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Chosmky: «Trato de ser una persona decente»

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Entrevista publicada por el diario español El Mundo donde asoma el perfil humano de Chomsky. Es de fines del 2001, en plena actitud crítica sobre su posición acerca del atentado del 11 de setiembre.

Encima del Rebecca’s Café, en el segundo piso de un edificio esculpido en rojo, recibe un gran recordatorio de Bertrand Russell: «Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento, y una insoportable pena por los seres humanos a los que les toca sufrir». Rumiando las palabras del aristocrático filósofo inglés vislumbra una, de reojo, a un hombre vestido con jersey azul pardo, pantalón de pana verde y zapatos blancos de deporte. Son 72 años de edad, y apenas 50 de cuerpo delgado y fibroso, los que arrastra Noam Chomsky, uno de los mayores pensadores del siglo.

Fue complicado romper el hielo con el famoso lingüista, toca-conciencias de la sociedad norteamericana desde que en los turbulentos 60 abandonó una plácida existencia de investigación académica y de familia para darse al activismo político.

Empezó con la guerra de Vietnam, por la que sentía el mismo disgusto que el nonagenario Russell. «Podría vivir cinco veces de nuevo, y no tendría tiempo suficiente para atender las numerosísimas peticiones que recibo para dar conferencias por todo Estados Unidos. Donde no se me conoce es en la prensa elitista. Pero eso tiene sentido. ¿Sabe usted de algún país, a lo largo de la Historia, en el que a la gente crítica con el sistema de poder se le concedan privilegios?», afirmó, cuando una sugirió que en España los más jóvenes podrían no conocerlo demasiado bien.

«Es una ley universal. Los sistemas de poder intentan protegerse. Lo hacen de forma natural. Le pondré un ejemplo. Recientemente estuve dando una conferencia en la Escuela de Periodismo de Columbia, de donde sale la gente que luego ocupa los puestos editoriales en periódicos como el New York Times. Una vez que llegan a esos sitios, no mencionan mi nombre», añadió en un inglés norteamericano rapidísimo.

En este edén que es el MIT (Massachusetts Institute of Technology), una de los mejores universidades de Estados Unidos, la situación empeoró al confesar una su paso por la escuela maldita. El golpe de suerte lo trajo Joseph Stieglitz, principal y dimisionario economista del Banco Mundial. Ambos, ¡por fin!, coincidimos en los motivos de su retirada: «Tarde o temprano ganará el Premio Nobel de Economía. (Nota de la redacción: Stigiltz ganó, efectivamente, el Premio Nobel ese año). El ha escrito sobre los devastadores efectos de la imposición del modelo de mercado en diferentes partes del mundo, como por ejemplo Europa del Este, que fue transformado en un sistema parecido al colonial».

Pero de ahí pasó a explicar, sin solución de continuidad, el origen perverso de la Red: «Los países occidentales mantienen Estados poderosos con un alto nivel de proteccionismo. Casi cualquier componente dinámico de sus economías, incluida la famosa Nueva Economía, viene del sector estatal. Piense en Internet, ¿de dónde viene? De sitios como éste [el MIT fue fundado por el Pentágono]. De ahí viene mi salario. El Gobierno nos paga para producir ciencia y tecnología que, si funciona, acabará en los bolsillos de alguna gran corporación. Internet formó parte del sector público al menos 30 años. Hace sólo unos años que se le entregó a las corporaciones privadas, y ésa es la base de la famosa economía de mercado. Mire donde mire, hay un enorme sector estatal que obliga al público a asumir los riesgos y a pagar el coste y que, si funciona, se lo entrega al poder privado. Esa es una razón fundamental para entender por qué el Primer y el Tercer Mundo se han distanciado tanto».

La riada continuó: «La caída del Muro de Berlín provocó la desaparición de los países no alineados. Cuando el mundo lo regían dos gángsters, había sitio para los no-alineados, pero cuando sólo un gángster manda en el mundo, se acabó. Por eso, desde 1989 nadie presta atención alguna al Sur. Fíjese en la ayuda exterior, ha desaparecido prácticamente, por lo menos en Estados Unidos. ¿A quién le importa el Sur? En el mes de abril se celebraron dos grandes encuentros de los no alineados, el G77. ¿A quién le importa? Al fin y al cabo sólo representan al 80% de la población mundial. Nadie informó de sus declaraciones porque a nadie le importa. Se informa sólo de los ricos y de los privilegiados porque son como nosotros».

Era ésta la respuesta que esperaba obtener al preguntar por la cumbre del G8 en Okinawa. Pronto quedó claro que para tener la opción de preguntar, había que interrumpir sin misericordia a un hombre acostumbrado, como él dijo al principio, a dictar conferencias. Con dos ejes: la globalización y la nefasta influencia del mundo acaudalado y occidental sobre el resto del planeta.

-Francis Fukuyama cree que el movimiento antiglobalizador, representado por usted aquí, por Ignacio Ramonet en Europa, y por los manifestantes de Seattle y Washington, es una vuelta al socialismo puro.

-No estoy de acuerdo. No es un regreso de nada. Son movimientos populares que nunca han parado, y que siguen creciendo y ocupándose de más y más cosas. Los manifestantes que usted menciona están muy bien, son gente estupenda, pero no están haciendo nada. El trabajo se está llevando a cabo gracias al esfuerzo educativo de activistas locales en todas partes del mundo. Porque se habla de la maravillosa Nueva Economía, pero lo cierto es que las tasas de crecimiento están bajando desde mediados de los 70.

-Desde 1992 se han creado 20 millones de puestos de trabajo en Estados Unidos.

-Eso le encanta oírlo a la gente rica de Europa, porque la gente rica de Estados Unidos se está beneficiando y quieren que eso pase en Europa también. Pero fíjese en el crecimiento global de Estados Unidos y de Europa y cómo se está distribuyendo: está recayendo sobre un sector muy pequeño de la población. La mayoría tiene más o menos los mismos ingresos que hace 20 años. Los salarios se han estancado o declinado para la mayoría. Eso no tiene precedente en los últimos 20 años. Y en los últimos tres años, el crecimientose ha situado en los niveles de los años 50 y 60. Una familia media en los EEUU trabaja ahora más que hace 20 años para ganar lo mismo. Aquí se trabajan más horas que en ningún otro lugar del mundo. Más que en Japón, y desde luego más que en España.

-El presidente del Gobierno español, José María Aznar, y su homólogo británico, Tony Blair, son grandes defensores de ese modelo de economía norteamericana.

-Claro, los ricos y los privilegiados. También en el Tercer Mundo quieren ser como en Nueva York, Londres y París. El sistema europeo ha sido más humano que el norteamericano, y eso tiene que acabarse, les dicen. Pues yo digo que eso es propaganda fraudulenta: no es verdad que tengamos que seguir el camino norteamericano o perecer. Pero eso no lo dice la gente que escribe artículos en los grandes periódicos.

-Tanto Estados Unidos como Europa están viviendo una etapa de crecimiento económico. La sensación es la contraria.

-Porque, le digo, los que contamos las cosas, como usted y como yo, estamos en un nivel de salario estupendo. Donde yo vivo estamos muy bien, y nos va mejor que antes. Es la misma gente que usted se encuentra en los restaurantes, en las fiestas, la que escribe los artículos. Si el trabajador medio en Estados Unidos está empleando muchas más horas que hace 20 años para poner la comida encima de la mesa, eso no tiene interés. ¿A quién le importa?

A Boston, lo que él llama «la Atenas de América», llegó Abraham Noam Chomsky a los 27 años, hijo de judíos emigrados de Rusia. Había nacido y crecido en Filadelfia, donde a los 18 meses ya asistía a una escuela especial. A los 29 años publicó Estructuras sintácticas, libro en el que expuso su teoría de la gramática generativa transformacional, según la cual el lenguaje es una facultad humana innata y la finalidad de la lingüística es establecer la gramática universal. Por la lingüística le llegó la fama.

Pero en su atiborr
ado despacho, el E-39-219, prima la política. Aquí está, entre las fotos de su mujer, sus tres hijos y cuatro nietos, el mundo que le interesa, ése que incluye a los desheredados de Timor Oriental, de la selva Lacandona o de Sierra Leona. «El efecto de Europa en Africa ha sido devastador», señala. «Y a finales de la II Guerra Mundial, cuando EEUU estaba más o menos a cargo del mundo, entre los planes del Departamento de Estado en 1948, estaba el hacerse con todos aquellos lugares en los que los rivales pintaran algo, ya fuera Latinoamérica, Oriente Medio o el sureste asiático. Cuando le llegó el turno a Africa, George Kennan, que era el jefe del departamento de planificación, dijo que EEUU no tenía ningún interés particular, así que «se la daremos a los europeos para que la exploten». Esas fueron sus palabras».

Más de tres décadas después, encuentra en Colombia el motivo para movilizarse como lo hizo en Vietnam. «El año pasado, Colombia sustituyó a Turquía al convertirse en el principal país receptor de armas norteamericanas. Hasta entonces, Turquía estaba llevando a cabo una asesina represión de sus propios ciudadanos, los kurdos, mató a miles de ellos, destruyó 35.000 aldeas, creó más de un millón de refugiados. Todo esto dentro de la OTAN y con armas norteamericanas. En Turquía ya se ha conseguido controlar a la insurgencia kurda.

Por supuesto, cometiendo más atrocidades que Milosevic en Kosovo. Pero en Colombia todavía no ha funcionado. Allí todavía hay una insurgencia que no ha podido ser suprimida a base de violencia y terror».

«El Departamento de Estado sabe también que la guerra contra las drogas en Colombia es una excusa para acabar con un movimiento insurgente, que es la guerrilla, y que está intentanto cambiar las cosas dentro del país. Y en ese país hay mucho que cambiar», continúa. «Como en toda Latinoamérica, que todavía sufre el legado de los españoles: una pequeña elite muy rica y una inmensa mayoría de la población sumida en la pobreza. En Colombia es todavía peor. Eso llama a la violencia y a la búsqueda del cambio. Cuando hay deseo de cambio, los EEUU intervienen e intentan acabar con esos llamamientos de cambio. Eso es lo que está pasando en Colombia. Y el año que viene será peor».

-¿No se cansa de su papel de agorero?

-Todo lo contrario. La mayoría de la gente no está contenta con la forma en que funcionan las cosas, y les encanta venir a hablar de sus problemas, de su situación. Desde luego, yo no estoy arruinando la fiesta de ellos. Pero arruinar la fiesta de los poderosos y de los privilegiados, eso es maravilloso. Ellos no quieren que se les moleste mientras celebran su fiesta, y por eso quieren mantenerlos fuera. No hay nada sorprendente sobre esto.

-¿No es cierto que este mundo es mejor que el de hace 45 años, cuando llegó aquí?

-En muchos aspectos, sí. Pero recuerde que no nos regalaron nada, que todo se ganó luchando. Los años 60 tuvieron un efecto civilizador en toda la sociedad. Si se fija en los cambios acaecidos en Estados Unidos y en otras partes del mundo, muchos son consecuencia del activismo y de las protestas de los 60. El movimiento de derechos humanos, el feminista, el medioambiental, el de solidaridad con el Tercer Mundo, todos vienen directos de los años 60. Nacieron como consecuencia de la lucha. Si no lo hubiésemos hecho, estaríamos viviendo en la esclavitud.

-¿Por qué se niega a ser un privilegiado?

-Mírese al espejo de vez en cuando y piense si es capaz de soportar lo que ve. Si puede, entonces algo está mal con usted. Parte de la corrupción del poder y del dinero es lo que te impide mirar en el espejo. Vuelvo a los Evangelios, es muy simple, es la Historia de la Humanidad: pretender que no se ve lo que ocurre alrededor. La gente se rebela, y por eso las cosas mejoran. Si quieres participar en esa lucha, tienes la posibilidad. Si eres privilegiado, tienes todavía más oportunidades de hacerlo.

-¿Es usted muy religioso?

-No, en absoluto. Soy una persona corriente. Se trata de intentar ser un ser humano decente. Imagínese que va caminando por la calle y ve a un niño sentado en la esquina, en harapos, con un trozo de pan en la mano, y usted tiene hambre. Mira alrededor y ve que no hay ningún policía. ¿Le quitaría usted el pan a ese niño? Si alguien hiciera eso, sería un lunático patológico. Pues eso es lo que hacemos todo el tiempo en el mundo. E intentamos no verlo. Yo le digo: véalo y no lo ignore.

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La Estela: tierra guaraní en escena

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Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.

Por María del Carmen Varela

A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad.  La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.

La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.

Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

La Estela: tierra guaraní en escena

Foto: Gentileza La Estela.

Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.

El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.

Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.

La Estela

El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA

Sábados a las 18  hs, hasta el 27 de septiembre

@laestela.obra

@casandravelazqz

@ivanazacharski

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Litio: nace un nuevo documental

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Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.

“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.

Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…

Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).

Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco. 

LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.

“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.

El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.

LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:

“Esta historia continuará

¿Dale?”.

Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

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Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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