Nota
Reportaje a James Petras: «Kirchner va a caer entre dos caballos»
El sociólogo norteamericano, antes de partir de Buenos Aires y luego de visitar Neuquén y dar varias conferencias en la Capital, formuló su pronóstico: el nuevo presidente es un jinete incómodamente montado sobre las demandas de la sociedad y las del poder, que ya empezó su campaña de debilitamiento. La crisis, entonces, retornará rápidamente. Así de contundente es este Petras que critica a todos, excepto a Zanon.
En el segundo subsuelo de un hotel ligeramente inconcebible, mientras se escucha estruendo de vajilla amontonándose para ser lavada, el sociólogo norteamericano James Petras estruja su gorra gris y pronuncia una profecía:
«La crisis argentina volverá con mucha fuerza en seis o nueve meses. Es inexorable. Kirchner va a caer entre dos caballos». El nuevo presidente sería un jinete incómodamente montado sobre las demandas la sociedad y, a la vez, las demandas del poder que realizará una campaña de debilitamiento. Para Petras, esa campaña ya la inició el diario La Nación. Y la cabalgata tiene plazo fijo.
Esa es una de las conclusiones que sacó de su reciente visita a la Argentina, donde brindó varias conferencias en las cuales anunció que visitaría la fábrica de cerámicas recuperada Zanón, en Neuquén: «Voy para aprender cómo ganar. Porque eso es lo que me interesa. No sufrir y perder. Y sí luchar y ganar».
Una de las diferencias de Petras con otras celebridades que visitan a la Argentina, además de sus ideas y cabalgatas, es el hotel. Lo instalaron en uno de dos estrellas, el Ayamitre, ubicado -como su nombre lo indica de modo inolvidable- en Ayacucho y Mitre, Buenos Aires. Por ahí rondan turistas ostensiblemente ahorrativos: afroamericanos de mirada desconfiada, vecinos paraguayos, chilenos y bolivianos de compras, y centroamericanos inciertos bajo la mirada de un conserje integrante de la tradicional colectividad española. Sirven el desayuno en un segundo subsuelo de fórmica y neón que sobrevivirá a cualquier bombardeo, donde colapsan todas las señales radiales y todos los celulares.
Allí Petras con su viejo estilo, provocador, un poco esquemático y siempre polémico, revisa su visita que atravesó la primera vuelta electoral, la posterior fuga y misterio protagonizada por el menemismo, y la situación de la izquierda y los movimientos sociales.
-¿Por qué está tan seguro de que la crisis volverá?
-Al principio habrá un repunte. Lavagna no es tonto. No es tonto. No es Cavallo, no está totalmente entregado. Va a tratar de lanzar una recuperación económica, planes para favorecer la industria. Comercio, obras públicas, construcción. No hay duda de que en algún sentido van a tener un pequeño repunte, a partir de junio o julio, pero llegando a septiembre, será el pacto con el FMI. Ese será el primer retroceso del gobierno. Concesiones.
-Pero Kirchner ha dicho que está demostrado que se puede vivir sin el Fondo. Y que no quiere presiones.
-(Con una chispa de ironía en la mirada) Mire. La gente que celebra la salida de Menem está equivocada. Menem no es persona. Menem es el nombre de la configuración del poder institucional, económico y financiero, que va a hacer un contraataque contra las exigencias mínimas de Kirchner.
-¿En qué consistirá el contraataque?
-No van a pagar impuestos, van a seguir evadiendo. Los bancos americanos y extranjeros aquí van a ayudar para que siga la fuga de dinero. No van a aceptar ningún dirigismo. Nada de dirigir inversiones de largo plazo, fomentar la producción industrial. Entonces, el proyecto del gobierno depende de la colaboración capitalista, financiera, sindicatos, Estado: ese es el concepto de que con disciplina al capital y ajustes a los obreros va a poder lanzar obras y proyectos. Pero primero, yo creo que los capitalistas no van a aceptar ningún sacrificio. No están acostumbrados. Y creen que con la salida de Menem del ballotage van a aumentar la imagen de un presidente minoritario. Van a tacharlo como débil, y cosas peores. Es una campaña que ya lanzó el diario La Nación.
Del otro lado, los obreros y los empleados con su expectativas, no están en posición de someterse a ningún ajuste más. Creo que Kirchner va a caer entre los dos caballos, no será parte de un proyecto derechista, ni de uno progresista.
-¿Y entonces?
-Entonces el peligro en esta situación es que la izquierda no esté pensando el futuro, planificando un proyecto político. Podría dar Kirchner un viraje a la derecha profundizando la crisis y las tensiones sociales, o podría entrar al escenario una combinación de López Murphy con la base menemista para una política proto-fascista. Murphy es un fascista disfrazado, particularmente después de la derrota que sufrió como ministro. Ya no va a jugar con guantes blancos.
Es un escenario que con algunas oportunidades para cambiar el sistema, por la debilidad del proyecto de Kirchner, pero también hay peligros. La mayoría de los progresistas están haciendo propuestas a Kirchner para que sea un keynesiano reformista consecuente, pero creo que Kirchner no tiene conciencia de hacer un viraje hacia un verdadero izquierdismo reformista, sino de conseguir cambios instrumentales para fortalecer un proyecto de liberalismo con tintes desarrollistas.
Creo que este proyecto tiene pocas posibilidades en el mediano plazo. Un repunte de meses, no más.
-Que usted relaciona con las negociaciones con el Fondo.
-En agosto o septiembre va a ser el momento de la verdad. Veremos si Kirchner empieza a adaptarse a las exigencias del gobierno norteamericano, que ya desde el primer día reclama un ajuste, pagar la deuda. No le dieron ni un momento de respiro. Ellos creen que, a mayor presión sobre el gobierno, mayor posibilidad de que le den las espaldas a los que lo votaron o pensaron en votarlo.
Pero la situación más crítica, política, va a ocurrir a partir de octubre o noviembre. Eso es más o menos como veo la cosa. Queda un residuo de organizaciones sociales poderosas. Zanón, los desocupados tienen una fuerza formidable, hay menos asambleas populares, pero queda una conciencia crítica. No creo que las facciones del partido injusticialista representen a la gente. La gran mayoría de los que iban a votar tenían otro programa. Ni Saa ni Kirchner, que no tenían nada que ver con las necesidades ni las percepciones del pueblo. Eran el mal menor, para parar a Menem.
Pero la derechización de las opciones no significa la derechización de las conciencias.
-Usted dijo que iba a Zanón, para aprender ¿Qué le pareció la visita?
-Fue muy positiva en todo sentido. Entre todas las limitaciones que hay, entre el boicot del gobierno, la falta de créditos y el esfuerzo por estrangular la actividad económica, hay allí más 300 obreros trabajando con mucha disciplina y con ventas y producción. Pagan salarios igualitarios de 800 pesos. Además hay participación de obreros en las asambleas, sus comisiones, su dirigentes. Todo está en orden.
Faltan otras cosas: más financiamiento, extender sus redes de comercio, etcétera. Lo que más me impactó es la unidad de los diferentes sectores sociales. Desocupados, ocupados, sindicatos de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), CTA (Central de Trabajadores Argentinos), y todos, profesionales, médicos, abogados, los que no son de derecha apoyan este movimiento. La iglesia también. Esta unidad es el mecanismo de supervivencia. Y es una buena lección para toda la Argentina, porque quiere decir que se pueden unificar fuerzas y a partir de esa unidad lograr el éxito de los proyectos sociales y económicos.
-Un argumento es que ese tipo de consenso es más fácil en el interior que en las grandes ciudades.
-Eso es una parte de la explicación, pero no toda, no es la simple geografía. Yo creo que hubo una política astuta de Zanón que buscó unir fuerzas. No pensaban que eran la vanguardia de todo. Trabajan junto con los desocupados, no hay esa división de sindicatos por un lado, desocupados por el otro. Por ejemplo, cuando golpean a los desocupados, los obreros se movilizan frente a las comisarías para liberar a los encarcelados.
Todo eso me parece extremadamente positivo, en contraste con algunas actividades y movimientos en Buenos Aires donde cada grupo tiene sus piqueteros, sus fragmentos, y no están a la altura de tener alianzas orgánicas.
-Usted decía que frente a la crisis, muchos grupos se han preocupado más que nada por aumentar su número de afiliados.
-Sí. Fíjese que con Duhalde las desigualdades crecieron, las cifras de pobreza subieron, pero uno tiene que ver que frente a este fenómeno los movimientos sociales no estuvieron a la altura de canalizar un proyecto político sumando fuerzas. A lo sumo, querían que su grupúsculo crezca un poco.
Otro problema: también existía una ideología casi anarquista, que pensaba sólo en la horizontalidad, que cualquier líder o programa eran autoritarios, que la perspectiva política era una imposición inaceptable. Y terminaron por desorientar a todos, porque se dedicaron a hablar, hablar, hablar, sin tomar decisiones concretas para actuar particularmente en un proyecto político. Así, la gente empezó a irse y cada uno trató de buscar soluciones personales.
Y entonces aparecen los punteros, con las bolsas de trabajo, para reconstruir redes vinculadas con el gobierno, cooptando algunos líderes locales, y debilitando la unidad. Todos estos factores son parte del retroceso.
-Es un laberinto. Los partidos de izquierda -según usted mismo ha dicho- viven con un balde en la cabeza: no ven y escuchan sólo sus propios gritos. Por otro lado, frente a esos grupúsculos -uso sus palabras- que fragmentan todo lo que tocan, muchos movimientos buscaron ganar autonomía. Pero ahora usted dice que al hacer eso son anarquistas. No lo entiendo.
-Mire, yo creo que hay un fetichismo del «que se vayan todos», la autonomía, la horizontalidad, han hecho tanto o más daño que la izquierda a los movimientos sociales.
-¿»Que se vayan todos» es fetichismo?
-Es fetichismo porque no entienden que las asambleas necesitan un liderazgo, necesitan un programa, una visión del poder, y cuando no, terminan cada cual haciendo pequeños emprendimientos estilo «oenegés» (organizaciones no gubernamentales) montándose en una situación de dependencia absoluta de las bolsas de trabajo, y con sus propios caciques locales que dominan todo en nombre de la horizontalidad.
Yo creo que disolver las asambleas no fue cosa sólo de los grupos de izquierda. Horizontalidad absoluta, discusión de cualquier cosa ad infinitum, o solamente buscar soluciones a los semáforos en las esquinas: yo creo que todo eso terminó despolitizando a mucha gente, que se alejó de las asambleas que no servían para resolver problemas. Y la otra cara de la moneda: si los horizontalistas no tienen ninguna solución, mejor ir al puntero, que trae una bolsa de comida, o encuentra un trabajo de tres meses. Son dos lados de la misma cosa.
-Pero Petras: negar la horizontalidad es negar el debate político a los que están afiliados a un partido de izquierda.
-No, no. Acá se confunde. Incluso este inglés expatriado (se refiere al irlandés John Holloway, autor de Cambiar el mundo sin tomar el poder) que estuvo aquí en ese grupúsculo de los situacionistas, hablando del «no poder»
Eso no tiene ninguna influencia en ningún país del mundo, mucho menos en Inglaterra. No conozco a nadie en el mundo que no quiera el poder. Una mujer quiere poder para manejar la casa, busca formas para negociar. Los indígenas cocaleros quieren el poder en Bolivia, los Sin Tierra luchan por el poder. Y esto otro es la masturbación intelectual de la pequeña izquierda intelectual de las universidades, con un fantasma, una idea que no se ubica en la realidad. Pero le van dando vueltas-vueltas-vueltas, hasta que empiezan a creer sus propias ideas sustituyéndolas por la realidad.
Este inglés nunca supo nada de América Latina, no conoce la validez de ningún nacionalismo, y dice que hablar de imperialismo es «distraer a la gente de la lucha internacionalista».
¿Sabe qué es? Es un típico británico imperialista, que nunca entiende nada. Parece de izquierda radical, pero no entiende que la lucha social empezó en la lucha contra el colonialismo y la dominación. Yo creo que en este sentido debemos decir que aquí hay que construir las teorías en función de la realidad de los países.
-Los que hablan de no tomar el poder se fundamentan en algo tan local como el zapatismo mexicano, y el subcomandante Marcos. ¿Usted qué opina?
-No, no, es una mala lectura. Los zapatistas tenían el proyecto inicial de marchar a la ciudad de México y conquistar el poder. Había una coordinadora de 30 organizaciones armadas en el resto del país, que continuaban debatiendo el momento, las condiciones
y al final los zapatistas decidieron arrancar el motor tomando la iniciativa. Lo que pasa es que los otros grupos no los acompañaron. La marcha a México no funcionó.
Además, el programa original era antiimperialista, contra el Nafta, y abiertamente declarado socialista: poder, capital, socialismo. Cuando coparon dos ciudades el ejército entró en combate y los zapatistas tuvieron que retroceder y quedarse en un cerco. En ese espacio geográfico limitado, algunas comunidades indígenas los apoyaron. Marcos convocó a dos conferencias nacionales para ver si podía montar una organización política para todo el país. Hubo participación muy entusiasta de hippies, feministas, homosexuales, algún sindicalista. No tenía bases sólidas para montar un frente nacional.
Entonces se queda con el frente zapatista, un grupo de presión y de propaganda, pero nada más. Frente al cerco y frene al fracaso de no haber podido montar una organización, Marcos empieza a cambiar su discurso y a adaptarlo a la nueva realidad: ahora dice que no van a conquistar el poder. Entonces hablamos de los «procesos limitados», convirtiendo el defecto en virtud, y elaborando teorías sobre las limitaciones. Los extranjeros teóricos pequeñoburgueses extrapolaron todo de su contexto y montaron toda esta teoría del no poder. Pero los zapatistas tienen armas para defender lo poco que les queda. Es poder. El fusil es poder. Si no quieren el poder, ¿por qué no desarmarse, o dejar que el ejército entre? No tiene ninguna lógica.
-El hecho de decidirse por la autonomía requiere poder.
-Sí, pero lo del zapatismo es como el cuento de la zorra y las uvas. Como no las podía alcanzar, decía que las uvas eran amargas.
-Pero Petras, la gente busca alternativas a los partidos de izquierda, porque también han sido un fracaso. Insistir en el error es una forma de locura.
-Ahí volvemos al comienzo. Las prácticas de luchar por el poder a partir de la unidad de sindicatos, obreros, desocupados, sectores progresistas, existe en Neuquén. Si utilizamos eso como modelo de cómo hacer política, combinando lo micro con lo macro, lo social con lo político, las asambleas con liderazgos de representación, creo que tenemos la base realista de cómo se debe construir. Ni el sectarismo de la pequeña izquierda, ni el infantilismo de no querer el poder. Es una construcción desde abajo, pero con un conocimiento de a dónde quieren ir.
-Ahí está el problema. Todo lo ocurrido en los últimos tiempos, piquetes, asambleas, fábricas recuperadas, movimientos: nada de eso surgió de los partidos que sólo van atrás a alimentarse de eso.
-Estas actividades fueron muy positivas porque movilizaron y politizaron a mucha gente y pusieron presión sobre el sistema de dominación tanto partidario como gubernamental y sobre la burocracia sindical. Es positivo, pero no avanzaron más allá, hacia un proyecto político apuntando al poder. Era más un grupo de negación. Y de afirmación sectorial. Pero fracasó, y hay que aprender la lección. Creo que ahora hay que presionar al ATE, a los docentes, forzar a que rompan con los partidos dominantes. Hay que presionar para que se convoque a una formación política unitaria aunque sea reformista, para el bienestar social y mejorar los ingresos y bajar la desigualdad.
-Lo que usted dice me suena a lo que convocó Víctor De Gennaro, de la CTA.
-Pero fue muy confuso y poco consecuente. Él siempre llama a formar un movimiento, para utilizarlo como un mecanismo para negociar con los partidos. Pero no pasa nada: es como un matrimonio que nunca se consuma. No está a la altura de crear algo.
Aquí, el paso próximo es unir a las fuerzas sociales nuevas y dinámicas con estructuras de clase obrera, trabajadores, clase media, media baja, empobrecidos, en un proyecto político que puede ser izquierdismo o reformismo consecuente, dentro del cual la izquierda pueda dialogar y sostener su visión.
-Usted supone que los movimientos sociales deberían poder institucionalizarse ¿En un partido político? ¿O cómo?
-Creo que deben coordinar los roles dinámicos, trabajo de base, con la estructuración con un partido que tenga alguna continuidad y que busque una relación con el poder, con el parlamento, las municipalidades. Hacer una combinación, como Evo Morales en Bolivia, que lucha cortando caminos, con grandes confrontaciones casi insurreccionales, mientras en el parlamento está criticando y denunciando. Con un movimiento que reúne a los cocaleros, los obreros, los jubilados, con una visión del socialismo, pero con un gran líder que está metido en todas partes, está en el parlamento y está en la calle. Está en la asamblea y dando conferencias de prensa. Y tienen asambleas, pero asambleas con delegados y dirección, no una asamblea anarco.
-Pero en la Argentina esas delegaciones y representaciones fueron una estafa o una traición demasiadas veces. No es que la gente las cuestiona porque se volvió anarquista de golpe, o porque amaneció con esa ocurrencia.
-Es cierto. Hay peligros en la cooptación. Pero mucho depende en los mecanismos que tengan las asambleas para descalificar y reemplazar a los delegados.
-Usted dice que las asambleas y movimientos deberían hacer un frente en el que la izquierda cumpla cierto rol. Lo que le van a contestar es que la izquierda tradicional, apenas existe una posibilidad de ese tipo, tiende a controlarla, y termina por romperla.
-Ahora en Zanón hay miembros de partidos de izquierda. Pero son minoría, y la hegemonía la tienen obreros, sindicalistas, que no son miembros de partidos. Y la regla de juego es que se acatan las decisiones de las asambleas, y del sindicato. Está descalificado alguien que empieza a empujar en contra. Los obreros que están en grupos o partidos sienten la presión de los compañeros para acatar las decisiones de las asambleas. Yo creo que si se portan sectariamente serán descalificados y despreciados. Lo principal es la identidad con la fábrica y con la lucha. Para mí, es un buen ejemplo de cómo se puede funcionar.
-Empezó hablando de una crisis futura en la Argentina ¿Cree que hay opción de evitarla?
-No, dadas las configuraciones de poder y los compromisos que se están elaborando, yo creo que la economía va a tener un pequeño repunte, pocos meses, y luego una tendencia hacia abajo. Segundo, yo creo que el gobierno se va a desgastar. Tercero, van a surgir otras movilizaciones populares. Pero también la derecha -en particular López Murphy, los Estados Unidos y el FMI- va a tratar de crear un reemplazo del gobierno. Y todo se va a polarizar entre la extrema derecha y la izquierda social y política.
Según Petras, que huyó del subsuelo calzándose su gorra gris de los años ’50 cuando comprendió que la charla se había hecho más larga de lo previsto, parece haber una oportunidad para la sociedad, siempre que los que quieran honestamente cambiar las cosas piensen en el poder, y liberen su ajuar político del abuso de baldes en la cabeza.
CABA
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
- Revista MuHace 5 días
Mu 205: Hay futuro
- ArtesHace 4 semanas
Vieron eso!?: magia en podcast, en vivo, y la insolente frivolidad
- Derechos HumanosHace 3 semanas
#140: otro nieto recuperado
- NotaHace 1 semana
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
- Derechos HumanosHace 2 semanas
Nueve relatores de Naciones Unidas ante “el grave deterioro de las libertades fundamentales” en Argentina