Nota
Lo que hay para ver: teatro independiente en la sala, y también bajo las estrellas

Las artes escénicas pueden ocurrir en distintos espacios, ya sea en una sala teatral como en una vidriera, en la calle, una plaza o un parque. Son infinitas las posibilidades de darle lugar a la belleza y así sellar el pacto entre intérpretes y espectadorxs. También pueden suceder en el tradicional horario nocturno o en la mañana de un domingo. Hoy te contamos sobre cuatro obras que recorren diferentes atmósferas. La catarsis de la carcajada cuando se vuelve insostenible la congoja. La soledad del ídolo que ya no es funcional a los planes del consumo y se vuelve un producto descartable. El universo de los ciegxs y un cuestionamiento: ¿quiénes son lxs que no ven? Y un relato conmovedor sobre un joven en el día de su cumpleaños, los vínculos que se tejen en torno a lo que se pretende invisibilizar, la aceptación no como pasaje a la frustración sino como salida al encuentro de otras realidades posibles.
Los siete gatos de una vida

Se asoman mirando compungides, inconsolables. Una mujer llora con desesperación. Sospechamos que alguien ha abandonado este mundo y elles destilan toda su aflicción por quien acaba de partir,como si buscaran extirpar la pena del cuerpo con inmediatez para continuar con la procesión de sus vidas. Hay gestos que reflejan un dramatismo desmesurado y provocan que las comisuras de los labios se extiendan progresivamente hacia arriba. La fatalidad se pasa de rosca y transmuta en una secuencia descabellada que lleva a moverse en el asiento con cierta incomodidad porque no despierta pena sino carcajada. Este grupo adorablemente desquiciado nos remite con su vaivén emocional a algún film tragicómico italiano, somos culposos espectadorxs que no buscamos reirnos de la desgracia ajena, pero no podemos evitarlo. También invoca el clima de cualquier película de Kusturica, donde lo disparatado es muy bien acompañado por los acordes de la música balcánica. Lo que suena en vivo —guitarra, piano y trombón— enfatiza el devenir de cada momento de esta obra de teatro físico compuesta por siete escenas.
Dicen que los gatos tienen siete vidas. ¿Y nosotres cuántas vidas transitamos en una sola vida? Un cuerpo que respira, puede ser solo eso o puede ser la intención permanente de desafiar a la adversidad con el poderoso estallido de la risa.
Con idea y dirección de la intérprete, coreógrafa, dramaturga, directora y docente Catalina Briski, Los siete gatos de una vida empezó a gestarse en el verano de 2018, “Comencé a escribir sobre siete muertes, creo que ciertos duelos personales empezaron a volverse imágenes palpables. Se me armaban siete cuadros en principio, hubo bocetos, maquetas, imágenes. Trabajamos con los ejes: lo que está vivo, lo que está muerto y lo muerto dejó de tener esa connotación de algo que simplemente no respira. Lo muerto puede ser el olvido, lo alienado, lo que ya no se ama, lo que ya no se desea”.
¿Qué elementos actuaron como disparadores? “El cuerpo como un medio poético que desde sus múltiples formas y estados nos acerca a relatos, se asoma a sentidos y siempre estamos afirmando algo entre lo absurdo, lo siniestro y lo poético. Esos conceptos nos acompañan”. La obra desencadena múltiples reacciones “Preguntarnos qué está pasando con la vulnerabilidad, mostrarnos frágiles con la muerte, el miedo a morir, sembrar preguntas es algo vital para todes. Hay momentos que pueden despertar tristeza, melancolia y puede haber momentos de extrema ridiculez que pueden generar risa y otros estados. Es un momento de goce, de catarsis, de expresión y de encuentro. Todo el ritual del teatro queremos que sea de mirar, observarnos y jugar un rato.”.
Teatro del Perro, Bonpland 800, CABA
Estreno sábado 9 de octubre
Sábados de octubre y noviembre, 21 hs
@teatrodelperro
@catabriski
La Meca

Milton Alí la pegó. Es conocido como la “estrella de Mataderos”, canta cumbia y la rompe con su banda La Meca. Sus fans lo idolatran y parece tenerlo todo, pero como ya sabemos, la fama es puro cuento, un mar de espuma que en algunas ocasiones puede tocar fondo. La nueva obra con dramaturgia, dirección y actuación de Mariana Bustinza, es un musical, es una historia que nos resuena en el pecho, es el relato del ídolo sin freno, sin brazos en los que sostenerse cuando la adversidad pega dos cachetazos.
La interpretación de Mariana como el líder cumbiero merece ponerse de pie al término de la obra. El vestuario, la forma de hablar, la gesticulación le otorga absoluta verosimilitud al personaje. Mariana ya viene transitando la dirección de obras que indagan sobre les que solemos denominar “marginales”: Menea para mí, Lo que quieren las guachas y Gorila. La Meca continúa en esa temática. “Está también dentro del universo del barrio pero toca el tema del éxito y de cómo puede llegar a influir en alguien vulnerable. Además está el tema de la adicción y de la soledad. Y el contrapunto de los momentos de recitales. El proceso de La Meca, fue primero de escritura, la empecé a escribir en el 2017 y la terminé en el 2020. Luego Facundo Salas hizo la composición de las canciones, a medida que íbamos ensayando. En un principio hubo dos actores varones y con el tiempo sentí que tenía que hacerla yo. Una especie de llamado interior”, cuenta Mariana.
La obra tiene a la música como otra gran protagonista. Al ingresar a la sala, ya estamos escuchando una cumbia. Cada vez que canta, Milton nos arenga a acompañarlo con las palmas. Mariana está más que familiarizada con lo musical: creó Cumbicus, una banda en la que es cantante y compositora. “Me encanta la música, me gusta que el teatro tenga música. Por lo menos el que hago yo, siento que completa un todo que en mÍ funciona y me interpela. Hay momentos de coreografías, música y canciones en vivo. En esos casos la narración avanza de la misma manera pero con lenguaje diferente”.
La Meca es el nombre de la banda que convirtió a Milton en un fenómeno, al menos por un tiempo. Es un lugar donde llegar para alcanzar los sueños, aunque quizás en algún momento se derrumbe y haga falta buscar otra meca, otros sueños. ¿Qué despierta Milton en cada espectadorx? Mariana sostiene: “Todas las personas tenemos la capacidad de dejar de lado los prejuicios, pero para eso hay que hacer un trabajo de conocimiento. Y ese conocimiento puede derivar en comprensión. Un prejuicio es una valoración a priori desconsiderando el contexto y experiencia de ese otro que se juzga. El teatro, el arte en general, es una herramienta de unión”.
Teatro El Extranjero, Valentín Gómez 3378, CABA
Domingos 20.30 hs
@teatroelextranjero
@cumbibustinza
Fragmentos de oscuridad, los caprichosos objetos del destino

La cita es en la noche de un sábado en Lacarra y Remedios, sobre una de las veredas del Parque Avellaneda. El director del grupo de teatro callejero La Runfla, Héctor Alvarellos, nos da la bienvenida a la nueva creación de este grupo que está cumpliendo 30 años de vida escénica y cuya morada es el espacio cultural La Casita de la Selva, en el pasaje La Selva, a pocas cuadras del parque. Los personajes de la obra se nos acercan sosteniendo lámparas en la oscuridad de la noche. Quien nos invita a seguirle es la que viste de blanco, con su cara de calavera y sus dedos de hueso. Con cierta tensión, vamos detrás de ella en peregrinación silenciosa atravesando el parque hasta llegar a un espacio donde conviven tierra, pasto y grandes árboles. Hay aves de colorido plumaje subidas a las ramas de los árboles, a las estatuas que ocupan el parque y desde ahí nos observan.
Un grupo de ciegxs está a la deriva, deambulan en la oscuridad permanente portando grandes ramas con las que tantean la superficie. El guía no aparece y no saben cómo regresar. Entrecierren los ojos y abran sus oídos, nos susurran antes de sumergirnos en otros pequeños mundos. Tres escenas diferentes y en simultáneo acontecen en distintos escenarios naturales. Uno de ellos incluye palabras del poeta Federico García Lorca: Nunca jamás se podrán figurar los hombres la alegría que estallará el día de la gran revolución. La revolución de la que hablaba Lorca tiene que ver con un suceso específico: la desaparición del hambre.
Reflexiona Alvarellos: “En casi todas nuestras obras abordamos el tema del poder en sus diversas formas, pero ¿qué contar? ¿qué hablar hoy en este mundo tan caótico?, ¿tiene sentido nuestro teatro frente a realidades tan crudas?, nos preguntamos. Y en ese pensar, nos encontramos con un futuro tan oscuro que no nos permite ver, estamos ciegos frente a los objetos del destino que nos generan miedos e incertidumbre. Y al querer reconocernos nos damos cuenta: Estamos juntos pero no sabemos nada los unos de los otros”. Fragmentos de oscuridad estaba próxima al estreno cuando estalló la pandemia, luego hicieron funciones en febrero y marzo de este año, hasta que nuevamente hubo restricciones.
Retomar la actividad teatral es una alegría para el grupo que, por cercanía, elige el Parque Avellaneda para hacer sus irrupciones al aire libre. Muchas obras han realizado a lo largo de tres décadas, entre ellas El Gran Funeral estrenada en diciembre de 2001 en el Antiguo Natatorio del parque, el mismo día en que se decretaba estado de sitio. “Convertir al transeúnte en un espectador” es el desafio del teatro callejero. “Lo más importante es generar un hecho extra cotidiano que llame la atención, aunque en muchos casos es difícil hacerlo con personas que están metidas dentro de su celu o que se dirigen a un lugar con mucho apuro”. En esta ocasión, las coordenadas del encuentro se pautan antes, para presenciar juntes la función a la gorra, bajo la luz de la luna.
Parque Avellaneda, Lacarra y Remedios, CABA
Sábados 21 hs
Reservas: 11 7360-0176
@larunfla_teatro
@mtyc.parqueavellaneda
Mi hijo solo camina un poco más lento

Estrenada en 2014, Mi hijo solo camina un poco más lento, es de esas obras imprescindibles, que no pierden vigencia y como los clásicos, se vuelven entrañables. Conservan el horario poco habitual para el teatro —domingos las 11.30 de la mañana— que era el momento en que podían juntarse los actores y actrices para ensayar, y decidieron probar si funcionaba. El actor y curador del primer Festival Internacional de Dramaturgia Europa + América, Matías Umpierrez le propuso dirigir esta obra a Guillermo Cacace. En el Festival habían participado diez obras extranjeras dirigidas e interpretadas por directorxs, actrices y actores argentines, entre ellas estaba Mi hijo solo camina un poco más lento, del dramaturgo croata Ivor Martinic. En ese momento, Cacace desistió porque no podía asumir ese compromiso. Umpierrez le rogó que leyera la obra, la leyó, se conmovió y por supuesto, dijo que sí.
La obra transcurre el día en que Branco cumple 25 años. Tiene una enfermedad que no se nombra durante la obra y que lo mantiene en silla de ruedas. Una madre que niega la dolorosa realidad, un padre huidizo, una hermana que se siente culpable de su felicidad, una abuela que desea que ojalá se enamore y le hace confesiones que nadie más conoce; una tía desopilante que enmascara lo que siente con cataratas de palabras y una simpática joven que pretende mucho más que su amistad.
¿Por qué conmueve tanto la obra? Su director, Guillermo Cacace, responde: “Tenemos muchas hipótesis acerca de qué pasa con la obra, pero lo que podemos decir es que nos conmueve mucho hacerla. Que eso irradie, contagie e invite es algo que pertenece a lo que no se puede poner en palabras. Siempre digo que amé a todas mis obras, pero con ésta fuimos correspondidos. Y si hubiera pasado que del otro lado no nos amaban, no íbamos a dejar de amarla”. La actriz Paula Fernández Mbarak, que interpreta a Mía, la mamá de Branco arriesga: “En la obra están todos los vínculos posibles de los seres humanos. Habla de cuestiones existenciales, hace preguntas en las que no hace falta estar en esta situación concreta para cuestionárselas. Habla de cosas que por algún lado te pegan”.
Imperdible oportunidad para verla por primera vez o reincidir con esta obra que como dice su director: “Afirma que algo se puede. Hay que soltar un poco, poder andar en la diferencia. Tal vez son fantasías mías, pero quiero creer que la gente viene porque quiere creer eso”.
Teatro Picadero, Enrique Santos Discépolo 1857, CABA
Domingos 11.30 hs
Hasta el 24/10
@teatroelpicadero
@guillermo_cacace
CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


CABA
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.
Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.
La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

¿Quién dijo que hace frío?
Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?
Las luces apagadas, las pizzerías vacías
Los artistas callejeros sin público
¡Esta peatonal es orgullo nacional!
Y eso es gracias a nuestro teatro
Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color
en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro
que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?
Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país
Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto
con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación
¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,
produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!
¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!
¡Defendámoslo!

Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.
El teatro que habla y Pluto en marcha
Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.
¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

Los besos vuelan.
Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:
- Ay, ay, ay, me duele todo
- Teatro, ¿qué pasa?
- ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
- ¿Por qué?
- ¡Quieren desmembrarme!
- ¿Quién?

- El teatro explicándo por megáfono la situación.
- El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
- ¿Al instituto que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
- Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
- ¡Cuidado el teatro se desmaya!

- Al teatro le da un soponcio.
- Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
- ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
- ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
- ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
- Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.

Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.
La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.
Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

CABA
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
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