Son 27, se organizaron por las redes y armaron de a poco una orquesta con mirada transfeminista y antipatriarcal, e instrumentos de todos los colores. Para cantar, bailar y pensar, al ritmo de ula autogestión, y proyectando otro mundo. ¿Qué la falta al tango? Por María del Carmen Varela.

¿Dónde están las arregladoras? ¿Dónde están les arregladores?¿Dónde están las compositoras? ¿Dónde están les músiques de tango? ¿Dónde están? 

Dos voces en off hacen interrogantes; luego, cada une de les músiques dice su nombre a viva voz –son 27- y todes juntes coinciden en un solo grito: 

-¡Acá estamos!

Así arranca el show de La Empoderada Orquesta Atípica un domingo de sol, cerca de las 2 de la tarde, en Que Tren Club Cultural, la cancha de fútbol 5 recuperada por un grupo de chicas en el barrio porteño de Belgrano, a una cuadra del Barrio Chino. 

De los pies de micrófonos cuelgan pañuelos verdes, violetas y otros con los colores de la diversidad.  El público – acomodado en sillas ubicadas de a dos y algunas lonitas más cerca del escenario para sentarse tipo pic nic sobre el pasto sintético-  aplaude y se oyen los primeros acordes de un tango. “Qué alegría, cuánta felicidad – comparte al micrófono Iriel Kaufman, una de las cantantes –; acá estamos, volviendo después de un año y medio de no tocar. Esto es una fiesta. Soñamos con este día”.  

Tango, milonga y candombe se sucedieron en este show que contó con las voces de Florencia Journé, Daniela Balestretti e Iriel, con un sonido impecable de esta orquesta que se define transfeminista. 

La Empoderada es una orquesta de tango que está formalizada como cooperativa de trabajo y se organiza en ¡16 comisiones! para repartir las distintas tareas que atañen al grupo artístico numeroso y activo. La búsqueda musical es clara: tangos con letras transfeministas, antipatriarcales, nuevas composiciones que den aire fresco a este género propio de estas tierras. “Queremos un tango popular y diverso”, coinciden. 

Desde la música, apuestan a la visibilización del trabajo de las mujeres, lesbianas, trans, travestis, no binaries, dentro del ámbito tanguero, “lugares que han sido minoritarios para estas identidades y queremos demostrar que también formamos parte del tango, que también podemos ser músiques, arregladorxs, compositorxs, nos dirige una mujer, hay muy pocas dirigiendo orquestas de tango. Históricamente no había mujeres en las orquestas, solo si eran cantantes, y eso habla de una tradición patriarcal y heteronormativa en el tango. Queremos demostrar que venimos a hacer tango con el mismo ímpetu y profesionalismo. Venimos a decir algo, desde un lugar transfeminista, que es el lenguaje de la calle hoy”, asegura Olga Epstein, cantante de la orquesta, cuyo origen sucedió en un banco de músiques en Facebook. Alguien propuso tocar juntes, Pamela Victoriano –actual directora de La Empoderada-  fue más específica: “Hagamos una orquesta de tango”, pasó su celular y armaron un grupo de whatsapp en el cual en un principio eran 75. Esto fue en enero de 2018; en marzo se juntaron personalmente en el barrio de Congreso. Salieron de allí cinco orquestas de distintos géneros musicales, de las cuales persisten tres: además de La Empoderada, la Sister Said, orquesta de jazz y la Suculenta, grupo de folclore.

Una vez que la sonoridad de la Orquesta estuvo más consolidada, hicieron foco en el repertorio. “Empezamos tocando algunos tangos clásicos como para formar el sonido de la orquesta y ahí dijimos  bueno, tenemos un sonido, ¿ahora que queremos hacer?”, cuenta Daniela Amarilla. “Queríamos expresarnos desde nuestra visión, aportar algo más. Hay una frase muy tanguera que dice que en el tango está todo hecho, y no está todo hecho: falta nuestra visión”, suma Pamela Victoriano. Por eso buscaron tangos que les representaran y tuvieran resonancia con la identidad de la banda. 

El show inaugural fue en el espacio Feliza en agosto de 2018. “En ese concierto hicimos tangos tradicionales, y tangos nuevos”, recuerda Laura García Cortés.  Al mes siguiente, fue en Hasta Trilce y le siguieron, entre otros, Caras y Caretas, el Festival de Tango de la República de La Boca, en  Montevideo, la Biblioteca Nacional, ND Ateneo y el CCK en marzo de 2020. En este show en la Ballena Azul, Fifi Real cantó  una memorable versión de Se dice de mí, el clásico de Tita Merello, y dijo en el medio de la canción: “Me gritaron puto, torta, trava, marica, porque yo desde hoy en adelante tengo el tupé de ocupar los espacios, de hacerme visible y sobre todo, de cantar el tango”. 

Durante el tiempo transcurrido en cuarentena, armaron un ciclo de entrevistas, hicieron ensayos por Zoom y prepararon material. En agosto planean grabar su disco debut que se llamará “Acá estamos”. Cuenta Olga: “Nuestra idea es grabar el disco de una manera bastante disrutpiva para lo que es el tango, con diseños de sonidos que no se usan para este género”. El primer tema es Ni un paso atrás, de la murga uruguaya Falta y Resto. “Pamela y Laura lo adaptaron a la orquesta y habla de los femicidios: lo cantamos juntas todas las cantantes”. Dice la letra en su final: 

Hoy nos mueve el deseo y la decisión / De que este canto se haga revolución / Porque un país posible tiene que haber/ Donde no falte nadie por ser mujer / Juntas vamos por más / Ni un paso atrás.

La Empoderada es una orquesta de tango y también es un espacio de contención, de compañerismo, de tejer redes entre sus integrantes. 

Así lo describe Raquel Williams: “Vos mandás un mensaje en el grupo y todes responden: siempre hay alguien para sostenerte. Confiamos entre nosotres y en la orquesta les insistimos a les compañeres para que podamos tocar sus temas”.  

Añade Iriel Kaufman acerca  de las prácticas habituales de la orquesta atípica: “En un mundo donde estamos acostumbrades a funcionar bajo las lógicas del individualismo, la competencia, la verticalidad, el maltrato, nosotres elegimos funcionar bajo las nuestras: horizontalidad, buen trato, el confiar, querer crecer juntes. Y eso es una potencia: una revolución”.