CABA
Efecto Noy
Fernando Noy. Alguien lo definió como “el poeta de las intensidades” y es cierto. Es uno de los grandes, en todos los sentidos posibles: por su obra, por su vida y por todo lo que representa y desordena. Así es ser Noy.Está sentado en una mesa de un bar de San Telmo, volando de fiebre en una noche fría. No debería estar aquí, pero estamos hablando de poesía. Fernando Noy es poesía, y si hay que arder, prefiere arder hablando sobre aquello que más ama.
El médium. La poesía no está en la boutique, ni tampoco está en los libros. La poesía es dura, es resistente, es acción. Por eso uno de los poemas de mi nuevo libro, Piedra en flor, dice: “Ya no compro libros, leo las ventanillas, las caídas del sol.” Ahora termino el quinto libro y luego estoy empezando el sexto, porque los libros se hacen solos, uno es medium, chamán, mentira que uno se sienta a escribir un poema. El poema es una constelación, no es que me ponga a llenar algo para cumplir la cuota. El poema te pone la silla, el poema te pone la piedra, el zaguán, el poema te pone hasta el pelpa, yo iba a lo de Alejandra Pizarnik con papeles encontrados en los tachos, yo escribía ahí, aunque ahora soy más de los cuadernos Gloria. Alejandra era una sibarita de los papeles, me decía ¡Cómo podés escribir en una servilleta! Varios años después de su muerte, un día vamos por la calle con su hermana Miriam y vemos una de esas librerías preciosas que hay ahora, que tienen cosas insólitas, nuevas, y me dice Miriam: ¡Pensar que hasta en eso fue precursora mi hermana! Y es verdad, porque Alejandra , por ejemplo, toda la biblioteca la tenía absolutamente forrada. Entonces me decía, por ejemplo, Octavio Paz, ¿qué es? Ya sé, plateado. ¿Nerval? Bordó. ¿Dorado? Artaud. Estaban todos, Milosz, Trakl, esos poemas que no se encuentran más.
En llamas. Yo perdí muchos libros. Resulta que vuelvo después de un viaje muy largo, de un año, algo así, le había prestado el departamento a un amigo y había dejado muchos libros en una portería, libros artejibarizados, intervenidos, dibujados, y el portero me dijo, mire, yo no se los doy si no me paga 1.500 dólares, porque su amigo se fue y no pagó nunca nada. Yo me quería morir. Fabiana Cantilo y un grupo de gente amiga me ayudaron. Tardé 48 horas en juntar la plata y cuando llego, el tipo había prendido fuego dos valijas mías. Ahí nace Cuentos quemados por el portero, donde reescribo todos esos cuentos inéditos que estaban en las valijas que quemó este hijo de puta. Yo dejé de escribir cuentos porque descubrí que a nivel estilístico todos los cuentos son el mismo. Entonces nació un estilo, una grafía, una manera de narrar. Quería hacer un cuento hiperrealista, un cuento surrealista, un cuento con un devenir, y en este libro lo logré, falta un pim, pam, éste sale, éste se queda. Leopoldo Brizuela, Oliverio Coelho, Luisa Valenzuela, por ejemplo, son buenos escritores, pero son autores de repertorio. No son contracanto, no son atonales: siguen una línea. Ahora yo te voy a decir una cosa que te va a poner contento: en mis cuentos me resulto genial. Ahí sí me aplaudo.
La orfebrería del lenguaje. Tengo casi sesenta pirulos, no es tanto, hay gente que tiene mayor obra y más importante, pero no puedo parar de escribir un poema por día. Algunos, una vez terminados, no se pueden tocar, como si fueran un haiku: es posible que alguno lo desarme, lo vuelva a armar, pero la primera versión es la que reina. Con otros, en cambio, me encarnizo, me obsesiono en este trabajo de orfebrería del lenguaje. Amelia Biagioni se quejaba de que no podía parar de corregir, de que aun editados sus libros, sigue corrigiéndolos, a mí me pasa lo mismo. Uno corrige, corrige y corrige, porque es su modo de corregir el mundo. Porque la poesía, el libro, siempre va a estar en el mundo. Ahora, qué hermoso cuando el poema no se deja tocar más, cuando está coagulado, cuando es realmente un zafiro, una esmeralda o un pedazo de carbón. Hay poemas que pueden ser joyas y otros que pueden ser latas de un coche de bodas.
Las grandes. Yo creo que hay tres grandes grandes acá: la pasionaria, que es Alejandra Pizarnik; la hechicera, que es Olga Orozco, y la cósmica, que es Amelia Biagioni. Alguien me dijo: tenés que dar un taller, y cobrar mucha plata, y yo dije no, taller no doy, porque soy la persona menos indicada para aprehender la poética, y ahí se me ocurrió hacer un recital donde yo recitara a las poetas que a mí me enseñaron qué, cuándo y cómo. Y ahí empezaron los recitales con Alejandra, Orozco, Biagioni. Ahí soy la Callas.
Los fabulosos cuatro. En los 70 había grandes escritores. Estaban Néstor Sánchez y Osvaldo Lamborghini. Ésos son los más grandes y suelen ser opacados por el falso resplandor de la biyuya. El tercero es Laiseca, y el cuarto sería David (Viñas). Hay toda una conjura contra Sánchez: vivió una vida muy terrible con la obra más importante de Argentina, era tan delirante y tan genial que no le daban el placet de genio. Liliana Heer fue muy amiga de él. Es lógico: el que los lee nos mira, somos ese eco. Liliana Heer destruye el canon con sus libros, está formando parte de esa pléyade de artistas que son únicos, como Clarice Lispector, como Leonora Carrington, que acaba de morirse. Es un surrealismo más surrealista que el propio surrealismo. Cortázar se declara enorme admirador de Sánchez: no le llega ni a los talones. Sánchez no era un conformista, no era un lobbysta, no hacía todo lo que hay que hacer para después ser. El amhor, los Orsini y la muerte, ¿Eso que es? ¿Novela? ¿Poesía? Es como Lautréamont. Los demás son poetas de diploma, poetas diplomados, poetas de heladería, de carrera, poetas del jet set. Son poetas transgénicos: se están mintiendo a sí mismos y sobre todo, a la poesía, porque se la creen, loco. Es muy triste ver grandes escritores que van siendo destruidos por esa pandilla falsa… Hay algunos grandes que no están supermercadizados: Irene Gruss, Juana Bignozzi, y hay otros más jóvenes, muy importantes, como Daniel Amiano, Martín Gambarotta, Rodolfo Edwards, Clara Muschietti, Pablo Marchetti… Se es o no se es poeta. Algunas figuras hemos llegado a ciertos lugares más sólidos y aéreos. Yo agredo a los falsos poetas, los recrimino, los insulto, porque todos se llenan la boca con la Pizarnik, pero si supieran lo que sufrió esta mujer para ser quién era. Es fácil guitarrear desde afuera. También hay un problema: en esa época, por ejemplo, Pizarnik comenzaba a hilar sus juegos verbales, experimentando con textos nuevos, incursionando en el lugar donde las palabras se mordían y se violaba a sí misma y provocaba una situación hilarante y al mismo tiempo sorprendente, y la gente –los pares de ella, incluyendo a Olga Orozco– decían que estaba loca, que eso no era nada. Y justamente eso es el mayor aporte, la revolución en la plena quietud de sus certezas. Yo no niego la influencia de ella: todo lo contrario, hay gente que la oculta, que dice: “Sí, es cierto, este trajecito me lo hice parecido, pero la tela me la compré en París”.
La fija. La poesía es como el fútbol y como el hipódromo: uno sabe cuáles son los caballos que jugó, y cuál ganó, cuál perdió, es un lenguaje de pares. Cuando uno nombra a Joyce Mansur, por ejemplo, es como decir “la yegua Bataraza”, o como hablar del gol que le hizo Riquelme a no sé quién. Mi padre gastó toda su fortuna en los caballos, y yo creo que los caballos son los poetas y con los poetas yo no pierdo, gano. Los poetas son la fija, ¿no? La gente escucha más el ronroneo de las bestias porque no ha ejecutado el gusto de la percepción poética. Algún día será simplemente eso.
Matrimonio igualitario. Hubo muchos amigos que quedaron en la indefensión y en la calle, fueron eyectados de mansiones ante la muerte de sus compañeros. Tengo diez casos para contarte; entre ellos está el de la pareja de Bergara Leumann, pero creo que el matrimonio es un tema de cierta asociación dentro del amor para poder cuidar al otro. Cuando anunciaron el matrimonio igualitario yo estuve muy de acuerdo, pero dije: ¿para cuándo el divorcio?, y ahí se reían todos, pero se quedaban mudos, porque no sabían qué responder ante el humor, porque el humor es una especie de granada o bomba atómica que explota. Yo creo también que se puede ser padre, todo bien, se pueden tener hijos, de todo tipo, de todo origen, que un hombre con otro hombre pueden criar a una niña o un niño, pero creo que así se diluyen los estigmas originarios, porque así uno ya no es gay: es un padre, un hermano, un hijo o un marido. Por eso digo ya no soy mas gay, yo prefiero ser puto, yo sigo siendo puto.
El terror y la maravilla. El destino me llevó a un lugar realmente hermoso. Yo nunca pensé que andaría por la calle mariconeando, fumando marihuana, y no tendría problemas. En el Proceso, cuando lo hacía, era tan buena actriz que no se daban cuenta. Fumaba contra el viento: era toda una apuesta para sobrevivir. Ahora es la libertad absoluta, que es el terror para algunos y la maravilla para otros. Ahora, lo único que siento excepcional es el hecho poético, la poesía, ajeno a todo este menjunje, a toda esta coyuntura, porque está eso de “Piden pan no les dan”, pero después del alimento, ¿qué?
Nomuerte en París. Yo soy antisuicidio totalmente, ¿y sabés por qué?, por haberme intentado suicidar. Yo estaba en París y había tenido un romance loco, con heroína y todo, y esta persona desapareció de mi vida y entonces ya no quería saber más nada. Había comprado todo lo necesario. Me tomé unos vinos para darme fuerza: estaba en un cuarto de hotel muy lindo en París, al mediodía, y tomé tanto que me quedé dormido. Y ahí en el sueño tuve una revelación: aparece Alejandra Pizarnik –te lo juro por mi madre, que vive– caminando, sinuosa, entre las mesas de un bar que podría ser La Paz. Y yo sentado ahí. Me dijo:
–Vengo especialmente a decirte algo.
–¿Qué?
–El suicidio no es la respuesta.
–¿Vos me venís a decir eso?
–Sí, justamente. Primero porque yo me suicidé. Suicidarse es conocer los pasadizos secretos de la desesperación.
Lo más gracioso es que yo me desperté de esa especie de embriaguez y corrí hacia el bar donde estaba el chico que me había vendido el veneno para ratas con el cual pensaba matarme. Era delgado, tenía el pelo largo, anteojos negros, y me dijo bueno está bien, yo te acepto la devolución de esto –yo le había dicho que los roedores estaban asolando una casa: todo mentira– pero tienes que hacer algo por mí. Y ahí, bueno, ¡sabés lo que fue eso! Era muy caro ese veneno: costaba como 100 dólares y en París no era nada fácil juntar 100 dólares. Fue una relación fugaz, yo entendí que el sexo por sexo no servía para nada, pero en este caso me salvó la vida.
La gaystapo. Cuando caía presa, tenía 17, 18 años, nos levantaban en Corrientes, nos llevaban a la 5° y nos pasaban electricidad por el cuerpo: tengo marcas, todavía. Tenía el síndrome de Estoeselcolmo, porque los canas, viste, “me chupás la pija y te dejo salir”, y yo bueno, dale, si no, no salía nunca más. Como era monona y bonitona, un par de veces lo hice y salí, entonces decían “la Noy es buchona, porque tiene el buche lleno …” de semen que vomitaba durante varios días, de asco, pero estaba libre. Era terrible lo que pasaba con la cosa gay. A mí me agarraban de los pelos, me arrastraban por el suelo, era muy grave la gaystapo.
Las drogas. ¿Por qué creés que están prohibidas las drogas? Porque si estuvieran permitidas ya no podrían dominarnos. Ni la iglesia ni la policía ni nadie. La marihuana es maravillosa. Si yo tuviera más plantas floreciendo en algún lugar del planeta, es lo único que me falta para ser absolutamente feliz. Como decía Giuseppe Ungaretti, “Hemos perdido el mar, tan solo el mar”. No hay evolución del éxtasis, no hay evolución del placer, no hay evolución de la colmena o el harén, donde lo gay sería casi sagrado, porque casi todas las civilizaciones lo ven así.
Los niños. Lo que más me horroriza es la Iglesia católica y es la que más tiene ese horror que es la pedofilia. Yo siempre tuve miedo de matar a un pedófilo, veo a un tipo molestando a un niñito y sería capaz de mutilarlo. Venero la infancia. Los niños de 5 años son la salvación. Mi sobrino de 5 años me hace unas preguntas que superan a la poesía. La niñez es evidentemente milagrosa. La niñez es la flor más hermosa, la bebida más hermosa, el sol más hermoso, el árbol más hermoso es un niño, hombre o mujer, lo que fuere, y después viene la adolescencia, que es fascinante. Ahora bien: una vez que pasaste los 20, ¡cuidado conmigo!
Cristina. Yo quiero decir que Cristina es MI Presidenta y mi Presidente al mismo tiempo, porque la palabra puede ser la misma, pero ése es un detalle de mi vida, como cuál es mi Obelisco, y cuál es mi heladería favorita, porque ya no podemos meternos en otra cosa que no sea poesía.
Los oráculos. Yo leo a Milosz y digo ¡cómo hiciste! Milosz es lo más grande. Milosz es el papá de Cioran. En Cioran, este rumano terrible, la melancolía es tan pesada, tan poderosa, que deja de lado la falsa celebración, la alegría porque sí. Es una melancolía tan fascinante como la mejor amante. Milosz es un poeta oracular: abrís una página y te responde todo, abrís una página de Rumi, el poeta persa y te responde todo. Por eso digo que lo único que nos faltaría es reeditar, reimprimir a todos los grandes poetas y listo. Y consumirlos, como si fueran botellitas de leche a la mañana.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

- Revista MuHace 3 semanas
Mu 205: Hay futuro
- CABAHace 2 semanas
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Femicidios en julio: la noticia es el horror
- ActualidadHace 2 semanas
Mendoza movilizada: sábado de caravanazo contra la minera San Jorge
- ActualidadHace 3 semanas
Mapuches en Neuquén: 10.000 personas movilizadas contra la represión y en apoyo a las comunidades originarias