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Planes sociales en debate, entre la miseria y la cooptación: la opinión del piquetero más procesado del país

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En el seno del sistema político arde el debate hasta ahora relegado sobre los planes sociales. La vicepresidenta Cristina Fernández planteó el tema en una intervención, empezaron las respuestas, alineamientos y lapsus que no se sabe si son poderosos ni profundos, aunque la realidad es que todos los funcionarios, políticos y gobiernos de los últimos años, macrismo incluido, reforzaron el mecanismo del plan social como respuesta al empobrecimiento de amplios sectores en estado de decadencia y vulnerabilidad, con un ojo puesto en evitar posibles estallidos sociales.

Hay planes y no trabajo, y la propia dinámica del presente refuerza esa especie de destino para un creciente número de personas. El debate incluye el rol de los movimientos sociales, enfrentados con sectores opuestos del mismo oficialismo en un juego de fuerzas en el que, más allá de los argumentos, parecen predominar intereses económicos y alineamientos electorales y partidistas frente a 2023.  

La revista MU realizó un viaje a Salta para conocer la situación de las comunidades wichis (muerte de cientos de niños y niñas por desnutrición y enfermedades relacionadas). De paso, pudimos entrevistar a uno de los piqueteros históricos del país: José Pepino Fernández, fundador de la UTD (Unión de Trabajadores Desocupados) de General Mosconi. Dicha organización en Mosconi (y junto a Cutral Có), protagonizó los primeros piquetes del país tras la privatización de YPF por parte del menemismo, con el saldo masivo de desocupación que significó.

Pepino se ganó un récord que visto hoy es un blasón: ser el hombre más procesado de la Argentina (unas 350 veces) por piquetes y reclamos que buscaron siempre recuperar y generar trabajo, defender derechos, e incluso intentar proteger el medio ambiente.

Las reflexiones de Fernández sobre el rol de los planes sociales como respuesta a las necesidades, y a la vez como mecanismo de desmovilización y cooptación social. La falta de interés real en desarrollar, y el exceso de interés en reprimir los reclamos. El rol de los funcionarios, la clase política y los propios movimientos sociales. El problema de lo narco en provincias como Salta. Ideas sobre la unión y la desunión.

“Es muy difícil construir un país distinto con tantos planes, porque la única solución de fondo que tenemos como nación es mandar a laburar a la gente. Con voluntad y decisión política, en un día ya empezás a recuperar la matriz productiva. Pero no, por miedo deciden mantener y ampliar los planes”.

Aquí, la nota completa publicada en MU como aporte a un debate embotado por panelistas televisivos y radiales (y urbanos) y por especulaciones frente al año próximo.

Debate en el que voces de referentes como este ex petrolero –por su propia experiencia de vida– pueden resultar opinables (de eso se trata) pero a la vez relevantes y descriptivas para comprender los tiempos actuales.  

La nota completa, del último número de MU.

Otros planes

José Pepino Fernández es un histórico de la organización social y la autogestión en Salta y en el país. Despedido por YPF durante el menemismo, fundó la Unión de Trabajadores Desocupados de Mosconi, protagonizó los primeros piquetes y un récord nacional: 350 procesamientos. Aquí, sus inquietudes actuales: cómo generar empleo dignao, cuidar el ambiente, combatir la inflación y no perder autonomía frente a gobiernos y corporaciones.  Por Francisco Pandolfi. Fotos: Nacho Yuchark

El chofer grita en un micro despoblado la llegada a General Mosconi, noreste de la provincia de Salta. El reloj marca las cuatro de la tarde de un martes. Y el termómetro parece que va a explotar. El calor seco penetra por arriba, por abajo, de frente, de costado. Un horno, que no es tal para quienes viven en esta localidad de 16 mil habitantes en el Departamento General San Martín. “Hace calorcito, poco más de 30 grados, pero hoy día no es nada. Cuando hace calor, hace calor”, dice Sandra, de la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD). “Acá estamos acostumbrados a los 49 grados o más. Hace un tiempo íbamos por la ruta y se nos reventó una goma de la temperatura que hacía”.

Mosconi no sólo es sinónimo de aire caliente, por momentos irrespirable. Es sinónimo de lucha, de unión, de trabajadores y de desocupados. Es sinónimo de la UTD, organización que nació en abril de 1996 tras el terreno arrasado que dejó la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), en una zona desarrollada principalmente por la explotación petrolera. Hace 25 años, precisamente el 7 de mayo de 1997, se produjo en esta tierra ardiente una pueblada de resistencia hacia las políticas neoliberales, que junto a los levantamientos en Cutral Có fueron referencia a nivel nacional por la innovadora manera de protesta social: corte de ruta y piquete. Un cuarto de siglo después, en Mosconi, en su ladera Tartagal y en el país en general, hay semejanzas que conmocionan y perturban.

José Pepino Fernández tiene 66 años y es referente de la UTD. La integra desde aquellas primeras jornadas de rebelión popular. Trabajó en YPF desde 1975 hasta el 5 de septiembre de 1991, cuando fue despedido junto a cientos de compañeros (de más de 23 mil empleados que YPF tenía en el 91, se pasó a 5.690 en 1995). Recibe a MU en el tinglado principal del movimiento. Allí mismo tiene una piecita donde vive desde el 97. “En Mosconi hay dos estaciones: el verano y la de los ferrocarriles”, arranca rompiendo el hielo que se derrite al instante.

Lleva ese apodo de chiquito, cuando su familia distinguió en una película italiana el parecido con un actor al que llamaban así. Tiene la piel trigueña, el poco pelo color ceniza y parece recién afeitado. Camina a paso lento. Sus ojos verdes hace cuatro años que no ven. Quedó ciego en 2018, cuando salió mal una operación de cataratas. No hubo mala praxis: el desencadenante fue la diabetes que lo atormenta hace décadas, tras haber estado en contacto con fluidos contaminantes cuando trabajaba en YPF. La misma que derivó en que le cortaran el dedo mayor de la mano derecha y un dedo del pie. “Esos líquidos afectan al corazón, al riñón, a la vista. Muchos compañeros han muerto porque trabajábamos sin ninguna medida de seguridad, porque lo único que importaba era seguir produciendo” . 

Ni su enfermedad, ni el paso del tiempo, ni una lucha que lejos de mermar se recrudece, le han borrado su sonrisa. Ni siquiera cuando en lo que dice, no hay nada para celebrar: “Muchas cosas siguen igual que en el 97 en relación al tejido social, como la desocupación, la pobreza, pero la gran diferencia es que ahora hay más droga. Y con funcionarios y fuerzas de seguridad que la venden”. Pone en cifras al flagelo: “Más del 50 por ciento del Departamento de San Martín vive del narcotráfico desde la gestión de Juan Carlos Romero como gobernador de Salta (1995-2007) ¿Vos creés que se va a acabar la droga?”, pregunta de manera retórica. Y vuelve a sonreír, para no llorar.

¿Por qué, después de tanta resistencia popular, muchas cosas siguen hoy igual o peor que ayer?

Porque los funcionarios desarticularon todo. Ellos son los grandes culpables. Bajaron las necesidades con los planes sociales y así lograron dominar a la gente. La solución es que haya trabajo, no planes sociales. De esta manera sólo ganan los empresarios y los políticos, no la gente. Entonces, hasta que no se erradique a este tipo de funcionario, va a ser muy difícil un cambio de raíz. Tenemos un país para hacer lo que queramos, pero se adueñaron de todo, hasta de la tierra. Acá en Salta todos los gobiernos provinciales siempre nos quisieron hacer mierda. Presentamos un montón de proyectos y nunca aceptaron nada. No quieren desarrollar, pero sí te mandan Gendarmería cuando te manifestás. El gobierno actual de Gustavo Sáenz sigue esa línea como representante de la aristocracia salteña.

Planes sociales en debate, entre la miseria y la cooptación: la opinión del piquetero más procesado del país

Imágenes en la sede de la UTD Mosconi. Trabajo y ambiente. El reciclado de botellas plásticas.

Petroleros + comerciantes

La pueblada norteña en Mosconi y Tartagal, que se extendió hasta el 13 de mayo de 1997, tuvo como desenlace el nacimiento de los planes sociales, cual curita para tapar la hemorragia. Una curita que se extendió en el tiempo. Una curita que nunca fue una cura. “Cuando se fue YPF se vino abajo el pueblo. Y en el 97 ya no aguantamos más. Fuimos los petroleros en Mosconi y los comerciantes de Tartagal que estábamos pasando hambre y dijimos basta. Ahí se unió el resto. Había miedo pero la gente tomó conciencia. Y ante la represión nos hicimos más valientes. Así logramos los primeros planes sociales y bolsones”, recuerda Fernández.  

¿Qué opinás sobre el uso actual de los planes sociales, 25 años después de aquella conquista?

Es muy difícil construir un país distinto con tantos planes, porque la única solución de fondo que tenemos como nación es mandar a laburar a la gente. Con voluntad y decisión política, en un día ya empezás a recuperar la matriz productiva. Pero no, por miedo deciden mantener y ampliar los planes. En otro aspecto, es fundamental que la gente que los recibe entienda su origen, que tengan bien claro que no existen porque sí, sino que vienen de una lucha de muchos años.

En la recorrida por los múltiples emprendimientos de la UTD, varios en tinglados que eran de YPF previo a la privatización y el vaciamiento, una mujer quiere hablar. María lleva la historia del movimiento en su cara, con arrugas de sacrificio, con bifurcaciones de esfuerzo, con un entusiasmo jovial que contagia. Tiene 83 años: “Estoy desde el inicio y voy a estar hasta que ya no tenga más fuerzas. Sigo para incentivarme y contagiar a los más jóvenes la cultura del trabajo”. Agrega: “Y sigo, también, porque en estos años Mosconi en vez de progresar ha retrocedido. Vivimos sin agua y con cortes de luz permanentes. No podemos abandonar lo que con tanto esfuerzo construimos”.

La UTD nuclea a 552 personas que llevan adelante distintas labores: carpintería, costurería, limpieza, desmalezamiento, construcción de ladrillos, edificación de casas y de núcleos húmedos (baño y cocina), compactación de plásticos, huertas. “Antes del macrismo éramos más de 3.600, pero lo que hicieron fue manejar los planes según sus intereses, desde arriba, beneficiando a quienes más les respondían y sin pedirle a la gente que trabaje como contrapartida del recurso. Así, mucha gente se ha ido. No sólo buscaron desarticularnos, de fondo lo que generan es que no se estimule la cultura del trabajo”. ¿Cómo se sigue manteniendo la UTD?  “A base de laburo. Acá en Mosconi reemplazamos a los sindicatos como defensores del trabajo y la naturaleza. Y hasta creamos una ley de jubilación por trabajo insalubre”, se jacta Pepino, quien lleva puesta una remera gris con tres consignas universales, imprescindibles y esquivas: “Paz, Pan y Trabajo”.

¿Qué análisis hacés, José, de los movimientos sociales en la actualidad?

El error más grande de las organizaciones es separarse. Y la clave está en volverse a unir. Mi esperanza para el futuro está en que nos juntemos todos los movimientos, no que se acomoden y busquen cargos políticos.

¿A qué le atribuís esa separación?

A dos motivos. Por un lado, es la misma política la que fractura a los movimientos. Los distintos gobiernos aprovechan y a las organizaciones cercanas les dan una mayor tajada, que genera conflicto. Debemos entender que no se puede seguir peleando por una tajada. En segundo lugar, creo que todos quieren mandar, ser jefes, y eso también divide a las organizaciones. Hay mucha ambición de poder, de ganar plata, por eso los terratenientes te hacen mierda.

Ustedes iniciaron la protesta bajo la figura del piquete. ¿Qué opinás de las metodologías que se llevan adelante hoy en los distintos reclamos?

Opino que hay que cortar la ruta. ¿Qué olla? ¿Qué carpa? ¿Qué marcha? Es importante no olvidar que Mosconi también fue el epicentro del comienzo del derrumbe de Fernando de la Rúa y eso no lo logramos solamente haciendo una marcha, sino mediante la acción directa. Cada vez que fuimos a protestar ante alguna empresa nos llevamos puestos de trabajo, porque al privado no le gusta perder plata; le conviene más inventarte un empleo. Entonces me pregunto: ¿vale la pena el corte o no? Es lo más efectivo, porque enseguida vienen a negociar. Si no, te dan vueltas. Te miente uno, te miente el otro, parece que juegan al truco.

Planes sociales en debate, entre la miseria y la cooptación: la opinión del piquetero más procesado del país

Los vehículos con los que logran generar empleo en medio del derrumbe que generan, explica Pepino, la mezcla de droga con modelo extractivo.

Teoría sobre las neuronas

Pepino está sentado en una silla hecha con neumáticos. También hay sillones hechos con neumáticos. Macetas hechas con neumáticos. Mesas hechas con neumáticos. En la UTD se respira la búsqueda permanente por vivir con dignidad. No es gratis: derechito al Récord Guinnes, José Fernández tiene acumuladas más de 350 causas judiciales en su contra. La primera fue en 1998. Las últimas dos, en enero pasado, cuando salieron a cortar la ruta en defensa del agua y el cuidado del ambiente. “¿Cómo puede ser que nos falte el agua dulce cuando tenés tres ríos importantes, como el Pilcomayo, el Bermejo y el Tarija, que atraviesan la provincia? No tener agua es el problema más grande que tenemos en Salta. Lo mismo pasa con la madera: se la llevan toda, sufrimos el desmonte hace años y ni siquiera se esfuerzan por plantar pensando en el futuro”, dice y ya no sonríe, mientras detrás suyo le cuida la espalda un cartel que avisa: “UTD, en defensa de los recursos naturales”.

¿Cuál es la causa de la falta de agua?

La falta de inversión. Ni la mínima e indispensable, existe. No se necesita mucha porque hay enormes cantidades superficiales de agua dulce; agua hay, sólo hay que guiarla. Pero no hacen nada los funcionarios ni las empresas tránsfugas. No respetan nuestra salud, el ambiente, sólo les interesa la guita. No podemos estar pidiendo tener agua, que es la vida del ser humano. No lo podemos aceptar. Y esto no pasa sólo en Salta, sino en la mayoría de las provincias.

Anteriormente hablaste de la acción directa. ¿Por ejemplo?

Luchar contra las grandes empresas, es la única manera de lograr un cambio. Hay que atacar donde más les duele, en la producción. A ellos lo que les interesa es ganar plata. Hay que cortarle a la empresa que produce la leche, cortarle a los barcos para que no salgan por el Paraná, donde se va cualquier cantidad de guita, miles de millones que se escapan por ese río. 

¿Así se gana la guerra contra la inflación?

Claro, parando los barcos, los camiones. Ir a los negocios y hacerles bajar los precios. O parar a los grandes agricultores y hacerles nosotros mismos las retenciones. Atacar con medidas fuertes. 

Pepino esboza esa idea y vuelve a reír. Como si se imaginara la situación. “Muchas veces hacés marchas y no generás nada, porque tenés a los gobiernos que quieren subsistir sin importarle el cómo y no dan respuestas. Hay que ir contra las corporaciones” Y plantea otra solución: “Para pagar la deuda externa y también la interna, alcanzaría con cobrarle a los Menem, a los Romero, la plata que se llevaron por las privatizaciones. Con esa guita solucionamos todos nuestros problemas y volvemos a ponernos de pie”.

Así como Mosconi, Tartagal y Cutral Có fueron referencia y guía para otras luchas populares a fines de los noventa, ¿sentís que alguna marca ese camino hoy? 

La resistencia del pueblo de Chubut a la minería. Esquel es una muestra de la que hay que aprender. Dijeron que no, que no quieren ninguna mina de oro para explotar por 15 años. Quieren agua pura, esquiar en paz por mil años, no por quince. Dejaron claro que aunque los gobiernos sigan haciendo estragos, lo que debe prevalecer en la lucha del pueblo es la continuidad de la vida digna.

¿Cómo seguimos, para dónde vamos?

La gente tiene que volverse a unir. Por eso, acá estamos pensando hacer un movimiento grande para que bajen los precios de la mercadería. Un ejemplo: ¿cómo puede ser que en Mosconi, donde somos productores de combustible, la nafta salga más cara? La respuesta es que de acá se va a Córdoba o a Tucumán para ser procesada y entonces se encarece mucho más. Si la procesáramos acá, sería mucho más barata, pero no hay ningún plan para eso. Y ahí tenemos que estar nosotros, con proyectos e ideas. Ante la desarticulación que existe hoy entre las organizaciones, nosotros proponemos una gran movilización nacional. Porque si se activa algo grande, el pueblo se levanta. Necesitamos la acción directa… y no dejar que se enfríen las neuronas.

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La Estela: tierra guaraní en escena

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Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.

Por María del Carmen Varela

A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad.  La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.

La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.

Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

La Estela: tierra guaraní en escena

Foto: Gentileza La Estela.

Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.

El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.

Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.

La Estela

El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA

Sábados a las 18  hs, hasta el 27 de septiembre

@laestela.obra

@casandravelazqz

@ivanazacharski

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Litio: nace un nuevo documental

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Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.

“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.

Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…

Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).

Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco. 

LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.

“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.

El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.

LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:

“Esta historia continuará

¿Dale?”.

Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

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Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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