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El buen parir
Asociación Argentina de Parteras Independientes. Se organizaron para resistir un proyecto de ley que pretende impedir que asistan partos realizados en el hogar. Cuáles son las cifras y los resultados que las avalan.
Los videos que circulan en las redes sociales muestran a mujeres pariendo en bañaderas, acolchados en el piso, pelopinchos, camas. Están sentadas, tomadas de las manos, sostenidas, reclinadas sobre sus parejas. Son mujeres pariendo en sus casas. A veces hay música, otras el piso está lleno de flores. Los grupos y páginas donde ver estas experiencias se multiplican, los videos también. La tendencia se triplicó en los últimos años. Las cifras de un relevamiento de la Asociación Argentina de Parteras Independientes (AAPI) contabilizan:
En 2011 se registraron 386 partos en domicilios.
En 2013 sumaron 628.
En 2015 ya llevan registrados 1.127 nacimientos asistidos en casas por parteras: licenciadas en obstetricia, principalmente mujeres.
En semicírculo cinco mujeres –tres licenciadas en obstetricia, una psicóloga y una enfermera obstétrica- y tres niños –paridos en sus casas-, nos dicen qué representan estas cifras. Son parte de la Asociación Argentina de Parteras Independientes (AAPI), asisten a familias que deciden parir en sus casas, ellas también así lo hicieron. ¿Por qué? Principalmente, dicen, por el acompañamiento que implica. El enfoque del acompañamiento concibe al parto y el proceso de gestación previo como un proceso de salud, no como una patología. Las parteras dicen: “La mirada del Ministerio de Salud es prevenir la enfermedad o patología, entonces el médico conduce, controla o asiste los partos bajo esa mirada. La mirada que nosotras tenemos es que todo el proceso gestacional y los cuidados de la salud reproductiva, son procesos de salud, por lo tanto acompañamos a las familias en procesos saludables”.
La ley y la trampa
El ejercicio de las licenciadas en obstetricia está regido hoy por la ley N° 17.132, sancionada el 24 de enero de 1967. En el capítulo II, dedicado especialmente a las obstétricas, el artículo 51 dice: “Las obstétricas o parteras pueden realizar asistencia en instituciones asistenciales oficiales o privadas habilitadas, en el domicilio del paciente o en su consultorio privado, en las condiciones que se reglamenten”.
Hoy, el parto en casas está contemplado si el embarazo no presenta alguna patología, en ese caso se articula con médicos o especialistas. “Un médico estudia y se forma para atender patologías, pero nosotras no atendemos patologías, acompañamos a las mujeres en los procesos de salud y donde se presenta o es necesario la atención de algún profesional por alguna patología, lo articulamos”.
En septiembre de 2011 se presentó un proyecto de ley que propone modificar la ley N° 17.132. Entre las modificaciones actualizaba las tareas de las parteras, pero restringía la posibilidad de asistir partos en casa y los admitía sólo en instituciones habilitadas. Frente al proyecto, parteras -que ya se conocían y muchas habían trabajado juntas- conformaron la Asociación Argentina de Parteras Independientes (AAPI).
La urgencia las organizó. Junto con la Asociación de Familias por el Derecho a Elegir, durante todo el año 2012, tocaron puertas, realizaron charlas, reuniones, llamadas, entrevistas y así lograron que en noviembre se incluyera en el proyecto la posibilidad de asistir partos en domicilios particulares. Pero el proyecto se cajoneó y perdió estado parlamentario.
Una nueva alerta apareció en el año 2014 cuando el diputado y médico Juan Fernando Marcópulos (FPV) presentó nuevamente el proyecto, pero sin la modificación que se había logrado incluir en 2012.
La organización nuevamente tomó las calles. El 14 de mayo, mujeres, niños y familias enteras se manifestaron en la Avenida 9 de Julio. Muchas de las parteras se quitaron el corpiño y pintaron sus tetas de colores. Los carteles gritaban: “Por el derecho a elegir”.
“A partir de la marcha del 14 de mayo el ministerio de Salud convocó a varias reuniones, donde le propusimos hacer algún tipo de regulación específica o recomendación. Pero quedo ahí, stand by”.
Natural vs negocio
Las parteras afirman que planificar partos en domicilios asistidos por parteras no presenta mayores riesgos que en instituciones para las mujeres y recién nacidos. Los datos:
De los casos registrados en 2015, en el 85% no fue necesario el traslado a una institución.
El 91,8% finalizó como parto normal.
Sólo tuvo una cesárea el 6,5% de los casos, cuando en instituciones privadas –según datos no oficiales- las cesáreas superan el 60 por ciento y en públicas, el 30 por ciento. La Organización Mundial de la Salud recomienda que el porcentaje de cesáreas sea entre 10 y 15 por ciento.
Si se prohíbe el parto en domicilios asistidos por parteras ¿quién los va a asistir? ¿Qué va a pasar con las familias que quieren parir de esa forma? ¿Cómo se llevarán a cabo los partos si las parteras no pueden estar ahí?
“Lo peligroso es que las familias que eligen parir en el domicilio van a dejar de tener la asistencia de las parteras que acompañamos todo el proceso de gestación, parto y post parto. Una ley no va a prohibir que una mujer, por elección, por ideología, por convicción, quiera parir en su casa. Va a parir igual, pero la asistencia de las parteras, el acompañamiento, no va a ser efectivo. Las mujeres no van a dejar de parir en su casa, eso es lo peligroso”.
Y las palabras resuenan con eco: el peligro es no poder elegir.
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