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La toma del Mariano Acosta: «Para que la educación pública no sea una utopía»

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El Colegio Mariano Acosta de Buenos Aires funciona en un edificio de 1889, bello y enclenque: no se sabe si es más peligroso su deterioro, o las obras oficiales para refaccionarlo. Los alumnos decidieron tomarlo, apoyados por sus padres, azorados todos ante lo que describen como negligencia y torpeza de las autoridades. Conflictos y reivindicaciones cruzados por la crisis económica, la decadencia educativa, Cromañón, y una generación dispuesta a cuidarse. Datos sobre el centro de estudiantes más extraño del que se tengan noticias.

Florencia es una pelirroja de ojos celestes, 16 años y voz decidida, que cursa 3º año del Colegio Mariano Acosta y es vocera de sus compañeros. El colegio está tomado. El lunes 27 de junio los chicos hicieron un abrazo alrededor de la manzana, con cascos amarillos y barbijos para denunciar el riesgo de las refacciones que se realizan como si no hubiera 1500 integrantes de la comunidad educativa soportando mamposterías que se caen (o con riesgo de hacerlo) y nubes de polvo de obra flotando en sus narices.
La toma –apoyada por la comisión de padres- fue decidida por los alumnos a través del Centro de Estudiantes, que tiene un tipo de organización y de ejercicio de la democracia acaso inédito: una especie de centro descentrado, según se verá.
En todo caso, no hay sociólogos o politólogos revoloteando la zona de Urquiza y Moreno, ni estudiando a Florencia, que abre sus grandes ojos celestes y dice:
-Hicimos el abrazo y ahora organizamos la toma, para ver si esto se soluciona. Las autoridades no cumplen con el plan de obra que habían prometido. El patio tenía que estar habilitado antes de que empiecen las clases, y no está. Hay techos que se caen, y obreros que trabajan mientras estamos nosotros. Todo es peligroso. Hay un plan alternativo que preparó la comisión técnica de la asamblea de padres. Queremos que se cumpla ese plan.

Ranking elástico

Todo es peligroso. Los chicos vienen reclamando por las obras de reparación del edificio desde comienzos del año lectivo, reivindicación que fusionaron con el pago de becas a estudiantes de las familias más pobres.
Esteban, alto, guardapolvo, 16 años:
-Pedíamos 220 becas. No entregaban ninguna. En mayo tomamos el colegio dos días, y ahí dieron 152. Dijeron que las otras 68 iban a estar para el 16 de junio. Pero no entregaron ninguna. Bah, fue peor: entregaron una.
-Una.
-Sí, como que se te burlan en la cara. Con el abrazo a la escuela, conseguimos 20 más. Decían que estas 67 no entraban en el ranking de pobreza que ellos hacen.
-¿Qué es ese ranking?
-Miden a quién le corresponde y a quién no. Demostramos que el gobierno mentía. Porque cuando hicimos el abrazo hubo 20 que de golpe entraron en el ranking.
-Eso se llama elasticidad.
-Con la toma vamos a pelear por las otras 47 que faltan.

A unos metros, en la vereda, está Patricia, mamá de Ayelén e Ivo, de 15 y 17 años, conversando con otras madres en grupo aparte (es sabido que las y los adolescentes –gente prudente- prefieren que sus madres no anden excesivamente cerca).
Dice Patricia: “Lo de las becas es terrible. Como gran dádiva les otorgaron una, y los chicos lo sintieron como una humillación. No creo que los funcionarios sean inútiles, sino que simplemente no les interesa hacer las cosas. Además toman las medidas de manera grosera, torpe. ¿Una beca? Es un chiste. Era preferible decirles que por ahora no pueden hacer nada”.

Las becas corresponden a toda familia con ingresos debajo de 1.200 pesos mensuales. Andrés, 17 años. “La mayoría pide media beca, de 250 pesos anuales. Con el empobrecimiento bruto de los últimos años y la inflación, los que se presentan son todos los que no pueden afrontar el gasto de mandar a los pibes a la escuela”.

Teoría del gas

El conflicto en el Mariano Acosta no es reciente. Ya en el 2002, frente a los derrumbes de mampostería, los estudiantes tomaron la escuela y los padres efectuaron toda clase de reclamos, que derivaron en la aprobación de una obra de refacción de la escuela valuada en 8.000.000 de pesos.
Otro Esteban, (15 años): “El gobierno pone la obra como un regalo a nosotros, pero eso se consiguió con toda una lucha”.
En el grupo de madres, Patricia sostiene: “La obra fue consecuencia de todo un reclamo. Es bueno que se haya empezado porque el edificio se venía abajo. Pero queremos una obra segura, no una obra que genere inseguridad e insalubridad. Hay chicos que no pueden venir a la escuela por asma o alergia y el permanente polvillo que vuela”.

Esteban, el alto, se agarra la cabeza: “¡Ocho millones!”. Y el otro Esteban (15) agrega: “A uno le da para pensar que algo raro pasa si invierten tanto, y la obra está como está”. Nacho (16, otro de los voceros): “Encima a los obreros, por lo que cuentan, no les pagan un mango”.

Las autoridades de la escuela comenzaron a tomar decisiones curiosas. Una chica de 4º año sufrió la caída de un matafuegos sobre su talón, por lo que tuvieron que darle cinco puntos de sutura.
En el grupo de madres cuenta Victoria, la mamá de esa nena: “El problema es que los matafuegos estaban mal instalados. ¿Qué hicieron entonces? Los sacaron a todos”.
Patricia: “Los retiraron para pensar bien cómo ponerlos. Se están tomando un tiempo un poco largo. Ahora avisaron que lo van a solucionar después de las vacaciones de invierno”
-¿Y si hay un incendio?
Patricia arquea las cejas: “Matafuegos, no hay. Los tienen guardados”.

Los estudiantes, en cierto momento, percibieron que algo olía mal en la escuela.
Gas.
Esteban (15): “Hicimos un petitorio y lo llevamos a la Secretaría de Educación. Nos contestaron que de eso se tenía que hacer cargo la Cooperadora”.
Ajena a estos vaivenes, la pérdida de gas continuó imperturbable. Finalmente, ante las denuncias y ante esa bomba de tiempo, se hizo presente la empresa Metrogas, que cortó el servicio a la escuela, hasta que se efectúen los arreglos correspondientes.

En el grupo de madres, Victoria: “Ahora no tienen calefacción. En algunas aulas pusieron caloventores así chiquitos, que no calientan nada. Pero por lo menos cortaron el gas antes de que hubiera un desastre”.
(Cualquier incendio hubiera tenido el agregado de la falta de matafuegos, lo cual confirma la Argentina-Cromañón, además de descerebrada, es una tierra sin metáforas).

La pérdida de gas no alcanzó a provocar un desastre, pero evocó Cromañón, por si alguien andaba amnésico. Victoria: “Es que continuamos con lo mismo. Los chicos se sienten totalmente desprotegidos, y sin ningún tipo de contención por parte de los adultos. Por eso estamos los padres acompañándolos. Ellos tienen razón al exigir protección”.
Patricia: “Los chicos decían en una asamblea que el gobierno no los cuida, las autoridades no los cuida. Tenemos que cuidarnos nosotros, dijeron. Son de la generación afectada por el tema Cromañón. Y tomaron el tema mucho más que los adultos, creo”.
Victoria: “Fue muy loco a comienzos del año. Iban a empezar las clases, la escuela estaba destruida y le pedimos al gobierno de la ciudad una habilitación. Después de Cromañón era lo mínimo que podíamos pedir. Nos dijeron que el gobierno no extiende habilitación a las escuelas estatales. Sólo a las privadas porque son empresas”.
Patricia: “Se tenía que encargar Infraestructura Escolar, que es la que está haciendo la obra y entonces no va a decidir nada. Conclusión: si esta fuera una escuela privada, estaría clausurada”.

Violencia

El caso del Mariano Acosta fue uno de los que en mayo mostró a estudiantes secundarios de diversas escuelas movilizándose a partir del reclamo inicial de los chicos del Normal 9, que cortaron la avenida Callao ante la falta de respuestas de la ciudad frente a los derrumbes en el edificio. (Las autoridades de la escuela, debe recordarse, solicitaron la presencia de la Guardia de Infantería para reprimir a los estudiantes).
En otros casos hubo marchas, clases públicas y tomas, como en el Mariano Acosta. En todos los casos la protesta fue pacífica además de legítima, y ocurrió después de agotar todas las instancias y pedidos institucionales de soluciones. La justicia terminó dándole la razón a los estudiantes, por ejemplo, clausurando el Normal 9.
Sin embargo, frente al reclamo estudiantil, se produjo una reacción violenta en parte del establishment político y periodístico. Algunos ejemplos tomados de un informe del Normal 9:
· Aníbal Ibarra dijo que “son grupos de izquierda que fogonean a los estudiantes secundarios”.
· Roxana Perazza, secretaria de Educación, acusó en cambio al macrismo.
· Aníbal Fernández (ministro del Interior) dijo: “Lo que hacen los chicos es una animalada”.
· Magdalena Ruiz Guiñazú (del Grupo Clarín): “Los estudiantes no saben nada de democracia”.
· Nancy Pazos (periodista radial): “Son unos pendejos de mierda”.
· Samuel Gelblung, de Radio 10: “Son como terroristas iraquíes”. Una más: “Hicieron su mayo francés”.

El centro horizontal

Los chicos del Mariano Acosta se mueven ajenos a tales exabruptos acaso seniles, y se preparan para pasar la noche en la escuela. Lo han decidido en asamblea, y los padres han decidido acompañarlos por turnos.
El CESMA (Centro de Estudiantes Secundarios del Mariano Acosta) es una experiencia novedosa: no se trata de una organización con presidente, secretarios, consejos o mesas directivas ni ninguno de los organigramas habituales en estos casos.
Andrés: “El centro es horizontal. Hay dos delegados por curso, un coordinador por turno, y voceros para hablar con las autoridades o con la prensa, si hace falta”.
Esteban: “Por turno hay un vocero y un coordinador, y después de clase hay comisiones de prensa, de derechos humanos, de recreación, de seguimiento de la obra. El delegado lleva la opinión del curso a la reunión de delegados. El coordinador coordina las reuniones o las actividades. Y el vocero lleva la opinión de los estudiantes adonde se tenga que llevar”.
(En momentos complicados, como la toma, agregan voceros para que la responsabilidad sea más compartida).
Andrés: “Cada discusión se debate en los cursos y ahí deciden los alumnos. No hay nadie que represente o sea elegido para decidir por los alumnos”.
Florencia: “Nadie tiene más poder que otros. Y todos vamos cambiando. Yo soy vocera pero después de las vacaciones de invierno no soy más, y elegimos a otra”.
Esteban: “El delegado no es un dirigente, es el que dice y transmite en la reunión de delegados lo que decidió su curso”.
Nacho: “Y es responsabilidad del curso asegurarse que el delegado esté cumpliendo con lo que tiene que hacer”.
Andrés: “No es solo una forma de organización, sino que es el modo en el que se expresa la voz de todos los estudiantes del colegio”.
Nacho: “Muchos centros tienen presidentes, secretarios, cargos, pero poca participación. Acá es al revés. Para el gobierno, la secretaría de Educación, nosotros tenemos el centro mal hecho. Ellos dicen que tenemos que ser verticalistas”.
Más que un centro, parece una red de estudiantes. ¿De dónde salió la idea de un centro horizontal y descentrado?
Esteban: “Antes había un centro vertical pero en el 2001 hubo una asamblea y se presentaron distintos estatutos para decidir no qué agrupación ganaba una elección, sino cómo organizarnos. Y ganó este estatuto”.
Andrés: “Es que es el sistema de más participación a cada uno. Los alumnos lo leyeron, se dieron cuenta, y lo votaron”.
Por eso no hay elecciones sino votación de los delegados de cada curso.
Esteban: “Puede haber burocracia, pero es muy fácil revocar a esa burocracia”.
¿Responden a agrupaciones políticas?
Andrés: “No. Tenemos ideas políticas, ideología, pero no de un partido. Cada uno podrá tener su simpatía, o no, pero acá decide la asamblea”.
Nacho: “Los partidos políticos se creen que son la vanguardia del movimiento estudiantil. Nada que ver. Se meten como si fueran legítimos acá, y no son legítimos. Lo único legitimo acá es la asamblea”.
Esteban: “Hay algunos partidos políticos que quieren manipular lo que se dice en la asamblea. En el normal 9 me acuerdo que apareció un joven de la UCR y lo echaron a patadas. Nosotros tomamos esta decisión: recibimos el apoyo de quien sea, pero eso no va a influir en las decisiones que tomemos”.

Otra vez en el grupo de madres: ¿qué opinan de este modo de organización horizontal del centro?
Victoria: “Es asombroso y maravilloso verlos participar en las asambleas. Es increíble el nivel democrático de respeto por la opinión del otro a pesar de las diferencias. Y funciona perfectamente. A nosotros nos cuesta pensarlo porque estamos acostumbrados a otro sistema. Pero para ellos es algo muy natural, que pueden llevar a cabo muy bien”.
Los padres han ido aprendiendo y reproduciendo el modo de organizarse de sus hijos.

La toma

Durante la toma de la escuela no se le impide el acceso a ningún maestro, profesor ni autoridad. La escuela primaria y la terciaria continúan sus clases normalmente, y los secundarios reemplazan las clases habituales por charlas, talleres, mesas redondas y actividades diversas. El primer día de toma hubo talleres referidos a derechos humanos.
La Comisión Técnica de la asamblea de padres del colegio presentó una propuesta de planificación de las obras para garantizar la seguridad de los estudiantes.
Proponen.
1) Suspender las tareas en el llamado “edificio Histórico” (la parte más antigua) hasta las vacaciones de invierno.
2) Instalar matafuegos. (Sugieren nichos embutidos para evitar que los matafuegos sigan cayendo sobre los niños presentes).
3) Cerrado provisorio de boquetes en aulas para evitar la contaminación sonora y la pérdida de calor (habría que agregar: cuando haya calefacción, y calor que conservar).
4) Revisión del Edificio Histórico por parte de Defensa Civil, para desprender todo elemento que presente riesgo de caída.
5) Controlar la caída de polvillo con la colocación de telas o media sombras en los cielorrasos.
6) Provisión de agua (faltaba el dato: durante muchas horas por día, no hay agua en la escuela).
7) Continuación de los trabajos (retomar las tareas en el Edificio Histórico durante las vacaciones).
8) Provisión de gas (tal vez fuera posible garantizarla en condiciones no homicidas).
9) Calefacción: proveer los medios de calefacción adecuados a las dimensiones de las aulas y demás espacios de la Escuela (una sutil crítica a los caloventores).
10) Seguimiento (la comisión realizará una revisión semanal para evaluar las condiciones de seguridad dada la dinámica de la obra).

La propuesta fue firmada por Pablo Echart, ingeniero en Seguridad Ambiental y la arquitecta Mercedes Rillo.
No se conocen respuestas oficiales.
Los estudiantes, mientras tanto, elaboraron un comunicado en el que piden que se ejecute este plan de la comisión técnica y exigen el pago de 67 becas, además de normalizar el pago de las ya entregadas. Cuentan que durante la toma se realizarán charlas, debates, talleres, proyección de películas y demás actividades culturales, de concientización y de recreación.
Terminan diciendo:
“Por último queremos dejar en claro que no respondemos a ningún partido político sino que somos un Centro de Estudiantes independiente. Contamos con el apoyo de nuestros padres y de los padres de primaria.
“Por la legitimidad de los reclamos y porque luchamos por mejores condiciones educativas pedimos ser escuchados y respetados.

La última frase es el lema del Centro: “Para que la educación pública no sea una utopía”.

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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