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No binarismo: autogestión de la identidad

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¿Qué expresan las identidades no binarias? ¿Qué significa no ser hombre ni mujer, ni estar de acuerdo con ninguna etiqueta de género? Lejos de ser una moda, un proceso social y político con raíces precolombinas pone en jaque quiénes somos y cómo nos de-construimos, con demandas concretas al Estado y preguntas para el resto de la sociedad. De las palabras a los cuerpos, experiencias y reflexiones para salir de los moldes. Por María del Carmen Varela.

En una entrevista publicada en la revista MU de julio de 2011, la filósofa, activista, teórica feminista y educadora argentina radicada en Estados Unidos, María Lugones –fallecida en julio del año pasado– le recomendaba a la periodista y fundadora de lavaca Claudia Acuña que las palabras hombre y mujer comenzaran a ser escritas entre comillas. 

¿Por qué Lugones sugirió esto? 

Porque forman parte de una ficción. 

El binomio femenino–masculino responde al pensamiento colonial, planteaba Lugones; es una clasificación inoculada por el conquistador. Antes del desembarco de Colón, por estas tierras tales categorías no eran tenidas en cuenta hasta la pubertad. 

Así lo desarrollaba Lugones en Género y descolonialidad, donde cita a la escritora y activista estadounidense, estudiosa de los pueblos nativos americanos, Paula Gunn Allen: “El género no fue entendido ante todo en términos biológicos. La mayoría de los individuos encajaban dentro de los roles de género tribales ‘en base a propensión, inclinación y temperamento. Los Yuma tenían una tradición para designar el género que se basaba en los sueños; una hembra que soñaba con armas se transformaba en macho para todo tipo de propósitos prácticos’”. 

Si el concepto de “raza” –tal como explica el sociólogo peruano  Anibal Quijano– era falaz, Lugones da un paso más: también lo es la concepción biologicista de división de géneros, que fue construida e impuesta. Más de cinco siglos y un andamiaje de pensamiento cuidadosamente diseñado penetraron profundamente en la psiquis e, incluso, en el terreno de los sueños. 

Colón binario

«Es interesante poder recuperar el anclaje historico”, afirma aquí y hoy Nat, desde la ciudad de Buenos Aires. “Estas existencias no binarias vienen desde hace tantísimo tiempo y esta concepción que nosotres tenemos como sociedad del género dividido en dos categorías es una imposición colonial. Hay muchísimas culturas en las que no era así y desde ahí ya podemos partir para ponernos a pensar”.  

Florián agrega: “Las identidades no binarias son preexistentes a la colonización y en particular, dentro de nuestra civilización ya colonizada, las travestis son identidades por fuera del binario femenino–masculino, que vienen trazando caminos de lucha que generan las condiciones de posibilidad para que hoy muchas personas nos podamos nombrar de muchas maneras dentro de ese amplio espectro que es lo que está por fuera del binario femenino–masculino registral”.

Florián y Nat integran la agrupación Todes con DNI, espacio que empezó a tomar forma a mediados de 2020. Un año antes y durante el Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries en La Plata, Nat participó del primer taller de No Binaries. Luego se armaron grupos de Facebook y de Whatsapp que siguieron el contacto. Y una vez comenzada la pandemia, Nat observó que en algunos medios de comunicación se hablaba de la documentación y daban por cierto que existía por fuera del binomio masculino–femenino. Esa falsedad fue el disparador para activar una exigencia colectiva y urgente: tener un DNI acorde con la identidad autopercibida, una deuda pendiente del Estado con las personas que están por fuera del binarismo de género. 

¿Casillero extra?

¿Qué es estar por fuera del binarismo de género? Nat echa luz sobre definiciones que puedan cerrar la comprensión o caer en simplificaciones: “Parece que hubiera estas opciones: varón, mujer, no binarie. Como si ser no binarie fuese algo que puede incluir a toda la diversidad de experiencias, vivencias, que tenemos un montón de personas. Creo que está bueno recuperar esta idea de un espectro, que ni siquiera es uno solo, porque da la sensación de algo lineal, de un punto a otro y de todo lo que está en el medio. Yo no hablo de todo lo que está en el medio, yo hablo de distintas maneras de concebirse en relacion al género. En lo personal no me identifico con ningún género entonces no es que estoy en el medio. No estoy. En ese sistema que me ofrece la sociedad, no entro”.  

Suma Florián: “Nuestro reclamo político entre otras cosas es que se nos permita un campo abierto en el DNI para que cada quien pueda nombrarse según su vivencia interna del género, tal como dice la Ley de Identidad de Género. No es un reclamo por un tercer género, no binario, porque eso no rompe con la lógica binaria. La Ley de  Identidad de Género nos ampara pero no se respeta. No pedimos un casillero extra ni una lista exhaustiva de identidades, porque entendemos que siempre va a quedar alguien por fuera”.

No binarismo: autogestión de la identidad
Florian: “Nuestro reclamo político es, entre otras cosas, que nos permitan tener un campo abierto en el DNI para que cada quien pueda nombrarse según su vivencia”. Fotos: Martina Perosa.

En transición

La activista trans, escritora y psicóloga social Marlene Wayar invita a pensar la identidad como un gerundio, un “vamos siendo” constante que conlleva el mutar, transformarse, fluir. Florián piensa: “Como la identidad siempre está en construcción y en movimiento, estoy en transición de los modos de nombrarme. Masculinidad travesti tal vez me es mucho más afín hoy”. Por su parte, Nat cuenta: “Yo soy agénero, que no significa que no sea también otras cosas porque justamente la identidad tiene un montón de facetas, y no tiene sentido cerrarme en una sola cosa. Cuando me preguntan por mi identidad de género, como no me identifico con ningun género mi respuesta es esa: soy agénero. Pero también soy trans porque no me identifico con el género que me asignaron al nacer. Eso me hace trans”.

Leyes y trampas

La Ley N° 26743 de Identidad de Género define a la identidad como “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo”. En el artículo 3 deja en claro que “toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo y el cambio de nombre de pila e imagen,  cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida”.  

¿Qué sucede si una persona quiere rectificar partida y luego DNI de femenino  o masculino  y consignar una identidad que esté por fuera del binomio?  “Hay algunos registros civiles que han emitido partidas de nacimiento rectificadas por fuera del binomio masculino–femenino. Algunos sin consignar ningún sexo, otros consignando una palabra específica, depende el caso. No es un tercer género. Hay personas que tienen una  partida que dice no binarie, hay otras que no dicen nada. El tramite debería ser sencillo, pero no lo es, muchas veces te encontrás con dificultades, como nos solemos encontrar ante el Estado”. 

Explica Nat: “Imaginate cómo es cuando nosotres nos presentamos en un lugar y al empleado estatal nunca se le ocurrió que puede existir gente que no es ni varón ni mujer, pero es la persona que se tiene que encargar de hacerme el trámite. No sabe ni qué es la Ley de Identidad de Género y tengo que ir yo a explicarle que tiene que ser gratuito, que no necesito abogades, que la Ley define la identidad como la vivencia interna del género tal como cada persona la siente, por lo tanto no está codificada en dos categorias específicas. Son un montón de cosas que vivimos teniendo que explicar. Es una violencia permanente de parte del Estado”.

Degeneradxs

¿Cómo es vivir con un documento con un nombre y una especificación de género que te asignaron al nacer pero que no te identifica? Le cantante y performer Kndelah lo expresa de otra manera: a través de sus sueños. “Mi sueño sería algún día tener un documento no binarie”, dice a MU. “Siento mucha violencia cuando veo mi DNI porque no me representa, o cuando me inscribo en una beca, un trabajo por ejemplo y no me dan la opción de nombrarme. Necesitamos ese derecho. Hay muchas personas no binarias, intersex, género fluido, gender queer que necesitan tener la opción de nombrarse y el derecho a un documento que nos represente”, sigue Kndelah, que rapea, baila, escribe, imagina performances y llegó hace casi una década de su Córdoba natal.

Así expresa Kndelah este sentir de–generadx en una de sus letras:

Degeneradx
Sin género
ni frontera
ni amo
ni patrón
ni marido
ni partido
ni culto
ni dios
Yo me creé a mi mismx
Pero para crearme primero tuve que destruirme
Yo me marqué la piel
y expuse al sol mis cicatrices
para que no se borren
Para no olvidarme nunca
lo que dejé 
Por ser quien soy

Femme + chongo

Con su poesía, Kndelah da cuenta de su “ir siendo” y así lo manifiesta: “Soy no binarie y mis pronombres son neutros, aunque a veces utilizo femeninos y masculinos también. No hay una sola forma de ser no binarie y cada experiencia no binaria es única, personal y distinta”. 

Durante la infancia se sentía diferente porque no le gustaban las mismas cosas que a sus amigas, pero aún no podía nombrarse. “Nunca me sentí mujer pero tampoco hombre. A lo largo de mi vida me vi forzade a adoptar la femineidad para encajar en este sistema binario hasta que no pude seguir sosteniendo eso, seguir negando mi identidad. Usaba ropa que no me identificaba o buscaba adquirir modos que no eran propios”. 

Primero se vinculó con el feminismo y luego con el transfeminismo,  escucho por primera vez la palabra no binarie gracias a una persona trans y pudo contarle que no sentia la necesidad de transicionar porque “hay días que me siento más femme y hay días que me siento un chongo y hay días que me siento ambxs. Y él me hablo del no binarismo, empecé a investigar, para poder entender lo que sentía y pude ponerle palabras”.  

No binarismo: autogestión de la identidad
Nat, activista de Todes con DNI: “Le vivimos explicando al Estado cómo aplicar la Ley de Identidad de Género”. Fotos: Martina Perosa.

Batallas sin género

¿Cómo es el momento de encontrar las palabras que identifican? Kndelah: “Hay una angustia muy grande al principio, después de que une se habilita la pregunta. La pregunta está desde siempre, pero une la esquiva a veces por que te lleva a replantearte todo, pero eso sale a la luz, no se puede negar quien une es. Cuestionar el género que te asignaron al nacer,  darte permiso para preguntarte: Che, ¿soy mujer? ¿Me siento mujer? me abrió un montón de dudas y pude empezar a entenderme. Es una decisión que empieza desde lo más profundo, pero también termina siendo una posición política. Abortar la femineidad, parirse de nuevo, crearnos a nosotres mismes”.  

Esa autogestión de la identidad y ese convertirse en el propio manifiesto, experimentarlo con la emoción y corporizarlo, significa, como dice Marlene Wayar, “ser el primer objeto de arte a construir”. Kndelah: “He llegado a leer cosas como que es una moda. No tiene idea la gente el costo que es abandonar la binaridad obligatoria. Salir a la calle es una batalla todos los días, existir, conseguir trabajo, entrar a un negocio a comprar ropa, etc, es una lucha constante y a veces uno se cansa de resistir todo el tiempo, simplemente quiero existir y nada más. No hace falta que entiendan el no binarismo pero déjennos vivir tranquiles, no nos nieguen. Cada persona no binaria tuvo que dar un montón de batallas internas para nombrarse”. 

Lo que asusta

¿Asusta el no binarismo? “Sí, porque atenta contra los pilares del sistema capitalista y heteropatriarcal. Ese falso binarismo impuesto, esa polaridad instalada en todos los aspectos de la vida, donde te dan a elegir entre el bien y el mal, blanco o negro, hombre o mujer. El no binarismo cuestiona todo y habilita la pregunta, poniendo en jaque asi al sistema heteropatriarcal y binario”.  

Florián también se refiere a “lo novedoso” del no binarismo: “Pareciera que hay un imaginario instalándose de lo no binario como lo nuevo y ese discurso nos resulta un poco violento por invisibilizante con aquellas identidades por fuera del binario que son las que han generado las condiciones de posibilidad para que podamos nombrar lo no binario”. 

Nat se refiere a la suposición de que el no binarismo implica una sola forma de encajar allí, en la creación de un estereotipo que no deja de ser una forma de clasificación: “El problema es cuando cristalizamos esto de que existe una identidad que es la identidad no binaria y eso es lo nuevo y que tenés que ser andrógine y tenés que usar sí o sí pronombres neutros. Hay muchísimas personas no binarias que no usan pronombres neutros”.

Trato digno

Nat y Florián mencionan el artículo 12 de la Ley de Identidad de Género: “Trato digno”. 

No le sucede eso a Florián cuando va al  hospital y tiene que escuchar el nombre que aparece en su documento: “No deberia ser indispensable tener cambio registral para que se garantice nuestro derecho a la identidad, según la Ley de Identidad de Género”. La doctora respeta en la consulta su nombre adoptado y le llama Florián, pero en la receta pone el nombre del documento, “para que no tengas problema en la farmacia”. Florián debería ser Florián para la doctora y para la farmacia y para cualquier organismo que le mencione. “Es muy perversa la situación en la que nos deja el Estado, cuando no solo no está garantizando nuestro derecho, sino que lo vulnera y nos revictimiza en lugar de ser el garante del cumplimiento de ese derecho. No puede ser que a donde vaya me tenga que llevar impresa la Ley de Identidad de Género, para ver si logro ganar una batalla en la que después la persona me diga Florián y me trate en neutro. Ya el motivo por el que fui a ese lugar dejó de tener sentido y ya no me queda energía ni para hacerme el pap ni para contarle a un psicólogo algo. Hay veces que une no tiene ganas y me veo obligade a dar la discusión política en todos lados, aunque no tenga energía, aunque no tenga ganas, aunque esté triste, aunque me haya pasado un tren por arriba, si no lo hago es autoviolentarme siendo cómplice de que se me generice de una manera, de que no se me respete el nombre y después nos quedamos enojades con nosotres mismes un mes entero repitiendo en la cabeza las múltiples posibilidades de cosas que deberíamos haber dicho y no dijimos. Es muy injusto”.

Desde Todes con DNI ofrecen acompañamientos a personas que concurran a rectificar sus partidas de nacimiento. Esta iniciativa surgió a raiz de que Nat consiguió un turno, se lo contó a Florián, quien preguntó: “¿Vas a ir sole? ¿Querés que te acompañe? 

Nat: “Yo ni lo habia pensado, pero en ese momento dije sí, estaría bueno no enfrentarme sole a lo que pueda pasar y cuando fuimos juntes nos dimos cuenta de lo importante que era poder enfrentar a las violencias del Estado colectivamente”. 

Ese día, en el Registro Civil, se conocieron por primera vez. 

Hacé lo tuyo

En una obra de su autoría, –Disforia o gloria–  le directore, intérprete, bailarine y performer Maik Ghioldi percibió que además de su ofrenda artística, algo más sucedía sobre el escenario: su transición. “Yo solo había decidido mostrarme como soy y dije: quiero que vean y que todos sepan que yo soy este pibite también, no es solo algo que lo vemos cuando me ven bailar y les gusta: yo soy esto, aceptémoslo. Usé la ficción también para comunicarlo, pero después de esa vez, todo cambió”. 

Transcurrieron dos años desde ese momento –corte de pelo mediante– y Maik reflexiona: “Siempre me sentí, sin saber que se podía nombrar así, una persona trans no binarie. Pero cuando yo conocí estos dos términos y maneras de identificarme, lo que sentí adentro mío fue tranquilidad y calma, como de poder entender que ah, esto es así, se llama así, se viene hablando hace un montón y hay muchas personas y cada persona es una manera distinta de eso mismo, no es una cosa acabada”. 

Su ámbito natural es el de la danza y la performance; participa de la obra de Rodrigo Arena, “Mis días sin Victoria” y dicta talleres en Planta Inclán.  Recientemente diseñó un taller intensivo de entrenamiento físico donde el desafío consiste en poner en juego la intuición y la creatividad de cada une. El titulo del taller lo dice todo: “Hacé lo tuyo”. 

Otro de sus talleres es “Tirando Barreras” y en su performance “Maiki Sailoor Queer–Volver al futuro” le cuenta algunas cosas a su yo del futuro, “con esta idea de que el arte es un viaje en el tiempo y que es visionario y vertiginoso”. 

Pro–nombres

¿Qué pasa cuando alguien utiliza pronombres con los que no te identificás? “Hay gente que me pide que le tenga paciencia. Yo les digo: si podés hablame usando los pronombres neutros, lenguaje inclusivo. Y si no, probá hablar sin usar el género porque para muchas cosas no es necesario. No es necesario que me digas: Hola mamita, ¿en qué andás? Hola, sí, bella, decime. O, ¿qué vas a pedir, linda? Ni lindo, ni linde con un ‘Hola ¿qué tal? ¿Qué vas a pedir? Tomá. Adiós’. No hacen falta muchas cosas y en las que sí hacen falta me parece necesario que se respete y que entre nosotres tengamos como iniciativa la costumbre de primero preguntar los pronombres, no asumir nada, porque no hay nada de lo que yo pueda ver con lo cual  pueda asumir su género, entonces se lo pregunto”, plantea Maik.

“Decidís, bueno, acá me pongo a educar, acá no –suma Laurent– ,  en nuestro entorno está esto de no me importa tu opinión: si nadie te la pide, no la des. Con mis amigues nos preguntamos los pronombres”. 

La vida es una performance

Laurent es bailarine, performer y se identifica con pronombres neutros y femeninos. Oriunde de Mar de Ajó, se formó en folclore y tango desde su infancia. Hace siete años que vive en Capital Federal, tomaba clases de femme style y un día le profe dio clase de vogue, explicó de dónde venía y recomendó ver el documental París is burning. Nacido en los ‘80 en Harlem, barrio marginal neoyorquino, surgió como una imitación por parte de la comunidad LGBTQ+ de las poses que aparecían en la revista Vogue. Rechazades y echades de sus casas, comenzaron a juntarse en diferentes casas (de ladrillos y también simbólicas en cuanto a convertise en familia no biológica)  que reconocían a una “madre”. Iniciaron las competencias de danza –las ballroom– que todavía se siguen haciendo y son un despliegue de talento, colorido y glamour.

A partir de conocerlo –y bailarlo– el vogue pasó a formar parte de la vida cotidiana de Laurent, quien es “madre” de la “House of Tropikalia” y esta familia está compuesta por diez hijes. Afirma que el vogue, además de ser un estilo de danza, también es un estilo de vida. “Mi no binarismo fue muy acompañado por mi proceso artístico. Empecé a usar mis primeras prendas no binarias, también era el poder transitar un ser andrógino que es lo que quiero ser hoy, poder analizar ¿cómo me quiero percibir hoy?  Poder fluir entre géneros. Hoy mi no binarismo va muy de la mano con lo performático. A veces con mis amigas nos preguntábamos cuándo es performance y cuándo es la vida real. Hoy en día, con todo lo que vamos procesando, digo: bueno, la vida real es una performance”. 

Privilegios y comodidades

Los pronombres se preguntan, las identidades no se invalidan, el género no se asume. Es la frase que un amigue de Maik va pegando por donde puede y también deja en las casas que visita. “Hay  personas ya instaladas en un lugar de privilegio y eso les perturba su comodidad –dice Ferni–, pero tu comodidad a mí me está asesinando. Esa lengua es la que nos persigue, la que nos daña, la que nos mata. Esto nos está llevando al gran fracaso, como dice Susy Shock. Nosotres queremos hablar desde otro lugar, no desde ese lugar fracasado”. 

Ferni y su gemela Luchi –quien está a cargo de la primera cátedra de Canto Disidente en la Universidad Nacional de las Artes–  usan pronombres femeninos. Con su dúo llamado Ópera Queer desacartonan y renuevan este género musical. Con pinceladas de humor y el aporte de la diversidad en la puesta, sus vestimentas y sus registros vocales, aggiornan la temática operística y la colocan en un lugar mucho más ameno. Hace unos días presentaron su primer videoclip –Papaguenes– sobre el que afirman: “Jugamos con la deconstrucción de los estereotipos y del binarismo. Al final del video somos dos hermanas jugando. Queremos rendir culto a la cultura no binaria, al arte queer, es una propuesta que va mucho mas allá de nosotras. Tiene que ver con cómo la ópera se ha ido presentando a lo largo de la historia: en la Roma papal se castraba a los hombres para que no cantaran las mujeres y en un momento dos hermanas maricas se draggearon y cantaron Papageno Papagena”.

El agradecimiento a las identidades travestis está presente a lo largo de toda la charla, porque ese camino es clave para este presente. Florián destaca: “Y si hay algo que aprendimos de las travas y su habitar no binario en el mundo es el poder de discutirlo y transformarlo todo, empezando por el derecho a construirnos a nosotres mismes a nuesta propia imagen y semejanza. Para mí es indiscutible que la identidad no binaria en nuestro territorio tiene mucho de travesti porque, como dice Marlene, es una teoría lo suficientemente buena”.

Re–nacer

En su poesía “Hombra”, Kndelah avisa: “Yo aborté la femineidad / e hice carne la contradicción / y salí a la calle con la cabeza rapada / y los pechos al viento / yo maté a la mujer / que me asignaron ser / y me parí de nuevo”. 

En este re–nacer, la rueda no deja de girar, porque como afirma Ferni: “Somos lo que vamos construyendo día a día”.

Florián y Nat coinciden en que “hay un montón de maneras diferentes de existir”.

¿Cuál es la manera de transitar este mientras tanto? 

Responde Laurent: “Transformando la energía de los espacios que ocupamos”. 

Y concluye Maik, frente a quienes todavía no la entiendan: “¿Qué esperan de mí? Yo no les pido nada: solo quiero vivir como soy”.

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Portada

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

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A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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CABA

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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