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Hacer, pensar, hablar

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El congreso Escena Política. Desde hace varios meses artistas de todas las disciplinas se reúnen todas las semanas para dar forma a este congreso. Organizaron, además, grupos de lectura y comisiones de trabajo. Y de toda esa tarea compartida nacieron estos manifiestos que le dan base a la convocatoria a participar de este encuentro que será libre, gratuito y agitará tres sedes y varias calles.

Hacer, pensar, hablar

Manifiesto I

¿Quiénes somos? ¿Qué queremos?

Nos preguntan ¿quiénes somos? ¿qué queremos? y la policía representativa se nos mete en el cuerpo intimidado. “¡No queremos que el Estado legisle sobre nuestros deseos!”, gritamos como animales. Somos artistas de nuestros deseos.

Las palabras nos hacen, nos deshacen y nos rehacen. Descubren. Hacen existir otra cosa que antes no estaba. Nuestro lenguaje no explica el mundo, hace mundos. Las palabras son fuerzas materiales: organizan nuestros modos de vida y nuestras prácticas. Mezclamos nuestras palabras y nuestras prácticas con otras, producimos desplazamientos, verdades materiales, gestos, afectos. Somos animales poéticos.

No tenemos poder, lo ejercemos. Hay estrategias, operaciones, que hacemos encuentro tras encuentro mientras creamos nuestras historias, nuestras ficciones. Componemos nuestras vidas con palabras, acciones y gestos Creamos espacios y tiempos de subjetivación. Somos retículas de poder.

La afectividad es nuestro terreno. Pero desvariamos el mapa, lo recorremos a tontas y a locas; oímos otras señales; vemos otros sonidos; transversalizamos todos los cuerpos, todas las prácticas. Queremos lo que no se ve, ni se escucha, ni se oye, ni se toca aún.

Hacemos un laboratorio de lo que nos gobierna. Estudiamos sus operaciones, sus apropiaciones, sus extractivismos a nuestra capacidad de estar en el tiempo. Sabemos invertir nuestra energía en el tiempo incierto, gratuito, precario. Queremos defender nuestro tiempo como los antiguos obreros defendían su fuerza de trabajo.

Hemos abierto un espacio común de posibilidades, de cooperación, de complicidad. Nos implicamos en una comunidad sensible, no definida por una identidad igual, sino por una subjetividad compartida, desdoblada como un baile de disfraces. Es un baile amorfo, anfibio, el nuestro: no sucumbimos ante ningún paso militar, ni valsecito careta. Queremos caotizarnos.

Manifiesto II

¿Qué hacemos? ¿Cómo hacemos?
Pensamos y nos movemos inventándonos nuevos mundos posibles, configurando y reconfigurando lo que hay, expandiendo potencias que ya existen, pensándolas y repensándolas. Nuestro paradigma es el de habitar, atender a las prácticas y sus reverberancias porque entendemos que nuestro modo de empoderarnos es el ejercer y no el tener.

Somos manada, somos cardumen. Nos definen nuestros cuerpos resistiendo y creando desde lo colectivo, lo compartido, lo intercambiado. Estamos atentos, despiertos para mirar y mirarnos, entender situaciones ¡las nuestras!, pensarlas con otra sensibilidad, abriendo camino a la empatía. Detectamos el potencial del mundo que habitamos, sus puntos de energías, fuerzas, intensidades que ya están ahí y hacemos de eso arte, trabajo y fiesta.

Frente a las fuerzas que constantemente nos afectan, desplegamos ahí una investigación para volverlas ideas expresivas. Lo que no se ve, lo invisible, es lo que nos habilita pensar con brío el enorme potencial de las situaciones que nos rodean, para rasgarlas, desarmarlas , volverlas plásticas y que se muevan con nosotros. Desplazamiento, desvío y fuga de lo establecido y anquilosado.

Para nosotros, manada poética, un límite, una inquietud, una pregunta, una intensidad, un dolor, un sufrimiento son portales a un hacer con lo que nos pasa. Queremos “saber hacer con lo que nos hace”, organizarlo en acciones y transformarlo en una posibilidad de liberación.

Recorremos una geografía de lo sensible, porque ahí se actualizan nuestros cuerpos, fuerzas, afecciones, ideas; donde laten las potencias capaces de modificar el estado de cosas. El encuentro como lupa sobre las capacidades subjetivas.

Manifiesto III

Tomar posición

Frente a la licuación y banalización de las categorías antropológicas, políticas, estéticas y poéticas que presenta el Macrismo nosotros tomamos posición: estamos en otra vereda que el Macrismo, porque entendemos que es la expresión argentina y cabal del neoliberalismo.

Luchamos contra el Macrismo, pero sobre todo estamos en lucha contra lo que de macristas tenemos cada uno de nosotros. Tenemos que reinventarnos porque nos reconocemos constituidos por el neoliberalismo.

Nos enfrentamos a la maquinaria comunicacional esquizofrénica, hiperconectiva, desmembradora y banal que es el estado Macrista sin nostalgia por el pasado: Inventamos futuro en la incertidumbre.

Reconocemos que esa maquinaria comunicacional es su mayor fuerza, que su potencia está en el trabajo de las almas: en los microfacismos, en el sentido común, en el desinterés por la verdad, en el desdén por la historia y sus rugosidades. Sabemos que debilita los cuerpos, resquebraja los lazos, imposibilita los encuentros y adelgaza los imaginarios.

Denunciamos y reconocemos la historicidad del proyecto neoliberal en Argentina, continuidades subyacentes, torcimientos y resistencias. Distinguimos el proceso global y local. Identificamos complicidades voluntarias e involuntarias. Nos esforzamos en mirar con una perspectiva histórica el presente y señalamos los mismos actores en la escena desde hace 45, 200 años

Inventamos nuestra antropología: estamos zôon poietikón, animales poéticos.

No aceptamos la agenda que nos imponen. No tenemos ninguna propuesta para sumar a la picadora de ideas.

No somos policías. Ni queremos más policías. Vemos con ojos alucinados la catástrofe, aún no nos caímos, pero nos obligamos a empatizar con los que ya no pueden bailar en el Titanic. Queremos sentir más.

No queremos ser emprendedores, ni queremos ser creativos. Nuestros cuerpos no son emergentes. Estamos enfermos y estamos atemorizados.

Pero construimos lazos, fortalecemos los encuentros inútiles, inventamos otras geografías sociales, estamos enamorándonos. Y no banalizamos el amor.

Manifiesto IV

A les comunicadores

Están ahí. Lo sabemos. Sentimos su entusiasmo y compartimos su cansancio. ¡Hay tantas cosas para hacer! Lo sabemos.Desde hace meses estamos preparando esta cita para que hablemos de eso: de la multiplicidad de haceres que componen nuestra época, de su peso y densidad.

Deseamos comunicamos con quienes podemos componer en común:

Colectivos sociales

Organizaciones políticas

Estudiantes organizados

Activistas culturales

Personas que hacen, piensan y hablan sobre lo pensado.

Necesitamos, también, que los periodistas comprendan la complejidad de esta construcción colectiva y respeten la cualidad de nuestra voz colectiva y anónima. No hablamos con “los medios”. Escuchamos preguntas de las personas que allí trabajan, las pensamos en colectivo y las respondemos imaginando quién las leerá. No tenemos “voceros”. Hablamos un plural singular construido en el tiempo y en el hacer compartido. Nuestra voz es anónima. Es una decisión, en situación.  Nuestro vínculo con la prensa comercial es problemático. No existe la prensa, en sus términos, para nosotros. (…) No buscamos “ser noticia”. Necesitamos comunicarnos con otras personas para hacerles llegar una interpelación: juntémonos acá.

Creemos que se aprende a cuidar lo construido en común si partimos de reconocer que transitamos una época extractiva de todo lo vital. Extracción de la creatividad social. Y esa relación extractivista del capitalismo actual es muy extensa: no sólo se da entre los automatismos de producción y los trabajadores, sino que se dan tensiones peligrosas entre intelectuales y organizaciones sociales; académicos y activismos; curadores-críticos-programadores-periodistas-productores culturales y artistas; políticos-militantes-funcionarios y colectivos; que, también, hay que problematizar.

Agradecemos muchísimo, entonces, a todas las personas que nos ayudan a desparramar esta invitación-interpelación por aulas, salas, calles, paredes, diarios, revistas, radios, pantallas, muros, tuiters, wasaps y más. Periodistas, cronistas, fotógrafos, documentalistas, comunicadores: quedan invitados a participar e implicarse en los días del congreso transversal.

Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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