Sigamos en contacto

CABA

Qué es lo normal

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Susy Shock, artista trans. Cantante, escritora y activista, acaba de editar su último disco-libro, Traviarca, junto a La Bandada de Colibríes. Por qué no está subido a ninguna plataforma digital, y el apoyo en la autogestión. Cómo recuperar espacios para crear tejido social. El tiempo para construir la belleza como resistencia. El gerundio como identidad. Y la política entendida como todo lo que da cuenta de nuestros actos cotidianos.

Qué es lo normal

Cuando le preguntan de qué género es, responde “Colibrí”, y deja revoloteando esa definición en el aire, para que nadie pueda meterla en una jaula. Escribió Crianzas, un libro para niños, niñas y niñes, y sintetizó sus principales datos. Apellido: Shock. Nombre: Susy. Género: Colibrí. Estudios cursados: la vida. Oficio: la creación. Actividad: la pelea por valores muchas veces olvidados, la identidad, los derechos, el talento, la libertad. Hace poco editó su disco Traviarca, junto a La Bandada de Colibríes, un disco-libro que no subió a YouTube, Spotify ni a ninguna plataforma digital.

Explica Shock: “Decidí aferrarme todavía más a la autogestión y a esta épica de que una está con el kiosquito encima. Necesitamos la retribución inmediata de quien compra el disco, porque eso va inmediatamente a nuestras propias vidas. No hay intermediario, no hay empresa, discografía, estamos pensándolo como pensamos los primeros libros. Y las plataformas sirven para Thalía, con 17 millones de visitas. Una es más humilde, anda más a trotamundos. Y cierta épica tiene: el primer disco lo vendimos así. Me preguntaban cuándo iba a Tucumán, decía espérenme, así generamos los espacios para que vayamos, que también implica traer los discos y libros encima”.

Como una juglaresca trava.

Sí, yo no tengo tiempo. Estoy recuperándome de un montón de cosas, voy a vivir hasta los 103 años, veo pasar cada vez más los cadáveres de los enemigos, y una se queda ahí, con los libritos y los discos, y con la propia agenda. Me parece que está bueno resistirnos un poquito más, en medio de la vorágine, del acceso a todo, porque aparte el libro te lo doy yo: nos reencontramos, nos reconocemos, y es ese ida y vuelta que está bueno y es el que yo conozco. No necesito otro apuro.

Hay, sin embargo, una ilusión de democratización donde podés encontrar todo en redes. ¿Es una trampa eso?

Es una enorme posibilidad en la que entramos un montón de intenciones. La intención de frivolizarlo todo, de lo inmediato, de lo mediato, la intención de profundizar y aprovechar eso para meter “lo otro”. Tantas intenciones hacen montón de uso de esas redes. Yo creo en lo más artesanal, sigo sosteniéndome desde ahí. A mí por lo menos: ya tengo 51 años, no sé si probaría otra cosa. Es lo que me funciona para vivir. No me dejo llevar mucho por la moda de lo rápido e inmediato. Hay muchas invitaciones a acortar camino, desvíos. Yo no tengo apuro. Y está bueno: es un hecho político decir “frenemos y construyamos nuestra propia agenda”. Nuestro propio ritmo. El apuro es la sobrevivencia, es la urgencia, pararnos frente a la violencia. Estos últimos años, que los venimos pagando muy fuerte en el cuerpo, nos enseñó también que es cuanto más hay que estar instalados en la propia agenda, en el propio ritmo, mientras seguimos en la calle, armando estrategias, cuidándonos, mejorando modos en el que todo esto nos acosa y protegemos.  

Bello & autogestivo

¿Cómo se imprime para vos el neoliberalismo en el cuerpo?

Veníamos hablando mucho con unas amigas de cómo se nota en una generación, inclusive las exigencias de cierta visibilidad que no da respiro, que hace que el cuerpo termine agotado diciendo basta. La vorágine de todo. Yo aprendí a los 14 años la autogestión en el mundillo que es el teatro. Yo tuve ese enorme privilegio de estar ahí, y conocer adentro un mundo y una parte específica del teatro. Ese teatro independiente que construía y ensayaba la obra por un año para sentir que después iba a cambiar el mundo al estrenar, y yo me crié adolescente en ese mundo. Y también me dio una noción en mi propio tiempo. Creo que si hay algo que le escapa a todo eso y que me salva un poquito es ser dueña de mi propio tiempo, eso que ha implicado mucho trabajo, un montón de no, un montón de pérdidas. Cuando una decide eso hay un montón de cosas que una deja de tener, pero finalmente la base de todo es el propio tiempo. El neoliberalismo ataca ahí, con que no somos dueñas de casi nada, no tenemos tiempo para los afectos, tenemos la urgencia de hacer best sellers todo el tiempo. Enseguida se sistematiza todo en función de un mercado y yo quiero huir del mercado y quiero hacer bellos productos. El disco libro implicó en este momento terrible del país encerrarnos con la banda a proponer belleza a este mundo. Y para ver dónde vamos a tensar esta época y esta porquería. Quiero ir a un mundo más bello. Y bello es que los pibes también coman. No hablo sólo de algo estético: es esa calidad de tiempo, y pensar que la autogestión puede producir belleza hasta material. Saberse flor de loto e insistirse flor de loto es el desafío. 

Hablaste de la calle como un lugar de encuentro y resistencia, pero también como el lugar donde las travas tienen que salir de momentos no bellos. ¿Qué significa la calle para vos?

La urgencia en la que nos instalan en la calle a veces nos hace olvidar la belleza de lo que es construirse y hacerse en la calle, ser de la calle en muchos sentidos, porque en la calle está el resto: lo opuesto sería que esté encerrada en casa, desde ahí las redes también nos hacen la ilusión de que estamos participando. Yo tengo por semana 20 pedidos de videos para que participe apoyando tal campaña, y una hasta cree caer en la ilusión de que estamos participando de eso, y hay algo finalmente que nos termina engañando y dejando encerraditas. Yo soy de la generación del Nunca Más, creo que no sé otra cosa que estar en la calle desde la adolescencia, porque implicó todo. Después, en mi oficio del arte, también estuve enganchada, por ejemplo, en el movimiento de lo que después fue la Ley Nacional del Teatro, que implicó muchos teatreres en la calle, no sólo haciendo teatro sino pensando política que mejore la posibilidad de hacer teatro en la Ciudad de Buenos Aires, en el país. Yo estaba en Zona Oeste, me crié en Morón, entonces en 2001 actúo en la Asociación de Teatristas del Oeste, que fue muy potente. El 2001 lo viví en el Oeste: teníamos calle, plaza, angustia en el Oeste. Muertos. Había un montón de cosas que transitar ahí en la calle, y esa urgencia hace que una a veces no tenga tiempo de entender la belleza que hay en la calle. Yo he sido teatrera callejera, y hay un hecho de decir: “Llego, armo acá una escenografía y actúo para la gente que pasa”. Me ha pasado en el subte. Y la ligazón que tengo con la gente de teatros comunitarios, esa insistencia de sacar a vecinas y vecinos a la calle, romper la idea de un teatro formal para que la calle se transforme en el vehículo de intercambio de esa belleza. Estoy en momento en el que trato de ver desde la urgencia de estar ahí en la calle y sentir que no me saquen la posibilidad de ese estar. Peleo en la calle para seguir estando en la calle de otras formas.

La tía trava

Hablabas de un camino que tiene tiempo y no son los del best seller. Pero el libro Crianzas ha sido un éxito editorial. ¿Desde qué lugar se piensa la diversidad?

El libro nace en un proyecto con la gente de MU, para micros radiales. A mí me gusta pensarme desde una época. Y, de ahí, razonar. Siento que soy de una época muy gigante, que viene del regreso de la democracia, de discusión por los derechos humanos. Las travas venimos de ahí, no estamos desligadas de las Madres, de las Abuelas, de los juicios a los milicos. Por eso, muchas de las cosas que han pasado en este país todavía no han pasado en el continente, porque hay algo que se debe a nivel de derechos humanos. Lohana Berkins decía: “No vengo a dar testimonio, vengo a hablar de política”. Y eso no está desligado con haber sido trava acá, en el medio de todo esto. La diversidad también la fuimos entendiendo en el sentido gigante de otra palabra, que es identidad, y que es gigante en este continente, que es gigante en este país, y que es gigante cuando te pensás en derechos humanos. Porque, aparte, es algo que todavía no terminó, políticamente y socialmente. Yo no soy Susy Shock: voy siéndolo. Marlene Wayar, una hermana, habla de ser un gerundio: voy siendo. Entonces mi identidad va siendo. Sé lo que no soy: no soy Pato Bullrich, no soy Bergoglio, no soy Mirtha Legrand. Pero después, ¿qué soy? Voy siendo. Y está buenísimo. Y eso también lo aprendemos de una tensión que nos da el marco en el que nos hemos formado. La diversidad la entendemos también desde un concepto que  a mí me la dio el folklore, mi familia provinciana, de mirarnos en la naturaleza diversidad, que va mutando, y que habla de algo que no está fijo: la Pachamama, como concepto, es gigante. Después está la cultura que se hace de la Pacha y que muchos folkloristas la colocan en un sistema que es como la Virgen María, impoluta, la madre de todas, cuando la Pacha implica todo. Y en eso no es que está el mundo y está la diversidad: es el cosmos de todo eso. Lo primero que hay que abrir es el esquema de que somos absoluta diversidad. No es que hay una hegemonía que implica una verdad natural, que da permiso en esta época tan abierta a eso otro que está afuera, al margen de todo. Somos.

Cuando pensaste Crianzas, ¿qué fantaseabas como aporte a las infancias nuevas que están creciendo?

Nunca pensé algo para niñes. Me ubiqué en mí, en una tía trava de un sobrino en una barriada que, en todo caso, necesitaba dar cuenta de un mundo, no tanto de una infancia. Acá el problema es el mundo, y dar cuenta de ese mundo en micros radiales que llegaban a todo el país implicó pensar en un oyente u oyenta en la que de repente aparecía la voz de una trava que le explicaba qué significa ser travesti, hasta un montón de situaciones en las que este mundo cree que no estamos de día, yendo a comprar medio kilo de pan, zapatillas para el sobrino que crece, y no en ese único imaginario que esta hegemonía nos impone que tiene que ver con la noche, la prostitución, zona roja, y con la parte policial de toda esta secuencia. Por eso también fue un lenguaje que era casi pedagógico. Y terminó muy aferrado a las infancias que lo leen y, por supuesto, a las docencias les sirven en este vacío de ESI que implica la posibilidad de una profe copada que entiende que ahí hay una herramienta para seguir haciendo preguntas. 

De monstruos y normales

Como buena poetisa, sos creadora de frases como “no queremos ser más esta humanidad”. Pero me quedo con otra, que es: “Reivindico mi derecho a ser un monstruo”. 

Esa frase no es mía, es de Marlene Wayar. Pero nace juntas. Estábamos en un evento que eran los primeros Destravarte. Estábamos en el baño, y había una presentadora amiga, que queremos, que se presenta y abre diciendo: “Yo estoy en un cuerpo equivocado”. Y la Wayar, atacada en el inodoro al lado, empieza a los gritos: “¡No! ¡Reivindico mi derecho a ser un monstruo!”. Y yo venía escribiendo y arranqué y lo terminé con esa frase pilar, que la gente se tatúa, y muchas veces nos escribe pensando cómo sirvió la reivindicación de la monstruosidad, y que no la pensemos en los grandes centros, sino pensarla en Tilcara, donde fui la otra vez y llorando la maestra me decía que hay un índice de suicidio en adolescencia increíble, donde de repente ese espejo de hacer la reivindicación de algo, donde ni siquiera es mostrable a tu familia, que es lo más cercano que tenés, te sirve. Como poner lo oculto, pero también esa frase que me encanta: “Si me querés, quereme trans”. Para dar cuenta que más allá de lo horroroso que implica este mundo que nos disciplina, que nos mata, contarle que estamos increíblemente empoderadas en ser lo que somos. Si tuviéramos esa tranquilidad de dejar de subsistir, estaríamos diciendo, como insistimos en decirle a las pibas y pibes, que es maravilloso ser distinto. Que es maravillosa transitar la monstruosidad propia, porque hay un montón de redes amorosas que surgen a partir de eso que sos, que es otra cosa. Si somos diversidad, debemos ser todo, no lo políticamente correcto, lo divino aceptado. Al contrario, eso es lo que hoy generaciones más jóvenes vienen a discutir porque es una mentira que cargan en el cuerpo, que duele, que ha disciplinado esos cuerpos. 

¿Qué es la política?

Cuando era chiquitita había escuchado una definición,que decía que es todo lo que hacemos y no se nombra. Me impactó porque fui muy corporal, empecé bailando folklore, entré al teatro y tuve una responsabilidad corporal. Pero también me di cuenta que no es solo eso: para mi que sostengo y necesito la palabra, sea escrita o cantada, lo político es va desde cómo abrazamos o desabrazamos, cómo comemos, cómo conseguimos lo que comemos. La política es lo que vamos dando cuenta con todos nuestros actos cotidianos.

Portada

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Seguir leyendo

Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
Seguir leyendo

CABA

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente. ©2025 Agencia lavaca.org. Riobamba 143, Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina - Editor responsable: Cooperativa de Trabajo Lavaca ltda. Número de propiedad intelectual: 50682265 - [email protected] | Tel.: +54 9 11 2632-0383

Vistas el día de hoy: 37.027