CABA
Las internas a la luz del sol
¿Qué pasa en los Movimientos de Trabajadores Desocupados? ¿Hay internas en la Coordinadora Aníbal Verón que los reúne? ¿Por qué firman documentos separados? Tales preguntas surgieron el sábado 5 de julio en una nueva Ronda de Pensamiento Autónomo, y abrieron paso a respuestas reveladoras sobre qué significa hoy el pensamiento autónomo, la horizontalidad, la práctica política, las vanguardias, la fragmentación en los movimientos sociales, el sentido de la libertad, los bozales, y las naves quemadas.
La séptima Ronda de Pensamiento Autónomo iba girando como cada primer sábado de cada mes en el predio de Rocanegra, del MTD de Solano, hasta que alguien mencionó que los Movimientos de Trabajadores Desocupados de Lanús, Almirante Brown y Florencio Varela, entre otros, firmaron un documento con una propuesta política, y trasladó a los anfitriones una serie de preguntas.
¿Qué pasa en los Movimientos de Trabajadores Desocupados? ¿Hay internas en la Coordinadora Aníbal Verón que los reúne? ¿Por qué firman documentos separados? ¿Por qué parece que se desconocen entre sí?
Estas son algunas de las respuestas que surgieron de parte de integrantes del MTD de Solano:
- «Algunos compañeros tienen una ansiedad por avanzar, y por hacer definiciones muy prolijas. Pero nosotros pensamos que no nos apura nadie. No censuramos, jamás nos atreveríamos a decir está bien o mal lo que haga el otro, porque no nos corresponde, y las experiencias hay que hacerlas. Pero no tenemos interés en definirnos en documentos que hablen de bloques o de sectores. Hay unidad en la diversidad.»
- «Nos dicen los rebeldes de la Verón, porque planteamos que no vamos a llevar la línea de la Verón. No nos interesa llevar ‘líneas’. Nos interesa llevar experiencias y prácticas que tienen que ver con una realidad concreta y material, con seres humanos que se ponen a pensar y a hacer.»
- «Nosotros no reproducimos esquemas de dominación.»
- «En la Argentina y en América Latina muchísima gente ha dado la vida, y se pasó la vida, en la generación de ‘orgas’. A lo mejor tienen la virtud de que te organizan. Sabés lo que tenés que hacer, sabés lo que tenés que decir, sabés elaborar una línea para llevarla. Pero creo que es un retroceso. Hay un retroceso en muchos sectores que buscan el calor o el nido de la «orga». Caminar en pelotas, en medio de las dificultades, la puta significa tener una maduración hasta psicológica.» (Aclaración: ‘orga’ en la jerga política, significa organizaciones estructuradas, verticalistas, homogéneas, con poco disenso y bastante control interno, con jerarquías, con líneas y discursos que ‘bajan’ desde los que conducen a los conducidos).
- «No nos comemos que después de 200 años de lucha del movimiento obrero haya que ponerse el casete y decir lo mismo de siempre».
- «El rol de la vanguardia es bien conocido y definido. Una vanguardia tiene que tener acción en la coyuntura, presencia, medios y línea. Y síganme los buenos. Esa es la acción de las ‘orgas’ «.
- «Nosotros en eso no vamos a entrar aunque nos castiguen, nos peguen, nos pongan motes, y nos digan anarquistas, situacionistas, toninegristas o cualquier cosa por el estilo. (Aclaración II: Toni Negri es el italiano, ex Brigadas Rojas, coautor del libro Imperio; lo de situacionistas es porque el Colectivo Situaciones realizó con el MTD de Solano el libro Hipótesis 891; lo de anarquismo es otra consideración sobre la idea de autonomismo).
- «No entramos, porque ya quemamos los barcos en ese sentido. No volvemos atrás. Asumimos todos los desafíos que eso implica. Vivir la libertad y apropiarse de la libertad, generar la libertad no es tarea fácil. Es más fácil lo otro, dar órdenes. Llevar y traer líneas. Recitar manuales.»
- «No nos van a disciplinar, no nos van a poner la rienda o el bozal no nos van a poner la montura, aunque desaparezcamos. Aunque seamos un flash en la historia: estamos dispuestos a asumir incluso ese riesgo.»
- «Creemos que estamos en un momento en el que tal vez la represión quede un tiempo suspendida. Vamos a ver. Pero viene un momento de captación muy fuerte porque Kirchner con todo lo que está haciendo lo que está tratando es de armar un consenso para tener casa propia. Llegó al gobierno con casa prestada, pero va a haber un momento de captación y de disputa muy fuerte. Con el duhaldismo se están ya pateando los tachos. Ha recibido a todas las organizaciones sociales, pero no sabemos si esto va a durar mucho».
La respuesta, principalmente a cargo de Alberto Spagnolo del MTD de Solano, resultó también una mirada -y un debate- sobre qué significa hoy el pensamiento autónomo, la horizontalidad, la práctica política, las vanguardias, la fragmentación en los movimientos sociales y el sentido de la libertad.
La ronda había comenzado con refunfuños sobre el horario de las 11 de la mañana, aunque tal vez a las 9 (como se hacía antes) todo pensamiento corra el riesgo de quedar congelado en Rocanegra, al menos durante el invierno. Allí, en ese terreno con algunos esqueletos de galpones, se encuentran cada mes integrantes de diversas asambleas, movimientos, agrupaciones y miembros de algunos MTD. Mujeres y hombres, jóvenes y ex jóvenes llegan para ejercer el antiguo y no siempre difundido oficio de pensar. Los bancos de madera se disponen en círculo, sobre la tierra, al sol, todos cara a cara.
El sábado 5 de julio hubo primero un repaso sobre la jornada organizada allí mismo el 21 de junio, en homenaje a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Varios presentes contaron que notaron fallas en la organización, aunque luego descubrían que no debían esperar algo de «la organización» si es que se quiere ejercer una actividad autónoma.
Hubo bastante aprobación sobre el resultado del acto, sobre los talleres, debates y encuentros (más allá de dardos referidos al desarrollo a veces disperso o un tanto caótico de algunas actividades). En un grupo que jamás ahorra críticas ni autocríticas, hubo cuestionamientos también al aspecto musical de la jornada: bandas suburbanas de rock que comenzaron a tocar al atardecer, cuando la mayoría de los concurrentes, que estaba desde la mañana, comenzaba la retirada. De todos modos quedó la sensación de que se trató de un buen aprendizaje, para futuros encuentros.
Vero, una joven de aro en la nariz que intervino varias veces mientras tejía al crochet una colcha, dijo: «Está re-bueno analizar qué pasó, no para tirarnos mierda. A veces puede haber un abismo entre lo que decimos y lo que hacemos. Podemos tener la lengua super ejercitada, pero es distinto hacer.»
Carla, una de las que concentró la organización del 21, dijo que le parece que una falencia es la falta de registro de encuentros como el del 21, o de la propia ronda. Mario recordó que algún registro hay, y mencionó a lavaca. Vero, con la aguja en la sien, propuso: «Hay que coordinar, tomar nota, que cualquiera escriba y haya registro».
Julio, un habitual coordinador de estas rondas, pidió correrse de ese rol, y corrió también la perspectiva del tema: «Defiendo que cada uno sea el registro de lo que pasa acá. Que la asistencia sea la existencia. No tanto la crónica o la memoria. Aquí se produce algo: pensamiento. Discutimos propuestas e ideas, y luego salen acciones. Pero me parece que lo importante es que haya un producido en nosotros, más que en un papel».
Mientras tanto, el círculo era recorrido por un gato -bicho más bien autónomo- que rondaba entre los pies y las faldas presentes como cierto tipo de pensamiento: firme, seguro, pero también flexible y cauteloso; amistoso pero independiente; ágil, leve, tranquilo y a la vez atento; distante a veces, cercano otras, elegante, curioso aunque prudentemente desconfiado; mullido y cálido, pero con las uñas y los reflejos afilados, por si acaso.
Ese fue el momento en el que Mario, que luego contó que además de participar en una asamblea pertenece a Nuevo Proyecto Histórico, habló de cómo Rocanegra es un caso que demuestra que el pensamiento es una práctica. Mencionó que el reciente documento zapatista del Subcomandante Marcos comienza hablando de la teoría. Y de ahí pasó a contar que una duda que percibía en mucha gente es la siguiente: ¿Por qué los otros MTD no van a las Rondas? Narró que circula en ciertos ámbitos un documento político firmado por los MTD de Lanús, Almirante Brown, Florencio Varela, San Telmo, Lugano, Berisso y José C. Paz (aclaración: el documento se titula «Nuestra política para construir un presente y un futuro con Trabajo, Dignidad y Cambio Social»).
Mario contó también que algunas personas se habían encontrado con Juan Cruz D’Affuncio, referente del MTD de Lanús. Le contaron que asistían a Rocanegra, a las Rondas de Pensamiento Autónomo. La respuesta los asombró. Según Mario, D’Affuncio preguntó: ¿qué es Rocanegra? Y, según esta versión, habría dicho: yo no soy autonomista. Mario dijo, entonces, que estas cosas generaban dudas, que el MTD se guardaba cosas, que no contaba, y que se propuso transmitir directamente las dudas para terminar con las fantasías. Hablar claro. ¿Qué pasa en los Movimientos de Trabajadores Desocupados? ¿Hay internas en la Coordinadora Aníbal Verón que los reúne? ¿Por qué firman documentos separados? ¿Por qué parece que se desconocen entre sí? ¿Quién convoca a las Rondas? ¿Los MTD, o sólo el de Solano? Las preguntas fueron formuladas con la mirada dirigida hacia Alberto, Julio, Andrés, y un joven del MTD de Río Negro.
Fue un momento un tanto espeso. Alberto recogió unas piedritas de la tierra. Cuartenta y cinco personas y un gato lo miraban.
Explicó primero que nadie de la Verón desconocía la jornada que se haría en Rocanegra.
«Decir ‘no sé qué es Rocanegra’ o ‘no estoy enterado’ es no asumir a los otros, es decir que algo no interesa. Acá se hicieron plenarios de la Verón, así que decir que no se sabe qué es esto, es algo con lo que no estoy de acuerdo. La Aníbal Verón tiene distintas opciones. Están también los que apoyan la idea de un movimiento sindical como construcción previa para un partido revolucionario. Es una manera de pensar. Convivimos y estamos en momentos de debates. Pero siempre tratamos de discutir en casa, sería inoportuno sacar este tipo de debate que no está saldado.»
Alberto aclaró que no había nada «guardado» como información, y que simplemente no se había dado el tema en rondas anteriores. Las Rondas -como siempre- cuentan con la participación de los MTD de Solano, Guernica («aunque no siempre están, ya que no son muchos los compañeros») y Río Negro, cada vez que pueden llegar. Pero no es un espacio propiedad de los MTD sino de quienes concurren a la ronda.
Relató que en la Verón se han ido armando sectores de afinidad, grupos con diferentes ideas. «Hay algunos que están en una aceleración. Para nosotros no es momento para tensionar esa diversidad. Pero somos cautelosos, defendemos nuestra autonomía, y si están convencidos, que le metan para adelante. Eso no significa escindirnos ni que vayamos a boicotear lo que hacen».
Según este relato, simplemente Solano «no firma». La razón: «no nos gustan los bloques, y pensamos que hacer esas cosas va a tener consecuencias». Spagnolo no dijo cuáles. «Algunos compañeros tienen una ansiedad por avanzar, y por hacer definiciones muy prolijas. Pero nosotros pensamos que no nos apura nadie. No censuramos, jamás nos atreveríamos a decir está bien o mal lo que haga el otro, porque no nos corresponde, y las experiencias hay que hacerlas. Pero no tenemos interés en definirnos en documentos que hablen de bloques o de sectores. Hay unidad en la diversidad.»
El único sonido que acompañaba las palabras era el de un viento suave y frío. Alberto mencionó que con los otros MTD han trabajado juntos en muchos acontecimientos, y reiteró que cree que puede haber unidad y diversidad.
Julio agregó una noción sobre la dificultad que supone soportar la fragmentación. «Si acá hay personas que nos declaramos integrantes del MTD ¿por qué pensar que están todos los MTD, por qué esta necesidad de emblocar?» Dijo que también se trata de soportar la fragmentación que cada uno aporta a la misma ronda.
El joven de Río Negro aportó lo suyo: «Con otros movimientos tenemos diferencias políticas, porque tenemos diferencias en las concepciones del mundo que queremos. Y nosotros estamos construyendo esa concepción. Un documento que plantea lineamientos está muy bien. Que pongan un rumbo, un norte, si a ellos les hace bien. Dicen que nos peleamos, pero no. Pensamos distinto sobre la autonomía, que para nosotros es una práctica social. Y creemos que la horizontalidad y la solidaridad es reconocer al otro. Si no lo reconozco, ya hay negación del otro, tratar de dominarlo. Hay que revisar las matrices de nuestra vida cotidiana: nosotros no reproducimos esquema de dominación.»
Un asambleísta de anteojos y barba dijo que la autonomía se da en relación a otro. Se tiene autonomía respecto de algo. Julio dijo que no, el asambleísta lo interrumpió, Julio se calló la boca, y el joven rionegrino terció para decir que considera que la autonomía no es una relación dialéctica (negando algo, o contra algo), sino la construcción de algo nuevo. Carla apoyó esa idea, postulando que se trata de una construcción por la positiva. «Se empieza con el sí, en vez de con el no».
Hizo, luego, la crítica de la crítica: «Yo comparto lo que dijo el compañero, pero aquí encuentro cierto dogmatismo sobre la autonomía en las intervenciones. No es que no funcionamos como los que siguen estructuras viejas, sino que a veces tenemos las mismas estructuras con otro contenido que es reautónomo, reautogestivo y recopado, pero que en la práctica no es tan copado. En el discurso lo manejamos mejor.»
Vero, la que había mencionado la lengua súper ejercitada, miró a Carla y siguió tejiendo su colcha. Carla contó que fue militante de izquierda: «La tradición es que los trapitos se limpian adentro, y afuera salimos con un solo puño. Yo sufrí esa estructura. Adentro se echaba gente, era un bardo, pero afuera éramos ‘la’ organización. Me parece bien que las diferencias se hagan públicas. Pero me gustaría discutir, más que las diferencias de los MTD, qué políticas se están debatiendo en los movimientos. Para mí estamos en un momento de retroceso. El Estado está recomponiéndose y nosotros estamos retrocediendo medio atrincherados. Muchas veces nos aislan. Muchas asambleas están en crisis o casi desintegrándose, con problemas mínimos que no podemos resolver. En momentos así se generan los sectarismos y enfrentamientos. La izquierda también se divide. Pero la impotencia es que no tenemos idea de cómo generar una organización que no sea como esas otras que conocemos. Y a veces se confunde autonomía con autismo. Y como nos parece que la crisis avanza más rápido que nosotros frente a las dificultades volvemos a lo viejo, a buscar la seguridad de la estructura. Creo que tendríamos que debatir esas cosas, para llevarnos como ideas a nuestros lugares de acción».
Alberto juntó más piedritas y retomó la palabra: «Nosotros no vamos a renunciar a la libertad de hacer nuestra experiencia. En la Argentina y en América Latina muchísima gente ha dado la vida, y se pasó la vida, en la generación de ‘orgas’. A lo mejor tienen la virtud de que te organizan. Sabés lo que tenés que hacer, sabés lo que tenés que decir, sabés elaborar una línea para llevarla. Pero creo que es un retroceso. Hay un retroceso en muchos sectores que buscan el calor o el nido de la «orga». Caminar en pelotas, en medio de las dificultades, la puta significa tener una maduración hasta psicológica.»
Los manuales se están incendiando -según esta concepción- y la mayor fidelidad a la historia consistiría en «ser hombres y mujeres de nuestro tiempo sin ponernos los manuales en la cabeza para repetir experiencias que hay que mirar críticamente». Su idea es que los grandes pensadores de la historia fueron justamente hombres de su tiempo, que tomaron las tradiciones pero con la idea de superarlas y de avanzar. «No nos comemos que después de 200 años de lucha del movimiento obrero haya que ponerse el casete y decir lo mismo de siempre».
Lo fácil sería buscar discursos prefabricados y el calor de lo que Spagnolo llama las «orgas». «El rol de la vanguardia es bien conocido y definido. Una vanguardia tiene que tener acción en la coyuntura, presencia, medios y línea. Y síganme los buenos. Esa es la acción de las ‘orgas’. Nosotros en eso no vamos a entrar aunque nos castiguen, nos peguen, nos pongan motes, y nos digan anarquistas, situacionistas, toninegristas o cualquier cosa por el estilo. No entramos, porque ya quemamos los barcos en ese sentido. No volvemos atrás. Asumimos todos los desafíos que eso implica. Vivir la libertad y apropiarse de la libertad, generar la libertad, no es tarea fácil. Es más fácil lo otro, dar órdenes. Llevar y traer líneas. Recitar manuales.»
Rescató la humildad que observó en sus visitas al Movimiento Sin Tierra, de Brasil, una organización poderosa que, sin embargo, le dijeron, está llena de problemas y conflictos internos que no esconden. Lo mismo ocurre en el zapatismo, donde las tradiciones indígenas no excluyen el cacicazgo, la dominación del hombre sobre la mujer o la corrupción «como ocurre con nuestro pueblo». Pero las diferencias no escandalizan, dice Alberto.
«No nos escandalizamos de nuestras vivencias. La autonomía no es ponerse de acuerdo, y vivirla. Minga. La horizontalidad, vivir la libertad y la democracia, es una guía, un objetivo, pero no es un simple hecho de voluntad. Lo más difícil es transitar el caminos que creo que necesita la humanidad, que consiste en crear. Y para crear hay que ser libre, y no ponerse ninguna montura. ¿Somos salvajes? Sí, somos recontrasalvajes. No nos van a disciplinar, no nos van a poner la rienda o el bozal, no nos van a poner la montura, aunque desaparezcamos. Aunque seamos un flash en la historia: estamos dispuestos a asumir incluso ese riesgo.»
Ser un flash de la historia, en el peor de los casos, significaría al menos haber marcado un momento, según esta concepción, que rechaza lo que Alberto atribuye a otras organizaciones: considerar, por ejemplo, que los indígenas son sectores reaccionarios porque sólo quieren la propiedad de la tierra («con esos no se puede hacer un carajo», dice que le han dicho); o considerar que las asambleas son «pura burguesía garroteada por la crisis económica y el corralito». Para Spagnolo «la ‘orga’ genera ese tipo de concepción».
La ronda continuó con comentarios en torno a todo esto. Julio pidió que se hablara también de los conflictos en las asambleas barriales para tratar esos problemas en la ronda. Rubén -médico- comentó que parte de tener muchas dudas, pero también de muchas certezas. «Desconozco cualquier tipo de jerarquías, de autoridad. Acá se habló de los convocantes a la ronda. Desde que vine por primera vez sentí que yo era también un convocante. Todos. Estoy de acuerdo con no poner el objetivo, la línea. Creo que lo principal es el camino, con estas dudas y estas certezas. En el momento que en esta ronda, sea quien sea plantee una cuestión jerárquica, autoritaria, o un camino definido que me lleve a un lugar preciso y en lo cual no esté de acuerdo, me iré de este lugar. Lo que no hay que hacer es repetir las viejas estructuras, incluso las de izquierda, que le dieron oxígeno al capitalismo».
Mario, que había planteado la cuestión de las diferencias entre los MTD, advirtió sobre el riesgo de construir nuevos dogmas. Alguien había defendido lo heterogéneo contra lo homogéneo, y Mario dijo que puede haber de las dos cosas, como tampoco hay que oponer la idea de la multitud con la de lo singular. Dijo que en las asambleas no existe pequeña burguesía, sino asalariados y reivindicó los movimientos de desocupados, las propias asambleas, y los movimientos de fábricas recuperadas, como modelos de que hay una lucha existente, material y concreta. Recordó una frase del Subcomandante Marcos: «Vamos a vencer porque estamos trabajando para eso» pero repitió que no hay que caer en nuevos dogmas.
Julio realizó una propuesta curiosa: que cada uno pensara cómo se iría de la asamblea si en ese momento se la diese por concluida. Carla dijo «me quedo con ganas de más», mencionó que había intervenido relativamente poca gente, y que nuevamente no se discutió cómo hacer un registro de lo que se conversa. La ronda le pareció positiva. Rubén, el médico, dijo que se sentía enriquecido pero también insatisfecho: «No sé explicar por qué». A su lado, su pareja dijo: «No me gusta ni estoy de acuerdo con esa idea que escuché de que aquí se guardaba información (referencia a las diferencias entre los MTD). Yo no creo que sea pecaminoso no contar todo. Hay que respetar a cada uno». Otra asambleísta dijo que se sentía sencillamente emocionada con todo lo que se había hablado, y que se iba con otro significado de la palabra responsabilidad. Un joven de anteojos dijo «aquí me recupero como sujeto, pero como sujeto colectivo. No soy el mismo que antes de llegar. La cuestión no pasa por tener respuestas, lo rico es buscar las preguntas». El gato mordisqueaba una galletita.
Hubo varias intervenciones más, en general de tono positivo con respecto a la forma y el contenido de la ronda. Vero también dijo que todos se van pispeando mejor, conociéndose, y eso mejora con cada ronda. «Me voy contenta». Alberto dijo que sentía alegría, pese a que podían quedar muchas cosas en el tintero. «Nos gusta que pregunten dudas o versiones, porque no tapamos ni escondemos, sino que no se había dado hasta ahora».
Ahí se lanzó de lleno a la actualidad política. «Creemos que estamos en un momento en el que tal vez la represión quede un tiempo suspendida. Vamos a ver. Pero viene un momento de captación muy fuerte porque Kirchner, con todo lo que está haciendo, lo que está tratando es de armar un consenso para tener casa propia. Llegó al gobierno con casa prestada, pero va a haber un momento de captación y de disputa muy fuerte. Con el duhaldismo se están ya pateando los tachos. Ha recibido a todas las organizaciones sociales, pero no sabemos si esto va a durar mucho».
Spagnolo no deja de percibir un ambiente de hostilidad contra los MTD: «Para nosotros se trata de la necesidad de sobrevivir en un medio hostil, donde el punterismo no solo significa que te ataquen de palabra, sino que te manden a apretar o te caguen a tiros. Hemos avanzado mucho y seguimos avanzando. Este momento de calma significa prepararnos mejor para el próximo combate, y que nos agarre lo más unidos y fortalecidos posible».
Siente que contra Solano hay hostigamiento, «muchos misiles» y esa mezcla según la cual la derecha los considera el sector piquetero más duro, mientras para otros se trata de «toninegristas», «situacionistas» y demás: «Nos dicen los rebeldes de la Verón, porque planteamos que no vamos a llevar la línea de la Verón. No nos interesa llevar ‘líneas’. Nos interesa llevar experiencias y prácticas que tienen que ver con una realidad concreta y material, con seres humanos que se ponen a pensar y a hacer.» El desacuerdo es, además, con la idea de que la supuesta crisis en el movimiento social se debe a una también supuesta «precariedad» de la línea política.
«Ya estamos recontra cruzados de líneas y de vanguardias. Muchos compañeros se ilusionaron. Dijeron: estamos jugando en primera, tenemos la responsabilidad histórica de mostrarle al pueblo, en su orfandad, el camino. Esas ideas no nos caben. Lamentamos desilusionar a los que piensan que les vamos a marcar el camino, o a decir la línea. Y para colmo, no creemos que el pueblo sea huérfano».
Spagnolo dijo que por lo tanto, el MTD de Solano seguirá trabajando sin hegemonismos, sin utilitarismo, sin usar a los demás, sin acusar de burgueses a aquellos a los que luego se acude en busca de asesoramiento y sin repetir ese tipo de prácticas que considera del sistema. «Nosotros no lo hacemos. No somos puros ni mucho menos, apenas estamos luchando contra las cosas que nos joden».
Dejó lanzada una propuesta. Que la ronda converse alguna vez sobre por qué hay divisiones y fragmentaciones en los movimientos sociales. Muchos asistentes ya emprendían la retirada. Esta crónica relata sólo parte de lo que se dijo el sábado. Tal vez tenga razón Carla, y convenga que registrar meticulosamente cada jornada, palabra por palabra. O puede resultar razonable lo que dice Julio, y el mejor registro sea cada uno, con las ideas y las palabras acaso transformadas en acciones que andan como los gatos: rondando vaya uno a saber por dónde.
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
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