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Diez años de AReCIA: cultura, sueños, comunicación y autogestión

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El Foro anual de la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA) arrancó ayer viernes en la Plaza de los Dos Congresos. En esta oportunidad, la asociación que agrupa a más de cien revistas de todo el país cumple una década y con la consigna “Diez años luchando, diez años creciendo, diez años exigiendo derechos”, comenzó festejando con una irrupción artística al aire libre y una entrevista pública a dos de sus fundadoras: Marlene Wayar y Claudia Acuña. Sigue hoy y mañana.

El Grupo GEAM (Grupo de Experimentación en Artes del Movimiento de la Universidad Nacional de las Artes – UNA) realizó una performance en la plazoleta del Congreso. Siete bailarinas con sus cuerpos apoyados en las baldosas se fueron levantando con movimientos discontinuos mientras sonaba música de cello. Se escuchaban voces en off: “Loca de mierda, mentirosa, encima fea, tonta, malcriada, mala onda, gorda, a ver si te callás un poquito, qué intensa que sos, bruja, qué frágil sos, no se te puede decir nada, trola, cómo te gusta la fiesta, inútil”. Los insultos se fueron encimando hasta hacerse inaudibles. Una de ellas gritó “Soy”. En ese momento, algo cambió y la música acompañó: el ritmo de la cumbia desató un clima de fiesta. “Soy así / soy lo que soy / mi destino, mi amuleto / Soy así y a donde voy / Soy siempre lo que yo quiero” se escuchaba en el parlante la canción de Ulises Bueno. Las bailarinas se acercaron a las personas que las rodeaban y que hasta ese momento habían sido observadorxs. Con el brazo estirado las invitaron a bailar y por unos minutos, todo fue movimiento y alegría.

Luego de la danza colectiva, Lucas Pedulla, periodista de cooperativa lavaca, dio la bienvenida a les presentes y abrió formalmente el acto de inauguración del Foro. “Bienvenides a todes al comienzo del décimo Foro de la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina. Somos una red de más de cien revistas culturales de todo el país y cumplimos diez años. Diez años de sembrar cultura, sueños, comunicación, periodismo y autogestión. Diez años de construir herramientas comunes, de forjar una identidad, de imaginar qué queremos hacer y sobre todo, hacerlo. Diez años de crearnos una política, diez años de crearnos nuestra Ley. Diez años de crearnos lo que no existía para existir. Diez años de estar juntes, revistas, ante cualquier peste coyuntural. Diez años y aquí estamos en nuestro salón de gala, la calle. Diez años y aquí estamos con ustedes, Claudia Acuña y Marlene Wayar, fundadoras de esta década. Diez años y aquí estamos para decirles gracias. Gracias por el fuego, por la locura, por la imaginación. Gracias por la irreverencia, por la perspectiva y por la creación. Gracias por los horizontes que dibujaron, por los imposibles que posibilitaron, por los sueños que nos pusieron al alcance de la mano. Gracias por el verbo y gracias por la sensibilidad. Diez años de gracias. 3650 días de abrazos y los segundos infinitos de hacernos saber que la política puede ser nuestra. Por todo lo dicho y por todo lo otro que late en el corazón, por decisión unánime las nombramos: Claudia Acuña y Marlene Wayar, Reinas Honorarias de la Autogestión. Procedemos a la investidura”.

En ese momento, ambas fueron coronadas con flores en sus cabezas, una cinta de “peligro” colocada como banda real y un diploma honorífico con la descripción de las virtudes por las cuales fueron condecoradas. Luego de posar para las fotos, el periodista de Cítrica, Mariano Pagnucco comenzó la entrevista pública a las ya instituidas Reinas de la Autogestión.

Consultadas por el balance de gestión de esta construcción de diez años, Claudia Acuña, periodista y socia fundadora de cooperativa lavaca y revista MU resaltó “Estar hoy acá es el éxito, estar con Marlene que hemos dado muchas batallas y esta es una. Nuestro éxito es sobrevivir, somos parte de la generación que sufrió una dictadura, nuestro éxito es sobrevivir y que los demás crezcan y nosotras sostener la puerta para que no pasen los malos. El espíritu de AReCIA fue performatizar todo, las compañeras trans nos enseñaron eso, es un entrenamiento que nos permite bailar en la calle y también entrar a los despachos con estas coronas”.

Marlene Wayar, activista trans, fue miembro de la revista El Teje, “que tenía una diversidad maravillosa, chicas y chicos trans donde yo podía estar en un rol de observadora viendo como discutían temas. Ir a AReCIA implicó para nosotras ampliar esa diversidad”. Ambas recordaron anécdotas de estos diez años: El primer foro de AReCIA, que ocurrió en la Manzana de las Luces donde limpiaron un patio y con la basura hicieron un cartel que decía “El poder a la imaginación” y el festejo del cumpleaños de Marlene, del que participaron Susy Shock, Diana Sacayán y Lohana Berkins.

“¿Por qué hace falta una revista en este mundo? —interroga Claudia—Ya está todo dicho, ya está todo publicado. Hace falta porque hay que seguir jugando. ¿Cómo va a ser mi revista? ¿Para quién escribo? Esas preguntas son básicas. Como editores tenemos que volver a una forma de comunicación humana, no negar la virtual, pero no vivir solo de la virtual”. Marlene suma: “En El Teje nos preguntábamos quién nos iba a leer. Teníamos que rearmar nuestra propia historia, una revista es un hecho social y con lo que teníamos y con lo que éramos hacíamos una puesta escénica. Es soñar con lo propio, con lo que tenés. Somos objetos de culto”. Aportó Claudia: “En vez de soñar ser grandes, soñemos ser muches”.

Así finalizó la coronación, homenaje y entrevista pública a las fundadoras de AReCIA. Hoy sábado, a las 11 horas, será el turno de la charla: Cooperativas y Medios Cooperativos, habrá un intercambio con Leticia Gómez, vocal del directorio del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), como una forma pensar la formación de cooperativas como personería jurídica para las revistas. A las 14 horas, habrá un taller de redes sociales a cargo de Pablo Lozano, editor de Tribuna Hacker.

El domingo a las 11 horas habrá una charla con el presidente de la Asociación de Revistas Culturales de España (ARCE), Manuel Ortuño. A las 12 hs, será la presentación del Censo Anual de AReCIA, para analizar y reflexionar sobre los datos relevados de las revistas que integran la Asociación. Finalmente, a las 14 horas comenzará la Asamblea Anual, donde se presentará la nueva plataforma digital, se evaluarán las tareas realizadas durante el año y se elegirá la Comisión Directiva para el 2022.

LINKS PARA LAS ACTIVIDADES VIRTUALES: Sábado 4, 11 hs. Cooperativas y Medios Cooperativos: https://us02web.zoom.us/j/83854727273

Sábado 4, 14 h. Taller de Redes Sociales: https://us02web.zoom.us/j/81304676807 Link de Zoom para todas las actividades del domingo 5: https://us02web.zoom.us/j/81825629854

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Mía: Cuando el arte abraza

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Mía es una obra de teatro que podríamos encuadrar dentro del biodrama o autoficción. Y es mucho más: es grito, es abrazo y, también es un espejo. La actriz y médica psquiatra Mercedes Bertuzzi expone en escena su propia historia: una situación de violencia machista que sufrió por parte de una ex pareja. Este sábado 18 de marzo y en el marco del 8M, esta obra testimonial se presenta en MU Trinchera Boutique a las 21 hs, entradas a la gorra.

“Los primeros años, luego de salir, fueron de mucha confusión, angustia y mucha bronca. Escribir me permitía depositar esas emociones en el texto. El primer objetivo fue descargar. Siempre estuvo el deseo de poder denunciar a través de ese texto que iba escribiendo, pero no estaba segura de si iba a encontrarle la forma. En el proceso empecé a entrenar con Marina Otero, ella hace autoficción, y ahí algo se destrabó, la vi, vi la obra”, cuenta Mercedes. Al terminar de escribir el texto, tomó conciencia de que no era exclusivamente autorreferencial sino que involucraba la historia de muchas otras. Así tomó coraje para llevarla a la escena. “En cada función se me acercan decenas de mujeres emocionadas a abrazarme diciéndome ‘somos muchas’. Todas pasaron por una situación de violencia o acompañaron a otra mujer que la pasó. Siempre termino la función con ganas de gritar cada vez más fuerte el texto de esta obra. Siento que estoy entregando mi historia al colectivo y eso hace que ya no me pese, ya no lucho contra ella. Cada mujer que se identifica con la historia se la apropia un poquito y le va dando más cuerpo al personaje de Mía”.

Con sus herramientas artísticas, Mercedes logró una obra poética, sin golpes bajos, con ironía y momentos muy divertidos.

En una escena, dos niñas juegan a ser actrices, prueban vestuario y declaman en nombre del amor. Las palabras son extraídas de las típicas canciones románticas de cantantes famosos, las que hemos aprendido y cantado a lo largo de los años. “Para quienes fueron víctimas, no es fácil hablar. La violencia nos deja mudas, vacías, solas, no hay palabras que alcancen para explicar. El arte nos habilita un lenguaje a través del cual poder decir lo indecible, nos devuelve la voz, en la forma que cada una elija expresarse. Y para quienes son público, adentrarse a la temática desde una propuesta artística creo que les permite hacerlo sin tantas resistencias. Te permite escuchar con otra disponibilidad. El relato atravesado por la dramaturgia, la música, los cuerpos. Mantiene su fuerza y su crudeza, pero es amortiguado de ternura, poesía, risa. Y eso permite que hablemos de violencia con personas que quizás no se acercarían de otras formas”. 

Cada vez que Mía fue presentada en distintos teatros —Mercedes quiere que la obra circule y abra a la reflexión— los comentarios de personas del publico se multiplican: “Presencié ese mismo diálogo”, “sentí exactamente eso”, “estuve en pareja con un tipo igual”. No solo es reparador para ella sino para muchas. “Romper el silencio es imprescindible. Me sigue sorprendiendo la cantidad de mujeres que se acercan después de la función a abrazarme emocionadas por haber ‘contado su historia’, estuvieron ahí mismo o acompañaron a otra. De todas las edades, todas las clases sociales. Es escalofriante, es triste. Pero es también esperanzador encontrarnos. Ya no nos estamos quedando calladas, estamos denunciando y estamos convencidas de cambiar esa realidad. El haber sido víctima de violencia ya no queda solo como una herida que duele y mejor callar y olvidar. Hoy somos víctimas enojadas, creativas y sobre todo, en red. Compartir Mía me abrió los ojos a eso… Es mi historia, es la de muchas otras y, por suerte, es parte de la historia que estamos modificando”.

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143

Sábado 18 de marzo a las 21 hs

Actúan: Mercedes Bertuzzi, Juliana Gotta, Gonzalo Pungitore, María Tibi

Entradas “a la olla”.

Podés reservar en este link:

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Punitivismo y feminismo en el caso de Lucía Pérez: una mirada sobre esa falsa dicotomía

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La abogada trans Cristina Montserrat Hendrickse analiza por qué es falsa la dicotomía que pretenden instalar sectores que siempre trabajan para categorizar las divisiones del movimiento feminista. Así crean grietas sociales que les permiten alentar congresos, investigaciones y polémicas de las cuales viven.

Por Cristina Montserrat Hendrickse

Una corriente muy minoritaria de los feminismos entiende que reclamar la sanción penal del femicidio es una actitud punitivista.

Llegan a tal conclusión partiendo del concepto de que el castigo refuerza la violencia.

Evidentemente la idea de la que se parte es correcta, pero el error de la conclusión reside en asociar pena a castigo. En no distinguir la finalidad de la pena que impone nuestro Derecho de la triste realidad de castigo que significa la ejecución efectiva de las penas privativas de libertad.

Los feminismos en nuestro país se encuentran justificados jurídicamente en la Convención Contra Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) incorporada a nuestra Constitución en 1994; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer (Convención de Belem do Pará) que es un tratado internacional de jerarquía superior a las leyes; y las leyes nacionales y provinciales que reglamentan a estos tratados.

Nótese que la convención de Belem do Pará obliga a los Estados a “sancionar” la violencia de género, además de prevenirla y erradicarla. El marco jurídico “sancionatorio” por excelencia es el Derecho Penal.

De allí que en nuestro sistema de derecho pretender eludir o abolir la punición de la violencia de género resulta jurídicamente anticonvencional, y por tanto anticonstitucional.

No por ello se deja de valorar el aporte del antipunitivismo feminista en cuanto sostiene que el castigo refuerza la violencia. Pero el problema del antipunitivismo reside en cuestionar al sistema (de origen convencional interamericano) de sanción de la violencia de género, y no al sistema de castigo que en los hechos (y apartándose del Derecho) sucede con la aplicación de la pena.

En efecto, la finalidad esencial de las penas privativas de la libertad es la reforma y la readaptación social de los condenados (art. 5.6. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también incorporada a nuestra Constitución en 1994), sin olvidar el mandato de que “…Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas…” (artículo 18 de la Constitución Nacional). De ambas reglas de jerarquía superior surge que la finalidad jurídica de las penas no es el castigo, como erradamente lo entiende cierta expresión del feminismo antipunitivista, sino la resocialización.

De allí que se impone una diferenciación entre “antipunitivismo” y “abolicionismo” que permita distinguir: si se pretende que la pena no se constituya en castigo sino como resocialización (antipunitivismo); o si se pretende abolir todo tipo de pena (abolicionismo penal).

La primera debería hacer foco en una reforma penitenciaria feminista, que lejos de reforzar el patriarcado lo deconstruya, no aboliendo las penas, sino modificando su ejecución a la finalidad que el impone el Derecho.

La segunda implicaría la abolición de todas las prisiones; y además, el desafío de construir respuestas ante los crímenes o lo que cada sociedad considera crímenes.

Evidentemente el castigo refuerza la violencia. Por lo que el mismo debe ser eliminado del sistema de ejecución penal, pero no el sistema de sanción; salvo que se sostenga el abolicionismo, teoría también respetable, pero que resulta anticonstitucional en nuestro sistema de Derecho, al menos en materia de violencia de género ya que la República Argentina se obligó ante la comunidad interamericana a sancionarla.

Toda decisión que se aparte de ese compromiso violentaría el sistema jurídico argentino y comprometería a nuestra Nación frente a la Comunidad Interamericana exponiéndonos a ser destinatarios de reclamos, cuando no de sentencias condenatorias, ante el sistema interamericano de Derechos Humanos.

En resumen: debatamos sobre las cárceles, no sobre las penas.

Cristina Montserrat Hendrickse

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Pergamino: sentencia contra los agrotóxicos y triunfo de la comunidad frente a un intendente

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La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la distancia de 1.095 metros dentro de las cuales están prohibidas las fumigaciones terrestres con agrotóxicos, y de 3.000 metros para las aéreas. De ese modo denegó el recurso de amparo presentado por el intendente pro agronegocio de Pergamino, Javier Martínez. La denuncia original había sido presentada por Sabrina Ortiz (en la foto principal), vecina de Pergamino, que en su reclamo contra el envenenamiento cotidiano que sufrían ella, su familia y sus vecinos, y sin encontrar quien la defendiera legalmente, terminó recibiéndose de abogada para encarar sus propias causas. La sentencia de primera instancia había sido dictada por el juez del juzgado penal 2 de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo.

Frente a la ratificación de la Corte dijo a Sabrina Ortiz a lavaca, entre otras cosas:

  • “Se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa”.
  • “Celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.

Publicamos además la nota completa realizada en la revista MU.

Por Francisco Pandolfi

Madres fumigadas: Silvana, Erika, Paola, Juana, Natalia. Fotos: Nacho Yuchark.

Un fallo de la Corte Suprema de Justicia ratificó la distancia de 1.095 metros de prohibición de fumigaciones terrestres y de 3.000 metros para las fumigaciones aéreas, denegando el recurso de amparo que había presentado nada menos que el intendente de Pergamino, Javier Martínez, pretendiendo fumigar en todas partes, pese a las denuncias sobre los efectos de los agrotóxicos en la comunidad, el suelo, el aire y el agua.

El fallo en primera instancia, apelado por Martínez, había sido del Juez Carlos Villafuerte Ruzo, titular del Juzgado Penal Número 2 de San Nicolás, en septiembre de 2019, como medida protectoria paliativa urgente frente a las masivas fumigaciones.

Paola, su nieto con sobrepeso, su nieta con déficit de crecimiento, parte de los efectos en la salud de las fumigaciones masivas para cultivos transgénicos. Fotos: Nacho Yuchark.

Quien realizó la denuncia original ante la justicia federal fue la activista ambiental y abogada Sabrina Ortiz, también víctima de los agrotóxicos. Ante este fallo de la Corte Suprema de la Nación, explica a lavaca: “Esperábamos la resolución desde hace bastante tiempo, con muchas expectativas, pese que los últimos fallos que ha tenido la Corte en materia ambiental no han sido para nada alentadores. Sin embargo, para nosotros era casi seguro que iba a fallar a favor. Se me vinieron un montón de situaciones a la cabeza, sobre todo por cómo comenzó esta causa, por la salud de mis hijos, por las afectaciones que tuvieron, con las afectaciones que tuve en mi cuerpo; se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa. Fueron recuerdos muy tristes, muy angustiantes, dolorosos, del vivir cotidiano, de hecho todavía están en controles mis hijos y hay un montón de gente que la sigue sufriendo”.

Pedro y Guido, dos de los agricultores que descubrieron que se puede producir de modo sano en las zonas en las que se prohíben los agroquímicos. Fotos Nacho Yuchark

Relata también con asombro: “Me da mucho dolor, que sea el propio municipio el que intenta ir en contra de la salud de las personas. Me da mucha impotencia que el intendente Javier Martínez sea quien quiere que nos fumiguen en la cabeza. Al mismo tiempo, celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.

Aquí, el viaje, la investigación y la nota completa sobre la situación en Pergamino publicada en la revista MU: La capital del veneno.


https://lavaca.org/mu163/mu-en-pergamino-la-capital-del-veneno/

Salud humana y de la naturaleza: lo que está en juego en Pergamino, como caso testigo de tantos lugares del país.
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LA NUEVA MU. Lo que está en juego

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