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La criminalización del derecho

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Con un fallo de 105 carillas la jueza Silvina Domínguez declaró la inocencia de tres mujeres mapuche que había ordenado trasladar en forma vejatoria al penal de Ezeiza, puso a resguardo su “buen nombre y honor” y procesó a otras cuatro por delitos menores que hilvanó de distintas causas  hasta justificar, finalmente, la prisión preventiva domiciliaria, que cumplen en un centro cultural ya que fueron desalojadas de su hogar, la comunidad Lafken Winkul Mapu.

Las absueltas son Andrea Despo, Débora Daniela Vera y Florencia Melo. Las procesadas: Betiana Ayelén Colhuan, Martha Luciana Jaramillo,  María Celeste Ardaiz Guenumil y Romina Rosas , consideradas coautoras penalmente responsables del delito de “usurpación por despojo “.

La jueza ordenó también la captura de Matías Daniel Santana, Cristian Germán Colhuan, Yessica Fernanda Bonnefoi y Juan Pablo Colhuan. Los allanamientos que se realizaron a partir de esta orden originaron denuncias de profesionales y medios de comunicación. Fatpren (Federación de sindicatos de prensa) y Sipreba (gremio de periodistas de la Capital) denunciará este jueves estos procedimientos en una conferencia de prensa que convoca a las 12 horas, junto con organismos de derechos humanos.

La criminalización del derecho
Una de las permanentes acciones culturales en reclamo por la libertad de las mujeres mapuches. En este caso, en el Centro Cívico de San Carlos de Bariloche. (Fotos: Facundo Pardo).

Un fallo histriónico

 El fallo de la jueza Domínguez resume pasado y actualidad de una forma brutal, que apunta directo a criminalizar el corazón de la cultura mapuche: la autoridad de la machi, referente religioso, ético y actual núcleo político del reclamo de los derechos negados por el Estado argentino. El abogado del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), Diego Morales, lo resume en tres ejes:

  1. El esfuerzo puesto en caracterizar la violencia de este grupo en particular, describiendo desde sus formas de reclamo hasta la manera de ingresar a diferentes predios. Esto permea toda la resolución y, por eso, establece las consecuencias: orden de detención con prisión preventiva. Lo llamativo es que se trata de mujeres; una, al momento de los hechos, embarazada de 40 semanas; las otras, madres de lactantes.
  2. La pobre valoración del reclamo: en un tramo directamente lo denomina “pretensión”, que deben canalizar “ante quien corresponda”. Se trata de un derecho constitucional y la comunidad ha denunciado que no se cumple. Es algo que la jueza debería valorar como contexto.
  3. La parte buena: el reconocimiento de que el Estado tiene una deuda y que esa deuda no es solo con una comunidad específica, sino con todo el pueblo mapuche de la Patagonia. Propone una instancia de diálogo. Lo contradictorio es que lo hace en el marco de una resolución penal, que dicta penas de prisión, lo cual no resulta el contexto propicio para alentar al diálogo.

El abogado de la comunidad, Norberto Soares, sintetiza: “Es un fallo más político que jurídico”.

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Acciones culturales por la liberación de las mujeres mapuches. (Fotos: Facundo Pardo).

Las consecuencias

Señala Soares: “La jueza tuvo 30 días para redactarlo y nosotros, solo tres días para apelarlo. Todo es así: una falta de respeto hacia la comunidad mapuche”.

En tanto, las mujeres mapuche están en huelga de hambre desde hace 20 días y seguramente seguirán con la medida, dice Soares. La bebé nacida en medio de este proceso también sigue presa, junto a su madre. Las novedades recién llegarán si hay audiencia de apelación: “Si nos da lugar a la apelación va a haber una audiencia oral y pública que todo el mundo puede presenciar en la Cámara de General Roca.  Ahí tendremos que exponer, nos encontraremos cara a cara con los fiscales, y los jueces tendrán que resolver.”, finaliza Soares.

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Fotos: Facundo Pardo
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Llueva o truene: otro miércoles de gases, coreografía y resistencia

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Una especie de “Bailando bajo la lluvia” fue lo que hicieron jubiladas y jubilados este miércoles, llevando de acá para allá a policías, gendarmes y prefectos que no atinaban a aplicar el inútil protocolo oficial, salvo atacándolos con gas pimienta. Ni con esa violencia absurda y desproporcionada pudieron. Los + 70 bajaban a la calle, subían a la vereda, iban a contramano, cambiaban de dirección. El fondo de la cuestión sigue siendo el mismo: personas que reclaman porque trabajaron toda su vida y a las cuales el gobierno les licuó sus haberes. Lavaca conversó con quienes enfrentaron a la lluvia  y el frío, que parecen saber de sobra lo que significa resistir. Mensajes para las elecciones de octubre, la locura actual, las ollas en el país rico. ¿Cómo ir a una marcha con este clima meteorológico y político? La descripción de lo que viven, la alegría de moverse, y para colmo, la invitación a otra marcha para este jueves, por el Garrahan.   

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi

Fotos: Juan Valeiro

Un jubilado marcha y al mismo tiempo grita exaltado “contra viento y marea”. 

Lo dice al aire, una y otra vez. 

Contra viento y marea; contra viento y marea.

Segundos después Luis le dirá a lavaca, mientras las gotas de lluvia se le esparcen por la pelada, por la cara, por todo el cuerpo: “Cómo no voy a gritar contra viento y marea. Tengo 75 años y acá hay gente de 80 y pico bajo la lluvia. No tenemos nada que perder, a mí me da lo mismo estar muerto que vivo, te digo la verdad”. 

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Policía Aeroportuaria (?) movilizada contra la marcha de jubilados.

Luis, ¿por qué decís eso?

Vivo con 10 mil pesos por día, ¿cómo querés que haga? Laburé toda mi vida para estar a los  75 años vendiendo alfajores en la calle. ¿A vos te parece?

¿Qué pensás de la decisión del presidente Javier Milei, de querer vetar el aumento a las jubilaciones y el bono?

Es una locura. Por eso digo que no tenemos nada que perder. A mí lo único que me mantiene vivo es mi nieta y el venir acá todos los miércoles, pero ya no puedo más.  

A Luis cada miércoles se lo ve sosteniendo un cartel distinto en la puerta del Congreso, con un hilo conductor: la creatividad.

¿El de hoy? “26 de octubre, de 9 a 18, no te olvides de sacar la basura”.

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El próximo 26 de octubre se realizan en Argentina las elecciones legislativas.

La olla en el país rico

Contra viento y marea, llueve o truene, con sol o ciclogénesis, la marcha de cada miércoles se hace igual. Manuel tiene 69, integra la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubiladxs y Pensionadxs, y celebra que, después de varios miércoles, volvieron a juntarse frente a la puerta del Anexo de la Cámara de Diputados. “Este tipo viene por todo –denuncia Manuel, en referencia al presidente Milei–. Quiere llegar a elecciones y lograr una minoría para privatizar el sistema previsional. Sólo busca un subsidio a la vejez”.

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Más PNA (?) detectando a quién tenían que reprimir.

Lo escuchan Susana (44 años, de Montegrande) y Alicia (71, de Parque Patricios), dos amigas que tienen campera, saco, guantes, gorrito y la boca tapada por bufandas enormes. No tienen paraguas y la lluvia obliga a sacarse los lentes para ver, al menos, algo. Pero aquí están, porque ya no pueden comprar carne, yogures y ni que hablar de darse un gustito afuera. “Día a día de lucha y resistencia hasta que se vaya este gobierno hambreador”, dice Susana. Alicia cuenta que vive a dos cuadras del Hospital Garrahan, institución por la que también marchará este jueves: “Hacemos olla todos los lunes y esta semana dimos 65 porciones. No damos abasto. Un país tan rico, y así estamos”. 

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Opiniones de San Martín acerca de la corrupción y el gobierno.

Lo escucha también Elvio, que es cura en Paso del Rey y la semana próxima cumplirá sus primeros 83 años. Lleva un paraguas que comparte con quien ve desguarnecido. Cuenta que en su barrio cada día hay más gente durmiendo en la calle, y cada día más gente sin llegar a fin de mes, y cada día más gente sin poder comer. Sintetiza: “Estamos viendo, en vivo, el desguace del país”.

Llueva o truene: otro miércoles de gases, coreografía y resistencia

La marcha que se hizo pese a todo.

Y entonces dice que no queda otra que moverse: “No cambia que llueva: mientras no nos escuchen, nos tendrán acá”.

Entre la pesca y el futuro

Quien no lo escucha es Julio César, que camina de una esquina a otra, sin parar (como la lluvia). Muestra un cartel a los peatones y a los autos que transitan por la zona, porque “hay que plantar semillas”. El pedazo de cartón –al que le trajo en una bolsa para resguardarlo del agua– dice: “No estamos por la plata, estamos por la patria”.

Julio César primero pide no hablar porque tiene mucha bronca. Luego se suelta, y se emociona. Cuenta por qué dijo presente pese al clima adverso: “Iría a pescar con lluvia, iría al médico con lluvia. Entonces, ¿cómo no voy a venir acá?”. Sobre la frase que comparte con orgullo: “No vengo por 20, 30 lucas que nos puedan aumentar, si es por eso me quedaría en mi casa. Vengo por tu futuro”.

Se lo dice al cronista. Se lo dice a la sociedad.

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Una de las personas gaseadas este miércoles.

Pasame un piloto

El acto de cada miércoles con “radio abierta” se suspende por la lluvia. Alguien propone: “Compañeros, todavía quedan cinco por hablar, pero por la lluvia proponemos pasarlos para la semana que viene y poder marchar”.

El “sí” de esta vereda es unánime. La marcha comienza. La decisión parece sorprender a la propia policía. “¡Pasame un piloto!”, le grita un jubilado a un prefecto, que se alista sentado en su camión previo a salir a la calle. 

Verónica marcha. Confiesa que dudó en quedarse durmiendo la siesta, pero que una frase del cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa la hizo levantarse de la cama y venir, como cada miércoles: “Donde hay una injusticia, ahí hay que estar”.

Llueva o truene: otro miércoles de gases, coreografía y resistencia

En la vereda con cartón manuscrito. La libertad de expresión siempre amenazada por el protocolo.

Y entonces vino: “Aunque caigan soretes de punta, había que estar porque no podemos confiar en lo que votó el Senado. Ya Milei dijo que vetará el aumento, así que le tiene que quedar claro que nos tendrá que seguir viendo todos los miércoles”. Hace una pausa, y subraya: “Tooooodos los miércoles, así que miren estas caritas que de acá no nos movemos”. 

Como si la masa estuviese escuchando a Verónica, se canta: “Si llueve, si llueve, los viejos no se mueven”.

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Desproporción y violencia estatal frente a un sector atacado de modo principal por el gobierno, que les licuó sus haberes.

Bailando bajo la lluvia

En parte es verdad, porque persisten a la lluvia torrencial bajo decenas de paraguas o a la pura intemperie; pero en parte es mentira, porque si hay algo que hacen hoy las y los jubilados es moverse. Como miércoles previos, repiten su coreografía, esa que inventaron para gambetear los gases federales. Una enumeración a modo de descripción:

  1. Dan vuelta al Congreso. 
  2. Bajan a Entre Ríos.
  3. La Federal se acerca y ellos se suben a la vereda.
  4. Marchan hacia Hipólito Yrigoyen y bajan a la calle.
  5. La Prefectura corre de atrás y busca posicionarse a la altura para cortarles el paso.
  6. Alguien grita: “¡Para el otro lado”, y la marcha lo sigue. Se suben a la Plaza en dirección a Rivadavia.
  7. Cuatro prefectos amagan cortar el paso, pero los jubilados los echan: “La plaza es nuestra”.
  8. La marcha llega a Rivadavia y cortan la esquina de Rodríguez Peña.
  9. Llega la Gendarmería corriendo, y alguien grita: “¡Para el otro lado!”. Y vuelven a cruzar la plaza hacia Yrigoyen. 

Mientras en la cara de los gendarmes, prefectos y federales hay bronca y desgano (lo demostraron gaseando, al menos, dos veces, y filmando ilegalmente a los manifestantes), en los rostros de los jubinautas hay una mezcla de picardía y desafío:  “Mirá cómo los estamos haciendo correr”, se ríe una integrante de Jubilados Insurgentes. 

Llueva o truene: otro miércoles de gases, coreografía y resistencia

Jubiladas improvisan un bailecito, empapadas y felices por otro día de resistencia.

La coreografía dura cuarenta minutos y no se detiene nunca. Sobre la vereda en la esquina de Rodríguez Peña, un jubilado saluda a quienes siguen fieles bajo la lluvia. “Ya los hicimos bailar –dice, en relación a los policías que parecen exhaustos–. Quedaron en ridículo. Mañana la seguimos en la calle, bancando a los compañeros del Garrahan”.

La marcha lo aplaude y despide: “Unidad de los trabajadores”.

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Informe Albanese: Anatomía de un genocidio

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«Mientras la vida en Gaza está siendo destruida y Cisjordania está bajo un ataque cada vez mayor, este informe muestra por qué continúa el genocidio de Israel: porque es lucrativo para muchos», asegura el informe «De la economía de la ocupación a la economía del genocidio» presentado por la relatora especial de Naciones Unidas Francesca Albanese (fotos: Amnistía Internacional).

En el documento dirigido al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la Relatora Especial describe la maquinaria corporativa que sustenta el conflicto. Dentro de las empresas señaladas por participar en una «economía de genocidio» se encuentran la mexicana Orbia Advance Corporation y la brasileña Petrobras. También aparece el grupo español Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) y dos multinacionales, Drummond y Glencore, que exportan carbón a Israel desde Colombia.

El informe señala puntualmente:

  • Empresas armamentísticas: israelíes -Elbit, Israel Aerospace Industries- e internacionales -Lockheed Martin-.
  • Multinacionales tecnológicas: Microsoft, Google y Amazon, junto con empresas especializadas como Palantir, proveen sistemas de datos, nube e inteligencia artificial que permiten una vigilancia masiva de la población palestina.
  • Empresas de maquinaria pesada: Caterpillar, HD Hyundai y Volvo, suministran el equipo esencial para la demolición de viviendas e infraestructura palestina.
  • Empresas constructoras: Heidelberg Materials y CAF, beneficiadas por la edificación de colonias subsidiadas por el Estado israelí.
  • Empresas que monopolizan servicios básicos: Chevron (energía) y la estatal israelí Mekorot (agua). En Argentina, Mekorot ha firmado convenios con varias provincias para el control del agua.
  • Bancos internacionales: BNP y Barclays suscriben bonos del tesoro israelí y financian el creciente déficit presupuestal alimentado por el gasto militar.
  • Aseguradoras: Allianz y AXA.
  • Especuladoras financieras: fondos soberanos como el noruego y de pensiones como el de Quebec, además de gestoras de activos como Blackrock y Vanguard.

Luego de presentar públicamente este informe, Albanese fue sancionada por Estados Unidos y amenazada por su presidente, Donald Trump.  El Alto Comisionado de las Naciones Unidas urgió a que se retiren dichas sanciones y se respete el rol que cumplió: “los relatores especiales de la ONU, al igual que otros actores del sistema de derechos humanos, abordan cuestiones delicadas y a menudo divisivas que son de interés internacional. Esa es la naturaleza de su trabajo” e instó instó a los Estados miembros a abstenerse “de cualquier acto de intimidación o represalia contra los relatores especiales”.

Las conclusiones del informe Albanese son contundentes: describe los “motivos razonables” para calificar de genocidio el ataque israelì a la población palestina y recomienda el embargo de armas a Israel, así como la obligación de reconocer el daño producido y de hacerse cargo de las reparaciones que correspondan.

A continuación, el texto completo de las conclusiones:

Informe Albanese: Anatomía de un genocidio

VII. Conclusiones

93. La abrumadora naturaleza y escala del asalto de Israel a Gaza y las destructivas condiciones de vida que ha infligido revelan la intención de destruir físicamente a los palestinos como grupo. Este informe concluye que existen motivos razonables para creer que se ha alcanzado el umbral que indica la comisión de los siguientes actos de genocidio contra palestinos en Gaza:

asesinato de miembros del grupo;

  • causar graves daños físicos o mentales a los miembros del grupo;

e infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial.

Los actos genocidas fueron aprobados y se les dio efecto tras las declaraciones de intención genocida emitidas por altos cargos militares y gubernamentales.

 94. Israel ha tratado de ocultar su conducción eliminacionista de las hostilidades calificando la comisión de crímenes internacionales como respetuosa del DIH. Distorsionando las normas consuetudinarias del DIH, incluidas la distinción, la proporcionalidad y las precauciones, Israel ha tratado de facto a todo un grupo protegido y a su infraestructura vital como “terrorista” o “de apoyo al terrorismo”, transformando así todo y a todos en un objetivo o en un daño colateral, y por lo tanto eliminable o destruible. De este modo, ningún palestino de Gaza está a salvo por definición. Esto ha tenido efectos devastadores e intencionados, costando la vida a decenas de miles de palestinos, destruyendo el tejido de la vida en Gaza y causando daños irreparables a toda su población. 

95. El genocidio de Israel contra los palestinos de Gaza es una fase de escalada de un largo proceso colonial de supresión. Durante más de siete décadas este proceso ha asfixiado al pueblo palestino como grupo -demográfica, cultural, económica y políticamente-, tratando de desplazarlo y de expropiar y controlar su tierra y sus recursos. La Nakba en curso debe detenerse y remediarse de una vez por todas. Es un imperativo que se debe a las víctimas de esta tragedia altamente evitable y a las futuras generaciones de esa tierra.

 VIII. Recomendaciones

 96. La Relatora Especial insta a los Estados miembros a que apliquen la prohibición del genocidio de conformidad con sus obligaciones inderogables. Israel y los Estados que han sido cómplices de lo que puede concluirse razonablemente que constituye genocidio deben rendir cuentas y ofrecer reparaciones proporcionales a la destrucción, la muerte y el daño infligidos al pueblo palestino. 

97. La Relatora Especial recomienda que los Estados miembros: 

(a) Apliquen inmediatamente un embargo de armas a Israel, ya que parece haber incumplido las medidas vinculantes ordenadas por la CIJ el 26 de enero de 2024, así como otras medidas económicas y políticas necesarias para garantizar un alto el fuego inmediato y duradero y restablecer el respeto del derecho internacional, incluidas sanciones;

 (b) Apoyar a Sudáfrica para que recurra al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en virtud del artículo 94(2) de la Carta de las Naciones Unidas tras el incumplimiento por parte de Israel de las medidas de la CIJ antes mencionadas; 

(c) Actuar para garantizar una investigación exhaustiva, independiente y transparente de todas las violaciones del derecho internacional cometidas por todos los actores, incluidas las que constituyan crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y el crimen de genocidio, incluyendo:

 i) cooperando con los mecanismos internacionales independientes de determinación de hechos/investigación y rendición de cuentas;

 (ii) remitiendo inmediatamente la situación en Palestina a la CPI, en apoyo de su investigación en curso; 

(iii) el cumplimiento de sus obligaciones en virtud de los principios de jurisdicción universal, garantizando investigaciones y enjuiciamientos auténticos de las personas sospechosas de haber cometido crímenes internacionales, incluido el genocidio, o de haber colaborado en su comisión, empezando por sus propios nacionales; 

(d) Garantizar que Israel, así como los Estados que han sido cómplices en el genocidio de Gaza, reconozcan el colosal daño causado, se comprometan a no repetirlo, con medidas de prevención, reparaciones completas, incluido el coste total de la reconstrucción de Gaza, para lo que se recomienda el establecimiento de un registro de daños con un proceso de verificación y reclamaciones masivas que lo acompañe;

(e) En el seno de la Asamblea General, desarrollar un plan para poner fin al statu quo ilegal e insostenible que constituye la causa fundamental de la última escalada, que en última instancia culminó en el genocidio de Gaza, incluso mediante la reconstitución del Comité Especial de la ONU contra el Apartheid para abordar exhaustivamente la situación en Palestina, y estar dispuestos a aplicar las medidas diplomáticas, económicas y políticas previstas en la Carta de las Naciones Unidas en caso de incumplimiento por parte de Israel; 

(f) A corto plazo y como medida temporal, en consulta con el Estado de Palestina, desplegar una presencia internacional de protección para limitar la violencia utilizada habitualmente contra los palestinos en el territorio palestino ocupado; 

(g) Garantice que la UNRWA recibe una financiación adecuada que le permita satisfacer las crecientes necesidades de los palestinos en Gaza.

 98. La Relatora Especial pide a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos que redoble sus esfuerzos para poner fin a las actuales atrocidades en Gaza, entre otras cosas promoviendo y aplicando con precisión el derecho internacional, en particular la Convención sobre el Genocidio, en el contexto del territorio palestino ocupado en su conjunto.

(Fotos: Amnistía Internacional)

Informe Albanese: Anatomía de un genocidio

 

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Jubilados: el triunfo es seguir

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El Congreso de la Nación convirtió en ley el primer triunfo social que se logró al sostener en la calle, todos los miércoles y durante casi dos años, un reclamo que ni los gases ni los palos ni las detenciones arbitrarias pudieron desalentar.

Lo que deriva, ahora, es también el primer gran desafío político para un gobierno agobiado por la debilidad de su plan económico –debilidad que ahora quiere atribuir a esta decisión legislativa– y desgastado por una retórica abusiva que lo está dejando sin aliados y rodeado únicamente por aduladores, odiadores y especuladores.

La aprobación de un aumento de las jubilaciones del 7,2%, un incremento del bono de 70.000 a 110.000 y la extensión de la moratoria extinguida por decreto fue suficiente para que, además, comenzaran los reproches públicos de la interna oficialista, que tuvieron a la gran perdedora de esta pulseada –la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich– como vocera.

La estrategia de la ministra de sofocar con palos y criminalización el reclamo social dejó ayer en evidencia su fracaso, tal como había sucedido en su anterior gestión al frente de esa cartera en tiempos de Mauricio Macri presidente.

Lejos de aprender la lección, la repitió cosechando idéntico resultado. Lo sintetiza Beatriz Blanco, 81 años, la jubilada golpeada, tumbada y gaseada durante una la jornada de protesta del 12 de marzo (en la que también fue atacado el fotógrafo Pablo Grillo que continúa su arduo proceso de rehabilitación): “Si no aflojamos, lo logramos: esa es la lección de hoy”.

Beatriz no está confiada ni esperanzada: “Estoy decidida”, dice para definir qué espera en los próximos días, cuando se defina si el Congreso apoya o desactiva el anunciado veto del presidente Milei.

Esa decisión que define el estado de ánimo de Beatriz tiene un por qué: “ya no estamos tan solos y eso nos permite creer en nosotros. Nuestra fuerza es seguir”.

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