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Ciencia, política, infancias y big data: pensando la pandemia de Buenos Aires a Suecia

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Segundo intercambio entre Claudia Acuña, fundadora de lavaca, con la dramatruga América Vera Zabala, hija de exiliados chilenos y ciudadana sueca, sobre cómo se vive la pandemia en dos países muy diferentes.

Ciencia, política, infancias y big data: pensando la pandemia de Buenos Aires a Suecia

Buenos Aires, Argentina, 23 de marzo de 2020.

Querida América:

Abrazo a tu miedo desde acá, desde el teclado desinfectado. Y te agradezco profundamente tu respuesta, en especial porque hay una frase de tu carta que me ayudó mucho a pensar lo que nos está pasando. Es la que dijo el epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública, Anders Tegnell, la principal voz científica al mando de esta pandemia en tu país:” El equilibrio entre política y ciencia en nuestro caso es un poco diferente que en otros países”. Creo que, finalmente, de eso se trata todo esto que padecemos: la relación entre ciencia y política.

Es muy compleja analizarla hoy, porque esa relación depende de cuestiones globales, históricas –en el sentido de qué capítulo se está escribiendo hoy- y locales. Todas influyen muchísimo y cada una en sí misma es una maraña de información de acceso restringido, para expertos, y por eso mismo, parcial y específica. Destejer toda la teleraña es, en medio de una pandemia global, casi imposible. Dependemos de haber estado atentas a esa complejidad, tratando de aprender a desentrañarla.

Escribí dos días antes de los anuncios de aislamiento total un artículo donde describía una imagen que me perturbó: la del Primer Ministro británico recibiendo un informe de una prestigiosa universidad de ciencias que detallaba cómo, de no tomarse medidas extremas, la cifra de muertos iba a ascender al millón de personas. Dije entonces que esa imagen del Primer Ministro inglés nos podía hacer pensar, al mismo, tiempo, en un capítulo de la serie Black Mirrow y/o en el rol estratégico que tienen hoy los llamados “algoritmos”.

Casi una semana después, tras el cuarto día de asilamiento, acabo de leer que nuestro Presidente recibió un informe similar, producido por el Ministerio de Salud de la Nación, que trazaba las perspectivas de acuerdo a tres hipótesis. La hipótesis que partía de no tomar medidas extremas auguraba dos millones de muertos. Ese informe fue determinante para la decisión de imponer el aislamiento social de todo el país.

Es difícil imaginar a un Presidente que obvie semejantes predicciones y mucho menos si se emiten en nombre de la ciencia. Salvo un irresponsable o sin futuro político, aunque por cierto tenemos los tenemos ejerciendo el mando de los países más importantes de la región: Estados Unidos y Brasil, por caso.

La pregunta entonces es si esas proyecciones son certeras.

Ciencia, política, infancias y big data: pensando la pandemia de Buenos Aires a Suecia

Este verano estuve leyendo bastante sobre el proyecto de Big Data que alimenta las investigaciones sobre Inteligencia Artificial, que hoy concentra los mayores recursos e interés de las corporaciones globales. Te aconsejo leer, en especial, La silicololización del mundo, del francés Erci Sadin, porque en forma didáctica y a través de un hilo histórico reconstruye el origen, las etapas, el momento actual y también las proyecciones políticas de este proceso. No es fácil sintetizarlo en pocas palabras, al menos para mi, pero rápido y furioso diría: atenti. Acá hay algo importante, determinante y peligroso y ese algo es absolutamente desconocido para todes nosotres, aunque se está llevando a cabo con nuestra colaboración.

Ayer tradujimos un artículo del filósofo coreano Byng Chul Hang que describe exactamente aquello que Sadin nos advierte: cómo el gobierno coreano pudo controlar el coranavirus en base a los sistemas de vigilancia absoluta que ejerce sobre toda la población. No hizo falta decretar el aislamiento social porque ya están asilados. La forma de control que tienen es tal que les permite determinar todo lo que hacen, cómo es su estado de salud, con quién contactan, por dónde andan y hasta con quién comparte el asiento del tren. En este contexto de control absoluto por parte del Estado de cada ciudadano, es muy fácil detectar quién está

infectado y quién no, o quién estuvo en contacto con alguien de riesgo y quién no, y emitir entonces, con un mensaje de texto que te llega a tu celular, la orden de quedarte en casa, bajo supervisión de las autoridades.

Imagino lo que para la política significa este sistema de control poblacional. Tener en sus manos una herramienta increíble, capaz de detectar desde posibles intenciones de votos hasta miradas críticas, para segregarlas, perseguirlas o manipularlas.

Persona por persona.

Otra vez, Black Mirror.

Pero seamos justas: es una herramienta. Se puede usar para el control poblacional, pero también para establecer políticas precisas, eficientes, humanitarias.

Y eso depende de la política, no de la ciencia.

Me divierto pensando qué es lógico que los algoritmos, luego de procesar toda la información disponible sobre nosotres, los humanos –desde las tarjetas de crédito hasta las historias clínicas, y sobre todo, las redes sociales- aconseje nuestro aislamiento social.

Tienen razón: somos el peligro para este planeta.

Quizá llamemos coronavirus al momento en el que las máquinas nos advirtieron: si no paran, millones de personas morirán.

Estocolmo, 24 de Marzo de 2020

Claudia:

Hoy es el 24 de marzo y ayer pensé ¿qué van a hacer y cómo para salir a las calles sin salir? Ya me contaras.

Había pensado contarte sobre el plan económico del gobierno socialdemócrata sueco para enfrentar los efectos del coronavirus, pero cuando llegamos a la casa, después del colegio, los chicos comenzaron a jugar mientras yo me puse a preparar la comida. Sacaron un manta y se sentaron: era una alfombra voladora. ¿A dónde van?, les pregunte. Y como tantas veces antes, me respondieron con mucho entusiasmo:

-A Buenos Aires.

Bertolina, la más chicas de los tres, nunca fue, pero como confía mucho es sus hermanos mayores sabe que Buenos Aires es un sitio muy especial. Por la primera vez les respondí: No, a Buenos Aires no pueden ir ahora porque todo el mundo está encerrado. Entonces Ernesto, el mayor, se me acerca y me explica que ellos pueden ir porque sólo van a volar la ciudad por encima.

¿Hay alguien que vuela por encima de todo esto? De lo que yo puedo analizar a simple vista, ni siquiera los s ricos- que normalmente vuelan por encima- porque ahora están corriendo el mismo riesgo que todos. ¿Es por eso que todo el mundo lo está tomando tan en serio? Porque ahora y muy rápido se han logrado cambios en la vida diaria que el movimiento ambientalista está reclamando desde años. No lo sé, y lo vamos a hablar muchas veces estas semanas y meses que vienen.

Ciencia, política, infancias y big data: pensando la pandemia de Buenos Aires a Suecia

Vuelvo a los niños. Mis hijos están bien. Las escuelas y los jardines acá están abiertos, (los gimnasios y universidades sí cerraron). Ante cualquier síntoma de resfrío tienes que quedarte en casa, o te mandan a casa. Los míos están sanos, y felices de ir a sus escuelas. Este domingo Camilo tenía un partido de fútbol y gritó:

-¡No se canceló!

Ni sé si conocía la palabra cancelar antes de esto.

Ernesto está muy triste porque se cancelaron las funciones de la obra en la que actuaba: Esperando a Godot. De alguna manera siento que todos estamos atravesando la situación que cuenta esa obra: esperando.

Me pregunto cotidianamente cómo la están pasando los niños en esta sociedad infectada, si tienen miedo. Ellos, justamente, que desde este país han tomado tanta responsabilidad por movilizar al mundo por el cambio climático, ¿qué sienten ahora?

Me pregunto también qué estarán sintiendo los niños en Argentina, que ni pueden salir. Algo así, para mí suena a pesadilla. No puedo ni imaginarme cómo explicarle a mi hija de dos años una situación de encierro obligado. En Suecia salir a tomar aire fresco es una especie de religión, por eso la Agencia de Salud Pública nos dice que , si estamos sanos, salgamos a caminar, pero manteniendo un metro de distancia. Y ese consejo incluye a los ancianos. Acá todavía hace frio, la primavera está por llegar y la luz ya regresó a iluminar la mayor parte del día, pero esta mañana hacia 3 grados cuando fui caminando hasta mi oficina.

¿Y qué sienten los niños en casas con padres que pierden trabajo, pierden ingresos, en hogares donde existen problemas de alcohol o de droga, o violencia? Suecia que es un país donde al alcoholismo es un problema social grave, por ejemplo. Y me imagino que la angustia del encierro aumenta un problema así. ¿A dónde acudir cuando todo está encerrado?

Ahora voy a regresar a mi casa, caminado por un Estocolmo frio y casi vacío, que es la imagen prejuiciosa que tiene mucha gente que no nos conoce bien y cree que en los países nórdicos como hace mucho frío no sale nadie a la calle.

Las recorro pensado con mucho amor en todo lo que aprendí en Buenos Aires: el valor de la memoria, las Abuelas, la lucha contra el fascismo, el Nunca Más olvidar ni el pasado ni el presente.

Besos,

América.

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
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La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas

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Una Ley Nacional que proviene del sector del agronegocio avanza en la Cámara de Diputados, impulsada por la UCR y la Coalición Cívica. Se trata de la norma que regula, entre otras cosas, la aplicación de agrotóxicos. El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas. La primera reunión informativa contó solo con oradores promotores de la iniciativa y solo dos voces críticas; crónica de esa reunión y la opinión del médico Damián Verzeñassi, la enfermera del Garrahan Meche Méndez, el abogado Marcos Filardi y Sabrina Ortíz, vecina fumigada y abogada que acaba de presentar un escrito para convocar a audiencias públicas y foros de debate para evitar que se apruebe esta Ley que prioriza el negocio a la salud social y medioambiental. FRANCISCO PANDOLFI

Esta semana se presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley nacional “de presupuestos mínimos de protección ambiental para la aplicación de productos fitosanitarios”. Es decir, de agrotóxicos.

El proyecto fue escrito por la Red de Buenas Prácticas Agrícolas, integrada por más de 80 instituciones públicas y privadas vinculadas con el agronegocio, y dentro del recinto encabezan la iniciativa los diputados Atilio Benedetti (UCR – Entre Ríos), presidente de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados, y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica). La nueva norma ya cuenta con el acompañamiento de 32 legisladores, entre un abanico variopinto que engloba a La Libertad Avanza, Unión por la Patria, UCR, PRO, Coalición Cívica, Encuentro Federal, entre otros partidos. 

El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas.

La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas
Atilio Benedetti, UCR-Entre Ríos, principal promotor del proyecto, expone en la reunión del pasado martes.

Exposiciones sin consenso

El martes pasado se llevó a cabo una primera reunión informativa en la cual las y los oradores sólo fueron personas, organismos y corporaciones a favor de la iniciativa.

En la comisión conjunta realizada entre Agricultura y Ganadería y Recursos Naturales y Conservación de Ambiente Humano hubo entidades gubernamentales, de productores, de ingenieros agrónomos, de acopiadores, de empresas de tecnología agropecuaria y ONG a favor de la ley. Maximiliano Ferraro expresó que “el proyecto no tiene una mirada sectorial”. Y que “nace de un diálogo. Un diálogo y consenso, que podemos ampliar”.

Sin embargo, se dijo, no hubo invitaciones a voces disonantes.

Las únicas dos ponencias que no se alinearon al lobby de la producción con plaguicidas fueron el diputado Juan Carlos Giordano (Izquierda Socialista – FIT Unidad) y su par Blanca Osuna (Unión por la Patria). Dijo Giordano: “Deben darle espacio a quienes estamos en contra de esta ley. Hay una lista de un montón de organizaciones que quieren venir a exponer las barbaridades que ocurren por el uso de agrotóxicos. Fumigar a 10 metros de ninguna manera puede ser una buena práctica agropecuaria”. Dijo Osuna: “Es indispensable escuchar voces de otros sectores, estamos en falta si no. Los expertos científicos deben estar acá, están ausentes en este proyecto. Primero debe estar la salud, luego la producción”.

La evidencia del modelo

Tras el encuentro del martes, distintos actores se manifestaron en contra del proyecto. Damián Verzeñassi es médico generalista y es el director del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, desde donde se hicieron desde 2010 a 2019 más de 40 campamentos sanitarios en diversos pueblos de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba para  relevar puerta a puerta la situación de la salud en localidades fumigadas. ¿Qué demostraron esos resultados? Que en las comunidades rurales se multiplicaban los trastornos endócrinos, los abortos espontáneos, las malformaciones y el cáncer. Opina Damián: “Si se aprueba esta ley permitiría que se fumigue a 10 metros con productos que pueden generar cáncer de mama, cáncer de tiroides, alteraciones endocrinas en las glándulas, disminución de la capacidad de nuestro sistema inmunológico de defendernos. Por ejemplo, el herbicida atrazina está prohibido en 37 países, pero en Argentina está autorizada. Este tipo de cosas avala la ley que quieren aprobar”.

Sin embargo, el diputado por la Libertad Avanza Pablo Ansaloni, que proviene de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) dijo en la reunión informativa: “Desde nuestra actividad, que la vengo ejerciendo durante 30 años, manipulamos el cereal y estamos en contacto todos los días con el fitosanitario. Podemos dar fe que no tenemos ningún enfermo”.

Meche Méndez es enfermera de Cuidados Paliativos del Hospital Garrahan y desde hace años viene dando una pelea (casi en soledad) para que exista una historia clínica ambiental que pueda demostrar la relación de los agrotóxicos con las enfermedades. Le dice a lavaca: “El sistema de salud sigue sin considerar el daño, en muchos casos irreparable, que los tóxicos utilizados desde hace décadas en el modelo extractivo están produciendo en el ambiente, los territorios y por ende en los cuerpos de quienes los habitamos, atendiendo los síntomas y/o la enfermedad una vez producida, pero sin asociarlo cómo posibles causa”.

Sobre el proyecto de ley, analiza Méndez: “Sólo puedo compartir mi absoluto rechazo. Ya está comprobadísimo por la ciencia sin conflicto de interés que la deriva (movimiento de plaguicidas en el aire) no tiene control, que los venenos enferman y matan. Necesitamos medidas aún más protectoras de las que tenemos actualmente y sobre todo dejar de usar esos tóxicos. Hago un llamado urgente a los profesionales de la salud, a las sociedades científicas supuestamente comprometidas con la salud y el ambiente a que se expidan y rechacen esta posibilidad criminal de echar venenos a 10 metros”. Remata: “Se sabe que produce cáncer, malformaciones, daños genéticos, un montón de enfermedades y síntomas. Esto no puede salir de la Cámara de Diputados”.

María Luisa Chomiak, de Chaco, es la única diputada de Unión por la Patria que acompañó con su firma este proyecto. Argumentó: “Lo suscribí porque se necesita tener esta discusión. Toda iniciativa es perfectible y no hay nada más importante que la salud. Si se prioriza esto, celebro que estemos discutiendo este tema”. Sin embargo, en el proyecto no figura que la reducción de las distancias va en sentido contrario al principio de «no regresión en materia ambiental» que establece la Ley General de Ambiente y tratados internacionales como el Acuerdo de Escazú. Ni tampoco informa las pruebas científicas ya demostradas sobre la consecuencia de los plaguicidas: desde los efectos letales del glifosato en embriones anfibios, constatado por el ex titular del Conicet Andrés Carrasco, hasta los estudios de Delia Aiassa en la Universidad de Río Cuarto sobre daño genético, que comprobaron el riesgo aumentado de contraer cáncer. A partir de estas investigaciones hubo fallos judiciales en distintos puntos del país prohibiendo las fumigaciones terrestres a menos de 1.095 metros y las aéreas a menos de 3.000.

Antecedentes que enferman

Una de esas localidades es Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Allí vive Sabrina Ortiz, una de las tantas personas que se enfermó por agrotóxicos. Perdió un embarazo de casi 6 meses y tuvo dos ACV. Sabrina tiene una particularidad notable: como no encontraba abogados que la defendieran, estudió Derecho y se recibió. Fue amenazada; le mataron a su perro como amedrentamiento. Después de años de denuncias y estudios científicos, la Justicia federal confirmó que el 3 de diciembre de 2025 comenzará el juicio oral contra tres productores agroindustriales por delitos de contaminación ambiental, según la Ley de Residuos Peligrosos (N° 24.051). En la causa se documentaron daños a la salud vinculados a la exposición crónica a sustancias como glifosato, atrazina y clorpirifós. 

Sabrina, junto a varios colegas, acaba de presentar un escrito colectivo de abogadas y abogados de Pueblos Fumigados en donde solicitaron a las presidencias de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados de la Nación que convoquen audiencias públicas, foros y videochats de debate antes de tratar el proyecto de ley.

Marco Filardi es abogado especialista en derechos humanos y temas ambientales y es parte de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA. Le dice a lavaca: “Esta norma manda un mensaje a todas las provincias de que este (10 metros fumigación terrestre y dron, y 45 metros aérea) es el estándar mínimo, el piso ambiental y eso no lo podemos aceptar. Gran parte de nuestra población está expuesta cotidiana, sistemática y estructuralmente a la aplicación de más de 7.000 formulados comerciales con autorización vigente por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) en una cantidad de más o menos 500, 600 millones de litros de agrotóxicos al año. Tenemos el triste privilegio de ser el país que más agrotóxicos por persona y por año usa en el mundo y los resultados están en los cuerpos, están en los territorios”.

Desde los impulsores de la iniciativa no contactaron a científicos, ni profesionales de la salud, ni abogados, ni a ninguna de las organizaciones ambientales. Como por ejemplo la coordinadora “Por una vida sin agrotóxicos Basta es Basta”, de Entre Ríos, que se moviliza todos los martes desde 2018 frente a la Casa de Gobierno en Paraná. “La ley nacional es un ‘copy-paste’ de la que ya tenemos acá, aprobada a finales de 2024 y en la que habilitan fumigar a 5 metros de los cuerpos de agua, a 10 de las plantas urbanas y a 15 de las escuelas rurales. Ellos se amparan en las buenas prácticas agrícolas sin basarse en ninguna evidencia científica, a diferencia de todos los trabajos publicados en Argentina y en el mundo donde se demuestra el impacto que tiene el uso de los venenos sobre la salud y los ecosistemas, más allá de la dosis y la distancia. Lo que genera el daño es la presencia del veneno y si hay evidencia científica ya está: no hay más que hablar”.

La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas
Sabrina Ortíz presentó una iniciativa para frenar la Ley del Cáncer.
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