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Un muerto cada 21 horas en manos de las fuerzas de seguridad

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“Cambiemos es el gobierno más represor desde la vuelta de la democracia en 1983: desde 2015, el promedio es de un asesinado cada 21 horas». Esa la síntesis del informe anual que la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) presentó en Plaza de Mayo en un acto en el que participaron Nora Cortiñas y Sergio Maldonado. Las cifras del informe. El factor Bullrich. Los “femicidios de uniforme”. Y el análisis de la abogada María del Carmen Verdú: “La represión no es un error o exceso: es una política de Estado”.

Por Luis Zarranz

Como todos los años, la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), presentó su “Informe Anual de la Situación Represiva”, en Plaza de Mayo, con la participación de Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora) y Sergio Maldonado, entre cientos de familiares víctimas de la violencia estatal, sentados con carteles colgados al cuello de sus hijos, sus sobrinos, sus nietos.
“Hay organizaciones y organismos que colaboran para que nuestros casos lleguen a juicio, pero no es suficiente”, subrayó el hermano mayor de Santiago Maldonado. La familia aún se encuentra a la espera de Justicia tras su apelación al cierre de la causa que dictaminó el juez federal Gustavo Lleral en noviembre del año pasado, luego de revelarles que estaba siendo extorsionado.
“Ustedes siempre quienes tienen que estar al frente del reclamo de Verdad y Justicia. No hay quién pueda reemplazarnos”, continuó Sergio. “Somos los familiares los que tenemos que llevar la entereza de esa lucha. Los organismos pueden acompañar, pero atrás o al costado. Hay que entender que hay días que no queremos luchar. Que queremos llorar y abrazar. Que hay días que abrimos la puerta y hay 300 mil personas y otros que no hay nadie. Pido Verdad y Justicia por todos ustedes por sus familiares, por los 30 mil, por todos los desaparecidos en dictadura y en democracia. Y por Santiago. Necesitamos más pibes solidarios como Darío Santillán y Santiago Maldonado, y menos Chocobar y Patricia Bullrich”.
Las palabras resonaron fuerte en una Plaza de Mayo que recibió la contundencia de los números del informe de la CORREPI, que permite comprender la dimensión de la política represiva: “Cambiemos es el gobierno más represor desde la vuelta de la democracia en 1983: desde 2015, el promedio es de un asesinado cada 21 horas».
Éste y otros datos de enorme impacto dan cuenta de la vitalidad del aparato represivo, a 43 años del último golpe cívico militar, cuyo aniversario será repudiado en las calles, una vez más, este domingo 24 de marzo.
Algunos de los datos más impactantes de la investigación que CORREPI presenta y actualiza año a año:

  • “Un total de 1303 personas fueron asesinadas por el aparato represor del Estado durante la gestión de Cambiemos”.
  • Desglose: del 11 al 31 de diciembre de 2015: 50 casos. En 2016: 442. En 2017: 451. En 2018: 333, sin contar 150 muertes en lugares de detención aún no informadas. En 2019, hasta el 12 de febrero: 28.
  • “Desde 1996, fueron asesinadas 6535 personas por el aparato represor”.
  • “En sus tres primeros años de gobierno, el gobierno de Mauricio Macri y sus aliados ya es responsable del 20% del total de muertes ocurridas desde diciembre de 1983”.
  • «La Policía de la Ciudad mató a 48 personas en 26 meses”. Duplicó los casos que tuvo su fuerza antecesora, la Metropolitana, en cuatro veces más de tiempo: 22 casos en ocho años”.
  • «Una de cada cinco mujeres asesinada en contexto de violencia machista es a la vez víctima de violencia estatal»
  • “En los últimos tres años fueron detenidas más de 550 personas en contexto de protesta social”.
  • “Más del 85% del total de personas asesinadas por el aparato represivo estatal estaban en un calabozo o caminaban por un barrio”.
  • “La casi totalidad de las muertes en comisarías corresponde a personas que no estaban detenidas por acusaciones penales, sino arbitrariamente arrestadas por averiguación de antecedentes o faltas y contravenciones”.
  • “El 44,5% de las muertes corresponde a personas de 25 años o menos”. Si se suman a los de 25 a 35 años, el porcentaje se eleva al 70%.
  • “En relación a la población/casos, la provincia de Buenos Aires continúa primera, con muy poca diferencia con las que la siguen: Tierra del Fuego, Santa Fe, Chubut y Mendoza. En un segundo pelotón aparecen La Pampa, Río Negro, CABA, Santiago del Estero y Córdoba”.
  • “Las dos modalidades más frecuentes de la represión son las muertes de personas detenidas (46,8%) y los fusilamientos de gatillo fácil (38,3%).
  • Durante los gobiernos kirchneristas hubo, en promedio, un muerto cada 30 horas.

Haciendo historia

CORREPI produjo el primer informe, mucho más artesanal que los que elabora ahora, en 1996, después de que el entonces presidente Carlos Menem brindara su versión respecto a porqué crecían las denuncias sobre fusilamientos policiales: “Hay periodistas de pluma fácil”, se atrevió a decir. La frase fue revalidada por el entonces ministro de Interior, el servilletero Carlos Corach, que en una de sus habituales entrevistas al bajar de su departamento, sostuvo “¿Dónde están los nombres?”.
Así, como respuesta urgente, un ínfimo equipo de militantes, ligado a familiares de víctimas de la represión, presentó un primer informe con 262 de personas asesinadas por el Estado desde el fin de la dictadura. El listado se presentó en Plaza de Mayo, cuando una delegación de familiares, se lo llevó a Corach para que, por fin, pudiera ver “los nombres”.
Desde entonces, la presentación del informe anual es un ritual de la lucha antirepresiva, que incluye casos de gatillo fácil (fusilamientos); muertes de personas detenidas (en gran parte, tras recibir torturas), fusilamientos en movilizaciones, muertes intrafuerza o intrafamiliares (casos en que, para “resolver” un conflicto interno o familiar, el autor utiliza los recursos represivos que le provee el Estado); entre otros.
María del Carmen Verdú es una de las históricas referentes de CORREPI. En diálogo con lavaca, analiza e interpreta qué (nos) dicen estos datos sobre la violencia represiva:
¿Cuál es el dato más sobresaliente?: “Sin dudas, que el ritmo de las personas asesinadas sigue creciendo al mismo ritmo, o mayor, que al inicio de la gestión Macri. La curva de crecimiento histórica coincide, obviamente, con los momentos de profundización del conflicto y de crisis social (años 1989, 2001, 2008 o 2015), en donde hay un salto y luego un amesetamiento. Acá, lo que se comprueba es que desde diciembre de 2015 a hoy, todos los días sigue subiendo: es una constante. Tan sostenido en el tiempo no había ocurrido nunca antes. Por eso, el número promedio de la gestión de Macri es de una muerte cada 21 horas”.
Política de Estado: “La represión es política de Estado y no un error, un exceso, un abuso, un defecto, o un problema no resuelto. La diferencia sustancial de la política de Cambiemos respecto a las anteriores es que por primera vez no lo tenemos que estar explicando nosotros, porque lo explica Patricia Bullrich por cadena nacional. La diferencia es abismal por el efecto que produce en las Fuerzas y en el Poder Judicial: por primera vez en los 35 años de democracia, un gobierno en bloque sale a decir: ‘Esta es nuestra política’,  ‘Es la decisión que hemos tomado como Estado’. Son frases textuales de Bullrich, Michetti y del propio Macri”. Antes, cuando lo mataron a Carlos Fuentealba, por ejemplo, Aníbal Fernández y Cristina Fernández dijeron: ‘Investigaremos hasta las últimas consecuencias’. Cuando se armó la visibilidad pública del caso, la estrategia del gobierno fue aportar testigos a la causa, sacarse fotos con la mamá: cuando las cosas se las iban de las manos y se producía un rebote importante, el gobierno se intentaba despegar y lo presentaba como un hecho individual repudiable. Ahora, en lugar de eso, lo reciben a Chocobar, el policía que fue filmado fusilando por la espalda, recién salido del procesamiento, y dicen que necesitamos muchos policías como él. Eso es una orden explícita al resto de las Fuerzas para que sigan disparando”.
Mujeres: “Los casos de mujeres que son víctimas de la violencia represiva son pocos (600 sobre 6500), en términos proporcionales, porque el 90% de los casos de gatillo fácil son víctimas varones jóvenes: el sujeto a disciplinar en los barrios. Lo mismo ocurre en las cárceles. Son infinitamente más los varones porque la población masculina de cárceles es muy superior a la de mujeres, pero en la relación población/cantidad de casos es parejo”.
Mujeres II: “Si se toman el total de casos en los que la víctima son mujeres (596 casos), la mayoría, 349 son femicidios. Casos intrafamiliares en los que miembros de fuerzas de seguridad asesinan a su pareja, a su ex, su hija, o a su suegra, Es lo que denominamos ‘femicidios de uniforme’ y representa alrededor del 20% de todos los casos: ningún oficio u ocupación tiene un porcentaje tan elevado. Cuando se cruzan la violencia patriarcal con la estatal, se potencian”.
Medios de (in)comunicación: “Estamos discutiendo sobre el pibito de 8 años que robó una joyería, aunque sea un hecho absolutamente excepcional, porque los medios bombardean con casos de ese estilo. El conjunto de la política represiva no solo se administra a punta de pistola o picana, sino que además de lo que es violencia directa hay toda una serie de mecanismos de cooptación de concesos para legitimar lo que se ve y para naturalizar lo que debe ser invisibilizado. Ésa es la función que cumplen esas usinas propagandísticas oficiales disfrazas de medios de comunicación. Basta con leer los títulos. No es lo mismo decir ‘valiente miembro del orden abatió un precoz delincuente’, que ‘un policía hijo de puta le metió un tiro a un nene de doce años’”.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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