Nota
#MemoriaConFuturo: AReCIA, Humor y la ley de fomento a las revistas independientes
Míticos periodistas de la revista Humor acompañaron la presentación de la Ley de Fomento a las Revistas Culturales e Independientes de la Ciudad. Abrazados por decenas de las 162 ediciones de todo el país, narraron los atropellos del Estado en dictadura y democracia y hablaron de la importancia de las ediciones autogestivas hoy. Una clase magistral de periodismo e historia, en la calle y para saltar al futuro.
Invitados por la AReCIA, Carlos Ulanovsky, Mona Moncalvillo, Miguel Grinberg y Marcelo Figueras se sentaron a hablar en la calle sobre periodismo. La presentación de la Ley de Fomento a Revistas Culturales Independientes en la Ciudad de Buenos Aires fue la excusa y el marco que unió a los periodistas de Humor en la puerta de la ex redacción de la revista, hoy sede de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. “Si lo pensamos bien, antes también era como una Defensoría del Pueblo. Nuestra Defensoría”, dijo Marcelo Figueras sobre el lugar. Figueras –hoy escritor y guionista- recordó que ese edificio siempre tenía sus puertas abiertas “a todos, por su potencialidad, no por sus antecedentes, títulos o contactos”. Así se convirtió en la redacción donde comenzaron sus carreras profesionales en el periodismo desde Alejandro Dolina hasta Miguel Rep, por poner solo dos de los tantos ejemplos de grandes nombres que comenzaron a forjarse allí.
El edificio fue uno de los bienes que el Estado embargó a la editorial La Urraca, editora de Humor, en el marco de una cadena de juicios que comenzó el propio Estado en dictadura y continuó en democracia. Hoy, son las herederas del editor Andrés Cascioli quienes tienen que afrontar las consecuencias de esos juicios que no se han detenido a pensar de la quiebra de la sociedad y la muerte del editor. La justicia acaba de dictaminar que un juicio iniciado por la publicación de una carta en el correo de lectores de Humor lo tiene que pagar Malena, la hija de Cascioli, quien ni siquiera había nacido cuando se publicó.
Así, lo simbólico de hacer el acto en esa calle se convirtió en un puente concreto de experiencias de ayer y hoy sobre cómo hacer periodismo en un país que persigue hasta a los herederos de los editores independientes y favorece a las empresas que dominan un mercado concentrado. “Solo no se puede, eso también aprendimos de la lección de Andrés Cascioli, mítico editor de Humor y El Periodista”, conectó Claudia Acuña. “Somos muchas y queremos ser más revistas. No competimos, compartimos. La única manera de acercarse al Estado es para exigirle que nuestros derechos no se conviertan en privilegios: lo que consigamos tiene que ser para todas las publicaciones. Para las que están acá y las que todavía no nacieron”.
Otro de los periodistas de Humor invitados, Miguel Grinberg, contó entonces cómo compartía con Humor una publicación – Mutantia– que Andrés Cascioli imprimió. “Se enteró que tenía una idea y no tenía dinero para concretarla. Me llamó, hicimos un acuerdo que jamás firmamos, pero que siempre se cumplió. Teníamos la sensación de ser todos parte de un mismo navío y que llegar a puerto dependía de que cada uno haga bien lo suyo”, sintentizó.
La nueva Ley de Fomento de revistas culturales independientes fue bautizada “Ley Cascioli”, en honor al legado al editor de Humor.
Malas y buenas
La jornada comenzó como una gran asamblea entre decenas de los periodistas de las 162 revistas culturales de todo el país y los invitados. Santiago Kahn, editor de la revista Maten al mensajero y presidente de AReCIA, inició la ceremonia de intercambio sintetizando el sentido de esa encuentro de experiencias: antes de comenzar a transitar la batalla que representa lograr que se sancione el proyecto era necesario rendir homenaje a quienes trazaron el camino de un periodismo cultural independiente de alta calidad, impacto y dignidad.
Mona Moncalvillo fue otra de las oradoras: “Me siento muy convocada a este tipo de aventuras. Son una nueva posibilidad de sacar la profesión afuera, sacar esa pasión que uno tiene por la profesión”.
Mona cómo los periodistas de Humor sufrieron en dictadura censuras y persecuciones: “Me acuerdo de esa noches terribles… Cuando salíamos de la redacción nos juntábamos con el grupo de periodistas en el bar La Academia, hasta la madrugada, hasta que salía la revista. Cuando llegaba Humor, hacíamos ufff… salió”. Luego, vino lo peor”.
El relato del horror se refería a los momentos más duros de enfrentar a la dictadura: “Me acuerdo un día me llama Andrés y dice:´Mona, venite rajando´.
Me dije a mí misma: “Sonamos”
“Cascioli me advierte: mañana está la revista en la calle. Por favor, no vuelvas a tu casa”
Le digo ¿qué pasó?
“Hay versiones: vos entrás entre los que pueden ir a visitar”
Mona: “Así era: horrible. Yo tengo un hermano desaparecido y conmigo me había traído a vivir a mi cuñada y a dos criaturas chiquititas. No era tan fácil levantar todo e irse. Eso hicimos. Esa noche no llegaron, pero otra noche sí: revolvieron todo. Nunca nos fijamos bien si se habían llevado algo o no: lo importante en ese momento era otra cosa”.
Humor, en ese panorama, llegó vender 350 mil ejemplares. Mona recordó una de sus entrevistas que marcaron la época: “Ya terminando la dictadura, entrevisté a los últimos presos que quedaban en Devoto. La nota se llamó Los Presos políticos. El día que salieron de la cárcel al primer lugar que vinieron fue a la revista Humor. Subieron a la redacción los tres muchachos a agradecer esa nota, y nos dicen que eso fue lo que los hizo salir. Y ahí uno se queda paralizado. ¡Qué importancia a veces tiene este laburo que hacemos! Por eso celebro la aventura en la que están ustedes. Y no hay que tener nunca miedo: hay que meterse y hacerlo”.

El mejor periodismo
Carlos Ulanovsky se declaró fiel lector de las revistas de AReCIA: “Leo MU, leo Maten al Mensajero, Mascaró, leo Un caño, leo Don Julio. Y siempre pienso lo mismo: de repente miro La garganta Poderosa e imagino al jefe de redacción de una revista que tiene 5 mil veces más recursos que La Garganta diciendo: ¿pero estos tipos cómo hacen? Lo tienen a Evo, ¡lo consiguen al Papa! Bueno: yo creo que estos chicos deberían darles un curso a estos ‘genios’ del periodismo”.
Ulavnosky supo estar a cargo de la sección En el medio, que analizaba precisamente a los medios de comunicación para Satiricón, también editada por Cascioli. Con ese bagaje dijo: “Creo que estas revistas están defendiendo los trapos del mejor periodismo argentino. En un momento de débil creatividad periodística, espantoso, de precarización, de caída de proyectos, de despidos”. Creo que están en el mejor lugar del periodismo en este momento. Todo lo que se pueda hacer para defenderlo, cuenten conmigo”.
La revista Satiricón, prima mayor de Humor, terminó censurada por el Estado. Luego, recordó Ulanovsky, Cascioli consiguió un socio capitalista y editó una revista llamada Perdón, dedicada al espectáculo. “ El título era una forma de decir: ‘Perdón por existir’, porque la intención era hacer un periodismo irritante. Cascioli había conseguido por primera vez no poner dinero y contar con todos los recursos para salir con una publicación fuerte, de impacto. Fue un fracaso: duró cinco ediciones. El financista se asustó cuando se enteró que por una nota que hacía referencia al dueño de Crónica, Héctor Ricardo García, podía tener un juicio millonario”. La conclusión: el dinero no garantiza el éxito de una publicación, pero su independencia y calidad periodística le da recursos invaluables.
Recordó Ulanvovksy sobre la etapa final de Humor y de Cascioli: “Lamenté mucho todo lo que le pasó a él profesionalmente. Pero nunca bajo los brazos. No se le cayeron los anillos cuando tuvo que ir a trabajar para La Nación para mantener con vida algunas publicaciones. Siguió trabajando siempre de pie frente al tablero: trabajaba de pie Cascioli. Horas y horas dibujando parado”.
La editora de MU, Claudia Acuña, señaló que fue ese el momento en que los medios comerciales comenzaron a acaparar el mercado: “Hoy La Nación tiene 30 revistas, ninguna la creó, todas fueron tragadas con una maravillosa oferta: vos dedícate al contenido, que es lo que sabés, nosotros hacemos la distribución y la comercialización publicitaria. Al tiempo, están todos quebrados y ellos se quedan con los títulos. Rolling Stone es uno de los títulos que le tragaron a Cascioli”.
Entonces la ley
Hoy, las revistas independientes heredan las consecuencias de esa concentración: desde el papel hasta las bocas de venta. Nahuel Lag, integrante de la revista NAN, recordó que el mercado sigue regido por un decreto firmado en 2001 por la entonces Ministra de Trabajo ,Patricia Bullrich, que desreguló el circuito de distribución, dejando el mercado en manos sin ley y en manos del más fuerte. Claudia Acuña, en voz de AReCIA: “Nosotros creemos que las condiciones que tiene que fijar la ley deben garantizar la democratización de la prensa gráfica, por eso lo primero que establece este proyecto es declarar a las revistas independientes un bien cultural: es decir, protegerlas. Hoy las revistas no solo no estamos protegidas, estamos siendo atacadas. Lo segundo, fija una condición de visibilidad: define a un sector que a pesar de tener una importancia crucial en el desarrollo del periodismo profesional, no fue nunca reconocido como tal. Por eso, una de las primeras tareas que hemos hecho con Arecia fue la de elaborar censos, todos los años, para que podamos, incluso nosotros mismos, saber cuántas somos, cómo nos organizamos y qué aportamos con nuestro hacer a la sociedad. El Estado ha ignorado la tradición riquísima que tienen las revistas culturales. Por eso hoy hablamos de Humor y El periodista: para agradecer y visibilizar ese legado”.
Antes de que llegara el cierre con la música de Ivo Ferrer y Ojerosa, Nahuel Lag puso contexto a este acto que clamó por una ley que representa una reparación histórica para las revistas culturales independientes:
Somos 126 revistas: 54% en la Ciudad de Buenos Aires.
Más de 5 millones de lectores mensuales.
Más de mil trabajadores.
Y queremos ser más.




Nota
De la idea al audio: taller de creación de podcast
Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]
Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!
De la idea al audio: taller de creación de podcast
Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.
¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.
Vas a poder evaluar el potencial de tu proyecto, desarrollar tu historia o propuesta, pensar el orden narrativo, trabajar la realización sonora y la gestión de contenidos en plataformas. Te compartiremos recursos y claves para que puedas diseñar tu propio podcast.
¿A quién está dirigido?
A personas que comunican, enseñan o impulsan proyectos desde el formato podcast. Tanto para quienes quieren empezar como para quienes buscan profesionalizar su práctica.
Contenidos:
- El lenguaje sonoro, sus recursos narrativos y el universo del podcast. De la idea a la forma: cómo pensar contenido y formato en conjunto. Etapas y roles en la producción.
- Producción periodística, guionado y realización sonora. Estrategias de publicación y difusión.
- Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.
Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.
Docente:
Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.




Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
- Revista MuHace 3 semanas
Mu 204: Creer o reventar
- AmbienteHace 3 semanas
Contaminación: récord histórico de agrotóxicos en el Río Paraná
- ActualidadHace 4 semanas
Los vecinos de Cristina
- ArtesHace 1 semana
Vieron eso!?: magia en podcast, en vivo, y la insolente frivolidad
- ActualidadHace 4 semanas
Universidad, ciencia y comunidades: encuentro en Rosario y debate frente a la policrisis