Nota
Planta de Malvinas en venta: la vida sin Monsanto
La noticia de la salida de Monsanto de Malvinas Argentinas fue confirmada por el medio que la había desmentido. Hablan vecinas y vecinos.
La noticia de la salida de Monsanto de Malvinas Argentinas fue confirmada por el medio que la había desmentido. Hablan vecinas y vecinos sobre cómo una comunidad logró desplazar a una multinacional.
Los mensajes de whatsapp recorrieron los celulares de los integrantes de la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida. Todos tenían el mismo título:
- “Monsanto puso a la venta su terreno y se desactiva el proyecto”.
El título lacónico fue la cabeza de una nota de La Voz del Interior de este jueves 25 de agosto, firmada por el periodista Walter Giannoni, que afirma que dos empresas inversoras mantuvieron tratativas con la corporación transgénica más grande del mundo para comprar el predio donde jamás pudo instalarse debido al bloqueo que vecinas y vecinos del municipio cordobés sostienen hace casi tres años. “Que La Voz salga a informar eso confirma lo que sabíamos, y es una declaración de victoria”, sostiene a lavaca Vanesa Sartori, concejala y miembro de la Asamblea.
La Voz del Interior es el mismo medio que desmintió la información un mes atrás. Este jueves publicó la nota donde confirma la desactivación de la planta en Malvinas. “Nos ofrecieron el terreno y nos interesó, pero por el momento no existen las condiciones sociales adecuadas para cerrar el negocio”, le dijeron al diario “fuentes de una de las empresas interesadas” en el predio, en relación “al conflicto desencadenado con agrupaciones que acampan frente a esa porción de campo”. Según el periódico cordobés, otra empresa vinculada al “desarrollo inmobiliario” reconoció que “estuvo en conversaciones” con Monsanto para “adquirir la tierra donde existe una estructura metálica de lo que iba a ser su planta acondicionadora de semillas de maíz”.bro de la asamblea.
El 3 de agosto, el mismo diario citaba a Adrián Vilaplana, vocero de la corporación, negando que Monsanto se fuera a retirar de Malvinas: “No existe ninguna determinación nueva adoptada”.
Lavaca contactó a Vilaplana para consultar la información: “No tenemos nada para decir de este tema”, matizó.
Sartori plantea hoy la mirada desde el barrio: “Nosotros, por diversas fuentes que nos acercaban la información, ya estábamos seguros que el predio estaba vendido, pero necesitábamos algo concreto. Esto lo es: La Voz del Interior siempre fue el vocero de Monsanto. En todos los rumores, desplazamientos, estudios de impacto ambiental y etcéteras, La Voz fue el medio privilegiado. Para nosotros es la confirmación de lo que ya veníamos hablando: La Voz habló por Monsanto”.
Sofía Gatica, de las Madres de Ituzaingo (las mujeres que se organizaron en el barrio Ituzaingo-Anexo, también en Córdoba, para denunciar las enfermedades del modelo transgénico), expresa: “La empresa no va a dejar festejar al pueblo, porque es como una gran caída para ellos. Fijate cómo se están yendo: dando una noticia primero, después otra. Imaginamos que se debe a que esto es un golpe a nivel mundial: el pueblo de Malvinas, o la lucha, venció a Monsanto. El pueblo es el que manda en Malvinas argentinas. Es muy difícil para Monsanto, porque si pudimos nosotros, gente humilde en un pueblo chiquito, imaginate lo que puede ser a nivel mundial”.
“No tenemos opinión”
El barrio cordobés de Malvinas Argentinas se convirtió en el epicentro mundial de la lucha contra la multinacional Monsanto. El bloqueo comenzó el 19 de septiembre de 2013, soportó patotas de la UOCRA, represiones, los visitaron Manu Chao, científicos como el doctor Andrés Carrasco o Raúl Montenegro, referentes de los derechos humanos como Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel, la documentalista Marie Monique-Robin y la referente ecologista de la India, Vandana Shiva. La evolución del conflicto se ha seguido con gran interés en múltiples puntos del mundo, y este mes cobró un peso particular cuando crecieron los rumores sobre su partida.
Todo comenzó el lunes 1° de agosto, cuando al acampe llegó un vehículo de la empresa Astori Según los integrantes del bloqueo, “dijeron que tenían orden de desmantelar todo, limpiar las estructuras y pelar el predio”. Luego, se sumaría una nota del periodista Patricio Eleisegui en la que una fuente vinculada a la compañía reconocía el fin del proyecto y decía que el acampe había pesado a la hora de evaluar la continuidad de la inversión. “No se pudo avanzar con la planta y esto también influyó”, citaba el periodista, cuya fuente justificó la decisión por una cuestión económica: “Una inversión así no tiene sentido desde el punto de vista del negocio. Con las instalaciones que hoy Monsanto posee en Rojas, en la provincia de Buenos Aires, la compañía puede operar con tranquilidad. Es más: como están las cosas, probablemente alcance sólo con esa planta de maíz por los próximos cinco años”.
Conversaciones
Ayer las respuestas de Monsanto ante la consulta de lavaca eran del mismo tenor: “Por el momento la empresa no va a hacer comentarios sobre la planta en Malvinas Argentinas”.
Pero La Voz del Interior publicó este jueves la información sobre la desactivación de la planta en Malvinas. “Nos ofrecieron el terreno y nos interesó, pero por el momento no existen las condiciones sociales adecuadas para cerrar el negocio”, le dijeron al diario “fuentes de una de las empresas interesadas” en el predio, en relación “al conflicto desencadenado con agrupaciones que acampan frente a esa porción de campo”. Según el periódico cordobés, otra empresa vinculada al desarrollo inmobiliario reconoció que estuvo en conversaciones con Monsanto para “adquirir la tierra donde existe una estructura metálica de lo que iba a ser su planta acondicionadora de semillas de maíz”.
Ninguna fuente fue citada, explica La Voz, porque las conversaciones entre Monsanto y las empresas “se llevaron adelante con cláusulas de estricta confidencialidad”. El periodista también afirma que “interlocutores del ministerio de Inversión y Financiamiento dijeron que hubo conversaciones para ayudar a que Monsanto encuentre un cliente para el predio”.
Genocidas
Vanesa Sartori dice que no es casual que la nota haya salido este jueves. “Hoy es justamente la sentencia del megajuicio La Perla: toda Córdoba está ahí”. Sartori se refiere a la histórica sentencia por el terrorismo de Estado en Córdoba, donde el Tribunal Oral Federal 1 de la provincia condenó a prisión perpetua a 28 genocidas, entre ellos Luciano Benjamín Menéndez, exjefe del Tercer Cuerpo del Ejército en la dictadura y máximo responsable de los crímenes cometidos en la zona, hallado culpable por 282 desapariciones de personas, 52 homicidios, 260 secuestros y 656 casos de torturas cometidas en el centro clandestino de detención La Perla-La Ribera. Sartori: “No me parece inocente la situación: dieron la noticia para que pase desapercibida”.
Sofía Gatica habla de estas emociones: “Es un doble festejo. Es una emoción grandísima que, en el día de esta sentencia histórica en Córdoba, se conozca la noticia que Monsanto se va. Aunque hay que decir que Monsanto se fue hace rato. Lo sabemos porque no está. Y hay que decirlo: estamos hablando de los mismos genocidas, pero con distintas armas. Nos desaparecieron antes y nos estaban desapareciendo ahora. Nosotros pudimos”.
El post-Monsanto
Sartori: “Desde que se supo la noticia hasta hoy, los días fueron pasando con incertidumbre: necesitábamos esta confirmación. Varios habíamos hablado con varias fuentes de confianza y todas coincidían con lo mismo: el predio está vendido. Es un hecho. Ahora estamos tratando de conseguir datos certeros de a quién se lo han vendido. También sabemos que parte de la cláusula de la venta es que la empresa que compra se haga cargo del desmantelamiento”.
¿Y qué pasa en las calles? “Los vecinos están muy contentos. Es muy loco cuando las encuestas empiezan a hacerse carne, por la mayoría estaba en contra de la instalación. Caminamos por la calle y la gente te felicita, está contenta, porque ganamos, porque pudimos. Y te hablo de gente que no era la que salía en la tele, o la que estaba en la asamblea, que quizá participó solamente de las primeras. Eso te quiere decir que, cuando decíamos que éramos 30 pero representábamos a muchos otros, no mentíamos. Ahora se viene toda una etapa de capitalizar la victoria, transmitirla. Pasamos a hacer un ejemplo, concretamente de lucha ciudadana. Como lo fue Famatina, como lo fue Esquel. Ahora llega el momento de pensar la vida sin Monsanto”.
Gatica: “Esta lucha significa que se puede vencer a una de las corporaciones más grandes del mundo. Unidos, organizados y con perseverancia. Hemos estado mañana, tarde y noche, con frío y calor, bancando persecuciones, armas, que se te metan en tu casa, que te peguen. Hemos tenido que poner el cuerpo y no hemos bajado. Si bien se dice que a Monsanto la quiere comprar Bayer (las cifras hablan de una oferta de 64 mil millones de dólares), saben que tampoco van a poder instalarse, porque les va a pasar lo mismo. Es el triunfo de un pueblo. Lo que buscábamos era la libertad sin corporaciones”.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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