Nota
La doctrina Schmitt
El 8 de julio Guillermo Willy Schmitt asumió como Chief Executive Officer (CEO) de Editorial Perfil, convirtiéndose en el jefe de todos los ejecutivos de la compañía, cargo que hasta entonces ocupaba Jorge Fontevecchia. Schmitt será el responsable del proceso de reestructuración empresarial que la editorial llevará adelante para revertir los magros resultados obtenidos por la administración Fontevecchia.
El nuevo hombre fuerte de Perfil es considerado un especialista en reconvetir empresas. Fue socio de la consultora Price Waterhouse donde, entre otras cosas, creó una División de Asesoramiento en Privatizaciones.
En 1994, Schmitt fue tentado por el diario La Nación con intenciones similares a las que hoy tiene Perfil. A cambio, le ofrecieron un salario de 25.000 dólares y la participación en futuras ganancias. Bajo su conducción el diario de los Mitre quedó en manos de la familia Saguier. Tiempo después se convirtió en el representante de esa empresa en la sociedad CIMECO, que junto al Grupo Clarín y el Grupo Correo de España adquirieron los diarios La Voz del Interior, de Córdoba, y Los Andes, de Mendoza.
A través de Editorial Atlántida, publicó su pensamiento en Turnaround: la reingeniería de los negocios. El libro, editado en 1994, está fuera de catálogo y no se consigue en librerías. En las circunstancias que dieron contexto a su designación -con el conflicto planteado por el intento de suspensión del Estatuto que rige la actividad profesional de los periodistas- resulta interesante releer estas páginas. Schmitt plantea allí, entre otras cosas, la necesidad de una renegociación de los términos de convenios colectivos: «Determinados convenios reglamentan las fuentes de reclutamiento, las condiciones de ingreso, limitan la jornada normal de trabajo, definen una cantidad excesiva de puestos de trabajo, garantizan la estabilidad más allá de lo razonable y, en definitiva, limitan la capacidad de la dirección de la empresa de manejar en forma equitativa y eficiente los recursos humanos». En cuanto a la resistencia que generan estos cambio, advierte: «A veces las demandas y las relaciones sindicales son una de las principales causas de la incapacidad de una empresa de generar un valor económico razonable. Es mi experiencia actual que los gremios frente a la posibilidad de cierre, flexibilizan posiciones históricas, permitiendo una mayor asociación entre la productividad y la compensación».
A continuación se reproducen algunos conceptos extraídos de sus páginas que permiten conocer cuál es su posible línea de acción.
- El libro tiene un fin específico que es explicar cómo se puede transformar empresas con dificultades -poco competitivas y deficitarias o con niveles inadecuados de rentabilidad- en empresas competitivas y rentables. Este proceso se llama turnaround: reingeniería de negocios.
- A diferencia de otras tipologías de cambio empresario, en un proceso de turnaround, normalmente los cambios que deben introducirse abarcan toda la empresa, tanto en los planos estratégicos y estructurales como operativos.
- Se estaría en un proceso de turnaround cuando, aunque no se tenga necesidad de cambiar valores de la organización, la magnitud y profundidad de los ajustes necesarios fueran de una dimensión sin precedentes en la compañía.
- De acuerdo con un estratega norteamericano, W. Hewart Howe, en el período comprendido entre 1967 a 1976, aproximadamente el 9 por ciento de las empresas norteamericanas más importantes tuvieron procesos de turnaround, definidos como una caída de por lo menos un 80 por ciento de su rentabilidad seguidos de un período de recuperación. Pero, por cada compañía que se recuperó, dos no lo lograron.
- En mi opinión, los profundos cambios operados en nuestra economía en términos de desregulación, privatización, apertura económica y reforma del estado obligará a cientos de empresas argentinas a emprender en el futuro procesos de reconversión, de cambios profundos en sus estrategias empresarias, en sus estructuras y en sus operaciones.
- Un proceso de turnaround implica la ejecución de cuatro fases perfectamente identificables: 1) Diagnóstico de la realidad, 2) Plan de emergencia para la estabilización, 3) Implantación de cambios. 4)Planeamiento del crecimiento y del desarrollo.
- Hay sólo cinco cinco estrategias posibles para equilibrar una situación de déficit económico: 1) Aumento en la capacidad de la empresa para generar ingresos. 2) Reducción de costos, 3) Reducción de activos, 4) Inversiones, 5)Combinación de alternativas. Charles Hofer sugiere que compañías que están cerca de su punto de equilibrio en ventas son buenos candidatos a una estrategia de reducción de costos, mientras que empresas que están entre un 30 y un 60% de su punto de equilibrio deberían reorientarse a estrategias de mejoramientos de ingreso y reducción de activos.
- El mejoramiento de la capacidad de generar valor económico vía la reducción en los costos, normalmente se logra mucho más rápido que mediante las otras estrategias.
- Harry E Figgie Jr. dice que, en general, la reducción de costos es ignorada en gran medida como una estrategia para mejorar la capacidad de una empresa de generar valor económico por una serie de razones: 1) Se lo asocia a una actividad sucia 2) No es tan espectacular como lo es aumentar los ingresos, 3) Pocos ejecutivos saben por dónde empezar, 4) Hay una tendencia natural en los ejecutivos de no ser el malo de la película.
- Cuando se hace referencia a la reducción de costos en este trabajo el concepto es de tipo integral, no sólo los costos en personal, sino los gastos de compra, fabricación, seguros, transporte, alquileres, gastos financieros, etc.; lo que se intenta es lograr la optimización en la administración y uso de todos los recursos de la organización. Es decir, el concepto integral de reducción de costos abarca tanto los costos fijos como los costos variables de fabricación, comercialización, administración y financieros.
- Los profesionales que realizan el diagnóstico deberán ser independientes con respecto a la problemática empresaria a evaluar, es decir, de ninguna manera deberían estar comprometidos emocionalmente con los dueños o directores de la empresa pues perderían objetividad profesional.
- Un problema frecuente en empresas que deben pasar la transición de pasar de ser entrepeneuriales a ser empresas profesionalizadas es que la decisión del sucesor cae en uno de los hijos del fundador o en uno de los ejecutivos que han formado parte del equipo fundador y que siempre le han dicho que sí al autor. Otra situación crítica en la vida de una empresa es cuando una larga sucesión de consolidadores han tenido demasiado éxito. El peligro es que se ha sistematizado tanto la empresa que ya no hay lugar para la ingenuidad, creatividad e innovación y la empresa se encuentra burocratizada.
- El estudio no sólo debe comprender el estilo de liderazgo predominante en la organización -democrático, participativo, autocrático o permisivo- sino en que medida el estilo puede ser uno de los factores que hayan contribuido al deterioro en la performance económica de la empresa.
- La centralización excesiva en el proceso decisorio traerá aparejada una serie de comportamientos burocráticos que seguramente afectará el grado de eficiencia operativa de la empresa. Cuanto más descentralizado esté el proceso decisorio, más eficiente será el sistema decisional. A veces, la realidad demuestra que se confunde un proceso decisional descentralizado con una ausencia de control.
- Peter Drurker afirma que «el síntoma màs común y serio de una mala organización es el número de niveles organizacionales. Una regla básica es construir la menor cantidad posible de niveles y tener la cadena de mando más corta posible».
- En algunos casos la existencia de funciones innecesarias o sobredimensionadas en cuanto a su contribución a los objetivos estratégicos es la expresión manifiesta de políticas de personal que privilegian la permanencia de los ejecutivos más allá de efectuar contribuciones positivas a la empresa.
- El diagnóstico de la realidad en cuanto a la estructura de producción es de fundamental importancia en una empresa industrial que tiene dificultades competitivas y para generar valor económico, ya que normalmente es el área que consume la mayor proporción de los recursos humanos, tecnológicos y financieros.
- El diagnóstico de la realidad en el ámbito de la producción deberá también comprender una evaluación del convenio colectivo pues en muchas instancias este incluye reglamentaciones anacrónicas que generan ineficiencia e improductividades. En nuestro país es fácil observar estos hechos en distintos tipos de feriados, licencias especiales y gremiales y limitaciones para reasignaciones de tareas y reemplazos que atentan contra la productividad de la empresa. Determinados convenios reglamentan las fuentes de reclutamiento, las condiciones de ingreso, limitan la jornada normal de trabajo, definen una cantidad excesiva de puestos de trabajo, garantizan la estabilidad más allá de lo razonable y, en definitiva, limitan la capacidad de la dirección de la empresa de manejar en forma equitativa y eficiente los recursos humanos. En mi experiencia profesional en empresas con dificultades es normalmente conveniente proceder a la renegociacón del convenio colectivo durante el proceso de turnaround.
- A veces las demandas y las relaciones sindicales son una de las principales causas de la incapacidad de una empresa de generar un valor económico razonable. Es mi experiencia actual que los gremios frente a la posibilidad de cierre, flexibilizan posiciones históricas, permitiendo una mayor asociación entre la productividad y la compensación.
- Una pauta recomendable es proceder primero a la implantación de las medidas más dolorosas contenidas en el plan de emergencia para la estabilización, es decir producir un shock en el sistema. Estas acciones normalmente tienen que ver con la reducción de la estructura organizativa y el cierre de partes, secciones o plantas enteras. La ejecución de estas acciones al principio tendrá el efecto, por un lado, de demostrar que se es serio con respecto a llevar a cabo el proceso de implementación y por otro lado, produce un efecto liberalizador y de alivio en aquellos ejecutivos y funcionarios que no son despedidos, viabilizando la posibilidad de instrumentar medidas para mejorar la motivación. Estas acciones profundas y radicales que evidentemente tendrán un efecto sobre los costos deberán ser acompañadas por medidas menores de carácter simbólico como reducción de gastos en viáticos, congelamiento en el recambio de los autos de los ejecutivos, suspensión del personal temporario, centralización de autoridad para realizar viajes, etc., reducción de gastos menores que si bien no afectarán significativamente los resultados económicos tendrán el efecto simbólico de señalar que toda política, práctica y gasto será evaluada, suspendida, reducida o eliminada.
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas

Una Ley Nacional que proviene del sector del agronegocio avanza en la Cámara de Diputados, impulsada por la UCR y la Coalición Cívica. Se trata de la norma que regula, entre otras cosas, la aplicación de agrotóxicos. El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas. La primera reunión informativa contó solo con oradores promotores de la iniciativa y solo dos voces críticas; crónica de esa reunión y la opinión del médico Damián Verzeñassi, la enfermera del Garrahan Meche Méndez, el abogado Marcos Filardi y Sabrina Ortíz, vecina fumigada y abogada que acaba de presentar un escrito para convocar a audiencias públicas y foros de debate para evitar que se apruebe esta Ley que prioriza el negocio a la salud social y medioambiental. FRANCISCO PANDOLFI
Esta semana se presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley nacional “de presupuestos mínimos de protección ambiental para la aplicación de productos fitosanitarios”. Es decir, de agrotóxicos.
El proyecto fue escrito por la Red de Buenas Prácticas Agrícolas, integrada por más de 80 instituciones públicas y privadas vinculadas con el agronegocio, y dentro del recinto encabezan la iniciativa los diputados Atilio Benedetti (UCR – Entre Ríos), presidente de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados, y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica). La nueva norma ya cuenta con el acompañamiento de 32 legisladores, entre un abanico variopinto que engloba a La Libertad Avanza, Unión por la Patria, UCR, PRO, Coalición Cívica, Encuentro Federal, entre otros partidos.
El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas.

Exposiciones sin consenso
El martes pasado se llevó a cabo una primera reunión informativa en la cual las y los oradores sólo fueron personas, organismos y corporaciones a favor de la iniciativa.
En la comisión conjunta realizada entre Agricultura y Ganadería y Recursos Naturales y Conservación de Ambiente Humano hubo entidades gubernamentales, de productores, de ingenieros agrónomos, de acopiadores, de empresas de tecnología agropecuaria y ONG a favor de la ley. Maximiliano Ferraro expresó que “el proyecto no tiene una mirada sectorial”. Y que “nace de un diálogo. Un diálogo y consenso, que podemos ampliar”.
Sin embargo, se dijo, no hubo invitaciones a voces disonantes.
Las únicas dos ponencias que no se alinearon al lobby de la producción con plaguicidas fueron el diputado Juan Carlos Giordano (Izquierda Socialista – FIT Unidad) y su par Blanca Osuna (Unión por la Patria). Dijo Giordano: “Deben darle espacio a quienes estamos en contra de esta ley. Hay una lista de un montón de organizaciones que quieren venir a exponer las barbaridades que ocurren por el uso de agrotóxicos. Fumigar a 10 metros de ninguna manera puede ser una buena práctica agropecuaria”. Dijo Osuna: “Es indispensable escuchar voces de otros sectores, estamos en falta si no. Los expertos científicos deben estar acá, están ausentes en este proyecto. Primero debe estar la salud, luego la producción”.
La evidencia del modelo
Tras el encuentro del martes, distintos actores se manifestaron en contra del proyecto. Damián Verzeñassi es médico generalista y es el director del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, desde donde se hicieron desde 2010 a 2019 más de 40 campamentos sanitarios en diversos pueblos de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba para relevar puerta a puerta la situación de la salud en localidades fumigadas. ¿Qué demostraron esos resultados? Que en las comunidades rurales se multiplicaban los trastornos endócrinos, los abortos espontáneos, las malformaciones y el cáncer. Opina Damián: “Si se aprueba esta ley permitiría que se fumigue a 10 metros con productos que pueden generar cáncer de mama, cáncer de tiroides, alteraciones endocrinas en las glándulas, disminución de la capacidad de nuestro sistema inmunológico de defendernos. Por ejemplo, el herbicida atrazina está prohibido en 37 países, pero en Argentina está autorizada. Este tipo de cosas avala la ley que quieren aprobar”.
Sin embargo, el diputado por la Libertad Avanza Pablo Ansaloni, que proviene de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) dijo en la reunión informativa: “Desde nuestra actividad, que la vengo ejerciendo durante 30 años, manipulamos el cereal y estamos en contacto todos los días con el fitosanitario. Podemos dar fe que no tenemos ningún enfermo”.
Meche Méndez es enfermera de Cuidados Paliativos del Hospital Garrahan y desde hace años viene dando una pelea (casi en soledad) para que exista una historia clínica ambiental que pueda demostrar la relación de los agrotóxicos con las enfermedades. Le dice a lavaca: “El sistema de salud sigue sin considerar el daño, en muchos casos irreparable, que los tóxicos utilizados desde hace décadas en el modelo extractivo están produciendo en el ambiente, los territorios y por ende en los cuerpos de quienes los habitamos, atendiendo los síntomas y/o la enfermedad una vez producida, pero sin asociarlo cómo posibles causa”.
Sobre el proyecto de ley, analiza Méndez: “Sólo puedo compartir mi absoluto rechazo. Ya está comprobadísimo por la ciencia sin conflicto de interés que la deriva (movimiento de plaguicidas en el aire) no tiene control, que los venenos enferman y matan. Necesitamos medidas aún más protectoras de las que tenemos actualmente y sobre todo dejar de usar esos tóxicos. Hago un llamado urgente a los profesionales de la salud, a las sociedades científicas supuestamente comprometidas con la salud y el ambiente a que se expidan y rechacen esta posibilidad criminal de echar venenos a 10 metros”. Remata: “Se sabe que produce cáncer, malformaciones, daños genéticos, un montón de enfermedades y síntomas. Esto no puede salir de la Cámara de Diputados”.
María Luisa Chomiak, de Chaco, es la única diputada de Unión por la Patria que acompañó con su firma este proyecto. Argumentó: “Lo suscribí porque se necesita tener esta discusión. Toda iniciativa es perfectible y no hay nada más importante que la salud. Si se prioriza esto, celebro que estemos discutiendo este tema”. Sin embargo, en el proyecto no figura que la reducción de las distancias va en sentido contrario al principio de «no regresión en materia ambiental» que establece la Ley General de Ambiente y tratados internacionales como el Acuerdo de Escazú. Ni tampoco informa las pruebas científicas ya demostradas sobre la consecuencia de los plaguicidas: desde los efectos letales del glifosato en embriones anfibios, constatado por el ex titular del Conicet Andrés Carrasco, hasta los estudios de Delia Aiassa en la Universidad de Río Cuarto sobre daño genético, que comprobaron el riesgo aumentado de contraer cáncer. A partir de estas investigaciones hubo fallos judiciales en distintos puntos del país prohibiendo las fumigaciones terrestres a menos de 1.095 metros y las aéreas a menos de 3.000.
Antecedentes que enferman
Una de esas localidades es Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Allí vive Sabrina Ortiz, una de las tantas personas que se enfermó por agrotóxicos. Perdió un embarazo de casi 6 meses y tuvo dos ACV. Sabrina tiene una particularidad notable: como no encontraba abogados que la defendieran, estudió Derecho y se recibió. Fue amenazada; le mataron a su perro como amedrentamiento. Después de años de denuncias y estudios científicos, la Justicia federal confirmó que el 3 de diciembre de 2025 comenzará el juicio oral contra tres productores agroindustriales por delitos de contaminación ambiental, según la Ley de Residuos Peligrosos (N° 24.051). En la causa se documentaron daños a la salud vinculados a la exposición crónica a sustancias como glifosato, atrazina y clorpirifós.
Sabrina, junto a varios colegas, acaba de presentar un escrito colectivo de abogadas y abogados de Pueblos Fumigados en donde solicitaron a las presidencias de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados de la Nación que convoquen audiencias públicas, foros y videochats de debate antes de tratar el proyecto de ley.
Marco Filardi es abogado especialista en derechos humanos y temas ambientales y es parte de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA. Le dice a lavaca: “Esta norma manda un mensaje a todas las provincias de que este (10 metros fumigación terrestre y dron, y 45 metros aérea) es el estándar mínimo, el piso ambiental y eso no lo podemos aceptar. Gran parte de nuestra población está expuesta cotidiana, sistemática y estructuralmente a la aplicación de más de 7.000 formulados comerciales con autorización vigente por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) en una cantidad de más o menos 500, 600 millones de litros de agrotóxicos al año. Tenemos el triste privilegio de ser el país que más agrotóxicos por persona y por año usa en el mundo y los resultados están en los cuerpos, están en los territorios”.
Desde los impulsores de la iniciativa no contactaron a científicos, ni profesionales de la salud, ni abogados, ni a ninguna de las organizaciones ambientales. Como por ejemplo la coordinadora “Por una vida sin agrotóxicos Basta es Basta”, de Entre Ríos, que se moviliza todos los martes desde 2018 frente a la Casa de Gobierno en Paraná. “La ley nacional es un ‘copy-paste’ de la que ya tenemos acá, aprobada a finales de 2024 y en la que habilitan fumigar a 5 metros de los cuerpos de agua, a 10 de las plantas urbanas y a 15 de las escuelas rurales. Ellos se amparan en las buenas prácticas agrícolas sin basarse en ninguna evidencia científica, a diferencia de todos los trabajos publicados en Argentina y en el mundo donde se demuestra el impacto que tiene el uso de los venenos sobre la salud y los ecosistemas, más allá de la dosis y la distancia. Lo que genera el daño es la presencia del veneno y si hay evidencia científica ya está: no hay más que hablar”.


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