CABA
Mentiras verdaderas
El título es de una película, pero los datos de esta crónica son de la realidad. Cómo diseñan sus estrategias las empresas acusadas de contaminar. El rol de los consultores y las ideas que promueven para cambiar el eje del debate público. Para qué asedian a la prensa dos empresarios químicos intimados a irse del Dock Sud. Las maniobras de la Meridian Gold para manipular la asamblea de los vecinos de Esquel que se organizaron para decirle “No a la mina”. Por qué tomó agua ante las cámaras un gerente de Botnia en Finlandia. Y por qué citan el ejemplo de las técnicas que usó Bush para justificar la invasión a Irak.
E stamos en la mesa de un bar de la calle Lavalle, cerca de Tribunales. El que habla es un consultor de prensa:
“George Bush padre buscó durante mucho tiempo convencer a la opinión pública de la necesidad de ir a la guerra contra Irak, sin conseguirlo. Los norteamericanos no le daban respaldo a la invasión y los meses pasaban con el ejército paralizado. Un día, llegó una noticia de Kuwait: los soldados iraquíes habían entrado a un hospital y sacado de las incubadoras 312 bebés. Los dejaron morir sobre el piso de baldosas”, dice el vocero, y le pone azúcar al café.
“La noticia dio la vuelta al mundo, y convenció a los americanos de que Saddam Hussein era, como Bush decía, el carnicero de Bagdad. Después se supo que todo había sido un invento de la Hill & Knowlton, una de las consultoras más grandes del mundo, asesora de Bush. La cosa se descubrió, pero para entonces Estados Unidos ya había hecho su invasión.”
El consultor sabe de qué habla; trabajó con Domingo Cavallo en los 90, y asesoró después a una buena lista de candidatos y funcionarios. Ahora amplía su negocio con clientes de otro rubro. Entre sus nuevas cuentas tiene una compañía minera, una planta de celulosa y dos depósitos de químicos de Dock Sud. Todos le pagan fortunas por el mismo servicio: convencer a la opinión pública de que no contaminan.
En la Corte
Con los nuevos clientes, el vocero empezó a hacer cosas insólitas. mu lo encontró en la audiencia de la Corte Suprema por el Riachuelo. La sala de sesiones de la Corte se había llenado con la fauna habitual de los grandes casos judiciales: abogados, peritos, gestores, muchas cámaras de tevé. Estaba citada a declarar la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, para responder qué había hecho el gobierno en los seis meses pasados desde que presentó el plan de saneamiento. El vocero se ubicó en una de las puertas del recinto. Al terminar la sesión, se tiró encima de los medios:
–¿Sos periodista? –me preguntó–. Tengo una gente acá que quiere hablar mal de Picolotti.
Estaban a unos metros, esperando. Eran dos empresarios de la industria química. Uno joven y gordo, el otro flaco y canoso. El consultor prometió una gran denuncia. El gordo mostró una planilla de inspecciones que decía que su empresa no tiraba desechos al Riachuelo. No era un dato para entusiasmar a nadie, pero el vocero insistió en que hablásemos igual; incluso lo pidió por favor, y finalmente los presentó de prepo. Parecía desesperado por conseguirles una nota.
Dock Sud
Los quimiqueros son dueños de dos depósitos de Dock Sud. El flaco es representante de una compañía noruega, el gordo tiene una empresa de distribución de aceites vegetales. Con la Corte moviendo el tema del Riachuelo, fueron intimados a relocalizarse.
En la vereda del bar, dos chicos repartían volantes. El flaco llamó a la moza.
–Pidan lo quieran –dijo.
Pedimos un cortado todos, salvo el vocero, que ordenó un ristretto, un sándwich de crudo con tomate y manteca, y un jugo de naranjas.
–Soy alguien que sabe lo que quiere –dijo cuando la moza se fue. Y dejó que la cuenta la pagaran sus clientes.
Hablaron hasta que la charla se hundió en el sin sentido: que los depósitos suponen un riesgo casi nulo, que los manejan personas capacitadas, que nunca tuvieron accidentes, que todas las inspecciones les dieron bien… y así durante una hora, hasta que el gordo soltó el primer dato sincero: trasladar su depósito va a costarle siete millones de dólares.
Las industrias químicas intimadas a mudarse son diez. Hoy centralizan todo en el puerto de Dock Sud. En su nuevo destino, lo más probable es que deban construir sus propios muelles. De irse, además, sus productos se encarecerán con otros costos de transporte. Hacer zarpar un barco y moverlo apenas un kilómetro, por ejemplo, hoy cuesta 10 mil dólares. Con esas condiciones, el negocio se vuelve, dijeron, “inviable”.
–Y aunque quisiéramos mudarmos –dijo el flaco– no tenemos dónde ir.
–¿Por qué no a Bahia Blanca, La Plata, o Zárate, como se había anunciado?
Ante cada opción, el flaco decía que no con la cabeza. Luego, abrió su maletin y sacó algo que pasó por encima de la mesa: era un impreso de La voz de Zárate, de fecha 8 de enero. La nota tenía un título catástrofe: “Si quieren instalarse, saldremos a la calle como los vecinos de Gualeguaychú”. Hablaba de la creación en Zárate de una asamblea para oponerse a que lleven a la ciudad los depósitos del Docke.
–Así es en todos lados –dijo y guardó el impreso en el maletín–. Si vamos a La Plata, nos van a armar una asamblea en La Plata… Hay tanto escándalo con esto que es imposible irse a ningún lugar.
El caso testigo
Escuchar este tipo de lamentos puede hacernos creer que, al fin de cuentas, en la Argentina de hoy estos sectores no tienen espacio para hacer casi nada. Sería un error: las empresas cuestionadas por contaminación están jugando fuerte contra los movimientos de vecinos. Es su estrategia actual y por eso contratan asesores de prensa.
El caso testigo es el de Esquel, donde los integrantes del Movimiento No a la Mina denunciaron un plan secreto de la Meridian Gold para manipular a la opinión pública de la ciudad… y terminaron siendo llevados a la justicia, acusados por la propia empresa de revelar un “secreto industrial”.
Para contar la historia hay que volver a 2003. En marzo de ese año, Esquel logró que se hiciera un plebiscito para que la sociedad se expresara sobre el proyecto de instalar una mina de oro a cielo abierto, que utilizaría cianuro. El “No a la mina” se impuso con el 81% de los votos.
Pero la Meridian Gold no se fue. Y seis meses después de la consulta inició el contraataque. Organizó en Buenos Aires, en el hotel Crowne Plaza, una reunión en la que sus directivos, agencias de publicidad y periodistas discutieron durante tres días cómo “dar vuelta a la comunidad”.
El plan que se armó en esas jornadas tenía dos patas. La primera empezaba con una encuesta entre los habitantes de Esquel. Conocedora de que la sociedad rechazaba la mina, pero que sabía que la Meridian no se iba a retirar, la idea era tener un diagnóstico que le permitiera a la empresa encontrar “el punto de quiebre”. Con esas palabras se habló en la reunión: hallar “el punto de quiebre entre aquel que le importa más la ecología aunque se muera de hambre y aquel que le importa más el dinero, como un eje absurdo y exagerado. Es decir, cuántos son ésos en Esquel”.
La segunda pata era política. Pero antes de seguir, vale anotar quiénes eran los periodistas–consultores que participaron en la reunión, para conocer qué fuerzas buscó movilizar la Meridian frente a la asamblea.
1) Braga Menéndez y Asociados, la agencia de publicidad del kirchnerismo. Su director, Fernando Braga Menéndez, suele contar que “descubrió” a Kirchner en los meses en que nadie daba nada por su candidatura, y trabajó en la campaña que lo convirtió en presidente con el 22% de los votos cuando su contrincante, Carlos Menem, se bajó del ballotage.
2) Braga Menéndez invitó al encuentro de la Meridian a Jorge Azcárate, ex vocero de Menem y encargado en aquella elección de comunicar la renuncia en su nombre.
3) También participó Raúl Timerman, primo del cónsul argentino en Nueva York, Héctor Timerman, y sobrino del legendario Jacobo.
Braga Menéndez está abocado hoy a la campaña de imagen de Cristina Kirchner. Jorge Azcárate trabajó para Mauricio Macri en 2002 y fue portavoz del grupo Dolphin, que controla a Transener y Edenor, entre otras empresas. Actualmente es también asesor de la revista Debates, que este verano inundó la ciudad con la imagen de Cristina.
Para hacer la encuesta aprovecharían los comicios provinciales. Disimularían sus verdaderas intenciones colando en una encuesta electoral las preguntas sobre la mina. Para eso, los periodistas-consultores prometían contar con la complicidad de Catterberg y Asociados y con el candidato radical, Carlos Maestro que les permitiría usar un sondeo encargado por él.
El segundo paso del plan era político. Consistía en influir sobre el grupo de confianza de Néstor Kirchner. En realidad, literalmente se dijo que los periodistas–consultores se encargarían de ir “manteniéndo informado” de las intenciones y proyectos de la Meridian al círculo más cercano al Presidente. Entre los funcionarios se nombró al ministro de Planificación, Julio de Vido; al secretario de Minería, Jorge Mayoral; al jefe de Gabinete Alberto Fernández; al vocero presidencial Miguel Núñez y al secretario de la Presidencia Oscar Parrilli.
Un imprevisto, sin embargo, frustraría todos estos planes. Alguien grabó estas conversaciones y el contenido del encuentro se filtró. Los medios de Esquel difundieron los audios, y en una conferencia de prensa un grupo de vecinos de la asamblea denunció la maniobra de la empresa. Todo el operativo de la Meridian se vino abajo pero, decidida a romper el Movimiento, la minera demandó a los vecinos que habían hablado en la rueda de prensa y a dos periodistas que difundieron las cintas en sus programas de radio, por “violación de secreto empresario”. Cuatro pobladores y dos periodistas tienen ahora que responder por ese “delito” ante la justicia.
Botnia
Aldo Leporatti, de Porter Novelli, se ocupa de la imagen de Botnia en Argentina, la pastera a la que le dice no Gualeguaychú. Lo primero que hace al recibir a mu es encender su notebook. Adentro tiene, obsesivamente analizados, lo que él llama los mitos sobre las papeleras y sus correspondientes réplicas.
Fue su consultora la que tuvo la idea de organizar un viaje con todo pago para invitar periodistas a Finlandia, en un recorrido mitad turístico, mitad científico (que el lector imagine en qué proporción).
Al avión se subieron diez medios, incluidos los principales diarios del país. El tour arrancó con poco brillo, hasta que Leporatti le encontró un gancho a su historia: convenció a un gerente de Botnia, Pertti Nietaniemi, de que bebiera un vaso de agua del lago donde una planta de celulosa de la empresa vuelca sus efluentes industriales. La asesora de imagen finlandesa coincidió en que el gesto sería positivo.
Quién sabe si el gerente lo aceptó de primera; lo que se vio fue que Nietaniemi fue hasta el lago, donde llenó un vaso y lo bebió para la foto. A un camarógrafo no le alcanzó, y dijo que nece sitaba más tomas para armar un secuencia. Nietaniemi tuvo que tragarse tres vasos antes de poder irse del lugar. La foto apareció en todos los medios. Quizá sea lo único que se recuerde de esa gira.
Leporatti muestra en la pantalla de la notebook una página de Gente con la imagen de aquel momento inolvidable. Hace un balance del viaje: desde entonces, dice, “se acabaron los cuestionamientos técnicos a Botnia. En todo caso, las críticas que hacen los medios son de orden político, pero nada más”.
La agencia está segura de que la planta de Fray Bentos va a inaugurarse.
¿Por qué no tienen dudas?
–En un año electoral, ni Kirchner ni Tabaré van a hacer un acuerdo en el que tengan que ceder.
l ejemplo de los vecinos de Esquel, con el “No a la mina”, inspiró a Gualeguaychú, y la protesta de Gualeguaychú generó el clima político para que la Corte Suprema intimara al Poder Ejecutivo y a 44 empresas a sanear el Riachuelo. Otros movimientos vienen detrás: los autoconvocados contra el Ceamse, la red de asambleas contra la minería a cielo abierto en la cordillera, pequeños grupos locales que pelean contra una curtiembre o un basural.
¿Es la Argentina año verde, o es una señal de que las empresas consiguen la alianza del Estado, y los vecinos quedan como únicos custodios del ambiente?
Los quimiqueros de Dock Sud, insospechados de adherir a la causa ecologista (mucho menos a la asamblearia) dan el útimo dato. Ponen arriba de la mesa algunas cifras:
En Dock Sud, la Shell tiene una refinería de 120 hectáreas; Petrobras tiene tres plantas; hay instalaciones de Repsol; una central eléctrica y diecisiete depósitos de sustancias químicas, inflamables, hidrocarburos y gas propano.
Los estudios encontraron plomo en la sangre del 50 por ciento de los chicos que viven pegados a la refinería, en Villa Inflamable. Los registros de los hospitales tienen un listado de enfermedades presentes en la zona: leptospirosis, parásitos, hepatitis, infecciones alimentarias, intoxicación por metales pesados e hidrocarburos, afecciones al sistema nervioso, complicaciones respiratorias, dermatológicas y digestivas.
Con este panorama, era lógico que cuando la Corte se hizo cargo del tema se planteara que las petroquímicas debían mudarse del lugar. Pero la idea se fue diluyendo en el tiempo y, finalmente, lo que quedó fue nada más que diez depósitos intimados a mudarse. Las petroquímicas, dijo como al pasar Picolotti en la audiencia de la Corte, van a quedarse donde están.
Los quimiqueros encuentran así su gran argumento:
–El gobierno les echa la culpa de todo a diez depósitos, nos intima a mudarnos, gana imagen de enérgico y mientras tanto, las petromíquicas pueden seguir donde están. El plan de sanemiento es otra operación cosmética. Si el Riachuelo está contaminado con hidrocarburos, y ellos siguen operando en el lugar, ¿cuánto puede cambiar?
El flaco alza las cejas:
–Las petroquímicas tienen en el gobierno a la mejor agencia de publicidad.
El vocero, que escuchaba callado, se acuerda de la historia de Bush. Llama al mozo y le pide otro ristretto. Hay campañas abiertas, hay campañas secretas, hay campañas que consisten en apuntar a otro lugar para que nadie vea la propia intención, dice su historia.
Pensándolo un poco, ¿quién se animaría a sostener que no tiene razón?
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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