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San Trabajo: lo nuevo que se está moviendo

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Una caravana convocada por organizaciones sociales colmó las calles porteñas con 100 mil personas que marcharon desde Liniers a Plaza de Mayo en el día de San Cayetano. Fue la aparición de otros actores sociales: los más humildes, los informales, las cooperativas. Adhirieron sectores sindicales. Reclamos por la falta de trabajo genuino y los tarifazos, llamados a la unidad, a la marcha federal y al paro nacional. Voces, colores, historias e ideas que fluyeron bajo el sol del domingo

Esta vez el contador mental entró en cortocircuito. En un momento de la tarde se hizo imposible seguir calculando las cuadras, las personas, las caras, las banderas, los colores, los cantos, las consignas y los carteles de la impactante movilización que organizaciones y movimientos sociales convocados por Barrios de Pie, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) sostuvieron desde las 9 de la mañana a lo largo de más de 10 kilómetros.

Liniers fue el punto inicial de la concentración. El santuario de San Cayetano, santo patrono de los trabajadores, y uno de los más populares en Argentina, fue el punto de encuentro más allá y más acá de lo religioso, de acuerdo a lo que se vislumbró en la caravana a puro sol. El punto de llegada fue la Plaza de Mayo, 110 cuadras más allá, donde algunas de las organizaciones habían preparado ollas populares y choripanes para los que venían marchando.  

Según los cálculos de los organizadores en Plaza de Mayo, donde un  gran escenario dejaba ver las consignas “Paz, pan y trabajo” y “Tierra, techo y trabajo”, la marcha rompió todos los cálculos: 100 mil personas. El número fue aún mayor si se tiene en cuenta la cantidad de personas que acompañaron sólo tramos de la caminata en cada barrio.

Como Noemí, por ejemplo, que habla desde las escalinatas de un Templo Evangélico en el barrio de Almagro, y saluda con los dedos en V: “Está muy difícil todo. Uno quisiera que a este gobierno le vaya bien para que nos vaya bien a todos, pero hay cosas que no están de acuerdo a las necesidades del pueblo. No se piensa en la gente que menos tiene, sino en la que más”.

O como Antonio, vendedor de roscas en la calle, que vive en la Villa 31 en Retiro, y dice: “La gente ya no puede estar pidiendo comida por todos lados. Tiene que haber alguien que sepa gobernar. ¿Sabés por qué? Los pobres están aplastados”.

Quizá sea por eso que, en este domingo fresco y a la vez casi primaveral, la calle tiembla.

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3.200 pesos

Uno de esos temblores proviene de la marcha de Romina, militante de la CCC en La Matanza, que camina con un casco amarillo sobre su cabeza y una descripción precisa: “La situación no da para más. En este tiempo estamos sintiendo mucho la crisis, más nosotros que somos de la parte más pobre de La Matanza: González Catán, Laferrere, Casanova. Allá está peor que en otros lados. Mucha pobreza, mucha criatura, mucha gente. Y con un plan no hacés nada. Nosotros estamos en cooperativas de construcción, de cloacas, de agua”.

¿Cuál es la principal demanda en los barrios? “Lo alimenticio. La gente va a la escuela por más que no tenga clases. ¿Sabés por qué? Porque tienen comedor. Por lo menos comen una vez por día, o toman una copa de leche. Aunque últimamente no hay nada.  Antes por lo menos te daban para los comedores, ahora ya ni eso. El gobierno se tira la pelota de un ministerio a otro. La situación cambió un 100 por ciento de un año para acá. En un grupo familiar tenías antes a uno que trabajaba en cooperativa o en alguna obra, y por lo menos la piloteaba. Ahora no tienen a nadie. El Gobierno tiene que generar trabajo. Yo no quiero un plan Argentina Trabaja, yo quiero laburar. No importa qué. Pero no quiero un plan que sabés que a veces te lo dan, y a veces no”.

¿Cuánto percibe un integrante de esas cooperativas? “Entre 3200 y 4000 pesos. Imaginate si tenés 4 o 5 personas en tu familia. A veces me sale alguna changa, como cortar el pasto, limpiar una zanja o lavar la ropa, pero tengo tres chicos y, a la vez, estoy sola. Se complica”.

Leonor, de Ingeniero Maschwitz (Escobar), marcha sosteniendo una de las tres T (por “Tierra, Techo y Trabajo”) junto a dos compañeras de la Federación de Cartoneros nucleada en la CTEP: “Somos 5200 sólo en una cooperativa, en Capital. La estamos viviendo bastante duro. Todo está caro. No se puede vivir. Nosotros vivimos el día a día y no podemos pagar un litro de aceite a 90 pesos en los barrios. Hoy un cartonero saca 300 pesos por día viniendo a trabajar más de 8 horas. Y el Gobierno de la Ciudad no nos cumple con lo acordado: ropa, indumentaria, bolsones. Y en estos días estamos viendo cada vez más necesidad y hambre. Tuvimos que inaugurar un merendero. Por todo eso marchamos. Lo bueno es que acá hay unidad, y unidos hacemos la fuerza”.

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El vicio del círculo

Frente a todas las columnas de organizaciones sociales marcha el Movimiento Misioneros de Francisco. Santiago, de General Madariaga, camina con una pancarta que de un lado tiene el rostro del padre Carlos Mujica y del otro, al obispo Enrique Angelelli, símbolos de la Teología de la Liberación en Argentina. Asesinado uno en tiempos de la Triple A y el otro en un accidente fraguado durante la dictadura.

“Hoy se empieza a debatir nuevamente la Teología no como una forma de hacer política, sino como una forma de acompañar a los trabajadores. Acompañamos a los que no tienen pan en la mesa y se han quedado sin trabajo. Estamos reclamando pacíficamente en nombre del Papa Francisco para que se cambie para mejor la calidad de vida de los compañeros. En Madariaga hay cada vez más desempleo y se están abriendo cada vez más merenderos”.

¿Cuántos? “De diciembre a hoy se abrieron siete nuevos comedores. Estamos dando lo que la  sociedad no recibe del Estado. Y la cantidad de chicos aumentó”. ¿Por qué? “Los padres se quedan sin trabajo y mandan a los chicos a los comedores. En algunos casos, hasta los padres vienen. En Madariaga, por ejemplo, no se permite la venta ambulante, y el que no puede vender tortas fritas no tiene para comprar el pan. Entonces es un círculo vicioso que hay que cambiar, primero, fijándose qué necesita la gente, y no las empresas. Si las empresas necesitan aumentar las tarifas, la gente se va a quedar sin comer. Contra eso marchamos”.

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Cuando falla el consumo

Adriana no marcha, pero desde el cordón saluda la movilización.

-¿De dónde es?

-Caballito, lamentablemente.

-¿Por qué lamentablemente?

-Por son todos gorilas.

¿Qué le parece lo que está viendo?

-Estoy de acuerdo con todo lo que sea a favor de la gente y en contra de este Estado que tenemos ahora. Yo soy de la época del  ‘76, y esto me da aire. Que la gente reaccione es bueno. Porque la cosa está mal, pero es parte de la política que ellos están implementando. O sea: lo están haciendo bien. No es un error, es una política que no está a favor de las grandes mayorías.

Más allá de su lamento por el barrio, el ruidazo del jueves en Caballito contra el tarifazo fue uno de los más potentes en la Ciudad. “Y… la gente no es pelotuda. Llega un punto en que el bolsillo te duele, aunque no tengas ideología, lo cual me parece horrible. Y si no podés consumir lo que llegabas a consumir, tarde o temprano vas a salir a la calle”.

Enrique, de Floresta, no pertenece a ninguna organización. Sólo camina tomado de la mano con su mujer, Ana. “Estamos hartos de todo lo que está ocurriendo. Toda la vida marché. Ahora con más razón: tengo 70 años y viví muchas de estas. Espero que la gente joven pueda cambiarlo. Hay que insistir. No hay que bajar los brazos nunca. Todo está mal, no hay algo particular: no hay trabajo, no alcanza el dinero. ¿Qué más hace falta? No hay que quedarse. Hay que salir y protestar. De a poco. Esto es un inicio. Hay que insistir. Hasta que nos oigan”.

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El dato novedoso

Daniel Menéndez, coordinador nacional de Barrios de Pie, dice que la columna del movimiento llegó a unas 10 mil personas. “La principal demanda es el trabajo. A partir de la pérdida de la changa y de trabajo informal, vinieron todos los problemas. Los comedores colapsados, parroquias abarrotadas y más problemas con la droga, todo  tiene que ver con una ausencia del Estado que mantiene lo peor de los aumentos permanentes de precios en lugar de generar empleo”.

¿Cómo se sigue después de la movilización? “Ahora la responsabilidad está en el campo del gobierno. Se ha demostrado y canalizado una expresión de un sector social que está mal. Ahora queda ver qué va a hacer el gobierno con estos reclamos, con este cuestionamiento a la política económica. No es que vinimos porque no teníamos nada que hacer un domingo, sino porque hay problemas concretos vinculados con la situación social”.

¿Cómo interpreta este hecho político? “Yo creo que es histórico. No recuerdo una expresión sobre un sector que está por afuera del mercado laboral, que no está expresado en los gremios tradicionales. Ha sido muy significativa y muy potente. Ahora estamos expectantes: pedimos que se declare la emergencia social y se dicte un comité de crisis. Si no, vamos a trabajar hacia la movilización federal”.

Barrios de Pie estuvo en el gobierno kirchnerista, pero fue de los movimientos sociales que rápidamente tomaron distancia. ¿Cómo se lee esta diversidad en la calle con un mismo reclamo?  “Estamos expresando una demanda con legitimidad. No hay especulación política. Simplemente señalar la realidad que estamos viendo. No estamos militando más que por los intereses de los sectores populares. El dato novedoso es que hay sectores de la CGT que se acercan a este reclamo. El tiempo dirá. Si no se afloja la intensidad del ajuste, todos vamos a estar hablando con todos, espalda con espalda, buscando la mejor salida”.

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Confluencias

Fredy Mariño, integrante de la Mesa Nacional de la CCC, describe cómo está la organización hoy:

“Tenemos, como otras organizaciones, cantidad de compañeros beneficiarios de planes sociales, de Argentina Trabaja, cooperativas que hacen viviendas, cañerías para agua potable, cloacas, que ambicionan a partir de su esfuerzo ganar medianamente un salario mínimo vital y móvil. Hay compañeros que ganan 3200 pesos con un índice inflacionario del 40 por ciento”.

Mariño piensa la jornada cuando la marcha viaja por Congreso: “El tema es cuál es el grado de unidad popular, porque sería difícil explicar esto si no entendés que las políticas de entrega, de hambre, de tarifazo, de inflación, en fin, de macrismo, nos une. Nosotros movilizamos unos 6 mil compañeros Es una jornada extraordinaria. El objetivo está logrado. El asunto es que esto continúe porque, la situación actual, no aguanta más”.

¿Cómo se logra? “Sabemos que hay tremendas diferencias políticas en esta confluencia, pero lo importante es la confluencia en las calles. Después, cada uno tiene sus salidas políticas. Construimos a partir de salir a la calle. Es tan simple y complejo como eso”.

Esteban “Gringo” Castro es secretario general de la CTEP, la organización de la economía popular cuya obra social aglutina a unos 25 mil afiliados: “Pensamos la jornada con estas consignas porque recuperan la memoria histórica de la lucha de los trabajadores. Hay una avidez por expresarse. Pero hoy lo planteamos desde el punto de vista de los trabajadores más humildes. Queríamos hacer visible eso. Y se dio en un proceso de unidad porque vinieron compañeros de la CGT, las CTA. Están dadas las condiciones para crecer en esa unidad. Nos gustaría avanzar hacia un paro nacional con movilización, con otra plaza abarrotada. No estamos dispuestos a volver a los 90”.

¿Cómo se lee esa diversidad que va desde sectores kirchneristas a organizaciones que incluso durante el acto han criticado al kirchnerismo? “Tenés que construir socialmente lo más amplio que puedas. Políticamente, la amplitud es difícil de lograr porque en procesos electorales todo se fragmenta. Pero hay que ir hacia una unidad social: por eso vas a ver a compañeros que somos kirchneristas y reivindicamos a Néstor y Cristina con sectores que han criticado y puesto el eje en lo que faltaba por hacer, más que en lo que se había hecho”.

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Apuntes

Además de las organizaciones citadas, otras banderas: Seamos Libres, JP Evita, La Alameda, Movimiento Sur, Conadhu, bancarios, molineros, judiciales, Federación Universitaria de La Plata, la FUBA, Movimiento Popular La Dignidad. Entre otros dirigentes sindicales, se vio a Hugo “Cachorro” Godoy (secretario general de ATE Nacional), Sergio Palazzo (secretario general de La Bancaria), Hugo Yasky (CTA) y políticos como Jorge Taiana, Juan Manuel Abal Medina, Claudio Lozano, Fernando “Chino” Navarro.

Todos los oradores desde el palco apuntaron a la marcha federal y al paro nacional que, según el murmullo de estas calles colapsadas, cada vez está más cerca. También se pide por la reacción de las CGT frente al presente.

Alguien llevaba un cartel: “Macri, devolvenos el país que nos sacás todos los días”.

Subieron a saludar desde el palco la Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora Nora Cortiñas y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

También estaba el historiador y periodista Osvaldo Bayer, sentado frente al escenario. Una de las mayores ovaciones de la tarde.

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Agarraditos

Joana es de Zárate y marcha con cartoneros y recicladores. Está vendiendo sandwiches de milanesa: “La situación está bastante brava. Cobramos 4 mil pesos. Imaginate: tengo una nena y le estoy pagando a la niñera 1500 pesos por mes”. A una cuadra de distancia habla Alicia, de la cooperativa de recicladores El Alamo: “Somos una de las 12 cooperativas que tiene contrato con la Ciudad, pero nuestros compañeros ya están sintiendo esta crisis. Más allá de los manejos políticos, el pueblo está sintiendo que empieza a peligrar lo más básico. Este primer paso espero que no sea el último, porque el que tiene trabajo y el que no, tienen que pelear muy agarraditos de la mano”.

Miriam, de Retiro, trabaja en una de las cooperativas de Barrios de Pie de barrido de limpieza y mantenimiento. “En el barrio estamos un poco complicados. Mucha gente se quedó sin trabajo. Mucha gente pobre. Por eso tratamos de participar en los movimientos sociales, porque en grupo podemos conseguir algo más”.

Facundo, también de Barrios de Pie (trabaja en una cooperativa que hace mantenimiento de edificios), se vino de Virrey del Pino (La Matanza), en medio de Plaza de Mayo: “Con un sueldo de 3100 pesos no llegamos a fin de mes. El aceite, los pañales: no llegás. Hoy combinamos con San Cayetano. Desde Liniers que estamos caminando. En el barrio la situación es desastrosa: tenemos gas envasado y la garrafa está 170 pesos, las calles se inundan, vivimos en casillas precarias. Es lamentable”.

Micaela Román, de la coordinación de Mujeres del Movimiento Evita en Chivilcoy: “Las medidas están pegando en los bolsillos de los compañeros. Esto es una demostración de fuerzas. El pueblo va a salir a la calle y no va a retroceder ni un centímetro de los derechos conquistados”.

A unos metros está Eva, jubilada, que se vino de Monte Grande con un cartel escrito a mano: “San Cayetano: ayudanos a recuperar los 12 mil puestos de trabajo”. No milita. ¿Por qué vino? “Estamos perdiendo todo lo conseguido. En 7 meses, todo para atrás. No hay nada que favorezca al trabajador. Nosotros, gracias a Dios, la podemos contar, pero la Argentina es una máquina: si uno no anda, no anda nadie. Ellos están haciendo lo que saben hacer. Pasa que fue tan bestia eso, que sentimos que nos quisieron asesinar de entrada”.

La Plaza repleta, ahora cantando el Himno, está viva.

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Lo que se ve andar

Sobre 9 de Julio y Avenida de Mayo, apoyado en los barrotes de la boca del subte, está Héctor, empleado, hombre veterano que mira en silencio la marcha. Solo observa. ¿Qué ve? “Algo espectacular, fantástico. La verdad que al ver que la dirigencia sindical no hace nada, no moviliza, con este movimiento tendrían que arrancar de una vez por todas. La situación es una vergüenza. Indignante. Pero así son las cosas. Tiene que salir la gente, los trabajadores, los más humildes y necesitados, o no se va a mover nada. Yo estoy muy conmovido por esta marcha”.

Se lo ve: tiene los ojos como dos gotas de agua. “Por eso vengo a acompañar. No grito, no tengo bandera. Y de una vez por todas creo que los dirigentes sindicales se van a tener que poner al frente. No les queda otra, hermano, porque tarde o temprano los van a sacar del cogote”.

Héctor sigue mirando y hablando. “Soy un laburante, esto me impacta, pero cuando le impacta a los mas humildes además me pone en rebeldia, ¿entendés? Acá además de la muchachada hay gente grande, familias enteras participando. Estoy orgulloso de esta clase trabajadora. ¿Sabés que pasa? Tengo 70 años y viví muchas épocas. Tengo hasta bisnietos. ¿Qué nos espera así? Los medios trabajan de tal manera que la gente es capaz de votar contra sí misma. Yo creo que va a haber una salida. ¿Sabés por qué? Porque así no se aguanta más”.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

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A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

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Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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