 2019 Bordet sacó otro decreto en el que volvió a reducir las distancias, presentando investigaciones científicas que se basaban en la volatilidad de la gota, o sea, hasta dónde puede llegar, cuyos ensayos no eran con veneno sino con agua, cuando la volatilidad es otra”. (Las partículas de los agrotóxicos tienen una capacidad de dispersión mucho mayor que las del agua y su grado de permanencia en distintos sistemas es enorme, por lo que se ha llegado a detectar este tipo de venenos hasta en la Antártida, o impregnando productos comerciales como pañales y tampones en el caso del algodón).
“Esas mediciones de volatilidad para nosotros son nulas, no tienen ningún sentido porque ni siquiera las hicieron con los productos que se usan realmente para fumigar, que no es lo mismo que rociar con agua. Además, el 80% de lo que se fumiga no cae en el sembradío, sino que va para otros lados, porque depende de la temperatura ambiente, de los vientos, del producto que se aplica. Es imposible calcular hasta dónde va a llegar cada fumigación”.
Agrega Aldana Sasia: “En medio de ese proceso, el gobierno provincial sancionó una ley que modificó la composición del Superior Tribunal de Justicia, cambió la conformación de la sala que venía tratando el tema y nos fallaron en contra, confirmando el decreto 2239 del Poder Ejecutivo. Ante esa sentencia, elevamos el amparo a la Corte Suprema, que acaba de resolver que las fumigaciones a las escuelas rurales no son una cuestión trascendente. Esto deja claro que el acceso a la justicia ambiental en nuestro país no existe”.

–¿Cómo puede explicarse que la Corte se expida de esta manera, en cinco renglones y después de tres años?
–Veo dos fundamentos en esa decisión. Por un lado, que resolver sobre instancias de fumigaciones de agrotóxicos en Argentina es sumamente complejo y podría llegar a debilitar toda una matriz productiva que tiene el Estado, que es la única salida que hoy avizora para sacar adelante un país o para pagar y arreglar con el Fondo Monetario Internacional. El otro fundamento es el burocrático: la Corte está llena de causas, todo se apela a la Corte Suprema de Justicia, sus miembros no saben lo que firman porque sacan cientos de sentencias. Deben ser muchos más, es lamentable la composición del órgano máximo con sólo cuatro miembros: hoy deben resolver alrededor de una sentencia cada 30 minutos. De esta manera, el acceso a la Justicia es limitado y acotado, y la Corte Suprema se convierte sólo en una caja recaudadora, ya que para acceder a ella hay que pagar un monto considerable. Esto también influye en que la trascendencia que tienen este tipo de causas no sean valoradas del modo que amerita.
¿Docentes centinelas?
El decreto 2239 que rige en toda la provincia de Entre Ríos, además de achicar las distancias de resguardo, creó un órgano de control de las fumigaciones con el nombre de “Unidad de Centinela”, integrado por un ingeniero agrónomo y por cada director de la escuela rural fumigada.
Estela Lemes es desde hace 23 años la directora de la escuela rural N° 66 Bartolito Mitre, de la localidad de Costa Uruguay Sur, departamento de Gualeguaychú. Tiene 58 años y se presenta como maestra rural, no como directora. Por la exposición a los agrotóxicos, se le detectó glifosato en el cuerpo, una atrofia muscular y un deterioro neuronal «que no tiene vuelta atrás», le dice a lavaca desde una de las aulas “rodeada de campo”.
¿Los obligan a cumplir la función de centinela? “Cuando a los directores nos llamaron para adoctrinarnos acerca de eso, yo les dije que no pensaba participar. Es una locura por donde se lo vea. Le hacemos el trabajo a quienes nos fumigan, analizando si están bien tomadas las medidas desde dónde se va a fumigar, como si los docentes no tuviéramos trabajo; nos quieren agregar más y encima ese. Lo rechazo y lo repudio; un trabajo gratis y nefasto, mientras ellos nos siguen envenenando”.
Estela habla con dulzura que más allá de la angustia que le genera el tema del que habla: “Yo pensé que iba a salir favorable la sentencia, porque quién puede querer que fumiguen a los gurises en una escuela. Si vos les preguntás a la gente común, nadie quiere eso, no hay licencia social, pero hay un trasfondo: por culpa de muchos años de malas políticas económicas, hoy se depende de un modelo productivo que tira veneno sobre los gurises. No les importa que sus plantaciones están rodeando las escuelas rurales. Hay mucho dinero en juego para el lobby y hay una estructura judicial a favor de que fumiguen con veneno, sino no hay manera de que hayan fallado en contra”.
Hace una pausa, y suma: “Encima tardaron tres años para escribir cinco renglones y con tanta liviandad nos dicen que nuestro reclamo no tiene trascendencia. Tengo mucha bronca, indignación, vulneran los derechos de mis gurises y del ambiente. Es muy doloroso; no me había pronunciado hasta ahora porque termino llorando y no me hace bien”.
–En lo cotidiano, ¿qué significa que puedan fumigar a 100 metros de las escuelas?
–Nuestra escuela está rodeada de campos; el alambrado está pegado a uno donde, gracias a la lucha que dimos desde hace cuatro años, ahora se dedican a la ganadería porque no querían que los siguiéramos denunciando. Pero hay campos muy cercanos que sí siembran y fumigan. Para que se entienda: que tiren venenos a cien metros es como que vos estás en tu casa y te fumiguen en tu patio o en tu vereda, porque la deriva llega a kilómetros. Este fallo de la Corte les abrió la tranquera a estos señores para que apliquen cuando quieran. De hecho, hace unos pocos días lo hicieron en una escuela de Gualeguay, sin receta y en horario de clase, lo que no está permitido. La decisión del tribunal minimiza el problema y así van a aparecer más casos… muchos más casos.
La Corte y el lobby sojero
En Gualeguay vive Ramón Velázquez, docente de primaria desde hace 15 años, referente del Foro Ambiental, coordinador del proyecto de forestación Gualeguay Te Quiero Verde e integrante del colectivo Humedales en Red. Es maestro de la escuela Nº 3 “Marcos Sastre”, tiene 45 años y mucho por decir: “El fallo de la Corte es la cara del lobby sojero, del agronegocio; después de tanto tiempo esperábamos otra resolución. Tanto la Corte Suprema de Justicia como el gobierno provincial tienen responsabilidades directas con este modelo agroexportador perverso y dañino, que deja fumigar a la gurisada”.
La pulverización sin receta agronómica y en horario de clases se llevó a cabo el pasado 9 de marzo en la Escuela Nº 51 “Sofía Clotilde Fernández”. Explica Ramón: “De la escuela no quieren hablar, porque sucede que los mismos peones mandan a sus hijos a estudiar; es algo muy complejo y nos pasa siempre. Hace tiempo, junto a Estela Lemes fuimos a dar una charla a una escuela y nos esperaba una patota sojera. Había montones de padres de los gurises, gente de la Sociedad Rural, de algunas federaciones, todas dependientes de este modelo. Cuando terminamos de hablar tuvimos algunos altercados. Podrán argumentar lo que quieran, pero me pregunto, ¿se necesitan más pruebas que el veneno encontrado en el cuerpo de Estela? Hace poquito se encontraron agrotóxicos en la cuenca del Río Uruguay, uno de los más importantes de la provincia; tenemos el veneno en el agua, en el suelo, en el aire y en tantos cuerpos por lo que ingerimos permanentemente”.

El Derecho, analizado a los 12 años
Hay muchas coincidencias en lo que denuncian Estela y Ramón. En el fondo del problema, en las formas del problema, y también en donde hacen foco principal: la niñez; las y los gurises.
Constantino tiene 12 años y es nieto de Estela. Vive en la ruralidad, en el municipio de Costa Uruguay Sur. Nació con problemas respiratorios porque su mamá, en el embarazo, estuvo expuesta a los pesticidas. Tiene pelo largo, sonrisa ancha y una timidez que no le impide contarle a lavaca sobre sus convicciones, deseos y sueños de un futuro distinto: “Es importante resguardar la salud del ambiente y de los niños y maestros de escuelas rurales. Es un derecho que tenemos y que no debe ser vulnerado”.
Habla con firmeza : “Es necesario el cuidado del ambiente porque es nuestra casa común y si seguimos permitiendo su destrucción no habrá nada que dejarle a los niños del futuro. Mi abuela me contó lo que decidió la Corte Suprema y no me gustó; no quiero que fumiguen más niños y niñas de las escuelas rurales”.
El año pasado, Constantino junto a dos compañeros fueron los únicos representantes de la provincia en la Consulta Regional del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, sobre el cambio climático y sus consecuencias. “Participé con dos amigos, Bauti y Candy. Fue una linda experiencia donde nos expresamos sobre el tema; estuvo genial, porque había niños y niñas de toda América Latina y del Caribe. Además. En esa visita a Buenos Aires también hicimos la ronda con las Madres de Plaza de Mayo”.
Lorenzetti y Bordet no responden
En el Hospital Garrahan, reconocido centro pediátrico de la Ciudad de Buenos Aires donde llegan a atenderse infancias de todo el país, trabaja Mercedes “Mechi” Méndez, enfermera comprometida desde hace más de una década en la denuncia de los efectos de los agrotóxicos. No habla representando a la institución, con la cual lleva adelante una lucha interna por la negación de la problemática concreta, por no tener una historia clínica ambiental, por no contar con un laboratorio para pesquisar los tóxicos que las niñeces llevan en sus cuerpos.
Habla desde su labor, en el sector de Cuidados Paliativos. Lo que la moviliza es no no ver morir a más infancias de los pueblos fumigados: “El día que salió el fallo de la Corte justo estaba en Paraná, acompañando ‘La ronda de los martes’ (actividad que desde el 2017 organiza la Coordinadora Basta es Basta, rodeando la casa de Gobierno de Entre Ríos para exigir el fin de las fumigaciones).
La de la Corte es una decisión inexplicable, totalmente perversa que da una libertad absoluta para continuar envenenando. Tuve la posibilidad de visitar escuelas rurales, alumnos, y de escuchar sus relatos, de ver sus dibujos sobre el tema. Me acuerdo de uno en que una nena sangraba con los ojos hinchados; otro en que los animales vomitaban. A los niños no sólo los fumigan en la escuela, también mientras van o vuelven de las clases. Es un modelo de exterminio”.
Para acompañar la apelación de las organizaciones ambientales, la Defensoría de las Niñas, Niños y Adolescentes de la Nación también hizo una presentación a la Corte Suprema exigiendo su resguardo.
“Tampoco les importó ese pedido. Ni que en la causa nosotros presentamos estudios sobre la composición del agua, el aire, la tierra, que daba cuenta de la presencia de sustancias peligrosas, así como en la sangre de muchos niños”, afirma la abogada Aldana Sasia. “La Corte dejó mucho que desear. El juez Ricardo Lorenzetti en sus conferencias, en sus libros, habla de la importancia del cuidado del ambiente, pero borra con el codo lo que escribe con la mano. Nada de lo que viene diciendo en tantos papeles escritos se está aplicando”.
Tanto el pedido de entrevista a la vocera de Lorenzetti, como al propio gobernador Bordet, no fueron respondidos a lavaca, actitud recurrente y antidemocrática de los funcionarios implicados en estos temas.
Denuncia en la CIDH
¿Cómo se sigue, tras la sentencia del máximo tribunal nacional?
Aldana: “Por un lado, queda acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para proteger a los más vulnerables, que son los niños y niñas que van a la escuela. Por el otro, interponer un amparo porque el decreto del Poder Ejecutivo no se cumple: los monitoreos de las fumigaciones se iban a hacer a través de GPS en cada una de las máquinas fumigadoras, toda una proyección tecnológica que no se hizo a la fecha. También prometieron la forestación de barreras arbóreas y no lo cumplieron”.
Estela: “Tenemos que ir a diferentes instancias judiciales para seguir explicando que no deben tirar veneno. Que debamos insistir en esto, habla de la insensatez que vivimos como pueblo. Sin embargo, estoy convencida de que no debemos abandonar la lucha por las presentes y las generaciones que vienen. Vivir en el campo es un privilegio, mientras no te fumiguen”.
Ramón: “Este fallo de la Corte Suprema no nos va a hacer bajar los brazos. Vamos a seguir trabajando, generando encuentros, conversaciones, acompañándonos, con escucha, con abrazos, con amor por el otro. Todo eso que no está en el modelo agrotóxico”.

Nota
Mía: Cuando el arte abraza

Mía es una obra de teatro que podríamos encuadrar dentro del biodrama o autoficción. Y es mucho más: es grito, es abrazo y, también es un espejo. La actriz y médica psquiatra Mercedes Bertuzzi expone en escena su propia historia: una situación de violencia machista que sufrió por parte de una ex pareja. Este sábado 18 de marzo y en el marco del 8M, esta obra testimonial se presenta en MU Trinchera Boutique a las 21 hs, entradas a la gorra.
“Los primeros años, luego de salir, fueron de mucha confusión, angustia y mucha bronca. Escribir me permitía depositar esas emociones en el texto. El primer objetivo fue descargar. Siempre estuvo el deseo de poder denunciar a través de ese texto que iba escribiendo, pero no estaba segura de si iba a encontrarle la forma. En el proceso empecé a entrenar con Marina Otero, ella hace autoficción, y ahí algo se destrabó, la vi, vi la obra”, cuenta Mercedes. Al terminar de escribir el texto, tomó conciencia de que no era exclusivamente autorreferencial sino que involucraba la historia de muchas otras. Así tomó coraje para llevarla a la escena. “En cada función se me acercan decenas de mujeres emocionadas a abrazarme diciéndome ‘somos muchas’. Todas pasaron por una situación de violencia o acompañaron a otra mujer que la pasó. Siempre termino la función con ganas de gritar cada vez más fuerte el texto de esta obra. Siento que estoy entregando mi historia al colectivo y eso hace que ya no me pese, ya no lucho contra ella. Cada mujer que se identifica con la historia se la apropia un poquito y le va dando más cuerpo al personaje de Mía”.
Con sus herramientas artísticas, Mercedes logró una obra poética, sin golpes bajos, con ironía y momentos muy divertidos.
En una escena, dos niñas juegan a ser actrices, prueban vestuario y declaman en nombre del amor. Las palabras son extraídas de las típicas canciones románticas de cantantes famosos, las que hemos aprendido y cantado a lo largo de los años. “Para quienes fueron víctimas, no es fácil hablar. La violencia nos deja mudas, vacías, solas, no hay palabras que alcancen para explicar. El arte nos habilita un lenguaje a través del cual poder decir lo indecible, nos devuelve la voz, en la forma que cada una elija expresarse. Y para quienes son público, adentrarse a la temática desde una propuesta artística creo que les permite hacerlo sin tantas resistencias. Te permite escuchar con otra disponibilidad. El relato atravesado por la dramaturgia, la música, los cuerpos. Mantiene su fuerza y su crudeza, pero es amortiguado de ternura, poesía, risa. Y eso permite que hablemos de violencia con personas que quizás no se acercarían de otras formas”.

Cada vez que Mía fue presentada en distintos teatros —Mercedes quiere que la obra circule y abra a la reflexión— los comentarios de personas del publico se multiplican: “Presencié ese mismo diálogo”, “sentí exactamente eso”, “estuve en pareja con un tipo igual”. No solo es reparador para ella sino para muchas. “Romper el silencio es imprescindible. Me sigue sorprendiendo la cantidad de mujeres que se acercan después de la función a abrazarme emocionadas por haber ‘contado su historia’, estuvieron ahí mismo o acompañaron a otra. De todas las edades, todas las clases sociales. Es escalofriante, es triste. Pero es también esperanzador encontrarnos. Ya no nos estamos quedando calladas, estamos denunciando y estamos convencidas de cambiar esa realidad. El haber sido víctima de violencia ya no queda solo como una herida que duele y mejor callar y olvidar. Hoy somos víctimas enojadas, creativas y sobre todo, en red. Compartir Mía me abrió los ojos a eso… Es mi historia, es la de muchas otras y, por suerte, es parte de la historia que estamos modificando”.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143
Sábado 18 de marzo a las 21 hs
Actúan: Mercedes Bertuzzi, Juliana Gotta, Gonzalo Pungitore, María Tibi
Entradas “a la olla”.
Podés reservar en este link:
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