CABA
La Patagonia rapera
Poesía Urbana agita Comodoro Rivadavia. El hip hop como cultura artístico social. A partir de esa idea, Poesía Urbana, en Chubut, saltó de ser un grupo musical, a convertirse en un movimiento llamado Conciencia Activa Detonante que involucra a cientos de chicos puestos a hacer música, eventos, bailes, y a crear, rompiendo un destino que parecía sólo de silencio.Los baldíos en el Barrio Castelli no tienen canchitas de fútbol sino balancines, que son como pájaros mecánicos de cinco metros de altura que chupan petróleo, entre otras cosas. Comodoro Rivadavia se empecina en lo gris, pero en Castelli muchas paredes tienen graffitis, colores que abren la puerta a algo que está pasando a partir de dos palabras leves, rítmicas: hip hop.
Javier tiene 21 años, gorra rapera, arma un cigarrillo, y mira de costado: “El tema es el miedo. El miedo de hablar. De no poder decir lo que uno piensa. Me parece que no se entiende el valor de la palabra. Ni de la acción”.
Según lo que uno suele conversar con el mundo “adulto”, los jóvenes son personitas levemente descerebradas, los chicos pobres (o pobres chicos) son delincuentes potenciales; lo digan o no piensan que lo mejor que se puede hacer es contratar más policías (jóvenes pobres), levantar rejas, cárceles, endurecer leyes, rezar con los obispos que se consternan ante la pobreza (sobre todo cuando ocurre bajo un gobierno que no les gusta) o con el Papa escandalizado. La línea más sincera de este grupo postula el crimen y el castigo como remedio de venta libre.
Muchos setentistas también andan azorados, al no encontrar demasiados jovencitos de menos de 60 interesados en compartir el anecdotario de los años felices. Los buenos progresistas (los progresistas son todos buenos ya se sabe) considerarán que la juventud está sumida en cierta imbecilidad, no como la de antes. Más que policías propondrán oenegés (en especial aquellas en las que ellos trabajan). Dirán que los jóvenes son víctimas del sistema, o pronunciarán: “El problema es la educación”, frase notable que acaso compartan con los buenos izquierdistas (ídem al rubro anterior) que además se pondrán rojos de ideología y de indignación, al declarar que nada es posible hasta que no se haga la Revolución, cosa que ellos mismos difícilmente lograrán porque están ocupados en indignarse con el mundo, y con los demás izquierdistas, socialistas autonomistas, moralistas, librepensadores y otros ex, neo o post, que replican su indignación contra los primeros, todos se van denunciando unos a otros, y la ronda vuelve a empezar. (El problema no siempre es lo que se dice sino el tono neuronal y cardíaco. Según una bella milonga infantil de María Elena Walsh, no es lo mismo ser profundo que haberse venido abajo).
En Chubut ocurre algo más o menos similar, y salvo honrosas excepciones uno puede cruzarse con multitudes adultas hablando sobre los chicos convertidos en drogadictos, ladrones, violentos, desinteresados, incultos, mal educados, vagos, borrachos, entre otras agudas observaciones frente a las calamidades del mundo actual. La acción de la que habla Javier, ausente.
Dicho esto, la invitación es a conocer Castelli, en las periferias de Comodoro Rivadavia, barrio de hip hop y jóvenes pobres que no son pobres jóvenes, que a fuerza de música, baile, poesía, autogestión, pintura de colores, acción grupal, todo intenso y ágil como un rap, están inventando una mirada distinta sobre lo que está pasando con la vida.
¿Qué revoluciona una cabeza?
Cristian Viveros es Iman Fae. Tiene 22 años. Javier Ortega es Asterisco, 21 años. Integran Poesía Urbana, un grupo musical de cinco personas que nació a fines de 2003, y se fue transformando en una red de hip hop que se llama Conciencia Activa Detonante, Cad Tribu, que incluye a grafiteros, o chicos que hacen break dance como Dosis Mortal. Dan talleres de hip hop que abarcan a 150 chicos de barrios periféricos de Comodoro (Pietrobelli, Divina Providencia, KM 5), y trabajan como big bang que impulsó a unos 30 grupos al menos en la provincia, cada uno de los cuales es a la vez como Poesía Urbana, un motor de otras actividades y grupos.
“El hip hop se divide en el canto que es el rap, el baile que es el break, los graffiti, y el DJ (el dí yéi) que en algún sentido es el que armó todo cuando mezcló música y rap y sacó todo a la calle para hacer una fiesta” dice Cristian. En todo lo que rodea a Poesía Urbana y a Cad Tribu, los más viejos tienen 25 años y la camada nueva arranca con 11. El rap entonces es la canción del hip hop. Como un latido:
Ellos no viven lo que vivo,
No lo ven en vivo,
Y sin embargo hablan, amigo,
Abran sus mentes,
Es todo lo que pido
El pensamiento no se viste,
Se pule y se hace fuerte a conciencia libre,
El pensamiento se organiza
Entre el pibe de barrio
Vos y yo
Y muchos que se identifican
¿Por qué hablan de tribu?
Javier: Porque la idea es romper todo esquema jerárquico. Hay líderes pero en realidad todo es una imagen colectiva. No hay caciques. Y esa imagen se refleja al trabajar en círculo. El hip hop es una cultura tribal. Si te parás en una esquina a ver a los pibes los vas a ver en ronda. Y eso rompe el esquema educacional de las escuelas donde el profesor está adelante como un símbolo de autoridad y los alumnos están mirándose las nucas.
Cristian: Nosotros trabajamos en círculo para poder mirarnos las caras. Además el hip hop impulsa la autoeducación, ser autodidactas, aprender de vos mismo como aprendés de los demás. Con eso no queremos decir que los chicos tienen que salirse de la escuela y agarrar los libros solos. Pero sí que la escuela es una cosa y estudiar es otra.
Javier: Acá tenemos la suerte de que la educación es gratis. No como en Chile. Pero que sea gratis no quiere decir que sea de buen nivel.
Pero, ¿qué significa la autoeducación?
Cristian: El tema de los valores. Hay cosas que la escuela pasa de largo. No me enseñaban valores en la escuela, sino a ser profesional, o sea una persona fría. Si manejás una empresa tenés que saber de números, no valores. Y si falta plata, hay que echar gente. Todo así. Por eso sería bueno que en la escuela enseñen primero el valor de aprender. Y después números o cuestiones físicas.
Javier: En la escuela te enseñan a formar fila. No sé si eso sirve. En la escuela te dicen alumno, pero alumno significa persona sin luz. Nosotros creemos que cualquier niño, cualquier estudiante, todos tenemos luz. Nacemos con una luz y una energía con la cual nos desenvolvemos. Lo que sí me sirvieron fueron dos cosas: leer y escribir.
¿Y qué sería lo autodidacta?
Javier: Ser curioso. La curiosidad te lleva a ser autodidacta. Hacerte preguntas. Una de las primeras fue ¿qué hacen con la plata de los impuestos? Pensar eso me dio vuelta la cabeza por completo. Empecé a responderla: con eso crean el asfalto, compran armas, le pagan a los policías que son los que nos pegan. Hay un montón de cosas cuando uno se pregunta, te encontrás con un ser diferente y hay algo que revoluciona tu cabeza. Y te abre a nuevas preguntas. Es algo infinito.
No mucha gente tiene ese tipo de curiosidad. ¿A qué edad se te ocurrió la pregunta?
Javier: A los 14.
Los chicos no son el futuro
Poesía Urbana no se considera un grupo puramente artístico sino algo que definen como artístico social, cosa que puede entenderse desde los 11 años. Otro rap llamado Mi Mundo:
Dicen que somos el futuro del país,
Lavándose las manos: te lo dejo todo a ti.
Y la cosa no es así, ¡no!
Porque si todos aportamos cambiaremos
el matiz
¿Por qué esa letra?
Cristian: Porque sabemos que no somos el futuro del país. En la escuela te dicen eso pero nos dimos cuenta de que no tenemos por qué hacernos cargo de las cagadas de los grandes en el pasado. Si el futuro somos nosotros, lo son también los grandes. Los viejos y los niños. Y lo más importante: el futuro es hoy, no mañana.
Javier: Yo creo que hay que actuar. Porque nada es imposible, y el mundo se puede cambiar. Un amigo mío que se llama Eloy dice que si en 150 años hemos aprendido a hacer mierda el mundo, en otros 150 podemos aprender a mejorarlo.
Cristian: Yo creo que cambiamos el mundo durante todos estos años, todos los días, porque siempre se está pasando uno para este bando, el bando de los positivos.
¿Qué es el bando de los positivos?
Javier: Tratar de volvernos buenas personas, ser amables, ser compañeros en el asunto. Nosotros estamos en una causa que es social, y que no es atacar a las personas. Vamos atacando los antivalores. Lo negativo es el individualismo, no compartir. Y el miedo también. El miedo de hablar. De no poder decir lo que uno piensa. Me parece que no se entiende el valor de la palabra. Ni de la acción.
Cristian: Una persona negativa es la que usa la violencia, como la policía. Te paran, te revisan. Lo que intentan es que te pongas violento para llevarte a la cárcel. Te putean, te dicen cara de pelotudo. Aprendí que si les sigo el juego me convierto en negativo como ellos.
Javier: Yo no respeto ningún símbolo autoritario. La autoridad tendría que respetarme a mí. Además, nosotros también les pagamos el sueldo. No hay que creerse el cuento de los grandes, que dicen que ellos pagan los impuestos. Cuando el pibe compra un caramelo lo paga con iva, así que todos pagamos impuestos.
Cristian: Lo de la autoridad lo legitimás vos. Mi padre yo lo veo como una autoridad que nace del respeto.
Javier: O del amor.
Cristian: Pero no puede ser impuesto. ¿Quiénes son las autoridades? ¿Por qué son más que cualquiera de nosotros? Imponen la autoridad como verdad, y no la verdad como autoridad.
Pánico o Internet
Poesía Urbana armó su propio estudio a pulmón con el hermano de Cristian, en lo que era un galpón de la casa de su madre. Así nació Periferia Records. “Nos pusimos como objetivo la autogestión. Poder hacer nuestra propia economía, que todos los pibes puedan hacer cosas con nosotros”. Esa especie de red rompe el supuesto destino inexorable de pobreza, la etiqueta de delincuencia, o la maldición de que no hay nada que hacer. “Cualquier pibe que viene a los talleres y está con otros, es re copado, mucho mejor que estar en la calle haciéndose experto en otra cosa”.
Para Cristian y Javier, o Iman Fae y Asterisco, lo que logra el hip hop por el lado social es algo escaso: comunicación. “Hoy nadie se comunica con nadie. Ni el adulto con el joven, ni el joven con el niño. Y menos los medios de comunicación. No es que todo esté perdido. Está dado vuelta” dice Javier. Cristian: “Hay comunicación desde que nacemos, tenemos un lenguaje. Pero desde que nacemos nos dicen lo que tenemos que hacer. Te imponen un lenguaje. Ahí es importante ser curioso, para poder pensar y no que te lleve la ola. La televisión es el principal motivo del pánico. La fiebre porcina es un ejemplo. O que a un pibe de 12 años le digan por televisión que mande mensajes a sexo 2112”. Javier: Nosotros buscamos medios como Internet que es un poco más democrático. No te imponen sino que buscás lo que querés. Ya tenemos nuestras páginas web para comunicarnos con los chicos en cadena. Sin publicidad, en plena gripe porcina, juntamos un montonazo de gente”.
Javier prepara mate. El viento de Comodoro reventó el sistema eléctrico y la hermana de Cristian trae una vela cuando en el estudio se hace de noche. Javier tiene una forma nueva de entender la palabra activismo: “Hay que estar activo todo el tiempo. Hacer actividades. No dormirse. El mundo quiere que seamos gente dormida, que no hace nada, que consumamos más y nos quedemos encerrados”. Cristian: “El hip hop contrarresta eso. Y rompe lo de que sos el mejor si tenés la mejor nota, o si tenés el mejor celular o mejor ropa. Eso es superficial. Pero yo creo que hay una esperanza que es lo que uno hace, lo que te llena el corazón”.
Cristian reconoce que hay parte del movimiento hip hop que busca la ganancia económica, “como también buscan mercado, hablan de prostitutas y cosas por el estilo”. Javier hace otro encadenamiento: “Si hacemos temas diciendo que nos volteamos a 5 pibas, nos tomamos 3 lagartos y nos fumamos 20 porros, en una semana llegamos a mtv”.
Tampoco cierran la historia del hip hop en Estados Unidos. “El movimiento ya venía con una característica en común, los inmigrantes. Los afroamericanos se contaban su propia historia como esclavos en Estados Unidos. De ahí viene el rap. El baile nació en Centroamérica. Los graffitis ya estaban en Francia en los años 50”. Javier agrega: “Yo lo asimilo con el universo que está siempre en expansión. El hip hop también. Porque además uno abre horizontes para no cerrarse musicalmente, mentalmente”. Cristian: “Si el arte se vuelve sectario, es autoritario. Y se muere”.
Drogas y personas
Los chicos cobran del municipio por los talleres. “Todo lo hicimos siempre por amor al arte, digamos, pero crecer te hace ver que es importante generar recursos para poder seguir creciendo. Con los eventos juntamos dinero para la pintura y para hacer discos. El objetivo es independizarnos”.
¿Cómo perciben temas como la droga entre los chicos de las periferias? Javier: “Es re complejo. El problema no es la cocaína, la nafta se hizo para los autos y el poxi para pegar cosas. Todo va por las personas. En los talleres no decimos: ‘no te drogues, dejá la bolsa, no tomes’. Lo que esperamos es que el pibe se dé cuenta de lo que quiere”. Cristian lo pone en términos de límites: “Está mal prohibir, porque invitás a hacer lo prohibido. Yo creo que es mejor decir: elegí, está esto, esto y aquello otro. Meté los dedos en el enchufe, y ya vas a aprender. Tenés que saber tu límite como persona. Porque puede ser la marihuana, o la cocaína. Pero el casino puede ser tu droga, o comer demasiado”.
Sobre los medios Cristian considera que simplemente han sido comprados. “Hay diarios que viven de la política y del negocio. La política ha perdido tanta credibilidad que es otra farándula. Todo está organizado para que la gente escuche lo que le quieren hacer escuchar”. ¿Pero lo que hace Poesía Urbana es político en algún sentido? Cristian: “Sí, porque tomamos política como el arte de decidir cosas, plantear ideas hacer cosas. Pero no estamos con ningún partido político, ni siquiera con un equipo de fútbol. Nos gusta el fútbol, pero ya no queremos ser hinchas. Queremos ver buenos partidos, lindos goles”.
Javier aclara otra cuestión: “No aparentamos lo que no somos. No somos chicos sanos que salimos de la escuela y decimos cosas lindas. Nosotros tuvimos el resentimiento social del que es tratado como menos por el que tiene moneda. Sabemos lo que es la calle. Anduvimos en varias cosas. Pero es un proceso de cambiar de vida, de buscar otro camino y desechar las cosas que te hacen mal. Mejor respirar igualdad”.
¿Qué significa eso? Cristian: “Que no te autoclasifiques, que no te creas más por ser artista. Ni menos por no serlo. No nacimos con un micrófono en la mano ni haciendo rap”. No leyeron el número anterior de mu, con la entrevista a la travesti Marlene Wayar, pero sin embargo dicen algo muy parecido: “La identidad está en lo que hacemos, en la delicadeza de saber qué palabras usar para comunicar. En hacer algo social, pero sin caretearla. Primero que nada aprendimos que somos personas”.
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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.
Por María del Carmen Varela
El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.
La propuesta reza:
El Teatro está Abierto: ENTRÁ.
La historia no se repite igual, pero rima.
El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.
La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.
Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».
El texto poético que acompaña el mitín:
Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada
Ayer fue incendio, hoy es apagón
Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito
Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva
Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital
En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.
Entrá porque es urgente
Entrá porque es ahora.
El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.
Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)
[email protected]
Instagram: @festivalentra
CABA
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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