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¿Quién defiende la educación pública?

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Después de una recorrida minuciosa por la Escuela Mariano Acosta, una comisión enviada por la Facultad de Ingeniería de la UBA a pedido de la Dirección de Infraestructura de la Ciudad (por presión de los padres y estudiantes) redactó el presente informe con sus observaciones, el diagnóstico y las recomendaciones del cúmulo de obras que faltan realizar o que hay que hacer de nuevo. Publicamos primero las conclusiones y luego el resto del documento, que demuestran cómo trabaja una empresa privada contratista del Estado, la clase de financiaciones que aprueba el BID, y la falta de controles que pudo terminar en una matanza.

Conclusiones:

La instalación relevada no cumple con las reglas del arte, ni con los requisitos del Reglamento de la Asociación Electrotécnica Argentina para la ejecución de instalaciones eléctricas en inmuebles edición vigente a la fecha del presente relevamiento.

Por lo tanto se deberán tomar las medidas necesarias para adecuar la totalidad de la misma a lo exigido por dicho Reglamento ANTES de librarlas a su uso específico, garantizando la seguridad de las personas y bienes contra los riesgos de electrocución e incendio.

Se recomienda:

  • Asegurar la protección de las personas contra contactos indirectos con partes bajo tensión o elementos que eventualmente tomen tensión.
  • Asegurar la protección de las instalaciones contra cortocircuitos y sobrecargas
  • Verificar el correcto funcionamiento del sistema de puesta a tierra del edificio, el valor de la resistencia de puesta a tierra y la continuidad del conductor de protección en toda la instalación eléctrica.
  • Utilizar para la confección de la instalación eléctrica cables que cumplan con la norma Iram 62266 y 62267.
  • Utilizar para las canalizaciones materiales de metal o de material aislante con características no propagantes de la llama, con baja emisión de humos opacos y gases tóxicos, libres de halógenos.
  • En el tendido de las canalizaciones respetar la ortogonalidad de los ambientes, siguiendo líneas verticales y horizontales o paralelas a las aristas de las paredes que delimitan el local donde se efectúa la instalación. No se permiten los tendidos en diagonal.
  • Realizar las transiciones entre dos sistemas de canalización siempre en una caja.
  • No admitir la existencia de canalizaciones que ingresen a las cajas y queden sueltas.
  • Que toda cañería de largo igual o superior a 2 m sea fijada a la pared como mínimo en tres puntos, por cada tramo de 3 m, y mediante sujeciones adecuadas.
  • Que toda cañería con curvas sea fijada a la entrada y salida de dichas curvas con elementos adecuados.
  • Que toda caja sea fijada a la pared en por lo menos dos puntos.
  • Que toda cañería vinculada a una caja tenga un punto de fijación a la pared, a no más de 0,5 m de la caja.
  • Que toda canalización eléctrica sea instalada a más de 0,2 m de conductos de escape de gases calientes, chimeneas, conductos de calefacción.
  • Que las canalizaciones ocultas sobre cielorrasos suspendidos estén fijadas al techo o suspendidas del techo pero nunca apoyadas sobre el cielorraso suspendido de manera que su peso o esfuerzos de tracción o compresión sean transmitidos a este.
  • Que las canalizaciones sean realizadas de forma tal que formen una estructura rígida, que no registre movimientos en sentido horizontal ni vertical, para lo cual, los elementos mecánicos de soporte entre techo y conducto y entre paredes y conducto (por ejemplo varilla de hierro, planchuela rígida de hierro, hierro Angulo etc.) deben realizarse con sistemas que soporten tanto la acción de tracción (desconectar una ficha del tomacorriente instalado en la caja suspendida) como la acción de compresión producida al conectar la ficha al tomacorriente sin que ninguna de estas acciones genere movimientos en la instalación.
  • Que las vinculaciones entre cañerías y cajas sean efectuadas mediante conectores o tuerca y boquilla.
  • Que las cajas de paso y derivación sean instaladas en lugares siempre accesibles
  • Que las bandejas portacables se instalen formando un sistema completo, es decir disponiendo todos los accesorios que hacen al sistema: curvas planas de diferentes ángulos curvas verticales que permiten obtener diferentes y adecuados radios de curvatura. Cuplas de unión, grapas de tierra grapas que fijen las bandejas a las ménsulas etc.
  • Que cuando por la misma bandeja deban tenderse conductores de muy baja tensión, computación circuitos cerrados de televisión, etc., ello solo será posible hacerlo instalando un separador o barrera del mismo material y altura que la bandeja y que genere un canal separado de los cables de mayor tensión o bien por dentro de cañerías del mismo tipo que las permitidas para instalaciones a la vista.
  • Conectar a tierra las bandejas, para ello se deberá tender por el interior de la misma un conductor de protección, a partir del cual las bandejas y sus accesorios como curvas reducciones uniones tee deberán ponerse a tierra.
  • Que cuando exista una discontinuidad mecánica o conductiva entre las bandejas o entre las bandejas y la canalización y o tableros se deberá asegurar la equipotencialidad o puesta a tierra de ellos efectuando una conexión de los mismos al conductor equipotencial de protección.
  • Que cuando los cables entren desde la bandeja a otras canalizaciones tableros etc., se instalen apoyos o soportes que eviten esfuerzos sobre los mismos.
  • Sujetar adecuadamente los cables a las bandejas, cada 2 m como mínimo para cables multipolares y cada 1,5 m como mínimo para cables unipolares, ya sea por el empleo de grapas de fijación o por ataduras.
  • Respetar las medidas mínimas de las cajas, estas quedan fijadas por la cantidad y sección de los conductores y dispositivos que van dentro de ellas.
  • Fijar a los ventiladores al techo, preferentemente a los perfiles doble te que forman parte de la estructura del techo de bovedilla, y no al cielorraso suspendido. Se debe tener que los mismos constituyen una solicitación dinámica para la estructura que los soporta.

Ing Luis M Donzelli

1 INTRODUCCIÓN

Con motivo de la caída de un cielorraso en la Escuela Normal Superior Nº 2 “Mariano Acosta” Distrito Escolar 6° ubicada en la calle Gral. Urquiza Nº 277 de la ciudad de Buenos Aires, el Director General de Infraestructura Mantenimiento y Equipamiento, Ing Mario Rocco, dependiente del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, convocó a la Facultad de Ingeniería, a través de la Secretaría de Relaciones con el Medio, a realizar una evaluación de las condiciones de seguridad de los diversos cielorrasos de las aulas de dicha escuela que se encuentran ejecutados hace poco tiempo en el marco de una Licitación Pública Nacional Nº 01/2003, Expediente Nº 67.495/2002 de GCBA, que comprende varias obras en general en la escuela, siendo los profesionales que concurrieron a realizar la evaluación el Ing. Ricardo A. Calzaretto y la Arq. Isabel De Urquiza

Los trabajos que contrató el GCBA por medio de esa licitación en el establecimiento, consisten en la refuncionalización general y ampliación del establecimiento, sobre una superficie cubierta de 9.860 metros cuadrados.

El criterio contemplado en dicha refuncionalización de ese edificio histórico, tenía como objetivo mantener una continuidad de la lógica del pensamiento arquitectónico de finales del siglo XIX del Arquitecto-Ingeniero Tamburini, dentro del cual el diseño de las grandes alturas y de su ornamentación era parte indivisible de la concepción del espacio, además esta escuela pública, es una destacada obra arquitectónica que alberga una gran cantidad de alumnos.

En la Memoria Descriptiva del proyecto, se indica que:

“El estado general del edificio es en líneas generales regular, se observa falta de mantenimiento y de adecuación de instalaciones y de infraestructura a lo que debe ser un edificio escolar moderno”.
“No debemos olvidar que el establecimiento tiene ciento trece años y es Monumento Histórico Nacional, por lo que el accionar en él se complejiza un poco mas, las patologías que presenta son en general producto de su antigüedad.”

Las obras previstas en Aulas y laboratorios, según se indica en dicho pliego fue la construcción de nuevos cielorrasos con un nivel inferior al existente para lo cual se modifica la iluminación, se incorpora la calefacción por aire caliente, mediante conductos ubicados en el entretecho, sistemas de ventilación, y la incorporación de nuevas instalaciones, corrientes débiles, datos, alarmas y detectores.

El edificio presenta problemas por envejecimiento propio
de los materiales con que fue construido, y por el escaso y deficiente mantenimiento del que fue objeto, en el propio pliego se indica en informes presentados el edificio, con sectores de 113 años de antigüedad, presenta patologías características como asentamiento de suelo, grietas verticales en mampostería por descalce, fisuras por cedimiento de apoyos en dinteles, filtraciones por antepechos y umbrales, desprendimientos de revoques y de partes de cielorrasos, desprendimiento de molduras, cornisas y ornato tanto en el interior como en el exterior. Mal estado de artefactos sanitarios y de instalaciones en general. Piezas del ornato con precaria adhesión a muros y cielorrasos, que con la acción de humedades están desprendidos, en el caso de la estructura, fallas en perfiles de hierro constitutivos de bovedillas producto de continuas filtraciones de agua.

El alcance del Pliego de Especificaciones Técnicas, según se indica en el mismo, tiene como finalidad dar el lineamiento de las especificaciones de aplicación para la construcción y/o la ejecución de las tareas que integran las obras a realizarse en dicha licitación y las instrucciones, supervisión y/o aprobación que deba requerir de la Inspección de Obra para su correcta ejecución, completando las indicaciones del Pliego de Condiciones Generales y del Pliego de Condiciones Particulares.

Según el Pliego de Especificaciones Técnicas Particulares se establece:

4.1.2 Calidad de la Obra
Los trabajos se realizarán de modo de obtener una obra prolija, eficiente y correctamente ejecutada tanto en conjunto como en detalle de acuerdo a las más estrictas reglas del arte. Para ello, el Adjudicatario adoptará todas las medidas necesarias para la calidad y adecuación de la mano de obra, los materiales, los equipos, las herramientas, los procedimientos y/o disposiciones constructivas que se requieran y sean los más apropiados para esas finalidades.
El trabajo comprende todas las tareas necesarias para la ejecución completa de la obra, tal cual queda definida en los pliegos, planos, planillas y listado de tareas.
El Contratista proveerá todo lo necesario (materiales, mano de obra, equipos, herramientas, etc.) para que los trabajos objeto de este concurso queden totalmente terminados conforme a su fin, en perfectas condiciones de funcionamiento, de acuerdo a las normas técnicas vigentes y las reglas del buen arte, aunque en las presentes especificaciones se haya omitido indicar trabajos o elementos necesarios para ello.

También se aclara que en los casos, que en el Pliego o en los planos, se citen modelos o marcas comerciales, es al sólo efecto de fijar normas de construcción tipo, calidad o características requeridas.

2 SITUACIÓN ACTUAL RELEVADA

Se realizó una visita a la obra los días Miércoles 6, Jueves 7, Viernes 8, Sábado 9 y Domingo 10 de Junio de 2007, cuya registro fotográfico completo se encuentra en el anexo “Relevamiento de Aulas”

En este capítulo se presenta una descripción sucinta de las evidencias recolectadas en la inspección realizada, y tiene como objetivo sistematizar las distintas condiciones de los cielorrasos ejecutados en la escuela, y determinar los potenciales riesgos y las modificaciones necesarias.

En el pliego de especificaciones técnicas particulares de la licitación para la “Refuncionalización y ampliación del edificio de la E.N.S N°2, D.E. N° 6 – Mariano Acosta”, sito en la calle Gral. Urquiza 277 de la Ciudad de Buenos Aires, en el artículo 4.12 CIELORRASOS, apartados 4.12.2 y 4.12.3 se describe sucintamente la metodología de construcción de los cielorrasos según se transcribe a continuación:

4.12.2 Estructura para cielorraso
En las aulas del edificio histórico, en el PEP y en las de Siberia, la estructura, soporte del cielorraso y de los ventiladores de techo, se realizará de perfiles C galvanizados N° 10 colgados de los nuevos IPN, (donde se los deba colocar) por riendas realizadas en planchuela de hierro de 1″x3/16″, soldadas a los IPN y abulonadas a los perfiles C.

4.12.3 Suspendido de placas de roca de yeso
Se colocará en los locales indicados en los planos.
En los cielorrasos a ejecutar se proveerán y colocarán placas macizas de roca de yeso bihidratado de 1.22 x 2.44 m, revestidas en papel de celulosa especial sobre ambas caras, de 12.5 mm de espesor, para junta tomada, tipo “Durlock” o equivalente. Para el armado se construirá un entramado de perfiles metálicos de soleras y montantes de 70 y 70 mm. respectivamente, a los que se atornillarán las placas de roca de yeso con tornillos autorroscantes Nº 2 para chapa. Los montantes se colocarán separados cada 0,40 m como máximo.
Para sujetar la estructura y reforzarla se colocan montantes o soleras en sentido transversal a ésta, actuando como vigas maestras.
Los perfiles metálicos estructurales se dispondrán cada 1.20 m y los montantes cada 40 cm, unidos por tornillos tipo “Parker”. Toda la estructura se terminará con una solera perimetral que se unirá a los muros mediante tornillos y tarugos “Fisher” o equivalentes.
Las placas llevarán tornillos de fijación a la estructura cada 20 cm y nunca a menos de 15 mm de los bordes del tablero con tornillos tipos “Parker”, autorroscantes. Las juntas se tomarán con cinta de celulosa de 5 cm de ancho, con colocación previa de masilla especial, para cubrir la depresión lateral de las placas y la producida por la colocación de los tornillos y la propia junta.
Donde fuera necesario, se colocarán travesaños estructurales a modo de refuerzo, como es el caso del anclaje de los artefactos de iluminación y de los ventiladores de techo.

Por otra parte, la metodología establecida es la correspondiente a la marca comercial “Durlock”, la cual tiene sus propias recomendaciones técnicas, se ha utilizado las mismas a fin de comparar, las ejecuciones realizadas con dichas recomendaciones, a fin de establecer un patrón de comparación entre lo que se puede interpretar como “más estrictas reglas del arte”, tal lo especificado en Art. 4.1.2. y lo efectivamente ejecutado, además de las consideraciones estructurales que se analizaron en el siguiente capitulo de este informe.

Si bien hay disparidad en las ejecuciones de las diversas aulas verificadas, y no en todas se puede observar la misma dedicación y esmero en la construcción, en líneas generales se pueden indicar en las siguientes deficiencias:

2.1. Sujeción al techo existente

En las recomendaciones técnicas del fabricante, se establece que la utilización de las placas de roca de yeso es para materializar un cielorraso bajo una estructura existente que tiene las condiciones de tomar cargas, usando las denominadas “velas rígidas”, las que se colocan cada 1 m de distancia, sosteniendo las “vigas maestras”. Dichas vigas maestras se colocan cada 1,20 m.

Con tal requerimiento se debería contar con una “vela rígida” cada 1,2 m2 de superficie de techo.

En el pliego analizado, en el artículo 4.12.2, no se consideró utilizar la estructura existente, en cambio se preconizó el uso de perfiles C galvanizados Nº 10.

Considerando la recomendación del fabricante, se debería haber colocado estos perfiles C cada 1,20 m en coincidencia con las “vigas maestras” a fin de poder tomar las cargas del cielorraso a construir.

En la mayoría de las aulas analizadas se ha podido constatar que, no solo no existe una cantidad como la indicada de vigas C, sino que tampoco están tomados los ventiladores de techo y artefactos de iluminación al mismo, tal lo indicado en el artículo 4.12.2.

Por ejemplo en el local 127, según el plano A21 de la licitación de fecha20/01/2003, esa aula tiene 10,70 m x 7,15 m, lo que implicaría que debería haber aproximadamente 9 líneas de fijación al techo existente o una cantidad equivalente de vigas C, en correspondencia a las vigas maestras.

En la visita a obra se pudo constatar que hay sólo dos vigas C y no hay
“velas rígidas” en cantidad recomendada. Esto se presenta en las fotos obtenidas en imágenes 2.1.1 y 2.1.2
2.2. Fijación de las velas rígidas

En las recomendaciones técnicas del fabricante, se establece que las denominadas “velas rígidas”, se suspenderán de la losa mediante un encuentro en T, tal como se muestra en las figuras 2.2.1 y 2.2.2.

Por ejemplo en los locales 33 y 140, según el plano A20 y A21 de la licitación de fecha 20/01/2003, se pueden observar las metodologías de colocación utilizadas, que son con un simple doblado del alma de la viga, y con una sola fijación.

Esa forma de colocación implica que ese perfil sólo tomará carga en caso de gran deformación. Esto se muestra en la foto obtenida de imagen 2.2.1 correspondiente al local 33

Asimismo en esa aula como en el local 140 se han observado velas rígidas que están sueltas. Mostrado en las fotos obtenidas en imágenes 2.2.2 en local 140 y 2.2.3 en local 33.

2.3. Fijaciones no conforme

En algunas aulas se ha observado que se utilizan perfiles inclinados de secciones pequeñas para descargar en forma diagonal los esfuerzos del cielorraso.

Debe destacarse que en general los revoques de las paredes, tal como se muestra en la imagen 2.3.1, obtenida en la circulación 040, se ve que tiene una consistencia muy disgregada, producto de las condiciones originales de ejecución, como de la antigüedad del edificio, lo que permitió introducir sin casi esfuerzo una simple llave.

En las imágenes siguientes 2.3.2 a 2.3.4, obtenidas en los locales 032, 022 y 039, respectivamente se puede observar que se han utilizado estos tipos de fijaciones, las cuales no reemplazan las fijaciones al techo existente, como a las vigas C.

Por otra parte en las imágenes siguientes 2.3.5 y 2.3.6, obtenidas en los locales 134 y 048, respectivamente se puede observar que hay casos en que las fijaciones se hacen con inclinaciones importantes o como en el último caso de ha preferido cortar las alas del perfil a fin adaptarlo a un defecto de construcción en la colocación del perfil C, o directamente dejarlo sin vinculación, como el que se observa más atrás en la misma foto.

2.4. Montaje de las vigas maestras y montantes

Se ha observado una deficiente fijación las vigas maestras y montantes a las soleras o con perfiles de sección menor a la recomendada.

En las imágenes siguientes 2.4.1 a 2.4.4, obtenidas en los locales 034, 036, 037 y 029 respectivamente, se puede observar que hay vigas maestras que sólo están próximas a las soleras, sin ningún tipo de conexión, así como también secciones inferiores a las correspondientes.

2.5. Fijación a las paredes de vigas C y Soleras

Se ha observado una deficiente fijación las vigas C y soleras a las paredes, sobretodo considerando que las condiciones de la mayoría de revoques no tienen una aptitud aceptable para su uso.

Por ejemplo en el caso de las vigas C según el plano A20 y A21 el perfil se debe apoyar sobre un refuerzo de hormigón, lo cual en algunos casos no ha sido realizado, tal como puede observase en las imágenes siguientes 2.5.1 y 2.5.2, obtenidas en los locales 127 y 138 respectivamente.
Por otra parte las fijaciones mediante los tornillos con tarugos plásticos Nº 8, que tienen una profundidad de 4 cm, tal como los usados en diversos sectores, con la poca aptitud de los revoques han resultado, que la solera se desprenda, como por ejemplo en el local 024 que se puede observar en la imagen 2.5.3.

2.6. Esquema de reparto de cargas

La distribución de las cargas, es hacia las soleras y a las velas rígidas mediante las vigas maestras y el montante, tal como se muestra en la figura 2.6.1, tomada de las recomendaciones del fabricante.

En los cielorrasos ejecutados en el colegio Mariano Acosta se ha observado un inadecuado esquema de transmisión de cargas, de forma tal que las soleras no reciben cargas, sino en forma indirecta con un complicado esquema, y que en la falla del aula 13 local 070, quedó adherido en la pared donde se inició el desprendimiento del cielorraso gran parte de la solera.

En las imágenes 2.6.1 a 2.6.3 correspondientes a los locales 015, 022 y 130 respectivamente, se ha observado que la distribución de las cargas desde el bastidor interno, sólo es tomado por alguna vela rígida hacia el perfil C o hacia el techo, pero no hay conexión a la solera perimetral

Si se considera que las velas rígidas son escasas con respecto a lo recomendado, la solera recibe cargas por las maestras y si estas no están apoyadas en las soleras perimetrales, la seguridad de la estructura se ve comprometida.

También se ha detectado pandeos de las alas de algunas vigas maestras y montantes, como en los casos de los locales 028, 032 y 024, que se muestran en las imágenes 2.6.4 a 2.6.6 respectivamente.

En el caso del local 024 se ve claramente que producto de que la inadecuada distribución de cargas se puede introducir cómodamente un objeto en la separación que se produjo por el asentamiento de la parte central respecto de la buña perimetral.

3 ANÁLISIS ESTRUCTURAL

3.1 Cargas típicas

El sistema de construcción mediante placas de roca de yeso para la ejecución de los cielorrasos y revestimientos, es una estructura de perfiles de acero galvanizado sobre los cuales son atornilladas las placas de yeso revestidas con papel

Es una tecnología de construcción en seco que tiene como ventaja la rapidez de ejecución y el bajo peso por unidad de superficie, lo que permite el uso de fijaciones al techo existente con perfiles delgados ejecutados con chapa fina de un calibre BWG Nº 24.

Pero por tal motivo las instalaciones que se desarrollen en el entretecho deben ser sostenidas en forma independiente y nunca deben ser descargadas sobre el cielorraso construido mediante esta metodología.

Para determinar el peso por unidad de superficie de los cielorrasos ejecutados mediante este sistema, se utilizó el consumo típico de materiales según las recomendaciones del fabricante, lo que se presenta en la tabla 3.1

Tabla Nº 3.1: Peso por unidad de superficie

Materiales por m2
Unidad
Consumo
Peso total (Kg) por
m2 de cielorraso
Soleras 70mm
ml
1.10
0,68
Montantes 69m
ml
3.20
1,97
Masilla
Kg
0.90
0.90
Placas
m2
1.05
11,71
Tornillos, fijaciones, cinta etc.
global
10%
1,53
TOTAL
16,79

La carga total del local 070, con una superficie de 41 m2 aproximadamente será de 690 kg aproximadamente. Se debe tener en cuenta que hay elementos apoyados o tomados de los cielorrasos de algunas aulas, como los conductos de aire acondicionado, artefactos de iluminación y ventiladores de techo que son distintos en cada local.

Esta circunstancia además de que no cuenta con la cantidad y distribución adecuada de fijaciones al techo existente, la inadecuada distribución de cargas hacia las soleras, y la posible circulación de operarios sobre el cielorraso, pueden ser las causas concurrentes que desencadenaron la caída de la estructura del local 070 de la Planta Baja.

3.2 Posibles mecanis
mos de falla en el local 070

La inspección de obra, por parte del GCBA, facilitó fotografías del aula con posterioridad al evento de la caída del cielorraso, mediante las mismas se han tratado de identificar las patologías que han sido observadas en diversos locales, según el siguiente detalle.

Sujeción al techo existente y fijación de las velas rígidas: Se observa en las imágenes 3.2.1 y 3.2.2 que no hay prácticamente fijaciones al techo existente, y que las que se observan caídas fueron ejecutadas con un solo anclaje, las que fueron arrancadas totalmente. Las pocas que existían son de sección menor a la recomendada y fijación al techo no está realizad con una pieza en T.

En esa aula de dimensiones 5,60 m x 7,30 m hay colocada una sola viga C, cuando debería haber por lo menos 4 o 5 vigas C, respetando la modulación de vigas maestra cada 1,20 m, para descargar la estructura a dichas vigas en lugar del techo existente.

Fijaciones no conforme: Se observa en las imágenes 3.2.3 y 3.2.4 que las fijaciones en diagonal hacia las paredes fueron arrancadas limpiamente, ya que la aptitud de tomar cargas por el estado del revoque existente desaconseja su uso.

Carga de elementos adicionales al cielorraso: Se observa en las imágenes 3.2.5 y 3.2.6 que los ventiladores de techo aún después de la caída del cielorraso permanecen firmemente fijados a las placas de yeso, lo que implica que existe un peso adicional al establecido y que no es conforme a los pliegos ni a las recomendaciones del fabricante.

Esquema de reparto de cargas: Se observa en las imágenes 3.2.7 y 3.2.8 que debido al inadecuado esquema de reparto de cargas, las soleras de la pared donde comenzó el desprendimiento ha quedado adherida a la misma sin que prácticamente colabore en la transmisión de las cargas del cielorraso hacia la solera.

Probablemente la condición de seguridad estaba comprometida con todas esas causas y alguna carga adicional no identificada, desestabilizó totalmente la estructura, desprendiéndose tal como muestran las imágenes anteriores.

4 CONCLUSIONES

La ejecución de un cielorraso de estas características, tal como el previsto en el pliego, en general no resulta muy justificable si el criterio esa básica mente el de preservación del estilo arquitectónico. Eso podría haberse logrado como en otros locales, en donde se mantuvo el nivel original con las molduras y ornatos y con instalaciones a la vista que no implicarían grandes modificaciones de estilo.

Pero en las actuales circunstancias con la obra ya realizada, lo que se puede afirmar que la obra ejecutada de los cielorrasos, es en general desprolija, descuidada, y no sigue los lineamientos y recomendaciones del fabricante, ni se ha considerado aspectos del pliego como garantizar fehacientemente que no haya instalaciones apoyadas o colgadas del cielorraso.

En general se ha observado escasa cantidad de “velas rígidas” con relación a las recomendaciones de 1 cada 1,2 m2 de superficie de cielorraso.

Además las “velas rígidas” que se han observado colocadas al techo existente lo hacen con una sola fijación y en forma incorrecta, mediante un simple doblez del alma de perfil.

En el pliego se indicaba el uso de perfiles C para tomar las cargas, pero en general no hay cantidad suficiente de estos perfiles C, como para tener fijaciones del cielorraso a ejecutar en correspondencia con cada viga maestra, las que van colocadas cada 1,2 m de separación entre sí.

El esquema de montaje es inadecuado ya que debido a la buña hay montantes y vigas maestras que quedan interrumpidas en el nivel superior sin continuidad hasta el otro extremo.

Asimismo por ese motivo se han usado perfiles colocados en forma diagonal que se fijaron a las paredes, siendo que estas presentan baja aptitud para tomar fijaciones a la tracción por el estado de disgregación y espesor que tiene el revoque existente, en un edificio que en algunos sectores es de 100 años de antigüedad.

Para la instalación de otros elementos, como aire acondicionado, electricidad, redes de datos, etc. en general, se han dejado elementos extraños a estructura del cielorraso, tales como escombros de pases de los muros, tablas, andamios, y basura en general.

Se puede establecer que la obra no contó con una planificación de los elementos a colocar y que en algunos casos se deben haber realizado con posterioridad a la instalación del cielorraso, ya que hay sectores con perfiles con pandeo del ala producto del probable ingreso de personal a realizar tareas.

En ese contexto se ha observado que muchas de las instalaciones eléctricas, datos, y pases de muros fueron ejecutados con posterioridad a la terminación del cielorraso, lo que implica solicitaciones no previstas en los perfiles.

Debe mencionarse además que el desorden y desprolijidad observado en el tendido de cables de todo tipo, hace que cualquier tipo de mantenimiento, reparación o nuevo tendido que se quisiera realizar será muy dificultoso, e inclusive las cajas de paso está profundamente metidas en el entretecho lejos de las aberturas de los artefactos lo que implica que se debería circular por sobre el cielorraso para cualquier tarea como la indicada, para lo cual no esta preparada la estructura.

Adicionalmente se han observado soleras que están desprendidas y con vigas maestras que no están adecuadamente fijadas y en algunos casos ni siquiera están cercanas a la solera perimetral.

5 RECOMENDACIONES:
De acuerdo a todo lo detallado en este informe se sugiere, para lograr disipar los cuestionamientos que atañen a la seguridad en las aulas, realizar las siguientes acciones:

  1. Revisar los cielorrasos ejecutados realizando las modificaciones en los mismos de acuerdo al pliego y a las recomendaciones del fabricante.
  2. Realizar las fijaciones al techo existente o a vigas C en cada viga maestra, cada 1,2 m2 de superficie del cielorraso.
  3. La fijación al techo existente deberá realizarse en los perfiles metálicos de las bovedillas, con una pieza en T, con dos fijaciones como mínimo por cada “vela rígida”
  4. Todas vigas maestras y montantes deberán estar fijadas a las soleras perimetrales mediante tornillos pasantes, uno en el ala superior y otro en el ala inferior.
  5. En caso de que sea necesario prologar alguna viga maestra, o montante hacia la solera, se deberá hacer con una longitud de empalme de al menos 40 cm y con dos tornillos autoperforantes en cada ala.
  6. Las vigas maestras no deben estar interrumpidas, y siempre deben estar apoyadas en las soleras perimetrales y tener una fijación cada 1,2 m de longitud a una viga C o al techo existente con “velas rígidas” verticales. En caso de tener que hacer empalmes estos deben hacerse siguiendo el criterio del punto anterior
  7. Las soleras perimetrales deben estar adecuadamente fijadas, con tornillos de longitud tal que el anclaje se produzca en los mampuestos en por lo menos una longitud útil de 4 cm, descartando cualquier fijación en el revoque.
  8. Las soleras que no tengan fijaciones cada 40 cm, se encuentren sueltas, desprendidas o con evidencia de estar fijadas al revoque, deberán ser nuevamente fijadas según el criterio enunciado en el punto anterior.
  9. Deberá reemplazarse todas las fijaciones inclinadas por “velas rígidas” al techo existente o a vigas C.
  10. Las soleras, montantes, vigas maestras y “velas rígidas” deberán cumplir las recomendaciones del fabricante y lo establecido por el Pliego de Especificaciones Técnicos, siendo establecido en este último, usando una dimensión del alma de 70 mm de altura.
  11. Se deberá procurar que las instalaciones de aire acondicionado, ventiladores de techo y demás instalaciones que se hayan realizado, no transmitan de ningún modo cargas a la estructura del cielorraso, para lo cual se deberá proveer las fijaciones al techo existente y retirar los puntales que descargan sobre la estructura del cielorraso.
  12. Asimismo se deberá despojar e
    l espacio entre el cielorraso y el techo de todo elemento ajeno a la estructura, por ejemplo perfiles sueltos, pedazos de cascote de ladrillos, restos de andamios y madera que recargan los mismos para hacer más prolija la reforma y con más seguridad en la misma.

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La historia de las Madres de Plaza de Mayo: Érase una vez 14 mujeres…

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Se cumplen hoy 47 años de la primera aparición de las Madres en la Plaza de Mayo. La fecha llega en un momento en el que lavaca ha puesto en marcha un registro fotográfico colaborativo sobre las actuales rondas de Madres: una forma de homenaje, sabiendo que la memoria no es hablar del pasado, sino comprenderlo para actuar en el presente y el futuro.

Esta es una recorrida entonces, con un resumen del antes, el durante y el después de la instauración del terrorismo de Estado. Cuenta el nacimiento de la organización de estas mujeres que salieron a reclamar por la vida y, frente al horror y la desaparición de sus hijos e hijas, y lograron lo que parecía inconcebible: transformar el dolor en acción. ¿Cómo lo hicieron? Un recorrido por las últimas décadas, y algunas cuestiones prácticas sobre los tejidos, los territorios, las brujas y los alumbramientos. El video que muestra parte de la historia.

Por Sergio Ciancaglini

La historia de las Madres de Plaza de Mayo: Érase una vez 14 mujeres…
La historia de las Madres de Plaza de Mayo.

Había una vez un país con nombre de mujer, donde la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Y en ese país de nombre plateado, los sueños y la vida tuvieron que aprender cómo enfrentar a los verdugos.

La historia suele ser infinita, ¿cómo contarla?

Habría que hablar de un siglo XX Cambalache, que empezó con el país granero del mundo, con trabajo para pocos, democracia para pocos, dinero para menos, alguna ilusión de tiempos mejores, seguida de décadas infames. Surgió luego un gobierno que generó una expectativa de más justicia, y más democracia. La política empezaba a estar en las calles, en las plazas, en la cabeza y en el corazón de cada persona.

Ese gobierno fue tumbado en 1955 por los poderes económicos, políticos y militares de siempre. Poco antes los golpistas habían bombardeado con la aviación militar a transeúntes inocentes en plaza de Mayo. Más de 300 muertos. Que hubiera más igualdad de oportunidades, o mejor distribución de la riqueza, era una maldición que había que mutilar. Tierra extraña; aquí siempre hubo una envidia al revés. Los ricos envidiaron a los pobres, odiaron que los pobres pudiesen mejorar.

En 1956 aquella dictadura fue pionera: secuestró ilegalmente a decenas de personas acusándolas de planear una rebelión. Los militares ordenaron los fusilamientos en los basurales de José León Suárez. Fue la Operación Masacre, como la llamó Rodolfo Walsh en un libro inolvidable. Lo que nadie sabía, ni siquiera Walsh, es que la Operación Masacre apenas empezaba.

Poco después, en una pequeña isla del Caribe frente a las narices de los Estados Unidos, hubo una revolución que se proclamó socialista. Los militares argentinos temieron que esa revolución fuese contagiosa, y gatillaron sus armas junto a los de todo el continente.

Siguieron los tiempos de proscripción política, censura, gobiernos civiles derrocados, gobiernos militares que se iban tumbando entre ellos, mientras las fuerzas armadas actuaban como tropas de ocupación en su propio país, como trincheras contra la democracia, en nombre de la lucha contra el socialismo.

Frente a eso, crecía la resistencia de quienes que no se resignaban al silencio, la censura, ni al olvido. Resistían los mayores, con una especie de nostalgia por el pasado. Y resistían también los jóvenes, como añorando el futuro, pero un futuro que querían construir con sus propias manos.

El surgimiento de las Madres de Plaza de Mayo

Un argentino que había puesto la mente y el corazón para aquella revolución en la isla del Caribe, fue capturado y fusilado cuando quiso hacer algo parecido en Bolivia. Le decían Che. Los que lo mataron no sabían que lo estaban inmortalizando. El mundo se ponía violento. En todo el planeta oleadas de jóvenes salían a reclamar justicia, igualdad, rechazo a la guerra y la muerte, un mundo distinto.

En la Argentina las dictaduras seguían tropezando con las resistencias. Hubo un Cordobazo, un Rosariazo, la juventud se movilizaba pintando paredes y pintando proyectos. La democracia seguía presa. La violencia militar seguía libre. Nacieron las organizaciones guerrilleras, que quisieron agregarle armas a toda esa resistencia.

Tal vez esta historia haya que comenzarla, entonces, en 1972. El 22 de agosto en Trelew hubo una nueva versión de la Operación Masacre. Allí habían detenido a miembros de varias agrupaciones guerrilleras. Fueron acribillados a balazos, indefensos, con el falso pretexto de un intento fuga. Mataron a 16. Hubo tres que sobrevivieron por milagro, y contaron lo que había pasado. Tal vez en aquel momento, cuando el crimen fue evidente, los estrategas militares empezaron a diseñar la represión del futuro: matar sin evidencias.

Las movilizaciones protagonizadas fundamentalmente por la juventud, empezaban a ser gigantescas. La trinchera militar no soportó la correntada de tantos sueños, y en 1973 la vida pareció cambiar. Una multitud obligó a liberar a los presos políticos. La ilusión no duró demasiado.

Fue una danza alucinada.

Cámpora ganó las elecciones. Volvió Perón. En Ezeiza las patotas de la derecha peronista acribillaron a las columnas juveniles. Perón apoyó a esos grupos, contra la juventud. Cayó Cámpora. Asumió Lastiri que era el yerno de José López Rega. López Rega era ex policía, nazi militante, secretario privado de Perón, ministro de Bienestar Social, y astrólogo esotérico. Como si su brujería funcionara, concentró cada vez más poder. Lastiri llamó a nuevas elecciones que ganó Perón. Ocho meses después, murió Perón y asumió su esposa Isabel. La sociedad miraba aturdida, mientras el sistema de la muerte se instalaba alrededor de López Rega, que organizó a los matones policiales, militares y a las patotas de la derecha, para crear un monstruo al que llamaron Triple A. Alianza Anticomunista Argentina.

La Triple A era un escuadrón de la muerte, un grupo paramilitar con vía libre para salir a matar. Estudiantes, intelectuales, sacerdotes, artistas, sindicalistas, obreros: la sucesión de fusilamientos se hizo cotidiana, el terror empezó a ser la genética de cada día.
La lista es macabra. Cientos de víctimas. Por recordar algunos: Rodolfo Ortega Peña, diputado nacional y abogado de presos políticos. Carlos Mujica, sacerdote del Tercer Mundo, Silvio Frondizi, uno de los principales intelectuales que dio la izquierda argentina, Julio Troxler, que había sobrevivido a los fusilamientos de 1956. Atilio López, uno de los dirigentes del Cordobazo, que durante la breve etapa camporista fue vicegobernador de Córdoba.

Los bombardeos en Plaza de Mayo y la matanza en los basurales habían sido premoniciones.
Los fusilamientos de Trelew fueron una secuela.

La Triple A fue el perfeccionamiento del crimen mafioso.

El terrorismo de Estado y la desaparición forzada

Pero ahora imaginemos.

Imaginemos por un momento que hubiera miles de masacres como las de los basurales de José León Suárez. Imaginemos que hubiera de pronto miles de fusilamientos como los Trelew. Y miles de Triple A matando por las calles con absoluta impunidad.

Eso fue la dictadura militar, cuando los militares dieron el golpe de Estado para imponer la máquina de matar corregida y aumentada al infinito. Fue hace exactamente 30 años. Le pusieron un nombre que sería cómico, si no fuera tan patético. Proceso de Reorganización Nacional. El comunicado número uno que emitieron decía:

Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta de Comandantes Generales de las FF.AA. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones.

Más que nunca, la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Pero esta vez, además, inventaron una especie de acto de magia superior a los de López Rega. La magia más perversa que alguien pueda imaginar.

No más bombardeos, ni basurales, ni fusilamientos en cárceles, ni homicidios mafiosos a la luz del día.

Los perseguidos, las víctimas, iban a desaparecer.

No iban a estar más: secuestrados y esfumados de la noche a la mañana.

Los militares creían que al no haber cuerpos, al no haber pruebas ni quedar en evidencia, nadie podría acusarlos de crimen alguno.

Eso es el terrorismo de Estado. Las Fuerzas Armadas se dedicaron a la muerte clandestina, mientras en público sus jefes iban a misa a ser bendecidos, a comulgar, y a la salida sonreían. En sus discursos hablaban de la ley, el orden, la paz y el progreso.

Empezó la cacería. Zonas liberadas, gritos en la noche, secuestros de gente indefensa, la absoluta desaparición de la justicia.

Hay bibliotecas enteras que podrían leerse para entender lo que pasó. Pero hay también una carta. Apenas un año después del golpe Rodolfo Walsh –otra vez- escribió en la clandestinidad su Carta abierta a la Junta Militar, donde explicó lo que nadie se atrevía a decir.

Hablaba de un lago cordobés convertido en cementerio lacustre. De personas arrojadas desde aviones militares al Río de la Plata, cuyos cadáveres afloraban en las costas uruguayas. Denunciaba un sistema de tortura absoluta, intemporal y metafísica, aplicada tanto con métodos medievales como el potro o el torno, como con la tecnología de la picana eléctrica, para machacar la sustancia humana. Hablaba de las guarniciones y comisarías convertidas en campos de concentración. De las mentes perturbadas de los militares que torturaban. Decía, apenas un año después del golpe y en medio de la censura y el terror: “Quince mil desaparecidos y desaparecidas, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror”.

Pero hay otro párrafo, que cada día se entiende mejor. Le decía a los militares:”Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”.

Ahí estaba la clave para entender el crimen: la miseria planificada.

Walsh fechó esa carta el 24 de marzo de 1977, distribuyó varias copias, y un día después fue secuestrado por los militares.

Nunca más se supo de él.

Es otro desaparecido.

Érase una vez 14 mujeres: La historia de las Madres de Plaza de Mayo

En esa noche, hubo un parto.

En medio de la oscuridad, un alumbramiento.

Nació una historia.

Muchas madres y padres salieron a buscar a sus hijos. Salieron de sus casas, salieron del útero de su rutina habitual a enfrentar al aparato represivo más imponente de la historia del país. Llevaban impresas en la piel la desesperación y el amor, y de allí les nació el coraje. Recorrieron hospitales, caminaron juzgados, se atrevieron a ir a comisarías y cuarteles. Buscaron a las morgues. Nadie sabía nada. La ley del silencio. Cada día era la esperanza de una noticia. Cada noche era la frustración del silencio.

Los padres varones, de a poco, volvieron a sus trabajos.

La mayoría de las madres eran amas de casa: tenían intacto el tiempo y la sensación de que no había otra cosa que hacer que dedicar cada hora, cada minuto y cada segundo de vida a la búsqueda.

Estaban solas, moviéndose, preguntando inútilmente, aturdidas por tanto silencio. De a poco, empezaron a cruzarse por los mismos laberintos, a reconocerse y a descubrir que había otras que compartían esa especie de señal que cada una llevaba como un código secreto en la mirada: la desesperación y la incertidumbre.

Ese fue un primer triunfo contra el aislamiento. Comenzaron a encontrarse, reunirse, acompañarse. Estar juntas fue el modo de escaparle al terror de estar solas. Pero fue mucho más que eso.

Un día, esas mujeres se descubrieron a sí mismas en una iglesia militar, donde un cura psicópata les recomendaba santa paciencia y las confundía con rumores, insinuaciones y desinformaciones. Intuición femenina: les estaban mintiendo sistemáticamente, nadie hacía nada por salvar a sus hijos.

Una de esas mujeres dijo: Basta.

Y dijo: tenemos que ir a la Plaza de Mayo, tenemos que hacer ver y oír lo que nos pasa. Era una mujer con nombre de flor.

Y ese grupo de mujeres decidió que Azucena Villaflor tenía razón: su lugar sería la Plaza de Mayo.

La plaza sería el territorio de estas madres.

No tenían oficina, pero habían encontrado un lugar espacioso, aireado, iluminado y muy céntrico.

No tenían sillones mullidos, pero había bancos de plaza.

No había escritorios, pero tenían las faldas para apoyar allí las carpetas, expedientes, cuadernos o que hiciera falta.

No tenían alfombras, sólo baldosas y unas palomas revoloteando.

No tenían recepción, pero podían verse de lejos mientras iban llegando. No tenían teléfonos, pero se pasaban papelitos con mensajes, informes, o futuros puntos de encuentro.
Ocultaban esos mensajes en ovillos de lana, por si la policía o los militares se les cruzaban en el camino.

No querían que las descubrieran. Ya que tenían los ovillos, llevaban agujas y tejían en la plaza, mientras iban pasándose información, inventando qué hacer, cómo buscar, cómo evitar la impotencia de no hacer nada. Penélope tejía esperando el regreso de su marido. Ellas tejían juntas las acciones para buscar a sus hijos y denunciar lo que estaba pasando.

La primera vez fue el sábado 30 de abril de 1977. Eran sólo 14 en la Plaza de Mayo. Como no había casi nadie, decidieron volver el viernes siguiente. Después, una de las madres avisó, como atajándose de los malos augurios: “Viernes es día de brujas”. A la semana siguiente empezaron a encontrarse los jueves, el día que nunca más abandonarían, para escaparle a las brujas.

La policía empezó a desconfiar. Por el Estado de Sitio, se impedía cualquier reunión de tres personas o más, por ser potencialmente subversiva.

Para decir la verdad, en este caso tenían razón: buscar la vida era subversivo. Como pájaros de uniforme, los policías empezaron a revolotear alrededor esas mujeres que hablaban y tejían de los asientos de la plaza. Ordenaron: “Caminen, circulen, no se pueden quedar acá”. Ellas se pusieron a caminar y a circular alrededor del monumento a Belgrano, en sentido contrario a las agujas del reloj: como rebelándose contra cada minuto sin sus hijos.

Marchaban, cada jueves, en las narices del gobierno dictatorial más temible. La plaza ya era el territorio de las Madres.

Algunos periodistas extranjeros descubrieron esas raras vueltas y vueltas. Consultaron a los militares. Les contestaron que eran unas mujeres trastornadas, unas Madres Locas que andaban buscando a gente que no estaba en ningún lado. Gran parte de la sociedad prefería no darse por enterada. La censura bloqueaba orejas, cerebros y corazones. Las madres locas eran las únicas que parecían cuerdas, tejiendo y circulando al revés que las agujas del reloj.

En octubre de 1977 se sumaron a la peregrinación a Luján, que congregaba a un millón de jóvenes. El problema era cómo encontrarse y reconocerse en la multitud. Alguien propuso que todas se pusieran un pañuelo del mismo color. Lo del color era un problema, pero entonces una de las madres tuvo una ocurrencia: ¿Por qué no nos ponemos un pañal de nuestros hijos? No existían los pañales descartables y la mayoría de las madres todavía guardaba los de tela, tal vez pensando en los nietos.

Frente a la Basílica, reclamaron y rezaron por los desaparecidos y desaparecidas. Todos los que estuvieron pudieron verlas, identificadas con los pañales blancos en sus cabezas. Poco después hubo una marcha de los organismos de derechos humanos, que terminó con 300 personas detenidas, incluidos –por error- varios periodistas extranjeros. Gracias a tanta eficiencia, el mundo empezaba a enterarse de lo que ocurría. En la comisaría las Madres rezaban Padrenuestros y Avemarías. Los policías no se atrevían a incomodar a mujeres tan devotas. Entre rezo y rezo, haciendo cruces, miraban a los uniformados, les decían “asesinos”, y seguían rezando. Amén.

El hecho de reunirse, romper el aislamiento, buscar a sus hijos, se convirtió en sí mismo en un delito. Diciembre de 1977, un oficial de la marina que se hacía pasar por hermano de un desaparecido organizó el secuestro y desaparición de tres de las madres, dos monjas francesas y otros familiares y amigos. Así era el coraje militar.

Las madres estaban organizando la colecta para publicar una solicitada el 10 de diciembre, denunciando las desapariciones.

El 8 de diciembre secuestraron a Esther Careaga y a Mary Ponce de Bianco en la Iglesia de Santa Cruz, junto a ocho personas más, incluida la monja francesa Alice Domon. Esther era paraguaya. Ya había encontrado a su hija adolescente, a la que los militares habían liberado. Las otras madres le habían pedido que volviera a su casa, que ya no se arriesgara más. Esther no les hizo caso, decidió seguir junto a ellas hasta que encontraran a cada uno de sus hijos.

Dos días después, desapareció la mujer con nombre de flor. El terror de aquellos tiempos superó todo lo imaginable. Desaparecían quienes buscaban a los desaparecidos y desaparecidas. Pero los militares habían sido selectivos: secuestraron a quienes todas siempre consideraron “las tres mejores madres”. Sin Azucena, había que elegir: seguir, esconderse, o volverse a casa. Para las madres no hubo demasiadas dudas: ahora no solo debían buscar a sus hijos e hijas, sino también a sus amigas y compañeras. Lograron sobreponerse a la parálisis y al terror, para seguir su marcha.

Azucena había parido la idea de que las madres se organizaran para nunca más estar solas en su lucha. Y había dicho algo: “Todos los desaparecidos son nuestros hijos”. Así estaba socializó la maternidad, potenció a cada madre y le dio grandeza a cada minuto de resistencia.

Llegó el Mundial 1978. El fútbol tapando de gritos y sonrisas la realidad, mientras a pocas cuadras de la cancha de River seguían torturando gente en la ESMA. El mundial fue oxígeno para los militares: para seguir matando y seguir castigando cada vez a más gente con la miseria planificada. Las madres cambiaron sus lugares y horarios de reunión. No todos los jueves iban a la Plaza, para evitar que las detectaran. Cuando iban, la policía les largaba los perros. Cada una llevaba un diario enroscado para sacarse a los perros de encima, una de las pocas cosas útiles para las que servían los diarios de esa época.

Muchas veces detenían o demoraban a alguna de ellas en las comisarías. Se les ocurrió una idea: cuando una iba presa, se presentaban todas y pedían ir presas ellas también. Los policías veían llegar a decenas y decenas de mujeres que exigían ser encarceladas junto a su compañera. Una vez fueron tantas las que exigieron ser detenidas, que tuvieron que llevarlas en un colectivo de la línea 60.

Madres locas, dirían los policías, que no sabían bien qué hacer: muchas veces las soltaban para sacárselas de encima.

Cuando en la Plaza le pedían documentos a una, todas las demás se acercaban a la policía a entregar también los suyos. Cientos de documentos, cédulas y libretas cívicas, que la policía tenía que verificar. De paso, las madres se quedaban más tiempo en la plaza.

En 1979 llegó al país la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. También el fútbol jugó en contra. El mundial juvenil tenía a todos pendientes de Maradona, y los militares aprovecharon para que relatores de fútbol y periodistas radiales llamaran a la gente a Plaza de Mayo, y que de paso repudiaran a quienes hacían cola para declarar ante la Comisión. Querían mostrar lo que llamaban “la verdadera imagen del país”. Decían: “los desaparecidos algo habrán hecho”, o “por algo será que se los llevaron”. Los hinchas, sin embargo, no molestaron a los que estaban esperando para hacer sus denuncias.

Ya era la época de la plata dulce, la fiesta de las multinacionales, el dólar barato, miles de argentinos gastando en el exterior lo que nunca habían sabido ganarse, gracias a la miseria planificada de millones.

Los diarios y las revistas no sólo censuraban la información para defender su negocio, sino que hacían campañas por los militares: “Los argentinos somos derechos y humanos”. Confirmado: nunca hay que subestimar la estupidez humana, la capacidad de negación, el tamaño de la crueldad.

En ese 1979 hubo otro parto, otro alumbramiento: las Madres decidieron crear la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Si todas estaban en peligro, esa era una forma de mantener la lucha viva. La casualidad, o el destino, determinaron que la asociación fuese creada en una fecha imposible de olvidar: 22 de agosto. Habían pasado siete años de la masacre de Trelew, aunque parecían siete siglos.

Los militares asesinos argentinos inventaron un conflicto contra los militares asesinos de Chile, que a todos les servía para ganar tiempo en el poder. En esos días fue muy próspero el negociado de la fabricación de ataúdes, hasta que el Papa intervino. Secuestros clandestinos y desapariciones en la noche, permitían mirar para otro lado. Guerra abierta entre gobiernos tan vecinos y tan beatos era demasiado. Hasta para el Vaticano. Amén.

Seguían encontrándose en plazas y bares. Para que no las descubrieran cambiaban el nombre. Si iban a ir a Las Violetas, decían Las Rosas. Ellas mismas llevaban en sus carteras las carpetas, las denuncias, los expedientes.

Recién en 1980, gracias a los apoyos internacionales, las Madres pudieron tener una oficina. Pero también ese año decidieron volver a su territorio, la Plaza de Mayo, para nunca más abandonarla.

Fueron un jueves, al jueves siguiente las estaba esperando un escuadrón entero, con las armas gatilladas. Ellas cambiaban el horario, circulaban por donde no las veían. Poco a poco envolvieron a la Pirámide de Mayo con sus marchas que nadie podía detener. Llevaban diarios enroscados. Pronto aprendieron de sus hijos, y llevaban también botellitas de agua y bicarbonato por si las esperaban con gases lacrimógenos. No necesitaban gases para llorar. Pero habían decidido transformar el llanto en acciones.

Los militares eran la rigidez y la violencia. Las madres eran la fluidez y la energía. Los militares y la policía eran la muerte. Los verdugos. Las madres eran la vida.

Se editó el primer boletín de Madres, se iba ganando apoyo afuera y adentro. Los militares llamaron a los viejos políticos a dialogar, como abriendo el paraguas frente a la crisis económica y a su propio desgaste. Pero las Madres estaban simbolizando dónde estaba la verdadera política, y quiénes eran sus nuevos protagonistas. En 1981 lo demostraron retomando la Plaza y haciendo la primera Marcha de la Resistencia. Solas, pocas, pero juntas, resistiendo 24 horas seguidas.

Vinieron épocas de ayunos, de tomas de iglesias y catedrales. Los jóvenes, sobre todo, se conmovían. Nació la consigna “aparición con vida”.

El 30 de abril de 1982, hubo manifestaciones de protesta en Buenos Aires contra la situación económica, la miseria planificada, con la policía reprimiendo a todos. Dos días después, se llenó la Plaza de Mayo para aplaudir a los militares que habían invadido Malvinas, creyendo que así se iban a reciclar en el poder en una especie de brindis perpetuo.

Las Madres dijeron que la guerra era otra mentira. Los militares que secuestraban cobardemente, torturaban clandestinamente y asesinaban tirando cuerpos al río, no podían convertirse de un día para otro en patriotas impecables y valerosos guerreros. Por decir eso, acusaron a las Madres de antinacionales. Ellas inventaron un cartel: “Las Malvinas son argentinas. Los desaparecidos también”. Muchos que acompañaban a las Madres las criticaron: había que estar del lado de la guerra, del lado de los militares. El tiempo mostró quién tenía razón sobre los guerreros, entre ellos el mismo que había delatado a Azucena, Esther y Mary.

La derrota de los militares resucitó la posibilidad de la democracia. Se abrió la multipartidaria, formada por cantidad de partidos y políticos muchos de los cuales, durante los tiempos más duros de la represión, habían sido expertos en el arte de callar.

En 1983 hubo elecciones, Alfonsín llegó a la presidencia, y las madres hicieron la marcha de las siluetas para que nadie olvidara a los ausentes. En los afiches decían que esos hijos e desaparecidas habían luchado por la justicia, la libertad y la dignidad.

El gobierno formó la CONADEP, la comisión nacional para la desaparición de personas. Las madres desconfiaron, no quisieron integrarla. Siempre prefirieron la calle, y no las comisiones. Crearon un periódico, la Asociación iba creciendo y seguía reclamando aparición con vida y castigo a los culpables.

En 1985 Alfonsín las citó, pero luego no las atendió porque tenía que ir al Colón, según la explicación oficial. Las Madres tomaron la Casa Rosada, y se quedaron ahí instaladas como forma de resistencia pacífica. Esas acciones mostraban la grieta entre los discursos sobre los derechos humanos que hacía el gobierno, y la realidad. Y mostraban cómo el protagonismo político se desplazaba de los políticos de museo, a los movimientos generados en la sociedad para enfrentar los problemas tomando las riendas de sus propias decisiones.

Se hizo el juicio a las Juntas, pero sólo hubo dos condenas a prisión perpetua. Las de Videla y Massera. Los otros jefes militares recibieron penas bajas, o fueron absueltos. Las Madres opinaron del siguiente modo: se levantaron y se fueron de la sala de audiencias.

Seguían las acciones, marchas, escraches a los militares en sus casas, viajes y campañas en todo el mundo, la lucha contra las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, La lucha contra las rebeliones de Semana Santa y de los carapintadas, La marcha de las manos, La marcha de los Pañuelos, cuando taparon la casa de gobierno de pañuelos blancos, los premios internacionales.

El apoyo a los conflictos, a las huelgas, a los reprimidos y a los perseguidos.

Empezaban a hacer propia una idea: el otro soy yo.

Las Madres, además de denunciar lo que había ocurrido con sus hijos, hicieron otra cosa: comenzaron a levantar las mismas ideas y sueños por las que esos jóvenes habían luchado.
Por eso sintieron que aún sin estar, sus hijos las estaban pariendo.
Aquellas amas de casa desgarradas por la desesperación, habían logrado transformar el dolor en acción y en pensamiento.

Todas estas luchas se multiplicaron al infinito cuando Menem llegó a la presidencia para perfeccionar, en democracia, la miseria planificada: privatizó el país, regaló el Estado, masificó el desempleo, protegió a toda clase de mafiosos, asesinos y corruptos, y además los puso a gobernar con él. De paso indultó a todos los militares que habían sido condenados.

Hubo más de lo mismo cuando subió De la Rúa, y las madres estuvieron allí, nuevamente en la plaza, el 19 y 20 diciembre, cuando ese gobierno intentó imponer el Estado de Sitio y se dedicó a reprimir a miles y miles de personas hartas de tanta decadencia y de tanta mentira. Nuevamente las plazas se llenaron de balas, y de jóvenes muertos.

La historia reciente es más conocida, las Madres y su universidad llena de jóvenes, de movimiento, de conferencias, de proyectos. Las Madres y su flamante radio, para que se escuche cada cosa que hay que decir. La intervención en cada lucha contra las mafias, contra la miseria, contra la muerte.

Y cada jueves, como siempre, las madres circulando, tejiendo solidaridad, construyendo este territorio de la Plaza para que sea el espacio de todos.

Había una vez un país con nombre de mujer, donde la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Y en ese país de nombre plateado, los sueños y la vida tuvieron que aprender cómo enfrentar a los verdugos. Las madres están dejando esa herencia.

Cómo convertir al dolor, en acción.

La parálisis y el miedo, en lucha.

La desesperación, en coraje.

Las lágrimas, en acciones.

Para acorralar a la muerte, como el primer día:

tejiendo luchas,
haciendo circular los sueños,
y alumbrando la vida.

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4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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el

Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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