#NiUnaMás
Luana Ludueña: mañana comienza finalmente el juicio a Diego Concha por el femicidio
Mañana lunes 5 de agosto finalmente dará inicio el juicio al ex Director de Defensa Civil de la provincia de Córdoba, Diego Gustavo Concha. El ex funcionario enfrenta un pedido de cadena perpetua por “homicidio calificado con motivo de abuso sexual con acceso carnal en ocasión de sus funciones y violencia de género”. Es el modo técnico de acusar por un femicidio. La vida que costó es la de Luana Ludueña, bombera voluntaria de 26 años. Luana murió tras un tercer intento de suicidio, pero cambió la carátula de la causa al plantearse que la decisión de la joven está directamente relacionada con la violencia que sufrió. La solidaridad subterránea entre el testimonio de la ex pareja de Concha y el de Luana. El caso, y una recorrida a la casa de Luana, para conocer la historia que nunca se cuenta. Desde Córdoba, por Bernardina Rosini

Fotos: Natalia Roca para lavaca
Luana Priscila Ludueña Caminos, era la segunda de los cuatro hijos que tuvieron Cristina y Sergio. “Luana era inquieta por saber” dice Cristina, “desde siempre: la pasaron de salita de 4 a la primaria directamente”.
A los 14, 15 años ya trabajaba, cuidaba niños, hacía mandados, le gustaba manejarse, tener su dinero, pero sobre todo, hacer.
Fuimos hasta Pilar, su pueblo, 50 km al sudeste de la capital cordobesa. Está justo antes de Rio Segundo. Tiene 14 mil habitantes, es domingo y la familia de Luana junto a promotoras territoriales organizaron una muraleada. En el flyer hay varios sellos y logos que acompañan. Allí están las compañeras de Casa de la Mujer, amigos y su familia. Sobre todo su familia: está el Roli, el abuelo sosteniendo un cartel paradito sobre la calle. Así durante horas. Y sonriendo. La madre de Luana, Cristina, después de separarse de Sergio se volvió a casar y parió dos pares de mellizos: primero las hermanas Yasmin y Yoseline y varios años después los hermanos Santiago y Giuliano. Están los hermanos mayores también, los sobrinos más recientes. La familia grande de Luana es cordial, abierta, de sonrisa dulce. Ahí se comienza a asomar Luana, en la sonrisa cálida.

Fotos: Natalia Roca para lavaca
El proyecto del mural muestra a Luana con su traje de bombera en un paisaje de fuego y luz. Bombera voluntaria, enfermera, secretaria jurídica. A Luana se la encuentra en su formación, en el apego por los protocolos, en su dedicación y disciplina, en cada orden acatada por Ciro, su perro. Ella misma lo entrenó desde pequeño, tenía tanto interés en ampliar su capacidad de respuesta ante las urgencias que lo extendió a Ciro.
“Cuando caminaba de la casa del papá hacia la nuestra llamaba para pedir que uno de sus hermanitos se escondiera, a veces en el placard, a veces debajo de la cama. Y llegando le daba la indicación a Ciro” narra Cristina. Las mellizas señalan unas torres a unos 300 metros de la casa: “A nosotras nos mandaba para allá, subíamos. Ciro tardaba apenas minutos en encontrarnos”. Así varias veces al día, todos los días. El ministerio de Seguridad de la Nación aprobó al perro: Ciro estaba preparado para rescate, para “Búsqueda en Grandes Áreas” de posibles víctimas.


Fotos: Natalia Roca para lavaca
Después del ataque que sufrió del entonces Director provincial de Defensa Civil Diego Concha en noviembre del 2021, Luana no pudo volver a darle la misma atención a su perro. No lo podía sostener. Después del abuso le escribió a Concha un mensaje diciéndole que nunca se imaginó que se comportaría así. Expuso la decepción y el dolor. Concha respondió: “Ok”. Cristina reflexiona: con ese intercambio Luana dijo su verdad y obtuvo el reconocimiento de ese encuentro por parte de él.

Diego Concha, fue Director provincial de Defensa Civil. Se le adjudica una lentitud sospechosa frente a los fuegos probablemente intencionales para facilitar negocios inmobiliarios. Ahora será juzgado por los abusos cometidos contra las mujeres.
Lo primero que Luana atinó a hacer con el impacto en sí fue buscar ayuda. Se dirigió al Polo de la Mujer de Córdoba Capital. Solicitó asistencia psicológica, contención. Luego, volvería a ratificar la denuncia. Pero no llegó. Tuvo que ser internada por dos intentos de suicidio un día tras otro. Apenas habiendo pasado dos semanas del 14 de noviembre.
Le contó recién entonces todo a su mamá. “No pude creerlo. Yo también lo admiraba a ese hombre. Era la figura, la cara visible ante toda catástrofe”. La catástrofe era él mismo.
Mientras Luana caía en ese pozo, Diego Concha también. La ex mujer del héroe provincial bombero con 30 años de trayectoria lo denunció por violencia de género, amenazas, agresiones. Concha renuncia y a las horas es detenido con gran repercusión y escándalo. Entonces Luana se animó a denunciar, la fiscal le toma declaración estando internada. Hace todo lo que cree que debe hacer, sigue los pasos. Incluso, preservando su rostro, brinda entrevistas en televisión local: “Yo sé que hay más chicas, porque él me lo dijo: varias chicas ingresaron de la misma manera y no le dijeron que no. Por eso les ruego que hablen. No se callen porque todo lo que nosotros no hablamos y no decimos, se transforma en nudos, en tristeza y en algún momento explota. Eso no se muere nunca”.


Fotos: Natalia Roca para lavaca
Luana pasó de ser motoquera power, a no poder tomarse el bondi sola. Tenía que estar acompañada, por su fragilidad pero también porque la violencia continuaba a través del hostigamiento de Emiliano Conti, compañero bombero que la persiguió para que dé marcha atrás con la denuncia. Llamadas a toda hora, madrugada, mañana, tarde y noche. La buscó en la clinica, en el vacunatorio cuando intentó ella retomar el trabajo, en la casa. La encerró en la camioneta. “Se había puesto como misión que retire la denuncia, tengo entendido que ese interés viene porque es amigo de los hijos de Concha, se lo tomó como algo personal” dice Sergio, el papá de Luana. La joven realizó otra denuncia, le dieron un botón antipánico.
Pero el pánico por haber denunciado a alguien de las altas esferas de poder, el acoso, presionan demasiado sobre el dolor. “Mi vida ya no es mi vida. No puedo volver a ejercer como bombero: escucho una sirena y lloro. No paro de llorar” supo decir. Ocurrió entonces el tercer intento de suicidio, tras el que llegó el final.
La familia nos lleva a conocer a Ciro. El perro recuerda algunas órdenes aprendidas.
Salta, se sienta. Recorre y regresa. Busca. Pero ya no encuentra a Luana. Mañana comienza el juicio.

Luana, Ciro y un cachorro.
El caso
La Cámara 3ª del Crimen de Córdoba, compuesta por un jurado popular y un tribunal técnico, llevará adelante el proceso que determinará la responsabilidad del ex Director de Defensa Civil de la provincia de Córdoba, Diego Gustavo Concha, en los cargos de “homicidio calificado con motivo de abuso sexual con acceso carnal en ocasión de sus funciones y violencia de género”.
Bombera voluntaria y enfermera, Luana pudo hacer la denuncia luego de que Concha fuera detenido por otro caso en su contra. El entonces funcionario fue apresado el 27 de noviembre de 2021, después de que su ex esposa –también bombera– lo denunciara por agresiones y amenazas. Segú su testimonio, Concha le habría apuntado con un arma en la cabeza y amenazado con matarla, además de perseguirla en ruta y cruzarle la camioneta dentro del reguero de agresiones sufridas desde su separación. A raíz de esta denuncia y la consecuente detención, fue que Luana pudo denunciar la agresión que ella misma había sufrido.
Esto es significativo: que una mujer contara su abuso, permitió que otra se sintiera en condiciones de narrar el suyo. Como el Poder Judicial atendió la gravedad de la situación y dictaminó la prisión preventiva, Luana se sintió segura para poder hablar.

Fotos: Natalia Roca para lavaca
Concha: sospechosa lentitud
Diego Concha (54) creció entre cuarteles: es hijo, hermano y padre de bomberos. Fue jefe del Cuerpo de Bomberos de Icho Cruz por 25 años. Con 35 años de experiencia es el mayor referente en manejo del fuego en una provincia que cuenta con casi 5 mil bomberos voluntarios. Incluso en el 2021 se presentó un proyecto en la Legislatura unicameral para que el Cuartel que encabeza lleve su nombre.
Ocupó el cargo de Director Provincial de Protección Civil durante 10 años, fue designado por José Manuel de la Sota en su tercer mandato y sostenido luego por Juan Schiaretti. En su rol articulaba acciones con la cúpula de la policía provincial. Discutido por los ambientalistas de la zona, fue señalado como rostro cómplice de un gobierno sospechado de dejar avanzar múltiples incendios a los que siempre acudió a destiempo. También Concha desde Defensa Civil estuvo a cargo de la búsqueda de personas, entre ellas Mariela Natalí y Cecilia Basaldúa, quienes finalmente aparecieron muertas. En ambos casos se criticó su lentitud y escaso accionar.

Fotos: Natalia Roca para lavaca
El bombero obediente
Así transitaba los días Luana, con Emiliano Conti, bombero y quien era su pareja hasta el momento del abuso. Pero tras la denuncia, lejos de apoyarla la buscó en varias ocasiones para hostigarla y exigirle que diera marcha atrás con su reclamo ya que se veía afectado su propio jefe: Conti tenía un cargo en el ETAC y no quería quedar en medio del conflicto de Luana con Concha.
El empeño de Conti en defensa de Diego Concha fue tal que llegó a buscarla en la clínica psiquiátrica donde estaba internada. En otra ocasión la encerró en un auto; y por último la enfrentó en el centro vacunatorio donde Luana estaba trabajando. Conti también fue denunciado. La fiscalía de Río Segundo lo imputó por el supuesto delito de privación ilegítima de la libertad calificada por violencia de género, y a Luana le dieron las medidas de protección que suele otorgar el sistema para estos casos.
Luana, con botón antipánico, con medicamentos, sentía sin encontrar fuerzas siquiera para pasear al perro, sin poder soñar lo que siempre soñó. En terapia intensiva tras un tercer intento de quitarse la vida, le pidió a la familia que la deje ir. El 21 de enero de 2022 murió habiendo transcurrido sólo nueve semanas desde el ataque.


Fotos: Natalia Roca para lavaca
El suicidio como homicidio
“Luana no pudo superar las secuelas psicológicas que le produjo este asalto sexual” aseguró Carlos Nayi, representante legal de la víctima, quien tras la muerte de la bombera solicitó que la causa cambie de carátula y sea investigada como “homicidio en ocasión de abuso sexual” asegurando que la decisión de Luana está directamente relacionada con la violencia que sufrió.
Para solicitar el cambio de carátula citó como antecedente el caso Sathya Aldana, que se quitó la vida a los 19 años luego de haber sido sometida sexualmente durante varios años por su padre biológico. En 2021, la Cámara 3ª del Crimen de la ciudad de Córdoba dictó la máxima pena para Walter Insaurralde al encontrarlo “autor penalmente responsable de homicidio con motivo de abuso sexual con acceso carnal calificado por el vínculo y la convivencia preexistente, en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores de 18 años, doblemente agravado por el vínculo y por el medio intimidatorio”.
Fue la primera vez a nivel nacional que se condenó por homicidio a un violador responsabilizándolo por el suicidio de su víctima. Las audiencias que comienzan mañana dejan abierta la posibilidad de que se vuelva a hacer justicia.

Fotos: Natalia Roca para lavaca
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La venda en los ojos: la justicia frente al abuso sexual contra niñas y niños
El 42% de las denuncias de violencia sexual corresponden a menores de 17 años en la ciudad de Buenos Aires. El ministerio de Justicia bonaerense reveló que entre 2017 y 2022, de más de 96.000 causas por abuso sexual, 6 de cada 10 tuvieron como víctimas a menores y se duplicó el número de denuncias: el 80% fueron mujeres, principalmente niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años. ¿Cómo recibe el Poder Judicial a las infancias que se atreven a denunciar abusos? Las víctimas convertidas en “culpables” de un delito que padece a nivel mundial entre el 15 y el 20% de la niñez. La campaña conservadora y oficial: desestimar denuncias y motosierra. Lo que no quiere ver la justicia. Cómo encarar estos casos, y la enseñanza de Luna. Por Evangelina Bucari.
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Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

Daniel y Susana denunciaron que desapareció el cuerpo de su hija, Cecilia Basaldúa, que reclamaban para realizar nuevas pericias. La historia de lo ocurrido y el rol de la fiscal de Córdoba Paula Kelm “que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.
Por Claudia Acuña
El 7 de noviembre Cecilia Basaldúa hubiese cumplido 42 años y no hay festejo porque no hay Cecilia: la desaparecieron, violaron y mataron en abril del año 2020, en Capilla del Monte y en pleno aislamiento por la pandemia de Covid. Su familia, como cada año, reunió amistades y familiares de otras víctimas de femicidios territoriales –el padre de Natalia Melman, el hermano de Laura Iglesias– en el mural que la recuerda en su barrio de Belgrano. Fue ese el marco elegido por Daniel y Susana, los padres de Cecilia, para compartir lo que significa buscar justicia para este tipo de crímenes. Con la voz partida por el dolor narró cómo fue la última reunión con la nueva fiscal responsable de la investigación: es la cuarta. La primera – Paula Kelm– desvió las pruebas para atrapar a un perejil, que fue liberado en el juicio oral y así la investigación del femicidio de Cecilia volvió en punto cero; el segundo estaba a meses de jubilarse y pidió varias licencias para acortar su salida; el tercero –Nelson Lingua– no aprobó el examen para ocupar el puesto y, finalmente, desde hace pocos meses, llegó ésta –Sabrina Ardiles– quien los recibió junto a dos investigadores judiciales y los abogados de la familia. Antes se habían reunido con el ministro de Justicia de la provincia de Córdoba, Julián López, quien le expresó el apoyo para “cualquier cosa que necesiten”. Fue entonces cuando Daniel y Susana creyeron que había llegado el momento de trasladar el cuerpo de su hija hasta Capital, donde viven y, además, habían logrado conseguir que se realice una pericia clave para la causa y que siempre, en estos cinco años, les negaron. Fue la joven investigadora judicial quien soltó la noticia: el cuerpo de Cecilia no está.

Gustavo Melmann, que sigue buscando justicia por su hija Natalia, junto a Daniel Basaldúa y Susana Reyes, los padres de Cecilia.
Según pudo reconstruir la familia después del shock que les produjo la noticia, fue en 2021 –cuando todavía estaban vigentes varias restricciones originadas por la pandemia– cuando el cuerpo fue retirado de la morgue judicial, a pesar de que Daniel y Susana habían presentado un escrito solicitando lo retuvieran allí hasta que se realicen las pruebas por ellos requeridas. La fiscal Kelm no respondió a ese pedido ni notificó a la familia de lo que luego ordenó: retirar el cuerpo de la morgue y enterrarlo.
¿Dónde? La familia está ahora esperando una respuesta formal y sospechando que deberán hacer luego las pruebas necesarias para probar la identidad, pero no dudan al afirmar que con esta medida han desaparecido el cuerpo de su hija durante varios años y definitivamente las pruebas que podía aportar su análisis.
A su lado está Gustavo Melmann, en el padre de Natalia, asesinada en 4 de febrero de 2001 en Miramar, quien desde entonces está esperando que el Poder Judicial realice el análisis de ADN del principal sospechoso de su crimen: un policía local. Por el femicidio de Natalia fueron condenados a prisión perpetua otros tres efectivos policiales. Uno ya goza de prisión domiciliaria. Falta el cuarto, el del rango más alto.
Melmann cuenta que se enteró de la desaparición de Cecilia Basaldúa por su sobrina, quien había ido al secundario con ella. “Fue el primero que nos llamó”, recuerda Daniel. También rememora que no entendió por qué le ofrecía conseguir urgente a un abogado “si yo la estaba buscando viva. Hoy me doy cuenta de mi ingenuidad”.
El silencio entre quienes los rodean es un grito de impotencia.
Daniel y Susana lo sienten y responden: “Nosotros no vamos a parar. Nada nos va a detener. Ningún golpe, por más artero que sea, va a impedir que sigamos exigiendo justicia. Elegimos contar esto hoy, rodeados de la familia y los amigos, porque son ustedes quienes nos dan fuerza. Que estén hoy acá, con nosotros, es lo que nos ayuda a no parar hasta ver a los responsables presos, y esto incluye a la fiscal Kelm, que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.

Los padres y hermanos de Cecilia, junto al mural que la recuerda en el barrio de Belgrano.
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Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

Por el Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez
Todas las administraciones del Estado se han adjudicado falsamente la baja de femicidios y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich acaba de rendirle tributo a esta tradición. Pero las cifras del Observatorio Lucía Pérez, construidas a partir de casos judiciales, denuncias y relevamientos provinciales, demuestran una realidad diferente.
Antes de los números, una aclaración: el 2023 fue el primer año en que el Estado nacional publicó estadísticas criminales sin clasificar. Lo hizo con un archivo Excel desordenado que abarcaba una década, sin distinguir delitos ni consolidar provincias. Algunas jurisdicciones directamente no informaron datos en categorías sensibles, como violaciones. Así, la ciudadanía no puede verificar ni auditar los números oficiales.
En ese vacío, las declaraciones de Bullrich remiten a una lógica conocida: la de la inflación. Como con los precios, la diferencia entre los números oficiales y la vida real se amplía cuando se manipula o se oculta información.
Por eso, este Observatorio público y autogestionado carga 12 padrones de manera diaria. Para realizar un seguimiento estructural de la violencia machista, y también para controlar el rol del Estado.
A diferencia de los 178 registrados que mencionó la ministra, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 217 femicidios y travesticidios en lo que va del 2025. Estos son las cifras que pueden verse y verificarse, ya que el OLP es un padrón público:

Otro dato que se oculta es el que representan los femicidios cometidos y sufridos por integrantes de fuerzas de seguridad, que están bajo la responsabilidad de la ministra.
En 2025, el primer femicidio del año fue el de una mujer policía asesinada con su arma reglamentaria (Guadalupe Mena). Y el último, ocurrido apenas el 26, también: Daiana Raquel Da Rosa.
Si bien existen medidas para en estos casos limitar su acceso por parte de los uniformados por “representar un riesgo inminente para la víctima”, como indica la resolución 471/2020 del Ministerio de Seguridad de la Nación, los datos muestran que esto no siempre se cumple. Según el relevamiento de funcionarios denunciados por violencia de género del Observatorio Lucía Pérez, 71 de ellos pertenecen a las fuerzas de seguridad. Es decir que muy probamente porten armas.
Armas reglamentarias, vínculos jerárquicos y falta de sanción disciplinaria conforman una trama donde la violencia institucional se reproduce dentro y fuera de las comisarías. ¿Y Bullrich?
Más preguntas que emergen: ¿cómo se mide el porcentaje de crueldad? Los “narcofemicidios” de Lara, Brenda y Morena muestran una violencia cada vez más planificada y asociada a redes delictivas con complicidad del Estado.
Otra cifra invisibilizada en este crimen social que es un femicidio es la de las infancias huérfanas. En lo que va de 2025, el Observatorio registra 139 infancias huérfanas por femicidios. En todo 2024 fueron 173. Y detrás de cada una hay un Estado que sigue sin garantizar la Ley Brisa, que establece una reparación económica y acompañamiento a hijas e hijos de víctimas de femicidio.
Mientras la violencia machista sigue cobrando vidas, multiplicando huérfanos y exponiendo la precariedad institucional, el Estado tergiversa y oculta.
La pregunta es: ¿por qué?

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