CABA
La línea divisoria

Imágenes, preguntas y respuestas de una recorrida por un domingo electoral sorprendente. Por Claudia Acuña. Fotos: Ignacio Yuchark.

El oficialismo tiene un problema: perdió. La oposición tiene un problema: ganó. Las PASO de las elecciones de medio tiempo siempre tienen esta característica: desafían a la dirigencia política a la correcta lectura de resultados. Y quien lo haga mejor, ganará realmente la elección.
Son muchas las variables que hacen falta tener en cuenta para analizar estos resultados. Y todas son importantes. Una: la baja participación. Apenas el 68%, y en algunos distritos claves, como la Comuna 1, donde conviven en la grieta Recoleta y la Villa 31, apenas el 51,65%. Este porcentaje ausente de definición sumado a los votos en blanco y los anulados representa el botín electoral a disputar de acá a noviembre. El tema es cómo conquistarlo. Para decirlo en términos clásicos –esos que incomodaron esta noche a Javier Milei, la gran sorpresa de esta temporada electoral– la incógnita a resolver es si hay que hacerlo por izquierda o por derecha. Otro factor a desentrañar: qué representa el voto Milei, que tanto inquieta al team de Horacio Rodríguez Larreta.
Ahí estamos.
Desde el búnker “libertario”

En el hotel del barrio de Balvanera, a metros de la iglesia donde se ruegan milagros a San Expedito, hay una docena de hombres que enarbolan banderas argentinas y gritan sin cesar una sola palabra: “Libertad”. Adentro, en el salón de prensa, hay un ramillete de cámaras que aceptan dócilmente las reglas impuestas por los organizadores. Son más 20 metros los que las separan del podio por donde desfilarán diferentes personas que recitarán un discurso sin dar lugar a preguntas. La primera es una señora de pelo lacio y renegrido, blazer y camisa roja, que decide presentarse así: “Soy una artista venezolana, nacida mujer, que resido en Argentina hace 22 años”. Luego de definir al socialismo del siglo 21 como “un virus letal” cierra su oratoria con un grito que repite tres veces: “Viva la libertad, carajo”. Le pregunto a los gritos que impone la distancia cuál es su nombre y a qué arte se dedica. Responde sin ganas: “Azabache. Soy cantante, actriz y publicista”.
Me explicará luego Agustín, responsable de las redes sociales del candidato Milei, que decidieron así darle voz a quienes los acompañan en esta “gesta”. Se refiere con esa palabra a lo que significa para los seguidores de este economista mediático haber logrado en apenas seis meses constituirse en la tercera fuerza política de la ciudad Capital y la cuarta del país. Cómo creen que lo lograron es algo que queda claro luego de soportar durante horas que en las pantallas y en loop, uno detrás de otro y a volumen ensordecedor, desfilen fragmentos de las participaciones del candidato en tevé y en actos. Son cuatro, muy breves, así que minuto tras minuto y hora tras hora, lo que se escucha es lo mismo, repetido como un mantra:
“No me metí en esto para guiar a ovejas, sino para despertar leones que rujan”.
“La izquierda es la que te dice que para salir de un pozo tenés que seguir cavando”.
“Como definió el gran prócer argentino, Alberto Benegas Lynch hijo, el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad”.
“Como dice el Himno Nacional Argentino: libertad, libertad, libertad”.
Cada una de las cuatro frases es rematada con un insulto: mierda, idiotas, ratas, carajo, en ese orden.
En tanto, los periodistas están ensimismados en sus celulares, a la espera de la llegada de El Candidato.

Son apenas las siete y media de la tarde y la irrupción de Milei está anunciada para las 10 de la noche.
Demasiado.
Desde el búnker de Juntos, pero no tanto

Esta vez es todo distinto, menos lo mismo. En el predio de Costa Salguero, donde desde hace cuatro elecciones el partido de Macri y ahora Larreta monta su centro electoral, el escenario esta vez está al aire libre y con una platea de sillas blancas que a esta hora están desiertas. Lo idéntico, entonces, es el Mago Sin Dientes, de galera y frac negro, sonriendo para las cámaras.

La sala de prensa está montada en una carpa, con las sillas multicolores y el largo mostrador blanco que contendrá a las y los candidatos para enfrentar a la prensa. En ese desierto escenario, hay dos responsables de prensa del Gobierno de la Ciudad, celular en mano, que reiteran ante las consultas la respuesta que no saben: no hay información sobre a qué hora hablarán ni darán conferencia ni tienen cifras ni resultados. Nada indica que esta es la sede de los ganadores de esta noche, sino más bien parece el centro de una tensa negociación entre todos los sectores internos que participaron de esta elección. Queda claro cuando, finalmente, ya cerca de las 10 de la noche y con la platea blanca semi ocupada, irrumpen en el escenario Paula Oliveto y Martín Tetaz, quienes ofician de presentadores. El primero: Fernando Iglesias, el diputado que renueva su banca. Tras él, los que completan la lista de diputados y legisladores porteños. Luego, hablará Ricardo López Murphy. Mudo, en cambio, dejaron al otro candidato que los enfrentó en estas internas abiertas, el ex ministro de Salud Adolfo Rubistein, aunque está parado a su lado. Luego fue el turno del silencio de los popes locales: Larreta y Macri. Finalmente, habló Vidal. Todos los que pudieron hablar hicieron referencia al voto castigo por el mal manejo de la pandemia, pero fue Vidal la única que reconoció que en este triunfo había para la oposición un mensaje: “Hoy no nos dieron un cheque en blanco. Nos dieron una tarea y una responsabilidad: unirnos. Porque juntos tenemos más fuerza”, reconoció. Qué significa esta tarea y esta responsabilidad es la preocupación que parece afectar desde esta noche al intestino de la oposición.
Libertad, libertad, libertad…¿lo qué?

Son casi las once de la noche y en la puerta del hotel que cobija a Milei hay ya un centenar de personas que gritan ahora más eufóricas “Libertad, libertad, libertad”. Mayoría de hombres, muchos muy jóvenes, que se definen como “libertarios”. Les pregunto qué significa esa definición y lo que responden es una lista de prohibiciones, todas dirigidas al Estado, que suponen el gran castrador. El enemigo, aseguran, son “las ratas”: se refieren así a los políticos, en general, a quienes adjudican todos los males que padecen: la falta de empleo, de oportunidades y de futuro, en ese orden. Hablan de la cantidad de jóvenes que quieren irse del país, de los negocios que cierran y de los impuestos que pagan. Hablan también de la Ley de Alquileres, de la pobreza y del hambre. Hablan de la necesidad de darles a los políticos un “escarmiento” para que se “asusten”. Dicen finalmente que es necesario que le tengan miedo al pueblo porque si no hacen lo que hacen. Les pregunto entonces qué es lo que hacen los políticos que no temen al pueblo. Y responden sin dudar: “Se cagan en nosotros”.
Adentro, ya en la sala de prensa, un señor muy amable y viejito pide disculpas por la demora en atender a la prensa. “Es que Milei está hablando con Lanata”, dice sonriendo. Minutos después, el candidato del pelo enmarañado, se enfrenta a los micrófonos: “Hemos demostrado que el liberalismo representa el 25% de esta Capital y estamos en condiciones de desplazar al kichnerismo al tercer lugar. Y si los leones se siguen despertando estamos en condiciones también de ganarle a las palomas de Juntos por el Cambio”, arranca.
Sigue “Los liberales no podemos estar representados por una opción que nos ha subido los impuestos. A ver, ¿la ley de alquileres de quién es? ¿La ley de góndolas de quién es? Las palomas de Juntos por el Cambio son socios del kichnerismo. Son parte del problema, no de la solución. El votante tiene que dejar de lado a los políticos corruptos, mentirosos y embusteros Nos hicieron esclavos de esta clase política parasitaria e inútil. Y nosotros nos metimos en el barro político para sacar a patadas a estos políticos ladrones”.
Le pregunto entonces si esa definición incluye a Larreta.
Milei eyecta sus ojos claros al enfocarme y responde:
“Incluye a todo el ala socialdemócrata”.
Repregunto:
-En anteriores elecciones hemos visto como un opositor como Lousteau terminó asociado a Larreta. ¿Usted puede asegurar que descarta totalmente una alianza?
No entiende la pregunta o quizá su respuesta, así que el señor amable y viejito se la reitera y se la explica. Luego, Milei responde:
-A ver: Lousteau es socialdemócrata. Yo soy liberal. O sea: mi línea divisoria es lo socialdemócrata. En mi mundo, de un lado están los liberales, los libertarios, los conservadores, la derecha, la centro derecha y del otro lado está la socialdemocracia y toda la izquierda…
-¿Y a su derecha la pared?
-¿Por qué me faltás el respeto?
-No es una falta de respeto: es una descripción o en todo caso una síntesis de lo que acaba de enunciar.
-Yo soy liberal. Si no conocés las calificaciones no es mi problema.
Así Milei da por terminada la conferencia de prensa y se dirige a la puerta del hotel, al encuentro con sus fanáticos a quienes a los gritos y como un credo los hace recitar la definición de liberalismo creada por Benegas Lynch, hijo, el economista que propone la demarquía –la elección de gobernantes por sorteo– y el fin del salario mínimo, el aguinaldo y la jubilación. “No puede ser”, me responde el joven a quien le pregunto si conocía esa parte del pensamiento del prócer libertario, antes de sumarse al grito colectivo que truena “libertad, libertad, libertad”.


Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
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