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Tractorazo en Plaza de Mayo: verduras sanas frente al lockout empresario

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Otro Feriazo, acompañado esta vez por tractores comandados por mujeres, fue el gesto con el que la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) rechazó el lockout de los exportadores de soja transgénica. Miles de personas se acercaron buscando verduras agroecológicas. La explicación sobre los nuevos estilos de producción y el rol de las agricultoras. El campo concentrado y las disidencias en los propios sectores de la Mesa de Enlace, entre lechugas, tomates, papa, cebollas y convicciones acerca de nuevos modos de producir y de pensar el campo.  

Tractorazo en Plaza de Mayo: verduras sanas frente al lockout empresario

Son las once de la mañana bajo un solazo en la Ciudad de Buenos Aires, y en Plaza de Mayo, al frente de la Casa Rosada, hay tres tractores rugiendo a puro motor. Al lado pasa un micro lleno de turistas con sombreros de mimbre que se paran y sacan fotos, pronunciando lo suyo en idiomas sin barbijos. En ese momento Natalia Mansilla se sube a uno de los tractores, se apoya al hombro  un cajón de madera con lechugas y con la mano libre agarra un megáfono para avisar a pura voz:

  • “Este es el campo que alimenta”.

Frente a la Catedral hay una cola cada vez mayor esperando la llegada de los más de 20 mil kilos de verdura que la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) repartirá mientras transcurre  el segundo día de lock out patronal convocado por las grandes corporaciones del campo en rechazo a la suba de retenciones a la exportación de soja transgénica anunciada por el Gobierno nacional.

“Somos miles y miles de pequeños productores que producimos más del 70% de los alimentos del país, mientras no tenemos políticas públicas para el sector”, dice Natalia a lavaca, mientras descarga cajones de berenjenas, papas, tomates, cebollas. “Somos más de 15 mil familias sin acceso a la tierra”, explica. Un grupo todavía pequeño pero creciente de esas familias se está volcando a la producción agroecológica.

“Del otro lado está el campo concentrador, el que se llenó los bolsillos de dólares durante estos cuatro años. Nosotros somos los que alimentamos con nuestro sistema de producción agroecológico, sin venenos, mientras la soja sólo consume agrotóxicos. También por eso estamos aquí, buscando otro modelo de producción, que genere trabajo para todos, buena comercialización, precio justo para todos y nutrir con alimento a todas las personas”.

Varones-Enlace / mujeres agricultoras

Tractorazo en Plaza de Mayo: verduras sanas frente al lockout empresario

Natalia tiene 24 años y es parte de una familia que trabajó la tierra toda su vida. “Cuando llegamos a la UTT nos dimos cuenta que hay otro modelo de producción. Te empezás a relacionar con otras personas y te das cuenta que estás envenenando al resto, mientras vos mismo comés esos mismos venenos, sin contar que no usás la protección que hay tener para utilizarlos. Luego entendés que eso que producís no es un alimento, mientras nos íbamos de lugar en lugar porque no podíamos pagar el alquiler, mientras nadie te pagaba lo que verdaderamente trabajabas. Hoy generamos condiciones. Hoy tenemos arraigo. Hoy llevamos llevamos nutrición a la mesa. Y sin especulación”.

-¿Cómo es producir sin venenos?

-Tenemos un Consultorio Técnico Popular, donde capacitamos a nuestros propios compañeros con una metodología que es de campesino a campesino. ¿Querés producir de otra manera? Bueno, lo único que hace falta es decidirlo. Y decir: “No aplico más una gota de veneno, porque sé que esto me afecta a mí, a mi familia, a mi vecino, y a todo un país”. Preparamos bioinsumos con yuyos que tenemos alrededor nuestro, como la ortiga o la cebolla. Y mientras antes plantábamos toda una hectárea de tomates, ahora dividimos las parcelas y hacemos producción variada: hemos sacado más de 21 variedades en esa misma hectárea, como lechuga, acelga, berenjena y zahanoria. Siempre de muchacalidad.

Natalia y su familia llevan el trabajo junto a otros 27 productores en el Parque Pereyra, en Berazategui, al sur del conurbano bonaerense. Y dice que en ese cambio de lógica hay algo más: “En la Mesa de Enlace son todos hombres que en cuatro días decidieron que no van a sacar su supuesto ‘alimento’. Pero acá estamos nosotras que venimos a decir que no, que somos las que verdaderamente producimos, y las que queremos una revolución, con el campo y con la ciudad, integrados. Todo esto es lo que nos da fuerza para subir a un tractor y venir a gritar”.

¿Hay un solo campo?

Tractorazo en Plaza de Mayo: verduras sanas frente al lockout empresario

El lockout convocado por las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA) sumó la tensión dentro de sectores como la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro, con discusiones acerca del acatamiento de la medida) y la Federación Agraria (FA, que dio la libertad de acción a sus filiales). Mientras, desde la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP, que realizaron una movilización frente a la SRA), afirmaron que la suba de 3 puntos en la soja (de 30 a 33%), más la aplicación de una política segmentada, sólo toca los intereses de 2600 empresarios.

Desde Plaza de Mayo, el coordinador nacional de la UTT, Nahuel Levaggi, explica a lavaca: “La medida es solo en defensa de los privilegios de los sectores más concentrados del campo. Lo entendemos no sólo como la defensa de sus intereses, sino como una pulseada por qué tipo de país queremos: ¿un país solidario y con redistribución, o un país concentrado donde cada vez más se avanza en un modelo de agronegocio y concentración de la tierra?”.

Levaggi también subraya la importancia de discutir políticas concretas para el sector de pequeños productores, como el incentivo de mercados locales, el avance de la agroecología y la sanción de la ley de Acceso a la Tierra, la cual permitiría modificar el régimen de arrendamiento que tanto ahoga a las familias. “Hay un modelo en discusión. Lo que creemos es que el conjunto del pueblo y la clase dominante deben entender que no hay un solo campo, y que cuando el Gobierno convoca a la interlocución con el sector agropecuario, tiene que desembarazarse de la Mesa de Enlace. Solo es un agrupamiento de entidades con un único objetivo: defender sus privilegios”.

Raíces y góndolas

Tractorazo en Plaza de Mayo: verduras sanas frente al lockout empresario

Silvia Duarte tiene 50 años y en la colonia 28 de Noviembre, en San Vicente, se dedican a la cría de animales, con un pequeño tambo con el que se autobastecen y también comercializan. “Producimos huevos, leche, queso, criamos vacas y gallinas, y llegamos a la gente más rápido que todos los empresarios que están tomando esta medida, porque estamos en las periferias de los barrios”.

Esa realidad –dice- es la que vienen a mostrar en Plaza de Mayo. “Producimos más sano porque tenemos las raíces de nuestros padres y abuelos. Criaban a los animales de otra manera, no a manera de engorde. Hacemos el ordeñe a mano, de forma más higiénica y con mucho menor costo porque evitamos todo el proceso tradicional de traslado, empresas, marcas e impuestos, cuyo precio es el que se traslada a la góndola”.

-¿Por qué piensa que perdemos esas raíces?

-El mundo se industrializa, mientras la gente pierde los valores. La mayoría de las personas termina por consumir de esa manera, de forma industrial. Yo tengo un hijo fallecido por leucemia, que no te explican de dónde viene la enfermedad. No es que la gente por tener dinero puede ir al supermercado, a comprar yogures supuestamente sanos, y estar exenta de enfermedades. Pero somos muchos los que producimos de otra manera. En Argentina, con el tremendo problema económico que estamos atravesando, queremos que el pueblo y el Gobierno apoyen incentivar este tipo de producción, que nunca dejamos de existir. Porque si tenemos el hambre y la desnutrición que tenemos hoy en día, también es por el tipo de alimentación que llevamos.

La máscara

Tractorazo en Plaza de Mayo: verduras sanas frente al lockout empresario

La fila esperando verduras parece infinita y cada productor y productora no dan abasto. En el medio, la secretaria de Género de la UTT, Rosalía Pellegrini, se pregunta ante lavaca: “Esta medida reafirma cuál es el campo de la soberanía alimentaria: ¿qué es lo que proponen ellos? Se vienen enriqueciendo hace años, con altas tasas de rentabilidad, mientras hacen un lockout ante una medida que involucra a menos de 3.000 productores. ¿Están proponiendo seguir con este modelo de muerte y destrucción, de falta de acceso a la tierra y de concentración de la economía? Mientras tanto, acá estamos proponiendo solidaridad, un cambio en el modelo de producción, mientras pedimos que el Estado enfoque políticas públicas para nuestro sector, y que ese pequeño porcentaje que van a dejar de ganar los más ricos del país se distribuya entre los que verdaderamente alimentamos al pueblo”.

Rosalía resalta la importancia de hablar con otros sectores dentro del campo. “Hemos dialogado con sectores de los sojeros que están entendiendo que hay que pensar una transformación del modelo de producción, y que ya no se sienten representados con la Sociedad Rural. A ese bloque del 2008, de ese campo pujante, cada vez más se le está cayendo la máscara. Hay sectores de la Federación Agraria que no acuerdan, y estamos trabajando con medianos productores que quieren saber qué es esto del cambio de la agroecología. Y creen que es hora que el Estado se haga cargo, porque no es algo que un movimiento social por sí solo pueda hacer”.

-En ese nuevo modo, ¿qué implican las mujeres encabezando la movilización arriba de los tractores?

-No hay soberanía alimentaria si la mayoría de las mujeres estamos excluidas del acceso a los bienes, a la tierra, y a la capacidad de poder decidir cómo queremos producir. Implica otra relación con la naturaleza y otra relación con las personas, que no sea de saqueo ni de dominación. Por eso somos nosotras las que estamos en los tractores, para darle nuestra voz a toda esta propuesta.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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