Nota
Fracking y un desastre anunciado: Neuquén después del derrame
Pese al ocultamiento y silencio que rodearon al tema, la Confederación Mapuche de Neuquén y organismos de derechos humanos, presentaron este martes una denuncia ante la Justicia para investigar las responsabilidades penales de los funcionarios públicos y los empresarios de YPF y la estadounidense Schlumberger por el derrame de hidrocarburos en Vaca Muerta. Las zonas inundadas de barros tóxicos (se observan en la foto satelital distribuida por Greenpeace) equivalen a 10 estadios de fútbol, y desde el Observatorio Petrolero Sur subrayaron que el hecho ocurrido el 18 de octubre último es uno de los desastres “más grandes de los últimos tiempos”. Las empresas, sabiendo del derrame pero sin informar sobre el mismo, habían pedido un “blindaje penal” que frene las protestas sociales. El fracking como técnica extractiva: la contaminación ambiental y social. Los efectos para la salud. Los países que lo prohibieron. Y el pedido de Naciones Unidas para reconsiderar la actividad en Vaca Muerta.
La Confederación Mapuche de Neuquén, organismos de derechos humanos y abogados ambientalistas presentaron una denuncia ante la Fiscalía general de Neuquén para que se investiguen las responsabilidades penales que les puede caber tanto a funcionarios públicos como a los empresarios de YPF y la estadounidense Schlumberger por el derrame de petróleo y barros tóxicos ocurrido en el yacimiento Bandurria Sur, Vaca Muerta.
“No hay información oficial que indique cómo van a solucionar el daño que han hecho”, explicó a lavaca Jorge Nahuel, werken de la Confederación.
El subsecretario provincial de Ambiente, Juan de Dios Luchelli, habló en un comienzo de “algunas hectáreas” afectadas, pero las organizaciones Greenpeace y Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) calcularon algo muy distinto:
- Según imágenes satelitales, detectaron “un mínimo de 85 mil metros cuadrados impactados directamente por el crudo”, cifra que equivale a “10 canchas de fútbol aproximadamente”.
- Hay implicadas alrededor de 77 hectáreas contaminadas, “a sólo 11,5 kilómetros de la localidad de Añelo y del río Neuquén”.
Según Greenpeace, fue el segundo desastre ambiental que protagonizó YPF en poco tiempo: el 17 de octubre denunció “el mayor derrame de petróleo en Chile en los últimos 20 años”, que provocó la fuga de 720 mil litros de hidrocarburos, que afectaron 6 mil metros cuadrados.
Blindaje penal
Nahuel describe al poder judicial como un “testigo pasivo” en este caso. “Van cuatro denuncias penales que hacemos por diferentes casos como este, pero no encontramos una respuesta judicial acorde al daño que se está causando”.
Al contrario, el fiscal general de Neuquén, José Gerez recibió el 24 de octubre último a Alejandro Domínguez presidente de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (AmCham), y a Martín Kindl, director de relaciones institucionales del IAPG (el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas que congrega a las empresas petroleras). Ambas entidades impulsan un llamado “blindaje penal” frente a las protestas sociales que genera la actividad, idea que mostró muy receptivo al fiscal Gerez.
Es curioso. 6 días antes del encuentro se había producido el desastre ambiental de Bandurria, del cual los funcionarios nada informaron al fiscal Gerez, se supone. La noticia apareció 6 días después de lobby por el blindaje.
La multa indolora
La decana de la Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud de la Universidad Nacional del Comahue, Graciela Silva, dijo al diario Río Negro que “no existe ningún tipo de remediación que deje el suelo igual a como estaba antes”.
Fernando Farinaccio, del laboratorio de Rehabilitación y Restauración de Ecosistemas Áridos y Semiáridos de la facultad: “En estos terrenos la vida del suelo no es tan diversa y es más lenta en sus procesos de recuperación. La materia orgánica es poca y es muy baja en nutrientes. Estamos hablando de áreas de 1% de materia orgánica, entonces el suelo es muy frágil. Estamos afectando flora y fauna que ya de por sí es muy frágil, su recuperación es muy lenta, y su resistencia es muy baja”.

Gentileza Observatorio Petrolero Sur.
La subsecretaría de Ambiente de Neuquén anunció que la sanción económica a YPF sería la “más grande de la historia”. El subsecretario Lucchelli remarcó que, si bien aún están en el medio del proceso de medición de impacto, la pena podría llegar a los 28 millones de pesos, aunque es posible pensar que frente a las ganancias extraordinarias, la suba del dólar, la suba del precio de las naftas, y las remesas de capitales al exterior, esa cifra resulte ínfima para las empresas.
Martín Álvarez Mullally, del Observatorio Petrolero Sur, apunta a lavaca que el impacto real del derrame, “uno de los más grandes de los últimos tiempos”, requiere un gran y delicado estudio. “De todas formas, lo que hay que decir es que el impacto va a quedar. Fueron ríos de lodo que provienen de subsuelo: podés encontrarte desde hidrocarburos hasta metales pesados. Hay que hacer un estudio serio. Lo que no hay, sin embargo, es acceso a información pública ambiental. Hay un hermetismo muy grande”.
¿Y sobre las sanciones? “Las sanciones son muy particulares. En 2014, después del derrame en Loma La Lata, pagaron multas en cómodas cuotas. En otros casos ni eso ocurre, porque hay un mecanismo a través de causas judiciales por el cual el Estado, al no activarlas, las deja caer. Entonces, más que sancionar, se trata de calmar el impacto mediático social. El Estado hoy no es más que un garantista del extractivismo petrolero”.

Fracking y muertes
El reciente derrame de hidrocarburos en Bandurrias Sur, Neuquén, demuestra que el sistema de fracking para la extracción de gas y petróleo no representa solo una amenaza a futuro, sino un daño actual y cotidiano. En este caso, llevará al menos ocho meses para una remediación siempre incompleta, frágil y de resultados inciertos.
¿Qué es el fracking? El petróleo y gas tal como se conoce (como fluido) ya prácticamente no existen en el país, ni en buena parte del mundo. Los hidrocarburos que quedan están atrapados en la llamada roca madre, a la que hay que fracturar con trépanos –taladros gigantes- a más de 3.000 metros de profundidad. La excavación genera temblores y sismos que son los que provocaron la prohibición del fracking en países como Gran Bretaña. Bajo tierra, la perforación se ramifica horizontalmente con 5 o 6 caños según el caso que se extienden bajo tierra en distintas direcciones a lo largo de 3 o 4 kilómetros en cada caso. Se inyectan hasta un total de 30 millones de litros de agua a alta presión en cada pozo, cóctel que incluye arenas de sílice y alrededor de 600 químicos para mantener abierta cada grieta, disolver los hidrocarburos, y extraerlos luego a la superficie como un reflujo de barro tóxico, gas y petróleo, de donde proviene buena parte de la contaminación ambiental que genera.
“Es un nuevo cambio de paradigma en la explotación”, explica Álvarez Mullally. “Neuquén tiene una lógica por la cual toda su economía gira en torno a la renta petrolera. El fracking para extraer hidrocarburos no convencionales cambió todas las reglas del juego dentro del mundo. Hace que los costos sean más grandes. Recorta el salario de los trabajadores y flexibiliza, generando más inseguridad para los trabajadores en este año (tres muertos y dos heridos sólo en la cuenca neuquina). Y a la contaminación ambiental se le suma un agravante: todo el desarrollo de Vaca Muerta se hace sin la infraestructura adecuada del Estado: no hay una política de control y fiscalización. Entonces las petroleras hacen lo que quieren. Así ocurren los accidentes”.

Gentileza Observatorio Petrolero Sur.
Causas y efectos
Como en Argentina no hay estudios sobre el impacto ambiental ni en la salud humana, hay que recurrir a los datos surgidos de investigaciones en las zonas de fracking de los Estados Unidos realizadas por entidades como la Sociedad Médica de Massachusetts, el Concerned Health Professionals, o el Physicians for Social Responsibility):
- El 75% de los 600 químicos inyectados a la tierra son tóxicospara piel, ojos, sistema gastrointestinal y respiratorio.
- Más de la mitad de esos químicos puede producir daños en el cerebro y en el sistema nervioso central.
- El 25% pueden desarrollar en el ser humano algún tipo de cáncer o mutaciones. Las investigaciones detectaron elementos cancerígenos como benceno y formaldehido (el benceno especialmente ligado a las leucemias), neurotóxicos en dosis letales, hidrocarburos también cancerígenos, disruptores y perturbadores hormonales (tolueno además del benceno) que provocan malformación del esperma, reducción del crecimiento fetal, padecimientos cardiovasculares, problemas respiratorios y asma.Detectaron además emisiones radiactivas, 40 % de aumento de nacimientos prematuros, malformaciones, contaminación de los suelos, del agua, del aire.
- Todo coincide con lo que describen desde el punto de vista de la salud pública las comunidades argentinas cercanas a las explotaciones. En ningún caso se aplica el principio precautorio según el cual actividades con tal poder de daño deberían demostrar su inocuidad antes de ser permitidas.
La fractura hidráulica está prohibida en Alemania, Francia, Bulgaria, Reino Unido, España, Irlanda, Italia, Suiza, Austria, Sudáfrica, República Checa y estados norteamericanos como el de Nueva York.
En Argentina, la provincia de Entre Ríos ya lo prohibió en todo su territorio y hay grandes movilizaciones en Mendoza que buscan impedir la instalación de la actividad.
Efectos: ambiente, salud, sociedad y economía
El problema del fracking en la Argentina está encendiendo alarmas a nivel internacional. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas recomendó este mes al país “reconsiderar la explotación a gran escala de combustibles fósiles no convencionales mediante el ‘fracking’ en la región de Vaca Muerta” ya que sus efectos contradicen los compromisos firmados por el Estado en el Acuerdo de Paris “con un impacto negativo sobre el calentamiento global y el disfrute de los derechos, económicos y sociales de la población mundial y las futuras generaciones”. Además, alienta a que Argentina “fomente energías alternativas y renovables”.
En el mismo sentido, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos realizó el 3 de octubre la primera de sus audiencias para determinar si el fracking está poniendo en riesgo los derechos humanos en la región, en la cual hay 5.000 pozos: 2.000 se encuentran en Argentina.
La extracción de hidrocarburos mediante el fracking y los combustibles fósiles resulta además anacrónica desde lo energético, y antieconómica: cada pozo implica una inversión de 20 millones de dólares, con una vida útil que no excede los 6 años. Con esa cifra se puede desarrollar un parque eólico con seis aerogeneradores, que producen cuatro veces más energía en ese lapso de tiempo, según lo ha difundido el OPSur. Pero como los generadores eólicos tienen una capacidad productiva de 20 años, terminan brindando 70 veces más energía. Todo con la misma inversión, sin contaminar, y generando más empleo que el fracking.

Gentileza Observatorio Petrolero Sur.
La contaminación social
La fractura hidráulica genera además empobrecimiento social ya que establece enclaves en los que el beneficio económico se concentra en un pequeño sector técnico trasladado a las zonas de explotación, ajeno a las comunidades que no obtienen siquiera el beneficio de empleos, mientras el único derrame que se comprueba no es el económico sino el de los hidrocarburos.
Añelo, en pleno corazón de Vaca Muerta, no tiene hospital, muchos de los nuevos barrios son hechos con containers y el edificio de la Municipalidad es una construcción prefabricada. La actividad provoca lo que las comunidades llaman contaminación social. La llegada de contingentes de técnicos y trabajadores a Añelo triplicó su población de 2.500 a 8.000 habitantes (principalmene hombres) e hizo nacer tres industrias: hoteles, casinos y prostíbulos.

Gentileza Observatorio Petrolero Sur.
Otra realidad que denuncian las comunidades es el crecimiento del comercio y consumo de drogas ilegales. El propio secretario del gremio petrolero de Neuquén y actual senador, Guillermo Pereyra, informó que el 40% de los trabajadores en la zona de Vaca Muerta son adictos. El problema se atribuye tanto al trasplante de trabajadores y técnicos a lugares inhóspitos con salarios por encima de la media y sin posibilidad de desarrollo de una vida social, como a la creciente presión que las empresas ejercen para maximizar ganancias a costa de ellos. El dato no sirvió para crear mecanismos de contención y tratamiento del problema, sino que varias empresas lo usaron para justificar reducciones de personal.
Los pueblos originarios de las áreas de explotación están viendo vulnerados el derecho a ser consultados y dar su consentimiento cuando se realizan actividades que puedan afectar su territorio, según consta en el Artículo 75 de la Constitución Nacional y en el convenio 169 firmado por el país ante la OIT. Al contrario, sus reclamos tienden a ser criminalizados, siendo que son ellos quienes están exigiendo el cumplimiento de la ley.
Se puede sumar a los impactos relevantes la crisis y desempleo que produce el fracking en economías regionales como la frutihortícola en la zona del Alto Valle, que ve su territorio invadido por las perforaciones.
La falta de información y el hermetismo alrededor de la actividad impide que se conozca fehacientemente la cantidad real de accidentes, derrames y explosiones que se producen. Una excepción es el registro del Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental, que da cuenta de 14 explosiones, incendios, derrames y accidentes producidos en las explotaciones de fracking en Allen, Río Negro, en los últimos cuatro años.
Además, solo en este año, hubo tres muertos y dos heridos por accidentes de trabajo en yacimientos de Neuquén, lo cual muestra la precariedad e inseguridad a la que están sometidos los propios obreros petroleros.
Las empresas lograron, además, un “blindaje sindical” firmado por los sindicatos del sector y el gobierno neuquino a comienzos de octubre, para impedir medidas de fuerza y protestas en los yacimientos, vulnerando derechos constitucionales. Dicho blindaje se suma al “blindaje penal” reclamado por las empresas multinacionales al fiscal Gerez. Se suma, en el análisis de esta avanzada, el proyecto de instalación de una base militar estadounidense en la zona de Vaca Muerta, para una declamada “ayuda humanitaria”.
Un dato: Gerez es el mismo fiscal a quien la Confederación Mapuche de Neuquén y organismos de derechos humanos exigieron que active la causa contra funcionarios y empresarios.

Imagen: Greenpeace.
Nota
5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
Nota
Imágenes de la marcha a Plaza de Mayo: los jubilados siguen haciendo lío

Jubilados y jubiladas se movilizaron desde el Congreso de la Nación hasta Plaza de Mayo en una nueva jornada de reclamos y denuncia por los ingresos de pobreza que perciben y el fin de la moratoria previsional, cuya prórroga sigue durmiendo en Diputados. Como siempre, los carteles manuscritos fueron una forma de expresión y creatividad. En uno se leía: «Francisco está feliz. Jubilados haciendo lío!!!»
La marcha comenzó nuevamente con un operativo desproporcionado con las cuatro fuerzas federales -PFA, Gendarmería, Prefectura y PSA- que reprimió la protesta pacífica: la Comisión Provincial por la Memoria contabilizó una persona detenida y 13 heridos por efectos de los gases lacrimógenos, entre ellos jubilados y trabajadores de prensa.
Frente a la Rosada, realizaron un acto donde distintas agrupaciones de jubilados se manifestaron contra el acuerdo con el FMI y cantaron por la salud de Pablo Grillo.
«Hasta el próximo miércoles», saludaron los jubilados y jubiladas.
La próxima semana, la marcha contará con la participación de los gremios de la CGT como previa al Día del Trabajador y la Trabajadora del 1 de mayo.

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.
Nota
Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

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