#NiUnaMás
Las celdas de Santa Fe

Una niña de 13 años, cuyo nombre no trascendió, desapareció durante una semana en Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe. Fue encontrada el 24 de octubre de 2015 en la Subcomisaría 26º de esa localidad en marco de allanamientos en medio de una investigación por el robo al Banco Credicoop de General Lagos. Es decir: por casualidad. El caso muestra formas de acción policial que no pueden ser consideradas accidentales, sino parte de un sistema.
La niña estaba encerrada en una celda, sin registro en el acta de ingreso a la dependencia. Tampoco había ningún aviso a las autoridades judiciales.
Fueron detenidos el oficial de guardia, Juan Lezcano, el jefe policial de la seccional, Maximiliano Maldonado, y cuatro efectivos que estaban presentes en el momento del hallazgo. En el domicilio de uno de ellos encontraron un kilo de cocaína y medio kilo de marihuana en forma de ladrillos para fraccionar y comercializar.
Se supo así de la existencia de una banda criminal que se dedicaba al robo de bancos, “escruches”, entraderas y delitos vinculados al narcotráfico, liderada por policías que utilizaban presos a los que dejaban salir de las celdas para delinquir, provistos de radios con la frecuencia de la fuerza.
Sobre la niña, la investigación sospecha que pudo haber sido abusada y secuestrada.
La fiscal Karina Bertocci, titular de la Fiscalía de Violencia y Corrupción Institucional, acusó al policía Lezcano por incumplimiento de deberes y corrupción de menores. La imputación se debe a que le propuso a la adolescente tener relaciones sexuales bajo extorsión emocional diciéndole que él “había hecho mucho por ella”. Las insinuaciones sexuales fueron en el patrullero y en la seccional. Lezcano fue acusado además de dejar abierto el acceso de los pabellones de la dependencia y facilitar que otros presos tuvieran contacto con la niña.
La chica de 13 años describió a los medios la situación de extrema vulnerabilidad en la que se encontraba: “Estaba durmiendo en una tráfic abandonada y me vieron los del Comando. Me llevaron a la casa de mi mamá, pero no había nadie. Tenemos mala relación: me dice que no tiene plata, que yo vaya a la calle y la consiga teniendo relaciones con hombres. De ahí, el guardia me llevó a lo de mi abuela, pero ella no me podía tener, así que me dejaron en la comisaría. En el auto (de regreso) me dijo que si quería dormir con él; que en el fondo (de la seccional) tenía un colchón. Yo me negué a tener relaciones”.
La joven cumplió o cumpliría este año la mayoría de edad; no se sabe en qué condiciones vivió su adolescencia ni qué hizo la Secretaría de Niñez respecto de su situación de vulnerabilidad. Pero según informó la fiscal Bertocci a MU, la investigación por su detención ilegal ya fue archivada.
La policía santafesina quedó nuevamente bajo la lupa el 3 de mayo de 2017: María de los Ángeles Paris fue encontrada muerta y esposada en una celda de la Comisaría 10º de Barrio Alberdi, Rosario.
Según la reconstrucción, María fue asaltada. Fue a la comisaría para hacer la denuncia. La versión policial sostiene que escapóde allí alterada, que salieron a buscarla. La detuvieron en estado de histeria y la llevaron a la seccional en vez de al hospital. Luego llamaron a sus familiares anunciando que la llevarían a la casa en un patrullero, pero que volvió a alterarse y la volvieron a encerrar por la fuerza, sola, esposada, en una celda de aislamiento. Un agente fue a verla cerca de las 10 de la noche y la encontró muerta.
El primer informe forense indicó que María no tenía lesiones internas ni externas y falleció de un paro cardiorrespiratorio generado por la ingesta de alguna sustancia. Pero una segunda autopsia realizada en noviembre de ese año reveló que tenía lesiones en el brazo, el tobillo y pie izquierdos, compatibles con víctimas de torturas y malos tratos policiales. Se abrió una denuncia penal contra el perito forense que realizó el primer informe, Lucas Matías Kuverling, para determinar si hubo negligencia, impericia o encubrimiento doloso.
Desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), la Asociación de Magisterio de Santa Fe (AMSAFE) y la cátedra de Criminología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) denuncian posibles tratos crueles, inhumanos y degradantes al momento de la detención. Pidieron apartar a la policía de la investigación y que se determine cómo, por qué y a qué hora llegó María a la comisaría si no vivía ni trabajaba en esa zona, ni tenía problemas de salud previos. Lo central es que no saben qué le pasó. Lo único cierto: María entró sana y viva a la Comisaría 10º de Rosario y salió muerta.
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Femicidios en julio: la noticia es el horror

27 femicidios en julio, 163 en 2025. Esos son los datos reunidos por el Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestivo de datos y análisis de la violencia patriarcal. Los números no alcanzan a dar cuenta sobre el punto de inflexión que expresa este mes para este tipo de violencias. Se trata de una consecuencia directa de la complicidad estatal (Poder Ejecutivo & Poder Judicial) al imponer una política negacionista a los crímenes de mujeres y trans cometidos en contextos narco territoriales. El resultado está ahora a la vista y es el horror: cuerpos descuartizados, que emulan el modelo instalado en Ciudad de Juárez por los carteles narcos que dominan la muerte en esa ciudad.
Este julio argentino fue en Córdoba, fue Brenda Torres (foto de portada) -de apenas 24 años- y fue cerca del estadio de fútbol donde apareció uno de sus muslos seccionados. Recién hoy 1º de agosto apareció el resto de su cuerpo destrozado. La fiscalía asegura que ya hay dos detenidos.

En agosto del año pasado también había sido detenido Juan Carlos Galarregui, el asesino de Rocío Fernández, de apenas 27 años. Fue en Mar del Plata y fue en un freezer donde encontraron su cuerpo, en el cual su femicida lo depositó esperando el mejor momento para descuartizarlo. La causa fue elevada este mayo a juicio oral, pero el fiscal Fernando Berlingeri solicitó resolver el procedimiento en un juicio abreviado. Para eso ofreció declinar la acusación de femicidio, ya que esa calificación legal impide estos procesos de resolución rápida y, por cierto, de menos pena. Es exactamente lo que hizo el Poder Judicial correntino en el caso de la periodista Griselda Blanco: homicidio simple, juicio abreviado, 12 años de prisión que no son de cumplimiento completo, ya que la carátula omite la violencia de género. Esta tendencia judicial negacionista se inició este año y en febrero cuando la Cámara de Casación bonaerense emitió el tercer fallo sobre un mismo crimen para justificar que Lucía Pérez había sido drogada y violada, pero decidió que su crimen no era un femicidio.
Así, al borrar las huellas de la violencia de género en el trámite judicial, el Estado argentino se jacta de haber bajado la tasa de este tipo de crímenes.
Así los dos poderes del Estado ganan impunidad, y la sociedad pierde.
¿Qué pierde?
Los femicidios en contexto de narcomenudeo territorial tienen característica atroces y también señales comunes: la diferencia de edad entre víctimas y asesinos, el consumo de cuerpos como intercambio de mercancías, la vulnerabilidad de las adictas y sobre todo, la diferencia de poder entre quien tiene la droga y quien, por situación de absoluta dependencia, la necesita. Estos rasgos, entre otros, son los que se omiten en los procedimientos judiciales y también en los análisis sociales, que tienden a asimilar estas políticas con las que se somete a las barriadas periféricas con las conductas recreativas de clases y barrios acomodados.
Situar la información en territorios específicos, con sus contextos particulares y sus vulnerabilidades sociales, es clave para analizar qué significan estos femicidios que, hay que repetirlo, sin la complicidad policial y judicial podrían evitarse.
Las consecuencias de la maquinaria de invisibilización estatal y académica tiene consecuencias brutales. Eso es lo que nos informa este mes de julio de 2025: los cuerpos de las mujeres ya son pedazos arrojados a nuestro paso.
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Fallo histórico: confirman la condena a perpetua y por transhomicidio contra el asesino de Tehuel

La Sala I del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires confirmó la condena a reclusión perpetua y transhomicidio contra el asesino de Tehuel de la Torre, joven trans asesinado y desaparecido desde el 11 de marzo de 2021 en la localidad bonaerense de Alejandro Korn. Los jueces Daniel Carral y Ricardo Maidana rechazaron el pedido de la defensa y refrendaron el fallo contra Luis Alberto Ramos, quien había sido condenado el 30 de agosto de 2024 por el Tribunal Nº2 de La Plata en una sentencia histórica por reconocer el homicidio calificado del joven de 21 años por haber sido cometido por odio a la identidad de género. «La desaparición del cuerpo de Tehuel y la quema de sus pertenencias adquieren un carácter simbólico de negación de su identidad», señaló el fallo.
Familiares y Amigos de Tehuel celebraron la confirmación: «Esta decisión es muy importante y refleja el resultado de la lucha del movimiento social y de un trabajo en red muy importante, que nos fortalece para continuar el camino contra la impunidad y la violencia por prejuicio hacia las identidades travestis y trans». A su vez, exhortaron a la justicia bonaerense para que defina «de manera urgente» la fecha del juicio contra Oscar Montes, el segundo acusado por el crimen y la desaparición del joven. «Fue un crimen de odio», subraya la familia.
Compartimos la nota de MU que analiza los detalles del fallo histórico, junto a las pruebas que ahora Casación confirmó.
Y comparte la pregunta urgente de Norma Nahuelcura, la mamá del joven, que sigue sin saber dónde está el cuerpo de su hijo: «¿Dónde está Tehuel?».
#NiUnaMás
Acto trans por más democracia

Por María del Carmen Varela
Fotos Juan Valeiro
Desde las dos de la tarde comenzó a llegar gente a la plazoleta ubicada frente al Congreso de la Nación. Al amparo del sol, distintas banderas fueron colgadas sobre las rejas: Furia Travesti, Justicia por Sofía Fernández – nadie se suicida en una comisaría, Ley de Reparación Histórica Ya. Y también pancartas: Basta de Travesticidios, Femicidios y atropello a nuestras leyes, Más amor, menos odio, ¿Dónde está Tehuel? Caras pintadas con los colores rosa, celeste y blanco, espaldas con banderas multicolores, una foto de Diana Sacayán en blanco y negro y ampliada casi a tamaño natural. El aroma a guiso que apenas listo fue repartido en bandejitas de plástico, impregnó a la concurrencia que iba aumentando con el correr de los minutos.

La policía no permitió la colocación del escenario, sin embargo, el entusiasmo no decayó. El DJ Chezco Beats se encargó de musicalizar e hizo que el frío se esfumara de los cuerpos. Un gato amarillo gigante se ofendió al ser confundido: “No soy Gaturro, soy Garfield”. Cuando le preguntaron por qué vino a la plaza del Congreso, mostró una alcancía. “Te sacás una foto conmigo y colaborás”.
Bartolo viste un elegante saco azul y será unx de lxs presentadorxs del Festival.

Le cuenta a lavaca: “Vine a defender la Ley de Identidad de Género, la Ley de Cupo Trans, el matrimonio igualitario, la ESI. Es un contexto muy dificil y esos derechos nos quieren ser quitados”. Poeta, docente, activista, autor del libro Textosterona 4ML, una crónica poética de una masculinidad trans que está en preventa para lograr ser publicado. Se puede apoyar la edición ingresando a su IG: @escrituraautogestiva. “Estoy acá por el orgullo, por la resistencia, por las infancias trans, por todes les compañeres que ya no están y lucharon para que nuestras vidas sean validadas”.

Say Sacayán, hermanx de Diana, la recuerda a diez años de su travesticidio, que no fue avalado como tal por la Corte Suprema: “Ella fue una militante, luchadora, fue presa política, atravesó violencia en la calle, sabía qué derechos necesitábamos para tener una mejor calidad de vida. No vamos a bajar los brazos, vamos a resistir. Hace muchos años que estamos acá. Como país y como sociedad nos encontramos en un estado de crisis no solo económica. Tenemos un gobierno de derecha que viene a quitarnos los derechos, no solo a la población LGTBIQ+ sino al pueblo. Este es un espacio para encontrarnos, manifestar, abrazarnos y organizarnos”. Micaela Pérez, activista del colectivo Travesti Trans afirma: “Vine a pedir justicia por nuestras compañeras asesinadas en dictadura y post dictadura. Queremos repudiar a la Corte Nacional de Casación que decidió quitar como agravante el odio a la identidad de género, pedimos al Poder Judicial que garantice nuestras leyes”.

Tres chicos rubios de ojos celestes vestidos de riguroso negro llegaron a la plaza. Al ser consultados, responden que no hablan muy bien el idioma porque son rusos. El que mejor hablaba castellano dijo que se llamaba Davis —o simil— y que vinieron a vivir a la Argentina hace dos años. “Es muy peligroso vivir en Rusia. Allí somos terroristas, las personas LGBT somos extremistas y terroristas para la ley. Buscamos información y vinimos a Argentina”.
Pasadas las tres de la tarde, Bartolo dio inicio formal: “Bienvenides, bienvenidas y bienvenides al Festival Plurinacional Antirracista contra los travesticidios, transfemicidios y transhomicidios. Gracias a todas las personas que están acá hoy convocades en el Congreso”.

Una de las oradoras más lúcidas fue la activista Marlene Wayar.
- “Hay toda una sociedad que nos votó en contra por un sueldito que les prometieron, les prometieron que iban a cobrar en dólares y se cagaron en los derechos humanos. Así que hay que poner en jaque a toda esta sociedad pidiendo más democracia, que el Congreso y la Justicia funcionen. Si miramos la realidad, somos quienes estamos, entonces creo que hoy pretender que el mensaje penetre es un poco ilusorio”.
- “Estamos acá para abrazarnos entre nosotras, nosotros y nosotres. Honrar a nuestras muertas y estar juntes. Es una fecha de conmemoración de nuestra resistencia, de construcción, estando juntas, en comunidad, vamos a lograr esas otras luchas politicas, porque si no, las palabras son bonitas pero se las lleva el viento”.
- “Estemos con los pies en la tierra, no hay un político o política que nos esté mirando, no les interesa, están obnubilados en otra realidad, hay que traerlos a la tierra, hay que exigirles que respeten el ejercicio democrático de que las cosas son de todas, todos y todes y la nuestra es la más relegada así que es la primera a la que le tienen que dar prioridad y eso quizás sea con el proyecto de Ley de Reparación Histórica para las travestis mayores que está asegurando el futuro y que esta Argentina entienda que democracia es democracia y no se la puede bastardear”.
El Festival tuvo espacio para bailar chacarera, agitar banderas al grito de “para las travas reparación, es una deuda que nos debe la nación” y un final a todo ritmo con la banda Sudor Marika. Varias generaciones se dieron cita en la plaza del Congreso en el día internacional del Orgullo, se abrazaron, comieron, bailaron, defendieron consignas, exigieron la Ley de Reparación Histórica y como señaló Marlene, conmemoraron la resistencia de la mejor manera: juntxs.


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