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El derecho que nos falta: abogadas por #AbortoLegalYa

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402 abogadas de todos los sectores estamparon su firma en una nueva Carta Abierta a diputados y diputadas para que voten el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. Las expertas que firmaron analizan qué significa este momento histórico y por qué hay que hablar de legalizar el aborto. Nelly Minyerski, referente histórica de la Campaña: «Hemos pasado de 100 años de mujeres que no sabían cómo era el órgano masculino a que las niñas de 12 o 13 años tengan hoy el pañuelo verde en las marchas y que lo consideren un derecho: es un mundo distinto». Nuestra crónica, video y reportaje fotográfico.

El derecho que nos falta: abogadas por #AbortoLegalYa

Fotos: Martina Perosa para lavaca


Los aplausos que abrazan a la abogada Nelly Minyerski, que llegó con su pañuelo verde al cuello, recorren décadas de reivindicaciones y conquistas. Son las 15:40 y el hecho de que una de las históricas referentes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito sea una de las 402 firmas de la Carta Abierta de Abogadas a diputados y diputados para que voten la legalización del aborto, es otra gota de esta marea verde que desde el comienzo del plenario de comisiones en la Cámara de Diputados no hace más que inundar cada espacio de este país.
«Hemos pasado de 100 años de mujeres que no sabían cómo era el órgano masculino a que las niñas de 12 ó 13 años tengan hoy el pañuelo verde en las marchas y que lo consideren un derecho: es un mundo distinto», sintetiza Minyerski a lavaca. «Estamos trabajando y tratando de aprovechar esta coyuntura que se ha presentado considerando que, más allá de los propósitos que puede tener el Gobierno, vamos a hacer todo lo posible para que se dicte esta ley, porque es una cuestión gravísima de discriminación e hipocresía en nuestra sociedad. Y luchar por esto no impide luchar por todos los otros derechos económicos y sociales muy castigados. Es un derecho que tenemos las mujeres, humano, personalísimo, que se nos niega. Y es una deuda de la democracia muy grave, que no ha logrado saldar con más de las mitad de la población: las mujeres».
Luego, se disculpa y deja de hablar: es el momento de la foto colectiva.
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Fotos: Martina Perosa para lavaca


Poner el cuerpo
La doctora Verónica Heredia es una experta en desaparición forzada en democracia y es una de las motorizadoras de la Carta Abierta de abogadas por #AbortoLegalYa. “Es la necesidad de que nuestra voz sea escuchada. Si bien hay muchas que conformamos muchos espacios, es la voz de una organización. Cada una queremos decir al Congreso con nuestros nombres, apellidos, por primera vez, que se nos escuche a cada una: queremos poner el cuerpo en nuestro pedido”.
Heredia, también, participó en el caso FAL, el emblemático fallo de la Corte Suprema que precisó los alcances del aborto no punible. “Era un caso de Comodoro Rivadavia. Me junté con la niña, su madre, su abuela y su abogada en su casa. Todas habían sido abusadas. Y era muy significativo cómo la abogada decide acompañar esa petición de la madre después de encontrarlas en Tribunales leyendo el Código Penal, y que la niña dijera que si continuaba con el embarazo se iba a suicidar. Era un peligro para la salud de la niña que no estaba contemplado en el Código Penal, según la mirada de jueces de todas las instancias y de los médicos. Por eso es imprescindible modificar el Código para sacarle esta conducta y para que sea una decisión que debe ser adoptada, contemplada y protegida por el sistema de salud”.
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Verónica Heredia, María del Carmen Verdú. Fotos: Martina Perosa para lavaca


Por una democracia real
Otra de las firmantes es la abogada de derechos humanos Elizabeth Gómez Alcorta, que subraya que es imposible pensar en una democracia real sin aborto legal. “El Derecho cumple un rol fundamental como herramienta de control social, que tiene un impacto diferencial sobre el cuerpo de las mujeres. Cuando, en 1921, el Código Penal fue sancionado y se criminalizó el aborto, solo votaban hombres y solo lo eligieron diputados y senadores varones. O sea: la población masculina eligió representantes varones que criminalizaron la autonomía de nuestros cuerpos. Y es el momento de hablar para pensar una democracia sustantiva”.
A su lado está María del Carmen Verdú, abogada de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi). “Mucho más importante que hablar de despenalización es hablar de legalización: es una discusión que tiene el mismo matiz que tenía años atrás la exigencia no sólo de la derogación de leyes de impunidad sino su nulidad. En el caso del aborto, la legalización busca garantizar los medios para que no sea simplemente discursivo la reivindicación de lo gratuito y legal en el hospital. Si solo despenalizás, eliminás la figura penal como delito del Código, y así va a seguir siendo necesario tener un montón de plata para que un médico particular practique la intervención. En cambio, la legalización exige que  el Estado garantice los recursos para que cualquier mujer de cualquier situación económica y social pueda acceder al derecho elemental de interrumpir voluntariamente el embarazo”.
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Fotos: Martina Perosa para lavaca


La burocracia patriarcal
Cristina Lembeye fue la única jueza de la Cámara del Crimen de Caleta, en Santa Cruz, que votó por la absolución de los petroleros de Las Heras en 2014. Hoy está jubilada y es una de firmas que exige #AbortoLegalYa. “La legalización implica una política de Estado que garantice el derecho de las mujeres a tener una atención en un hospital público como todas las ciudadanas y ciudadanos, y no que vayan presas. Es algo básico considerando la cantidad de mujeres que murieron y siguen muriendo a raíz del aborto clandestino. Argentina es un país grande y el problema no es sólo de la Ciudad de Buenos Aires: hay lugares donde ni siquiera se aplicó el fallo FAL de la Corte, de 2012, ni se pudo acceder a un aborto en el sistema público porque hay jurisdicciones donde todo el servicio de Obstetricia y Ginecología es objetor de conciencia. Entonces hablamos de un derecho que no está garantizado, y sólo puede serlo por ley”.
Mariana Barbitta es la presidenta de la Asociación de Mujeres Penalistas Argentinas (AMPA) y se define como abogada y docente en el “fuero más patriarcal, que es el penal”. ¿Por qué? “Sabemos lo que significa la criminalización de estas conductas: es la cárcel. El Congreso tiene en sus manos la posibilidad de dejar de criminalizar esta conducta”.Barbitta explica que desde 1921 el Código Penal regula abortos no punibles y eso es síntoma de una expresión de una causal de salud de esa época. “Esta ley va por más: es exigir que cualquier mujer que decida interrumpir su embarazo pueda hacerlo sin autorización judicial, sin burocratización. Esto ya lo dijo la Corte en el fallo FAL, ese camino está iniciándose. Que jurídicamente pueda salir del Código Penal es un mensaje clarísimo de un Estado democrático, respetuoso del derecho de las mujeres y que decide criminalizar cuestiones importantes. El Derecho Penal es lo más violento que tenemos en el sistema judicial y encarcelar a mujeres en un contexto de vulnerabilidad y desigualdad refuerza un mensaje nefasto que choca con las garantías constitucionales y con la necesidad como impone la Cedaw (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de la ONU) de que las mujeres debemos ser respetadas en nuestros derechos humanos”.
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Fotos: Martina Perosa para lavaca


En busca del estallido
Mariana Volpi, mediadora prejudicial y abogada en la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) expone su mirada: “Trabajé en mediaciones familiares con diferentes tipos de conflicto, y el tema del aborto se presentó varias veces, relacionado con los silencios en las familias y en cómo repercuten en conflictos que tienen que ver con silencios históricos, muchas veces provocados por el rótulo que tenía la práctica como delito. Y es el Estado el que te coloca en un lugar de infractor, de inmoralidad, de ilegalidad, de una manera absolutamente hipócrita. Por eso, cuando ya existe esa ruptura en ese acto, la mayoría de la sociedad comienza a comprender que es una protección de derecho. Y allí la ley se hace necesaria y estalla”.
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Mariana Volpi, abogada de la Procuración Penitenciaria de la Nación. Fotos: Martina Perosa para lavaca


La sociedad que dice basta
Susana Sanz es una histórica abogada feminista que defendió derechos laborales en los ´70, militó en Montoneros, fue perseguida, se exilió y luchó contra la violencia contra las mujeres. “Creo que las cosas no surgen porque sí. Hace muchos años que se viene discutiendo y peticionando el aborto legal, pero era muy difícil instalarlo a nivel de agenda pública. Pero hubo toda una serie de acontecimientos, de avances, y de inserción de mujeres en la vía pública que irrumpió con esta demanda en la que la interrupción del embarazo es una parte. Creo que es un momento donde hizo eclosión un trabajo subterráneo de años y, principalmente, de las mujeres más jóvenes, que dicen basta al atropello, a la falta de Derecho, a que no sea considerada en toda su dignidad como persona. Es un basta. Y eso es algo que se ha manifestado notablemente en las últimas marchas, un estado de agitación que hay públicamente respecto a la demanda de exigir un pie de igualdad y en libertad”.
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Susana Sanz y Dora Santillán. Fotos: Martina Perosa para lavaca


La cualidad de rebelión
La foto colectiva concluye con los puños de todas las abogadas en alto, los pañuelos verdes ondulando y el grito “aborto legal ya” que resuena en el aire.
Entonces, Nelly Minyerski retoma lo que estaba diciendo: “Nunca vivimos un momento de tanta apertura como este, aunque en el debate los antiderechos siguen repitiendo sus argumentos. Cuando uno amplía derechos no se restinge a nadie, pero cuando restringe, se limita a otras personas. Yo no obligo a quien considera que el embrión es una persona a que se haga un aborto. Es un momento particularmente interesante. No seremos el primer país que bajo un gobierno de derecha vote una ley de aborto. También tenemos que ver que hay una ola, un crecimiento de pañuelos verdes que tiene una significación especial. Que hay una marea, algo incontenible. Algunos sostienen que es para ocultar lo que está pasando: las mujeres sufrimos la no vigencia de derechos personalísimos, como la criminalizaicon del aborto, pero también todos los desastres políticos y sociales que sufre el país. Eso no quiere decir que porque no se logran derechos no luchemos por éste. Hay que aprovechar intersticios para luchar derechos”.
Minyersky recorre luchas históricas como el derecho al voto, la ley de divorcio, el ejercicio conjunto de la patria potestad de hijas e hijos, la cuota para cargos electivos.Y los anticonceptivos abrieron un campo muy nuevo: el derecho a tener placer sin tener miedo de ser una reproductora y obligarla a  la mujer a ser madre o caer en el campo del aborto. Se van implicando un derecho atrás de otro. Fuimos avanzando. La humanidad tiene experiencias, las mujeres vivimos sometidas y sin derechos durante centenares de años. La pregunta es por qué. Primero este actuar del poder nos convence que somos inferiores y no se nos ocurre no tener un amo, inclusive es su seguridad. Pero también ese poder autoritario va creando y transformando la cantidad de discriminación en cualidad para poder rebelarse. Y algún día analizaremos este momento: es muy notable.  Todo lo que sea ampliar derechos al goce y la felicidad, son pasos adelante”.
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La abogada Nelly Minyerski. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Claudia Ferrero, de Apel, junto a colegas. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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La ex jueza Cristina Lembeye, Verónica Heredia y Elizabeth Gómez Alcorta. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Con las planillas de firmas reunidas en el Ministerio Público Tutelar de la Ciudad. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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La abogada Cristina Monserrat. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Marisa Graham y Nelly Minyersky. Fotos: Martina Perosa para lavaca


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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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