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¡Abajo el periodismo machirulo!

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El fin de un periodismo (deportivo) y otras buenas noticias.

Por Pablo Marchetti
La discusión que se dio en el Congreso que terminó en la media sanción en Diputados de la legalización del aborto marcó un hito político en la historia argentina. Una nueva idea entró en escena: el feminismo. Esto parece obvio si se tiene en cuenta lo que venía sucediendo en la calle. Pero aquí lo inédito tiene que ver con lo que pasó en la dirigencia de los principales partidos políticos.
       El discurso de Silvia Lospennato fue uno de los puntos más emotivos de la noche. Sí, Lospennato, del Pro. Que en su discurso citó a Las Sororas, “un movimiento político que llegó para quedarse, más allá de nuestras diferencias”, como aseguró.
       Las Sororas es un grupo de whatsapp que se armó para articular los pasos a seguir entre 9 diputadas y un diputado (un solo hombre: Daniel Lipovetzky) que defienden el aborto legal. En realidad, Las Sororas había tenido un antecedente cuando Lospenatto articuló con Victoria Donda la aprobación sobre tablas de la ley de paridad.
       En Las Sororas participan dirigentes del PRO, de la UCR, de La Cámpora, de Libres del Sur, del Frente Renovador, de Nuevo Encuentro, del Movimiento Evita y del Partido Obrero. Imaginemos otro movimiento político donde pudieran articular de un modo similar todas esas fuerzas políticas. Imposible. Completamente imposible. Las Sororas son el emergente de un cambio de época. El feminismo lo hizo.
       El Mundial de fútbol es una explosión de fe. Si tuviera que pensar racionalmente el asunto, me daría vergüenza entregarme emocionalmente a un espectáculo dominado y protagonizado por millonarios. Un espectáculo que expresa socialmente valores conservadores y heteropatriarcales. Y que además sirve como cortina de humo perfecta para tapar problemáticas políticas y sociales de esas que modifican nuestras condiciones de vida cotidianas.
       Durante Argentina-Croacia, la vicepresidenta (y presidenta del Senado) Gabriela Michetti buscó girar a cuatro comisiones el tratamiento de la legalización del aborto en la Cámara Alta. Una maniobra para embarrar la cancha, dilatando y tratando de anular la aprobación de la ley.
       Pocas horas antes del crucial Argentina-Nigeria donde la Selección se jugaba su pase a octavos, el Gobierno anunció el despido de 354 trabajadores de la agencia estatal Télam. ¿Cómo hago entonces para mantener la fe? ¿Cómo seguir gozando de este espectáculo que me resulta fascinante, de este hecho artístico supremo?
       Obviamente, no estoy solo en esto de estar pendiente del Mundial. Más bien todo lo contrario. El fútbol es un espectáculo masivo, que convoca multitudes. Pero en esas multitudes es difícil encontrar empatía. No hay sororidad futbolera. Al contrario. El fútbol parece, más bien, dominado por una casta deleznable, miserable, de la peor calaña.
       El Mundial es algo tan convocante que la relación entre el juego y el tiempo que los medios dedican a hablar sobre ese juego es abismal. Horas y horas le dedican los medios a los comentarios, las opiniones y las conjeturas sobre un par de horas de juego de la Selección. Y después está el resto de los partidos, claro. Pero el tiempo que hay para hablar de esos partidos es tanto como el que los diarios le dedican a la información de política internacional. El Mundial es la Selección. Y la Selección es un abismo insondable.
       Entiendo que tener que ocuparse tanto tiempo sobre algo implica, necesariamente, magnificar las cosas. Por lo menos. Y de allí al invento hay sólo un paso. En el medio, como se trata de información de un mundo donde se mueve un montón de dinero, lo que reinan son las operaciones.
       Cada periodista pasa a ser, entonces, un lobista. Entiendo que eso no sorprenda a nadie. Pasa eso en cada área donde se ejerce el periodismo: política, sindicalismo, economía, espectáculo, cultura, lo que fuera. Allí donde hay información (o supuesta información) hay un negocio. Y una posibilidad de lobby.
       Tampoco es cuestión de generalizar. No todo el periodismo de fútbol es esa mierda que se nos presenta como hegemónica. En estas mismas ciberpáginas ustedes pueden seguir lo que escribe un capo como Ariel Scher. Y también les recomiendo seguir lo que hacen Ezequiel Fernández Moores, Gonzalo Bonadeo, Alejandro Wall, Andrés Burgo o Román Iutch, por nombrar sólo a algunos de los que están en Rusia.
       Iutch dijo hace un par de días, durante una de las transmisiones de la TV Pública: “Acá sólo hablamos del juego. A lo sumo, podemos hacer algún comentario de alguna cuestión psicológica del equipo, por cómo puede repercutir en el juego. Pero nada más que eso. No nos metemos en otras cuestiones. Si quieren otro tipo de información, busquen por otro lado”. Lo que parece una aclaración menor, en este contexto se vuelve un manifiesto incendiario, una declaración de principios contracultural.
       Inclusive en la misma usina del mal hay honrosas excepciones de periodistas que hacen bien lo suyo: Martín Souto o Ariel Rodríguez son de los pocos periodistas que se dedican al juego, a los datos y curiosidades que tienen que ver con el fútbol. Seguramente me olvido de alguno. Pero no son muchos más. Y el resto del canal es una gran cloaca.
       Hay hasta un cliché de imagen para el lobista del fútbol: chupines, camisa a rayas, a veces saco, siempre barba cuidada y/o pelo con gel. Así es el envase de la máquina generadora de mala leche. Y, por supuesto, el grito. No se habla: se grita. Gritos acompañados por gestos ampulosos y buscando cómo generar pelea. Con los jugadores, con el técnico y con los compañeros de panel.
       La usina principal del lobby, la cloaca madre, es TyC Sports. Por supuesto, Fox no se queda atrás y hasta la hasta hace poco más sobria ESPN se ha sumado al griterío desaforado. Probablemente el problema no sea el fútbol sino la televisión. O lo que queda de ella. Una tele que sobrevive gracias a las transmisiones en vivo. Y el fútbol es un bastión de esas transmisiones en vivo.
       Los responsables de los canales de televisión ya no buscan información ni primicia. Buscan personajes que sepan surfear en las transmisiones en vivo. Y el lobista gritón, a quien no le importa contradecirse ni decir cualquier clase de estupidez, es el epítome del personaje que se busca para mantener viva a la televisión. Una supervivencia lastimosa porque, como si de veneno y antídoto se tratara, la supervivencia resulta ser también la ruina.
       TyC Sports destaca especialmente porque es el canal que transmite los partidos, fuera de la TV Pública. Y porque, además, resulta el ultimo bastión de una masculinidad caduca. ¿Machista? Sí, claro, machista. Pero (por eso o contra eso) una masculinidad que me toca y, en cierta medida, me contiene y me constituye.
       Hablo en primera persona porque no quiero hacer a ningún chabón más parte de mi machirulismo. Pero sé que no estoy solo. Sé que somos muchos a los que nos pasa. Lo odiamos. Lo detestamos. Sabemos que está mal. Pero de allí venimos. Y no podemos resistirnos a ver fútbol, pero tampoco a hablar de fútbol, a discutir de fútbol, a apasionarnos con el fútbol.
       No puedo ignorarlo. Me duele este periodismo machirulo. Me duele como sólo puede dolerle a quien forma parte de ese mundo, Sé que es una cloaca que se puede evitar, que se puede ignorar. Pero me tengo que ocupar de ella porque hay algo de toda esa mierda que me toca y me define.
       Los odio. Odio su mala leche. Odio la violencia con la que hostigan, odio la liviandad con la que se dan vuelta, odio su caradurez para justificar cualquier cosa, odio la poca elegancia para vender humo. Odio sus gritos, sus peleas, su sobreactuación, su gel, sus chupines. Los odio.
       Los odio sobre todo porque se erigen en representantes de un espectáculo que amo, de un arte que me conmueve. Y los odio porque sé que es imposible con ellos una construcción horizontal sentimental como las que lograron las sororas en el Congreso. La gente de banderas argentinas no logra construir un universo sentimental y emocional similar al que construyen las pibas de pañuelo verde.
       Estamos en minoría. Nos gusta el fútbol, nos apasiona ver un Mundial, somos capaces de tomarnos un mes para ver todos los partidos. Pero no tenemos nada que ver con la lacra hegemónico de periodismo machirulo.
       En el primer spot que hicieron circular los militantes antiderecho que se oponen a la legalización del aborto, aparecieron 12 famosos pidiendo: “Cuidemos las 2 vidas”. De esos 12 famosos, 2 son periodistas deportivos. Y uno de ellos es uno de los periodistas insignia de TyS Sports, uno de los estandartes de la lacra lobista, panqueque y mala leche. ¿Qué tengo que ver yo con ese tipo?
       Podría decir que no tengo nada que ver con estos periodistas miserables. Pero no estaría siendo sincero con el enano machirulo que me lleva a verlo, a enojarme, a discutirle detrás de la pantalla.
       Una vez más, soy un paria. Una vez más, soy parte de una minoría. Lo asumo. Dudo que el fútbol, tal como está concebido, pueda llegar a ser otra cosa. Creer es un fútbol distinto forma parte de una utopía paradójica, similar a la del capitalismo con rostro humano.
       Necesito ver fútbol. Necesito hablar de fútbol. Necesito disfrutar y sufrir con el fútbol. Lo siento, no puedo escaparme de este karma. Por eso asumo lo que soy y dejo que el enano machirulo que llevo dentro se exprese. Y mande a la mierda a ese periodismo miserable, despreciable y machirulo que busca convencer a todo el mundo de que el fútbol es sólo eso que ellos gritan y odian.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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