Nota
La pata uruguaya de Gualeguaychú
El próximo domingo en Nueva Palmira, Uruguay, se va a concretar el nacimiento de una Asamblea Regional que abarcará a movimientos ciudadanos como el de Gualeguaychú, y a organizaciones sociales y de productores uruguayos. Ni partidos ni ONG participarán en este «Uruguaychú» que no sólo plantea la cuestión ambiental, sino que cuestiona el modelo de desarrollo basado en pasteras, monocultivo y empobrecimiento social en el Acuífero Guaraní.
“Siempre dije a mis amigos de la Argentina que sin la parte uruguaya, Botnia nunca se va a ir. Lo que vamos a hacer el domingo es un eslabón más, y muy grande. Esta es la otra pata, no está a la misma altura que la de pata de Gualeguaychú todavía, pero apuntamos a eso, y creo que de esta Asamblea van a surgir acciones importantes contra Botnia y Ence”.
Víctor Cardona es uruguayo, productor de lechuga, vecino de Mercedes y uno de los cientos de ciudadanos que en el Uruguay han comenzado una movilización social que en la revista Mu número 8 se describió como Uruguaychú. . Allí se describe además la preocupación que en el departamento de Colonia está provocando la reinstalación de la pastera española ENCE, que se fue de Fray Bentos por la movilización de la Asamblea de Gualeguaychú, pero compró secretamente tierras en Conchillas. En las rutas del departamento de Colonia empezaron a colgar las pancartas de los alambrados: “Fuera ENCE”, entre las más suaves.
Mientras la pastera Botnia anuncia que está lista para producir, y Fray Bentos empieza a husmear la trampa en la que cayó, el domingo toda esa aún pequeña ebullición (“pero mucho mayor que la que esperábamos los más optimistas”, aclara Víctor) tendrá un punto de encuentro en el Club Palmirense de Nueva Palmira, Colonia, en la llamada Asamblea Regional Argentina – Uruguay, por nuestros ríos, por nuestra tierra, por nuestro futuro
La cuestión tiene otro costado, por el choque que hubo entre movimientos sociales y ONG ambientales, cuando estas últimas rechazaron cualquier encuentro con “activistas argentinos” absurda denominación hacia los integrantes de la Asamblea de Gualeguaychú. Cardona dijo a lavaca: “Yo creo que las ONG tienen un papel, pero lo que no pueden pretender es manejar a los movimientos sociales. Con ese tipo de actitudes terminan siendo más útiles para el gobierno que para la sociedad. Esta Asamblea va a ser un hecho inédito en Uruguay y habrá que conversar además de qué modo crear organizaciones por fuera también de los partidos políticos que nunca nos van a dar cabida, ni a hacer lo que pensamos”.
Nacionalismo de derecha
En el texto de la convocatoria se cita a un poeta litoraleño, Aníbal Sampayo: «El río y la historia nos han unido y no nos separa el chauvinismo, que en mi concepto no es más que un nacionalismo de derecha». Entre los convocantes se cuentan los Productores de Colonia Agraciada, Soriano, Movitdes de Fray Bentos, el Sindicato de los Trabajadores de la Forestación de Rivera, las Asambleas de Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Colón, el Movimiento 10 de Septiembre de 1815 (campesinos de Tacuarembó que están ocupando tierras), el Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano, el Frente Darío Santillán, el Grupo Sierras de Rocha (del este uruguayo, donde otra fábrica de celulosa, portuguesa, ya se está instalando en las nacientes de los ríos), por nombrar solo a algunos.
La reunión va a comenzar a la una de la tarde y allí mismo, en los diálogos e intercambios, se irán conociendo los alcances de esta experiencia que podría constituir un primer paso de organización asamblearia, ahora a nivel regional. La entrevista de lavaca con Víctor Cardona permite vislumbrar una mirada uruguaya sobre algunos puntos de la agenda del encuentro.
-¿Cómo describiría a esta Asamblea Regional que nace el domingo?
-Como distintas organizaciones que hemos tomado conciencia de que juntos podemos podemos hacer algo. Cada uno de los que participamos tenemos la misma problemática y el mismo enemigo. La única forma de pararlo es si nos unimos. Por eso las adhesiones están sobrepasado las expectativas, y todo esto apunta también a frenar los personalismos y las chacritas que tenemos cada uno en cada lugar.
-Chacras existenciales.
-Sí, pero esto es inédito en Uruguay. El segundo paso que todavía no hemos conversado es que tenemos que armar organizaciones por fuera de los partidos político que nunca nos van a dar cabida y nunca van a hacer lo que pensamos y decimos. Yo fui fundador en mi pueblo del Frente Amplio, en 1971. Pero hoy empezás a percibir que estas luchas significaron 30 años para llevar a la gente a un lugar equivocado. Para mí tiene que haber organizaciones de base, autónomas, horizontales, y que aparezca la autogestión.
-¿Cuál sería ese lugar equivocado?
-El del rol pasivo, votando cada 5 años a gente que uno cree que va a hacer lo que uno dice o piensa. Y no, es lo contrario, lo que hacen es legitimar su puesto en el gobierno. El voto no es correspondido. Lo que está pasando con el sistema representativo en todo el mundo demuestra que en realidad cada uno tiene que ser su propio representante.
El Acuífero como región
-¿Por qué se produce ahora este brote de movilización en el Uruguay?
-Lo atribuyo a un tiempo de maduración que necesita cada región, cada pueblo. Nosotros no estamos maduros, estamos verdes, pero la fruta está pintando. Creo que todavía tenemos que andar muchísimo trecho para hablar de organización horizontal y autogestiva. Pero una cosa muchísimo más importante para mi es romper la frontera. Saber que el mundo es uno y el ser humano es uno, que tiene la particularidad de cada región, que hay que respetar.
-¿Cuál sería esa región?
-Yo hablaría directamente del Acuífero Guaraní. Ahí ya identifica lo que es el sur de Brasil, litoral de Uruguay y Argentina, y parte del Paraguay también,, donde todos tenemos más o menos la misma problemática.
-¿El cuestionamiento que realizan es ambiental?
-No, no creo que se pueda cambiar lo ambiental si no se cambia el sistema, el modelo de desarrollo. No se puede hablar de un sistema sustentable y ambiental con este capitalismo que solo piensa en sus ganancias como lo ha hecho en toda su historia. En ese sentido el encuentro es importante, y creo que los dos gobiernos deberían tomar nota. Acá pegamos un pantallazo y tenemos prácticamente todo el espectro del Uruguay. Hay gente productora, gente en la toma de tierras de Tacuarembó. Allí existe esta problemática porque es el departamento más forestado para alimentar de maderas a las fábricas de celulosa. En Rocha también, tienen la misma problemática con la política de agrotóxicos, forestación, el tema del agua y plantas de celolosa como Portucel, que se están instalando en las nacientes de los ríos que llevan agua justamente a la ciudad de Rocha.
Cardona relata que en Mercedes la falta de agua, generada justamente por el monocultivo de eucaliptos, ha provocado que el municipio tenga que repartir agua en camiones cisterna en los campos.
-Esas cosas explican otro dato inédito: todo esto surgió del interior, es de las pocas veces que una movida de este tipo no nace de Montevideo. Creo que el interior es donde más claramente sentimos la agresión de las multinacionales.
-¿Por qué las ONG ambientalistas uruguayas rechazaron el encuentro con las asambleas argentinas?
-Yo creo que las ONG tienen un papel, pero lo que no pueden pretender es manejar los movimientos sociales. Cuando buscan eso, están haciendo un mal muy grande. Diría que son más útiles en este tipo de etapas para el gobierno uruguayo que para las organizaciones sociales.
-¿Por qué lo hacen?
-Porque conviven con el poder. Diferenciándose, pero conviven. Yo no iría a discutir con el gobierno uruguayo la ley de ordenamiento territorial y medio ambiente porque sé cómo terminamos. Ellos van. Yo creo que la participación no es esa, sino luchar contra una ley del gobierno que sabemos a quién beneficia. En este caso ni siquiera contestaron a la invitación a participar en la Asamblea. Ahí te muestra dónde están. Se juega su superviviencia. Si el problema sigue, ellos tienen vigencia. Si se derrota, si encontramos mejores modos de luchar juntos, ellos pierden esa vigencia. .
-¿Qué puede surgir del encuentro?
-Darnos una forma de organización y desarrollar distintas acciones. El 1º de diciembre se está armando algo en Tacuarembó contra la forestación, pero no en un ámbito cerrado, intelectual o académico, sino algo a cielo abierto de rechazo y repudio.
-En Gualeguaychú muchos asambleístas sostuvieron siempre que sin la participación de los uruguayos, no habría posibilidades de plantarse frente a Botnia.
-Yo siempre manifesté eso: sin la parte uruguaya Botnia nunca se va a ir. Esto es un eslabón más, y muy grande. Esta es la otra pata, no está a la misma altura que la de Gualeguaychý pero apuntamos a eso, y creo que de esta asamblea van a surgir acciones importantes contra Botnia y Ence.
-¿Botnia está generando algún tipo de perjuicio del lado uruguayo?
-En Fray bentos ya está la problemática de desocupación, con la planta casi terminada y despidiendo a todos los obreros. Un aspecto social fue el del crecimiento de temas como el alcoholismo o la prostitución, incluso infantil, y todo va dejando resabios. Hubo un informe sobre aumentos de casos de HIV por esa razón, que el gobierno salió a tapar. Como ahora los obreros se van empiezan a hablar de los problemas de Botnia. Ustedes en Mu entrevistaron a uno de los obreros que contaba esas cosas, pero ahora ya empieza a ser vox populi la cuestión de la contaminación y los ácidos que han empezado a derramarse en el río por filtraciones. Botnia está haciendo peforaciones, y no se sabe de para qué son. Todo esto está corriendo. Mucha gente debe estar procupada. También disminuye la represión social, la autocensura que hubo en este tiempo. Ahora veremos qué es lo que entre todos podemos empezar a conversar y a decidir.
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Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
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Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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