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La causa del beso: audiencia por la absolución de Marian Gómez

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La joven acusada de resistencia a la autoridad, con tratos discriminatorios por parte de la policía por ser lesbiana, apeló en agosto del 2019 y recién este miércoles 17 tendrá una audiencia en la que se definirá si la condena de un año de prisión y el pago del proceso se cae o no. Mientras, ella reflexiona sobre la in-Justicia que dejó libre a su abusador y ahora intenta condenarla. Las trabas para su vida diaria que puede marcar la condena, y por qué el Estado necesita una perspectiva con “trato humano”.

La causa del beso: audiencia por la absolución de Marian Gómez

Marian Gómez se prepara para asistir virtualmente a la audiencia de apelación al fallo de la jueza Marta Yungano que en 2019 la condenó a un año de prisión en suspenso y a pagar los costes del juicio por resistencia a la autoridad y lesiones leves.

Después de un cambio de fecha -la audiencia iba a ser hace una semana y fue suspendida un día antes- será el miércoles 17 de febrero, a las 10hs, mediante la plataforma zoom en la Sala II de la Cámara Nacional de Casación Criminal y Correccional de la Capital Federal, integrada por los jueces Daniel Morin, Horacio Días y Eugenio Sarrabayrouse. Cuando la notificaron le dieron a elegir: por escrito o por Zoom; Marian eligió que sea virtual y pidió que se transmita en vivo, para que quien quiera ingresar y ver la audiencia pueda hacerlo.

De este pedido, que reiteró dos veces, todavía no tuvo respuesta.

Por qué la acusan

La historia de esta causa empezó el El 2 de octubre de 2017. Mariana y su esposa Rocio Girat hablaban, se besaban y fumaban un cigarrillo en la estación de trenes de Constitución. Fue un empleado de Metrovías el primero que se acercó y le pidió que lo apague. Marian le contestó que no había ningún cartel que lo prohíbiera. El empleado entonces llamó al policía Jonatan Rojo, que la trató de “pibe” y la anotó como “soltera”, a pesar de que Rocío le dijo que es su mujer. “En la causa figura la libreta de matrimonio”, dice Marian.

Luego de Rojo llegó la oficial Karen Villareal; y la saña policial con tintes discriminatorios siguió: con forcejeos la arrestaron y llevaron hasta la oficina de la Policía de la Ciudad de la estación Boedo de la línea E. Estuvo detenida siete horas en las que se tuvo que desnudar para que la revisaran. La acusaron de resistencia a la autoridad y lesiones graves.

María Fontbona de Pombo, jueza de instrucción, la envió a juicio. Y la jueza Marta Yungano la condenó el 28 de junio de 2019 “a la pena de un año de prisión cuyo cumplimiento se deja en suspenso y al pago de las costas procesales, por hallarla autora penalmente responsable del delito de resistencia a la autoridad en concurso real con lesiones leves agravadas por tratarse la damnificada de personal policial”.

La apelación la presentaron el 5 agosto de ese año, y recién ahora será la audiencia sobre este pedido.

Qué espera

Dice Marian a lavaca: “Fue muy fuerte haber llegado a un juicio por desacato y no porque me abusaron durante años, de 1997 a 2012, y durante toda mi existencia”.

Marian, junto a sus hermanas, fue abusada a lo largo de más de una década por su padrastro y el padre de éste, Guillermo y Osvaldo Sosa. Ambos fueron condenados mediante un juicio abreviado por el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Azul a 8 años de prisión, gozando al momento el beneficio de la prisión domiciliaria en Olavarría, misma ciudad en la que vivía Marian. “Quedaron libres el año pasado, no nos dieron ninguna explicación”, dice ella.

Contando su experiencia en 2014 en un living televisivo del programa AM, en Telefé, conoció a Rocio Girat, su actual compañera.

Rocío también fue abusada por su progenitor, Marcelo Girat, entre sus 13 y 17 años de manera sistemática. El Tribunal en lo Criminal Nº 3 de Mar del Plata lo condenó a 14 años de prisión. Pero, también, un fallo de la Sala 1 de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de esa ciudad le otorgó, también, prisión domiciliaria.

En el momento en que se conocieron Marían tenía 21 y Rocío, 20 años.

Dos años después, el 13 de mayo de 2016 se casaron en Olavarría.

La in-justicia

El recorrido en el Poder Judicial de Marian es largo, y la experiencia de las causas que la tienen cómo víctima a supuesta victimaria le permite analizar qué poco cambió: “El sistema es el mismo. No hay perspectiva de género en el Estado. Y en situaciones como estas se nota: somos atacadas, vemos vulnerados nuestros derechos. Son nuestros derechos abusados por todos los funcionarios públicos que usan de más el poder que les dan. Aunque tengamos leyes que nos respaldan cualquier funcionario público pueden abusar de nuestros derechos. Y eso es lo que pasa”.

Mientras transitó la causa bajo el gobierno del entonces presidente Mauricio Macri, parte de la oposición de entonces, hoy gobierno, subió sus fotos y la apoyó, ahora espera «que actúen en base a las convicciones por las cuales nos acompañaron».

¿Cómo se cambian estas in-justicias?

Marian: Se cambia con muchas ganas, con mucha decisión política, y con políticas públicas. Se cambia cuando todos los funcionarios del Estado tengan la capacitación de perspectiva de género y todo lo que se necesite para tratar bien a una persona. Se cambia cuando el trato sea humano.

La causa del beso: audiencia por la absolución de Marian Gómez
Foto: Martina Perosa

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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