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Justicia por Daiana: el barrio, la justicia y las mujeres que luchan

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Daiana Belén Colque (19) fue asesinada de 14 puñaladas en la habitación de la Villa 31 bis que compartía con su pareja, Hernán Trinidad Báez (36). Los testimonios de los vecinos apuntan a Báez, detenido como principal sospechoso, pero en el juicio se empezó a dilatar su responsabilidad. A pesar del terrorismo narco que gobierna el barrio, la madre de Daiana dice a lavaca que no tiene miedo, estuvo en el Encuentro de Mujeres en Resistencia y asegura: “Lo hago por Daiana, que me da fuerzas para seguir, y también por todas las chicas de los barrios que todos los días caen en las manos de estos tipos que las usan para lo que quieren, y después las matan. Esto no puede seguir pasando”. 

Por Florencia Paz para www.lavaca.org

Daiana Belén Colque fue asesinada por ser mujer. Fue el 29 de septiembre de 2016, en su cama, con 14 puñaladas. Tenía 19 años.
Hernán Trinidad Báez tiene 36 años y era su pareja desde hacía uno. En el barrio lo llaman “Crespo” o “Esqueleto”, y se lo conoce por estar metido en la venta de paco.
Luego de conocerlo y empezar a salir con él, Daiana dejó su trabajo en un negocio en Once. Poco tiempo después, él estuvo detenido ocho meses en la cárcel de Devoto por posesión de armas y Daiana lo visitaba y le llevaba comida. Cuando salió tras pagar una fianza, se fue a vivir con ella a la habitación que alquilaba al lado de la autopista en la Villa 31 bis, en la manzana 99. De acuerdo a Marta, la mamá de Daiana, a partir de ese momento empezó a percibir conductas violentas de parte de él y cada vez veía menos a su hija.

Terrorismo de barrio

La mañana de ese 29 de septiembre, desayunaron juntas y Marta notó moretones en las piernas de su hija, pero Daiana replicó que eran producto de una caída. A la madrugada recibió un llamado de una vecina de la pensión donde vivían Daiana y el “Crespo”. Había encontrado el cuerpo de su hija tendido en el suelo, con al menos 14 puñaladas. Le dijo que antes los había escuchado discutir. Marta se para hoy frente a esa construcción de paredes celestes y rememora esa noche con dolor y bronca. La enfurece el silencio de quienes no se animaron a intervenir y que, aún hoy, prefieren no hablar. Con la cabeza apunta a un grupo que se suele juntar a la vuelta de donde vivía su hija. “Esos son los narcos del barrio. Cuando me ven pasar, se ríen, se burlan de mí”. A Marta se le llenan los ojos de lágrimas, pero muy rápido aclara: “Es muy feo todo esto, es muy duro, pero yo ya no tengo más miedo. Lo hago por Daiana, que me da fuerzas para seguir, y también por todas las chicas de los barrios que todos los días caen en las manos de estos tipos que las usan para lo que quieren, y después las matan. Esto no puede seguir pasando”.
Desde la noche del asesinato, Báez estuvo prófugo hasta el 19 de octubre de 2016, cuando lo encontraron en El Jagüel, partido de Esteban Echeverría. Ese día, Marta estaba marchando en el primer Paro Nacional de Mujeres, mientras exigía justicia por su hija. Recuerda los abrazos que compartió con sus compañeras. Desde entonces, Báez está detenido y es el único imputado y principal sospechoso de la causa caratulada como “homicidio agravado por el vínculo y por violencia de género”, en el Tribunal Oral Criminal y Correccional 12, a cargo de los jueces Darío Medina, Claudia Moscato y Luis Márquez. El fiscal es Gustavo Gerlero.

El juicio lento

El proceso de búsqueda de justicia por los femicidios excede por mucho al proceso judicial. Desde la muerte de su hija, Marta supo que se iba a tener que mover. Y que no lo iba a poder hacer sola.
Marta armó red. La acompañan la comunidad educativa del jardín de su hija menor y la organización “Lxs invisibles”. Con ese grupo y sus otras dos hijas viajó al último Encuentro Nacional de Mujeres en la ciudad de Resistencia, Chaco, para continuar exigiendo justicia por Daiana y para encontrarse también con otras mujeres que viven en sus cuerpos y los de sus hijas, hermanas y amigas la violencia machista. Volvió recargada para enfrentar el inicio del juicio oral, el 18 de octubre. En las primeras audiencias, declararon Marta, Myriam – la hermana mayor de Daiana – vecinos y los policías que intervinieron en el día del crimen. Todos los testimonios y el diario de Daiana que encontraron en su habitación apuntaron a Báez. Entre los fragmentos lograron reconstruir la violencia cotidiana que ejercía sobre la joven. La forzaba a tener relaciones sexuales, le prohibía arreglarse y cada vez más, la extorsionaba para que no viera a su familia. Cuando llegaba borracho y drogado, le pegaba. Myriam narró que su hermana había decidido separarse, pero Báez la había amenazado con matar a su familia.
Los vecinos que aceptaron declarar como testigos apuntaron que la tarde de la muerte de Daiana los habían escuchado discutir porque ella no lo quería dejar entrar al departamento. A esta discusión siguieron golpes en las paredes y pedidos de ayuda. Fue a las 5 de la mañana cuando una vecina escuchó a Daiana en el pasillo de la pensión y se encontró con que se había arrastrado hasta allí, desangrándose, por los cortes que había recibido con un cuchillo de tipo carnicero. Marta no pudo escuchar los testimonios: no lo aguantó.
Para la primera semana de noviembre, se habían convocado las últimas jornadas del juicio oral y finalmente, la sentencia. Sin embargo, una serie de reprogramaciones imprevistas y la declaración del médico forense Enzo Canónaco en la audiencia del 8 de noviembre están dilatando el fallo. El testimonio de Canónaco confirmó que el cuchillo encontrado fue el usado para asesinar a Daiana: el material genético en la hoja coincide con el de ella. Pero en el mango del cuchillo no encontraron huellas. A su vez, alegó que debajo de una uña de Daiana encontraron material biológico correspondiente a un hombre, pero que no coincide con Báez. Fue recién luego del cuestionamiento de la querella y del fiscal que el forense admitió que estos rastros pueden ser de varios días previos al crimen y que pueden corresponderse con situaciones de lo más variadas, como rascarle la cabeza a alguien. A Marta algo le huele mal; teme que la familia o las redes en las que se movía el acusado estén incidiendo para que lo protejan. La sentencia se encuentra suspendida hasta que estén los resultados de los análisis de otros elementos que se encontraban en la habitación; sobre todo, botellas y colillas de cigarrillo.

Justicia por Daiana: el barrio, la justicia y las mujeres que luchan

Marta, mamá de Daiana, pintando el mural que reclama justicia por su hija.
Foto: Centro de la Mujer de la Villa 31.

El mural y la boca

En el barrio nada sigue igual. En las paredes de las calles de la 31 y la 31bis, se lee “Daiana Colque Presente”. Marta señala las pintadas y se conmueve. El 18 de noviembre, el Centro de la Mujer Villa 31 – impulsado por Proyecto Popular – y la Red de Mujeres Organizadas del Barrio Múgica organizaron la pintada de un mural con la cara de Daiana para continuar construyendo memoria colectiva. Las artistas le muestran el boceto a Marta y ella se emociona. “Que sea con una sonrisa, alegre como era ella. Y con los labios rojos. Yo le decía que el rojo tan fuerte no le lucía por ser morocha, pero a ella le encantaba. Quiero que tenga la boca bien roja”.
Entre las lágrimas, agradece, una y otra vez.
Frente a esa pared en blanco se para un grupo de mujeres dispuestas a pintar, a construir, a generar.
Mujeres que se encontraron en la mirada y en el cuerpo de la otra. Mujeres que se abrazan.
Mujeres que luchan.

Justicia por Daiana: el barrio, la justicia y las mujeres que luchan

Foto: Centro de la Mujer de la Villa 31.

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Lucía Pérez: la trama de la injusticia

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“¿Por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles?” preguntó ayer el abogado Juan Pablo Gallego ante sucesivos cambios de carátulas, sospechosas reprogramaciones de fechas y maniobras que parecen revelar un entramado que busca la impunidad y la negación del femicidio de Lucía, que tenía 16 años. Ocurrió durante una audiencia en el que uno de los acusados pide salidas transitorias. El trasfondo de idas y venidas fue descripto por el abogado: “Lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad”.

Por Claudia Acuña

Hay que explicar lo inexplicable. Desde que el 8 de octubre de este año la Cámara de Casación modificó el segundo fallo por el crimen de Lucía Pérez para negar su femicidio se desató una catarata de maniobras –de alguna manera hay que llamarlas– para intentar liberar a sus femicidas.

El fallo de Casación confirmó la culpabilidad de Juan Pablo Offidani y Matías Farías y los condenó por los delitos de violación agravada por el uso de estupefacientes y por tratarse de una menor de edad, pero no por su crimen: Lucía simplemente se murió. Esta negación del femicidio tiene como consecuencia un disparate jurídico: por un lado, la familia apeló está decisión; pero al mismo tiempo esta apelación no puede avanzar hasta que no se determine el monto de la condena que le correspondería a Farías por esta nueva tipificación. Si es complicado de comprender, imagínense lo que significa para esta familia soportar lo que la obliga a padecer el Poder Judicial. A saber:

  1. Para poder determinar el monto de la pena que le correspondería a Farías –que en el segundo fallo y luego del juicio anulado había sido condenado por femicidio y por lo tanto a prisión perpetua– podría corresponderle entonces entre 8 y 20 años de prisión. Para establecer exactamente cuánto, de acuerdo a la evaluación de atenuantes y agravantes, se inventó un tribunal compuesto por tres jueces de diferentes juzgados. Serán los responsables de la audiencia de Cesura que, según dictaminó luego de una audiencia donde acordó con las partes –querella y defensa– cómo sería el procedimiento, se realizará el 29 de abril de 2026 y durante tres días.
Lucía Pérez: la trama de la injusticia
  1. Imagen de la audiencia. A la izquierda, el abogado Juan Pablo Gallego. Arriba, la foto principal, la movilización que acompañó a la familia.
  2. Unos días después la familia recibió una notificación que le comunicaba que esa audiencia se adelantaba a septiembre. Como su abogado, Juan Pablo Gallego, no estaba ni enterado de esta anticipación –y además se encontraba en España para la fecha pautada– se presentó un escrito denunciado esta irregularidad y solicitando se mantenga lo debidamente acordado: 29 de abril de 2026. Así será.
  3. Un mes después hubo otra novedad: el nuevo fiscal –cuyo rol se supone que es acusatorio– pidió el cese de la prisión de Farías, aun cuando las instancias de apelación y de establecimiento del nuevo monto de pena estaban pendientes de resolución.
  4. Unos días después llegó el turno de Offidani: solicitó salidas transitorias. La audiencia que se realizó este miércoles en los tribunales de Mar del Plata fue para decidir si las otorgaban o no.

En esa audiencia el doctor Gallego sintetizó lo que todo este proceder judicial despierta como duda “¿por qué se procede de esta manera tan irregular y que revictimiza a esta familia una y otra vez para salvar a personas que se supone que son dos perejiles? ¿Hay algo más detrás de esta causa que permite forzar tanto los procedimientos judiciales? Si nosotros, como parte querellante, no renunciamos a que se le aplique a ambos la figura de femicidio y eso está todavía en trámite, ¿qué se busca con esto? ¿Qué se fuguen antes de que se resuelva la cuestión central?”

Como respuesta la doctora Romina Merino, abogada defensora de Offidani, propuso: “Miremos para adelante”.

El doctor Gallego replicó:

“Nosotros no vamos a dejar de mirar lo que pasó porque lo que pasó es un hecho aberrante, que implicó la muerte atroz de una adolescente de 16 años en circunstancias probadas de narco criminalidad y eso implica una doble responsabilidad del Estado: por tratarse de una menor y por estar frente a una banda que vendía drogas en la puerta de un colegio, delito por el que cumplen una condena ratificada”.

El juez de garantías que debe evaluar el pedido de Offidani tiene ahora cinco días para determinar si cumple o no con los procedimientos necesarios para obtener los beneficios de la libertad transitoria.

En tanto la familia de Lucía sigue esperando justicia.

Lucía Pérez: la trama de la injusticia

Matías, el hermano de Lucía y sus padres Guillermo y Marta.

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Adiós a Claudia Rodríguez: la Trans andina que propuso politizar el amor

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Referente del movimiento trans latinoamericano, activista, poeta, escritora y tanto más, escribió sobre su infancia, la militancia trans, la vida sexual y se autoproclamó Miss Sida en 2007. Claudia Falleció este 29 de Noviembre. Su pelea incluyó al pueblo mapuche, la educación pública, los sin techo, y planteó siempre una filosa crítica al neoliberalismo, que quita posibilidades de vida y las transforma solo en posibilidad de consumo. En uno de sus viajes a la Argentina compartió con la revista MU sus ideas sobre el orgasmo, el feminismo sin resentimiento, la creación, y por qué hay que politizar el amor. Un modo de homenajearla, de recordarla, y a la vez de volver a estar en contacto con un pensamiento y una acción que dejan una sensible huella cultural, artística y política.  

Por María del Carmen Varela

Foto: Lina Etchesuri

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38º Encuentro Plurinacional: el regreso

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Por Claudia Acuña

Fotos Line Bankel

A las doce de la noche parte el micro que nos trae de regreso a Buenos Aires con el grupo de mujeres que lucen imborrables sonrisas y cachetes decorados con purpurina. La noche es para soñar y la mañana para compartir la transmisión de la asamblea que decide en qué ciudad se realizará el próximo encuentro: Córdoba.

Con el festejo llega la ceremonia que preparó la Comisión de Mística.

Estamos todas sentadas en el piso superior del micro mientras una voz encantadora nos cuenta el cuento La cabeza en la bolsa, mientras recorre el angosto pasillo mostrando las ilustraciones que dan vida a esta historia que escribió Marjorie Pouchet: la de una chica rabiosamente tímida que siempre sale a la calle con una bolsa en la cabeza, hasta que un día, regado por sus lágrimas, crece allí un jardín. ¿Qué hará entonces con esa timidez y con esas flores?

Consultar a una amiga.

Algunas compartirán en voz alta lo que ese cuento les resuena; otras sus lágrimas.

Luego, las organizadoras de la colecta para el viaje nos darán dos regalos. Cada una recibirá así una de las serigrafías creadas por el grupo de arte Vivas Nos Queremos y un pedido: que sean expuestas en lugares colectivos. El otro regalo está guardado en un sobre hecho a mano con papel reciclado. Contiene stickers, calcomanías y un papel amarillo donde nos piden que escribamos un deseo que acompañe a nuestras amigas de viaje hasta el próximo Encuentro. Una cajita de cartón recoge los mensajes y de allí cada una extraerá el suyo.

El mío:

“Seguí tus sueños, abrazá tu intuición, aferrate a tus compañeras: todo es posible”. Llegamos.

38º Encuentro Plurinacional: el regreso

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