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Tv Libre en La Matanza
El Movimiento de Documentalistas junto al Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza emiten, desde el pasado 25 de mayo, un canal de televisión como cualquier otro, pero distinto en todo. “El objetivo central es poder recuperar la palabra, recuperar la imagen y, a partir de ahí, reconstruir nuestra historia y también una conciencia critica que hemos perdido a partir de los mensajes que se dan” explica Toti Flores.
“En principio lo más importante es que vamos a tener un 25 de mayo diferente, ahora tenemos para decir a nuestros niños que tenemos expectativas de futuro, que estamos construyendo y que los resultados se están viendo”, dice con convicción Toti Flores, referente del MTD de La Matanza, que este miércoles 25 de mayo, junto al Movimiento de Documentalistas, inaugurará TV libre. Un canal de televisión como cualquier otro. Pero distinto en todo.
Un canal de televisión cuya programación se irá armando con propuestas de los vecinos de La Matanza es la próxima apuesta fuerte del MTD de ese barrio que en esta oportunidad trabaja –en relación de pares- con el Movimiento de Documentalistas representado por Miguel Mirra y Fernando Álvarez: “La idea surge porque no hay medios de comunicación de la gente y en los barrios no tienen ni cómo comunicarse entre sí ni cómo comunicar a los otros lo qué les pasa y lo que quieren”, asegura Miguel. “La idea es no crear un medio comercial ni partidario ni de un poder particular”, agrega Fernando.
Los documentalistas se conocieron en la Escuela de Cine de Avellaneda y empezaron el proyecto siendo tres, hoy llegan a 500 o más no lo saben bien. TV Libre para ellos tiene un antecedente en los talleres que fueron llevando por distintos barrios: “En La Matanza fue donde mejor anduvo”, asegura Miguel. Fernando cuenta que de ese trabajo surgió el documental Construyendo el futuro filmado y editado por integrantes del MTD con la ayuda del Movimiento de Documentalistas.
“Lo que planteamos como consigna básica es que la propiedad de los medios de producción sea del movimiento social. No que nosotros le prestemos un transmisor”, asegura Miguel.
Hasta ahora, todos están exultantes y relajados, como si no faltaran apenas horas para que se ponga en marcha nada más y nada menos que una canal de televisión. Toti Flores, rebelde y feliz, explica: “Lo bueno de esta propuesta es que los movimientos sociales se apropien de los medios. Nosotros tuvimos que hacer una gran discusión cuando empezamos a construir las cooperativas por ejemplo, porque las cooperativas también se distorsionan si de pronto el grupo que las hace se apropia de las máquinas, del lugar y eso deja de ser para la comunidad…”
“El objetivo central es poder recuperar la palabra, recuperar la imagen y, a partir de ahí, reconstruir nuestra historia y reconstruir también una conciencia critica que hemos perdido a partir de los mensajes que se dan. Nosotros le damos muchísima importancia a la recuperación de los medios simbólicos creemos que es central: muchas de las cosas que pasaron tuvieron que ver con la instalación de problemas y de cuestiones desde los canales oficiales, desde los medios de comunicación hegemónicos y que hay que dar una disputa también con el terreno de la cultura, al neoliberalismo se lo combate en todos los terrenos, no puede ser solamente en el terreno económico, es decir si te hacen la cabeza perdiste”, explica Toti mientras Fernando y Miguel asienten.
Los temas de la programación de TV Libre, se irán construyendo con propuestas de los vecinos y a dos semanas del anuncio de este proyecto las repercusiones son muchas: “Algunas radios nos llamaron de Catán y entonces una chica me decía: bueno quiero trabajar con ustedes. Es como que esto suma. Suma voluntades”, asegura Toti. “También nos llamó una radio de Tapiales y hasta una banda de blues que nos ofrece su música”, interviene Miguel, entre más risas.
Las adhesiones, el apoyo y tantas convicciones reafirman que la necesidad de TV Libre existe.
“La agenda la va a proponer la gente. No es que nosotros proponemos un programa y decimos a ver quién lo hace”, cuenta Miguel. En el Centro para la Educación y Formación de Cultura Comunitaria de la Matanza (más conocido como el CEFOC), se recibirán las propuestas de los vecinos y se planifican talleres de periodismo y comunicación, de video y tv y de televisión comunitaria. El CEFOC, una vieja escuela abandonada, es también la sede donde funciona el MTD; allí construyeron un jardín de infantes al que asisten cerca de 50 chicos. “Y ya tiene un fuerte impacto esto del canal de televisión, todo el mundo pregunta cuantas horas van a transmitir y esas cosas. Es muy difícil de explicar que nosotros lo queremos construir. Esta pregunta ¿no tienen algo? Es como inexplicable. Esta tan metido que alguien desde algún lugar dirige todo desde la sombra que no hay posibilidad de comprensión que vos estas diciendo que lo único que querés construir es un espacio de participación”, dice Toti y confiesa que está muy ansioso.
En La Matanza vive mucha gente que habla guaraní y quichua por lo que TV Libre ya estableció que se transmitirá también en estas lenguas.
Cuentan con varios recursos de financiación: primero el trabajo y la gente, confían en que recibirán aportes y donaciones. Otra vez es Toti el que despeja todas las dudas y explica que en realidad lo que hacen tiene una inspiración directa en el Movimiento Zapatista: “Esto es como casi todas las cosas que hacemos, tenés una idea, la vas trabajando y ves si hay resonancia. Nosotros tenemos mil ideas trabajando. Creemos que la posibilidad de tener un campo de expresión cultural comunitario tiene mucha pero mucha gente que estaría dispuesta a aportar y que tiene posibilidades de hacerlo. A cada lugar que vamos nos dicen: bueno yo puedo aportar una tele, una cámara… Es decir si esta la gente, hay resonancia para construir esto, y si hay resonancia los recursos se consiguen”, sostiene Toti en un mensaje que deja pensando a los que lo escucharon. Luego agrega: “Yo creo que ya hay muestras, lanzamos esta propuesta pública hace una semana y ya hay unos líos bárbaros”. Interviene Fernando: “De Canal 9 no nos llamaron todavía”.
Se ríen los tres.
La relación que tiene el MTD de La Matanza con el Movimiento de Documentalistas queda clara desde el primer momento: ninguno quería reunirse sin que el otro estuviera presente. “Hemos hecho un tránsito con ellos que es de igualdad y que es muy difícil sostener en el tiempo. Porque nosotros recibimos muchos grupos. Se quedan quince días y a la hora de los bifes aparecen las propuestas de hegemonía o de decirnos lo que tenemos que hacer. Eso acá no pasó”, asegura Toti.
Para trabajar el MTD y los documentalistas cuentan con apoyo internacional de diferentes medios que les aportarán experiencias: “Tenemos algunas relaciones interesantes que tenemos que desarrollar con Promedios que es una productora independiente de San Cristóbal de Las Casas en Chiapas, con la Catia TV de Caracas y Tambores TV también de Venezuela”, sostiene Miguel. Se trata de canales comunitarios de gran envergadura, por ejemplo Catia llega casi a un millón de personas. “Tenemos apoyo incondicional de esos compañeros en cuanto a asesoramiento. Seguro vienen en septiembre a dar unas charlas y talleres de capacitación en base a la experiencia de ellos”, agrega Miguel.
Toti, no puede explicar la razón por la cual no todos los MTD están armando un canal de televisión. Pero explica, y muy claramente, porque el MTD de La Matanza sí: “En el 95 el tema de la desocupación nos acercó al Movimiento Sin Tierra, empezamos a referenciarnos en el Movimiento Zapatista como una búsqueda y creo que en ese sentido tenemos mucha elaboración y creo que eso nos lleva a ver esos canales que son de importante protagonismo popular y bueno y nos jugamos por eso. Es un desafío, cada cosa que a nosotros nos pasa para salir de la situación en la que nos puso el poder hegemónico es como un desafío, una gran batalla que se la queremos ganar. Le ponemos al cuerpo a esto. No sé si con tanta claridad sino como un acto de rebeldía. De dignidad. La idea para nosotros es instalar un canal de televisión tan importante como cualquiera de los que tenga el poder hegemónico. Esto sería ganarle una batalla importante, eso es lo que nos mueve en este momento de tanta crisis. Quienes tenemos convicciones, tenemos objetivos. Y son estas convicciones desde la dignidad las que nos hacen parar distinto ante estos desafíos”.
Además agrega que la reacción de los vecinos ha sido desde la incredulidad –la de ellos mismos que también son vecinos- asegura Toti. Y desde otros ámbitos esperan también reacciones: “Desde el poder siempre tratan de poner palos en la rueda, sino todo sería muy fácil”.
En el MTD hace rato andaban buscando alguna forma de contención para los jóvenes y según Toti este proyecto estará completamente orientado a crear esas herramientas de apoyo a los más jóvenes: “Viene una fuerte búsqueda a partir de la creatividad, de la belleza y de poder transmitirle al otro lo que piensa y quiere. Por eso puede ser un canal de organización de muchos jóvenes del barrio”, asegura Toti.
¿Qué pasa si este proyecto no sale adelante? “En el MTD tenemos una práctica que es la paciencia: si no sale la primera, esperamos a que salga la segunda, la tercera, tenemos toda la vida para hacer esto porque no tenemos otra cosa”, asegura Toti: Seguramente si no sale en esta servirá de mucha experiencia para la próxima. Por ahora hacia allá va”.
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Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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