CABA
La posta es el arte: textos que marcaron a la cultura autogestiva

Estos textos fueron paridos al calor de la urgencia y la contundencia de cada acción callejera y cultural en la que fuimos encontrando la manera y el tono de salir del parate producido por la pandemia. Con autogestión y cuidados, elaboramos junto a la artista trans Susy Shock y la agrupación Escena una serie de manifiestos que pueden leerse como gritos para sacudir y sacudirnos, para salir de las catacumbas, y comunicar la época a través del arte.

Buenos Aires, 4 de agosto de 2020, puerta del Teatro Alvear
(Parlamento a cargo de Ver Llover)
¿Por qué estamos en la puerta de un teatro vacío?
Estamos acá para realizar esta ceremonia de sanación, frente a un teatro que ha sido reducido a una escenografía vacía.
Estamos acá porque no vamos a acostumbrarnos nunca a esto ni vamos a negarlo ni vamos a hacer como si nada pasara.
Pasa.
Estamos acá porque si hay programa de chimentos debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay supermercados debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay peluquerías debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay políticos debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay control debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay este mundo debería haber teatro.
Estamos acá porque queremos escuchar a nuestra experta en aislamiento social: con ustedes, la poeta Susy Shock.
(Toma el micrófono Susy Shock y recita su poema Catacumbas) :
Estamos en catacumbas
desde hace siglos
con la soga al cuello
y en la mano izquierda una flor.
Salvándonos de los fuegos
y los fierros
y los hielos
y de toda sobrevivencia.
Somos unas cuantas
tenemos poemas brazos
y cigarras canciones
y hermanas ojos
y cuñados sueños
y primas deseos
y putas miradas
y sucias acciones
y bellos jirones
de ropa ensuciada
de nuestras piruetas
y el olor del coito
recién hecho
y el pan horneado
y la mano amiga.
Tenemos la lista de amores
y compañeras
y del arco iris
que son la meta
y la pasión enfurecida
que se hace subte, indiscreta
pero busca la luz.
Sabemos que todavía
no es tiempo: arriba vociferan
el estiércol gesto
la tarada raza
de números y cuotas
de precios y desprecios
que gobiernan
desde sillas oxidadas
en oro y pelo
y mirada falsa
y whisky añejo falsificado
y tontitas platinadas
anoréxicas
de tanto concurso y pedo
televisivo
¡con éxito!
¡con mucho éxito!
Todavía no es tiempo
estamos en catacumbas
y desde allí olemos
conspiramos
y nos reproducimos.
Hasta estallar en inteligencia
y parir los agujeros
que abran la tierra
y que nos deje liberada
el alma.
Estamos detalladamente
haciendo la poesía
de los nuevos tiempos.
Buenos Aires, 11 de agosto de 2020, puerta del Teatro San Martín
Nosotres sabemos.
Sí, nosotres.
Sabemos por ejemplo por qué este inmenso teatro está vacío.
Sabemos también que este vacío está lleno de recursos ahora inútiles y sabemos también que hay muchas personas, demasiadas, que necesitan cuidarse del terror que ustedes siembran, ese miedo tan promovido y tan inútil, porque el temor no sirve para nada cuando lo que necesitás son cuidados.
Nosotres sabemos cuidarnos y por eso sabemos cuidar.
Nosotres sabemos que este teatro está vacío porque ustedes no tienen idea de cómo llenarlo de vida y de belleza y nosotres sabemos cómo en la más desolada de las intemperies hacer nacer ideas y belleza.
Nosotres sabemos porque aprendimos, porque entrenamos y porque practicamos cómo proteger la vida todos los días y en todos lados así como aprendimos ahora a mantener dos metros de distancia, a encontrarnos por zoom o a enredarnos por streaming y aun así hacernos sentir ese abrazo que tanto necesitamos.
Sí, nosotres, con esa “e” que tanto les irrita, sabemos todo lo que falta hoy y todo lo que sobra, siempre.
Nosotres sabemos y ese saber es lo que nos trae hasta acá, hasta este inmenso teatro vacío para señalar así que lo que sobra es lo que nos enferma y lo que falta es lo que nos cura el cuerpo, el alma y los sueños.
Nosotres sabemos que si hay programa de chimentos debería haber teatro.
Sabemos que si hay supermercados debería haber música.
Sabemos que si hay políticos debería haber poesía.
Sabemos que si hay control debería haber danza.
Nosotres sabemos que si hay este mundo debería haber arte.
Nosotres sabemos.
Buenos Aires 18 de agosto de 2020, puerta del Teatro Colón
¿Qué queremos?
Queremos que entiendan una cosa muy simple: que esta pandemia no nos permita llenar una sala no significa que no podamos hacer teatro.
Las salas de los espacios oficiales de la ciudad de Buenos Aires están vacías, pero eso no significa que allí no podamos hacer algo.
Estos espacios existen. Sus estructuras humanas, edilicias, simbólicas existen y todo eso no está funcionando. No nos referimos con esto a filmar cosas que se parecen al teatro y subirlas a las plataformas, aunque eso está muy bien, para empezar. Pero podemos hacer mucho más con estas estructuras, llenas de fantasmas, cerradas desde hace meses.
Podemos, por ejemplo, hacer un debate nacional para pensar cómo será la escena que vendrá, sin violencias, y con relaciones más sanas que las que estableció la cultura del mercado.
O podemos hacer un ciclo que rescate la memoria de la escena argentina y transmitirlo por esa tevé que hoy solo se dedica a contar muertes.
Podemos hacer un festival de improvisación que tenga como pauta transmitir las medidas de cuidado social y emitirlo por esas pantallas que hoy están infectadas de opinólogos.
Podemos llevar a esos barrios castigados por la desigualdad y paralizados por la cuarentena los mejores talleres de arte para que este tiempo sin empleo no sea un castigo sino una forma de recibir todo aquello que el trabajo agotador y mal pago les niega.
Podemos hacer una grilla para que las salas del complejo teatral Buenos Aires sean utilizadas por la escena independiente, de acuerdo a sus necesidades.
Podemos reunir a las personas que trabajan en el teatro oficial y a artistas de la escena independiente y armar mesas de trabajo donde se discuta cómo articular esos dos sistemas de producción.
Podemos tener radioteatros en las emisoras públicas dedicados a rescatar las obras que nos legaron las grandes compañías.
Podemos hacer lecturas de aquellas obras de teatro que forman parte de las currículas escolares, para ayudar así a tantos docentes que están haciendo maravillas para sostener el sistema educativo en medio de este aislamiento obligado.
Podemos también recordarle al Estado que la labor de les trabajadores de la cultura merece el mismo tratamiento que les están dando a las grandes empresas concentradas.
Podemos usar este tiempo para repensar nuestras prácticas y vínculos.
Podemos pensar a futuro.
Generar nuevas alianzas.
Inventar juntes cómo seguir.
Podemos hacer todo esto y mucho más.
Lo que no podemos es seguir paralizadas, quietas como liebres cegadas a la luz, con la gestión cultural pública abandonada como si en este contexto no fuera algo esencial.
Lo que no podemos es seguir sin existir.
Primero que nada porque existimos, tenaz y persistentemente.
Pero además porque, en medio de tanto dolor y pérdida, hacemos falta.
¿Es que acaso el Estado cree que el teatro y la danza no son importantes en este contexto?
¿Cómo es que vamos a reunirnos de ahora en más?
¿Cómo vamos a volver a mirarnos a los ojos?
¿Cómo nos vamos a vincular con el cuerpo de les otres?
¿Cómo vamos a volver a estar juntes?
Llevamos mucho tiempo pensando, haciendo y sintiendo cosas que giran sobre esas preguntas.
Trabajamos en comunidad y develando la belleza del mundo.
Hay que inventar un futuro y para eso somos esenciales
Dejen de ignorarnos.
Buenos Aires, 27 de agosto de 2020. Vidriera de Mu, Trinchera Boutique
¿Qué estamos pidiendo?
Todo.
Estamos pidiendo que abran el Congreso para hacer en ese palacio un Parlamento de Artistas. ¿Para qué? Para pensar esta época, para pensar este país, para pensar este mundo. Porque tenemos que pensarlo todo de nuevo. Hasta acá todo nos hizo mal, y no funcionó. Ahora, rescataremos solo aquello que nos hizo bien, no a mí o a vos, sino toda forma de vida, humana, animal, vegetal, mineral, porque todo eso junto, más los que soñamos, es lo que nos da existencia.
Y también para sembrar todo de nuevo y cuidarlo de tanto incendio, de tanto malestar, de tanta injusticia y mala repartija.
¿Y por qué les artistas tenemos que estar en un Parlamento pensando todo eso?
Porque llegó el momento de decir: gracias ciencia, gracias política burocrática, ustedes nos han traído hasta acá, hasta este fracaso. Ahora dejen pensar a quienes hasta ahora no hemos tenido protagonismo y, por eso mismo, no hemos sido parte del desastre.
Ahora, déjennos a les artistas, les intelectuales, les humanistas.
¿Para qué?
Capaz que el arte nos ayuda un poquito a aliviar esa angustia que es peste, capaz que nos ayuda también a no perder la lucidez que necesitamos en esta época. Nos apagaron todos los faros y ahora tenemos que recrear hasta las señales.
No siempre con los ojos podemos encontrar todo.
Necesitamos nuevos faros, nuevas señales para lo nuevo. Que venga entonces el arte a alumbrarnos.
En esta ciudad, por ejemplo, hay siete gigantescos edificios de teatro vacíos. Si no saben qué hacer con ellos en esta época, señores que administran la ciudad, dénnoslos. Nosotres sabemos perfectamente qué tenemos que hacer ahí: llenarlo de arte, de música, de belleza, de disidencia. Dennos las llaves de los siete teatros de la ciudad de Buenos Aires, y de cada teatro oficial de cada ciudad argentina, todos los que están cerrados: déjenlos en las manos de les artistas. Confíen en nosotres: sabemos cuidarnos.
Buenos Aires, 6 de noviembre de 2020, Mu Trinchera Boutique
Pequeño tutorial para el artista desprevenido, le artista asustade en esta época:
Volvamos al barrio, volvamos a la cuadra.
Acercate a la cuadra.
Mirá qué hay.
Acá tenemos una vidriera y siempre hay gente pero capaz que en tu barrio, en tu cuadra, hay un balcón, una ventana amplia, un pasillo como el del Tata Cedrón que canta en el pasillo de su casa.
Capaz que tenés una terraza, una plaza cerca.
Hay que re-crearnos.
Ese es el desafío.
Artista desorientado de tu pueblo que soñás con irte lejos.
Capaz que hay que habitar de nuevo la cuadra, el barrio, el pueblo, la ciudad.
Ser el artista de tu cuadra, volver ahí.
Porque el mercado nos enfermó y la salud la va a traer el arte, para dejar de tener miedo, para conocer al de la cuadra. Volvamos a esto que estás haciendo vos conmigo que me mirás a los ojitos.
Buenos Aires, diciembre 2020, plaza Congreso
Un cuerpo que baila es un cuerpo que sueña.
Muchos cuerpos que bailan pueden desatar la catarata del sueño colectivo.
Con zapatillas, zapatos de taco, calzado lustroso, raído o descalzos, los pies portan la información del ritmo y ese registro es tan antiguo como el fuego. Los pies conectan con la tierra y sus historias. Y así levantan vuelo y sacuden el aire.
Un cuerpo que baila es un cuerpo que lucha. Muchos cuerpos que bailan son la revolución.
Abrimos los ojos, sacudimos las penas, sentimos la música y a bailar la vereda.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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