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El juez Ramos Padilla en el Parlamento: la máquina ilegal

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Durante cuatro horas y media el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, expuso en el Parlamento los alcances de la investigación que está desarrollando sobre lo que definió como “una red de espionaje ilegal” que cometió delitos durante varios años y que involucra a la justicia y al periodismo. Cómo comenzó y en qué estado está hoy el caso que afecta al Estado de Derecho y a sus principales  instituciones. Sus referencias a la prensa y sus relaciones con los servicios de inteligencia. Qué rol cumplían los medios en el proceso de ilícitos de esa organización. Las citas que realizó Ramos Padilla a los Códigos de Ética que recomiendan que el periodismo “sólo debe utilizar medios justos y honestos para obtener información”. La primicia que dio Carrió (y no Vertbisky), el rol de la Comisión Provincial de la Memoria y por qué está causa no se acota solo a un fiscal, un periodista o un juez, sino que involucra hasta “las relaciones con Estados Unidos, Venezuela, Israel y Uruguay”.  La desgrabación completa de los primeros 45 minutos. Y el video con la intervención.

Por qué habló en el Congreso: “Apenas dictamos el procesamiento de la primera persona que había sido procesada y detenida, el señor Marcelo Dalessio, inmediatamente la Comisión Bicameral de Inteligencia me requirió por escrito que diera las razones por las cuales sostenía que había organismos estatales o para-estatales en la Argentina que estaban haciendo espionaje ilegal, político-judicial-periodístico. Informé por escrito a la Comisión Bicameral y, al mismo tiempo,  como se trataba de documentos y de archivos y legajos que traían datos sensibles acerca de las personas a quienes esta organización menciona como “objetivos” –yo, en definitiva, creo que son víctimas-, consideré que el mejor modo de resguardar y de entender y de comprender la magnitud de esta organización y el modo en que actuaban era compartir verbalmente, junto con los Diputados, la visión y los cuidados que debía tener una investigación con información de estas características. Por otro lado, creo que los jueces tenemos la obligación de poner en conocimiento de la ciudadanía el contenido de una investigación de estas características, ya que fundamentalmente ellos, en este caso a través de sus representantes en el Congreso de la Nación, tienen derecho a estar informados, a participar y, fundamentalmente, a conocer los actos que lleva adelante el Poder Judicial. Esto va en sintonía con algunas de las acordadas que ha dictado la Corte Suprema acerca de la publicidad de los actos del Poder Judicial. Por otro lado, tengo que señalar que a esta altura de la investigación no hay afectación alguna a la ley de Inteligencia Nacional ya que la AFI y el Ministerio de Seguridad informaron que el imputado, a quien se le secuestraron gran cantidad de archivos de inteligencia no es agente ni funcionario público. Si tengo que aclarar que soy el juez de la causa y voy a tomar todos los recaudos necesarios para preservar la investigación, para preservar la integridad y los datos reservados de las víctimas y que no voy a hacer conclusiones, sino exponer la información recogida hasta el momento».
Víctimas sin protección: «En lo que hace a los datos sensibles, lo único que debo señalar es que el Ministerio de Justicia, a través  del Programa Verdad y Justicia, a un pedido del tribunal acerca de la mención a las víctimas, dijo que la intervención solicitada excedía el marco de su capacidad o de su actuación y hoy por hoy quienes han sido objeto o víctimas de esta investigación no tienen ninguna clase de protección, por eso el énfasis que hay que tener en proteger cada uno de los datos que aparecen en estos legajos».
Proteger las instituciones democráticas: «Esta investigación, y creo que también el Congreso de la Nación y todas las instituciones, lo que busca fundamentalmente es proteger la actividad de los periodistas; proteger la actividad de los jueces; proteger la actividad de los fiscales y de la ciudadanía en general; pero digo de ellos porque ellos pueden haberse visto afectados por esta maniobra de espionaje ilegal llevado adelante por organizaciones de esta envergadura».
Prensa, espionaje y verdad: «El Poder Judicial tiene entre sus premisas la búsqueda de la verdad. Hay muchos artículos, en el caso del ámbito penal es el artículo 193, por eso si hay una organización de espionaje que afecta el conocimiento de la verdad, la trastoca, se ve afectado también el funcionamiento del Poder Judicial. Pero también la actividad de los periodistas tiene como fin último y principal la búsqueda de la verdad y en ese sentido el Código Internacional de Ética Periodística de la UNESCO –único organismo de las Naciones Unidas que tiene como mandato defender la libertad de expresión y la libertad de prensa- tiene como primer principio ‘el derecho del pueblo a una información verídica’. Y precisamente la información puede ser trastocada, cambiada, falseada, cuando hay maniobras de espionaje previo que afecta el funcionamiento de la prensa.
Los periodistas tienen responsabilidades, dice la UNESCO, de darle esa información verídica a la ciudadanía; una información que está vista como un bien social y no como un simple producto o mercancía. Y es por eso es que se debe cuidar al periodista, que tiene una alta responsabilidad, para que no se vea engañado por una maniobra de espionaje ilegal mucho más grande, que él puede desconocer».
Prensa y servicios de inteligencia: «Hay muchos artículos y muchos códigos que hablan acerca del funcionamiento del periodismo y también del funcionamiento del Poder Judicial. Me llamó la atención el Código de Ética del Colegio dominicano, que en el artículo 47 dice: “se consideran actos violatorios a la ética profesional, además del soborno y las extorsiones, la actuación confidencial para los servicios secretos y organismos de inteligencia”. (largo silencio) Y también considera que el periodismo debe utilizar solamente justos y honestos medios para conseguir la información y dar a conocer noticias. Y si está siendo objeto de engaños o aquel que recibe la información –y pongo en igualdad de paridad a un juez o a un fiscal que tal vez tenga un fin loable, que es conocer la verdad, pero puede estar siendo engañado por una organización de estas características sin saberlo, ese juez, ese fiscal o ese periodista, puede estar consolidando una maniobra de espionaje ilegal. O peor aún, mucho más grande, si esto se difunde a mayor escala, lo que se llama una operación de acción psicológica, que es cuando determinadas agrupaciones o bandas delictivas pretenden inocular una forma de pensar, un sentimiento, sobre la población a través de este espionaje ilegal».
Cómo comenzó: «Tengo la obligación de contar cómo fue iniciado este expediente e, incluso, cómo fue informado durante un largo tiempo. Esta causa se inicia con una presentación el día 28 de enero de este año, del señor Pedro Etcheves, donde daba cuenta de una extorsión en curso, una exigencia de dinero y la acompañó con 14 horas de audios, videos e imágenes y formuló una querella donde indicaba directamente a un juez y a un fiscal en el pedido de extorsión, en el pedido de dinero.
Quiero decirles que nunca creí que un juez  o un fiscal de la Nación pudiera estar pidiendo dinero por quien decía públicamente que era un agente de la DEA, pero en la investigación –la extorsión estaba en curso, reitero- se dispusieron inmediatamente medidas de prueba que tenían que ver con conseguir filmaciones de distintos hoteles, corroborar una reunión en el balneario de Pinamar, escuchar las 14 horas de grabaciones y, al mismo tiempo dispusimos, en ese mismo momento, la intervención telefónica del señor Marcelo D’Alessio. Poco a poco se fueron consolidando distintas fuentes de prueba y en los pocos días que duró esa intervención telefónica –no me estoy refiriendo a la prueba aportada por la querella- del teléfono de línea –no de las conversaciones por WhatsApp-   pudimos ver -solamente con 10 días- varios hechos que nos daban cuenta de la posibilidad de que esta organización cometiera varios delitos de manera simultánea. Y de todo tipo».
Los audios: «Esta escucha que duró aproximadamente 10 días por ejemplo decía el señor D’Alessio junto a otra persona que supuestamente había sido víctima de un delito:
-‘Yo no los quiero meter en cana a los chabones. Yo los quiero hacer desaparecer ‘.
Y el señor D’Aessio contestaba:
-‘Yo me dedico a eso. Escuchame bien lo que te digo: yo me dedico a estas cosas’.
(El juez sigue leyendo otra parte de la desgrabación. El que habla es Dalessio)
-‘Lo primero que tenés que hacer cuando querés pasar un mensaje es esperar una semana o 10 días. Te explico por qué: cómo le van a cagar la vida hoy y mañana a otra persona, entonces no van a pensar que sos vos porque van a tener 600 danmificados. Lo primero que tenés que hacer es saber jugar al ajedrez. Cuando nadie lo piense, vas a caer vos, si querés, en persona. ¿Listo? ¿Me entendiste? Lo primero que hay que hacer es saber contar hasta 10. Manejar los tiempos. Lo segundo, tenerlo en el radar para que no se vaya del barrio; lo tercero: hay que hacer un listado de todo. Vamos a ponerle un rastreador al dinero. Es lo que yo hubiera hecho. Y después, yo le pongo 3 kilos de merca, a lo cual tiene 9 años de prisión. Y después, yo le voy a explicar a todos los familiares que con ustedes  no se jode’.
(Otra conversación vinculada a los servicios de inteligencia de Córdoba. D’Alessio habla con otra persona)
-‘Yo voy a hablar con la gente de la AFI, con el director general’.
(Otra conversación, vinculada con una usurpación. Habla D’Alessio)
-‘Bueno, empecemos a ver la plancheta, de quién carajo es. ¿No es de nadie? La usurpamos, hacemos un juicio de escrituración, porque ojo: en una de esas nos manoteamos 4 hectáreas y que se vayan todos… Instalamos a los morochos adentro, ponemos una mina embarazada’”.
La primera filtración: «En una de estas conversaciones, la gente de Prefectura que estaba interviniendo nos hizo saber que se podía haber filtrado el allanamiento que nosotros estábamos previendo, así que se libraron órdenes a distintos jueces, a jueces de Mar del Plata, porque el encuentro podía ocurrir en un restaurante de ahí –Viento en Popa- , también a Capital porque el encuentro podía ocurrir en una galería de Capital y también se le reclamó al juez Villegas que se autorice al tribunal a hacer un allanamiento entre los días 6 y 8 de febrero. Esa información se habría filtrado, lo que motivó que directamente que fuera yo a hacer el allanamiento, junto con dos secretarios, y una pequeña comisión de Prefectura. Y ahí es donde cambia el objeto de la investigación 180 grados: 180 grados» (repite).
Qué encontraron: «Encontramos documentación, legajos de inteligencia, cuadernos con datos sensibles acerca de los hijos, de las esposas, de los allegados, de las personas que eran ‘objetivos’. Elementos de espionaje, tales como cámaras ocultas en llaveros, o drones. Quiero decir que era tal nuestro grado de ingenuidad que dejamos algunas cámaras ocultas que no percibimos que eran tales, y después nos dimos cuenta. Un arma, que llamó la atención de todos los que estaban ahí, con 16 cartuchos de repetición –yo de armas no conozco mucho- que para ingresarla seguramente hay que tener algunos permisos especiales».
Bullrich, Arribas y Macri: «Tal vez, la explicación más clara de por qué había cambiado el objeto de la investigación la puedo resumir muy sencillamente porque la dio el propio D’Alessio, cuando fuimos, confundido con que yo era el juez de Lomas que había dictado el exhorto para autorizarnos a nosotros a hacer el allanamiento, él fue a resistir el allanamiento de este modo: (hace escuchar dos audios de su teléfono celular que registran lo dicho por D’Alessio en el momento del allanamiento donde le dice que hable con Patricia Bullrich, el titular de la AFI Gustavo Arribas y el presidente Mauricio Macri). Quiero demostrar con esto que el primero que dijo que realizaba investigaciones de inteligencia vinculadas con el terrorismo y el tráfico (de drogas) fue D’Alessio. Hay otro audio donde dice también que llevaba investigaciones para un fiscal. Y a partir de ese momento, de un allanamiento que duró 12 horas, decidimos correr vista al fiscal, que amplió la investigación y requirió que se investigue la asociación ilícita».
La primera fue Carrió: «Inmediatamente dispusimos el secreto de sumario., pero la investigación y el expediente empezó a discutirse en los medios de prensa a partir de la primera publicación que se conoce y está en la resolución, que es un tuit de la diputada Carrió, que señalaba que esta investigación era una operación. Y luego, a las pocas horas, una publicación –El cohete a la luna– publicó una nota. Esto ocurre al día siguiente (al allanamiento), el día 7. Sin embargo la causa siguió en secreto de sumario y, al menos, hasta el 25 de febrero, se siguió discutiendo o hablando en los medios de comunicación   de que esto era un pedido de dinero de un fiscal, juntamente con un agente o alguien que lo había girado., cuando en realidad desde ese momento estábamos investigando una red de espionaje político-judicial de magnitudes. Insisto: durante todos esos días se discutía otra cosa y es lógico, porque la causa estaba en secreto de sumario».
Estados Unidos, Venezuela, Israel y Uruguay: Y es lógico también que algún medio de prensa, que tiene contacto con la querella, subiera (a su portal) y conversara sobre esos testimonios, pero lo cierto es que el caso que puede involucrar a un fiscal, ya sabemos que no es un único fiscal, sino que hay varios fiscales, el caso que puede involucrar a un periodista, el caso que puede involucrar a un juez, es ínfimo: lo que estamos viendo puede perjudicar las relaciones con los Estados Unidos, con Venezuela, con Israel y con la República del Uruguay, porque esta organización tuvo incidencia en distintos ámbitos de incumbencia de estos países. Por eso desde un primer momento fue intención de este juez de Dolores darle institucionalidad».
La respuesta del Procurador y el pedido de Ercolini: «Le reclamé al Procurador General de la Nación (Eduardo Casal) que intervenga cuando la causa estaba en secreto de sumario, le pedí por favor que no quería inmiscuirme en las investigaciones que llevaba adelante el fiscal de la Capital, pero que tenía que avanzar en la averiguación de la verdad y que era necesario determinar si este agente había participado en otras maniobras del ámbito judicial. En todos los casos tratando de respetar la investidura y las investigaciones que llevan adelante mis colegas. No tuve respuesta… no tuve la respuesta esperada. Insistí luego y tuve respuestas similares. El doctor (Julián) Ercolini (juez federal) , en ese momento, a instancias de uno de los denunciantes de la causa de Dolores que pidió que me inhiba y le dé la causa  de manera urgente porque según sostenía, él tenía el mismo objeto procesal que tenía yo, que estaba investigando en Dolores. Nunca supe cómo pudo conocer el objeto procesal si la causa estaba en secreto de sumario. Y, al mismo tiempo, siempre tuve dudas acerca de cuál era el hecho que quería que le remitiera, si solamente aquel vinculado a Etchebest, si todos los que podían incluir al fiscal denunciante, si todos los que podían incluir a Comodro Py o incluíamos también Penal Económico, el caso de los hechos de Mercedes, de Santa Fe, de Necochea o incluso las operaciones que se realizaron en Uruguay y de las cuales después voy a hablar. Por eso no era y no es sencillo resolver este incidente de competencia en el cual todos quieren la investigación y ni siquiera delimitan el objeto procesal».
La Comisión Provincial de la Memoria es parte: «Para darle institucionalidad le di intervención a la Comisión Provincial por la Memoria que es un organismo creado por ley que ha investigado y administra el mayor archivo de inteligencia obtenido y secuestrado de las dictaduras en toda Latinoamérica. Hace peritajes judiciales  y decidí remitirle la información secuestrada. Ayer presentó el primer informe preliminar en torno a las tareas de inteligencia efectuadas».
El verdadero objeto de la investigación: «Decía que el día del allanamiento, pero fundamentalmente a partir de que se hizo pública la resolución, porque tuve que levantar el secreto de sumario a pedido del juez Ercolini y dictar una resolución lo más rápido posible, el objeto de la investigación ya era claro y distinto de la posible –como dicen en términos llanos- no era que se había girado a un fiscal: estábamos analizando la actividad de agentes o ex agentes de inteligencia orgánicos o inorgánicos, pertenecientes o con vínculos con agencias nacionales e internacionales, que estaban llevando adelante operaciones de espionaje e ilícitos vinculados con actividades judiciales y los poderes de los ministerios públicos nacionales y provinciales, las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales, los poderes políticos y los medios de prensa».
Una organización ilegal que opera hace años: «Tal vez repasar la Ley de Inteligencia nos permita entender que las agencias de inteligencia no llevaron adelante las acciones de contra inteligencia para evitar que se lleven a cabo estas operaciones por parte de una organización de estas características actúe en Argentina. (lee el artículo 11). Está claro que han dicho que el señor Marcelo D’Alessio no pertenece a ninguna agencia de seguridad nacional, pero esta organización –que hay datos de los cuales demuestran que viene funcionando hace muchos años, tal vez el dato más concreto que tenemos de los últimos días es el procesamiento que dictó el juez Rodríguez en torno a un hecho del 2016, pero la información que tenemos a través de los datos y la documentación recogida es que funciona desde hace muchísimos años atrás».
Lo que no se puede hacer: «Los organismos de inteligencia, y obviamente, las organizaciones paraestatales mucho más lo tienen prohibido, no pueden obtener información sobre opinión política, adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias, sociales y sindicales. No pueden influir, de cualquier modo, en la situación política, en la opinión pública, en los medios de difusión».
D’Alessio y los medios: «Vamos a observar que este falso abogado al mismo tiempo tenía una actividad muy intensa dentro del ámbito de la prensa y es precisamente la condición de abogado y la condición de vínculo con la prensa la que le permitía que sus operaciones de acción psicológica sean mucho más intensas, mucho más profundas, y en algunos casos vamos a verificar cómo, con un detalle increíble, hay por parte de D’Alessio una planificación acerca de que primero tenía que ir a determinado medio de prensa y luego tenía que ir a la justicia a relatar exactamente lo mismo una persona que, en términos de ellos, antes había sido ‘ablandado’ o puesto en pánico. Por eso no era casual que el señor D’Alessio tuviera esta relación permanente con agentes de prensa, con medios, pero insisto: eso no quiere decir que aquel periodista o aquel juez que recoge ese testimonio sea parte de ese espionaje ilegal. Lo que lo va a ser parte es el conocimiento de que formaba parte de ese engranaje ilícito y que estaba consolidando la maniobra de espionaje iniciada anteriormente. Hay muchos jueces, fiscales, periodistas que seguramente fueron engañados en su buena fe. Fueron víctimas también de las maniobras de espionaje. Y agrego legisladores. Y agrego funcionarios públicos».
El modus operandi: «Hemos comprobado los modus operandi de esta organización a través de la documentación. La metodología era la recopilación de información, la producción de inteligencia y el almacenamiento de datos sensibles de distintas personas, de manera paralela a las causas judiciales, sin requerimiento específico formal de las autoridades competentes, para luego llevar a cabo acciones coactivas, intimidatorias y extorsivas. Todo ello, en muchos casos, con la finalidad de influir en causas judiciales. Eso no quiere decir que la actividad de espionaje ilegal que realizaba no tuviera también otros fines como los de obtener dinero, apropiarse de dinero de empresarios, de empresas nacionales o extranjeras».
 
 

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Daniel Solano: la Corte Suprema confirmó la detención de los siete policías condenados por homicidio

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Los siete policías condenados a prisión perpetua por el asesinato de Daniel Solano, el joven salteño de 27 años desaparecido en Choele Choel el 5 de noviembre de 2011, fueron detenidos tras el rechazo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a un recurso de queja de los efectivos, y así deberán empezar a cumplir la pena en prisión por primera vez desde la sentencia. El juicio concluyó el 1 de agosto de 2018, pero desde entonces los oficiales Sandro Berthe, Pablo Bender, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel, Diego Cuello y Héctor Martínez estaban en libertad, a la espera de la resolución de la Corte. “Nunca los sacaron de la policía: tenían libertad, cobrando sueldo y portando armas”, dice Leandro Aparicio, uno de los abogados de la familia Solano, que subrayó su “satisfacción” por el fallo: “Uno está golpeado, pero esto da energías para poder avanzar. No hay muchos casos que se detengan a 7 policías”.

La desaparición de Daniel se produjo tras un episodio de violencia policial en la vereda de un boliche de la ciudad. Antes había reclamado por su sueldo y el de sus compañeros como trabajadores rurales de la empresa Agrocosecha, tercerizada de Expofrut Argentina. Aparicio: “Fue un homicidio más allá de la desaparición, y fue un homicidio en un contexto de trata de personas, que está denunciada en la justicia federal de Roca, como está denunciado el narcotráfico, pero la causa no se mueve como se debería. Está parada. Pero esto va a servir para darle un impulso a toda esas cuestiones pendientes”.

Pedidos de justicia por Daniel Solano en 2012, a meses de su asesinato.

Entre esas cuestiones, en abril habrá audiencias por la acusación a otros cuatro policías, entre ellos Tomás Vega, a quien la familia lo señala como el “nexo” con la empresa: “Vega estuvo cuando le pegaban a Solano en el boliche. Vio todo eso. Y fue el que estuvo a cargo de la investigación los primeros día de la desaparición”.

Daniel sigue desaparecido. Gualberto, su papá, murió en medio del juicio, sin poder llegar a la sentencia por homicidio, y fue el principal motor de la causa que denunció la desaparición forzada y la connivencia judicial y estatal bajo un reclamo concreto que repitió una y otra vez a lo largo de seis años y medio: “Quiero encontrar el cuerpo y llevarlo”. No se detuvo un día: hizo huelgas de hambre, inició acampes y se encadenó al juzgado para exigir respuestas. Así reveló la trama de explotación laboral en Río Negro, la corrupción judicial que cubrió el caso y logró la detención de los oficiales que hoy están presos. Aparicio lo recuerda: “Nosotros tenemos esperanza de que el cuerpo aparezca. Algún policía capaz que se puede quebrar, o Vega mismo, sabiendo lo que se viene, puede dar información. Hemos hecho lo imposible para que aparezca el cuerpo”.

Compartimos la investigación de MU sobre este caso:

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Sí, podemos: 20 años del No a la Mina de Esquel

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Esquel está cumpliendo 20 años del histórico plebiscito en el que por más del 81% de los sufragios la comunidad votó «No a la Mina» y rechazó así la instalación de la megaminería en la región. A qué le dijeron que «Sí», desde la nota histórica que se hizo desde MU en uno de los tantos viajes, el primero, a la madre de muchas batallas.

El 23 de marzo se cumplieron 20 años del rechazo a la megaminería en Esquel, símbolo de lucha contra los proyectos contaminantes, inconsultos, impuestos en silencio y con violencia, y símbolo también de la democracia participativa, la organización y una lucha que se contagió a otros lugares del país.

En estos días hubo recitales, charlas, caminatas, marcha el 23 de marzo, y este domingo culminará la celebración con un ascenso al cerro Calfu Mahuida, un modo de simbolizar ese contacto permanente de la comunidad de Esquel con la naturaleza.

La historia viva cuenta que un puñado de vecinas y vecinos, que fueron cada vez más, comenzaron a reunirse, a estudiar la situación, a ir a escuelas, clubes, barios, difundiendo capilarmente, en una movilización a la vez inmensa, lo que se estaba tramando para hundir a Esquel en la megaminería. El 4 de diciembre de 2002 fue la primera marcha que reunió a más de 6.000 personas. Nunca desde entonces se dejó de marchar el 4 de cada mes.

Esa creación de movilización involucró otro hecho histórico: se había formado la Asamblea No a la Mina, grupo apartidario, horizontal, democrático, diverso, expresión de las nuevas formas de organización social que emergían en el país tras la crisis de 2001.  

El mecanismo asambleario en el que participaba todo el que quisiera, llevó a presionar la situación hasta obtener la posibilidad de la que se celebraron ahora 20 años: el 23 de marzo de 2003 se realizó un plebiscito en el que la comunidad rechazó por más del 81% de los votos al proyecto que intentaban imponer la empresa Meridian Gold y el Estado. Esquel hizo nacer aquel No, pero además generó un contagio en diferentes lugares en que se manifestaban  conflictos ambientales en todo el país (Gualeguaychú, Famatina, Andalgalá, como emblemas de una actitud ciudadana no ha dejado de crecer hasta hoy frente a diferentes situaciones territoriales, de salud, y hasta de derechos humanos). Se ponía en foco al modelo extractivo.

Desde aquellos años Esquel ha pasado por situaciones de todo tipo que han sido reflejadas tanto en lavaca.org como en la revista MU:

  • la intención de dar vuelta la decisión de la población a través de campañas de acción psicológica y desinformación;
  • el espionaje a vecinas y vecinos que integraban la Asamblea, por parte de la AFI, como forma de amedrentamiento y control social;
  • las presiones políticas y hasta laborales que sufría toda persona involucrada con el proceso asambleario;
  • el contagio fundamental de la acción de Esquel a toda Chubut, que se pobló de asambleas en todo el territorio, incluyendo a las comunidades de pueblos originarios, siempre rechazando los proyectos y negociados minero-estatales;
  • las trampas legislativas detectadas cuando se obtuvo la foto del diputado Gustavo Muñiz (del Frente para la Victoria) chateando por celular con el gerente Gastón Berardi de Yamana Gold, la empresa que había asumido el proyecto para impedir y ningunear la Iniciativa Popular presentada por la ciudadanía para que se convirtiera en Ley;
  • las represiones a los manifestantes en Rawson, cuando la lucha debió concentrarse en la capital provincial; el acoso mediático a toda esta movida en defensa de la naturaleza por parte de buena parte del sistema mediático, dependiente de pautas publicitarias estatales y privadas.
  • Y, por nombrar algo de lo más relevante en los últimos tiempos, el Chubutazo, o “Chubutaguazo”, con que la provincia movilizada logró dar vuelta de un modo comovedor en 2020 un nuevo intento de legislación que bajo el disfraz de una “zonificación” provincial buscaba lo de siempre: ir por la minería. La ciudadanía logró tumbar esa intentona y reponer la ley que prohíbe los megaproyectos extractivos.
  • Otro detalle de estos tiempos: ya hay una tercera generación de integrantes de las asambleas participando plenamente, un sub-17 que demuestra el alcance de todo lo que se ha realizado, también desde el punto de vista inter-generacional.

Esquel fue el nacimiento de la resistencia de Chubut, que no significa solamente un rechazo al saqueo y la contaminación, un No, sino también múltiples Sí:

  • Sí: sí a la vida.
  • Sí a la reivindicación por la positiva de otras formas de producción que no impliquen la destrucción.
  • Sí a la necesidad de licencia social para cualquier proyecto, de cuidado de ambiente como forma de preservación de la vida y el trabajo.
  • Sí a nuevas formas de relación entre lo humano y la naturaleza. A nuevas relaciones también entre las personas para plasmar la idea de que el agua vale más que el oro, y de que el futuro es posible.

Como homenaje a todo eso aquí puede verse la primera de las notas publicadas en MU sobre la asamblea de Esquel: “La madre del No”, para conocer esa experiencia histórica hecha de resistencia, inteligencia, generosidad y, también, alegría.  

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24 de marzo de 2023: Que la memoria (los) ilumine

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Crónica de un nuevo 24 de marzo desde la voz de la gente, que habla de todo: de cuánto estaba el chori la marcha pasada a cuánto está hoy; de la pesificación de los fondos jubilatorios y de las elecciones por venir; de las dos marchas, y de la realidad. La necesidad de seguir enfrentando al fascismo, ¿cada vez más presente?, y la energía que da la calle. El recuerdo de Hebe, la presencia y las palabras de Nora Cortiñas, la partida sin condena de Carlos Blaquier. Lo pendiente: los juicios aún en curso, la falta de respuestas del Poder Judicial y de la política, les desparecides de hoy. La presencia de niñas y niños como herencia de una sana costumbre: memoria, verdad y justicia, ahora y siempre.

Y si de vos
me dijeran que no exististe,
les gritaría que me quedan,
tus ojos tristes,
tu caminar lento,
tu sonrisa apenas esbozada,
tu caricia leve,
y una espera,
una larga espera
de la que no volveremos
nunca,
o tal vez sí…

“Octubre 1976”, de Ana María Ponce, desaparecida.
24 de marzo de 2023: una de las intervenciones callejeras con el Nunca Más como bandera. Foto: Sol Tunni

Ahora es marzo de 2023.

24 de marzo de 2023.

Un pibe alto camina lento, con ojos tristes; el frente y el dorsal de su musculosa negra, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi abuelo”. Al lado, su mamá, camina lento, con una sonrisa apenas esbozada. Su musculosa gris, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi papá”. Caminan lento porque hay un océano de cabezas, pies y corazones que se dirigen desde el Congreso de la Nación hacia Plaza de Mayo, a reivindicar la Memoria, la Verdad y la Justicia, a 47 años de la noche más sombría.

El pibe alto se llama Thomas Aballay y sostiene un cartel que contiene la foto de su abuelo, cuya sonrisa es tan ancha que parece desbordarse de la imagen. Se lee: “Jorge Oscar Tanco, detenido desaparecido, 16/09/1976”. Dice: “Pertenezco a la agrupación de Nietos de desaparecidos, conmueve un montón estar acá. El Nunca Más no debe quedar en el aire, por eso hay que seguir luchando”. Lo escucha su mamá, Maika Tanco, la hija de Jorge. Plantea deudas de esta democracia en relación a los castigos por los crímenes de lesa humanidad: “Necesitamos hablar no sólo del pasado, sino del presente y del futuro. La cárcel para los genocidas debe ser definitiva; cárcel común, no que estén en sus casas. Además, los juicios están retrasados. En los últimos cuatro años no hubo adelantos significativos y eso quedó manifiesto en que el empresario Carlos Blaquier acaba de morir sin ser juzgado por su complicidad con la dictadura. 47 años después, no es justicia. Y él ni siquiera la tuvo; falleció como inocente, y no lo fue”.

Lo que plantea Maika, minutos después lo confirman en números desde Sobrevivientes, Familiares Compañerxs y Amigxs del Centro Clandestino de Detención «El Olimpo”, emplazado en el barrio porteño de Floresta: “Hoy, 8 de cada 10 condenados por delitos de lesa humanidad están en sus casas cumpliendo las penas que debieran completar en cárcel común”. Desde que se reabrieron los juicios, entre 2006 y 2022 hubo 283 sentencias dictadas, 1115 personas condenadas y 171 absueltas. Hay 15 juicios en curso y 75 causas aguardan fecha de debate. En relación a la falta de celeridad, se debe a la escasez de tribunales orales disponibles. Un ejemplo es el proceso judicial por las violaciones de derechos humanos en el Centro Clandestino “Puente 12”, en La Matanza. El debate, pactado para principios de 2022, recién comenzará el próximo 3 de abril “por cuestiones de agenda”.

Como el mundial

El olor a humo que emana de decenas de parrillas acompañan toda la marcha. Hay olor a chori, hay olor a un pueblo que, pese a ser una fecha que evoca la peor de las crueldades, se hermana, se abraza. Se trata de una fecha para encontrarse y reencontrarse, con unx mismo y con el resto. El barro que se multiplica con el paso de las horas en varios sectores de la Plaza de Mayo refleja la masividad de la cita ineludible. Hay mil banderas de organizaciones sociales, de partidos, de sindicatos; pasacalles, stencils, graffitis viejos y que acaban de nacer; bombos, cánticos, intervenciones artísticas; hay sueños compartidos: “La importancia de estar acá es mostrar que la derecha, los milicos, la policía, no tiene la cancha libre; desearía que fueran menos, pero no lo son, siguen teniendo mucho poder. Entonces, la única defensa que tenemos es la calle”, alza Cecilia, 69 años, de Florida Norte. Y profundiza: “Hay que apuntar a la igualdad social como eje; tenemos alimentos para millones de personas, pero la mitad de nuestra población infantil es pobre. Alguien se la está llevando y es contra ellos que debemos pelear”.

Antes de empezar a marchar, Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, le dice a la lavaca que está “con mucha fuerza para seguir pidiendo Memoria, Verdad y Justicia”; le dice que “el país está cada día peor, porque este gobierno, gobierna para los ricos, y hay que resistir en la calle”; le dice que pasó su cumpleaños (93, el 22 de marzo) “muy feliz, llena de abrazos y de afecto, pero la felicidad nunca es completa y será así hasta encontrar a Gustavo (su hijo, desaparecido)”; dice que el compromiso “debe ser hasta morir” y antes de terminar la charla, en medio de un intenso calor, propone ir tomar una cerveza al final de la jornada.

Lucía Iérmoli tiene 35 años y está embarazada de seis meses. “Las conquistas hay que defenderlas acá, contra el poder concentrado que sigue creciendo. No estar un día como hoy marcaría una ausencia. Que reviente de gente esta plaza es un logro de todas, de todos. No sé cuántos lugares en el mundo tienen un día que reivindique la memoria”, dice, con voz tierna y con Vera en la panza, que también sigue creciendo. A su lado, su amiga Alejandra Spinetta, 59 años, agrega: “No se puede no estar acá; si uno falta, si no se compromete, es dejarle el lugar para que avance la derecha”.

A unos metros, Laura, de 66, está contenta. Muestra una vitalidad que está recuperando, a medida que avanzan las horas: “Es mi primera movilización después de la pandemia; estuve muy enferma, durante muchos años, pero hoy sentía que debía estar con mi pueblo y no me arrepiento: me llena de energía”.

Detrás, una imagen bellísima que retrata a Hebe de Bonafini, en el primer 24 sin su presencia física. Está con sus dos hijos, chiquitos, ambos desaparecidos. Una frase acompaña el cuadro, a 40 años de la recuperación de la democracia: “El día que me muera no me tienen que llorar. Hagan una fiesta en la calle, porque hice lo que quise y peleé con todo como quise”.

Retrato de Hebe de Bonafini: símbolo de lucha y de una época. Foto: Sol Tunni

El 24 de marzo de 1995 a las 6 de la mañana llegó al mundo Victoria Rossi. “Victoria por la frase del Che, de ‘hasta la victoria siempre’, por el concepto del triunfo del pueblo”, rememora Viqui, a metros de la Catedral vallada, en su cumpleaños 28. “A partir de que empecé a militar en el centro de estudiantes del secundario, sentí que los 24 de marzo ya no había lugar para festejos personales, sí para abrazos, sí para estar con mi gente, pero desde un lado más colectivo”. Su mamá y su papá, militantes de izquierda, venían a las marchas mucho antes de que se decretara feriado, allá por 2022: “Desde chiquita fui consciente del valor que tenía esta fecha y me acuerdo que en cuarto grado fue el último cumple que festejé en la escuela. Sin embargo, estar acá es lo más importante en este día; un año no vine y algo me faltó. Decidí que esa sensación no la quiero sentir más”. Y asocia: “Más allá de que esto no sea una celebración, vivo un 24 de marzo como lo más parecido a ganar un campeonato del mundo, porque hay un gran motivo para juntarse: hay orgas, partidos, familias, parejas, gente que va de la mano con quien quiere y eso tiene que ver con la búsqueda de la libertad por la que peleaban las y los desaparecidos”.

Ideas de ayer a hoy

Un hombre cuarentón camina de la mano de su hija. Ambos tienen puesta el mismo modelo de remera que exige “Juicio y castigo”. La diferencia es que una es talle X y la otra es talle S. Expresa Lucas: “Estamos acá por dos motivos: por responsabilidad social y porque mi papá es uno de los 30 mil”. ¿Qué utopías de su viejo hay que traer al presente? “Nunca dejar de hacer política seria y trabajar mucho en los barrios”. Se va a seguir marchando, siempre de la mano de su hija. En su espalda, de su mochila cuelga un pañuelo blanco que denuncia: “Pablo Córdoba, desaparecido”.

Ana Valverde escucha atentamente el documento leído por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Tiene 72 años, milita hace 54 y lleva bien alto un cartel con la foto y el nombre de Patricia Gaitán, desaparecida por la última dictadura cívico militar eclesiástica. “La principal pelea de los 70 que hay que dar hoy es cómo lograr la unidad de las y los laburantes”. Dice que es jubilada y protesta porque “el gobierno nacional acaba de confiscar el fondo de garantía de sustentabilidad que estaba en dólares y que por un DNU lo pesificó. Esto no perjudica a quienes ahora somos jubilados, sino también a ustedes, los más jóvenes”.

–¿Vos aportás? –me pregunta.
–Sí.
–Bueno, te acaban de afanar.

Un pasacalle grita: “30.000 razones contra el FMI”; un cartel pegado con engrudo sigue la línea: “Basta de extorsiones del FMI”; desde arriba del escenario, en el documento que leen los organismos de derechos humanos, se agita: “El Poder económico es el gran ausente de este proceso, y su impunidad la seguimos pagando como pueblo, porque nos siguen sometiendo a la miseria, buscando un enriquecimiento sin límites y sin importar los costos”. Abajo, la inflación arrasa. Alberto es de Avellaneda y atiende una parrilla que instaló en la esquina de Avenida de Mayo y Carlos Pellegrini: “En la marcha pasada, el chori estaba 150 pesos, cobrándolo caro; hoy, yo lo tengo 700, como barato; en otros puestos está hasta 900”. A 50 metros, Viviana está sentada en un banquito. En el piso, sobre una lona, expone pañuelos blancos y azules, con la consigna “Nunca Más”. “El año pasado estaban 250 pesos, hoy 500”. Agrega: “Fue muy floja la venta, hoy se vendió mucho menos que en 2022”.

La primera actividad que arranca el 24, a media mañana, y la que cierra, a eso de las 20, se da en Plaza de los Dos Congresos. Es un festival por la memoria donde cantan bandas de heavy metal, que se organiza desde hace 16 años. Quien presenta a las bandas se llama Fernando Ricart, tiene 52 años, un pelo larguísimo y un padrino que estuvo detenido desaparecido: “Se lo llevaron por ser delegado, como si eso fuera un delito. Estuvo un mes y medio desaparecido, pero el daño que le hicieron fue para siempre. Se lo llevaron siendo uno, y me devolvieron a otra persona. Nunca se recuperó”. Andrés, 39 años, escucha la música pesada junto a su hijo de 6. Lleva una remera que se pregunta qué hicieron con Santiago Maldonado. Le pregunto qué ideas de la militancia de los 70 serían importantes que hoy sean prioridad: “Se perdió la perspectiva de un cambio revolucionario real; el peronismo tiene su eje en la Justicia, como si no fuera parte de este sistema que hay que cambiar de raíz; mientras que la izquierda partidaria sigue en la pelotudez, discutiendo en el Congreso sobre concepciones marxistas de hace tiempo, sin pensar en el cambio social actual”.

Rocío y Darío viajaron desde Tandil junto a su hijo Amadeo, de un año recién cumplido, para sentir en vivo y en directo la marcha que tantos años recorrieron cuando vivían en Buenos Aires. “La memoria se construye desde la cuna y las Madres y las Abuelas son la escuela”, recuerda ella. “La mejor manera de reivindicar a las y los desaparecidos es seguir su camino: el trabajo de base que se hacía en esos años”, recuerda él, que al igual que su bebé lleva puesta una remera de Diego Maradona. A su lado está Belén, una amiga de la pareja que por primera vez es parte de esta movilización: “En Tandil es diferente; hay un espacio fuerte y comprometido con los derechos humanos, pero es una ciudad mayormente oligarca; para mí es muy fuerte estar acá. Más que nunca debemos mantener viva la memoria y para eso hay que movernos”.

Memoria en este momento

Hay un graffiti recién pintado en la estación de subte Lima, de la línea A, que reza: “Memoria en este momento”.

Aparece también en paredes, en carteles y en diversos reclamos. Elizabeth tiene 70 años y lleva colgado un cartel que pide “Libertad a Assange, una verdad sin mordaza”. Lo relaciona con el 24 de marzo: “En el caso de Julian, se condena la libertad de expresión, no hay derecho a la información de la población y se expone cómo se persigue a la gente cuando se descubren los secretos de los gobiernos”. Detrás de ella, un stencil negro exhorta: “Abran los archivos secretos de la Dictadura”. Elizabeth tiene tres compañeros desaparecidos: Mónica Epstein, Hernán Abriata y Klaus Zleschank. “De ellos, además de recordarlos, hay que seguir su ejemplo: militar por una mejor redistribución de los ingresos”.

El recorrido desde la 9 de Julio hasta la Plaza de Mayo está acompañado por afiches de la organización La Poderosa con un encabezado: “40 años alimentando la democracia”. Se da en el marco de un proyecto de ley que impulsa el conglomerado de asambleas villeras para que se reconozca con un salario a las más de 70 mil cocineras comunitarias que trabajan en el país sin percibir un salario. ¿Qué implica el reconocimiento laboral? “Un salario ligado al Mínimo Vital y Móvil como base; acceso al aguinaldo, vacaciones, seguridad social, cobertura contra riesgos en el trabajo por enfermedades y maternidad, por invalidez y vida, retiro, acceso a la jubilación y guarderías”, expresan desde el movimiento.

Uno de esos afiches lo tiene a su lado Francisca, que vive en la calle y ahora está delante de un kiosco de diarios cerrado. Tiene una bandeja de arroz por la mitad y una voz que pide escucha: “Se la pasa muy difícil acá”. Y en un puñado de palabras, esgrime una deuda sustancial de la democracia: “Pensemos, ¿cuántos políticos en los últimos años hablaron de la situación de calle, de las villas? Eso dice mucho de cómo estamos”.

Detrás de su lente, la mirada de Oswald, colombiano de 41 años que hace 14 vive en Argentina, fotografía a un pueblo que recuerda sin parar. “Es imposible estar acá y no compararlo con mi país. Allá, pese a que no hubo una dictadura tan marcada, la serie de gobiernos de derecha y los paramilitares han desaparecido a más gente que en cualquier dictadura del cono sur”. Añade: “Por eso es tan importante valorar lo que se consiguió acá. En mi país, el miedo y la violencia aún imposibilita la unión de familiares de víctimas para reclamar en conjunto. En el último tiempo la juventud comienza a jugar un rol clave y para esto la Argentina es un ejemplo a seguir”.

Sobre Avenida de Mayo, un gazebo contiene a un grupo de “peruanos autoconvocadxs” que vocifera por la “dictadura que vive Perú”. Más de 60 caras se alternan con cintas de luto negro, en un antimemorial que estremece. Son las “víctimas del Estado Peruano”. Merly tiene 36 años, nació en Parcona Ica y hace 20 vive en Argentina. “Estamos acá porque también queremos decir Nunca Más. Las muertes tienen rostro y la mayoría son de pueblos originarios, del sur del país”.

Carolina, de 23, muestra su juventud caminando rápido, para no perderle pisada a sus amigos que van un poco más adelante. “Recordar a los desaparecidos de la dictadura es luchar por los desaparecidos de hoy. La derecha sigue avanzando y no lo podemos permitir”. A pocos metros de la Plaza de Mayo, donde desemboca la enorme movilización, Daniela, de 35, vende hamburguesas veganas. En el frente de su heladerita de telgopor está pegado un cartel con los colores de la diversidad, que se pregunta: ¿Dónde mierda está Tehuel? “No se puede aceptar tener desaparecides en democracia. El Estado define de quién se ocupa y de quién no, discriminando a las identidades trans. El racismo sigue, nunca se fue”.

¿Dónde está Tehuel?. Foto: Sol Tunni

Pablo está a pasos de la Pirámide de Mayo. Tiene 36 años, una militancia desde la juventud y un miedo que le recorre el cuerpo: “La democracia vuelve a estar en riesgo; las voces que la amenazan vuelven a tener más peso, que se traducen en persecución, en proscripción, en prohibición”. Suma: “Sufrimos salarios de miseria que sólo lo podremos dar vuelta con una transformación obrera y un pacto social que resguarde un piso que la derecha busca perforar. Para esto, hay que poner el cuerpo como en los 70, porque salvo en determinados momentos como el 2001 o la reforma jubilatoria del macrismo, no pudimos hacerlo en unidad”. A su lado, lo escucha Fidel, su hijo de 8 años.

–¿Por qué estás acá? –le pregunto a Fidel.

–Por la desaparición de los compañeros.

La tarde empieza a caer, la multitud a desconcentrarse y, mientras las paredes siguen pintando preguntas, también se escuchan versos que alimentan la memoria.

Se que algún día dejaré de pertenecer al mundo,
y nunca más podré escribir,
ni hacer el amor,
ni disfrazar la naturaleza con un poema,
ni viajar en los libros,
ni exponer mis ideas.
Por eso en este poema dejo, mar, cielo y luna
mariposas, besos y sirenas,
y me dejo a mí,
porque cuando muera seguiré viviendo en estos
versos.

“Poema para no morir”, de José Beláustegui, desaparecido.
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