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Sellos independientes: la música por abajo

Una charla en Mu Punto de Encuentro reunió a siete sellos musicales independientes para hablar de la escena. Cómo trabajan, cuáles son las tendencias y qué falta.

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Una charla en Mu Punto de Encuentro reunió a siete sellos musicales independientes para hablar de la escena. Cómo trabajan, cuáles son las tendencias y qué falta.

Sellos independientes: la música por abajo
Una lectura de la época requiere tener atentos los cincos sentidos, entre ellos, el oído para escuchar, además de los bocinazos, música. La radio, la televisión y los afiches en la calle pueden aportar algunos nombres, estribillos y melodías pero, como todo lo que pasa por esos medios, siempre el iceberg es más grande – y más sólido- que la punta.
Hablar de sellos discográficos puede resultar anacrónico si todavía los pensamos, como su nombre indica, como meras etiquetas que se imprimen justo en el final del proceso de creación: una especie de apadrinazgo que funcionó durante muchos años, que tuvo sus auges y sus fracasos y que hoy subsisten, con el mercado a la baja de discos, manoteando otro tipo de lobbys.
Los sellos independientes arman su caminito al costado del mundo. Son jóvenes, son muchos y funcionan en la práctica como equipos de trabajo que se encargan no sólo de las copias físicas del CD (con variantes de vinilo y casette, por ejemplo), sino de la producción y comunicación de bandas también independientes. Muchas veces son las propias bandas las que integran sus propios sellos, como el caso de Elefante en la habitación, que reúne a seis grupos: “Laburar con 20 bandas no nos sirvió: no había criterios conjuntos. Ahora somos una mesa de trabajo de cuatro personas que nos reunimos todas las semanas. Incluir nuevos artistas es una discusión íntima de la mesa que tiene que ver con la construcción de una relación de confianza. Si nos encanta la música que hace una banda, nos preguntamos, ¿pero se puede laburar? ¿Queremos laburar con ellos?”
Cincope, otro de los sellos que se sumaron a la charla, edita a artistas en formatos de cassete y vinilo, como variantes artesanales que suman originalidad a la oferta: “En mi caso no conocía a ninguna de las bandas. Las bandas que me gustan, las veo en vivo y si pareció que daban un buen show, después intento conocerlos, miro si quieren una cosa parecida a la que yo buscaba. Y ahí es cuando la banda se suma al sello».
Azione Artigianale, por su parte, es el sello de Pez, una de las bandas del under más convocantes, más respetadas y más antiguas en esto de producirse a sí mismas: “A nosotros nos pasa que nos dejan una cantidad de mensajes de gente mandando demos. Les contesté uno por uno y dije: si querés editarlo, juntante con tus amigos, nosotros no lo vamos a hacer, pero vos lo podes hacer, no nos necesitás”, dijo Molly, la única mujer representante en la mesa.
Sellos independientes: la música por abajo

Autogestores

La de Pez es una de las voces cantantes que envalentonaron a muchas otras bandas que ven en ellos un referente en la forma de laburar (y de tocar). Lo que sumaron las nuevas generaciones, las nuevas bandas y los nuevos sellos fue, a ese “basta, lo hacemos nosotros”, un “lo hacemos juntos”.
Elefante en la habitación: “En nuestro caso el ´lo tenemos que hacer nosotros es clave´. Elefante nació como un colectivo de músicos que metían su proyecto musical, pero muchos de los de esta mesa de laburo desarrollamos nuestra capacidad de producción y gestión a la par de lo artístico, convirtiéndonos en músicos gestores. De pronto yo me encuentro haciendo tareas de planificación completamente alejado de mi creación musical”.
Alto: alguien nombró la palabra “gestor cultural”. En la mesa estuvo Pablo, que se definió como gestor cultural y explicó las responsabilidades del mote: “La gestión tiene que ver por un lado con administrar los recursos con los que contamos dentro de un proyecto, y por otro lado generar un plus. En términos quizá no tanto creativos, porque eso es del artista, sino más bien en ayudarlo con la producción, comunicación, financiamiento… Está bueno estudiarlo y está bueno aprender a gestionar la cultura. No solo hacerlo como vocación sino usarlo profesionalmente, entenderlo como una práctica profesional que hay que ir desarrollando, que es muy práctica, porque no hay mucha teoría sobre cómo hacer gestión cultural”.

Dentro del gran paraguas que es la cultura, ¿qué particularidades tiene “gestionar música”?

Fuego amigo, uno de los sellos más prolíficos de la mesa (97 discos), se cargó la respuesta: “El volumen. Creo que hay una producción, al nivel que trabajamos todos, que nos adaptamos a cualquier situación que surja, pero uno siempre quiere producir un poquito mejor. Un poco más de esfuerzo, de ingenio… Es complicado organizar giras al interior y que sepamos que va a estar buena la fecha, que podamos producirlo correctamente. Y cuando uno confía una gira en el interior ya depende de producción de terceros, ciertos gastos que se puedan cubrir. En ese sentido uno confía en que el interior se produce cada vez mejor. Paraguay, Posadas, Resistencia, Corrientes, por ese lado hace un tiempo era complicado y hoy ya hay bandas que hacen lo mismos que nosotros acá. Es un corredor que se va abriendo nuevo, con gente nueva que está aprendiendo a hacer con la misma profesionalidad que hacemos nosotros acá. Con menos recursos también.
Elefante: nosotros laburamos la idea de los “aliados”, ya sean salas de conciertos en otros lugares, lugares para tocar, sellos, gestores. Un productor, una persona de confianza para intentar hace un ida y vuelta. El modelo nuestro es “primero invitar”. Producíamos ciclos y el concepto era invitar a una banda del interior, con una banda del sello. Y eso estuvo buenísimo, porque los ves laburando. O a veces te encantó la música de la banda pero no laburaría nunca más con la banda. Y así se va construyendo una red de gente con la que se puede laburar, y es muy importante. Es entenderse como un sector, no somos proyectos que estamos ahí flotando. Necesitamos que todos laburen mejor: músicos, managers, productores. Necesitamos que se fortalezca todo el sector.

Lugares y movidas

Otro de los sellos que compartió su experiencia, Dojo discos, criticó en ese sentido la falta de lugares y apuntó a los bolicheros: “Buscan la rentabilidad de la cerveza, te da un arreglo de mierda y le llenes o no le llenes nunca se va a arriesgar. Y el centro cultural que por ahí te pone una movida más acústica, más chiquito, más grandes, te dicen lo mismo: si no metes 100 personas… Son todos iguales. Hay 2 o 3 lugares de la ciudad que no les importa la puerta, pero por ahí tienen deficiencia de sonidos: Mi casa, Naranja verde, Casa Trash. Cada vez hay menos lugares y la verdad que nuestras bandas son un sonido bastante fuerte y un poco experimental, y cuesta.
Pablo: Hace 10 años fue Cromañón en esta ciudad y eso generó un resquebrajamiento del under. Con los sellos de gestión colectiva, como gestores culturales, también hay que exigirle al Estado que genere variantes, que ayude a recomponer toda esa trama que se fue degenerando y que hoy se ve en que no hay lugares.
Solo le pido a Dior: En Argentina yo veo cada vez más bandas, cada vez más sellos, cada vez menos lugares.
Azione: no sé si estoy de aceurdo con que no hay lugares ni hay movida. Hay mucha oferta. El avispero está agitado, no es que es una plancha total como cuando recién pasó Cromañon. Está todo caótico y está bueno también, ya va a ir encauzando…
Solo le pido a Dior: en Capital estamos perdidos. Más arriba de Niceto no hay nada.
Azione: …o la Clandestina es una fiesta bastante main, que tocan bandas que están buenas pero te tenés que fumar los payasos, la espuma, y vos lo que querés ver es la banda.
Varios: Pero también hay gente que va por los payasos y la espuma.
Azione: hay muchísimas bandas, muchos sellos, pero faltan en proporción productores. Gente que quieran armar movidas.

Main o under

La discusión sobre los lugares, las movidas y los públicos derivó en una pegunta de base: pero, ¿a dónde se quiere llegar? Aparecieron las palabras “pegarla”, “éxito” y otras más propias de la escena, como el mainstream y el under. El intercambio, que va aquí abajo, demuestra que las bandas y sus sellos van en busca de una medida propia que les permita, más que hacer un negocio rentable, volverse sustentables. Las claves: tocar mucho y sacar discos año a año.
Azione: Me cuesta pensarlo de manera general porque cada proyecto artístico tiene como un objetivo que no necesariamente tiene que ser “pegarla”. Llámese pegarla tocar en el Personal Rock… Ahí me parece que está la gracia: cada artista hace su laburo.
Lautaro, de Dojo: yo creo que es mentira que no quieren pegarla. Para eso te quedas en la casa tocando la guitarrita. Después esta la diferencia entre que considerás vos pegarla.
Ivo, de Monqui Albino: cada uno tiene su idea de la música. Yo si le toco cuando sea abuelo canciones a mis hijos, está bien, por ahí es demasiado romántico… Pero creo que los proyectos tienen sus procesos, sus tiempos y vivir cada momento. En Monqui Albino ninguno planea ser un rockstar.
Fuego: de movida creo que le estamos pifiando a los términos. Hoy por hoy lo importante es otra cosa: tener un catálogo copado, que la música trascienda hasta cierto nivel, que la gente la pase bien en un recital… Aún con las diferencias, se dejaron situaciones muy clásicas de que está bueno ser manistream y peor ser under. Obviamente queremos producir mejor, tener más recursos, que venga más gente, pero eso es paulatino.

Estado y mercado

Si la pregunta que sigue es qué falta, o cuál es el eslabón de la cadena más débil, en tiempos electorales la discusión pasa por los apoyos, recursos, fomentos, programas que abrió el Estado en estos años, y cómo pinta la que se viene.
Elefante: Nosotros aprovechamos todas convocatorias, como el programa Recalculando que acompaño los sellos de gestión colectiva… Creímos en el Estado ayudando a financiar algunas cosas de los proyectos y es una cagada que venga un gobierno que pareciera que va a ser otro tipo de políticas. Pero estamos curtidos y si tenemos que laburar sin acompañamiento, estamos preparados.
Dior: el Estado siempre va detrás. Me parece mucho más importante el trabajo nuestro propio, porque el día de mañana te cambia la política y vos quedas culo para arriba. En cambio nosotros siempre vamos a seguir trabajando.
Elefante: esta buenísima la ayuda del estado en pos de que se desarrolle el sector. No que pase que es este año saqué el disco barato porque me dieron plata y después no pude sacar más discos.
Fuego Amigo: hay que ser cuidadoso en eso. Los favores también generan cierta dependencia. Sea el estado de Buenos Aires o nacional, sabíamos que estamos haciendo un poco su juego. Nos interesa tomar distancia y saber que dependemos de nosotros, no de favores. Y ver qué pasa. Utilizarlo cuando haya algo interesante, cuidado, que sirva. Hay que exigir pero al mismo tiempo uno tiene que imponerse. Este finde semana todos tenemos que tener una fecha, un evento, y uno se va ganando ese lugar de a poco.
La charla culmina hablando de música. Para contraponer a las piedras en el camino, todos en la mesa coinciden en la calidad de los proyectos con los que trabajan. El que se carga la respuesta es Ivo, desde su termómetro casero de recibir artistas todas las semanas según su ciclo “Musiquita en la cocina”, que puede verse por Youtube:
Ivo: Hay perfiles de todo, generalizar no se puede. Todos tenemos acceso a poder generar nuestro material, y esa libertad también está del otro lado: en el acceso a la información. No creo que haya patrones muy definidos. Sí creo que hay escenas dentro de las escenas. Pero creo que todos tratamos de hacer las cosas cada vez mejor y de generar un buen acontecimiento. Que el recital esté bueno, que el disco esté bueno, que circule, que sea sustentable…
Cincope: Las bandas argentinas están en primer nivel, a nivel internacional. A nivel escena, hay que seguir trabajando. En eso estamos.

Fotos de Ignacio Yuchark

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La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

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Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.

Por Franco Ciancaglini

Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:

  • su salud era cada vez más delicada;
  • los medicamentos oncológicos no llegaban;
  • y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.

Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.

Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Mary junto a Nora Cortiñas.

Contaminada

María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.

Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.

La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.

Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.

Contaminada

La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.

Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.

Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
En Plaza de Mayo, con una bandera contra la megaminería contaminente en Chubut.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:

  • “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
  • “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
    También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».

Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”

Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.

En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Lidia y Mary, durante el acampe del Malón de la Paz en Buenos Aires, hace dos años.

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”

Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:

  • “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
  • Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.

Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.

Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.

Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”

El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Carlos Ponce, Mary y Lidia Campos: una amistad atravesada por la lucha ambiental del sur del país.

Abandonada

Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.

Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.

Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».

Sino miren este video.

María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”

El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.

Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.

Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.

Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”

Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”

La respuesta era obvia: mal.

Insurgente

Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.

Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.

El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».

Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.

Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Un cartelito que le hicieron tras su muerte, Clarisa y Agus, que lo dice todo: «Se lo hicimos porque ella era doña cartelitos, y lo dejamos con ella».

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.

Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.

Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.

Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.

La muerte es el abandono.

La muerte es el olvido.

Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.

odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.

Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.

Mary: gracias.

Hasta mañana.

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Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

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El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.

Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año. 

El camino de la in-justicia

En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia. 

La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.

Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero. 

Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10. 

Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo. 

Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.

 La pericia tendrá como objetivos precisar:

-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;

-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; 

-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.

-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena. 

Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.

Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

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Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]

Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!

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Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

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  • Producción periodística, guionado y realización sonora. Estrategias de publicación y difusión.
  • Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.

Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.

Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

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