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Los Jubinautas

Otro miércoles movilizado. Los grupos de jubiladas y jubilados estuvieron en Congreso, mientras la CGT marchó con la consigna “El trabajo es sagrado” realizando un homenaje al papa Francisco I. Hubo más policías enfrentando la manifestación de unos 300 jubilados, que los dedicados a la masiva marcha cegetista. Reflexiones sobre el hecho de movilizarse y sobre cómo sigue esta historia, con los pies en el asfalto.
La historieta cuenta la resistencia de un grupo de personas que sobreviven a una invasión de fuerzas del cielo llegadas para exterminar a la sociedad con armas y seres destructivos y tóxicos.
El Eternauta es una maravilla que hoy tiene una versión hecha serie, y que presenta una especie de réplica cada miércoles en la realidad argentina, con jubiladas y jubilados que reclaman por la destrucción de los haberes que les corresponden por el trabajo de toda una vida. La burocracia represiva hace que los rodeen de una cantidad absurda de efectivos de seguridad armados como para una guerra, que usan el gas tóxico y los golpes sobre los +70. Ancianas y ancianos se defienden como pueden, más que nada con su entusiasmo y sus convicciones, y en algunos casos usan unas antiparras protectoras, cual jubinautas del siglo 21, para cuidarse de las ínfulas agresoras. Para la masiva movilización de trabajadores de la CGT y las dos CTA, en cambio, no hubo gases, empujones, tonfas, golpes, motoqueros amenazantes, ni protocolo.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
Gambetear policías
El tránsito fue un caos en Congreso, producto de los cortes en la zona, no de la movilización. Las jubiladas y jubilados comenzaron a manifestarse entonces desde las distintas esquinas del Congreso, y luego el grupo Jubilados Insurgentes emprendió otra metodología: eludir a los cordones policiales, gambetearlos, moviéndose siempre una cuadra más allá y cortando, para luego volver, con la policía siguiéndolos sin saber cómo impedirlo.
Zulema (la Jubinauta de la foto de portada) piensa por qué es más fuerte el despliegue policial para unos 300 jubilados que para la enorme manifestación sindical: “A la policía le molesta más que estemos en el Congreso. Pero hay otra cosa: cuando somos muchos no se animan a reprimirnos. El tema es que los jubilados siempre somos minoría – muchas veces hay más policías que jubilados. Esto es un gasto irracional en represión, dinero que podría usarse para fines mejores”.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
Plantea cuestiones de las que no suelen hablar los medios: “Vos fíjate que nos están exprimiendo, explotando y quieren sacarnos todo el jugo porque los trabajadores somos los que producimos las riquezas. Y en el caso de los jubilados todo lo que nos quitan no es para levantar el país ni para ningún beneficio, sino que se lo llevan afuera los grandes capitales internacionales. Somos víctimas porque no tenemos quién nos represente: la CGT mira para otro lado, el Congreso mira para otro lado y la justicia también”.
¿Qué tendría que pasar para que las cosas cambien? Zulema suspira: “Nosotros pensamos que primero hay que resistir. Estamos acá siempre, no como la CGT que llama un paro un día y después se olvida. Tiene que haber un plan de lucha continuo. Si muchos sectores se movilizan podríamos lograr unidad para acciones conjuntas con objetivos en común. Acá tenemos que ponernos de acuerdo en qué hacer con este país, con la democracia… porque al final es un país y una democracia decidida por los grandes grupos, por los ricos, donde siempre los pobres y los trabajadores salimos perjudicados”.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
Bajando el copete
Juan Manuel calculaba cierta dispersión, por la cantidad de demandas y actos que se acumulan. “Hubo un acto a la mañana por la gente discapacitada, porque se votaba algo en el Congreso. A la mañana estuvimos ahí. Nos fuimos después del mediodía cuando aparentemente consiguieron que no bajara… ¿cómo se llama? Libertad Avanza. Pero ya habían cerrado todo alrededor del Congreso. Además hubo jubilados que quisieron ir con la CGT y otros que no queríamos”.
El resultado fue que grupos de jubilados acompañaron a la CGT en su acto, actitud que no tuvo reciprocidad. Dice Juan Manuel, jubilado insurgente: “Y encima es el acto de Madres por el aniversario de la primera marcha, que también hubiéramos querido ir, pero bueno, estamos grandes para dar tantas vueltas”. Juan Manuel cree que las discusiones entre jubilados tienen lógica: “No es una división profunda, sino cosas que pasan en todos lados, en los organismos de derechos humanos también, y aparece además lo electoral porque los distintos partidos tratan de ver qué sacan, viste. Como fue la boludez de ayer de la conferencia entre los candidatos para la Capital. Nadie dijo un carajo de nada, es una vergüenza total. Nos están cagando a palos todos los miércoles y nadie dice nada, viste. Y la CGT tampoco”.
Se queda mirando las calles, como si fuesen el mapa de sus batallas semanales: “Hoy hicieron algo distinto. Otras veces cerraron todo distinto pero hoy nos vinimos para acá (la plaza frente al Congreso) y cuando caminamos por Callao se armó de nuevo. Pero siempre seguimos. Esta es nuestra marcha”. Sobre la CGT: “Hay sindicatos que están en conflicto ahora. Los aceiteros, los de neumáticos, la UOM en Villa Constitución. Pero al final cualquier manifestación más o menos grande y que llame la atención es una patada que le damos al gobierno. Una más, para ir acumulando, acumulando… en algún momento saldremos todos juntos”.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
¿Y por qué eso no ocurre? “Falta que bajemos un poco el copete todos. El peronismo no se entiende qué quiere hacer, se queda encerrado, están discutiendo que sí que no con la provincia, y si siguen así la van a perder por una boludez total. No tiene sentido. Pero bueno, nosotros seguimos hace ya un año y medio y sabemos que eso les duele. Tenemos que seguir así”.
Rubén estaba unos pasos más allá: “El gobierno no para de atacarnos, y ahora viene otro acuerdo con el FMI, más control de la economía, y parece que van a pedir más ajustes para los jubilados. ¡Más ajuste!”
¿Y hasta cuándo? “Hasta que logremos rodear toda la Casa de Gobierno con una manifestación gigante. No pueden ser tan inoperantes. Acá tenemos más policía y más policía, y siguen reprimiendo”.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
Adriana lleva un cartel en el que se lee: “No pedimos favores, exigimos derechos”. Y dice: “No queremos subsidios, sino vivir dignamente. Es un derecho, no es un favor. Soy jubilada pero no vivo de la jubilación, por suerte. Vengo por solidaridad, porque le está pasando no solo a los jubilados, sino a mucha gente. Como que pasó de moda la solidaridad… y yo creo que todos tenemos que meternos y hacer algo para que mejoren las cosas”.
¿Alguna luz de esperanza? “Los jubilados estamos a la vanguardia. Otras veces fueron los estudiantes. La CGT se ve que no lo entiende”.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
Juegen para adelante
El acto porteño de la CGT se congregó primero en la 9 de Julio, se desplegó por toda Independencia y varias cuadras de Bernardo de Irigoyen. En Independencia y Perú instalaron y muchas imágenes del Papa Francisco y se lo escuchaba por los parlantes cual si fuese un DT: “Quiero que salgan, jueguen para adelante, pateen adelante, construyan un mundo mejor”. La convocatoria tuvo como lema: “El trabajo es sagrado”.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
Se cantó la marcha Los muchachos peronistas, el Himno Nacional, y en la cabecera pudo verse a Héctor Daer, a Gerardo Martínez, a Hugo Moyano, a Julio Piumato, y también a los representantes de las dos CTA: Cachorro Godoy y Hugo Yasky. Como el año pasado y tantas veces en que la CGT no quiere molestar demasiado, la marcha fue hacia Paseo Colón, para pasar junto a la escultura “Canto al Trabajo”, de Rogelio Yrurtia. Un inquietante monumento descripto por su autor y por los folletos turísticos como un símbolo del trabajo y el amor, cosa difícil de ver para quien observe ese canto al sufrimiento y la explotación. El artista Daniel Santoro ha preferido interpretarlo de otra forma bastante razonable: “Estamos festejando como ‘canto al trabajo’ a un grupo de gente hecha mierda, esclavizada, incluso con nenes. Está hecho por un escultor oligarca. Eso debería llamarse ‘Grupo de esclavos corriendo una piedra en forma primitiva’”.

Fotos: lavaca.
Bicicleta sin carry trade
Las columnas fueron entusiastas, y los que no llegaron encuadrados fueron por las suyas. Diego iba con su bicicleta, pero no la financiera: “Noooo, me vine del laburo con la bici. Trabajo en el Renaper. Vine por las mías porque es 1º de Mayo y para reclamar por todas las situaciones económicas del país”. Reconoce que es de los privilegiados que tienen trabajo. “Sí, a mí no me alcanza, pero hay gente que está muchísimo peor. Por eso todo esto tiene que cambiar”.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
¿Y qué habría que hacer para que esto cambie? “Por lo pronto marchar. Pero esto es un reclamo nada más. No sé cómo explicarte, el gobierno tiene toda la plata, están haciendo desastres, pero habría que implementar las cosas para la sociedad, no para ellos”.
Lleva la bicicleta sobre la rueda trasera tomándola por el manubrio. Se le arruga el ceño: “Es un gobierno nefasto. Soy padre, trabajo hace más de 20 años, pero creo que jamás estuve tan mal económicamente, y con tanto trabajo. Porque no solamente trabajo en Renaper, hago montones de cosas más”. Mientras caminamos dice algo tremendo: “Creo que estoy en la mejor etapa de mi vida, pero personalmente hablando, no. Es algo agotador. Da bronca. Ni te escuchan. Ese sería un gran cambio, que escuchen a la población”.
Comer crudos
Gabriel es trabajador de la construcción. “Vine porque me parece bien estar acá. El trabajo está bajísimo, le pregunto a mis vecinos y bajó automotriz, gastronomía, todo. Ya va un año y medio, y hay gente que quiere darle tiempo. Lo que creo es que hay que organizarse y hacer algo masivo, para meter presión, porque está todo muy complicado”.

Fotos: lavaca.
Mientras tanto, los únicos que mantienen la movilización parecen ser los jubilados. “Pobres, les pegan siempre. Pero me parece que cada vez más gente se va dando cuenta. Encima ahora empezó a aumentar todo. No se puede vivir con la miseria que hay actualmente, con salarios y jubilaciones congeladas y cada vez más desempleo. Así que me parece bien la lucha. Hoy se mueve la gene con un acto como este, pero hay que hacer mucho más, porque si no nos van a comer crudos”.
¿Qué quieren que hagamos?
Cecilia es vendedora ambulante de tortillas a la parrilla. “Este gobierno no quiere que trabajemos. Ni siquiera nos dejan vender en la calle. Entonces no tenés trabajo, pero tampoco te dejan salir a vender. ¿Cómo vamos a vivir? Es como que nos quieren liquidar. Nos quieren correr. Ahora se hace esta marcha, y está muy bien. Yo para colmo puedo venir a vender, porque si no no tengo donde ir. Salvo algunas ferias los fines de semana, pero también la policía no corren y nos saca la mercadería. Te vuelvo a decir: no sé qué quieren que hagamos”.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
Dejar tranquilo al ombligo
Damián llegó con sus hermanos. “Yo soy docente, mi hermano es municipal y mi hermana es de la CTA”. Su panorama: “Es una situación muy horrible. Cada vez peor, cada vez cuesta más llegar a fin de mes, y encima sé que por lo menos tengo trabajo. El que no tiene ni siquiera un ingreso fijo bajo, te juro que no sé cómo hace”.
¿Cómo se cambia esto? “Con organización, juntándonos en comunidad tratando siempre de ser solidario con el que tenemos al lado, no ser indiferentes”. Damián no habla de organizaciones que convoquen a concentraciones, sino de una especie de desconcentración, en la que de abajo hacia arriba se hagan cosas. No en ciertas manifestaciones, sino todos los días.
“Es que tenemos que replantearnos nuestras prácticas, si lo que estamos haciendo está funcionando, si tenemos que buscarle una vuelta de tuerca. Pero tratando de tener acuerdos, de limar asperezas con la gente que no piensa como nosotros, juntándonos en los barrios, en los sindicatos, en las propias familias. Si no, vivimos cada uno mirándose su ombligo, no vemos al que está al lado y pasa hambre, o no te importa que alguien viva en la calle porque lo desalojaron y no tiene para pagar un alquiler. ¿Sabés qué es eso? Una libertad mentirosa”.

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
Damián es de Villa Lugano: “Para que haya llegado esta gente algo mal hemos hecho de nuestro lado. Se fue fermentando este odio, estas mentiras permanentes, esta violencia. Pero por eso te digo: hay que estr en los barrios, en las parroquias, en todas partes todo el tiempo haciendo cosas y entendiendo que hubo demandas que no supimos resolver, y capaz que ni escuchar. Pero de ahí a que hoy le peguen a los jubilados, que rompan el trabajo, que ataquen a la gente, qué sé yo: ¿en serio nos vamos a quedar sentados esperando? ¿O vamos a tratar de hacer algo distinto con nuestras propias vidas?”

Fotos: Tadeo Bourbon para lavaca.
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Mapumundi: Lef y una cartografía de la situación mapuche
Lefxaru Nawel es ciudadano argentino de nacionalidad mapuche, werken (vocero) de la comunidad, abogado, profesor universitario, rockero y papá, entre otras cosas. Fue uno de los detenidos en julio por reclamar que se cumplan las leyes. Su mirada sobre el gobierno de las corporaciones, Occidente, el fin del cinismo, los cascarudos, el racismo y el odio, el progreso, el fracking, la pobreza, el agua, Vaca Muerta, la democracia y algunos datos sobre las utopías y el futuro. Por Sergio Ciancaglini.
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Elecciones 2025: la noche de las urnas

El gobierno obtuvo el 41% de los votos en la elección de medio término con menor índice de participación desde el regreso de la democracia. El enigma es qué cosas se acomodan y desacomodan a partir de este lunes en el que la vida continúa, aunque no está claro todavía de qué modo. Estuvimos en los búnkers y sus alrededores, que tal vez brinden algunas pistas sobre lo que se viene.
Por Lucas Pedulla, Franco Ciancaglini y Claudia Acuña
Fotos: Lina Etchesuri y Juan Valeiro
La calle del búnker
La primera en llegar fue Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, futura senadora, con una sonrisa que escondía el 50 por ciento de votos que sacó en la Ciudad.
Luego fue el presidente Javier Milei, que levantó un cartel que decía, de un lado, “las fuerzas del cielo – Virrey del Pino”, y del otro, “el futuro es en libertad”.
En tercer lugar, el ministro de Economía Luis Caputo.
Finalmente, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, acompañada del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, dos que tampoco escondían buenos gestos: «Estamos contentos», dijo la hermana.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Todavía faltaban tres horas para que los primeros –y definitivos– resultados se multiplicaran en los cientos de celulares encendidos en la esquina de Córdoba y Maipú, frente al Hotel Libertador, convertido nuevamente en búnker de La Libertad Avanza en estas elecciones de medio término que tuvieron una participación del 67,8% del electorado, el número más bajo desde el regreso de la democracia en 1983. Hasta hoy, la baja participación en cada elección desdoblada hacía suponer que el perdedor era el oficialismo, ya que la ausencia se medía desde ese electorado desencantado con las políticas del gobierno.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Pero este domingo el mapa de la Argentina coloreado de violeta casi por completo hizo quemar todos los manuales una vez más, en un país cuya capacidad de asombro no tiene techo ni tampoco umbral de dolor. Y ni hablar del principal golpe: la victoria por menos de un punto (apenas 46.612 votos, al cierre de esta nota) en la provincia de Buenos Aires, principal bastión electoral por su caudal, lugar donde LLA se había comido una paliza de 13 puntos en las elecciones desdobladas de septiembre.
Una lectura rápida indica que, en territorio bonaerense, Fuerza Patria sacó 261.000 votos menos y LLA, 881.000 más. Un fiscal libertario comenta su sorpresa en esta calle que comienza a cantar sus primeros versos –»kuka tira piedra»– y lo dice abriendo bien grandes los ojos después de haber estado todo el día en una escuela de Pilar, norte del conurbano bonaerense: «Perder por seis puntos era un buen resultado, imaginate esto».

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Esto es, ni más ni menos, que le dieron vuelta la elección al peronismo, como pasó en su escuela. Su interpretación: «Hay una ancha avenida del medio que ve linealmente que el peronismo ganó y subió el dólar, aumentaron los precios y que el país se va a incendiar. Por eso, salió a votar». De todas formas, la participación fue baja, algo que tendía a perjudicarlos: «Te digo algo, porque hoy lo vi: para mí los que no fueron a votar son los del peronismo. No te olvides que ellos siguen su interna». El fiscal se mete a los festejos. Algo de ese antikirchnerismo y antiperonismo reloaded es lo que incita a estas cientos de personas a entonar con voz ronca: «Che Peluca, peronismo y kirchnerismo no queremos nunca más».
Por la avenida Córdoba pasan colectivos, autos y taxis que tocan bocina y sacan sus cuerpos por las ventanas que estimulan esa excitación. Por allí celebra Carlos, 45 años, vendedor de banderas con el logo del león, discapacitado y medicado, que lamenta la gente que tiene que salir a pedir por la emergencia: “Cuando se hagan auditorías y todo esté bien, la plata va a estar”. Vino de Berazategui, sur conurbano, donde votó la lista que seguía teniendo como cabeza a José Luis Espert, acusado de recibir dinero narco: “Mirá, si a mí me compran una bandera, yo no sé de dónde viene la plata. Si hizo algo, que pague”.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
El efecto Espert no se siente para nada. Las respuestas son pragmáticas: si robó, que lo metan preso. Luis, + 40, vino de Quilmes, también del sur, es herrero y dice que le está yendo bien: “Fui, voté esa lista, pero le creo a Milei, porque quiero un cambio, un futuro para mis nenes. Vamos a ver qué pasa. Pero mi apuesta es el cambio”.
Kevin, 24 años, es barbero, vecino de Recoleta: “Espert es un tipazo, pero si sos delincuente, adentro. Tiene que hacerse cargo, aunque todavía hay mucho que investigar”. Miranda, de 22, trabaja en una tercerizada, y vino con él: “Sí, él dijo cárcel o bala, entonces que se haga cargo: la ley es para todos igual, para mí, para él, para Karina o para Milei”.
Así es la doctrina liberal libertaria, explica Kevin, que dice que está en los mejores años de su vida: “No somos Suiza, somos un país pobre, estamos nadando en la profundidad pero de a poco estamos sacando cabeza. Hay que ponerle garra”. Para Miranda, la elección es fundamental para que “Milei siga con las reformas” y que el Congreso no se las trabe, “como los vetos”, aclara.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Algunos de ellos fueron por la emergencia en discapacidad, el financiamiento universitario y aumento de las jubilaciones. “¿Pero de dónde va a salir la plata?”, repregunta, en uno de los clásicos argumentos de Milei, al punto de posponer la reglamentación de las leyes.
¿Pero no se contradice con las retenciones cero a los agroexportadores? Miranda no titubea: “Es una apuesta para que entren dólares al país”.
Luis, en sus sesenta, es jubilado y tiene una “artritis brava”, por lo que camina con dos muletas sujetas a sus antebrazos. Lleva una remera de Milei de las elecciones 2021, cuando entró al Congreso por primera vez. Plantea una lógica microeconómica, bien de hogar, que se repite con eficacia en otros entrevistados: “Sé que el mejor ministro de economía soy yo. Si gano 100 y gasto 120, el problema soy yo. Todo arranca desde el hogar. No digo que Milei es papá y nosotros los hijos, pero está ordenando la casa. Hay que tener conciencia. El gobierno anterior jubiló gente a mansalva y mis familiares peronistas me dicen que me van a sacar la pensión, pero acá estoy. Es inútil entender la desgracia de los que apoyan al gobierno anterior, pero bueno: tenemos cuatro generaciones criadas en la vagancia. Movilizaban gente por migajas. Así la acostumbraron”. Sobre Espert, no duda: “¿Y quién lo acusa? ¿El setentista extremista de Taiana? ¿Por qué llegó la dictadura? Y vamos, no fueron 30 mil: el peronismo mató más gente con la pandemia que el militarismo”.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
Beatriz, en sus veintis, es cordobesa pero vive a la vuelta del Hotel hace un año. No votó, porque todavía no hizo el cambio de domicilio, y trabaja en el rubro textil. “Está bravo. La venta, todo. Muchos esperando a ver qué pasa hoy. Algunas competencias nuestras nos dijeron que tenían un botón para pausar páginas y ver qué iba a pasar con las elecciones. Por el dólar, viste”. Pero ella, que no votó, igual banca: “Es más que nada un cambio”, repite.
Tema jubilaciones, economía, discapacidad: “Milei está hace dos años. ¿De quién es la culpa? ¿Del anterior, del nuevo, o del próximo? Yo perdí el año en mi universidad, hace dos años, porque no paraban de hacer paros. Y no fue por hoy”. Cuenta que tenía un abuelo radical y otro peronista, que hasta el último momento cantó la marcha: “Me contó que era policía en el Cordobazo, pero que ese día dejó el servicio porque no iba a reprimir al pueblo”. Le pregunto si sabe que ese 29 de mayo de 1969 estudiantes y obreros salieron a las calles en contra de una política económica de características similares a la de hoy. “Es verdad”, dice Beatriz y sonríe, aunque revolea los ojos. “Pero así es Argentina: cíclica”.
La euforia sigue.

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
De todo lo que esta calle de esta Argentina cíclica vuelve a mostrar, como ya lo hizo en este mismo lugar durante el balotaje de 2023 con personas de barrio que no eran sólo aquellos vestidos de Jason y Jokers dispuestos para la foto satírica o la burla progre, los principales flashes apuntan a una nena, toda vestida de violeta, en brazos de su madre. La chiquita, con un brazo, la abraza, y con el otro agita una motosierra –también violeta– hecha con telgopor y con algunas firmas escritas con fibrón negro. “Son de Milei”, dice Sol, su mamá, comerciante del barrio porteño de Villa Crespo. Su hija, llamada Isa, y de tan sólo 7 años, la agita, feliz, y solo canta, como estas ¿doscientas?, ¿trescientas?, personas, dos palabras:
–Cristina tobillera.
Una reportera de RTVE de España la mira, por largo rato, como queriendo entender ese entusiasmo, esa sonrisa, ese fervor. Le pregunta a Sol, de 40 años, qué siente.
Ella pronuncia, entre el medio del ruido, la palabra esperanza.
La reportera la mira, con esos ojos ajenos, tan de otro país, como quizá millones estén mirando ahora estos resultados, esta noche, este fervor, que no se mide en algoritmos ni tampoco en marchas, pero que está ahí, tan a la vista, tan al lado, una vez más.
Los puntos y el knock out
Los puntos que se descontaba Fuerza Patria le sacaría a LLA en la provincia de Buenos Aires fueron bajando con el correr de las horas: de 10 a 5 puntos de diferencia, de 5 a empate. Había un cóctel programado que rápidamente pasó a estar en duda, lo que hizo que la prensa se abalanzara sobre los últimos sánguches de fiambre, con una voracidad que mataba la espera y el nerviosismo en un Hotel Gran Brizo de La Plata, dominado por el silencio y las caras largas.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Mientras tanto, llegaba por whatsapp el conteo de mesas de otras provincias con mejores números para LLA y se instalaba la idea de una elección nacional pareja. Tampoco fue así. A las 20 ya se hablaba de derrota. Y a las 21, con los primeros resultados, la sorpresa fue que se perdía incluso en la provincia de Buenos Aires. Fue knock out.
Indicios: más temprano el “cuervo” Larroque, Carli Bianco y Gabriel Katopodis habían llegado juntos al hotel-búnker y evitaron hablar con la prensa. El hermetismo duró hasta que el gobernador Axel Kicillof dio su discurso a las 22.30, después del de Milei. Los que dieron la cara ante los cronistas no fueron los candidatos bonaerenses sino algunos sindicalistas, que ocuparon un palco al costado del escenario principal.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Hugo Yasky fue el primero en contestar a la prensa tras los resultados: “Se ratifica un escenario de polarización a nivel nacional; quedan de pie dos grandes fuerzas. Evidentemente, la operación rescate del gobierno de Estados Unidos a Milei tuvo efecto”.
-¿Las listas estuvieron bien armadas?
-Si gana un candidato que tuvieron que bajar porque está sospechado de ser narco, fijate que la cosa no pasa por ahí.
-¿Hay autocrítica?
-La vamos a hacer con la seriedad y el tiempo que se merece.
-¿Le da la razón a Cristina el resultado?
-No, no se trata de eso. Este resultado demuestra que La Libertad Avanza terminó de incorporar al PRO y a gran parte de los votantes del radicalismo.
-¿Cuál es la propuesta para lo que viene?
-Necesitamos fortalecer la unidad y pensar una propuesta hacia la gente- finaliza Yasky.
Que esos sigan siendo temas pendientes tal vez explica parte de lo ocurrido este domingo.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
La gente
Tomasa, arquitecta, es una de las tantas anonadadas con el resultado:
-No me lo imaginaba, pero bueno, es parte de la presión que sembró Estados Unidos, ese temor de que si Milei no ganaba… Yo creo que la gente votó con ese miedo, con esa hipótesis.

Tomasa, sus banderas y reflexiones sobre la gente, Taiana, Kicillof y Cristina.
Agita dos banderas argentinas, una en cada mano.
-Al peronismo esto le tiene que dar fuerzas.
-¿Y el antiperonismo?
-Una elección más, una menos, no importa: el tema es que esto implica la entrega de soberanía, del agua, de los ríos, del petróleo.
-¿Y por qué la gente no vota por eso?
-No lo quieren ver.
-¿Quién te gusta?
-Taiana: no le pudieron hacer una campaña en contra.
-¿El gobernador?
-Me consta que se está haciendo cargo de lo que abandona el Estado nacional, como el Astillero Río Santiago.
-¿Y Cristina?
-Me está demostrando que tenía razón en muchas cosas.
-¿Qué falta?
-Intuición. Y amor. Lo contrario del amor es el miedo.
“No puede ser”, repite a su lado Andrea, que cree que en los números finales “hay algo raro”. Primero habla del sistema de votación –por primera vez en formato de boleta única–pero luego reflexiona sobre la mezcla entre estrategias electorales y errores propios.

Andrea, su sobrina (con bolsos listos para irse a Europa a buscar trabajo y horizonte) y Soledad.
Comenta que algunas colegas enfermeras suyas votaron a Milei por una razón: “Quieren un cambio”. A su lado, su sobrina psicóloga ya tiene listos los bolsos para irse a vivir a Europa. Explica: “Los efectos de esto van a durar muchos años”. Menciona otra calidad de vida, la posibilidad de ejercer, más oportunidades.
Acá la van a estar esperando…
-Vamos a seguir laburando para que esto se termine– dice Andrea.
Pero Soledad, su amiga, acota:
-Si llegamos.
Habla, literalmente, de la muerte.
-Hicimos algunas cosas mal, es cierto. Pero estos… Spagnuolo, lo de Espert… no entiendo.
Vienen de ver a Cristina en el balcón de la calle San José, y ahora están bajo una llovizna esperando a Kicillof. Las sigue moviendo el amor, frente a lo que consideran odio ajeno:
-Es una lástima, porque la pagamos todos. Se llevan todo. Y este desastre va a durar años.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
Otro de los que está pegado a la valla es Martín, a la espera de que salgan los dirigentes “para reconocer que se perdió”. Para él también “hay algo raro: no me cierran los números”. No lo puede creer.
Es jubilado, exferroviario. Cuenta que se le acercan personas a pedirle comida en un pequeño local con el que complementa sus 600 mil pesos de jubilación (tras 40 años de aportes).
-Me da pudor, me da vergüenza que la gente pida para comer. Lo que está pasando no tiene precedentes.
Habla del mismo ministro de Economía que endeudó al país con Macri primero, y ahora, en nombre de las finanzas. Y vuelve a sacudir la cabeza en señal de incredulidad:
-Si vos me decís: ganó porque hizo obras… ¿qué obra hizo? Los jubilados, los discapacitados estamos por el piso.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
-¿Cómo se explica?
-No tiene explicación, no me va a entrar en la cabeza. La miseria que hay en la calle, no hay trabajo. Endeudaron al país y metieron a Cristina presa. ¿Y ellos? Son estafadores, son evasores, y no dan explicaciones. ¿A quién beneficiaron? Solamente los peronistas van presos.
Sobre ese tema cuenta: “Soy peronista por mi papá. Me crié en los 70, en una casa donde escondían la foto de Perón y Evita porque te perseguían”. Ahora se expresa libremente acá, pero también se siente en una encerrona: “Hay algo muy oscuro, muy turbio. Estos tipos no me merecen ningún respeto, porque no respetan al pueblo”.
-¿La gente se va a dar cuenta de eso?
-No. Porque la justicia que tenemos en Argentina es in-justicia. Hay que empezar de nuevo muchas cosas. No es solo esperar las próximas elecciones.
Otro de los que aceptó hablar con lavaca fue Héctor Daer, secretario general de la CGT.
-Le escuché decir que en una elección se gana o se pierde por un voto, pero que no hay que andar con caras largas. Ahora bien, ¿cómo pensar la composición del Congreso?
-Los números siempre van a depender de un sector que pendule, el mismo que hoy votó “por afuera” o “por el medio”, entre comillas. Es ese sector que dice “no estoy de acuerdo con esto ni con lo otro”, pero después termina votando todo. Esos sectores van a tener que refrendar en el Congreso los discursos que tuvieron durante la campaña. Fijate que desde el último trimestre del año pasado el oficialismo tuvo fracaso tras fracaso en el Congreso. Y con algo inédito: se ven obligados a promulgar una ley porque el Congreso les rechazó el veto, pero dicen “hasta que no me digan cómo se financia, no la aplico”. Eso no se vio nunca en la Argentina. Son cosas que la democracia tiene que resolver. Que en plena campaña el propio Presidente diga que lo único que aspira es a tener un tercio para sostener sus vetos habla de la poca creatividad y de la escasa consideración por el Poder Legislativo. Muchas de las cosas que estamos viendo son insólitas.


Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
-Después de septiembre, ¿cómo se explica este resultado? ¿También es la gente eligiendo esas cosas insólitas?
-No hay que enojarse con el votante. Tal vez nos equivocamos en el debate. Desde el movimiento obrero, en 2023 fuimos claros sobre lo que se venía, pero parece que no alcanzó. Ahora veremos los resultados y analizaremos en qué nos equivocamos.
-¿En qué sentido hubo errores?
-El peronismo tiene representación sobre sectores muy heterogéneos. A veces concentramos el discurso en los derechos laborales, las conquistas, pero eso representa solo una parte de la población. Hay otro sector que no goza de esos derechos, y en esa heterogeneidad quizás no logramos universalizar el mensaje, hablarle a más gente. No es fácil, porque hay que unificar el discurso, definir qué hacer. Y parece que eso no se hizo.
-¿Cómo se puede corregir de acá en adelante?
-Hay que laburar para lograrlo. Si no fuéramos optimistas, estaríamos todos en casa tomando el último mate y yéndonos a dormir. Pero somos optimistas, y por eso seguimos acompañando.
¿El armado electoral o la estrategia pudieron haber sido mejores?
-Cuando se firman las listas, todos son los mejores y las mejores, ¿no? Pero bueno, después la realidad te acomoda.
-¿Cómo estará la calle de acá a diciembre?
-La calle va a tener un termómetro que tiene que ver con las cuestiones sociales, más que nada. La legitimidad electoral no te da legitimidad absoluta para hacer lo que se te ocurra. Esto es día a día.
-¿Hay un paro en el horizonte?
-Por ahora no. Ya vimos en el último paro que hubo un sector grande que no pudo movilizarse porque cobra por día trabajado. Entonces las dificultades para vaciar todo con medida fuerza no son las mismas que antes.
-¿Y si el oficialismo avanza con una reforma laboral?
-Ahí sí. Ahí vas a tener a todos los trabajadores encolumnados. Olvidate.

Fotos: Lina Etchesuri/lavaca.org
La jornada terminó a las 23 horas, después de que hablara Axel Kicillof, único orador, ladeado por la vicegobernadora Verónica Magario. Hizo una lectura de las elecciones bonaerenses (“muy ajustada”), le habló al gobierno y dijo que hay que redoblar el esfuerzo para construir una alternativa: “Ni miedo ni resignación. Más esfuerzo, más militancia y más trabajo. Vamos a usar todos los recursos para seguir funcionando como escudo y como red. Pero además de ayudar y proteger, es nuestra obligación construir una alternativa que le muestre a nuestro pueblo que hay otro camino”.
En el escenario lo acompañaron Máximo Kirchner, Sergio Massa y Juan Grabois, entre otros. Finalizaron cantando tibiamente la marcha peronista.
Mirando a la izquierda
Es más importante transformar que interpretar, proclama el principio básico del marxismo, pero lo que este domingo impregna el primer piso del club vasco donde se reúne la dirigencia y militancia del Frente de Izquierda es el aroma de la prudencia, a pesar de tener algo para festejar: una diputada por Capital (Myriam Bregman) y dos por provincia de Buenos Aires (Nicolás Del Caño y Romina Del Pla). La cosecha porteña fue importante: en mayo fue de 3,6% y hoy, el 9%, mérito sin duda de La Rusa, como apodan a Bregman.

Fotos: lavaca.org
La cautela la siembra el contexto: no es el Congreso de la Nación el escenario de ninguna transformación. “Es la calle”, dirá Del Pla, sin dudar y aferrándose a la memoria reciente “Lo mismo sucedió con Macri, que ganó las elecciones de medio tiempo y envalentonado quiso imponer la reforma laboral y jubilatoria y así le fue después”.
Juan Carlos Giordano –quien reemplazará a Del Caño en la rotación de su banca como diputado nacional– suma otras cuentas: “La gente que no fue a votar representa casi diez millones”. En su mirada esa cantidad hay que facturarla también a la oposición al gobierno, junto con el casi 60% que eligió otras fuerzas. ¿Será así? Para Cele Fierro no hay duda: “Solo hay que mirar un poco lo que sucede en el resto del mundo donde al mismo tiempo que la ultraderecha llega a controlar los aparatos de gobierno también hay una multitud que no deja de expresarse en las calles para defender otros valores”. Por ahí, creen, pasará lo que transforma: el voto con los pies.

Fotos: Lina Etchesuri/ lavaca.org
Actualidad
Ian Moche: la revolución de la empatía
En tiempos de elecciones, elegimos a Ian. Fue atacado por el Presidente y todo el aparato estatal como supuesto símbolo del “curro” en discapacidad, cuando ni siquiera cobra la pensión que le correspondería. El curro era otro: el director de la ANDIS, Diego Spagnuolo, quien también chicaneó a Ian, está involucrado en la alta trama de corrupción que salpica a todo el entorno presidencial, droguerías, laboratorios. Esta misma semana hubo una movilización de las personas con discapacidad reclamando la aplicación de la Ley de Emergencia votada por el Congreso por amplísimas mayorías, que el gobierno se niega poner en marcha. Esto es: corrupción, mientras se le niegan derechos y recursos a las familias. En el caso de Ian, niño activista sobre la neurodivergencia, esta es una historia que habla de manera simple de cosas complejas: de empatía, de humor, de amor, de familia, de apoyos y de futuro. De la vida de un niño por ser feliz, en un país hostil. Compartimos la nota publicada en la MU 206.
Por Franco Ciancaglini. Fotos: Lina Etchesuri.
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