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Cielo abierto
Colectivo Cósmico. Con imágenes y música crean un estilo potente para despertar la imaginación o detener camiones.
Este Colectivo Cósmico encendió su motor hace ya casi una década y con una banda de amigos y compañeros de escuela, mayoritariamente de Villa Martelli, Florida, Olivos y San Martín.
Verlos en vivo, ya desde la época inicial, es un deleite. Una formación en la que las mujeres toman la voz y que, allá por 2004, reventaba bares del under de zona norte con covers de los Redondos, Spinetta y un crisol de canciones propias, cuyos estilos iban (y van) desde Tanguito, Piazzolla hasta la zamba. Ya maduros en cuanto a lo musical, sumaron acción poética: Juanra podía abrir un show moliendo a palos un lavarropas destartalado, respetando perfectamente el pulso de la canción que la banda comenzaba a hacer sonar.
Lo visual entreverado con lo musical, permanentemente. Esa es la característica de Colectivo Cósmico. No podría ser de otra forma explica Juanra, un músico que en pleno show puede dejar el esenario para tomar el puesto de “las visuales” y comandar como una nave el proyector. “Todo se encadena en Colectivo Cósmico. No es solo la música. Hasta cómo interpretamos nuestra música tiene que ver con las vivencias, las cosas que pasan en el lugar, en cada movida en la cual participamos… y las visuales siempre fueron en paralelo a la música. No es que hacemos un tema y después le ponemos las imágenes, sino que forman siempre parte del todo”.
Escenas cósmicas
La charla transcurre en la casa de Juanra, en la parte más sanmartiana de Villa Martelli, casi al borde de Avenida de los Constituyentes. Contexto de fábrica, bares de pocas damas… y de noche, caminá rápido.
Los y las nueve integrantes forman un semicírculo que abraza a este entrevistador. Miur Namur, una mujer de pelo oscuro y ojos profundos, comparte también ese rol de comandanta visual y cuenta: “La propuesta es salir a la calle y filmar cosas que se nos ocurren en el momento, después –al ponerle la música– vemos que estamos hablando de lo mismo. ¡No hace falta unirlo! No es forzado”.
Está claro que son músicos, escritores y artistas polifuncionales, que se mezclan como si no hubieran estado separados nunca, como si la misma cabeza colectiva produciera, por ejemplo, los textos de Maxi, la canción de Pablo, la teatralidad de Eric, el jazz de Ary y la síncopa de Cooper.
Las ventanas
El Pela aporta un concepto interesante: “La proyección te abstrae del lugar donde estamos tocando. Es como si te proyectaran encima una ventana”. Juanra suma: “Se refleja la mirada que cada uno tiene en la vida cotidiana, pero sumada al show. Muestra que uno, en realidad, vive en el escenario”. Rebobino el concepto: una ventana que se proyecta sobre el show, esa ventana muestra la vida cotidiana, nos muestra que vivimos en un escenario o que el escenario es la vida, que la vida es un show, o que lo que se hace en el escenario es parte del cotidiano… Es cierto: se explica mejor cuando se ve (y se siente) en vivo.
“Hay ciertos temas que son una pintura, como Pocho, por ejemplo: es imposible no verlo al personaje andando por las calles. Y jugar con esa imaginación que propone la poesía usando una imagen es algo alucinante. También es una lástima no poder verlo”, se ríe Pablo: durante los shows quienes ven las proyecciones son los espectadores. A los músicos les resta mirar las caras que pone la gente e imaginar lo que está siendo proyectado encima de ellos, y eso tiene que ver con la identidad de la banda: esa capacidad que tiene de improvisar o cambiar sobre la marcha y en la propia cancha.
Poner la voz y el cuerpo
Colectivo tocó, allá por 2010, a orillas del Río de la Plata, para alimentar un reclamo vecinal que repudiaba la privatización de la ribera del Río de Plata. Un show cargado de potencia y rocanrol, donde no fueron la frutilla de un reclamo: la banda era parte de la asamblea.
Si bien los integrantes no tienen roles fijos –por que todos van cambiando de puesto y tocan varios instrumentos–, Sol Varak es la voz referencial. Esa voz inigualable proviene de un cuerpo de no más de metro y medio que se hace gigante en cada show. Con la misma actitud que se para frente al escenario, se paró frente a los camiones que querían atacar la costa.
Misma actitud: Pablito Ferrari. Años de talleres gratuitos de guitarra, discursos en manifestaciones y, obvio, jornadas memorables de palazos policiales. Y así, el resto de los integrantes.
“Juanra una vez dijo que Colectivo es una entidad propia. Es algo que no somos nosotros sino que es”, recuerda Sol. “Los integrantes construimos esta metáfora de ser una nave, que es la unidad de todos”.
Siempre fueron considerados un seleccionado de grandes artistas. Sin embargo, en términos de guita tienen que remarla como cualquiera. “El mundo de la música abre puertas (El Pela se refiere al dinero o la fama) y nosotros preferimos abrir otras puertas: las puertas que están en la cabeza de la gente”. Sol pisa la tierra, y agrega: “A veces nos olvidamos tanto del tema de la plata que sólo nos acordamos recién cuando hay que grabar un disco”. O sea: seguir los objetivos y poder cubrir las necesidades.
Queda claro entonces: un colectivo es un vehículo que transporta a la gente a distintos lugares. Pero un colectivo que abre puertas en la cabeza de la gente: ese es un colectivo cósmico.
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Y azul quedó
Qué hay detrás del dólar blue. Las corporaciones presionan por la devaluación para recuperar márgenes de ganancias. Las vedettes del modelo extractivo -mineras y sojeras- también, para obtener aun más beneficios. La especulación inmobiliaria, que ya forma parte del modelo corporativo, es otra de las que impulsan esta batalla contra el peso. Todo en un año electoral. Pero detrás de la Operación Blue está escondida una vieja conocida: la deuda externa. Su cifra actual supera los 180 mil millones de dólares. Este marzo un decreto presidencial dispuso el pago de 2.334 millones sólo de intereses. Por eso el gobierno necesita dólares. Pistas para entender qué está en riesgo.
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El señor Techint
Paolo Rocca. Es el hombre más rico de Argentina, pero es italiano y mudó parte de la administración del grupo a Uruguay. Maneja un emporio con empresas en 100 países. Formado en las ciencias sociales, le tocó conducir el timón en el océano de la globalización. Logró que Chávez le pagara cuando estatizó su empresa, pero no pudo comprarle al Estado argentino su parte en Siderar. En la coyuntura electoral, juega a la devaluación para bajar el costo salarial en relación al dólar. Genealogía de uno de los principales jugadores económicos de la actualidad.
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A toda costa
La Asamblea No a la Entrega de la Costa Avellaneda-Quilmes. Frenaron un mega proyecto inmobiliario de la multinacional Techint. Organizan caminatas para que se conozca lo que defienden: el humedal y el bosque que resisten en la orilla más contaminada. Propuesta: “Cuando todos saben, el poder está en todos”.
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