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Alegato frente a los Tribunales: cumplir y hacer cumplir la Constitución

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«Exigir la Constitución no es delito», decían las pancartas que se alinearon al pie de las escalinatas del Palacio de Tribunales. Sobre ellas, dos decenas de personas se formaron –como si se tratara de un grupo coral– para leer un alegato contra la judicialización de lucha social. En la lectura se alternaron jóvenes de distintos movimientos sociales que tenían el rostro tapado y se lo descubrían antes de empezar a hablar. Cada uno de ellos llevaba en el pecho un cartel con un número y una leyenda: «Preso por luchar por la educación», «Preso por luchar por trabajo», «Preso por luchar por la salud». En la primera fila estaba José Pepino Fernández, miembro de la Unión de Trabajadores Desocupados de Mosconi, que acumula 76 causas procesales sobre sus espaldas. Al lado, se paró Marina Schifrin, la docente rionegrina condenada por cortar una ruta y cuyo caso se encuentra en la Corte Suprema de la Nación. Todos se mostraban detrás de rejas de las rejas de cartulina que –junto a los cartelitos- fueron diseñadas por el Grupo de Arte Callejero. Parado atrás de los oradores, el cordón policial que custodiaba la entrada al edificio, parecía parte de una performance.

«Exigir la Constitución no es delito», decían las pancartas que se alinearon al pie de las escalinatas del Palacio de Tribunales. Sobre ellas, dos decenas de personas se formaron –como si se tratara de un grupo coral– para leer un alegato contra la judicialización de lucha social. En la lectura se alternaron jóvenes de distintos movimientos sociales que tenían el rostro tapado y se lo descubrían antes de empezar a hablar. Cada uno de ellos llevaba en el pecho un cartel con un número y una leyenda: «Preso por luchar por la educación», «Preso por luchar por trabajo», «Preso por luchar por la salud». En la primera fila estaba José Pepino Fernández, miembro de la Unión de Trabajadores Desocupados de Mosconi, que acumula 76 causas procesales sobre sus espaldas. Al lado, se paró Marina Schifrin, la docente rionegrina condenada por cortar una ruta y cuyo caso se encuentra en la Corte Suprema de la Nación. Todos se mostraban detrás de rejas de las rejas de cartulina que –junto a los cartelitos- fueron diseñadas por el Grupo de Arte Callejero. Parado atrás de los oradores, el cordón policial que custodiaba la entrada al edificio, parecía parte de una performance

En esta acción participaron miembros de la UTD de Mosconi, el Movimiento Teresa Rodríguez, el MTD de Solano, el MTD Maximiliano Kosteki, el grupo de Educación Popular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, la Asociación Madres Línea Fundadora, Red de Intelectuales, Artistas y Académicos por la defensa de los derechos, el Grupo de Arte Callejero, el colectivo de resistencia global Intergaláktica, la Comisión contra la Represión Policial y la Impunidad de Zona Norte y la Universidad Trahumante, entre otros. Después de la lectura del documento, todos marcharon hacia la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, donde entregaron el alegato que aquí se reproduce. Fue el cierre de la Semana contra la Criminalización de la Protesta, organizada por Alerta Salta.

Buenos Aires, 11 de junio de 2004,

Señores de la Corte Suprema de Justicia de la Nación:

Señor Secretario de Derechos Humanos de la Nación

Nos presentamos ante ustedes, nosotros, ciudadanas y ciudadanos argentinos, vecinos de buenos aires y de otros municipios del conurbano, así como de ciudades lejanas de nuestras provincias interiores, como General Mosconi, en Salta, Bariloche, en Río Negro, y otras comarcas, comunidades y vecindarios urbanos y rurales de nuestro extenso país. Lo hacemos a nombre propio, pero con la certeza de que la situación que describimos y venimos a denunciar afecta millones de compatriotas, más allá de orientaciones, tradiciones o pertenencias religiosas, ideológicas, partidarias, regionales o de cualquier otro tipo. Somos de las ciudades y del campo; trabajadores y creadores manuales o intelectuales; de sectores populares y de clases medias; del color de la tierra y del color de la nieve; mujeres y hombres, viejos y viejas, con nuestros niños y niñas. Somos, pues, y estamos aquí, no como partidarios u opositores de nada ni nadie, sino en tanto sencillos ciudadanos, para preguntar, interpelar y demandar de ustedes, que constituyen la magistratura suprema prevista por la Constitución Nacional, respuestas, de palabra y de actos, que ilustren nuestro entendimiento y satisfagan de modo eficaz la doliente necesidad que nos moviliza. Entendemos que este es su trabajo, el de interpretar, explicar y hacer cumplir las normas y reglas de nuestra común Constitución Nacional, y que ésa es la razón y objeto de sus funciones y de la suprema autoridad que la sociedad les reconoce.

Hechas las precisiones precedentes, entraremos de lleno en la cuestión de fondo.

1. La protesta social no es delito.

Hoy nos acompañan dos ciudadanos ejemplares de nuestro país, que son perseguidos por su tenaz y valiente acción de denuncia y demanda de justicia y de los derechos constitucionales avasallados: Marina Schifrin, docente de Bariloche, y Pepino Fernández, de Mosconi. Ellos, junto a más de 3.000 ciudadanas y ciudadanos están siendo criminalizados por sus acciones legítimas en defensa de los derechos y garantías básicos establecidos en la Constitución. Frente a esta situación de criminalización de la protesta social, que ha venido agravándose en los últimos meses, a través de diferentes fallos incriminatorios, es que exigimos que los jueces federales y provinciales cumplan con su prioritario deber de dar protección –en lugar de perseguir- a quienes reclaman a las autoridades públicas por la violación de sus necesidades más elementales. En tal sentido, los jueces repugnan el deber que les compete cuando no sólo no asumen su compromiso constitucional sino que, por el contrario, lo niegan, para convertirse en verdugos de los mismos a quiénes deben resguardo.

En momentos en que se está repensando la legislación penal en materia de seguridad pública, demandamos una revisión íntegra del Código Penal, que elimine la inclusión de figuras delictivas en los casos del legítimo ejercicio del derecho de peticionar en reclamo de condiciones dignas de vida.

2. El valor es la vida. Y la vida es una, es indivisible y es hoy:

Es de pública notoriedad la situación de hambre, desnutrición infantil, enfermedades, pobreza extrema, carencias y privaciones de alimento, vestido, habitación, salud, educación, contención afectiva de millones de nosotros, adultos, viejos y especialmente niños, más allá de la situación de desempleo total o parcial, o aún de empleo. Las cifras son conocidas y no es necesario repetirlas. Aún cuando se exhiban algunas mejoras leves en esos índices, lo cual sin dudas es un dato loable, el valor en juego, aquello de lo que estamos hablando, es de la vida misma. Un valor que no es parcelable, ni postergable. La vida es una, es indivisible, y es hoy; y si no, no es. El «costo básico» de la vida, en la Argentina de hoy se estima en alrededor de 320/350$ por persona (no 150$ por familia!). Ese es el valor estimado de una canasta de insumos y servicios básicos para garantizar la reproducción cotidiana de la vida, y la Argentina está ya hace tiempo produciendo el equivalente a tres canastas o ingresos ciudadanos básicos para la totalidad de sus habitantes; o, si se prefiere, el producto interno del país alcanzaría para sostener las necesidades vitales del triple de población, si éste fuera equitativamente distribuido.

3. De la vida y de la ciudadanía conculcadas es que venimos a preguntar

¿Es posible (¿es justa?, ¿es gobernable?) una sociedad, un contrato social que no garantiza la vida de todos sus integrantes? ¿tiene sentido (práctico, político y ético) una sociedad en la cual la mitad o más de sus miembros corren riesgo de muerte por necesidades vitales insatisfechas; o se encuentran amenazados en su propia subsistencia y en la de su familia? ¿Por qué y para qué vivir en sociedad, construir y acatar reglas de convivencia, someterse a normas y autoridades, si de ello no resulta una garantía a la vida, a la producción y reproducción de la vida personal, familiar y de la especie?

4.No hay ciudadanía plena bajo un régimen de exclusión y desigualdad

¿Es posible una ciudadanía plena, cuando más de la mitad de la población resulta excluída del acceso a los bienes básicos, y queda rehén de sus necesidades insatisfechas? En otras palabras, en ese estado de cosas, ¿es posible un Estado de Derecho, una República; una Democracia? ¿Cómo se debe denominar a aquellos que ocupan las máximas magistraturas (ejecutivas, legislativas o, especialmente, judiciales) que establece la Constitución Nacional, cuando por acción u omisión permiten tal estado de inconstitucionalidad estructural? ¿Están incumpliendo sus deberes de funcionarios públicos? En ese caso, ¿Son autoridades ilegítimas, aún cuando legales?

Resulta evidente que un país como Argentina posee y produce bienes más que suficientes para sostener con dignidad la vida de toda su población, y aún de poblaciones mucho mayores. Si en cambio, una mayoría de su población padece penurias, y una minoría concentra en alta proporción el ingreso social producido; ¿No estamos ante una evidente situación de expropiación? ¿Puede esto ser tolerado? ¿Se puede convivir con la exacción, la explotación y el robo hacia grandes sectores de la población, y esperar que éstos acepten pasivamente tal violencia?

5.La Constitución Nacional se halla en estado de violación sistemática y estructural

La Constitución Nacional establece en forma explícita y taxativa todos los derechos que garantizan la existencia, la seguridad, la dignidad e integridad física, intelectual, moral y jurídica de todas las personas, y de ese modo las habilita como ciudadanos. Al hacerlo, funda de este modo la legitimidad de las leyes y las instituciones. Es evidente que esos derechos y garantías constitucionales no son cumplidas en nuestro país. No puede existir un cumplimiento «parcial» de la constitución, de algunas cosas sí, pero de los derechos vitales no. ¿No estamos en un estado de violación sistemática y estructural de nuestra Constitución Nacional? ¿ Cómo reclamar el acatamiento a la ley, cuando la ley fundamental es incumplida y desacatada de modo permanente; cuando una alta proporción de la población ha sido expulsada de las garantías establecidas en ella? Y si no es posible calificar esta situación sino como de inconstitucionalidad estructural, ¿No establece la propia Constitución el derecho y el deber de resistencia frente a sus violadores y usurpadores? ¿Porqué entonces, en lugar de actuar para restablecer la plena vigencia de la constitución, se persigue y judicializa de oficio a quienes reclaman, protestan, resisten la arbitrariedad, la injusticia y la inconstitucionalidad estructural?

6.La política de Derechos Humanos no debe orientarse sólo hacia el pasado, sino también hacia el presente y futuro

En momentos en que el poder público desarrolla una importante política de condena de la violación de los derechos humanos en relación con el terrorismo de Estado de los años ´70, nos preguntamos entonces, ¿porque las acciones del gobierno no se han orientado a sostener una política de defensa de los derechos humanos hoy, o del pasado reciente, cuando todo indica que existe una flagrante y sistemática violación de los derechos fundamentales?

¿No es acaso tarea de la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación proponer políticas activas de defensa de los derechos de las personas? Exigimos al Señor Secretario de Derechos Humanos de la Nación que cumpla con sus obligaciones de funcionario público, y brinde las correspondientes explicaciones sobre el proyecto de amnistía elaborado por organismos de derechos humanos y presentado ante dicha secretaría. A dos años de la masacre del Puente Pueyrredón, exigimos al poder político nacional el juicio y condena de los responsables políticos y materiales de aquellos crímenes y la apertura de los archivos de la SIDE para profundizar la investigación, promesa realizada por el propio presidente y jamás cumplida.

7.Los deberes del poder judicial deben orientarse a cumplir y hacer cumplir la Constitución

Nos preguntamos nuevamente: el Poder Judicial; ¿No está facultado, y constituye su deber, actuar de oficio para restablecer el pleno cumplimiento de las garantías constitucionales? ¿Acaso no le compete a la Justicia, sino que es materia de los otros poderes? Y si los otros poderes, legislativo y ejecutivo, omiten actuar con la prestancia y decisión que la gravedad de la situación impone; ¿El poder judicial no está facultado y obligado a ordenar el inmediato acatamiento y eficaz reparación de esta situación de inconstitucionalidad? ¿Eso no implicaría ordenar medidas inmediatas para dar fin a dicha violación de los derechos fundamentales, que para el caso que nos ocupa debería atender a reparar la gravísima crisis social en forma integral, mediante el previsionamiento de medios y la redistribución equitativa y suficiente de los mismos?

Cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional, ¿ No implica, entonces, desincriminar a los ciudadanos que reclaman por el cumplimiento de los derechos fudamentales y, por ende, se hallan comprometidos con su pueblo y la constitución?; y a la inversa, ¿No es imprescindible la intervención judicial para investigar, castigar y reparar la injusticia? Porqué no cesa el Poder Judicial con esta persecución a las víctimas, y orienta su accionar a quienes expropiaron y robaron (y continúan haciéndolo) el trabajo, los ahorros, los bienes materiales, naturales y culturales de una gran mayoría de los argentinos? Y más aún, ¿No debe el poder judicial ordenar al ejecutivo la inmediata inclusión completa de toda la población garantizando el acceso universal a un ingreso o canasta de bienes básicos y suficientes? ¿No debe actuar contra la injusticia (el latrocinio, la expropiación) estructural, e imponer niveles aceptables de equidad?

Señores de la Corte,

Señor Secretario de Derechos Humanos

En sus manos está la respuesta a tantos dolorosos y urgentes interrogantes. Sentimos que nuestro país y nuestra gente han sido y continúan siendo confrontados a una guerra prolongada de baja intensidad. Una guerra que ha desmantelado el tejido social, productivo e institucional de lo que fuera un país potente e importante, y que ha arrojado a la miseria y desesperación a vastos sectores de la población. Cada quien en este país, cada persona, grupo e institución, deben definir de qué lado están. Nosotros, como creemos que la inmensa mayoría de nuestros conciudadanos, estamos del lado de la paz, de la dignidad, de la justicia, de los derechos humanos y sociales. ¿De qué lado está la Corte Suprema de Justicia de la Nación? ¿De qué ado están los funcionarios políticos consagrados a la defensa de los Derechos Humanos?

Esperamos una respuesta, en palabras, y sobre todo, en actos.

ALERTA SALTA
UTD de Gral Mosconi, Movimiento Teresa Rodriguez, MTD de Solano, MTD M. Kostecki de Guernica, Unión de Trabajadores Piqueteros, Equipo de Educación Popular de la Universidad de Madres de Plaza de Mayo; Dra Mara Puntano, abogada defensora de los trabajadores, Copenoa (Colectivo de Prensa Alternativa del Norte Argentin,)La Fogata, Agencia La Vaca, Juana Pimienta (FM La Tribu), Revista América Libre, Red de Intelectuales, Artistas y Académicos por la defensa de los derechos fundamentales (RIAA); Universidad Trashumante.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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