Nota
La meteorología de las Madres: el calor recién empieza

“No se asusten por el calor: va a hacer más”, dice Nora Cortiñas y desata carcajadas en un jueves que no estaba caldeado únicamente por el sol, sino por el combo de una semana que combinó shock de ajuste económico y un nuevo protocolo para evitar las protestas en el espacio público. Por Lucas Pedulla.
Nora, con una sonrisa, alivió un poco los humores, en lo que fue la primera Ronda de las Madres de Plaza de Mayo con Javier Milei desde la Casa Rosada.

Fotos Sebastián Smok/lavaca.org
Carolina la escucha y es la primera vez que viene. Tiene 33 años, es psicóloga y se declara movilizada. “Es un momento clave en nuestra historia, por nuestro presente pero también por el futuro –dice–. Hay cosas que son muy injustas. Siento mucho enojo, pero trato de aplicar mis herramientas: falta mucha empatía y amor. Vivimos en una sociedad muy convulsionada. Hubo dificultad para entender lo que se estaba gestando”.
De fondo, bajo el sol y en ronda, se escucha el nombre de Héctor Oesterheld, el autor de El Eternauta, entre otras obras notables. Fue secuestrado el 27 de abril de 1977.
Le siguen los nombres de sus cuatro hijas: Diana, Beatriz, Estela y Marina.
El cuerpo de Beatriz fue el único que la familia pudo recuperar.
Diana y Marina estaban embarazadas.

Fotos Sebastián Smok/lavaca.org
La chispa de Milei
De una semana a la otra, a Nancy le subieron el 50% del precio de las telas con las que confecciona en su taller los pañuelos y las prendas que vende todos los jueves en la plaza. Viaja media hora en colectivo desde Lanús, sur del conurbano bonaerense, y tampoco sabe a cuánto se irá el boleto después del Caputazo del martes. “Soy trabajadora autogestiva y empecé con Macri cuando se empezaron a caer los clientes de los productos de fútbol que vendía. Empecé a sublimar el pañuelo del Nunca Más y para mí fue liberador”.
Hoy la situación es un poco deja-vu, aunque está plantada desde otro lugar: “Vivía totalmente despolitizada pero tenía una necesidad de salir a la calle. Y volqué todo mi conocimiento a lo político. Siento indignación, pero esto ya lo vivimos: tengo 50 años, tres hijos, y pasé el 2001. No tengo miedo, hay que agarrarse de estas rondas, porque seguiremos resistiendo. La crisis no es personal, va a ser de todos”.
Noelia tiene 40, también viene del sur conurbano en Alejandro Korn, y todos los días le cambian los precios de los pañuelitos descartables que vende en la calle: $500, $700, $1000. “De lo poco que escuché de los anuncios, siento que Milei no tiene autoridad porque no sale a dar la cara: no le veo la chispa para gobernar este país”, arriesga su análisis. Aclara que la comida ya estaba cara antes (“no le podemos echar la culpa del kilo de azúcar a 1300”), pero ya no sabe qué pensar de las zapatillas (“unas Topper comunachas pasaron de 14 a 40 lucas”). Tiene 4 hijos, nietos, y dice que no fue a votar.
-¿Por qué?
-¿La verdad?, no tenía ganas. No quería. No sé si fue enojo. Soy creyente: que sea lo que Dios quiera.

Fotos Sebastián Smok/lavaca.org
Falsa esperanza
Sandra tiene 25 años, estudia Comunicación, y es mexicana. Está con Catalina y Agustín: tienen 23 años, son de Chile, y estudian Sociología. Son estudiantes de intercambio.
¿Cuáles son sus miradas?
Sandra llegó en septiembre: “He venido a las rondas recurrentemente. En momentos importantes la presencia fue aumentando. Después del triunfo de Milei, la Plaza estuvo llena, pero hoy, en la semana que asumió, de nuevo volvió a las mismas personas que acompañan siempre. Creo que despertó la memoria en diferentes sectores, y por eso se acercan personas nuevas que vienen, que no eran constantes y que no estaban familiarizadas”.
Agustín ve lo regional: “La victoria de Milei significa el ascenso de discursos negacionistas que rondan directamente la política discriminatoria que nos lleva a remontarnos, incluso, a períodos fascistas de la historia. Es preocupante que eso ascienda porque en Chile ya tiene repercusión con compatriotas que abogan por estas políticas ultraliberales. Nos preocupa también por la potencial restricción de derechos adquiridos, aquellos por los que ustedes son vistos como ejemplo de lucha popular en la región. Es un fenómeno complejo que responde a un contexto de crisis con un montón de cosas que se ponen en juego”.
No lo ve como casual: “Lamentablemente, la política sufrió un desprestigio generalizado. Así como somos críticos de estos discursos tenemos que tener capacidad de análisis del contexto en el que surgen. Argentina, claro está, no es un caso aislado”.
Sandra suma: “Sobre el contexto, sirve para preguntarnos cuáles son las deficiencias que tampoco se garantizaron desde los gobiernos anteriores, que es foco del surgimiento de esta falsa esperanza. Hay muchas cosas que no se resolvieron y por eso, tal vez, la gente apuesta que esta es la manera de cambiar”.
Catalina lo ve en los precios: “Llevo desde agosto aquí y veo cómo todo fluctúa demasiado: antes gastaba 3.000 pesos en el supermercado y ayer fueron 7000 por casi lo mismo. En Chile, desde que me fui, el precio de una pizza, por ejemplo, se mantuvo constante. Ahorita yo ya me vuelvo, pero me pregunto cómo se va a notar aquí en la población el tema del transporte”.
Todavía no hay respuesta.

Fotos Sebastián Smok/lavaca.org
“No se achiquen”
La ronda termina y una de las que se acerca a escuchar las palabras de las Madres Línea Fundadora Nora Cortiñas y Elia Espen es Nina Brugo, referenta de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito: “Siento que el voto de los sectores populares fue escupir para arriba, porque lo único que les interesa a esta gente es ajustar sin importar quién ni cómo. Sí creo que es difícil que deroguen las leyes logradas por el movimiento feminista, porque la instrumentación está basada en convenios internacionales. Puede ser que no lo implementen o busquen desfinanciarlos para que queden como adornos, pero estaremos atentas. La calle fue nuestra forma de manifestarnos”.
Antes de las palabras de Elia y Nora, por el micrófono se repudia la vandalización de la señalización donde Santiago Maldonado fue visto con vida por última vez, en Esquel (Chubut), donde escribieron: “Se ahogó solito”. También recuerdan a Adriana Calvo, sobreviviente fundadora de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD): el 12 de diciembre se cumplieron 13 años de su fallecimiento y el 16 se cumplirá un aniversario de su natalicio. A su vez, homenajean a los 12 desaparecidos de la Iglesia Santa Cruz.
Luego, habla Elia.
“Nos decían ‘las locas’ porque andábamos trastornadas metiéndonos en todos lados. No entendíamos, y disculpen las palabras, un carajo de lo que nos pasaba”, dice.
“Se olvidaron que a las Madres no nos iban a cerrar la boca. Acá estamos, seguimos reclamando. Muchas Madres se fueron sin saber dónde están sus hijos. Para que no se repita algo tan doloroso tenemos que seguir peleando. No digo pelear en el mal sentido, sino discutir cuando el otro no tiene razón. No se callen, por favor. Se puede decir lo que uno siente de manera segura y concisa. Y así vamos a seguir, le guste a quien le guste”.
Luego, Nora hace el comentario sobre el calor, y agrega: “No pierdan a los verdaderos amigos, porque nos vamos a necesitar”.
Elia se suma: “No se achiquen. Y no se callen. Por ustedes mismos”.
Nora pide terminar la jornada cantando La Cigarra, de María Elena Walsh.
El jueves que viene, a las 15:30, habrá ronda otra vez, como hace 46 años.

Fotos Sebastián Smok/lavaca.org
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
  Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
 - “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
 
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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