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Un cuento chino: Río Negro vs. la central nuclear

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Movilización social, asambleas masivas en la Catedral y PASO frenaron la instalación de una central nuclear china en Río Negro que había sido anunciada por el gobernador junto a Macri. La llegada de los chinos: supersticiones, batucadas y secretos. Mitos y realidades del modelo nuclear en el mundo, y las experiencias que plantean otra matriz energética. Publicada en la edición de octubre de MU ▶ SERGIO CIANCAGLINI
Si esto fuera una película, debería comenzar con la imagen de cuatro personas que entran al hall de un aeropuerto portando cuatro banderas idénticas de un metro por un metro, pintadas con un símbolo incomprensible en negro sobre blanco.
Son: una comerciante de ropa femenina, un maratonista e ingeniero, una empleada de la biblioteca judicial y un sacerdote español con gorro. Muy serios, miran hacia todos lados para ver quiénes están llegando a Viedma, Río Negro, en el vuelo de las 11.50 del 25 de julio.
Atraviesan el hall viajeros y viajantes, turistas, azafatas, pilotos, todos perfumados y deslizándose con sus bolsos y valijas con ruedas.
De pronto, lo esperado. Aparece un grupo fácilmente reconocible: 15 personas chinas. Cuando ven las banderas, la sonrisa milenaria se les transforma en gestos de desagrado y fastidio: una mujer se tapa los ojos, los demás hacen muecas de rechazo y dan la espalda a las banderas; algunos intentan volver por donde venían, mientras reclaman al puñado de argentinos que los acompañan que los saquen inmediatamente de allí.
¿Qué significa ese rectángulo irregular con dos trazos internos que exhiben en las banderas la comerciante, el cura, la bibliotecaria y el maratonista?
Respuesta: el número 4.
¿Y cuál es el problema con el número 4, como para ocasionar tan alta incomodidad en esos visitantes que para colmo –según la jerga de la época- llegan con lluvias de inversiones?
Lo cuenta Fabiana Vega, bibliotecaria judicial: “Me gusta estudiar idiomas, y en una época aprendí algo de chino. Me ayudó el que era cocinero de El Dragón Rojo, un restaurante chino de Viedma. Además trabajé un tiempo en una empresa pesquera taiwanesa. Descubrí que son tremendamente supersticiosos: ese número no lo usan en los edificios, los teléfonos, ni las habitaciones de los hoteles. En los ascensores saltean el 4, pero también el 14, 24, 34 y eliminan del 40 al 49. Es infinitamente peor que el 13 para nosotros”.
La superstición tiene nombre propio: Tetrafobia.
Los chinos, seguidos por las cuatro personas con cuatro banderas con el número cuatro, fueron velozmente introducidos en una traffic.
Filmaban desde adentro con sus celulares, y cerraban las cortinas. La traffic partió rumbo a la costa patagónica donde el grupo debía elegir emplazamientos para instalar algo que hizo nacer
una nueva fobia en Río Negro: una central nuclear. Los diez argentinos que los acompañaban pertenecían a Nucleoeléctrica Argentina y la Comisión Nacional de Energía Atómica. Uno de ellos le preguntó al sacerdote con gorro: “¿Cómo se enteraron?”, demostración del secreto con que intentaban cubrir la llegada.
Fabiana: “Éramos cuatro en el aeropuerto, pero en el centro ya había 400 personas reunidas. Y terminó movilizándose toda la provincia”. Las banderas y consignas frente a la gobernación: “No a la central nuclear”, y “No es No”. Mensajes sencillos, como que dos más dos es cuatro.
Fabiana y Susana Cambareri, la comerciante, volvieron a Viedma. El maratonista e ingeniero Andrés Di Leo se trepó a la lenta pero empecinada kangoo del sacerdote español Luis García para seguir a la delegación china, pero no pudieron alcanzarla. Las traffic del gobierno provincial llegaron al balneario El Cóndor y siguieron por el Camino de la Costa. En La Bajada de Echandi los vecinos fotografiaron a los visitantes: imagen lejana y borrosa, pero suficiente como para que se viralizara por toda la provincia a través de los celulares. “Tocaban el agua, como para conocer la temperatura”, relata Andrés.
La comitiva china se dirigió al Hotel Austral de Viedma al atardecer. Allí empezó a congregarse la Asamblea No Nuclear de Viedma, que resolvió homenajear a los visitantes con una serenata tipo Copa Libertadores: batucada y bombos desde las 5 de la tarde hasta las 5 de la madrugada. Se veía en las ventanas que mujeres y hombres chinos filmaban a los manifestantes y se ocultaban. “Debían estar informando a sus jefes en China”, supone el padre Luis. “La gente del hotel nos contó luego que los chinos estaban muy molestos con lo de las banderas en el aeropuerto y la batucada”.
Otra percepción de Fabiana Vega: “Estuve en muchas movidas ambientales, pero una reacción como la que hubo con el tema nuclear en Viedma, no se había visto nunca”.

Un cuento chino: Río Negro vs. la central nuclear

La asamblea Río Negro No Nuclear en la histórica catedral de Viedma. Adelante, de boina, el párroco.
Foto: Nacho Yuchark

A protestar a la iglesia

En mayo de este año había estallado la noticia: Mauricio Macri y el presidente chino Xi Jinping firmaron el convenio para que Nucleoeléctrica Argentina (NASA) y China National Nuclear Corporation (CNNC) construyan dos centrales nucleares: la cuarta (Atucha III) en Lima, Zárate, y la quinta sería –imprevistamente- en Río Negro: 14.000 millones de dólares de inversión, 6.000 para Atucha y 8.000 para Río Negro, de los cuales la financiación china (traducción: endeudamiento argentino) era de 12.500 millones. Formó parte de la comitiva el gobernador Alberto Weretilneck (ex Frente Grande, ex kirchnerista, ex massista, weretilnista y en transición al macrismo).
Los mismos acuerdos con China, por las mismas cifras para dos centrales, habían sido firmados en 2015 por el gobierno kirchnerista, representado entonces por los ministros Julio De Vido, Axel Kicillof y el canciller Héctor Timerman.
O sea que la rúbrica macrista puede haber resultado una ratificación de lo anterior, o no (en la época de la transparencia, todo es opaco), pero muestra que el modelo extractivo no cae en las grietas. La novedad fue la localización en Río Negro, que Weretilneck festejó desde China por Twitter, anunciando que se estaba decidiendo entre ocho posibles emplazamientos.
“Nos dejó a todos sorprendidos”, cuenta Andrés Di Leo. “Nunca se había hablado de usinas nucleares, ni siquiera en la campaña. Yo había vuelto en diciembre a la Argentina, después de un tiempo de vivir en Europa. Me enganché mucho con el tema del cuidado del Río Negro, que está muy contaminado. Eso fue tanto en mi condición de ingeniero de recursos hídricos, como de deportista. Y habíamos hecho también una bicicleteada contra el fracking”.
Se conoció con Fabiana Vega, que venía de intervenir en decenas de conflictos. “Si te interesa un tema ambiental, te interesan todos. Soy ecologista pero no de oenegé.
Del mismo modo, creo que lo que hacemos es político aunque no partidario”. Fabiana habló con el cura andaluz Luis García, instalado en Viedma hace 24 años. “Luis ofreció la propia Catedral para convocar a la gente por el tema nuclear”.
Andrés: “Un domingo estábamos en casa tomando mate con Fabiana y con otra chica española, Amanda López, y dijimos: si el padre Luis abre la Catedral, tenemos que llamar a una asamblea”.
Se conoció la Carta Abierta al gobierno de la República Popular China, enviada al embajador Yang Wanming por la Unión de Asambleas Patagónicas (UAP), la de Chubut (UACH) y la de Kurru Leufu (Río Negro). Título: En la Patagonia NO. Algunos párrafos:
· “Las/los abajo firmantes nos oponemos categóricamente a la instalación de cualquier tipo de central nucleoeléctrica en ningún lugar del territorio patagónico. Queremos notificarlos también de nuestra decisión de impedir, bajo todos los medios dentro de la legalidad, la instalación de la antedicha planta de generación eléctrica”.
· “Más allá de la decisión de los gobiernos argentino y rionegrino, los habitantes patagónicos rechazamos dicha acción por inconsulta, arbitraria e ilegítima. Por considerar esta fuente de energía como sucia, peligrosa y costosa”.
· “No solo rechazamos la central nuclear sino el circuito completo del uranio, desde la prospección hasta los residuos, la infraestructura asociada y los usos que se le quiere dar a esa energía, especialmente porque cada uno de esos procesos contradice los objetivos y (sobreactuados) compromisos de atender el cambio climático. Quedan ustedes debidamente notificados”.
El 6 de junio el primer encuentro de la Asamblea No Nuclear reunió a 500 personas en la Catedral, y llegó a mil en algunas reuniones (proporciones: como Viedma tiene 55.000 habitantes, mil personas equivalen a que en Buenos Aires hubiese una asamblea de 60.000 personas).
Plantea el cura: “Me pareció que ofrecer la Catedral es adecuado si estamos hablando de proyectos de vida frente a proyectos de muerte. Y por supuesto vino gente de todas las religiones y de todas las ideas. El gobierno decía que los que se oponían eran ingenuos o no estaban informados. Entonces dijimos: muy bien, vamos a informarnos”.
Prepararon un Power Point sobre el funcionamiento de las centrales nucleares, y abrieron la charla. Fabiana: “Mucha gente jamás había ido a una asamblea. Pedimos que las intervenciones fueran breves para que todos pudieran hablar”. Fabiana ha hecho cursos de coaching con la idea de potenciar las posibilidades de organización grupal. Ese día armaron
comisiones (logística, comunicación, arte, jurídica). Se propuso elaborar un amparo ambiental colectivo. Y confirmaron una teoría: “En el tema nuclear es al revés que con otras cosas: cuanto más te informás, más miedo te da”.
Desde Chubut el gobernador Mario Das Neves rechazó también la instalación de la central cerca de la Península Valdés, patrimonio de la Humanidad. “Nosotros ya demostramos lo contaminante que es, y además es la actividad económica que más ha echado gente en este año y medio. Tiene problemas con el agua en todos lados donde está. Hay que buscar la alternativa. No enloquecerse, porque traen la inversión y nos dejan un desastre ambiental”.
Las asambleas semanales no fueron lo único que creció: “El grupo de WhatsApp enseguida llegó al límite de 256 usuarios, y los seguidores de Facebook se triplicaron de 7.000 a 22.000”.

Video de una mano

Los visitantes chinos zarparon de Viedma al día siguiente de la noche musical, y ya no se supo de ellos. Supuestamente anduvieron por la región un par de días más.
El gobernador Weretilneck emitió un comunicado planteando que como “una gran mayoría de viedmenses rechazan absolutamente el proyecto”, la planta se haría fuera del tejido de la ciudad. O sea: en un lugar sin tanta resistencia.
Pese al comunicado el 9 de agosto hubo una enorme marcha en Viedma de casi 4.000 personas desafiando al invierno. Patricia Llonch, ingeniera y habitante de San Antonio Oeste, explica: “No queremos el proyecto en ningún lugar de la provincia, sea que lo hagan los chinos o cualquier otro”.
El acto incluyó música, murgas, bombos, bailes, disfraces, gente con máscaras y barbijos; presencia de las asambleas contra el fracking, en defensa del agua, de los ríos, contra los desmontes, la palabra NO repetida al infinito, con la O que parece una hélice de tres aspas, pero que representa el “trébol radiactivo”, la señal de alerta en los lugares con contaminación nuclear. Viedma no alcanzó el sueño alfonsinista de ser la capital del país, pero ese día se consagró como capital antinuclear.
En las PASO del 13 de agosto Juntos somos Río Negro, el partido de Weretilneck, quedó tercero a nivel provincial (detrás del FpV -40%- y Cambiemos -19%-). El oficialismo adjudicó la derrota al tema nuclear. Weretilneck dio el paso atrás definitivo difundiendo un video que se inicia con un primer plano de su mano firmando un papel: “Esta firma que acaban de observar es la confirmación oficial, por parte del gobierno de Río Negro al gobierno nacional, en la cual le transmito la posición indeclinable de no autorizar la construcción de una central nuclear en el territorio provincial. Desde que en mayo comenzamos a analizar esta posibilidad ha habido miles de voces que han manifestado por la negativa y muy pocas por la positiva”. Luego dijo también que los gobernantes no pueden hacer los proyectos “a los empujones con medidas coercitivas y autoritarias”. Palabras que él mismo podría haber aplicado antes de sus twits chinos.
El gobierno nacional se enojó con Weretilneck pero dejó trascender que la central nuclear se emplazará en otra provincia. Con un truco obvio: nada se anunciará antes de las elecciones.
El gobernador finalmente bajó su lista para octubre –lo que muestra la seriedad de los actuales sistemas electorales- y empezó a recibir a funcionarios nacionales que le prometen lluvias de inversiones si logra que sus votos vayan a Cambiemos contra el kirchnerismo. Fabiana: “El FpV se opuso a la central nuclear. Puede ser que sea porque ahora están en la oposición, pero incluso algunos diputados participan de las asambleas. Y los de Cambiemos es como que no dijeron nada, aunque si el convenio lo firmó Macri, ¿qué van a decir?”.

Paraíso y homicidio

El Camino de la Costa es una maravilla que rodea al golfo San Matías, y que Omar Pocho Lehner recorrerá con pericia manejando su 4×4 incluso por algunas de las playas para que hagamos unos 700 kilómetros de ida y vuelta en el día.
El balneario El Cóndor es el más cercano a Viedma, y desde ahí se va llegando a El Faro, El Espigón, Playa Bonita, La Lobería, Punta Bermeja (nunca vi tantos lobos de mar juntos, y no eran estatuas), Bahía Rosas, Bajada de Echandi, Bahía Creek, Caleta de los Loros, San Antonio Este, San Antonio Oeste, Las Grutas y, cerca de Sierra Grande, otra belleza agreste: Playas Doradas a 340 km de Viedma. A lo largo del Camino hay acantilados increíbles, playas inmensas, penínsulas y bahías, paisajes de cuadro, siempre el mar (y no son fondos de pantalla). La idea de construir una central nuclear en estos lugares tiene un aura psicótica.
Pocho: “Este es el mismo recorrido que hicieron los chinos en las camionetas que les dio la Provincia. Una vergüenza, porque es ilegal incluso que anden mirando dónde instalar algo que la gente nunca quiso. Para mí la decisión de venir a la provincia no fue de Macri ni de Weretilneck: fue un invento de los chinos que ellos aceptaron felices”.
Durante el viaje Pocho y Fabiana recuerdan que China ya había intentado hacer un acuerdo en 2011 por el cual la provincia iba a cederle 320.000 hectáreas para el cultivo de soja transgénica, además de brindarle enormes exenciones impositivas, subsidios, adjudicación del puerto por 100 años, facilidades para remitir dividendos, y todo lo usual en este llamativo sistema extractivo. Aquella vez las asambleas presentaron un amparo colectivo. El decreto del entonces gobernador radical Miguel Saiz fue calificado por el Superior Tribunal de Justicia provincial como “un precario instrumento que ni siquiera tiene el rango de preacuerdo”. Todo iba a ser motorizado por el gobernador kirchnerista electo en 2011 Carlos Soria (ex jefe de la SIDE en tiempos de Eduardo Duhalde) pero su mujer, Susana Freydoz, lo mató 21 días después de haber asumido.
Llegando a Playas Doradas se ven el horizonte, el mar, un muelle en Punta Colorada, y arena con manchones grises.

Un cuento chino: Río Negro vs. la central nuclear

Foto: Nacho Yuchark

Peces de 3 ojos

“Mirá la arena. No es dorada”, murmura América, de la asamblea de Playas Doradas, mostrando cómo arena, rocas y plantas han quedado grises por la contaminación que generan los residuos del traslado de hierro desde la mina de Sierra Grande (28 kilómetros tierra adentro) hasta este muelle desde el cual exportaban el material. La mina, propiedad de la empresa china MCC, cerró en enero. En 2016 tenía 540 personas empleadas. Hoy son 40.
“Los que quedaron son todos chinos – cuenta Esthela-. Habían dicho que había que darle la mina a China para que hubiera trabajo. Empezaron a exportar en 2011. Bajó un poco el precio del hierro y echaron a casi todos. Entonces ahora dicen que hay que traer la central nuclear de los chinos para que haya trabajo. Otra mentira más para que el gobierno y las empresas hagan negocios”. La provincia venía aportando 44 millones de pesos para que MCC mantuviera los puestos de trabajo, pero no evitó la guillotina del desempleo.
Sierra Grande había tenido su bomba atómica neoliberal en 1990, cuando fue la primera empresa estatal cerrada por el recordado Carlos Menem, con un resultado de 1.000 despedidos. Efecto en la ciudad: en cinco años la población pasó de 20.000 a 5.000 habitantes, y un número indeterminado de fantasmas. Luego la mina pasó a manos provinciales y finalmente cayó en manos de MCC.
Este año, ante los despidos y la amenaza de cierre de la mina, el intendente de Sierra Grande Nelson Iribarren reclamó que la central nuclear se instale allí. Las vecinas y vecinos autoconvocados le respondieron pintado murales antinucleares que fueron atacados por las famosas manos anónimas.
Griselda Vargas está con un grupo de 20 personas repintando los murales antinucleares atacados: “Lo de la falta de trabajo es una extorsión. La central nuclear se iba a construir desde 2020. ¿Las 500 personas que quedaron sin trabajo se van a quedar esperando tres años? Hay que buscar trabajo inmediato. Ni siquiera tenés que inventar algo nuevo: hay que activar todo lo que pararon. Turismo en Playas Doradas y en la meseta, servicios, pesca; se estaba haciendo un camino y se paró, se construían 40 casas y también se paró. Eso daba más trabajo que la central nuclear pero la estrategia es frenar todo para que nos desesperemos y aceptemos cualquier cosa”.
Olga Medina: “Hemos tenido peleas por el PCB de los transformadores de la mina. Había cáncer por todos lados, se moría la gente. Hicimos las denuncias y en una audiencia los chinos nos decían: ‘ustedes quieren eliminar la fuente laboral porque para cambiar los transformadores hay que cerrar la mina’. Sin embargo hubo una orden judicial, cambiaron los transformadores, y siguieron trabajando. Era todo mentira, pero si no hacíamos esa denuncia acá seguíamos todos contaminándonos”.
Griselda recuerda: “Para convencernos de la central nuclear, trajeron a un técnico que decía que se iba a generar turismo, y que el agua de Playas Doradas iba a quedar más cálida. Yo pensaba: más cálida, y los pescados van a tener tres ojos, si es que queda alguno”. Olga propone otra clave: “Ayer fui a Trelew y vi el parque eólico (43 molinos que abastecen a 100.000 personas). Es energía limpia, da tanto o más trabajo que una central, y no vivís bajo la amenaza nuclear. De última, ¿por qué no llaman a una consulta popular a ver qué quiere la gente?”.

Grutas y poderes

En Las Grutas se reúnen vecinas del lugar y de San Antonio Oeste. Combinan estudio, inteligencia y pasión para meterse en estos temas y no sólo observarlos.
Mirta Carbajal, bióloga: “El mundo está yendo para atrás con lo nuclear. Alemania ya tiene récords en energías renovables y Francia desmantela 17 usinas bajando su matriz nuclear del 75 al 50%”. Marilina Cardelli, comerciante gastronómica: “El plutonio es la sustancia más peligrosa producida hasta ahora. La millonésima parte de un gramo provoca cáncer, pero además mantiene su poder radiactivo 24.000 años. En el mundo no saben qué hacer. En Finlandia están construyendo un lugar de almacenamiento, que les cuesta 150.000 millones de dólares”.
Patricia Llonch, ingeniera civil: “La central china iba a ser de 3° generación, ensamblando dos tecnologías. No hay ninguna en el mundo, así que el laboratorio del experimento íbamos a ser nosotros”.
Hugo Dujovne, ingeniero: “Todo lo nuclear ha estado rodeado siempre del ocultamiento, del secreto, porque aunque lo nieguen es una cultura asociada a lo bélico”.
El debate es similar en la Catedral de Viedma, donde antes de una asamblea se discuten temas que casi nunca aparecen en los medios. Andrés Di Leo hace un diagnóstico: “Es falso que se necesite más energía para crecer. La están gastando en mineras como Bajo Alumbrera, que consume más que todo lo que produce Atucha y más que toda la provincia de Catamarca, que está cada vez más pobre. Entonces hay que parar de derrochar energía y pensar: ¿Energía para quién? ¿Para la gente o para las corporaciones que están contaminando y degradando el planeta?”.
Andrés cree que el modelo productivo no es lógico: “Es anacrónico. Parece que el consumo es todo. En esa línea, no va a haber central nuclear, eólica, solar ni mareomotriz que sirva. Es como decía Facundo Cabral: cambiamos o desaparecemos. No hay otra”.
Entre las voces, el entusiasmo y las tareas asamblearias, explica el padre Luis García: “La energía nuclear no es limpia, es carísima, y no da trabajo. Si no hubiera otra solución uno diría: es el mal menor. Pero la naturaleza nos está gritando que hay otras opciones. Hoy tenemos un día bien eólico”, ríe sobre la ventolera patagónica.
Sigue: “El progreso no puede ser a costa del ser humano. Fíjate en Neuquén: años y años con miles de millones de dólares petroleros, con Vaca Muerta y demás, y solo crecen los kilómetros de villas miseria. Por eso siento que estamos en una época de crecimiento de la conciencia de lo común y lo comunitario frente al individualismo que propone el liberalismo económico. La asamblea es una experiencia importantísima. Por su seriedad, por su fuerza y porque implica un crecimiento desde nosotros mismos”.
Andrés agrega: “El poder político y empresario no entiende que la gente se organice, los cuestione, que abandone el lugar de resignación”. Fabiana: “Estamos aprendiendo a ejercer de ciudadanos. Está bueno que nos acostumbremos a no delegar lo que más importa, que es la vida, en manos de gente que sólo hace su negociado. Uno tiene el poder de uno. Pero si nos empoderamos entre todos, el poder es infinito”.

¿Hay salida?

La energía nuclear está muerta. Es una condena para la humanidad”, dice Pablo Palicio Lada, referente del Movimiento Antinuclear de Chubut (MACH), quien recorrió Rio Negro informando lo que ocurre y proponiendo un enigma: frente a lo nuclear y a las energías fósiles y contaminantes, ¿cuál es la opción?
“Actualmente lo nuclear produce menos del 10% de la energía eléctrica del país. Los números del gobierno muestran que las dos centrales previstas cuestan 14.000 millones de dólares para producir 1.800 MW (megavatios). Pero se están licitando 59 proyectos eólicos y solares para producir 2.400 MW, por 4.000 millones de dólares. O sea: cuesta casi 8 millones de dólares cada MW nuclear, contra 1,6 millones con energías renovables y limpias. Sin el riesgo de lo nuclear, de los residuos que requieren inversiones de miles de millones de dólares”.
Datos: “Con el dinero de las dos centrales se podrían instalar 8.600 MW de energía eólica, cinco veces de lo que aportarían las nucleares. La petrolera Pan American Energy ha instalado un parque eólico de 50 MW para autoconsumo y Aluar está poniendo uno de 500 MW (lo que consume la ciudad de Córdoba). Si pueden las empresas, ¿por qué no las comunidades? Lo que se necesita es además lograr un modelo energético que sea más democrático. En Uruguay avanzó muchísimo la eólica, pero como la manejan las corporaciones han encarecido el precio en lugar de bajarlo”.
Cálculo: “El Consejo Mundial de Energía Eólica estima la Patagonia puede abastecer hasta siete veces a toda Latinoamérica gracias a sus vientos. Hay trabajos que plantean que esa energía eólica supera 100 veces a Vaca Muerta. La energía solar también está avanzando muchí- simo y la tendencia mundial es generar proyectos comunitarios que permitan que los pueblos, cooperativas y vecinos instalen y gestionen la energía que ellos mismos generan. Aquí se está haciendo en Armstrong, Santa Fe”.
Mar: “Están creciendo las energías mareomotriz y la undimotriz (energía de las olas)”. Ya hay una pyme marplatense (QM) que trabajó con la UTN. Una inversión de 4 millones de pesos dará trabajo a 40 personas generando energía limpia con el oleaje, gracias a 200 boyas que generen 6 MW, suficiente para 5.000 hogares. Pablo suma un detalle: “Argentina tiene 5.000 kilómetros de costa oceánica, imagínate el potencial”.
Más: “La clave no es sólo tener otras fuentes de energía, sino un modelo descentralizado, no monopólico, democrático, de ‘prosumidores’, o sea que podamos ser productores y consumidores de la energía, aportando o vendiendo al sistema interconectado lo que no gastemos”. Agrega: “Lo que ha hecho la gente de Río Negro da esperanzas. Y abre un debate nacional sobre lo nuclear: hasta podría llamarse a una consulta popular. Hay necesidad de una democracia más participativa. Y que no nos sigan tratando como idiotas”.
Son otros conceptos.
Democracia y ciencia genuinas.
Proyectos de vida y no de empobrecimiento y muerte.
Frente a la esterilidad extractivista, la energía social de asambleas y comunidades.
Es esa energía la que permite que en lugares como la Patagonia se descubran respuestas para el presente y el futuro que fluyen alrededor nuestro, pero que no siempre sabemos ver.
Viento, sol y mar.
Un cuento chino: Río Negro vs. la central nuclear

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
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Una Ley Nacional que proviene del sector del agronegocio avanza en la Cámara de Diputados, impulsada por la UCR y la Coalición Cívica. Se trata de la norma que regula, entre otras cosas, la aplicación de agrotóxicos. El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas. La primera reunión informativa contó solo con oradores promotores de la iniciativa y solo dos voces críticas; crónica de esa reunión y la opinión del médico Damián Verzeñassi, la enfermera del Garrahan Meche Méndez, el abogado Marcos Filardi y Sabrina Ortíz, vecina fumigada y abogada que acaba de presentar un escrito para convocar a audiencias públicas y foros de debate para evitar que se apruebe esta Ley que prioriza el negocio a la salud social y medioambiental. FRANCISCO PANDOLFI

Esta semana se presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley nacional “de presupuestos mínimos de protección ambiental para la aplicación de productos fitosanitarios”. Es decir, de agrotóxicos.

El proyecto fue escrito por la Red de Buenas Prácticas Agrícolas, integrada por más de 80 instituciones públicas y privadas vinculadas con el agronegocio, y dentro del recinto encabezan la iniciativa los diputados Atilio Benedetti (UCR – Entre Ríos), presidente de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados, y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica). La nueva norma ya cuenta con el acompañamiento de 32 legisladores, entre un abanico variopinto que engloba a La Libertad Avanza, Unión por la Patria, UCR, PRO, Coalición Cívica, Encuentro Federal, entre otros partidos. 

El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas.

La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas
Atilio Benedetti, UCR-Entre Ríos, principal promotor del proyecto, expone en la reunión del pasado martes.

Exposiciones sin consenso

El martes pasado se llevó a cabo una primera reunión informativa en la cual las y los oradores sólo fueron personas, organismos y corporaciones a favor de la iniciativa.

En la comisión conjunta realizada entre Agricultura y Ganadería y Recursos Naturales y Conservación de Ambiente Humano hubo entidades gubernamentales, de productores, de ingenieros agrónomos, de acopiadores, de empresas de tecnología agropecuaria y ONG a favor de la ley. Maximiliano Ferraro expresó que “el proyecto no tiene una mirada sectorial”. Y que “nace de un diálogo. Un diálogo y consenso, que podemos ampliar”.

Sin embargo, se dijo, no hubo invitaciones a voces disonantes.

Las únicas dos ponencias que no se alinearon al lobby de la producción con plaguicidas fueron el diputado Juan Carlos Giordano (Izquierda Socialista – FIT Unidad) y su par Blanca Osuna (Unión por la Patria). Dijo Giordano: “Deben darle espacio a quienes estamos en contra de esta ley. Hay una lista de un montón de organizaciones que quieren venir a exponer las barbaridades que ocurren por el uso de agrotóxicos. Fumigar a 10 metros de ninguna manera puede ser una buena práctica agropecuaria”. Dijo Osuna: “Es indispensable escuchar voces de otros sectores, estamos en falta si no. Los expertos científicos deben estar acá, están ausentes en este proyecto. Primero debe estar la salud, luego la producción”.

La evidencia del modelo

Tras el encuentro del martes, distintos actores se manifestaron en contra del proyecto. Damián Verzeñassi es médico generalista y es el director del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, desde donde se hicieron desde 2010 a 2019 más de 40 campamentos sanitarios en diversos pueblos de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba para  relevar puerta a puerta la situación de la salud en localidades fumigadas. ¿Qué demostraron esos resultados? Que en las comunidades rurales se multiplicaban los trastornos endócrinos, los abortos espontáneos, las malformaciones y el cáncer. Opina Damián: “Si se aprueba esta ley permitiría que se fumigue a 10 metros con productos que pueden generar cáncer de mama, cáncer de tiroides, alteraciones endocrinas en las glándulas, disminución de la capacidad de nuestro sistema inmunológico de defendernos. Por ejemplo, el herbicida atrazina está prohibido en 37 países, pero en Argentina está autorizada. Este tipo de cosas avala la ley que quieren aprobar”.

Sin embargo, el diputado por la Libertad Avanza Pablo Ansaloni, que proviene de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) dijo en la reunión informativa: “Desde nuestra actividad, que la vengo ejerciendo durante 30 años, manipulamos el cereal y estamos en contacto todos los días con el fitosanitario. Podemos dar fe que no tenemos ningún enfermo”.

Meche Méndez es enfermera de Cuidados Paliativos del Hospital Garrahan y desde hace años viene dando una pelea (casi en soledad) para que exista una historia clínica ambiental que pueda demostrar la relación de los agrotóxicos con las enfermedades. Le dice a lavaca: “El sistema de salud sigue sin considerar el daño, en muchos casos irreparable, que los tóxicos utilizados desde hace décadas en el modelo extractivo están produciendo en el ambiente, los territorios y por ende en los cuerpos de quienes los habitamos, atendiendo los síntomas y/o la enfermedad una vez producida, pero sin asociarlo cómo posibles causa”.

Sobre el proyecto de ley, analiza Méndez: “Sólo puedo compartir mi absoluto rechazo. Ya está comprobadísimo por la ciencia sin conflicto de interés que la deriva (movimiento de plaguicidas en el aire) no tiene control, que los venenos enferman y matan. Necesitamos medidas aún más protectoras de las que tenemos actualmente y sobre todo dejar de usar esos tóxicos. Hago un llamado urgente a los profesionales de la salud, a las sociedades científicas supuestamente comprometidas con la salud y el ambiente a que se expidan y rechacen esta posibilidad criminal de echar venenos a 10 metros”. Remata: “Se sabe que produce cáncer, malformaciones, daños genéticos, un montón de enfermedades y síntomas. Esto no puede salir de la Cámara de Diputados”.

María Luisa Chomiak, de Chaco, es la única diputada de Unión por la Patria que acompañó con su firma este proyecto. Argumentó: “Lo suscribí porque se necesita tener esta discusión. Toda iniciativa es perfectible y no hay nada más importante que la salud. Si se prioriza esto, celebro que estemos discutiendo este tema”. Sin embargo, en el proyecto no figura que la reducción de las distancias va en sentido contrario al principio de «no regresión en materia ambiental» que establece la Ley General de Ambiente y tratados internacionales como el Acuerdo de Escazú. Ni tampoco informa las pruebas científicas ya demostradas sobre la consecuencia de los plaguicidas: desde los efectos letales del glifosato en embriones anfibios, constatado por el ex titular del Conicet Andrés Carrasco, hasta los estudios de Delia Aiassa en la Universidad de Río Cuarto sobre daño genético, que comprobaron el riesgo aumentado de contraer cáncer. A partir de estas investigaciones hubo fallos judiciales en distintos puntos del país prohibiendo las fumigaciones terrestres a menos de 1.095 metros y las aéreas a menos de 3.000.

Antecedentes que enferman

Una de esas localidades es Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Allí vive Sabrina Ortiz, una de las tantas personas que se enfermó por agrotóxicos. Perdió un embarazo de casi 6 meses y tuvo dos ACV. Sabrina tiene una particularidad notable: como no encontraba abogados que la defendieran, estudió Derecho y se recibió. Fue amenazada; le mataron a su perro como amedrentamiento. Después de años de denuncias y estudios científicos, la Justicia federal confirmó que el 3 de diciembre de 2025 comenzará el juicio oral contra tres productores agroindustriales por delitos de contaminación ambiental, según la Ley de Residuos Peligrosos (N° 24.051). En la causa se documentaron daños a la salud vinculados a la exposición crónica a sustancias como glifosato, atrazina y clorpirifós. 

Sabrina, junto a varios colegas, acaba de presentar un escrito colectivo de abogadas y abogados de Pueblos Fumigados en donde solicitaron a las presidencias de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados de la Nación que convoquen audiencias públicas, foros y videochats de debate antes de tratar el proyecto de ley.

Marco Filardi es abogado especialista en derechos humanos y temas ambientales y es parte de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA. Le dice a lavaca: “Esta norma manda un mensaje a todas las provincias de que este (10 metros fumigación terrestre y dron, y 45 metros aérea) es el estándar mínimo, el piso ambiental y eso no lo podemos aceptar. Gran parte de nuestra población está expuesta cotidiana, sistemática y estructuralmente a la aplicación de más de 7.000 formulados comerciales con autorización vigente por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) en una cantidad de más o menos 500, 600 millones de litros de agrotóxicos al año. Tenemos el triste privilegio de ser el país que más agrotóxicos por persona y por año usa en el mundo y los resultados están en los cuerpos, están en los territorios”.

Desde los impulsores de la iniciativa no contactaron a científicos, ni profesionales de la salud, ni abogados, ni a ninguna de las organizaciones ambientales. Como por ejemplo la coordinadora “Por una vida sin agrotóxicos Basta es Basta”, de Entre Ríos, que se moviliza todos los martes desde 2018 frente a la Casa de Gobierno en Paraná. “La ley nacional es un ‘copy-paste’ de la que ya tenemos acá, aprobada a finales de 2024 y en la que habilitan fumigar a 5 metros de los cuerpos de agua, a 10 de las plantas urbanas y a 15 de las escuelas rurales. Ellos se amparan en las buenas prácticas agrícolas sin basarse en ninguna evidencia científica, a diferencia de todos los trabajos publicados en Argentina y en el mundo donde se demuestra el impacto que tiene el uso de los venenos sobre la salud y los ecosistemas, más allá de la dosis y la distancia. Lo que genera el daño es la presencia del veneno y si hay evidencia científica ya está: no hay más que hablar”.

La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas
Sabrina Ortíz presentó una iniciativa para frenar la Ley del Cáncer.
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Entrevista a Celeste Fierro, tras ser detenida en la flotilla de ayuda humanitaria a Gaza

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Al llegar al país luego de estar 8 días detenida (junto a otros tres argentinos, entre un total de 443 personas que conformaban la flotilla Global Sumud) la legisladora habló con lavaca.

Entrevista a Celeste Fierro, tras ser detenida en la flotilla de ayuda humanitaria a Gaza
Celeste Fierro al llegar a Ezeiza. Fue recibida por decenas de personas que se acercaron a apoyarla y recibirla.

Celeste Fierro durmió sólo algunas horas, y de manera intermitente, y apenas se levanta habla con lavaca. Llegó anoche de Jordania, donde fue trasladada desde la cárcel de Ktzi’ot. Allí estuvo presa del 3 al 7 de octubre, después de que el Estado israelí interceptara el barco en el que pretendía llegar a Gaza como parte de la flotilla Global Sumud. Del 1 al 2 tuvo dos días de traslados, y el día 7 la llevaron también a Jordania, desde donde partió el vuelo a Buenos Aires.

La historia es conocida: en aguas internacionales, el Estado de Israel interceptó todos los barcos de la flotilla, tomó su mando y los dirigió a tierra para detener a sus tripulantes. “Sabíamos que, lo más probable, era que pasara lo que pasó”, se sincera Fierro respecto a la misión humanitaria que buscaba 1) romper el bloqueo naval israelí sobre Gaza y 2) hacer visible la crisis humanitaria allí.

Lo primero no lo lograron. Lo segundo, sí.

Lavaca fue el único medio argentino presente en la masiva movilización en Roma que, tras conocerse la noticia de la detención de los tripulantes de esta flotilla, reunió a un millón de personas para pedir el fin del genocidio israelí en Gaza y, entre otras cosas, la liberación inmediata de los recientes detenidos. Ese mismo día, por la noche, llegaron a la capital 26 personas italianas que habían sido detenidas, las primeras que largó el Estado de Israel.

Los cuatro argentinos (Ezequiel Peressini, Carlos Bertola, Nicolás Calabrese, y Celeste) fueron de los últimos.

Finalmente ayer, después de 8 días, volvieron a pisar su tierra.

Desde aquel 1 de octubre hasta ahora, Celeste no había vuelto a tomar mate. Está en eso mientras conversa y revela que su mate, al igual que todas sus pertenencias (a excepción del pasaporte) le fueron sustraídas por el Estado de Israel.

La primera pregunta es obvia: ¿Cómo estás?

Entera, lo cual es un montón. Y muy contenta de estar de nuevo acá. Eso es lo primero, pero también muy preocupada porque entiendo que todavía hay compañeros detenidos de la Global Sumud y que, además, interceptaron a la Freedom Flotilla (145 detenidos). Así que poniéndome en contacto con compas de otros países para estar a disposición.

Durante dos días no se supo nada de vos; luego lo que llegaba era casi nada. ¿Qué pasó en esos primeros momentos?

Lo que nos pasó no se compara con lo que pasan los presos palestinos en las cárceles de Israel; no se compara con lo que viven las familias palestinas en la franja de Gaza. Pero, en ese momento, lo que más preocupaba era que no supieran que estábamos vivos. Desde que nos detuvieron estuvimos 48 horas hasta que logramos ver a un abogado. Y después, la visita de la cancillería fue recién el viernes o el sábado, 3 días después de la intercepción. Lo único que yo quería que avisaran era que estábamos vivos.

¿Les iban informando qué harían con ustedes?

Los primeros que salen son los italianos. En las intercepciones preguntaron por los italianos, ya veíamos claramente que iban a liberarlos más rápido. Los que quedamos detenidos fuimos los del sur global, no solo América, Sudáfrica, Nueva Zelanda.

¿Por qué Italia primero?

Lo de Italia fue por la presión social hacia el propio gobierno italiano de ultraderecha. Hubo una huelga general una semana antes de la intercepción; eso hizo que Meloni mandara un barco, que fue directamente para responder a la huelga; y también para que los italianos desistan de esas misiones. No lo lograron.

¿Cómo fueron los días previos a que los interceptaran?

Ya habíamos tenido una situación previa el día anterior, donde rodearon dos de los barcos de la flotilla. Con alguna cosa magnética cortaron los radares, los teléfonos, como que esos barcos perdieron la comunicación. Y luego se retiraron. Ahí tuvimos el primer intento, ya antes habíamos tenido los ataques con los drones.

¿Cómo es un ataque con drones?

Los primeros dos ataques fueron en puerto de Túnez. Nosotros no habíamos llegado ahí todavía. Pero también entendimos que eran para intimidar, para amedrentar. Es un ejército muy preparado: si hubieran querido hundir un barco lo hacían. Lo que hicieron en el puerto dos días distintos a dos embarcaciones distintas fue tirar como unos explosivos. Y se logró contener ese fuego rápidamente y no pasó a mayores y lograron seguir esas embarcaciones.

En altamar también siguieron las intimidaciones

Todas las noches teníamos drones arriba. Una vigilancia permanente 24×7, fundamentalmente a la noche. Dos días antes de llegar a Creta, entre Sicilia y Creta, ya no eran algunos sino que eran decenas de drones que pasaban por todos los barcos. Y a las 11 de la noche empezamos a tener interferencia en las radios. Empezó a sonar ABBA a todo volumen, nos mirábamos porque no sabíamos qué estaba pasando… Y a los 15 minutos escuchamos la primera detonación… Tiraban esos explosivos que explotan cuando tocan algo; a uno de los barcos les tiraron uno de los mástiles… a otro directamente le rompieron una vela. A otros era solamente el sonido y veías una luz muy fuerte. Era sistemático: cada 15 minutos sentíamos una detonación. A otro le cayeron líquidos, que no sabemos qué eran. No los escuchábamos, veíamos luces, era mucho el miedo.

¿En algún momento temiste por tu vida?

Creo que todo el tiempo. Desde ese momento, hasta que logramos salir (por anteayer). En el momento de los drones, al día siguiente hablábamos: siguen intentando que no continuemos. Y la fuerza estaba puesta en continuar. Y a la noche siguiente estaba en la guardia y no hubo drones. Fue una guardia muy tranquila. Fue el primer día que dije: y mirá si llegamos… Había crecido la presión internacional. Pero no pasó.

Y el día en que los interceptan, ¿cómo fue?

Cuando nos interceptan –no me acuerdo la hora pero era de día, habrán sido las 7PM- nos llega un mensaje de uno de los barcos que en un radar habían visto que se acercaban 10 o 12 barcos. Ahí nos preparamos con los protocolos que veníamos manejando, y en menos de una hora y media ya habían llegado. Empezaron a rodearnos lanchas rápidas, no las veías porque era de noche. Nos tiraron primero agua a todos los barcos. Luego por un altoparlante decían que no teníamos que seguir navegando, que si nos quedábamos ahí iba a estar todo bien… Todo eso duró como una hora. Hasta que se subieron alrededor de 10 o 12 marines israelíes, con armas largas, caras tapadas. Lo primero que hicieron fue desactivar todas las conexiones de Internet. Y ahí efectivamente nos detuvieron, agarraron el mando de nuestro barco. Nos cachean, nos piden los pasaportes. Revuelven todo. Y nos metieron en los camarotes, éramos muchos más de los que entran en los camarotes, estábamos todos amontonados. Estuvimos 24 horas metidos ahí, sin comer nada. Hasta que llegamos al puerto, 24 horas más, y después a la cárcel, donde nunca nos dieron agua potable, estuvimos hacinados, con precintos; a compañeros les vendaron los ojos. Sufrimos maltrato físico. Y la mayor preocupación era que se sepa dónde estábamos.

¿Cómo se siente en el cuerpo esa impunidad?

Nosotros sabíamos que el escenario más probable era lo que nos terminó sucediendo. También hay que decir que lo que significó la flotilla en cuanto al impulso, a multiplicar las acciones, es muy fuerte. Es fuerte saberse parte de una acción internacional que hace lo que los Estados no hacen, dando una respuesta solidaria, humanitaria, a una causa que es de toda la humanidad; fue muy importante. A mí me recordaba a las brigadas internacionalistas de la Guerra Civil Española, Nicaragua… Y creo que eso también fue lo que nos protegió, más allá de la violencia que se sufrió, que todos los ojos estén puestos en Gaza y en la flotilla hace que hoy estemos en casa. Esa firmeza de continuar a pesar de los ataques. Y repito: lo que a nosotros nos pasó, ni se comprara con lo que pasa Gaza. Eso es lo que nos daba más fuerza y firmeza para continuar y de estar juntos.

¿Qué pudiste compartir con los compañeros y compañeras de otras partes del mundo, respecto a lo que estaba pasando, a la situación de Gaza, a cómo articular el reclamo a nivel global?

Para mí fue muy importante. Como experiencia militante, como experiencia de vida. Quienes somos militantes, internacionalistas, lo vivimos de forma permanente, pero esto fue encontrarnos con gente que nunca habíamos tenido contacto, que hablamos distintos idiomas, que venimos de distintas historias. Había sindicalistas, periodistas, enfermeros, médicos, compañeras activistas, artistas. Eso es lo que fortaleció la misión y sobre todo el reclamo y le dio potencia. El internacionalismo, sabernos todos levantamos una misma causa logró potenciarlo y ver que en todos los rincones del mundo se esté denunciando el genocidio y levantando la causa palestina, porque la causa del pueblo palestino es hoy la causa de toda la humanidad. Ese fue el sentido de la flotilla.

¿En qué nivel ves que está el reclamo en Argentina?

En los últimos meses se ha multiplicado la participación. Nosotros lo venimos levantando desde hace décadas, pero creo que hubo un cambio grandísimo. Me acuerdo patente el domingo que fue el Día del Padre, que hubo una movilización gigante, había familias enteras. Desde ese día hasta ahora se ha multiplicado el acompañamiento, no solo en la Ciudad de Buenos Aires, sino en lugares inhóspitos del país. Se fue extendiendo y tenemos que ser cada vez más.

Ahora hay un supuesto nuevo “alto al fuego”. ¿Cómo lo interpretan?

No hay que conformarse hasta el alto el fuego que hay ahora, que no sea un nuevo invento. Lo que venga del imperialismo yanqui creo que es un nuevo acuerdo de ocupación colonial que no va a resolver de forma definitiva las necesidades del pueblo palestino. Acá una paz justa es una paz donde haya derecho al retorno, donde la Palestina sea única, del río al mar y no es lo que se está proponiendo. Hay que seguir multiplicando las acciones por eso, y en nuestro país seguir exigiendo: no en nuestro nombre. Tenemos que tomar lo que dicen nuestros compañeros judíos: que este Estado apoye a ese genocidio, a ese criminal de guerra como es Netanyahu, no es en nuestro nombre, cuando sabemos lo que significa un genocidio en nuestra historia. El genocidio de los pueblos originarios, el genocidio de la última dictadura: tenemos que decir no en nuestro nombre y seguir reclamando la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales. Hoy es un momento en el que Israel está aislado internacionalmente, así que hay que presionar.

El gobierno nacional también parece estar en ese mismo aislamiento…

Por eso, hay que seguir denunciando a este gobierno que no solo es cómplice de ese genocidio sino que viene llevando adelante un desastre en materia económica y social y que por eso está recibiendo fuertes golpes. Acá vamos a estar para plantear una alternativa.

¿Cómo se comportó el gobierno nacional con ustedes los detenidos?

Cancillería hizo… el trabajo administrativo para saber que estábamos ahí, y comunicarse con nuestra familia. Nos lo dijeron con claridad: estuvo el cónsul, pero no fue el embajador. Y esa es una decisión política. Hubo una decisión política de no exigir nuestra inmediata libertad y eso fue lo que sucedió. Estuvimos en Jordania con los diplomáticos de Uruguay, que fueron quienes nos buscaron y acompañaron en el proceso de volver a casa.

Llegaste. Y ahora, ¿qué vas a hacer?

Hoy pretendo quedarme un rato en mi casa. Ayer no me despegué de mi hija desde que llegué al aeropuerto… Y después que la logré dormir me fui a Aeroparque a recibir a Cascote, el compañero que llegó de madrugada. Volví, dormí unas horitas, y acá estoy.

¿Qué edad tiene tu hija?

9 años.

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