CABA
Qué pasó con Facundo: las preguntas que se abren tras la confirmación del ADN
La jueza María Gabriela Marrón confirmó que el ADN del cuerpo hallado en Villarino Viejo coincide con el de Facundo Castro. Tras la confirmación de la identidad, persisten las dudas sobre las irregularidades, las amenazas y las contradicciones de la Bonaerense, los hostigamientos habituales a los jóvenes y sobre qué pasó con Facundo, investigación que no se agota solo en el peritaje. El mensaje de Cristina, la madre, y la lucha por la justicia que sigue.
“Vuelta alto mi niño. Que suene tu redoblante tan fuerte que no le de paz a quienes te hicieron tanto daño. Tu bruja velará por ti por justicia hasta que nos volvamos a abrazar”. El mensaje de Cristina Castro está acompañado por una foto de su hijo, Facundo, sonriendo a cámara con los palillos de la batucada, feliz.
A 126 días de su desaparición, y a 18 del hallazgo de un pescador en la ría de Villarino Viejo, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) le comunicó hoy a Cristina y sus abogados que el ADN de los restos encontrados el 15 de agosto corresponden al del joven de 22 años. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM), organismo querellante en la causa, lo comunicó oficialmente por sus redes sociales.
En 126 días, Cristina vivió de todo: amenazas, hostigamientos y filtraciones, como la que esta semana padeció por diversos medios que apelaron a “fuentes judiciales” para afirmar que el cuerpo era Facundo, cuando los resultados recién estarían hoy.
“Nunca Más es Nunca Más enserio”, dijo el jueves, en Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, en la sexta Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil. También dijo que sólo estaba esperando el resultado para poder llevarse a su niño a casa.
Después de 126 días, Cristina ya tiene una certeza.
Después de 126 días, Cristina exige justicia.
Hechos, amenazas e irregularidades
En la secuencia de hechos, surgen para la familia las principales irregularidades:
- El 30 de abril, Facundo salió de su casa temprano (“alrededor de las 7 de la mañana”, dice Cristina a MU, porque ella ya se había ido para entrar en la Shell) para hacer dedo en la ruta 3 y así llegar hasta Bahía Blanca, para ver a su exnovia, de la que se había separado a principios de año y por eso había vuelto a Luro.
- Una mujer lo levantó en la localidad de Hilario Ascasubi (el pueblo siguiente a Luro) y lo dejó en Mayor Buratovich cerca de las 10 de la mañana.
- En Buratovich, pasadas las 10, la llaman a Cristina. Le llamó la atención que en la pantalla decía: “Sin número”. Una voz femenina le pidió corroborar el domicilio. Era porque a esa hora, los oficiales Jana Curuhuinca y Mario Gabriel Sosa detienen a Facundo y le labran una infracción por circular sin el permiso oficial durante el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. De ese momento es la foto donde se lo ve a Facundo de espalda, con su mochila marca Wilson a un costado del móvil, y Sosa de frente. “No me dijeron que había quedado detenido. Entonces lo empecé a llamar”, dice Cristina. Facundo no atendía.
- A las 13:33 Cristina recibe un llamado de Facundo. “Mamá, vos no tenés idea de dónde estoy”, escucha Cristina. Ella lo retó por romper la cuarentena y por cómo iba a volver con su ex. Le dijo que la llamaron de la policía. “Mamá, no me vas a volver a ver”, escucha Cristina. Dice Cristina MU: “Ahí escucho que alguien le manotea el teléfono. Yo lo tomé como que se enojó conmigo y volvió con Daiana”. Cuando los amigos y la exnovia le alertan que su hijo nunca había llegado a Bahía y que tampoco contestaran los mensajes, Cristina hizo la denuncia los primeros días de junio. “Y como había escuchado ese ruido raro en el teléfono cuando me llamó, pedí el rastrillaje”.
A partir de este momento, empiezan diversas preguntas y contradicciones oficiales:
- La investigación judicial aún no pudo determinar qué es lo que ocurre entre el momento de la infracción y el llamado de Facundo a Cristina.
- El día del primer rastrillaje, a Cristina y su abogado Luciano Peretto le comunican que la oficial Siomara Flores había levantado a Facundo en Buratovich en horas del mediodía y lo había dejado en Teniente Origone, la siguiente localidad, cerca de las 13:30. La querella descree de ese relato, ya que subraya que en ese sitio no hay señal de móvil para que Facundo pudiera haberse comunicado con su mamá, y que esa comunicación impactó en una antena de Mayor Buratovich. Lo más impactante es el relato que Cristina le hace a MU de ese día. “Primero hubo una reunión del personal en Pedro Luro. En ese momento aparece un superior y le dice a una piba: `¡Vos vení para acá!`. Y me dice: `Esta es la oficial que llevó a su hijo desde Burato hasta Origone`. Nos quedamos muy sorprendidos porque eso no figuraba en la causa, había declarado ese día. La chica no levantaba la vista en ningún momento”.
- Sigue Cristina: “Llegando a Mayor Buratovich, nos bajamos y había cinco patrulleros en la entrada, pero no de costado, estaban todos puestos en abanico, obstruyendo la entrada. Salió el subcomisario Pablo Reguillón, a cargo en ese momento: ´Acá le labraron el acta a su hijo, acá no tiene nada que hacer, se tiene que ir´. Fue el mismo comisario que removieron por amenazar a Luciano y a mí cuando después de la primera marcha aparecieron los restos fósiles en un basurero de Mayor Buratovich. Me temblaban las piernas. No podía respirar. Ahí sentí algo. En ese momento, sentí a mi hijo ahí le había pasado algo malo”.
- De allí se fueron hacia Origone, donde la oficial Flores dijo que dejó a Facundo. “Para ese entonces estaba sumamente descompuesta. Le digo a Luciano que esto era raro, que no era normal, algo pasó acá”, recuerda Cristina. Y cuenta algo que percibió cuando aún estaban en Buratovich: “Uno de los patrulleros que estaban en forma de abanico se desprende y sale eyectado a una velocidad impresionante, por ruta. Cuando llegamos a Origone, ese patrullero estaba ahí”. Allí aparece un cuarto oficial que la familia sabe que intervino ese día, Alberto González, que dice que por el llamado de unos vecinos el 30 de abril fue a la ruta por un “niño” que estaba caminando a la vera del camino. Declaró que ese joven era Facundo y que le sacó una foto a su carnet de conducir a las 15:43. Tambíen dijo que le había dicho que ya había sido infraccionado. “Repetía como un loro la historia y se sabía de memoria, cuando yo hasta el día de hoy no me lo aprendí, el domicilio de la exnovia. ¿A 50 días se sabía de memoria donde iba Facundo?”. González declaró que se comunicó con la comisaría de Médanos para corroborar los hechos. La familia afirma que esa llamada nunca existió, y resalta, como apunta Cristina, varias contradicciones en el relato de González. La mayor: primero declaró que Facundo se fue caminando, y luego dijo que se subió a una camioneta Duster Oroch color gris.
- A esta serie de relatos confusos e irregulares, se sumó que cuando la causa pasó al fuero federal, surgió una testigo denominada E.R que dijo que “los últimos días de abril” (no especifica exactamente el día: la querella sostiene que en su primera declaración, dijo que fue el 27 y no el 30) había levantado a un joven que hacía dedo al lado de un patrullero, cerca de la entrada de Origone. La testigo dice que dejó al joven en las primeras vías, en el km 714 de la ruta 3. Dijo que se bajó y que lo vio alejarse caminando por las vías. La familia denunció que esa testigo fue aportada por los dos oficiales que le labraron la infracción a Facundo a las 10 de la mañana, y que se enteraron de ella primero por los medios de comunicación que por la propia fiscalía.
A esta serie de contradicciones, filtraciones e irregularidades, se suman:
- Los tres testigos que le afirmaron a Cristina que vieron que Facundo subía a un patrullero, sobre la ruta 3, pasando la entrada de Mayor Buratovich. Le dijeron que habían ido previamente a la comisaría pero no se la quisieron tomar. El abogado Aparicio señaló que los testigos hoy están “aterrorizados”.
- La denuncia que la familia hizo a los funcionarios municipales de Villarino, a quienes acusaron de entregar un informe de tránsito falso donde no estaban los testigos que señalaron a la Bonaerense en Buratovich, pero sí a la testigo que dijo haber alcanzado a un joven hasta las vías, primero el 27 y luego el 30.
- La sandía con la vaquita de San Antonio que encontraron en el destacamento de Teniente Origone, un objeto muy querido de Facundo que le había regalado su abuela. Ese hallazgo tampoco tuvo aún respuesta por parte de la Justicia.
- El hostigamiento y los apremios de diversos efectivos de la Bonaerense a la familia de la exnovia de Facundo. El excuñado del joven, Marcelo González, denunció a lavaca cómo cuatro policías lo encerraron en un cuarto de la subcomisaría de Buratovich y le quisieron obligar a decir que Facundo estaba en Bahía. “Querían desviar la investigación”, denunció.
- Los mensajes de WhatsApp borrados por los policías sospechados.
- La amenaza del subcomisario de Buratovich, Pablo Regullón, al abogado Peretto el día que unos chicos de una secundaria de Buratovich encontraron huesos en un basurero. “Había un patrullero de la Bonaerense en el lugar. Les digo que se fueran porque ya estaban apartados de la investigación. Empezaron a llegar cada vez más. Y el subcomisario Reguillón me dice: ´Igual vos quedate tranquilo que todo lo que estás diciendo por las radios lo tengo anotadito y ya sé qué tengo que hacer con vos cuando esto termine`”. Reguillón fue desafectado.
- El móvil del Comando de Patrullas de Bahia Blanca secuestrado por la Justicia federal que el 8 de mayo se detuvo durante 35 minutos a 800 metros del lugar inhóspito donde el pescador encontró el cuerpo.
Con la confirmación de la identidad, ahora la autopsia debe avanzar sobre las causas de la muerte de Facundo. La perito de parte adelantó que, según los estudios preliminares, se trató de “una muerte violenta por asfixia”. La versión policial abona la hipótesis que Facundo tuvo un accidente mientras caminaba por las vías.
Cristina ya confirmó que lucharán por sostener la carátula de desaparición forzada.
Y reiteró las palabras que Facundo pintó en un mural de la estación de Luro, el 24 de marzo de 2014: “Memoria, Verdad y Justicia”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro.
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro.
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro.
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro.
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro.
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro.

Foto: Juan Valeiro.

Foto: Juan Valeiro.
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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