CABA
Cásate conmigo
El casamiento de Anita y Mirko. Desde hace diez años una original propuesta del Circuito Cultural Barracas genera una fiesta protagonizada por vecinos del barrio para combatir el desencuentro.Que Anita y Mirko se casen, con una gran fiesta incluida, todos los sábados. Ésa fue la pócima que inventaron los vecinos de Barracas para transformar el desánimo generalizado que, en pleno 2001, amagaba con llevarse todo lo que se pusiese en el camino.
La alquimia contra el pesimismo tuvo otros ingredientes que hicieron que la fórmula fuese efectiva: que los protagonistas del casamiento sean los propios vecinos y el público; que no haya más requisito para poder protagonizar el espectáculo que tener ganas de hacerlo; y, la frutilla del postre: querer divertirse y pasarla bien.
Desde hace casi diez años El casamiento de Anita y Mirko se repite, estrictamente, todos los sábados a las 22 horas en el Circuito Cultural Barracas, protagonizado por más de 50 vecinos que por unas horas dejan la panadería, el consultorio, el taxi, la escuela o los quehaceres domésticos no sólo para actuar (y lo bien que lo hacen) sino para darle a esa acción un valor agregado: la de compartir, labor que los tiempos actuales desprecian en cualquiera de sus manifestaciones.
Así, sin saberlo con la precisión que reclaman las academias pero con la sabiduría puesta en el hacer con otros como mecanismo para zurcir el desencuentro, crearon un espacio de libertad, interacción y belleza que pocos dramaturgos serían capaces de generar.
Una vanguardia artística creada por quienes estaban en la retaguardia social. Y un knock out a la parálisis.
“Este proyecto tiene un marco: teatro de la comunidad para la comunidad y el arte como transformador social. Creemos que el desarrollo creativo en el vecino produce una transformación”. Las palabras de Ricardo Talento, actor, director y dramaturgo, uno de los fundadores del teatro comunitario en nuestro país y director del Circuito Cultural salen lentas pero apasionadas, como remolonas y disconformes por la partida de sus labios pero precisas y exactas como el antiguo reloj que a su lado marca un tiempo oxidado y a la vez inexorable.
Tic-Tac. Tic-Tac.
Las agujas no descansan.
Me complace pensar que están en el lugar indicado.
Tic-Tac. Tic-Tac.
La hora del arte comunitario
Ricardo se bate a duelo con su apellido para rechazar, de movida, la idea del don del artista: “Creemos que el arte es un derecho de todos. El mundo liberal creó la figura del artista como para decir que están los que se permiten desarrollar su actividad y tienen un don. Están diciendo que otros no lo tienen. Y, además, que se trata exclusivamente de una producción personal. Es un nefasto concepto liberal y hay otro del progresismo: la idea del arte como herramienta, como una utilidad. Nosotros creemos que en sí es transformador”.
¿Y de qué manera transformó el barrio?
Si hay 300 vecinos participando, que dedican su tiempo libre para juntarse con otros, para construir con otros, para compartir; si hay 50 vecinos maquillándose juntos: eso ya es una transformación.
La metamorfosis que señala Ricardo se traslada, también, al público. (Aclaración: aquí público y espectador no son sinónimos sino antónimos).
La puerta se abre como un suspiro y las cuñadas que manejan el salón “La Taffié de tu Barrió” te invitan a ubicarte en la mesa que te ha sido asignada, como en todo casamiento, donde surgirán los primeros diálogos con quienes han tenido tu mismo destino. Mientras van anunciando que “ya llegan los novios”, llega la comida y la bebida, por lo que queda absolutamente claro el interés gastronómico que a todo el mundo le genera este tipo de eventos.
Al rato, Anita y Mirko ingresan al salón y con ellos sus desparejas familias, que constituyen uno de los puntos de atracción y conflicto de esta obra que tiene tan bien incorporados los rituales casamenteros que todo el tiempo hay que hacerse la aclaración mental de que, en realidad, se trata de una ficción. Lo que sentís es que te invitaron: participamos de la fiesta, cenamos, bailamos (hasta se arma trencito) y, como corresponde, nos sacamos fotos con los novios. Durante dos horas recreamos cada uno de los ritos de un casamiento: video, vals, números musicales, cena, lanzamiento del ramo, torta.
Suena la música y es difícil quedarse sentado. La pista es un imán que te succiona y, casi sin que te des cuenta, estás bailando con la novia, con aquel de camisa almidonada y cara de oficinista que ahora agita las palmas y mueve las piernas con mucha más voluntad que eficacia.
De todas formas, nadie presta atención a ese detalle: no le interesa a él ni a ninguno de los que están alrededor. Lo que importa es que estás bailando, como te salga, con ya no sabés quién. A lo mejor son esas dosis de libertades y magia las que generaron que Anita y Mirko se casen cada sábado con el salón repleto de invitados, cuestión que en una obra de otra naturaleza sería mencionada como “a sala llena”.
Ricardo sigue ofreciendo pistas para la transformación: “Hace cuatro años que fui al Foro de Porto Alegre a dar una ponencia. Allí, donde el leiv motiv es ‘otro mundo es posible’, me acuerdo que planteé que no iba a ser así si no éramos capaces de imaginarlo. Porque si no siempre vamos a estar construyendo en contra de alguien y porque este mundo de mierda lo está imaginando alguien, no es casual”.
Talento baja al Circuito Cultural Barracas lo que pensó en Porto Alegre: “Los primeros miércoles de cada mes hacemos lo que llamamos ‘reuniones de reflexiones’: nos juntamos los que quieran, no es obligatorio ni masivo porque justamente descubrimos que en los plenarios hablábamos siempre los mismos, entonces lo interesante aparecía en los bares, en los cumpleaños o en las casas de los vecinos”.
Así fue como empezaron a visualizar la forma de construir. Me lo explica mejor: “Un tema interesante fue el de las llegadas tarde, que era un clásico. Después de mucho charlar se llegó a la conclusión de que el que llegaba temprano es un privilegiado: tiene tiempo para hacerlo, puede tomarse unos mates, charlar con el otro y, en el fondo, está preparando el espacio para el que no tiene tiempo y llega a último momento. Y el que llega tarde de avivado, se lo pierde. Esto que parece una tontería es empezar a visualizar cómo construimos desde otro lado, sin esto no funciona. Yo siempre digo que no hagamos reuniones de consorcio. En las reuniones de consorcio se juntan y los que están hablan de los que no vinieron ese día, en vez de proponer algo. Construyamos colectivamente: ésa es una de nuestras bases porque si no entre tanta gente no podríamos ponernos de acuerdo nunca”.
Ricardo menciona palabras como construcción, acuerdo, propuestas. Las siento en vivo y en directo mientras participo del casamiento que, antes que eso es una maravillosa edificación no sólo desde el producto que se ofrece, sino sobre todo desde los lazos que se construyen entre quienes sábado a sábado realizan la función.
Lazos.
Eso se ve, aunque sean invisibles, cuando antes de comenzar el espectáculo tengo el privilegio de colarme en el set de maquillaje.
El elemento central no son las pinturas sino el mate, con el tejido que es capaz de construir cuando pasa de mano en mano. Lo primero que veo son actores de diferentes edades que se maquillan unos a otros, que comentan una cosa tras otra mientras ultiman detalles. De fondo, ese murmullo que emerge de varias conversaciones simultáneas se entremezcla con risotadas de distinto calibre. Risas infantiles traviesas. Risas traviesas adultas. Risas nerviosas, despreocupadas, precisas. El olor a yerba húmeda, regada, inunda el ambiente pese a que hay más de cuarenta personas yendo y viniendo. Donde yo veo actores, ellos ven al del 4º B, al canillita, al carnicero y a la panadera. Desespero por adivinar: éste tiene pinta de almacenero, esa señora debe ser la del locutorio, aquél es el del kiosco. Es una orgía de edades, ocupaciones, profesiones, misterios.
La metamorfosis ya es un hecho pero se agiganta para los que miramos la escena con ojos noveles. En su relajada concentración por maquillarse no adivinan el impacto que produce ver a casi cincuenta individuos que están compartiendo este instante sólo por el goce que produce hacerlo. En vez de encerrarse en sus casas a ver la tele, en lugar de mirar el barrio por la ventana…
Vuelvo a lo que Talento me decía sobre la transformación.
¿Cómo se sostiene el espacio?
Los lunes está lo que llamamos el Taller de Integración: los vecinos que recién se integran. Además, el primer lunes de cada mes, a las 20 horas, viene todo el vecino que quiere participar por primera vez. ¿Qué hacemos? Empezar a transmitir técnicas básicas: canto, actuación, baile, maquillaje. A los dos meses ya está integrado a los espectáculos.
Ricardo aporta otra clave para entender las características del teatro comunitario: “La cantidad de gente que va y viene ha sido la gran fortaleza del teatro comunitario. Y descubrimos que cuanto más móvil, más fuerte es. Al vecino le pasa que quizá no puede venir, le cambiaron el horario en el trabajo, algún sábado no puede, entonces cada personaje tiene dos o tres versiones. Todos saben que existe este espacio que es de todos y que si se van, pueden volver cuando quieran, no hay culpa ni nada. Tiene la movilidad que tiene la comunidad”.
Más movilidad tiene la chica de vestido cuadrillé que encabeza el trencito con un ritmo que mis piernas envidian y mis ojos agradecen.
Anita y Mirko se despiden de sus familias. Una vez más han celebrado su casamiento aunque cada noche sea totalmente diferente a la anterior. Hay quienes sostienen que cualquier observador, por el mero hecho de ser testigo, influye en la realidad que está observando, la altera, la modifica.
La próxima función quizá sea diferente porque estás vos.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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