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Noticiero asambleario en vivo y en directo

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La Unión de Asambleas Ciudadanas realizó su encuentro número 17 en Congreso (25 y 26 de noviembre) y en Luján (27 y 28 de noviembre). Un largo camino ha sido transitado desde que, por primera vez en 2006, un grupo de asambleas se reunieron ante la necesidad de coordinar las diferentes luchas de los pueblos de la cordillera y precordillera amenazados por las explotaciones mineras. Al correr de las reuniones, se fueron sumando colectivos que luchan contra las pasteras, contra represas hídricas, contra las fumigaciones, hasta convertir cada encuentro en un noticiero vivo y directo de las batallas ambientalistas del país.
Noticiero asambleario en vivo y en directo
Esta reunión transcurre entre talleres, charlas, risas, abrazos, mesas informativas y banderas de las diferentes causas ambientales, reencuentros, baños secos, feria de productos orgánicos, volantes, comidas compartidas, agua y un homenaje a Cristian Ferreyra, el campesino del MOCASE-VC asesinado por parapoliciales.
A continuación, un resumen de las voces asamblearias con las que pudo conversar lavaca:
Claudio Garrot, de la Asamblea de Chilecito que forma parte de las Asambleas Riojanas: “Nos organizamos a principios de 2005 y ante la presentación de un proyecto minero a cargo de Barrick Gold que pretendía instalarse en nuestro cerro, el Famatina, que es nuestra fuente de agua y nuestro determinador de clima. A partir de allí comenzaron dos resistencias muy importantes: las del pueblo de Famatina y la del pueblo de Chilecito que es donde yo vivo. Nos oponemos a la minería a cielo abierto y a la explotación de uranio, que son las dos prácticas extractivistas que actualmente se están queriendo llevar a cabo en toda la provincia, entre otros muchísimos proyectos que propone el gobierno provincial y nacional”.
“Desde los primeros momentos de apropiación del espacio público para poder expresarnos, para poder decir y oponernos a la explotación minera, comenzó un proceso de judicialización de la protesta. Logramos expulsar a Barrick Gold mediante un corte de ruta, fuimos denunciados, golpeados en el lugar del corte, reprimidos, pero aún así seguimos, continuamos. Actualmente se ha agudizado esto por la puesta en vigencia de una ley de flagrancia que le otorga a la policía poderes que antes no tenía y la posibilidad de juicios abreviados, que es la posibilidad de abreviar los procesos antes de que lleguen a manos de un juez o un fiscal. Esto nos ha llevado a que nosotros tengamos que redefinir nuestras prácticas y trabajar de otra manera, ya sea al intervenir el espacio público, al protestar, al decir en ámbitos públicos lo que pensamos y lo que sentimos y por lo cual estamos luchando. Esta ley es relativamente nueva, tiene muy pocos meses. Todas las causas que les han iniciado a compañeras y compañeras de las asambleas son un problema serio: vamos a pedir expedientes y los expedientes no aparecen. Varios jueces y fiscales de Chilecito no se han querido hacer cargo y se las pasan a fiscalías de otros pueblos porque se han inhibido, sabiendo que hay una gran resistencia social en el tema minería y no quieren hacerse cargo, saben que es tomar una gran brasa en las manos. Esta situación muy delicada nos deja muy claro que la justicia responsabilizan al gobierno provincial y nacional de lo que pueda pasar de acá en más si llegamos a ser reprimidos”.
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www.elfamanosetoca.blogspot.com
www.lariojacontaminada.blogspot.com
Jenny Luján, de Asambleas Ciudadanas de Chilecito: “Luego de las elecciones, en la provincia de La Rioja hay una terrible avanzada a favor de la minería y de la instalación de los proyectos mineros. Si bien es cierto que no hay ninguno en explotación, continúan negociando y firmando convenios con muchas empresas mineras tanto de oro, cobre, plata como de uranio. El mayor impacto en este momento es el impacto social. Sabemos que la minería tiene un impacto sobre lo ambiental, lo que implica el saqueo de nuestros bienes comunes, pero muy pocas veces de dedicamos debate al impacto social y esta es una de las estrategias más terribles de las mineras, y de los gobiernos provinciales que avalan y que son cómplices de este modelo extractivista y tiene que ver con dividirnos a los pueblos. En este momento, en La Rioja están entregando subsidios a instituciones, a grupos de mujeres, a organizaciones de artesanos, a pequeños productores y, una vez que les entregan esos subsidios –que son de muy poca plata en realidad-, los hacen firmar documentos donde ellos expresan que están de acuerdo con la minería. Esto genera muchísimas divisiones entre nosotros, incluso entre los militantes de las asambleas. Lo que molesta es que el Estado se va corriendo de sus obligaciones y son las mineras las que vienen a cubrir ciertas necesidades de la gente y las instituciones. Las mineras están entrando a las escuelas, se están llevando estudiantes en visitas didácticas y de información a los emprendimientos mineros como Bajo Lumbrera, en Catamarca, y a Veladero, en San Juan. Llevan a periodistas, a medios de comunicación y avanzan desde ese lado. A su vez, el gobernador está invitando a ciertos iluminados, supuestamente especialistas en minería, que vienen a la provincia a darnos esa luz porque, según el gobernador, todos nosotros somos ignorantes y mentirosos. Trajeron a un señor llamado Mario Capelo, que es ingeniero en minas y presidente del Consejo de Ingenieros en Minería, que fue tres veces diputado nacional radical por San Juan, y que ha llegado con todo un discurso que baja a los medios de comunicación y a los funcionarios para que ellos lo sigan repitiendo. Descalifican el mensaje de las asambleas e instalan el mensaje de los beneficios de la minera, cueste lo que cueste. Luego de las elecciones se ve una avanzada terrible y nos silencian en los medios de comunicación. No nos permiten el ingreso a las instituciones. No nos permiten participar de algunos actos o eventos que son populares, comunitarios. Hay amenazas permanentes. Muchos compañeros han perdido su trabajo. Todo esto producto de la contaminación social que provocan las mineras, generando divisiones entre los pueblos para, de esa manera, instalarse”.
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Leonardo Pérez Esquivel, de la Asamblea Barrial de Becar, Buenos Aires, que participa del Espacio Intercuencas: “La asamblea surge en 2001 con la defensa del patrimonio público: había muchos predios que se querían privatizar en forma oscura, como el viejo hospital de San Isidro o como el predio de Obras Sanitarias donde está CENCOSUD. Logramos frenar el proyecto de un estadio para 15.000 personas que se iba a hacer en el Jockey Club, con un impacto ambiental muy fuerte en la zona”.
Entre las varias temáticas que trata esta asamblea, plantean una gestión de basura alternativa que incluya a los cartoneros. “Hoy existe una cadena de valor clandestina repleta de intermediarios que utilizan a la masa de trabajo de cartoneros, blanqueando lo recolectado como insumos para las grandes empresas. Queremos que haya un fondo especial de sostén de los precios, porque hay posibilidades de discutir otra forma de gestión de la basura, reduciendo el costo que tiene en cada municipio, con inclusión social y que permite sacar a todos los cartoneros de la indigencia. Es algo que se puede hacer perfectamente”.
Otro tema: “Defensa de los humedales y de toda la costa para que no la privaticen, desde La Plata hasta el Delta. Hay muchas luchas ambientales contra emprendimientos inmobiliarios y empresas que están privatizando esas zonas. Queremos recuperar el río y la costa para todos”.
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Medardo Ávila Vázquez, coordinador de la Red Universitaria de Ambiente y Salud de Médicos de Pueblos Fumigados: “Hicimos un primer informe que presentamos en octubre de 2010 con todos los datos recolectados por los profesionales que en diferentes provincias están investigando los efectos del uso de agroquímicos en la salud de la población. Lejos de tenerse en cuenta nuestras recomendaciones, ahora nos enteramos, a través de los compañeros de la zona metropolitana, que las empresas de ferrocarriles, en lugar de desmalezar como corresponde, utilizan los mismos agroquímicos en medio de zonas muy densamente habitadas. Es decir, están utilizando el glifosato, que numerosos trabajos demuestran que produce malformaciones y trastornos reproductivos. Un abuso total de las empresas, en complicidad con las autoridades que autoriza estas prácticas”.
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https://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/
Horacio de Carli, de la Asamblea Popular Ambiental Colón, Ruta 135, Entre Ríos: “Desde hace seis años estamos con el tema de las plantas de celulosa y visualizando el IRSSA que es un proyecto de los doce países sudamericanos. Hemos estado siempre apoyando la lucha de Gualeguaychú, junto con las otras asambleas, como la de Concordia, en todo Entre Ríos. Hoy hay compañeros judicializados, con causas que son interminables, que se tramitan en varios lados: el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, la Cámara Nacional de Apelaciones de Paraná , inclusive en Comodoro Py. Hay varios frentes que se han abierto en lo judicial-penal. También, personas particulares, pero impulsadas por el gobierno nacional, han iniciado acciones civiles. Todo esto para que la gente se baje de la lucha”.
Contacto:
www.asambleaambientalruta135.blogspot.com [email protected]
Eduardo Lancioni, de Vecinos Autoconvocados por la Vida en contra de la Subestación Rigolleau en Berazategui, Buenos Aires: “Somos una asamblea de vecinos que estamos en contra de una subestación eléctrica de 132.000 voltios que está instalada en el casco urbano de Berazategui. Queremos que sea trasladada a un lugar a donde no pueda producir contaminación electromagnética a las personas. Nuestra lucha viene desde hace más de 5 años. Tuvimos en el 2006 la primera represión cuando los vecinos tratamos de impedir que pongan los cables de alta tensión. Este año, en mayo de 2011, nos reprimieron otra vez. Eran las 3 de la madrugada cuando varios vecinos fueron golpeados. Algunos tuvieron que ser derivados a un hospital. Llevábamos acampando un mes en la vereda y nos pegaron, nos quitaron las carpas, fue bastante complicado. A raíz de eso se hizo un corte de vías y calle. Por eso hay seis vecinos judicializados con una causa bastante rara, sin testigos oculares, solamente una cámara que registró imágenes, pero no se puede identificar claramente a la gente. Con esto le arman la causa a seis vecinos que colaboran en la asamblea. La citación les fue entregada en su domicilio, a las 11 de la noche: así de violento es esto. No había necesidad de que la policía entregue citaciones a esa hora, podría haber sido por la mañana. Intentan amedrentarnos”.
Contacto:
www.fueralasubestacion.blogspot.com
Pedro Antonio Castrioti, guardaparque e integrante de la Asamblea en Defensa del Parque Pereyra Iraola: “Empezamos a reunirnos para mejorar la calidad de vida de quienes vivimos del parque, tanto los trabajadores como la gente que tiene las huertas, de los visitantes y de la gente que trabaja dentro del parque: así surgió la asamblea. Estando organizados, aparece el problema de que quieren atravesar el parque con una autopista. Esto copó la temática de la asamblea y se transformó en lo principal para ser tratado. Esa es la lucha ahora: no permitir que una autopista atraviese el parque y valorarlo como lo que es, un área natural protegida”.
Contacto:
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Enrique, de la huerta de Saavedra, Espacio Cucocó, Capital: “Funciona en un terreno comunitario recuperado por la asamblea de Saavedra en 2002. Tenemos una huerta orgánica y organizamos actividades culturales. Luchamos, por ejemplo, contra las fumigaciones con glifosato en la ciudad. El espacio ahora está amenazado por la gestión porteña que tiene la decisión de enviar a subasta los espacios públicos, entre esos terrenos está la huerta que ya había sido declarada de “interés cultural” por la Legislatura en el año 2010”.
Contacto:
www.cucoco.com.ar [email protected]
Graciela Degano, de Vecinos Autoconvocados contra la CARE y el CEAMSE de González Catán, Buenos Aires: “El relleno sanitario de González Catán es gestionado por el CEAMSE desde hace 33 años. Debido al mal manejo de la disposición final de residuos ha causado enfermedades sumamente graves. Tenemos casos de lupus púrpura, cáncer en la piel, de colon, de esófago, leucemia, displacia. Todas enfermedades relacionables con la contaminación. Nos organizamos para solicitarle al gobierno nacional la urgente implementación de una política pública seria con respecto a la disposición final de residuos. No aceptamos más los parches provisorios: que cierren un CEAMSE y que abran otro. Los rellenos sanitarios producen, a la larga, consecuencias nefastas. Los rellenos de Catán y Ensenada ya tienen orden judicial de cierre con fecha de diciembre de 2007, pero hasta el día de hoy está incumplida. También por orden del juzgado Nº 3 de Morón de fecha 16 de junio de 2006, se debe entregar en forma gratuita agua potable a los barrios en riesgo: San Enrique, Las Marías y Micol, entre otros aledaños al CEAMSE Catán. Orden que tampoco se cumple al día de hoy. El agua está contaminada con cromo, plomo y arsénico, superando el límite permitido por la Organización Mundial de la Salud”.
Contacto:
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Mariana , de la Asamblea para la Protección de Aguas y Tierras Argentinas (APATA), de San Luis: “Una de las problemáticas de San Luis es la presencia de la minera Pinsapo Ecogold, en el pueblo Carolinas, donde se encuentran todas las nacientes de los ríos. Nosotros estamos pidiendo que se declare ese lugar como reserva libre de minería. Esta minera tiene antecedentes y denuncias por tráfico de armas en Europa. Estuvieron ofreciendo plata en las elecciones. Venimos a pedir que se reglamente la ley en San Luis, porque hay una ley que prohíbe la minería química, pero no está reglamentada. Otro tema delicado es el de los campesinos del Valle de Conlara, con las fumigaciones. Esto es lo que venimos a visibilizar al encuentro, además de tejer redes con otras asambleas de todo el país”.
Contacto:
www.alertatierra.org.ar
María Teresa Caña, de la Asamblea Popular por el Agua del Gran Mendoza, pertenecientes a las Asambleas Mendocinas por el Agua Pura: “La lucha por el agua en Mendoza surge a partir de los primeros cateos y proyectos megamineros que aparecen hace seis años atrás. Ahí se empiezan a generar las primeras asambleas en el interior de la provincia, como en General Alvear y San Carlos. Vecinos que se movilizan a favor de una ley que no permita el uso de sustancias tóxicas en la megaminería. Fue así como en Mendoza, por presión de las asambleas, surgimos nosotros: como grupo de apoyo para cuando se movilizaban hacia la capital provincial”.
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María Luisa, de Vecinos Autoconvocados de Ezeiza, Barrio Alto de Tristán Suárez, Santa Marta, San Javier, Barrio del Plata, Barrio el Trébol y La Unión: “Nos convocamos espontáneamente porque nos enteramos que estaban poniendo, en medio de nuestros barrios, un centro de distribución de soda cáustica. Desde el primer momento en que empezamos a pedir cuentas, se acercó un secretario de la intendencia y nos dijo que era mentira y que no teníamos noción de lo que se iba a poner, que no era así. Seguimos investigando y era peor: además de manejar soda cáustica, va a procesar 99 productos químicos más. También tenemos problemas con el agua: Greenpeace comprobó que hay uranio. Hay gente que se enferma de cáncer, otras con enfermedades de piel. Seguimos todas las instancias legales que corresponden: hay una medida cautelar emitida por el juez Federal Armella y la empresa está suspendida por el OPDS, pero aún así están trabajando.”
Contacto:
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Martín Farina, integrante del colectivo ecológico Unidos por Laguna de Rocha: “Es una reserva histórica del sur del conurbano bonaerense, que fue afectada por diversos proyectos inmobiliarios e industriales y que tiene el honor de ser tierra de Querandíes y sitio arqueológico. Nos centramos en tres tipos de actividades: una directa sobre el humedal, para que la gente lo conozca organizando visitas guiadas; otra de corte más social y político, realizando volanteadas, eventos para que la sociedad se entere de cuál es la problemática no sólo del lugar y también organizamos festividades con los pueblo originarios, para que no se pierda esa memoria cultural”.
Contacto:
www.laguna-rocha.com.ar [email protected]
Pablo Domínguez, de la Asamblea Ciudadana en Defensa del Médano Costero, Villa Gesell, Buenos Aires: “La playa para nosotros es la fábrica, la fuente de trabajo. Ahora enfrentamos un deterioro alarmante, de la pérdida, de erosión, con caída de construcciones y salinización del acuífero. Esto se produce por varios factores: el cambio climático, el ascenso del mar y el mal manejo de la costa que se ha hecho en los municipios y permitió robo de arenas, desagües pluviales, construcciones demasiado cerca de la costa. Arrasaron con el médano costero. Toda esa problemática de mal manejo ha hecho que estemos perdiendo la playa que es nuestra fuente principal de trabajo. Desde la asamblea hemos logrado parar una obra desde hace un año y medio de 30 millones de dólares, que pretendía arrasar con un hermoso médano de 400 metros de largo, ubicado en el frente costero de Villa Gesell. Estamos teniendo un gran apoyo de la población. Nos reunimos en el médano de la 310, todos los miércoles a las 17 horas”.
Contacto:
www.endefensadelmedano.com.ar
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Titina Romero, de la Asamblea Giardino Despierta, Córdoba: “Nosotros estamos viviendo en una zona donde quieren explotar uranio. Nos organizamos para defender la Ley 9526, que es una ley en contra de la minería a cielo abierto. La Comisión Nacional de Energía Atómica y los sectores pro mineros quieren declarar inconstitucional a la ley. Nuestra zona es totalmente turística, pero está sobre una cantera de uranio, por lo que estamos realmente en peligro. Otra de las luchas es contra emprendimientos inmobiliarios, ya comenzaron a construir un hotel cinco estrellas en Giardino, para lo cual construyeron el “camino del cuadrado”. Nosotros advertimos que iba a haber problemas, presentamos un recurso de amparo para pararlo. Siguieron adelante y el camino se empezó a desmoronar. Otro tema es el de los megabasurales: quieren instalarlos en Pampa de Ola, en Tres Campanas, que es un lugar mágico, maravilloso y limpio. El gobernador saliente ya entregó 11 millones de pesos para comenzarlo”.
Contacto:
[email protected]
www.asambleaongamiradespierta.blogspot.com
Marina, Unidos por el Río, Vicente López, Buenos Aires: “Venimos a presentar nuestra lucha, que es una lucha socioambiental, sobre todo territorial, contra el mismo sistema que mata a unos y deja sin espacios verdes a otros. Sobretodo la lucha es contra la forma en que se toma la decisión, porque los vecinos en su mayoría no están de acuerdo con los negocios que hace el intendente con 3 ó 4 empresarios, para destinar hectáreas y hectáreas a torres de lujo y shoppings, sin hacer un estudio de impacto ambiental, ni una consulta ciudadana, que todavía seguimos reclamando. También criticamos el porqué de esa política pública. Necesitamos viviendas en Vicente López, hay mucho déficit, pero no ese tipo de vivienda para el público ABC1. No creemos que el consumo tenga que mediar nuestro modo de vida, nuestro disfrute del espacio. Tratan de imponernos por la fuerza que para estar al lado del río tenés que tener plata. Se vuelve todo más restrictivo yla costa de Vicente López no la usamos sólo nosotros, la usan gente de todas las zonas. Nos reunimos todos los miércoles a las 20, en la Biblioteca Popular Sudestada, en Aristóbulo del Valle 1631”.
Contacto:
www.unidosporelrio-vl.blogspot.com
Roberto, del Foro por la Salud y el Ambiente de Vicente López e integrante de Médicos de Pueblos Fumigados: “En este momento estamos tratando de frenar las fumigaciones en las vías de los trenes. Hace dos años que se votó una ordenanza que prohíbe las fumigaciones en Vicente López, pero lo que aleganes que como la vía es de jurisdicción nacional, allí no tienen poder de policía, a pesar de la gravedad que significa esto. Por lo pronto, hay un fiscal que está iniciando una causa penal contra las fumigadoras. También tratamos de que no se desmantele y vacíe el geriátrico municipal: el año pasado lo querían reducirlo de 90 a 30 camas y logramos, a través de la lucha con los compañeros del geriátrico y vecinos, que se mantengan las 90. También tratamos de recuperar el hospital, que está sufriendo cierto vaciamiento. Nos reunimos en el Centro Cultural La Galpona, ubicado en Grecia y Agustín Álvarez, todos los jueves de 20 a 22”.
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Javier Rodríguez Pardo, del Movimiento Antinuclear del Chubut MACH: “El Movimiento nace en 1986 cuando quisieron imponernos un basurero nuclear en Chubut. Logramos ordenanzas en toda la Patagonia que declaraban territorio no nuclear, la primera fue en El Bolsón. Inclusive Santa Fe se plegó y se declaró libre de traslado y tránsito de residuos radioactivos. En el 96 logramos una ley, que hoy es nacional, que determina que para llevar a cabo una instalación nuclear relevante en el país, debe ser consultada la Autoridad Regulatoria Nuclear –autoridad que es fruto de nuestra lucha- y también consultar a la provincia. Hace poco organizamos una marcha a Zárate para instalar un debate: no hay central atómica que no haya tenido escapes radioactivos. Después de lo de Fukushima quedó más visible, que ya no era Chernobyl solamente, que ya no dependía de un error humano solamente, sin embargo no es un tema de discusión entre nosotros si queremos o no sostener este tipo de peligro”.
Contacto:
https://www.machpatagonia.com.ar/
Pilar, de la Asamblea Delta y Río de la Plata: “Vecinos de la Isla y del continente de Tigre comenzamos a movilizarnos porque la contaminación nos estaba llegando a la isla a través del río Reconquista, que es el segundo río más contaminado de Argentina, después del Riachuelo. Ahora la asamblea está destinada a generar un plan de protección para el Delta, que es un ecosistema de humedales que purifica el aire y la tierra y, a la vez funciona como una intefaz entre la ciudad y el río, como un colchón de tierra que absorbe y amaina la inundación antes de que llegue a la ciudad, además de que es una reserva de agua dulce y de diversidad. La asamblea está focalizada en proteger el Delta que está siendo arrasado por proyectos inmobiliarios y contaminación”.
Contacto:
www.asambleadeltayriodelaplata.blogspot.com
Sofía, del Centro Cultural y Comunitario Casa Puente de la primera sección del Delta del Tigre: “Es un espacio abierto, horizontal y autogestionado que brinda actividades culturales para los vecinos. También es un espacio de reunión en torno a las diferentes problemáticas que afectan la isla. Como el Delta se puso de moda se está empezando a valorizar la tierra y hay problemas con la gente que está viviendo en el lugar desde siempre. Un ejemplo: la Municipalidad empezó a cobrar alumbrado, barrido y limpieza, pero el servicio no existe y hay problemas cuando el río crece porque toda la gente deja la basura en el muelle y el agua se la lleva. Nos une con la asamblea el conflicto de Colony Park, un proyecto de country que desalojó a familias de isleños y también afecta la producción local de juncos. Vivimos en el humedal del Delta, uno de los más grandes que queda en el mundo. La lucha y la defensa ambiental tiene que ver con un modo de vida isleño que es una forma de vida rural que nos motiva a varios a vivir ahí: eso también es parte del espacio y la conciencia ecológica y ambiental”.
Contacto:
https://casaelpuente.blogspot.com/ [email protected]
Pedro Moreira, de la biblioteca Intihuasi de San Miguel, que integra el Movimiento en Defensa de la Pacha: “Intentamos frenar el desastre en Punta Querandí, donde grandes empresas inmobiliarias con el afán de ganar dinero, no les importa generar desastres. En particular defendemos un sitio arqueológico de más de mil años y una zona de humedales que tienen un papel importante en la biodiversidad”.
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https://movimientoendefensadelapacha.blogspot.com/
María, de Vecinos Autoconvocados en lucha de Bahía Blanca: “Venimos a mostrar el problema terrible que tenemos en Bahía Blanca de contaminación urbana-ambiental. Nuestra última lucha fue en la audiencia pública contra el dragado, un dragado que significa la ampliación del Polo Petroquímico, un dragado para que entren los buques regasificadores para abastecer a las multinacionales del agronegocio. Sabemos que después del dragado se viene una termoeléctrica, una aceitera, la planta de biocombustibles. A eso le sumamos toda la problemática de contaminación que ya tenemos. Es todo un paquete, un modelo económico, una matriz energética que hace que nuestra ciudad sea parte de ese modelo de producción de forrajes para biocombustibles, de saqueo, de contaminación. Nuestro puerto, que en otras épocas ha sido un puerto de granos, con variedad de frutas, vinos, peces, cereales, hoy es prácticamente sojero agroexportador y nos resistimos a ello. Estamos en una crisis hídrica y por ley, las empresas tienen prioridad en el consumo de agua. Nuestra fuente alternativa de agua es el Río Colorado que está próximamente a ser atacado por la multinacional Río Tinto que va a salinizarlo.”
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Yanina, de la Asamblea No a la entrega de la Costa de Quilmes –Avellaneda: “Nos organizamos para defender el espacio de bosque de la ribera de Bernal, que está declarado reserva natural y parque ecológico por una ordenanza municipal del año 2003 y que constituye un ecosistema de una biodiversidad única. Está en peligro por un megaemprendimiento inmobiliario llamado Nueva Costa del Plata, de la multinacional Techint. El proyecto es similar al que está en la zona de Puerto Madero Sur. Tienen el apoyo del municipio de Avellaneda, que ya votó la ordenanza de rezonificación en 2008, y en Quilmes todavía está en discusión. Nos reunimos todos los domingos en la ribera de Bernal, entre la autopista Buenos Aires –La Plata y la Costa, en la placita Villa Luján.”
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www.riberaconurbanosur.blogspot.com [email protected]
Sol y Salomé, del colectivo urbano Semillas de Rebelión, de Rosario, que forma parte de la campaña Paren de Fumigar: “Nos organizamos en torno a la problemática de los agronegocios, que son parte de un mismo modelo productivo donde todas las problemáticas ambientales de alguna forma se van entrelazando. En nuestra zona lo que más nos afecta es la soja. En Rosario hemos creado, junto a otras organizaciones, el Espacio por la Biodiversidad. El desafío es desnaturalizar estos temas y visibilizarlos, concienciar y articular con las personas que viven en las zonas rurales afecatadas, conectar las luchas y resistir en forma conjunta. Nos juntamos cada 15 días en el Centro Cultural La Toma, que es un espacio recuperado por sus trabajadores”.
Contacto:
www.semillasderebelion.blogspot.com semillasderebelió[email protected]
Oscar, delgado del Centro de Acción Popular Olga Márquez de Aredes, Ledesma, Jujuy: “Somos una organización de pobladores de base que trabajamos en la promoción y defensa de los derechos humanos. No pertenecemos a ningún círculo oficial ni a ningún partido político. Hay una larga historia de atropellos, en especial del Ingenio Ledesma, y esa impunidad que sigue presente hasta el día de hoy. Confluyen dos modelos de saqueo: el agronegocio de la soja transgénica en el norte de Salta y parte de Jujuy y los ingenios azucareros.”
Contacto:
www.contraledesma.org
Marcos Pastrana, comunero del pueblo diaguita-calchaquí de las comunidades indígenas de Tafí del Valle: “La problemática fundamental en la defensa del territorio es que, al diluirse el uso y tenencia de la tierra de las comunidades indígenas y campesinas del noroeste argentino, también hemos perdido la autonomía, la libertad. Por la influencia de la megaminería, los megaemprendimientos turísticos, la soja y un montón de empresas multinacionales que están actuando. El denominador común son funcionarios electivos o de gobierno que abren la tranquera para el saqueo, la contaminación y el avasallamiento de nuestro pueblo”.
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La Ronda en la mirada de Alejandra López

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Octava entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa Alejandra López.

Toda la producción de La Ronda será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Por Alejandra López

Cuando Claudia Acuña me propuso que fotografiáramos la Ronda de las Madres con un grupo de colegas, acepté sin dudar con gran alegría por varias razones. Por una lado, la urgencia del registro ahora que se nos van poniendo viejitas, y por otro, la necesidad de emprender un proyecto colectivo.

La Ronda en la mirada de Alejandra López

He ido muchas veces a la Ronda. Una de mis primeras veces, yo fotógrafa debutante, lloré durante toda la cobertura y una de las Madres (no sé quién fue) me retó con ternura: “Sin llorar”, me dijo, y repitió: “Sin llorar”. 

La Ronda en la mirada de Alejandra López

Siempre hay algo de esa primera vez: la emoción, la admiración sin límites, y,  sobre todo, el asombro ante esa capacidad increíble de sostener el ritual de lucha durante 47 años.

La Ronda en la mirada de Alejandra López

Hice mis fotos el jueves 21 de marzo, en la Ronda número 2397.

Hoy más que nunca #memoriaverdadyjusticia.

Mi humilde homenaje a estas mujeres que, junto con Abuelas, son nuestro faro.

La Ronda en la mirada de Alejandra López
La Ronda en la mirada de Alejandra López
La Ronda en la mirada de Alejandra López
La Ronda en la mirada de Alejandra López

Sobre Alejandra López

Retratista.

Empezó a trabajar profesionalmente en 1990 haciendo fotografía teatral y en la revista El Porteño.

Durante 14 años fue fotógrafa de staff de la revista Viva del diario Clarín, donde fotografió a innumerables personajes del espectáculo y ha publicado en revistas como Elle, La Nación Revista, Brando, Harper’s Bazaar, Le Figaro Magazine, Bacanal.

Actualmente se dedica a la fotografía para gráficas de teatro y cine, colabora con la revista L’Officiel y es reconocida además por sus retratos de escritor, algunos ya icónicos, para editoriales de libros como Penguin Random House y Planeta.

Ha realizado numerosas muestras: Retratos (2001), La máscara (en el Festival Internacional de Teatro), Retratos de la Memoria, (imágenes de sobrevivientes del Holocausto) en el Museo Judío de Frankfurt, Calendario FOE 2009 y en junio del 2011, la exposición Algunos escritores, en la Fotogalería del Teatro San Martín. En 2021, realizó Ese día, una serie de retratos de víctimas sobrevivientes del atentado a la Amia. En 2023, Belleza Marrón, en el Centro Cultural Borges, (ensayo en colaboración con la agrupación Identidad Marrón).

Para ver más: en Instagram @alejandralopezfotografa

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La historia de las Madres de Plaza de Mayo: Érase una vez 14 mujeres…

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Se cumplen hoy 47 años de la primera aparición de las Madres en la Plaza de Mayo. La fecha llega en un momento en el que lavaca ha puesto en marcha un registro fotográfico colaborativo sobre las actuales rondas de Madres: una forma de homenaje, sabiendo que la memoria no es hablar del pasado, sino comprenderlo para actuar en el presente y el futuro.

Esta es una recorrida entonces, con un resumen del antes, el durante y el después de la instauración del terrorismo de Estado. Cuenta el nacimiento de la organización de estas mujeres que salieron a reclamar por la vida y, frente al horror y la desaparición de sus hijos e hijas, y lograron lo que parecía inconcebible: transformar el dolor en acción. ¿Cómo lo hicieron? Un recorrido por las últimas décadas, y algunas cuestiones prácticas sobre los tejidos, los territorios, las brujas y los alumbramientos. El video que muestra parte de la historia.

Por Sergio Ciancaglini

La historia de las Madres de Plaza de Mayo: Érase una vez 14 mujeres…
La historia de las Madres de Plaza de Mayo.

Había una vez un país con nombre de mujer, donde la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Y en ese país de nombre plateado, los sueños y la vida tuvieron que aprender cómo enfrentar a los verdugos.

La historia suele ser infinita, ¿cómo contarla?

Habría que hablar de un siglo XX Cambalache, que empezó con el país granero del mundo, con trabajo para pocos, democracia para pocos, dinero para menos, alguna ilusión de tiempos mejores, seguida de décadas infames. Surgió luego un gobierno que generó una expectativa de más justicia, y más democracia. La política empezaba a estar en las calles, en las plazas, en la cabeza y en el corazón de cada persona.

Ese gobierno fue tumbado en 1955 por los poderes económicos, políticos y militares de siempre. Poco antes los golpistas habían bombardeado con la aviación militar a transeúntes inocentes en plaza de Mayo. Más de 300 muertos. Que hubiera más igualdad de oportunidades, o mejor distribución de la riqueza, era una maldición que había que mutilar. Tierra extraña; aquí siempre hubo una envidia al revés. Los ricos envidiaron a los pobres, odiaron que los pobres pudiesen mejorar.

En 1956 aquella dictadura fue pionera: secuestró ilegalmente a decenas de personas acusándolas de planear una rebelión. Los militares ordenaron los fusilamientos en los basurales de José León Suárez. Fue la Operación Masacre, como la llamó Rodolfo Walsh en un libro inolvidable. Lo que nadie sabía, ni siquiera Walsh, es que la Operación Masacre apenas empezaba.

Poco después, en una pequeña isla del Caribe frente a las narices de los Estados Unidos, hubo una revolución que se proclamó socialista. Los militares argentinos temieron que esa revolución fuese contagiosa, y gatillaron sus armas junto a los de todo el continente.

Siguieron los tiempos de proscripción política, censura, gobiernos civiles derrocados, gobiernos militares que se iban tumbando entre ellos, mientras las fuerzas armadas actuaban como tropas de ocupación en su propio país, como trincheras contra la democracia, en nombre de la lucha contra el socialismo.

Frente a eso, crecía la resistencia de quienes que no se resignaban al silencio, la censura, ni al olvido. Resistían los mayores, con una especie de nostalgia por el pasado. Y resistían también los jóvenes, como añorando el futuro, pero un futuro que querían construir con sus propias manos.

El surgimiento de las Madres de Plaza de Mayo

Un argentino que había puesto la mente y el corazón para aquella revolución en la isla del Caribe, fue capturado y fusilado cuando quiso hacer algo parecido en Bolivia. Le decían Che. Los que lo mataron no sabían que lo estaban inmortalizando. El mundo se ponía violento. En todo el planeta oleadas de jóvenes salían a reclamar justicia, igualdad, rechazo a la guerra y la muerte, un mundo distinto.

En la Argentina las dictaduras seguían tropezando con las resistencias. Hubo un Cordobazo, un Rosariazo, la juventud se movilizaba pintando paredes y pintando proyectos. La democracia seguía presa. La violencia militar seguía libre. Nacieron las organizaciones guerrilleras, que quisieron agregarle armas a toda esa resistencia.

Tal vez esta historia haya que comenzarla, entonces, en 1972. El 22 de agosto en Trelew hubo una nueva versión de la Operación Masacre. Allí habían detenido a miembros de varias agrupaciones guerrilleras. Fueron acribillados a balazos, indefensos, con el falso pretexto de un intento fuga. Mataron a 16. Hubo tres que sobrevivieron por milagro, y contaron lo que había pasado. Tal vez en aquel momento, cuando el crimen fue evidente, los estrategas militares empezaron a diseñar la represión del futuro: matar sin evidencias.

Las movilizaciones protagonizadas fundamentalmente por la juventud, empezaban a ser gigantescas. La trinchera militar no soportó la correntada de tantos sueños, y en 1973 la vida pareció cambiar. Una multitud obligó a liberar a los presos políticos. La ilusión no duró demasiado.

Fue una danza alucinada.

Cámpora ganó las elecciones. Volvió Perón. En Ezeiza las patotas de la derecha peronista acribillaron a las columnas juveniles. Perón apoyó a esos grupos, contra la juventud. Cayó Cámpora. Asumió Lastiri que era el yerno de José López Rega. López Rega era ex policía, nazi militante, secretario privado de Perón, ministro de Bienestar Social, y astrólogo esotérico. Como si su brujería funcionara, concentró cada vez más poder. Lastiri llamó a nuevas elecciones que ganó Perón. Ocho meses después, murió Perón y asumió su esposa Isabel. La sociedad miraba aturdida, mientras el sistema de la muerte se instalaba alrededor de López Rega, que organizó a los matones policiales, militares y a las patotas de la derecha, para crear un monstruo al que llamaron Triple A. Alianza Anticomunista Argentina.

La Triple A era un escuadrón de la muerte, un grupo paramilitar con vía libre para salir a matar. Estudiantes, intelectuales, sacerdotes, artistas, sindicalistas, obreros: la sucesión de fusilamientos se hizo cotidiana, el terror empezó a ser la genética de cada día.
La lista es macabra. Cientos de víctimas. Por recordar algunos: Rodolfo Ortega Peña, diputado nacional y abogado de presos políticos. Carlos Mujica, sacerdote del Tercer Mundo, Silvio Frondizi, uno de los principales intelectuales que dio la izquierda argentina, Julio Troxler, que había sobrevivido a los fusilamientos de 1956. Atilio López, uno de los dirigentes del Cordobazo, que durante la breve etapa camporista fue vicegobernador de Córdoba.

Los bombardeos en Plaza de Mayo y la matanza en los basurales habían sido premoniciones.
Los fusilamientos de Trelew fueron una secuela.

La Triple A fue el perfeccionamiento del crimen mafioso.

El terrorismo de Estado y la desaparición forzada

Pero ahora imaginemos.

Imaginemos por un momento que hubiera miles de masacres como las de los basurales de José León Suárez. Imaginemos que hubiera de pronto miles de fusilamientos como los Trelew. Y miles de Triple A matando por las calles con absoluta impunidad.

Eso fue la dictadura militar, cuando los militares dieron el golpe de Estado para imponer la máquina de matar corregida y aumentada al infinito. Fue hace exactamente 30 años. Le pusieron un nombre que sería cómico, si no fuera tan patético. Proceso de Reorganización Nacional. El comunicado número uno que emitieron decía:

Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta de Comandantes Generales de las FF.AA. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones.

Más que nunca, la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Pero esta vez, además, inventaron una especie de acto de magia superior a los de López Rega. La magia más perversa que alguien pueda imaginar.

No más bombardeos, ni basurales, ni fusilamientos en cárceles, ni homicidios mafiosos a la luz del día.

Los perseguidos, las víctimas, iban a desaparecer.

No iban a estar más: secuestrados y esfumados de la noche a la mañana.

Los militares creían que al no haber cuerpos, al no haber pruebas ni quedar en evidencia, nadie podría acusarlos de crimen alguno.

Eso es el terrorismo de Estado. Las Fuerzas Armadas se dedicaron a la muerte clandestina, mientras en público sus jefes iban a misa a ser bendecidos, a comulgar, y a la salida sonreían. En sus discursos hablaban de la ley, el orden, la paz y el progreso.

Empezó la cacería. Zonas liberadas, gritos en la noche, secuestros de gente indefensa, la absoluta desaparición de la justicia.

Hay bibliotecas enteras que podrían leerse para entender lo que pasó. Pero hay también una carta. Apenas un año después del golpe Rodolfo Walsh –otra vez- escribió en la clandestinidad su Carta abierta a la Junta Militar, donde explicó lo que nadie se atrevía a decir.

Hablaba de un lago cordobés convertido en cementerio lacustre. De personas arrojadas desde aviones militares al Río de la Plata, cuyos cadáveres afloraban en las costas uruguayas. Denunciaba un sistema de tortura absoluta, intemporal y metafísica, aplicada tanto con métodos medievales como el potro o el torno, como con la tecnología de la picana eléctrica, para machacar la sustancia humana. Hablaba de las guarniciones y comisarías convertidas en campos de concentración. De las mentes perturbadas de los militares que torturaban. Decía, apenas un año después del golpe y en medio de la censura y el terror: “Quince mil desaparecidos y desaparecidas, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror”.

Pero hay otro párrafo, que cada día se entiende mejor. Le decía a los militares:”Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”.

Ahí estaba la clave para entender el crimen: la miseria planificada.

Walsh fechó esa carta el 24 de marzo de 1977, distribuyó varias copias, y un día después fue secuestrado por los militares.

Nunca más se supo de él.

Es otro desaparecido.

Érase una vez 14 mujeres: La historia de las Madres de Plaza de Mayo

En esa noche, hubo un parto.

En medio de la oscuridad, un alumbramiento.

Nació una historia.

Muchas madres y padres salieron a buscar a sus hijos. Salieron de sus casas, salieron del útero de su rutina habitual a enfrentar al aparato represivo más imponente de la historia del país. Llevaban impresas en la piel la desesperación y el amor, y de allí les nació el coraje. Recorrieron hospitales, caminaron juzgados, se atrevieron a ir a comisarías y cuarteles. Buscaron a las morgues. Nadie sabía nada. La ley del silencio. Cada día era la esperanza de una noticia. Cada noche era la frustración del silencio.

Los padres varones, de a poco, volvieron a sus trabajos.

La mayoría de las madres eran amas de casa: tenían intacto el tiempo y la sensación de que no había otra cosa que hacer que dedicar cada hora, cada minuto y cada segundo de vida a la búsqueda.

Estaban solas, moviéndose, preguntando inútilmente, aturdidas por tanto silencio. De a poco, empezaron a cruzarse por los mismos laberintos, a reconocerse y a descubrir que había otras que compartían esa especie de señal que cada una llevaba como un código secreto en la mirada: la desesperación y la incertidumbre.

Ese fue un primer triunfo contra el aislamiento. Comenzaron a encontrarse, reunirse, acompañarse. Estar juntas fue el modo de escaparle al terror de estar solas. Pero fue mucho más que eso.

Un día, esas mujeres se descubrieron a sí mismas en una iglesia militar, donde un cura psicópata les recomendaba santa paciencia y las confundía con rumores, insinuaciones y desinformaciones. Intuición femenina: les estaban mintiendo sistemáticamente, nadie hacía nada por salvar a sus hijos.

Una de esas mujeres dijo: Basta.

Y dijo: tenemos que ir a la Plaza de Mayo, tenemos que hacer ver y oír lo que nos pasa. Era una mujer con nombre de flor.

Y ese grupo de mujeres decidió que Azucena Villaflor tenía razón: su lugar sería la Plaza de Mayo.

La plaza sería el territorio de estas madres.

No tenían oficina, pero habían encontrado un lugar espacioso, aireado, iluminado y muy céntrico.

No tenían sillones mullidos, pero había bancos de plaza.

No había escritorios, pero tenían las faldas para apoyar allí las carpetas, expedientes, cuadernos o que hiciera falta.

No tenían alfombras, sólo baldosas y unas palomas revoloteando.

No tenían recepción, pero podían verse de lejos mientras iban llegando. No tenían teléfonos, pero se pasaban papelitos con mensajes, informes, o futuros puntos de encuentro.
Ocultaban esos mensajes en ovillos de lana, por si la policía o los militares se les cruzaban en el camino.

No querían que las descubrieran. Ya que tenían los ovillos, llevaban agujas y tejían en la plaza, mientras iban pasándose información, inventando qué hacer, cómo buscar, cómo evitar la impotencia de no hacer nada. Penélope tejía esperando el regreso de su marido. Ellas tejían juntas las acciones para buscar a sus hijos y denunciar lo que estaba pasando.

La primera vez fue el sábado 30 de abril de 1977. Eran sólo 14 en la Plaza de Mayo. Como no había casi nadie, decidieron volver el viernes siguiente. Después, una de las madres avisó, como atajándose de los malos augurios: “Viernes es día de brujas”. A la semana siguiente empezaron a encontrarse los jueves, el día que nunca más abandonarían, para escaparle a las brujas.

La policía empezó a desconfiar. Por el Estado de Sitio, se impedía cualquier reunión de tres personas o más, por ser potencialmente subversiva.

Para decir la verdad, en este caso tenían razón: buscar la vida era subversivo. Como pájaros de uniforme, los policías empezaron a revolotear alrededor esas mujeres que hablaban y tejían de los asientos de la plaza. Ordenaron: “Caminen, circulen, no se pueden quedar acá”. Ellas se pusieron a caminar y a circular alrededor del monumento a Belgrano, en sentido contrario a las agujas del reloj: como rebelándose contra cada minuto sin sus hijos.

Marchaban, cada jueves, en las narices del gobierno dictatorial más temible. La plaza ya era el territorio de las Madres.

Algunos periodistas extranjeros descubrieron esas raras vueltas y vueltas. Consultaron a los militares. Les contestaron que eran unas mujeres trastornadas, unas Madres Locas que andaban buscando a gente que no estaba en ningún lado. Gran parte de la sociedad prefería no darse por enterada. La censura bloqueaba orejas, cerebros y corazones. Las madres locas eran las únicas que parecían cuerdas, tejiendo y circulando al revés que las agujas del reloj.

En octubre de 1977 se sumaron a la peregrinación a Luján, que congregaba a un millón de jóvenes. El problema era cómo encontrarse y reconocerse en la multitud. Alguien propuso que todas se pusieran un pañuelo del mismo color. Lo del color era un problema, pero entonces una de las madres tuvo una ocurrencia: ¿Por qué no nos ponemos un pañal de nuestros hijos? No existían los pañales descartables y la mayoría de las madres todavía guardaba los de tela, tal vez pensando en los nietos.

Frente a la Basílica, reclamaron y rezaron por los desaparecidos y desaparecidas. Todos los que estuvieron pudieron verlas, identificadas con los pañales blancos en sus cabezas. Poco después hubo una marcha de los organismos de derechos humanos, que terminó con 300 personas detenidas, incluidos –por error- varios periodistas extranjeros. Gracias a tanta eficiencia, el mundo empezaba a enterarse de lo que ocurría. En la comisaría las Madres rezaban Padrenuestros y Avemarías. Los policías no se atrevían a incomodar a mujeres tan devotas. Entre rezo y rezo, haciendo cruces, miraban a los uniformados, les decían “asesinos”, y seguían rezando. Amén.

El hecho de reunirse, romper el aislamiento, buscar a sus hijos, se convirtió en sí mismo en un delito. Diciembre de 1977, un oficial de la marina que se hacía pasar por hermano de un desaparecido organizó el secuestro y desaparición de tres de las madres, dos monjas francesas y otros familiares y amigos. Así era el coraje militar.

Las madres estaban organizando la colecta para publicar una solicitada el 10 de diciembre, denunciando las desapariciones.

El 8 de diciembre secuestraron a Esther Careaga y a Mary Ponce de Bianco en la Iglesia de Santa Cruz, junto a ocho personas más, incluida la monja francesa Alice Domon. Esther era paraguaya. Ya había encontrado a su hija adolescente, a la que los militares habían liberado. Las otras madres le habían pedido que volviera a su casa, que ya no se arriesgara más. Esther no les hizo caso, decidió seguir junto a ellas hasta que encontraran a cada uno de sus hijos.

Dos días después, desapareció la mujer con nombre de flor. El terror de aquellos tiempos superó todo lo imaginable. Desaparecían quienes buscaban a los desaparecidos y desaparecidas. Pero los militares habían sido selectivos: secuestraron a quienes todas siempre consideraron “las tres mejores madres”. Sin Azucena, había que elegir: seguir, esconderse, o volverse a casa. Para las madres no hubo demasiadas dudas: ahora no solo debían buscar a sus hijos e hijas, sino también a sus amigas y compañeras. Lograron sobreponerse a la parálisis y al terror, para seguir su marcha.

Azucena había parido la idea de que las madres se organizaran para nunca más estar solas en su lucha. Y había dicho algo: “Todos los desaparecidos son nuestros hijos”. Así estaba socializó la maternidad, potenció a cada madre y le dio grandeza a cada minuto de resistencia.

Llegó el Mundial 1978. El fútbol tapando de gritos y sonrisas la realidad, mientras a pocas cuadras de la cancha de River seguían torturando gente en la ESMA. El mundial fue oxígeno para los militares: para seguir matando y seguir castigando cada vez a más gente con la miseria planificada. Las madres cambiaron sus lugares y horarios de reunión. No todos los jueves iban a la Plaza, para evitar que las detectaran. Cuando iban, la policía les largaba los perros. Cada una llevaba un diario enroscado para sacarse a los perros de encima, una de las pocas cosas útiles para las que servían los diarios de esa época.

Muchas veces detenían o demoraban a alguna de ellas en las comisarías. Se les ocurrió una idea: cuando una iba presa, se presentaban todas y pedían ir presas ellas también. Los policías veían llegar a decenas y decenas de mujeres que exigían ser encarceladas junto a su compañera. Una vez fueron tantas las que exigieron ser detenidas, que tuvieron que llevarlas en un colectivo de la línea 60.

Madres locas, dirían los policías, que no sabían bien qué hacer: muchas veces las soltaban para sacárselas de encima.

Cuando en la Plaza le pedían documentos a una, todas las demás se acercaban a la policía a entregar también los suyos. Cientos de documentos, cédulas y libretas cívicas, que la policía tenía que verificar. De paso, las madres se quedaban más tiempo en la plaza.

En 1979 llegó al país la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. También el fútbol jugó en contra. El mundial juvenil tenía a todos pendientes de Maradona, y los militares aprovecharon para que relatores de fútbol y periodistas radiales llamaran a la gente a Plaza de Mayo, y que de paso repudiaran a quienes hacían cola para declarar ante la Comisión. Querían mostrar lo que llamaban “la verdadera imagen del país”. Decían: “los desaparecidos algo habrán hecho”, o “por algo será que se los llevaron”. Los hinchas, sin embargo, no molestaron a los que estaban esperando para hacer sus denuncias.

Ya era la época de la plata dulce, la fiesta de las multinacionales, el dólar barato, miles de argentinos gastando en el exterior lo que nunca habían sabido ganarse, gracias a la miseria planificada de millones.

Los diarios y las revistas no sólo censuraban la información para defender su negocio, sino que hacían campañas por los militares: “Los argentinos somos derechos y humanos”. Confirmado: nunca hay que subestimar la estupidez humana, la capacidad de negación, el tamaño de la crueldad.

En ese 1979 hubo otro parto, otro alumbramiento: las Madres decidieron crear la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Si todas estaban en peligro, esa era una forma de mantener la lucha viva. La casualidad, o el destino, determinaron que la asociación fuese creada en una fecha imposible de olvidar: 22 de agosto. Habían pasado siete años de la masacre de Trelew, aunque parecían siete siglos.

Los militares asesinos argentinos inventaron un conflicto contra los militares asesinos de Chile, que a todos les servía para ganar tiempo en el poder. En esos días fue muy próspero el negociado de la fabricación de ataúdes, hasta que el Papa intervino. Secuestros clandestinos y desapariciones en la noche, permitían mirar para otro lado. Guerra abierta entre gobiernos tan vecinos y tan beatos era demasiado. Hasta para el Vaticano. Amén.

Seguían encontrándose en plazas y bares. Para que no las descubrieran cambiaban el nombre. Si iban a ir a Las Violetas, decían Las Rosas. Ellas mismas llevaban en sus carteras las carpetas, las denuncias, los expedientes.

Recién en 1980, gracias a los apoyos internacionales, las Madres pudieron tener una oficina. Pero también ese año decidieron volver a su territorio, la Plaza de Mayo, para nunca más abandonarla.

Fueron un jueves, al jueves siguiente las estaba esperando un escuadrón entero, con las armas gatilladas. Ellas cambiaban el horario, circulaban por donde no las veían. Poco a poco envolvieron a la Pirámide de Mayo con sus marchas que nadie podía detener. Llevaban diarios enroscados. Pronto aprendieron de sus hijos, y llevaban también botellitas de agua y bicarbonato por si las esperaban con gases lacrimógenos. No necesitaban gases para llorar. Pero habían decidido transformar el llanto en acciones.

Los militares eran la rigidez y la violencia. Las madres eran la fluidez y la energía. Los militares y la policía eran la muerte. Los verdugos. Las madres eran la vida.

Se editó el primer boletín de Madres, se iba ganando apoyo afuera y adentro. Los militares llamaron a los viejos políticos a dialogar, como abriendo el paraguas frente a la crisis económica y a su propio desgaste. Pero las Madres estaban simbolizando dónde estaba la verdadera política, y quiénes eran sus nuevos protagonistas. En 1981 lo demostraron retomando la Plaza y haciendo la primera Marcha de la Resistencia. Solas, pocas, pero juntas, resistiendo 24 horas seguidas.

Vinieron épocas de ayunos, de tomas de iglesias y catedrales. Los jóvenes, sobre todo, se conmovían. Nació la consigna “aparición con vida”.

El 30 de abril de 1982, hubo manifestaciones de protesta en Buenos Aires contra la situación económica, la miseria planificada, con la policía reprimiendo a todos. Dos días después, se llenó la Plaza de Mayo para aplaudir a los militares que habían invadido Malvinas, creyendo que así se iban a reciclar en el poder en una especie de brindis perpetuo.

Las Madres dijeron que la guerra era otra mentira. Los militares que secuestraban cobardemente, torturaban clandestinamente y asesinaban tirando cuerpos al río, no podían convertirse de un día para otro en patriotas impecables y valerosos guerreros. Por decir eso, acusaron a las Madres de antinacionales. Ellas inventaron un cartel: “Las Malvinas son argentinas. Los desaparecidos también”. Muchos que acompañaban a las Madres las criticaron: había que estar del lado de la guerra, del lado de los militares. El tiempo mostró quién tenía razón sobre los guerreros, entre ellos el mismo que había delatado a Azucena, Esther y Mary.

La derrota de los militares resucitó la posibilidad de la democracia. Se abrió la multipartidaria, formada por cantidad de partidos y políticos muchos de los cuales, durante los tiempos más duros de la represión, habían sido expertos en el arte de callar.

En 1983 hubo elecciones, Alfonsín llegó a la presidencia, y las madres hicieron la marcha de las siluetas para que nadie olvidara a los ausentes. En los afiches decían que esos hijos e desaparecidas habían luchado por la justicia, la libertad y la dignidad.

El gobierno formó la CONADEP, la comisión nacional para la desaparición de personas. Las madres desconfiaron, no quisieron integrarla. Siempre prefirieron la calle, y no las comisiones. Crearon un periódico, la Asociación iba creciendo y seguía reclamando aparición con vida y castigo a los culpables.

En 1985 Alfonsín las citó, pero luego no las atendió porque tenía que ir al Colón, según la explicación oficial. Las Madres tomaron la Casa Rosada, y se quedaron ahí instaladas como forma de resistencia pacífica. Esas acciones mostraban la grieta entre los discursos sobre los derechos humanos que hacía el gobierno, y la realidad. Y mostraban cómo el protagonismo político se desplazaba de los políticos de museo, a los movimientos generados en la sociedad para enfrentar los problemas tomando las riendas de sus propias decisiones.

Se hizo el juicio a las Juntas, pero sólo hubo dos condenas a prisión perpetua. Las de Videla y Massera. Los otros jefes militares recibieron penas bajas, o fueron absueltos. Las Madres opinaron del siguiente modo: se levantaron y se fueron de la sala de audiencias.

Seguían las acciones, marchas, escraches a los militares en sus casas, viajes y campañas en todo el mundo, la lucha contra las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, La lucha contra las rebeliones de Semana Santa y de los carapintadas, La marcha de las manos, La marcha de los Pañuelos, cuando taparon la casa de gobierno de pañuelos blancos, los premios internacionales.

El apoyo a los conflictos, a las huelgas, a los reprimidos y a los perseguidos.

Empezaban a hacer propia una idea: el otro soy yo.

Las Madres, además de denunciar lo que había ocurrido con sus hijos, hicieron otra cosa: comenzaron a levantar las mismas ideas y sueños por las que esos jóvenes habían luchado.
Por eso sintieron que aún sin estar, sus hijos las estaban pariendo.
Aquellas amas de casa desgarradas por la desesperación, habían logrado transformar el dolor en acción y en pensamiento.

Todas estas luchas se multiplicaron al infinito cuando Menem llegó a la presidencia para perfeccionar, en democracia, la miseria planificada: privatizó el país, regaló el Estado, masificó el desempleo, protegió a toda clase de mafiosos, asesinos y corruptos, y además los puso a gobernar con él. De paso indultó a todos los militares que habían sido condenados.

Hubo más de lo mismo cuando subió De la Rúa, y las madres estuvieron allí, nuevamente en la plaza, el 19 y 20 diciembre, cuando ese gobierno intentó imponer el Estado de Sitio y se dedicó a reprimir a miles y miles de personas hartas de tanta decadencia y de tanta mentira. Nuevamente las plazas se llenaron de balas, y de jóvenes muertos.

La historia reciente es más conocida, las Madres y su universidad llena de jóvenes, de movimiento, de conferencias, de proyectos. Las Madres y su flamante radio, para que se escuche cada cosa que hay que decir. La intervención en cada lucha contra las mafias, contra la miseria, contra la muerte.

Y cada jueves, como siempre, las madres circulando, tejiendo solidaridad, construyendo este territorio de la Plaza para que sea el espacio de todos.

Había una vez un país con nombre de mujer, donde la muerte andaba suelta persiguiendo a los sueños, acorralando a la vida. Y en ese país de nombre plateado, los sueños y la vida tuvieron que aprender cómo enfrentar a los verdugos. Las madres están dejando esa herencia.

Cómo convertir al dolor, en acción.

La parálisis y el miedo, en lucha.

La desesperación, en coraje.

Las lágrimas, en acciones.

Para acorralar a la muerte, como el primer día:

tejiendo luchas,
haciendo circular los sueños,
y alumbrando la vida.

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Nota

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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