CABA
Detenciones sin orden judicial y provocadores plantados: detalles de una cacería
Dos de las detenidas tras la movilización por el Paro de Mujeres denunciaron en una conferencia de prensa la cacería desatada por la Policía de la Ciudad que dejó una veintena de personas detenidas distribuidas en tres comisarías. Otras cuatro resultaron heridas con balas de goma. Ahora están libres, pero les armaron causas por lesiones, daños y resistencia a la autoridad. Los testimonios y videos contradicen la versión oficial. Laura Arnés, periodista: “Nos tiraron al piso de los pelos y me empezaron a gritar que era una negra de mierda y por eso iba a ir a la cárcel”.
“Todavía estoy muy afectada por lo que pasó anoche. Tengo el cuerpo muy dolorido. Voy a tratar de contar lo que pasó, cómo lo viví”, dijo Laura Arnés, periodista del suplemento Soy del diario Página/12 e investigadora del CONICET, una de las 19 personas detenidas por efectivos de la Policía de la Ciudad y policías de civil, luego de la masiva movilización por el Paro de Mujeres. Fue en una conferencia de prensa realizada en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que contó con el acompañamiento de integrantes del colectivo Ni Una Menos y legisladoras porteñas. Entre ellas estaba María Rachid (FpV), que aportó algunos datos respecto a las detenciones, luego de recorrer las comisarías durante la madrugada:
- Hubo 8 mujeres detenidas en la Comisaría 1° que luego fueron trasladas a la Alcaidía de la Comuna 4. Entre ellas estaba Laura Arnés.
- Otras 7 personas fueron detenidas en la Comisaría 30°: 5 mujeres y 2 hombres.
- 2 varones fueron detenidos en la Comisaría 4°.
- 4 jóvenes heridas (algunas con bala de goma) terminaron internadas en el Hospital Argerich. La legisladora Laura Marrone (FIT) mostró una foto de María Cardozo, estudiante de un instituto de Haedo, una de las heridas. “Estaba en las cercanías de la Catedral mirando qué ocurría y fue disparada con tres balas de goma desde el interior de la Catedral. No es casual que ellas no fueran detenidas, sino llevadas al Argerich”.
El contexto fue la histórica movilización en Argentina por el Paro Internacional de Mujeres. “Ni siquiera pudimos llegar a Plaza de Mayo, lo más cerca que pude llegar es a cuatro cuadras de la Plaza por la cantidad de gente que había y me quedé ahí, en Avenida de Mayo. Después, fuimos a cenar a una pizzería en la callé Perú, cuando se largó la lluvia: ya serían como las 10 ó 10:30 de la noche. Nos levantamos para irnos a casa y una de nuestras compañeras decide ir al baño. De repente llega un grupo de policías y hombres vestidos de civil, corriendo. Nos empujan, nos dicen que despejemos. Decimos que estamos esperando a una compañera que está en el baño. Otra compañera, Natalia, le pide a un hombre de una remera a rayas que nos estaba empujando que se identifique y en vez de contestarle, la agarran del pelo y la tiran al piso. Yo me agacho para ayudarla y empujan a mí también. Entre dos me ponen los brazos atrás en la espalda y me empiezan a gritar que soy una negra de mierda y que por eso voy a ir a la cárcel. Que si me resisto me van a romper los brazos”.
Laura contó que los policías les tiraron los celulares al suelo y que las hicieron caminar tres cuadras hasta donde estaban los camiones celulares, en la Plaza. “Ninguno de los policías estuvo identificado afuera ni en ninguna de las dos comisarías que estuve. Todo el tiempo me decían que estaba presa por negra. Nadie nos explicaba qué hacíamos ahí y dónde estábamos”. Laura y otras siete detenidas fueron trasladadas en un primer momento a la Comisaría 1°. “En esa comisaría nos requisaron a todas. A algunas les hicieron sacar la ropa, a otras las tocaron”. Luego fueron llevadas a la Alcaldía de la Comuna 4. “Se repitió todo el procedimiento, pero ahí estábamos en celdas aisladas. No nos dejaron leer ninguno de los documentos que nos hicieron firmar. Cada vez que preguntábamos por qué estábamos detenidas nos decían que no sabían”.
Las autoridades de la que dependen las policías de la ciudad y de Nación y algunos medios intentaron relacionar las detenciones con los incidentes en la Catedral. Laura: “Yo nunca llegué a la Catedral porque nunca llegué a Plaza de Mayo. No estuve ahí en ningún momento. Estaba a cuatro cuadras y lejos de lo que pudo haber sucedido, que no sé qué fue porque no estaba viendo televisión”.
La cacería se produjo un día después de que seis chicas activistas fueran detenidas por hacer pintadas como acción de convocatoria al Paro (https://www.lavaca.org/notas/detenidas-por-parar-arman-causas-a-integrantes-de-ni-una-menos/). También fueron liberadas luego de que 200 personas tomaran la fiscalía. También recuperaron la libertad con causas armadas.
La detención ilegal
“Es un endurecimiento muy importante de respuesta estatal en la protesta social”, dijo Paula Litvachky, directora del Área de Seguridad y Justicia del CELS. “Las detenciones que se vieron fueron sin orden judicial. Esas son prácticas policiales que están prohibidas. La CIDH condenó a la Argentina por detenciones masivas sin orden, conocidas como razzias (caso Bulacio). En un contexto de marcha esas detenciones son conocidas como cacerías. Eso es lo que se vio. Aquí hubo una situación de absoluto descontrol policial, a lo que se agregaron las declaraciones de Ocampo (Martín, ministro de Seguridad porteño) y Bullrich (ministra nacional) de protección política a ese descontrol”. Litvachky señaló que ninguna de las detenciones contaron con la correspondiente orden judicial.
¿Qué dijo el ministro de Seguridad porteño Martín Ocampo?: «A las detenidas se les imputan daños en el mobiliario público. El operativo policial fue hecho de acuerdo a los estándares que se tienen para estos casos. Cuando una persona se niega a la detención es resistencia a la autoridad». También declaró en una entrevista radial que las detenciones se produjeron horas después de los incidentes de la Catedral “para evitar reacciones mayores” y que “debe ser la justicia la que determine si las personas detenidas no están relacionadas con los hechos que se le imputan”.
¿Qué dijo la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich?: «Fue todo tranquilo hasta que un grupo se separó y fue a destruir la Catedral Metropolitana con actitudes violentas, tirando botellas y bombas Molotov. En ese momento se decidió un accionar en conjunto de las policías Federal y de la Ciudad, que actuaron disuasivamente. Se tomó esta decisión, que fue una respuesta disuasiva clara, ya que el Estado no puede permitir la destrucción de los monumentos históricos». También mencionó la agresión que sufrió “una persona que llevaba una bandera del Vaticano”.
En la conferencia, el presidente del CELS Horacio Verbitsky sostuvo que el hombre con la bandera del Vaticano que mencionó la ministra es empleado de ella. “Trabaja para Patricia Bullrich”, precisó. Su nombre es Ignacio Montagut, miembro del partido nazi Bandera Vecinal, que regentea Alejandro Biondini. Vertibsky puntualizó que Montagut ya participó de otras provocaciones y señaló que el en el tetazo “estuvo haciendo identificación de personas”. Otro dato que aportó: “Trabaja en el equipo de Yamil Santoro (funcionario del gobierno de la Ciudad) haciendo monitoreo de redes” sociales. La conclusión de Vertibisky: “Esto fue organizado. No ocurrió por casualidad. Desde el Gobierno nacional se organizó deliberadamente frente a la enorme manifestación de mujeres que ocurrió el día de ayer”.
Causas armadas
Litvacky subrayó que la actuación policial aprovechó el momento de la desarticulación de la marcha. Además de las requisas vejatorias, puntualizó en el procedimiento irregular de detención. “Es una práctica bastante común: el armado de causa posterior. Justifican la detención con armado de causas por resistencias o lesiones o daños. Le agrega un componente muy grave a la criminalización de la protesta: las chicas no sólo pasaron por la detención ilegal sino que ahora se las tienen que ver en causas judiciales concretas”.
Natalia, otra de las detenidas, ilustra las irregularidades: “El médico de la Comisaría 1° puso como lugar de detención Plaza de Mayo. Yo le dije que no habíamos estado ahí y me dijo que no le importaba, que era lo que le habían dicho”. Cuenta que las requisas la hicieron personal femenino, pero que el trato fue igualmente malo. “Era muy violento todo, con una impunidad que a mí, particularmente, me generó miedo. No daban explicación ni estaban identificados. Tenemos moretones, muchos dolores. Una chica estuvo sin comer y en la comisaría le dijeron que sólo le iban a dar agua. No nos daban información”.
Litvachky: “La Ciudad sancionó una ley de creación de la Policía donde aparecen normas que fueron discutidas justamente para proteger estos derechos. La ley obliga, entre otras cosas, a que los policías estén identificados en situaciones de protesta. Como esto y otras reglas se violaron e este procedimiento, es importante que la Legislatura intervenga. También el Congreso nacional y el Estado. Después de tres días de movilizaciones masivas que esto termine con detenciones arbitrarias es un claro mensaje a la protesta social”.
El rol de la justicia
En todo el procedimiento no está claro qué juez o fiscal intervinó. lavaca preguntó quiénes eran los funcionarios judiciales responsables. La respuesta de Litvachky: “Todavía no está claro y esa es una de las irregularidades más grandes”. Sólo se sabe que uno de los jueces que intervino fue Alejandro Cilleruello, del Juzgado de Menores 1°. Luego de la presentación del hábeas corpus, otra de las juezas fue Laura Bruniard, a quien criticaron por no constituirse en las comisarías a pesar de que se denunciaban golpizas.
Rachid: “No sólo hubo detenciones arbitrarias, sino que no hubo ningún resorte del Ejecutivo y de la Justicia que nos diera información clara sobre las detenidas”. Resaltó que las detenidas “entraron a las 11 de la noche y salieron 9 30 de la mañana” y que durante todo ese tiempo las abogadas no tuvieron información oficial sobre la situación. Los testimonios de las detenidas describen que las víctimas, tampoco.
La caza
Laura Salomé Canteros es periodista del portal Marcha y es la que filmó el video en que se ve a dos policías que detenían con una patada a una joven. Cuenta a lavaca lo que vio esa noche: “Eran casi las 11 de la noche. Estábamos con varias amigas que ocupamos una mesa grande en la calle Perú, cerca del monumento a Roca. Empezó a llover y dijimos: ´ Nos volvemos a casa´. Caminamos por Perú hacia Avenida de Mayo y a la altura de Diagonal vimos que había un operativo muy grande. Empezamos ya a escuchar algunos gritos. Seguimos caminando por la Diagonal Sur, hicimos 10 metros y vimos un cordón de policía con escudos, armas largas y el camión hidrante. Nos dio la sensación que estaba apuntando para tirar a un grupo muy chico, que estaba en una de las laterales. Nos fuimos entonces por Hipólito Yrigoyen. Veíamos que el operativo avanzaba de costado. Hago un video y registro la situación de las pibas gritando: “Qué van a hacer, ¿nos van a tirar?”. Después, fuimos por Avenida de Mayo y entramos por el Cabildo. Llovía mucho. Encontramos dos chicas que estaban llorando. Una tenía los ojos casi cerrados de tan hinchados, estaba en crisis, no paraba de llorar. Había mucho policía de civil dando vuelta. Estaban los periodistas de Telefé todavía. Nos quedamos con ellos. Luego, empezamos a caminar por Avenida de Mayo cuando un chico nos grita: ´Salgan ya´. Ahí vimos que detuvieron a otras cuatro pibas. Un cana se nos acercó armado, empezamos a caminar con él atrás. Ahí fue cuando vimos que se llevaban a dos pibas más. Yo intuyo que es la periodista de Página (Arnés) porque una era rubia, y las llevaban para la zona de la Plaza de Mayo, de la Catedral, donde estaba el camión celular. Hago la filmación. Dejé de filmar porque un cana se me venía encima. No es casual para mí. Entre la detención de las chicas que pintaban y las del Paro, hubo periodistas. Yo lo tomo también como un alerta hacia las trabajadoras y los trabajadores de prensa”.
La Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) y la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) tomaron intervención en el caso y están recibiendo denuncias. Los teléfonos: 4371-3407 / 43712658 / 4371-6218
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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